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El Barroco

El Siglo de Oro fue una época de auge cultural y en el


que se dieron varias corrientes. Una de las más
importantes fue la del Barroco que abarcó todas las
manifestaciones artísticas desde los inicios del 1600,
extendiéndose a lo largo de aproximadamente 150
años.
El nombre con el que se bautizó esta corriente cultural
fue dado tiempo después por críticos del arte, quienes
tomaron la traducción francesa de la palabra de
proveniencia portuguesa, joya falsa o perla en forma
de r; la cual se utilizó con posterioridad para describir
aquellos objetos de exagerada ostentación o de mal
gusto.
Este período de revolución artística se manifestó en
los campos de
la escultura,arquitectura, literatura, arte y música e
n la mayoría de los países europeos y americanos; no
olvidemos que en aquella época América se
encontraba recientemente colonizada por los
españoles, portugueses e ingleses.
Los motivos del surgimiento de esta nueva
manifestación se dieron por varios factores,
especialmente relacionados con el mayor exponente
de la iglesia católica: el Vaticano. Éste se encontraba
bajo duras críticas  por parte de diversos sectores que
cuestionaban sus actos de corrupción, la reforma
protestante estaba haciéndose sentir, cuestionando a
la iglesia católica con la existencia de la virginidad
de María y la autoridad del Papa, factores que
debilitaban profundamente el poder del clero.

Por otro lado, España, Portugal e Inglaterra se


encontraban echando raíces en los nuevos países
americanos, ganando tierras y extendiéndose hacia el
nuevo mundo; dejando a Italia bajo las sombras de la
corrupción y el olvido.
Esto generó en el Vaticano una gran
reivindicación de la cual surgieron nuevas pautas a la
hora de realizar una obra artística, con motivo de
generar una suerte de marketing a la iglesia,
recordando directa o indirectamente, cuáles eran las
bases de la casa de Dios, mediante un control
ideológico manifestado por el arte.
Fue así como surgió el refuerzo de la imagen de
María y el misterio de la Trinidad como protagonistas
de numerosas obras artísticas. Las temáticas de los
lienzos ya no fueron sobre alegorías sobre las antiguas
mitologías, la ostentación de los santos y paisajes
celestiales inalcanzables. Los santos ahora vestían
harapos andrajosos, los mártires mostraban
expresiones de dolor bajo un acertado dramatismo que
emocionaban al espectador, y la imagen de
la Sagrada Familia, y en especial, la de María, eran
delicadamente glorificadas.

Paralelamente, también nace el arte temático de


naturalezas muertas, como bodegones, paisajes, e
incluso costumbristas (con solo ver la imagen
de Vieja friendo huevos, de Velázquez podremos
darnos una idea de lo que esto significaba). Una nueva
pauta que se diferenció del renacimiento, fue que ya
los rostros de los bellos modelos desaparecieron,
dando lugar a expresiones naturales, resultándonos
hoy en día hasta un poco chocantes.
Grandes Artistas del Barroco

Este período artístico ha sido testigo de grandes


genios del arte. En España, dentro del Barroco se
encuentra el famoso Siglo de Oro. Allí se destacan
entre los pintores Diego de Velázquez, y Francisco
de Zurbarán. En la literatura, se destacan verdaderos
genios como Miguel de Cervantes, Luis de
Góngora, Francisco de Quevedo, Lope de Vega,
Turso de Molina y Calderón de la Barca.
La arquitectura tuvo como su mayor exponente
a Gian Lorenzo Bernini, creador de la forma oval de
la Plaza de San Pedro, quien además fue un exquisito
escultor, autor de la magnífica Fuente del Tritone y de
la conmovedora obra «El éxtasis de Santa Teresa». En
la pintura Rembrandt, Rubens, Caravaggio, Van Dyck
y el ya mencionado Velázquez.
Para conocer más sobre el arte Barroco os
invitamos a leer:
 Los pintores más españoles más famosos de la
historia y sus obras más importantes
 Nuevas ideas en el siglo XVIII
En cuanto a los puntos técnicos, surge la aparición
del claroscuro, un recurso que resaltaba el detalle
que tomaría protagonismo en el cuadro mediante el
juego de luces y sombras. Los principales
embajadores del arte barroco fueron personajes
como Caravaggio, Veermer, Rembrandt, Velázquez, 
Pacheco Rubens y Murillo, entre muchísimos otros
que se manifestaron durante este período.

