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Cada año, aproximadamente cuatro millones de niños en

países en desarrollo mueren durante su primer mes de vida.


Muchas de estas muertes podrían prevenirse mejorando
las prácticas de cuidado de los recién nacidos tales como la
lactancia adecuada, la higiene, el calor, y el acceso rápido a
los centros de salud.
Un grupo de investigadores universitarios de un país del
Sudeste Asiático, está realizando un estudio de observación
que los ayudará a desarrollar medios para promover
una atención más apropiada para los neonatos. El estudio
se lleva a cabo en una comunidad cercana que presenta
una tasa de mortalidad neonatal especialmente elevada.
Después de obtener la aprobación del CEI de la universidad,
los investigadores contrataron a las personas que llevarían a
cabo el trabajo de campo para observar las prácticas habituales
de todas las familias con los bebés de menos de tres
meses de edad. Esto implicaba observar el ambiente donde
se encontraba cada bebé (limpieza, calor), el cuidado que le
brindaban (ropa, baño), y la interacción con sus cuidadores.
Se instruyó a los trabajadores de campo para que se abstuvieran
de intervenir y para que simplemente registraran lo
que observaran.
El consentimiento informado para las observaciones se
obtiene de la madre de cada bebé y de otra persona a cargo
–ya sea la suegra o el esposo. El formulario de consentimiento
establece que no serán compensados por su participación
y que no se beneficiarán directamente del estudio, aunque
su comunidad sí podría resultar beneficiada si los resultados
de la investigación dan lugar a mejoras en las prácticas de
atención de los recién nacidos.
Justo cuando una encargada del trabajo de campo está
registrando sus observaciones sobre una familia, nota que
los miembros de dicha familia también la están observando,
aparentemente buscando su aprobación a lo que estaban
haciendo y la forma en la que interactúan con el niño. Ella
trata de permanecer inexpresiva mientras observa las diversas
prácticas, a pesar de que encuentra esto especialmente
difícil cuando la madre prepara fórmula para el niño usando
agua almacenada, traída de un río cercano. A ella le preocupa
que el agua no haya sido hervida y que la fórmula esté demasiado
diluida.

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