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ÉTICA Y DEMOCRACIA

Giusti

- Hay ética sin democracia pero no democracia sin ética.


- Puede haber una ética sin democracia, es decir, una ética no
democrática.
- Lo que no puede haber, es una democracia o algún otro régimen político
privados de un sustento ético.

Ética:
o Concepción valorativa de la vida.
o Un sistema de creencias.
o Escala de valores socialmente compartidos.
o Todo esto anima a la interpretación de la realidad y que subyacen a las
diferentes formas de organización institucional que una sociedad decide
darse.

- Todos los seres humanos, en todas las épocas y lugares, participamos


de algún sistema de creencias morales que da sentido y pone orden a
nuestra acción en el mundo.
- No todas las concepciones éticas han sido democráticas. Las hay:
o Jerárquicas.
o Aristocráticas.
o Fundamentalistas.
o Patriarcales.
o Colectivistas.

Democracia:
o Concepción política sobre el gobierno de la sociedad que, como todos
los sistemas políticos, reposa sobre una definición de lo que somos
como individuos y de los derechos y los deberes que no corresponden
como tales, es decir, reposa sobre una concepción ética.
o Producto de la modernidad occidental y no puede entenderse sin que se
tomen en consideración las transformaciones ocurridas en las
concepciones éticas que le sirven de fundamento.

- La democracia no reposa sobre una ética univoca, sino sobre un conflicto


de concepciones éticas.

Respuesta adecuada a la cuestión del sustento ético de la democracia:

1. Ética del individualismo


Ética de la democracia es una ética del individualismo y la
desintegración social: el valor central de esta concepción libertad
individual y las instituciones políticas son concebidas como medios al
servicio de los intereses del individuo.
 El núcleo de esta concepción ética de la democracia es la idea de
la libertad del individuo.
 Valor moral central: Lo que nos iguala a todos los seres
humanos es el hecho de que somos concebidos como individuos
autónomos, independientes y aislados unos de otros. Capaces,
cada uno por su propia cuenta, de decidir sobre los ideales o los
intereses que deseamos perseguir.
 Todos los lazos culturales o comunitarios (Familia, Sociedad,
Estado) que puedan formar parte de nuestra vida, son
secundarios, irrelevantes y hasta obstaculizadores de nuestra
libertad individual.
 Ser libres es: ser libres de la tradición, de las convenciones, de
las instituciones, de los otros individuos.
 Isaiah Berlin llama a esta idea de libertad la “libertad negativa”.
 Negativa porque se define mas por lo que rechaza que por lo que
afirma.
 La libertad negativa: es una libertad individualista, atomista,
esencialmente desvinculada de las representaciones colectivas
que suelen caracterizar a las identidades grupales o culturales.
 Si el eje de esta concepción ética es la idea de la libertad
individual, entonces es una consecuencia que el Estado debe
estar al servicio del individuo o de la persona. Es decir, debe
garantizar el libre despliegue de los intereses particulares en la
sociedad.
 La libertad del individuo se traduce en el libre ejercicio de la
iniciativa privada; la sociedad, en el juego de las fuerzas del
mercado: el Estado, en el garante de los beneficios que puedan
obtener allí los individuos.
 El punto de vista del individualismo establece una jerarquía entre
los intereses privados y las instituciones políticas.
 Instituciones políticas: función de regular y administrar la división
del trabajo que se genera espontáneamente por acción de los
intereses de los individuos en la sociedad.
 “El valor supremo de la sociedad y del Estado es la persona
humana”.
 Individualismo posesivo, CB Macpherson.
 Cuando vemos que se deja en manos del mercado la regulación
de la producción, de la asignación de recursos, del desarrollo
regional, de la educación y hasta de la cultura, lo que se esta
haciendo, en realidad es aplicar y promover esta concepción ética
de la democracia que hace de la libertad y la iniciativa privadas el
eje de la vida social.
 Esta concepción ética también promueve la desarticulación o la
desvalorización de las formas premodernas de organización
social, familiar, religiosa o cultural.
 “Carácter transgresor de la democracia moderna”: cuando se
defiende la autonomía del individuo en contra de los lastres de su
tradición y cuando se considera como un ideal el que cada
campesino pueda convertirse en consumidor, empresario o
accionista. Si se llegaran a perder las comunidades culturales, eso
seria considerado como un costo inevitable del progreso y de la
inserción en las redes económicas modernas.
 Corresponde exclusivamente al individuo decidir cual ha de ser su
propia escala de valores morales, bajo el supuesto de que esta no
interfiere en la escala de valores de los otros individuos.
 En este modelo se cultiva el relativismo moral el cual debe ser
garantizado por la deliberada neutralidad valorativa del Estado.
 Relativismo moral: forma moralmente genuina de defender el
derecho de todos los individuos a ejercer su libertad, cada cual
como mejor le parezca.
 “La cultura del narcisismo”, Christopher Lasch.
 El relativismo moral implícito en la democracia es la expresión
consecuente del ideal personalista y egocéntrico que convierte a la
autorrealización del individuo en el valor principal de la vida y que
prescinde de todos los vínculos comunitarios o solidarios con los
otros individuos.
 Este narcisismo ha llegado a fusionarse de tal modo con nuestros
hábitos de comportamiento, que ya podemos hablar de el como un
hecho cultural.
 Conocida como el “Modelo normativo liberal de la democracia”.
 Modelo normativo porque establece una jerarquía de valores que
prefigura la orientación que deben tomar las reglas del juego
político.
 Modelo liberal porque concibe a la concertación política en
función de los mecanismos económicos del mercado y estos en
función de los intereses privados de los individuos.

