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FACILITADOR: TRIUNFADOR:
LIC. CORRO JHONAR MSc. MARTINEZ WILMERS
C.I. V- 6.470.094
Objeto de la ética:
La ética determina aquellos principios que se consideran correctos en
la sociedad. La ética se ha desarrollado desde la Antigua Grecia con el
objeto de estudiar, desde una perspectiva filosófica, la conducta humana, de
la cual se determinan qué acciones son consideradas correctas o incorrectas
según la sociedad.
La palabra ética deriva del Griego ethos, traducida como modo de ser
o carácter, igualmente costumbre y hábito. De hecho, la traducción latina de
ethos es mos, que español significa moral, de allí que la ética tenga como
objeto de estudio la moral.
Nuestras conductas morales dependen de la enseñanza de las
costumbres y hábitos que, según lo establecido por la sociedad, son
consideradas como éticamente correctas y partes de las buenas costumbres.
No obstante, estas normas pueden cambiar a través del tiempo según las
mudanzas que presente la sociedad.
En este sentido, la ética es una reflexión acerca de las conductas
morales del ser humano y sus efectos en la sociedad. Por ejemplo, quienes
llevan una vida basada en los valores familiares, sociales y profesionales
serán reconocidos por su ética y moral, es decir, por sus buenas conductas,
responsabilidad y compromiso.
Quien es éticamente correcto buscará siempre la mejor solución ante
cualquier dificultad y estará a favor de la convivencia sana más allá de las
diferencias, inevitables además que pueden existir con las demás personas
bien sea por la tendencia política, la cultura, la religión, entre otros.
Ética y Moral:
Responsabilidad:
Es la propiedad del acto humano por la cual el sujeto que la ejecuta
debe dar cuenta de él, es decir, debe participar de los beneficios, sí el acto
es honesto o reparar los perjuicios sí el acto es deshonesto. La
responsabilidad está en función de la libertad del sujeto.
La razón de la responsabilidad que recae sobre él, está justamente en
el hecho de que ese acto se ha originado en una elección libre del sujeto.
El Mérito es el derecho a una recompensa por haber actuado bien. Lo
contrario sería el desmérito. Este derecho a la recompensa tiene su base en
el hecho de que un acto honesto produce beneficios a otras personas. Esas
personas, por lo tanto, deben recompensar el beneficio recibido.
La sanción es el correspondiente premio o castigo que se merece por
el cumplimiento o violación e la Ley.
Ética Profesional:
La profesión se puede definir como ʺla actividad personal, puesta de
una manera estable y honrada al servicio de los demás y en beneficio propio,
a impulsos de la propia vocación y con la dignidad que corresponde a la
persona humanaʺ. En un sentido estricto esta palabra designa solamente las
carreras universitarias. En sentido amplio, abarca también los oficios y
trabajos permanentes y remunerados, aunque no requieran un título
universitario.
En virtud de su profesión, el sujeto ocupa una situación que le confiere
deberes y derechos especiales, como se verá:
1. La Vocación. La elección de la profesión debe ser completamente
libre. La vocación debe entenderse como la disposición que hace al
sujeto especialmente apto para una determinada actividad profesional.
Quien elige de acuerdo a su propia vocación tiene garantizada ya la
mitad de su éxito en su trabajo.
2. Finalidad de la Profesión. La finalidad del trabajo profesional es el bien
común. La capacitación que se requiere para ejercer este trabajo, está
siempre orientada a un mejor rendimiento dentro de las actividades
especializadas para el beneficio de la sociedad. Sin este horizonte y
finalidad, una profesión se convierte en un medio de lucro o de honor,
o simplemente, en el instrumento de la degradación moral del propio
sujeto.
3. El Propio beneficio. Lo ideal es tomar en cuenta el agrado y utilidad de
la profesión; y si no se insiste tanto en este aspecto, es porque todo el
mundo se inclina por naturaleza a la consideración de su provecho
personal, gracias a su profesión. No está de más mencionar el
sacrificio que entrañan casi todas las profesiones: el médico,
levantándose a media noche para asistir a un paciente grave; el
ingeniero, con fuertes responsabilidades frente a la obra, etc. La
profesión también gracias a esos mismos trabajos, deja, al final de
cuentas, una de las satisfacciones más hondas.
4. Capacidad profesional. Un profesional debe ofrecer una preparación
especial en dos sentidos: capacidad intelectual y capacidad moral. La
capacidad intelectual consiste en el conjunto de conocimientos que
dentro de su profesión, lo hacen apto para desarrollar sus labores.
