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INSTITUTO TECNOLOGICO SUPERIOR DE TAMAZUNCHALE

INGENIERÍA EN GESTION EMPRESARIAL (UNIDAD IV)

Dinámica social

COVID-19

Docente:
Lic. Marcelina Ramírez Bautista

Alumna:
Brigida Nicolás Martínez

Semestre: 2

Turno: vespertino
COVID-19
Introducción

¿Qué es la COVID-19?

La COVID-19 es la enfermedad infecciosa causada por el coronavirus que se ha


descubierto más recientemente. Tanto este nuevo virus como la enfermedad que
provoca eran desconocidos antes de que estallara el brote en Wuhan (China) en
diciembre de 2019. Actualmente la COVID-19 es una pandemia que afecta a
muchos países de todo el mundo.

I.PANDEMIA
¿Qué es una pandemia?

La palabra “pandemia” viene del griego “pandemos”, que significa todos. Demos
significa la población. Pan significa todos. Por lo tanto, “pandemos” es un concepto
en el que existe la creencia de que la población del mundo entero probablemente
estará expuesta a esta infección y potencialmente 

Las pandemias en la historia

La enfermedad forma parte de la historia de la humanidad de manera intrínseca.


En la actualidad estamos sufriendo el coronavirus, pero desde que el ser humano
empezó a organizarse en sociedad y a crear núcleos de personas que convivían
juntos en un mismo espacio territorial, las enfermedades contagiosas tomaron un
especial protagonismo. A medida que la población mundial fue creciendo, cuando
una enfermedad se extendía y afectaba a varias regiones del planeta,
convirtiéndose en una amenaza para la población, se empezaron a documentar
las primeras pandemias.  Estas pandemias en ocasiones transformaron las
sociedades en las que aparecieron y, muy posiblemente, han cambiado o influido
decisivamente en el curso de la historia. Repasamos aquellas que pusieron en
jaque a la humanidad:
Peste de Justiniano

El Imperio bizantino se encontraba en uno de sus momentos de mayor esplendor


cuando una epidemia de peste vino a oscurecer el mandato del emperador
Justiniano. Era la primera epidemia de peste de la que se tiene constancia. La
enfermedad –y con ella el miedo y la histeria- se expandió por Constantinopla, una
ciudad de casi 800.000 habitantes, a una velocidad vertiginosa. Y de allí a todo el
Imperio. Incluso el propio Justiniano fue víctima de la peste, aunque terminó
recuperándose. Al final de la epidemia, la capital imperial había perdido casi el
40% de su población, y en todo el imperio se había cobrado la vida de 4 millones
de personas. Las consecuencias económicas fueron catastróficas, pues hubo
momentos en que el número de muertos superaba el de vivos. Muchos
historiadores ven en este debilitamiento del Imperio bizantino una de las líneas
divisorias entre el ocaso de la Antigüedad y la floreciente Edad Media

Peste negra

La peste negra era ya –y sigue siendo, pues hay brotes activos en la actualidad-
una vieja conocida cuando la humanidad vivió el peor brote de esta enfermedad a
mediados del siglo XIV (entre 1346 y 1353). Era conocida por sus antecedentes,
sin embargo, se ignoraba por completo tanto sus causas como su tratamiento.
Esto, junto con la gran velocidad de propagación, la convirtió en una de las
mayores pandemias de la historia. Solo cinco siglos más tarde se descubrió su
origen animal, concretamente en las ratas, que durante la Edad Media convivían
en las grandes ciudades con las personas e incluso se desplazaban en los
mismos transportes –barcos, por ejemplo- hacia ciudades lejanas, portando el
virus consigo. Los números que dejó tras de sí esta epidemia son estremecedores.
Por ejemplo, según los datos que manejan los historiadores, la península Ibérica
habría perdido entre el 60 y 65% de la población y en la región italiana de la
Toscana entre el 50 y el 60%. La población europea pasó de 80 a 30 millones de
personas.
Viruela