2. Contradicciones del modelo


 Liberalismo es éticamente incestuoso porque se ha acostumbrado
a vivir violando los principios que le sirven de fundamento y que le
dan legitimidad.
 Los transgrede de diversas maneras, a nivel nacional y a nivel
internacional.
 Los miembros ideales de una sociedad liberal son justamente
solo eso: “individuos”.
 No peones ni terratenientes, ni cholos ni blancos, no católicos ni
judíos, ni siquiera hombres o mujeres, sino solo individuos. Es
decir, sujetos racionales con intereses propios y capacidad de
decisión.
 Esta igualdad es la fuente de legitimación del liberalismo, pues es
solo gracias a ella que puede justificarse el conjunto de leyes que
ordena la estructura económica, el régimen de propiedad o el
sistema educativo de una sociedad compuesta de individuos.
 El liberalismo suele violar el principio que le otorga legitimidad.
 El liberalismo no necesariamente crea las condiciones que el
mismo presupone.
 Mas bien es cuando se implanta sobre una base social de
discriminaciones ancestrales.
 El modelo liberal puede perpetuar las injusticias de la sociedad e
impedir incluso una redistribución de la riqueza mas acorde con
sus propios principios igualitarios.
 En una sociedad tradicionalmente racista y desintegrada, el
sistema liberal puede tener el efecto contraproducente de
acentuar las desigualdades.
 El liberalismo puede implementarse en las relaciones económicas
sin que ellos implique una liberalización de las relaciones
sociales.
 Puede ocurrir la separación entre la libertad económica y la
libertad política.
 Hoy mas que nunca, las decisiones tomadas en los centros
financieros o en las grandes potencias tienen repercusiones
decisivas sobre la vida económica, social o política de muchos
pueblos de la Tierra.
 Es fácil constatar que también a nivel internacional se viola el
principio de la igualdad que sirve de fundamento al propio sistema
democrático liberal.
 Los principios del liberalismo solo tienen vigencia plena en
condiciones ideales de igualdad y bajo el supuesto de que las
reglas del juego sean compartidas por todos.
 En países de Latinoamérica, el liberalismo esta violando también
sus principios constitutivos y lo esta haciendo tanto por exceso
como por defecto de las reformas que implementa.
 Los viola por exceso de liberalismo cuando somete
indiscriminadamente una sociedad desigual y pluricultural a las
reglas de funcionamiento del mercado pues de esa manera
produce un efecto contrario al que supuestamente desea obtener.
 Contribuye a perpetuar las desigualdades y a desarticular la ya
precaria cohesión de las diferentes comunidades culturales.
 Puede violar también sus propios principios constitutivos por
defecto de liberalismo a practicas como el caudillismo y el
militarismo.
 Manipula a su antojo el sistema de reglas democráticas.
Ejm: periodo de autoritarismo del Peru durante el gobierno de
Fujimori. Para tratar de perpetuarse en el poder, el régimen
autoritario de Fujimori se valio de una serie de triquiñuelas
caciquistas con el fin de dar apariencia legal al proyecto
reeleccionista. Estas argucias fueron multiples y pueden
interpretarse como transgresiones morales de los principios que
sostienen a la democracia. Pero ellas se sostenían sobre un
prouecto económico liberal que con el respaldo de la banca y las
instituciones crediticias, asi como de los sectores empresariales y
financieros del país que fueron los principales beneficiarios y no
les importaba que métodos implementaran con tal de garantizar la
estabilidad del modelo.