La escultura del barroco


En cuanto a la escultura, se puede decir que siguió
las bases del Renacimiento, siguiendo una línea de
carácter naturalista, pero a diferencia de éste, la
escultura barroca trató de quitarle idealismo a la
imagen, convirtiéndola pura y exclusivamente
en realidad.
El escultor mas renombrado de esta época fue el
napolitano  Gian Lorenzo Bernini, creador de
la Fuente de los cuatro ríos (ubicada en Piazza
Navona,Roma) y colaborador de la famosa
escultura Rapto de Proserpina, obras compuestas
por cuerpos completamente liberados, que ya no se
encuentran en un estado rígido y de pose, sino que
muestran un dinamismo intenso, resaltando el
movimiento y la acción otorgando mas veracidad y
naturaleza a la imagen.

La música del barroco

En materia musical se destacaron dos figuras de gran


importancia histórica: el maestro alemán Johan
Sebastian Bach y el veneciano Antonio Lucio
Vivaldi, conocido comoil prete rosso (el cura rojo)
dado a que el músico era sacerdote y pelirrojo.
También te puede interesar:
 Los instrumentos stradivarious: historia y secretos

La literatura del barroco

En cuanto a la literatura, surgió la sátira, el


culteranismo, el clasicismo y el conceptismo, hablando
principalmente sobre la vanidad, la vida humana y la
crítica. Sus principales representantes fueron Don
Luis de Góngora y Francisco de Quevedo, autor del
famoso soneto satírico A una nariz, en la cual el autor
hace referencia a su deforme nariz de una forma
ridícula y divertida.
La arquitectura del barroco
Finalmente, en cuanto a la arquitectura, se vio nacer
un estilo completamente nuevo en cuanto a
ornamentación, en el cual los detalles curvos, las
molduras, columnas, dorados y repetidas formas son
protagonistas de las edificaciones. La aparición de
elementos nuevos como la columna salomónica,  la
cual se puede ver por ejemplo en el interior de
la Basílica de San Pedro, y el estípite.

Se genera una importante independencia entre el


interior y el exterior, acentuando laluz como
elemento principal a la hora de diseñar, y
los ostentosos detalles, por lo general de baja
calidad, simulando riqueza y pomposidad, jugando un
poco con la falsedad. Esto se dio en la mayoría de los
casos, lo que no quita que se hayan utilizado
elementos de alta calidad, como era el caso de las
alfombras persas, cerámicas, vidrios de carrá,
etcétera.

En líneas generales la arquitectura se caracterizó por


su orden colosal, en donde su elemento arquitectónico
principal y mas utilizado era la cúpula. Sus principales
precursores fueron Bernini, Borromini y P. Pozzo.
Se puede decir que el Barroco concluyó en 1750, pero
esto es una generalización, dado que fue variando
según los países y la materia, perdurando unas artes
mas que otras, para luego ser reemplazadas
completamente por el neoclasicismo.

La arquitectura civil y el urbanismo en el Barroco


Sin embargo, aunque constantemente se ha
relacionado el arte Barroco con el arte religioso, este
movimiento artístico se dejó notar también en diversos
campos vinculados al ámbito civil. Como ocurre con la
mayoría de las manifestaciones religiosas, los
ejemplos que han llegado hasta nosotros de pintura,
escultura y, sobre todo, de arquitectura barroca de tipo
civil estaban vinculados al poder dominante y tenían
como objetivo primordial comunicar un mensaje muy
determinado y concreto a las personas que podían
contemplarlas, aprovechando la riqueza, el deseo por
captar el movimiento, el magistral uso de la luz y la
espectacularidad propias del arte barroco.

Aunque, como hemos dicho, también existen muchas


pinturas y esculturas barrocas de naturaleza no
religiosa, fueron la arquitectura y el urbanismo las
artes civiles que experimentaron un mayor avance
durante la época barroca. En el ámbito de
la arquitectura civil, destacan los impresionantes
palacios que se construyeron en diversos países de
Europa durante esta época y siguiendo los preceptos
efectistas del Barroco. Probablemente el ejemplo más
conocido sea la construcción del
impresionante palacio de Versalles, mandado edificar
por el rey Luis XIV de Francia entre 1661 y 1692. Su
impresionante tamaño, su cuidada decoración
destinada a expresar el poder y la magnificencia del
rey y su destacado efectismo tanto en su decoración
interior como en su unión con los jardines que lo
rodean hacen de este bellísimo palacio una de las
grandes maravillas de la Historia del Arte. Sin
embargo, no fue el único.