El llamado virus variola, cuya afectación en los seres humanos es conocida desde


hace por lo menos 10.000 años, es el causante de la enfermedad conocida como
viruela. Su nombre hace referencia a las pústulas que aparecían en la piel de
quien la sufría. Era una enfermedad grave y extremadamente contagiosa que
diezmó la población mundial desde su aparición, llegando a tener tasas de
mortalidad de hasta el 30%. Se expandió masivamente en el nuevo mundo cuando
los conquistadores empezaron a cruzar el océano afectando de manera terrible
una población con defensas muy bajas frente a nuevas enfermedades, y en
Europa tuvo un periodo de expansión dramático durante el siglo XVIII, infectando y
desfigurando a millones de personas. Afortunadamente, es una de las dos únicas
enfermedades que el ser humano ha conseguido erradicar mediante la
vacunación. Precisamente, fue luchando contra esta enfermedad cuando se
descubrió la primera vacuna. Primero, lady Montagu hizo unas observaciones
claves en Turquía y, casi 100 años más tarde, Edward Jenner probó
científicamente su eficacia. En 1977 se registró el último caso de contagio del
virus, que desde entonces se considera extinguido

Gripe española

En marzo de 1918, durante los últimos meses de la Primera Guerra Mundial(1914-


1919), se registró el primer caso de gripe española, paradójicamente, en un
hospital de Estados Unidos. Fue bautizada así porque España se mantuvo neutral
en la Gran Guerra y la información sobre la pandemia circulaba con libertad, a
diferencia de los demás países implicados en la contienda que trataban de ocultar
los datos. Esta virulenta cepa del virus de la gripe se extendió por todo el mundo
casi al tiempo que las tropas se repartían por los frentes europeos. Los sistemas
de salud se vieron desbordados y las funerarias no daban abasto. Estudios
recientes han revelado datos más precisos. Se estima que la tasa global de
mortalidad fue de entre el 10 y el 20 por ciento de los infectados, llegando a morir,
en todo el mundo, entre 20 o 50 millones de personas. Hay quien incluso se atreve
a decir que pudieron ser 100 millones
Gripe asiática

Registrado por primera vez en la península de Yunán, China, el virus de la gripe A


(H2N2) de procedencia aviar apareció en 1957 y en menos de un año se había
propagado por todo el mundo. Para entonces, el papel de la Organización Mundial
de la Salud (OMS), el brazo médico de la ONU creado en 1948, diseñaba cada
año una vacuna destinada a paliar los efectos de las mutaciones de la gripe. A
pesar de que los avances médicos con respecto a la pandemia de la gripe
española contribuyeron a contener mucho mejor el avance de virus, esta
pandemia registró un millón de muertos en todo el planeta.

Gripe de Hong Kong

Tan solo diez años después de haber superado la última gran pandemia de gripe,
apareció, de nuevo en Asia, la llamada gripe de Hong Kong. Una variación del
virus de la gripe A (H3N2) fue registrada en esta ciudad en 1968 y se expandió por
todo el mundo con un patrón muy parecido al de la gripe asiática. Un millón de
personas fueron las víctimas que causó esta nueva cepa de la gripe.

Virus de Inmunodeficiencia Adquirida (VIH)

Una de las pandemias más graves y más recientes conocida por la sociedad
actual es la del Virus de Inmunodeficiencia Adquirida, el VIH, más conocido como
SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida). Los primeros casos
documentados tuvieron lugar en 1981, y desde entonces se extendió por todo el
mundo centrando gran parte de los esfuerzos de las organizaciones mundiales de
la salud. Se cree que su origen fue animal, y sus efectos son algo que podría
describirse como el agotamiento del sistema inmunológico, de modo que el propio
virus no es letal, pero sí lo son sus consecuencias, pues dejan el organismo
desprotegido frente a otras enfermedades. Su contagio se produce por contacto
con fluidos corporales. A pesar de que estas vías de transmisión lo hacen menos
contagioso, a priori, que otros virus como la gripe, el desconocimiento inicial
permitió que se expandiera con mucha rapidez. Se calcula que el VIH ha podido
causar alrededor de 25 millones de muertes en todo el mundo.

¿Qué es una contingencia?

se refiere a aquella declaratoria de emergencia por parte de las autoridades,


donde la ciudadanía está obligada a resguardarse ante un peligro inminente en la
sociedad.

