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INTRODUCCIÓN
En los países Latino América los índices de embarazos y nacimientos en adolescentes varían
según la región debido a diferentes causas, entre ellas se puede nombrar, actividad sexual,
educación sexual, accesos a los servicios de anticoncepción y abortos, control de natalidad,
atención prenatal alta, etc. Si bien, las causas de embarazos en adolescentes son amplias y
complejas, variando entre distintos grupos culturales y étnicos, nuestras actitudes sociales
sobre la actividad sexual y la anticoncepción sexual, complica la prevención de embarazos en
adolescentes.
En los últimos años, el incremento de los índices de maternidad adolescente, es un motivo de
preocupación.
A nivel nacional la tasa de embarazo adolescente de 12 y 19 años era de 15,6%, para el 2007,
mientras que cinco años atrás la cifra era inferior al 13,8%.
El país cuenta con el marco legislativo y político adecuado para prevenir el embarazo en
adolescentes, sin embargo, la falta de programas de educación y servicios de salud sexual y
reproductiva son un obstáculo para reducir la alta tasa que se presenta a nivel nacional.
El embarazo a temprana edad afecta la salud de las adolescentes pues aumenta los riesgos de
complicaciones en el embarazo y en el parto que puede conducir a la muerte. También pueden
tener efectos importantes sobre el estado de salud y sobrevivencia de sus hijos, tales como el
bajo peso al nacer, la prematuridad, malformaciones o problemas en el desarrollo debido a
aspectos de madurez fisiológica y emocional de las madres.
Existe un fuerte vínculo entre la pobreza y el embarazo a temprana edad pues este es más
frecuente entre adolescentes pobres y con menor educación. En 2009-2010 el 33.2% de las
adolescentes y mujeres jóvenes de las familias del quintil más pobre se habían embarazado
antes de cumplir los 20 años, Del mismo modo, 42.7% de las adolescentes que se había
embarazado no tenían instrucción o sólo había alcanzado algún grado del nivel básico.
El embarazo a edad temprana es una de las principales causas de deserción escolar entre las
ADOLESCENTES REPRESENTANDO UN 44%.
DESARROLLO
El embarazo en la adolescencia se define como aquella gestación que ocurre durante los dos
primeros años ginecológicos de la mujer y / o cuando la adolescente mantiene la total
dependencia social y económica de la familia paternal.
Las conductas de riesgos pro civiles al embarazo de las jóvenes están muy relacionadas con los
bajos ingresos, con su relación con el núcleo familiar y las pautas culturales del lugar en que se
socializan, precisamente en los lugares de mayor incidencia de la maternidad temprana existe
una mayor incidencia de la pobreza, las familias viven en condiciones más precarias y son
mayores los niveles de fecundidad.
Según la Encuesta Nacional de Jóvenes en 1992 (ENJOVEN 92), el 31.4% del total de las
adolescentes ya habían formalizado alguna unión, el 26.2% había estado embarazada alguna
vez, y de todas la que habían tenido relacione sexuales el 78.5% había tenido algún embarazo.
La condición de madre alcanzaba el 15.7% de las adolescentes en 1980, el 13.9% en 1986 y
13.3% en 1991, lo que indica que la maternidad entre las jóvenes disminuyó 11% en la década
de los 80 y 4.3% en la 2da. Etapa de la década de los 80.
En República Dominicana, según la ENDESA 91, el 13.3% de las mujeres de 15 a 19 años ya han
sido madre, y ENDESA 96 el 23%. Esto significa que de cada mil adolescente 133 ya habían sido
madre en el 1991 y 230 para el 1996. Sin embargo, el estudio de la maternidad adolescente al
igual que todas las variables demográficas no debe circunscribirse a su manifestación a escala
nacional.
De todas las adolescentes que nunca han asistido a la escuela, alrededor del 37% ya son madres
y es en este grupo donde se encuentra el mayor porcentaje, seguido por el grupo con
educación primaria o básica.
En otras palabras, a mayor nivel de escolaridad las probabilidades de ser madre adolescente se
reducen, porque cuando hay un proyecto de vida que prioriza alcanzar un determinado nivel
educativo y posponer la maternidad para la edad adulta, es más probable que la joven, aun
teniendo relaciones sexuales, adopte prácticas efectivas de prevención del embarazo.