Estos conocimientos se adquieren básicamente durante los estudios
universitarios, pero se deben actualizar mediante las revistas,
conferencias y las consultas a bibliotecas. Es responsabilidad del
profesional mantenerse actualizado en conocimientos. La capacidad
moral es el valor del profesional como persona, lo cual da una
dignidad, seriedad y nobleza a su trabajo, digna del aprecio de todo el
que encuentra. Abarca no sólo la honestidad en el trato, no sólo en el
sentido de responsabilidad en el cumplimiento de lo pactado, sino
además la capacidad para abarcar y traspasar su propia esfera
profesional en un horizonte mucho más amplio, hacia la búsqueda y
construcción de una sociedad más justa y equilibrada.
La elección radical:
Nuestra vida esta llenas de decisiones y de ellas depende nuestro
desempeño en la vida y sobretodo en la vida profesional, tenemos que elegir
entre una vida ética o una donde primen nuestros intereses propios, a tal ves
haciendo uso de las dos, pero en determinadas circunstancias obramos de
una manera que no es apropiada ante los ojos de las normas establecidas en
la sociedad, aunque no sean tan malas a nuestro parecer, siempre primando
el bien común por que sencillamente siempre vamos a obrar en beneficio
aunque tratando de no pasar en alto la ética.
En el mundo actual el hombre se enfrenta a diario a la toma de
decisiones, donde tiene que poner en claro cuales son sus prioridades, debe
saber que pesa más su interés personal o el beneficio colectivo, aunque la
persona generalmente y por naturaleza busca su propio bien debe considerar
que actos llevará a cabo para conseguirlo, analizando las posibles
consecuencias buscando no hacer daño o realizar el menor posible a los
intereses colectivos.
La elección radical parte de nuestra integridad al elegir lo mejor, y lo
mejor no es necesariamente aquello que nos traerá beneficios económicos ni
poder sino aquello que va conforme a lo que en realidad va permitirnos estar
tranquilos.
Algunas veces ciertas decisiones no son tan sencillas, elegir un
bienestar conlleva sus riesgos y no siempre estamos tranquilos, el crecer
implica sacrificio y dolor, y el crecer también implica esa conciencia de llevar
una vida equilibrada y llena de buenas decisiones.
(...) La mayoría de las elecciones que hacemos en nuestra vida
cotidiana son restringidas, en el sentido de que se realizan desde el interior
de un marco o conjunto de valores. Dado que desea mantenerse
razonablemente en forma, elije salir a pasear antes que quedarse recostado
en el sofá con una lata de cerveza, viendo la televisión.
Puesto que usted desea hacer algo para ayudar a la conservación de
los bosques tropicales, se une a una organización dedicada a concienciar al
público acerca de la continua destrucción de los bosques.
Otra persona desea hacer una carrera bien retribuida e interesante,
así que estudia Derecho. En cada una de estas elecciones, los valores
fundamentales se dan por sentados y la elección consiste en encontrar los
mejores medios de lograrlos.
En cambio, en las elecciones radicales son los propios valores
fundamentales los que están en juego. Ya no elegimos dentro de un marco
que presupone que sólo buscamos potenciar al máximo nuestros intereses,
ni dentro de un marco que da por sentado que haremos lo que
consideremos éticamente mejor.
Al contrario, lo que hacemos es elegir entre posibles formas de vida:
aquella en la que el interés propio ocupa el primer lugar, o aquella en que la
ética es lo más importante, o quizá optamos por un compromiso entre
ambas.
Considero la ética y el propio interés como dos enfoques antagónicos
porque, a mi modo de ver, son los contendientes más fuertes. (...)"
En otro orden de ideas, y es a lo que se quería llegar, está cada vez
más cercano el momento en el que se tenga que realizar otra más (ésta sí,
muy clara) elección radical. Será la de escoger la opción política que
queramos gobierne nuestra nación durante los siguientes años.
Se pretende hacer reflexionar a los que piensan que esta elección
apenas importa. Porque aunque a muchos les gusta pensar y gritar a los
cuatro vientos que “todos son iguales”, no es ni mucho menos cierto. Porque
en relación a los políticos: los hay terribles, los hay muy malos, los hay malos
y menos malos, y los hay buenos o muy buenos. Ahora no se ha podido
dejar de acordarse de la famosa frase de Bertold Brecht sobre los
imprescindibles.
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LIC. CORRO JHONAR MSc. MARTINEZ WIMERS
C.I. V- 6.470.094