II.COVID-19
¿Qué es el Corona virus?
Los coronavirus son una extensa familia de virus que pueden causar
enfermedades tanto en animales como en humanos. En los humanos, se sabe que
varios coronavirus causan infecciones respiratorias que pueden ir desde el
resfriado común hasta enfermedades más graves como el síndrome respiratorio
de Oriente Medio (MERS) y el síndrome respiratorio agudo severo (SRAS). El
coronavirus que se ha descubierto más recientemente causa la enfermedad por
coronavirus COVID-19.

¿Cómo se transmite?

La gente puede contraer el coronavirus a partir de otras personas infectadas por


este virus. Esto ocurre cuando una persona infectada estornuda o tose,
dispersando pequeñas gotas de agua por el aire. Esas gotitas pueden aterrizar en
la nariz, la boca o los ojos de una persona que se encuentra cerca, o ella las
puede inspirar.

Es posible que una persona también contraiga la infección al tocar una superficie
cubierta de gotas infectadas y luego se toque la nariz, la boca o los ojos.

Los expertos están estudiando si el virus puede propagarse a través de las heces
(cacas).
En el momento no se recomienda ninguna medicación antiviral para tratar
la COVID-19. El tratamiento se centra en aliviar los síntomas, y quizás incluya:

Analgésicos (ibuprofeno o acetaminofén)

Jarabe o medicación para la tos

Descanso

Tomar líquidos

Si tus síntomas son leves, tu médico quizás te recomiende que te recuperes en


casa. Tal vez te dé instrucciones especiales para vigilar tus síntomas y para evitar
contagiar a otros con la enfermedad. Te puede pedir que te aísles cuanto sea
posible de la familia y de las mascotas mientras estás enfermo, y que uses un
dormitorio y un baño diferentes. Muy posiblemente, el doctor te recomendará que
te quedes en casa por un período de tiempo, excepto para recibir atención médica.
Probablemente tu médico te hará un seguimiento regular.

Si estás muy enfermo, es posible que tengan que hacerte tratamiento en el


hospital.

Tratamientos y cuidados para el enfermo

No hay un tratamiento específico para los coronavirus, solo se indican


medicamentos para aliviar los síntomas, sin embargo, hay que recordar que nos
encontramos en temporada de influenza, por lo que si presenta síntomas de
enfermedad respiratoria con datos de alarma como dificultad para respirar, acuda
a recibir atención médica.

III.SINTOMATOLOGIA
Síntomas del COVID
¿Cuáles son los síntomas de la COVID-19?

Los síntomas más habituales de la COVID-19 son la fiebre, la tos seca y el


cansancio. Otros síntomas menos frecuentes que afectan a algunos pacientes son
los dolores y molestias, la congestión nasal, el dolor de cabeza, la conjuntivitis, el
dolor de garganta, la diarrea, la pérdida del gusto o el olfato y las erupciones
cutáneas o cambios de color en los dedos de las manos o los pies. Estos síntomas
suelen ser leves y comienzan gradualmente. Algunas de las personas infectadas
solo presentan síntomas levísimos.

La mayoría de las personas (alrededor del 80%) se recuperan de la enfermedad


sin necesidad de tratamiento hospitalario. Alrededor de 1 de cada 5 personas que
contraen la COVID 19 acaba presentando un cuadro grave y experimenta
dificultades para respirar. Las personas mayores y las que padecen afecciones
médicas previas como hipertensión arterial, problemas cardiacos o pulmonares,
diabetes o cáncer tienen más probabilidades de presentar cuadros graves. Sin
embargo, cualquier persona puede contraer la COVID 19 y caer gravemente
enferma. Las personas de cualquier edad que tengan fiebre o tos y además
respiren con dificultad, sientan dolor u opresión en el pecho o tengan dificultades
para hablar o moverse deben solicitar atención médica inmediatamente. Si es
posible, se recomienda llamar primero al profesional sanitario o centro médico
para que estos remitan al paciente al establecimiento sanitario adecuado.

La COVID 19 afecta a las personas de distintas maneras. La mayoría de las


personas infectadas desarrollan síntomas de leves a moderados.

Síntomas comunes:

fiebre

cansancio

tos seca

Algunas personas también pueden experimentar:

dolores y molestias

congestión nasal

abundante secreción nasal


¿A quiénes afecta más?