3. Ética de la solidaridad
 Ética de la solidaridad y de la participación ciudadana.
 “Comunitaristas”, Michael Walzer o Charles Taylor.
 Modelo ético, normativo que prefigura la orientación que han de
tomar las reglas del juego político.
 Por contraste, se le conoce como modelo republicano de
democracia.
 Republicano porque contiene una alusión a la concepción policía
de Rousseau y es utilizado con el propósito de destacar el
carácter participativo de la democracia que el modelo coloca en el
primer plano.
 Esta nueva ética propone un paradigma de la solidaridad.
 Valor central: cultivo de los múltiples vínculos comunitarios entre
los seres humanos.
 Desde el punto de vista moral, hay diferentes clases de
motivaciones que concuerdan en solicitar nuestro compromiso
ético en favor de quienes sufren injusticia.
 Debemos ser solidarios porque somos simplemente humanos.
 Desde el punto de vista practico, es preciso que pensemos en las
repercusiones políticas que debiera tener un cambio de
paradigma como este.
 Un Estado democrático solidario debería ofrecer incentivos para
favorecer el desarrollo regional o para compensar las
desigualdades estructurales que caracterizan a nuestra sociedad.
Asimismo, debería garantizar el acceso de todos a una educación
escolar y superior de calidad a sabiendas de que el mercado solo
contribuye a ahondar la brecha entre los ciudadanos ricos y los
pobres.
 Es decir, debería crear las condiciones de igualdad que el modelo
liberal solo presupone y sin las cuales el discurso democrático
termina por ser éticamente incestuoso.
 Debemos defender una ética de la efectiva participación
ciudadana en los asuntos públicos. Participación que debe
referirse a las formas en que tengamos que corregir y orientar a
las leyes del mercado a fin que garanticen el cumplimiento del
valor de la solidaridad.
 Es necesario incorporar una dimensión pluricultural a la ética de
la democracia solidaria.
 En América Latina hay una amplia gama de comunidades
culturales y de tradiciones locales que no tiene por que ser
obligadas a desintegrarse en función de los intereses del mercado
y de la movilidad de la fuerza de trabajo.
 No se trata de aislarlas de los procesos sistémicos de la
economía o la tecnología que se nos imponen a nivel
internacional pero si de permitirles preservar su propia identidad
cultural y el cultivo voluntario de sus tradiciones.
 Promover una cultura de reconocimiento,
 No porque queramos impedir que los individuos busquen su
propia forma de autorrealización personal en el contexto de una
sociedad democrática, sino porque esa misma forma de
autorrealización debería ser entendida en vinculación con las
posibilidades y las oportunidades de que gozan todos los
miembros de la misma sociedad.
 Cultura de reconocimiento: cultura de relaciones entre personas,
no de individuos aislados de toda relación ni de individuos que
instrumentalizan sus relaciones con los otros.
 Estas relaciones pueden ser interpersonales, sociales o políticas
y pueden demandar nuestro compromiso emocional, nuestra
actividad profesional o nuestra participación en los asuntos
públicos.
 Solo serán relaciones de reconocimiento si cumplen con 3
condiciones:
o Si son simétricas, es decir, si por su intermedio no solo
reconocemos al otro sino somos igualmente reconocidos.
o Si reposan sobre acuerdos consensuales acerca de las
reglas que han de regir la vida social.
o Si nos permiten vincular entre si las diferentes dimensiones
(interpersonal, social y política) en que se desenvuelve
nuestra relación con los otros.
 Necesita como base una ética de solidaridad.

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