En otros países de Europa se construyeron también


otros palacios siguiendo preceptos muy parecidos a
los del Rey Sol con el objetivo de mostrar el gran
poder y la dignidad de aquellos que lo comisionaban.
Así, en Viena, encontramos el famoso palacio
Belvedere, que fue residencia del famoso general
imperial Eugenio de Saboya o el célebre palacio de
Schönbrunn, construido como residencia veraniega
de los emperadores y su familia. También destacan
el palacio Blenheim, en Inglaterra, el Palacio de la
Granja de San Ildefonso en España y el Palacio de
Invierno en Rusia, por citar solo algunos ejemplos
que demuestran cómo este tipo de arquitectura civil
estuvo muy extendida durante la época barroca. Este
tipo de arquitectura no se dio solo en los países donde
había monarquías absolutas, sino que también se
utilizó para demostrar el poder de las instituciones en
lugares donde se practicaba otro tipo de gobierno,
como demuestra el impresionante ayuntamiento
barroco construido en la ciudad de Ámsterdam.
En cuanto al urbanismo, en el Barroco se continúan
algunos preceptos nacidos en el Renacimiento que
buscan crear ciudades más funcionales y ordenadas
que gozaran de espacios habilitados para realizar
fiestas y diversas funciones públicas, al mismo tiempo
que se trataba de demostrar el poder de las diferentes
instituciones a través de impresionantes edificios tanto
públicos como privados. En España y en las grandes
ciudades de América Latina estas ideas vinculadas
al urbanismo barroco se plasmaron con la construcción
de impresionantes plazas mayores que, si bien se
habían atisbado en el periodo anterior casi siempre
como lugar de celebración de mercados, se modifican
ahora para dar lugar a grandes y lujosos espacios de
reunión, de intercambio y de celebración de fiestas
públicas de todo tipo.
Es precisamente de la época barroca de la que data
la remodelación de la Plaza Mayor de Madrid, que
entonces adquirió el aspecto que tiene hoy, lo mismo
que le ocurrió a la famosa Plaza Mayor de Lima. Sin
embargo, el ejemplo más destacado del urbanismo
barroco continúa siendo la ciudad de Roma. Los
distintos papas iniciaron a finales del siglo XVI una
ambiciosa remodelación de la ciudad con el objetivo de
que esta se mostrara como una verdadera ciudad de
Dios, de modo que la basílica de San Pedro quedara
en el centro y los distintos trazados urbanos
desembocaran en ella para la mayor gloria de la Sede
de San Pedro. Así, fue en esta época en la que se
construyó la famosa balaustrada de la plaza de San
Pedro, diseñada por Bernini y la gran avenida que
lleva hasta la Basílica, que todavía hoy sigue siendo el
acceso más utilizado al famoso monumento. Pero
además se realizaron distintas conexiones entre las
siete grandes basílicas de la ciudad y los monumentos
más importantes de la misma, construyendo también
plazas y decorándolas con impresionantes fuentes que
las individualizaban.

Características de la literatura barroca


La literatura floreció durante la época del Barroco,
especialmente en España, donde se concentró una
cantidad tal de escritores, dramaturgos y poetas de
gran calidad, bajo el mecenazgo tanto de la Monarquía
como de distintos miembros de las grandes casas
nobiliarias, que el siglo XVII recibió el nombre del
«Siglo de Oro» de las letras españolas.

La literatura barroca es enormemente compleja y en


los escritos de esta época se trataron una enorme
cantidad de temas, discutiéndose desde temas tan
complejos como la inevitabilidad del destino marcado
por las estrellas y trazado por Dios, presente en obras
como La vida es sueño, de Calderón de la Barca,
hasta premisas relacionadas con el sentimiento
amoroso y la lucha constante entre el individuo y la
sociedad, como se puede ver en algunas obras de
Lope de la Vega como El perro del hortelano.
El pesimismo, la futilidad de la vida humana, el
desengaño vital, la sátira, la crítica política e
incluso la sátira mordaz (de la cual Quevedo es su
mejor representante) se convierten en temas comunes
en este periodo en el que las constantes guerras, las
hambrunas y los problemas políticos sumen en la
desesperación a la sociedad, aunque los temas
universales como el amor, la religión, la venganza, el
deseo constante de alcanzar la felicidad y el honor
siguen siendo fundamentales. En el periodo barroco
triunfa el teatro por encima del resto de los géneros,
surgiendo figuras tan importantes como Calderón de
la Barca y Lope de Vega.
El éxito que tenía el teatro entre todas las capas de la
sociedad durante la edad Moderna y las posibilidades
expresivas y argumentales que proporcionaba a sus
creadores le convirtieron en el arte más importante de
este periodo. Existían muchas variantes del estilo
teatral con sus propias variantes, como el teatro
cortesano o el religioso, pero fue la Comedia Nueva,
instaurada por el gran Lope de Vega, la que triunfó en
esta época. Esta fórmula acababa con las restricciones
que hasta entonces habían impuesto al teatro las
formas clásicas impuestas en la época renacentista a
imagen y semejanza de las obras clásicas de Grecia y
Roma, y permitía mezclar elementos trágicos y
cómicos, romper con la famosa regla de las tres
unidades aristotélicas (unidad de lugar, tiempo y
acción) y se dividían las obras en tres actos
principales, realizando la presentación, el nudo y el
desenlace de la trama en concordancia con cada uno
de ellos.