Las personas de edad avanzada son las que corren mayor peligro. La tasa de
mortalidad aumenta exponencialmente a partir de los 65 años, aproximadamente.
En China, por ejemplo, la tasa de mortalidad de las personas infectadas que
tienen hasta 40 años es del 0,2%, pero entre los que tienen 70 y 79 años, se
incrementa a un 8%, mientras que, a partir de los 80 años, la cifra aumenta a un
14,8%.
Por consiguiente, en los próximos meses, las personas mayores deben recibir
protección especial, especialmente si sufren de enfermedades previas. Es decir,
que este grupo de riesgo debería evitar las multitudes, los conciertos o las
reuniones familiares.
Definitivamente, los abuelos no deben dedicarse al cuidado de los nietos en
cuarentena, o en situaciones excepcionales similares. En su lugar, los adultos
mayores deben ser asistidos por familiares en las compras, para evitar visitas
innecesarias al supermercado.
¿Quiénes forman los grupos de riesgos?
Los síntomas de la enfermedad del coronavirus 2019 (COVID-19) puede variar en
gran forma. Algunas personas no presentan ningún síntoma, mientras que otros se
enferman tanto que eventualmente necesitan asistencia mecánica para respirar.

El riesgo de tener síntomas peligrosos de COVID-19puede aumentar en las


personas mayores y también en las personas de cualquier edad que tienen otros
problemas de salud graves — como afecciones de salud cardíacas o pulmonares,
sistema inmunitario debilitado, obesidad extrema, o diabetes. Esto es similar a lo
que se ve con otras enfermedades respiratorias, como la influenza.

Edad avanzada

Las personas de cualquier edad, incluso los niños, pueden contagiarse


con COVID-19. Pero más comúnmente afecta a los adultos de edad mediana y
mayores. El riesgo de tener síntomas peligrosos es más alto entre las personas de
65 años y mayores. El índice más alto de mortalidad por esta enfermedad está
entre las personas de 80 años y mayores. Los riesgos son aún más altos para las
personas mayores cuando tienen afecciones de salud no aparentes.

Los residentes de las casas de salud están a alto riesgo porque con frecuencia
tienen múltiples problemas de salud no aparentes, combinados con edad
avanzada. Y los microbios pueden propagarse con mucha facilidad entre las
personas que viven en proximidad con otros.

Principales medidas de prevención


¿Qué podemos hacer para protegernos?

Aunado a las acciones que el sector salud realiza, la población juega un papel
importante para reducir la probabilidad de exposición y transmisión del virus, por
ello debemos realizar las medidas de higiene personal y del entorno.

De ahí la importancia de que todas las personas conviertan en hábito las medidas
que comprenden sencillos procedimientos de higiene, tanto personales como del
entorno, los cuales comúnmente se realizan en los diferentes lugares donde
desarrollan sus actividades cotidianas.

Lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón o utilizar soluciones a base
de alcohol gel al 70%.

Al toser o estornudar, utilizar el estornudo de etiqueta, que consiste en cubrirse la


nariz y boca con un pañuelo desechable o con el ángulo interno del brazo.

No escupir. Si es necesario hacerlo, utilizar un pañuelo desechable, meterlo en


una bolsa de plástico, anudarla y tirarla a la basura; después lavarse las manos.

No tocarse la cara con las manos sucias, sobre todo nariz, boca y ojos.

Limpiar y desinfectar superficies y objetos de uso común en casas, oficinas, sitios


cerrados, transporte, centros de reunión, etc., ventilar y permitir la entrada de luz
solar.
Quedarse en casa cuando se tienen enfermedades respiratorias y acudir al
médico si se presenta alguno de los síntomas (fiebre mayor a 38° C, dolor de
cabeza, dolor de garganta, escurrimiento nasal, etc.).

Evitar en lo posible contacto con personas que tengan enfermedades respiratorias

¿Qué cuidados debe tener una persona que se ha contagiado?

En caso de presentar síntomas, además de acudir a su unidad de salud para


recibir el diagnóstico y tratamiento adecuado, es importante seguir las siguientes
recomendaciones:

No auto medicarse

Seguir las indicaciones del médico

Mantener reposo en casa

No saludar de mano, beso o abrazo

Lavarse las manos frecuentemente o bien, desinfectarlas con gel con base de
alcohol al 70%

Consumir diariamente verduras y frutas y, por lo menos ocho vasos de agua


simple

Lavar con agua, jabón y cloro los platos, vasos y cubiertos que utilice.