Ahora bien, al estudiar específicamente las madres adolescentes dominicanas, se observa que
la mayoría (el 52%) ha completado la educación primaria, pero este porcentaje cae
significativamente entre las que han completado la secundaria a un 38%. El 7% de las madres
adolescentes no tienen educación, contrario a lo que pudiera pensarse.
Por otro lado, 3% de las madres adolescentes son estudiantes universitarias, lo que reitera la
relación estrecha entre nivel educativo y embarazo adolescente, ya que las jóvenes con
educación primaria o ninguna educación parecen tener mayores probabilidades de
embarazarse en su adolescencia. Mientras más alto sea el nivel educativo del jefe o jefa de
familia de la adolescente, es más probable que conozca la importancia del buen diálogo
padres/madres – hijos/as acerca de la sexualidad, lo que reducirá la posibilidad de que sus hijas
adolescentes tengan relaciones sexuales sin protección o un embarazo a edad precoz. La
ausencia de la instrucción por parte de sus padres genera carencias que la adolescente no sabe
resolver por sí misma, más aún cuando es de sectores menos privilegiados de la sociedad, con
pobre acceso a información, impulsándola a relaciones sexuales sin protección. Los resultados
muestran que en los hogares con jefes o jefas de hogar sin ningún nivel educativo es donde se
encuentran más madres adolescentes. Y los hogares con jefes(as) de hogar con más alto nivel
educativo, son los que tienen menos madres adolescentes.
En la adolescencia temprana:
En la adolescencia media:
En la adolescencia tardía:
Se logra con la integración de la función de madre joven muy ligado a factores culturales en
algunas adolescentes.
La adolescencia media, se siente posesiva con relación al feto, que a su vez a experimentado
como un instrumento poderoso de la afirmación de independencia de los padres. Su actitud es
ambivalente: de culpa y de orgullo.
- Estrechamente ligada a su madre, incluso celos a los sentimientos que su hijo podía
evocar en su madre.
Existe una doble probabilidad de morir en relación con el parto en mujeres por debajo de
15 años de edad, que en mujeres de 20 años o más.
Asimismo, los niños nacidos de mujeres menores de 20 años tienen más riesgo
de morir antes de su primer año de vida, que los niños nacidos de madres con
edades entre 20 a 29 años.
- En Paraguay, las criaturas que nacen de mujeres de entre 15 y 19 años de edad tienen
casi 80 por ciento más probabilidades de morir durante el primer año de vida que las
nacidas de mujeres de entre 20 y 29 años.
- Los lactantes nacidos de madres más jóvenes tienen un aumento de las probabilidades
de mortalidad de 77 por ciento en República Dominicana, de 69 por ciento en El
Salvador, de 36 por ciento en Perú y de 29 por ciento en Colombia.
Las tasas elevadas de fecundidad de las adolescentes están ligadas a logros educacionales
escasos y a la pobreza.
- Las jóvenes con bajos niveles de logros educacionales y económicos a menudo tienen
una capacidad limitada y poca motivación para regular su fecundidad, lo que da por
resultado tasas más elevadas de embarazo precoz. El círculo vicioso se refuerza puesto
que las jóvenes que asisten a la escuela se ven obligadas a suspender su educación
cuando se embarazan, lo cual limita muchísimo sus oportunidades económicas. Las
jóvenes con niveles más altos de instrucción tienen más probabilidades de posponer el
matrimonio y la procreación. La educación se asocia positivamente con el uso de
anticonceptivos al aumentar el conocimiento, la aceptabilidad y la utilización de los
servicios de planificación familiar. Los hijos de padres adolescentes no solo se enfrentan
con un riesgo elevado de enfermedad o muerte: también encaran más probabilidades
de ser abandonados, de acabar viviendo en las calles y de verse atrapados en el ciclo de
la pobreza.
- En América Latina, las madres adolescentes tienen siete veces más probabilidades de
ser pobres que las madres de mayor edad. Cuanto más pobre es el país, más elevado es
el nivel de procreación prematura.
CONCLUSIÓN