Los temas de la comedia nueva eran muy variados,


aunque los amorosos, históricos y filosóficos se
convirtieron en los más habituales. Como no podía ser
de otra manera, el creador de la Comedia Nueva,
Lope, fue su máximo representante, con obras como
La dama boba o El perro del Hortelano.
Sin embargo, pese al auge de la comedia, las
tragedias y los dramas continuaron teniendo un gran
éxito y se consideraba que tenían una categoría mayor
a la de la comedia, al considerarse mucho más
compleja y artística que esta última. En la tragedia y el
drama, la defensa del honor, la lucha por la libertad
personal, la filosofía, la religión y el desengaño
amoroso fueron los temas principales, creándose
obras tan inmortales como Fuenteovejuna, El gran
teatro del mundo o La vida es sueño, por citar solo
unas pocas. Sin embargo, también es cierto que la
novela avanzó en popularidad. Habiendo surgido
como tal durante la época renacentista, en el periodo
barroco gana adeptos especialmente con el
surgimiento de la literatura picaresca, que se considera
que tiene al famoso Lazarillo de Tormes como
precursor.
Este tipo de literatura está protagonizada por
personajes que se han venido considerando como una
suerte de antihéroes que, ante unas circunstancias
adversas, hacen todo lo que pueden por sobrevivir y
mejorar su situación sin importarles que tengan que
engañar o perjudicar a otras personas, generalmente
de una catadura moral tan baja como la suya. Aunque
generalmente se ha determinado que estas obras
tenían muchas veces una intención moralizante, la
verdad es que pintaban una imagen realista de una
sociedad en plena decadencia donde sobrevivir era
terriblemente difícil, especialmente entre los
estamentos más bajos de la misma. En este ámbito,
destacan el popular Guzmán de Alfarache, de Mateo
Alemán, La vida del Buscón llamado don Pablos, de
Francisco de Quevedo o Las Harpías de Madrid, de
Alonso Castillo. Por último, la poesía continuó siendo
considerado como el principal arte literario. Fue
precisamente en el ámbito de la poesía en el que
destacaron las tendencias del culteranismo y el
conceptismo, aunque ambas tendencias también se
dieron en otros estilos literarios a menor escala.
Vistas generalmente como opuestas (consideración a
la que ha contribuido en gran medida las legendarias
batallas dialécticas en las que se enzarzaron
defensores de una u otra tendencia), ambas son, en
realidad, complementarias, en el sentido de que
ambas tendencias buscan reflejar un determinado
pensamiento de forma original y rompiendo el
equilibrio renacentista que promulgaba la necesidad de
una concordancia entre forma y contenido. De esta
forma, presentan una mayor libertad, aunque eligen
hacerlo de formas distintas.
Por una parte estaba el conceptismo, que tuvo
en Quevedo su mayor representante, basa el
desarrollo del texto en los conceptos, utilizando un
lenguaje lleno de contenido, creando dobles sentidos,
asociaciones de palabras, equívocos, hipérboles y
paradojas que les ayudan a realizar creaciones de
gran riqueza y significado. Por su parte,
el culteranismo, donde destacó Góngora, daba una
mayor importancia a la belleza formal, creando textos
de gran belleza externa que, sin embargo, solían
carecer de la profundidad de los creados por los
conceptistas. Al ser la forma tan importante para ellos,
solían utilizar un vocabulario extremadamente culto,
usando frecuentemente latinismos, intrincadas
metáforas y referencias a grandes autores del pasado
que hacían que sus textos fueran extremadamente
complicados y muy ricos en matices.
Algunos de los poemas más importantes de este
periodo, por citar solo algunos, son la famosa Fábula
de Polifemo y Galatea, de Góngora o los famosos
poemas de amor de Quevedo.

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