Para más información consulta las páginas oficiales de la Secretaría de Salud.

Mitos y realidades
La OMS y su oficina regional en las Américas (la Organización Panamericana de
la Salud) han difundido diversos materiales para desmontar mitos sobre el nuevo
coronavirus COVID-19. Algunos de estos mitos y sus explicaciones son:

¿Es seguro recibir un paquete o carta de China?


Sí. Quienes reciben paquetes o cartas desde China no tienen riesgo de contraer el
nuevo coronavirus.
¿Animales como perros y gatos pueden propagar el nuevo coronavirus?
Por el momento no existe ninguna prueba de que el COVID-19 infecte a animales
de compañía como perros y gatos.

¿Las vacunas contra la neumonía protegen contra el nuevo virus?


No. Aún no existe una vacuna contra el nuevo coronavirus, sin embargo, la OMS
ha anunciado que se encuentra en desarrollo una vacuna.

¿Puedo evitar infectarme del nuevo coronavirus si me enjuago constantemente la


nariz o hago gárgaras?
No. No existe evidencia de que estas prácticas protejan de la infección del COVID-
19.

¿El ajo o el aceite de sésamo impiden que el nuevo coronavirus entre al cuerpo?
No. Aunque el ajo tiene algunas propiedades antimicrobianas, no hay pruebas de
que comerlo proteja contra el COVID-19; tampoco el aceite de sésamo.

¿Puedo tomar antibióticos para prevenir el nuevo coronavirus?


No. Ningún antibiótico funciona para enfermedades causadas por virus (incluidos
los respiratorios); estos medicamentos solo funcionan contra infecciones
ocasionadas por bacterias.

IV. TIPOS DE CORONA VIRUS


Mecanismos de transición
Sólo se ha visto un punto de origen del virus, puesto que salvo en la provincia
china de origen, en el resto del mundo todos los casos conocidos están
relacionados con contactos con pacientes originados allí 4. Se desconoce el origen
del virus.

Todos los brotes han seguido un mismo patrón epidemiológico y las medidas
iniciadas para su control han sido eficaces en todos los lugares en que se han
mantenido.
La mayoría de los casos se han contagiado por un contacto estrecho cara a cara,
con exposición a fluidos infectados, droplets (partículas de relativo gran tamaño
expulsadas por los enfermos al toser o estornudar). Estas partículas entran en
contacto con mucosas del nuevo paciente o se depositan en fomites (objetos
tocados frecuentemente o incluso mascarillas de prevención), al contrario que la
tuberculosis, contribuyendo a transmisiones indirectas, sobre todo en el medio
sanitario17-19. La afectación predominante radiológica en regiones pulmonares
derechas e inferiores apoya la importancia de este mecanismo.
En el caso del SARS, el contacto estrecho se define como personas que cuidan o
conviven con un enfermo o que han tenido contacto con secreciones de un
enfermo. Ejemplos pueden ser: besar, abrazar, compartir utensilios de comida o
bebida, conversación a corta distancia, exploración médica, etc. 20. Se excluye
caminar junto a un enfermo, compartir una habitación u oficina sin aproximarse por
un corto período.

No todos los casos conocidos se explican por este mecanismo, como el caso del
hotel de Hong Kong, por lo que se añadió la posibilidad de transmisión por vía
aérea, a través de partículas aerosolizadas de menor tamaño. Las medidas
encaminadas a anular la transmisión aérea junto con medidas básicas como el
lavado de manos, han controlado la dispersión del virus.

Características de la enfermedad del NCOV


Las complicaciones incluían insuficiencia respiratoria, shock, síndrome de estrés
respiratorio agudo y arritmia cardíaca, entre otras. La mayoría de los pacientes
recibieron antibióticos, antivirales y glucocorticoides (tipos de esteroides). A
algunos se les administró inmunoglobulina intravenosa o interferón alfa-2b.

"No se conoce completamente la eficacia de medicamentos como antivirales o


agentes inmunosupresores contra el Covid-19. Tal vez nuestra observación más
significativa es que si bien los síntomas respiratorios pueden no desarrollarse
hasta una semana después de su presentación, una vez que lo hacen puede
haber un rápido declive, como lo indica la corta duración entre el momento del
ingreso y la muerte (6,35 días en promedio) en nuestro estudio"

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