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ACTIVIDAD 1
INTRODUCCIÓN
El mundo a inicios del siglo XVI era muy diferente a como lo conocemos en la
actualidad. El desarrollo de la burguesía aún no estaba consolidado, la cultura y
creencias religiosas tenían una relevancia mucho mayor a la actual y en el aspecto
geopolítico, Estados Unidos ni siquiera se asomaba en el mapa. En realidad, los
países que ostentaban mayor poderío y control sobre los demás en el año 1500
son en muchos casos países de segundo orden del siglo XXI. Sin embargo, al
estudiar el desarrollo de Europa Occidental como una de las potencias
económicas que sobreviven erigidas como tal hasta nuestros días, es necesario
hablar de aquellas que por falta de tal o cual característica determinada, no
pudieron mantener la hegemonía en el periodo moderno de la humanidad.
Los centros de poder del siglo XVI están ubicados zonas de Asia, África y Europa
Oriental. Al parecer, la más imponente de estos centros de poder era la antigua
China, dirigida por la dinastía Ming; sin embargo, no era la única. Otros centros
importantes eran el Imperio Otomano, el Mongol, Moscovia, Japón y por último
algunos estados de Europa Occidental.
Estas diferencias logran que Europa Occidental pase por encima de desventajas
evidentes, como su menor riqueza de recursos naturales, su menor fertilidad de
tierras respecto a las grandes civilizaciones fértiles como China o India, su
vulnerabilidad geográfica ante las invasiones, entre otras. Finalmente, los ejes
económicos, políticos y sociales se demostrarían como los factores decisivos en el
ulterior desarrollo de Europa Occidental frente a las ya viejas potencias.
BIBLIOGRAFÍA
Kennedy, P. (2007). Auge y caída de las grandes potencias. Barcelona. Plaza y Janés.