Los materiales de fabricación y la geometría del inductor juegan un papel
fundamental en el valor de la inductancia. Es decir, además de la intensidad de la corriente, hay otros factores que inciden en ello.
La fórmula que describe el valor de la inductancia en función de las
propiedades físicas del sistema es la siguiente:
En esta fórmula:
L: inductancia [H].
N: número de espiras de la bobina [sin unidad].
µ: permeabilidad magnética del material [Wb/A·m].
S: área de la sección transversal del núcleo [m2].
l: longitud de líneas de flujo [m].
La magnitud de la inductancia es directamente proporcional al cuadrado del
número de espiras, al área de la sección transversal de la bobina y a la permeabilidad magnética del material. Por su parte, la permeabilidad magnética es la propiedad que tiene el material para atraer campos magnéticos y ser atravesado por estos. Cada material tiene una permeabilidad magnética distinta.
A su vez, la inductancia es inversamente proporcional a la longitud de la
bobina. Si el inductor es muy largo, el valor de la inductancia será menor.