Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Qué es Ciencia:
Se denomina ciencia a todo el conocimiento o saber constituido por una serie de principios y
leyes que derivan de la observación y el razonamiento de un cúmulo de información y datos, los
cuales son estructurados sistemáticamente para su comprensión.
En este sentido, la ciencia comprende varios campos de conocimiento y estudio que
conllevan al desarrollo de teorías y métodos científicos particulares, tras los cuales se pueden
obtener conclusiones objetivas y verificables.
La ciencia, además, está íntimamente relacionada con el área de las ciencias exactas
(matemática, física, química, ciencias naturales) y la tecnología. De allí la importancia de los
estudios científicos destinados a crear o perfeccionar la tecnología ya existente, a fin de alcanzar
una mejor calidad de vida.
RAMAS DE LA CIENCIA:
El concepto de rama científica no se debe confundir con el concepto de disciplina académica, que
englobaría tanto disciplinas científicas como disciplinas no científicas que, aunque impliquen
trabajos de investigación intelectual, no se basan en el método científico.
Índice de contenido
Ciencias fundamentales
Ciencias Formales
Ciencias Naturales
Ciencias Sociales
Ciencias Aplicadas
Ciencias fundamentales
Las diferentes ramas o áreas de conocimiento que se pueden estudiar desde una perspectiva
científica se suelen clasificar en tres grandes grupos:
Ciencias formales: ramas científicas que estudian los llamados sistemas formales, que son
sistemas basados en la lógica y lenguaje matemático. Por ejemplo, matemáticas, teoría de la
información o estadística.
Ciencias naturales: ramas científicas encargadas del estudio de fenómenos naturales, como
física, química, geología, astronomía o biología.
Estas serían las llamadas ciencias fundamentales, que son las ramas de la ciencia más
frecuentes como objeto de estudio en la investigación básica. Las ciencias fundamentales
también constituyen la base para otras ramas científicas interdisciplinares, a menudo dentro de
campos de investigación aplicada, que toman conocimientos de varias ramas o ciencias
fundamentales.
Por ejemplo, ingeniería y medicina serían ramas de ciencias aplicadas que toman conocimientos
de matemáticas, física, química o biología entre otras muchas.
Esquema ramas científicas
Esquema de las grandes ramas científicas
Ciencias Formales
A diferencia de las otras dos ramas de las ciencias fundamentales, las ciencias formales no
persiguen validar teorías sobre fenómenos observables del mundo real, que sería el conocimiento
empírico, sino avanzar en el conocimiento de los sistemas formales.
Los sistemas formales se deben entender como sistemas lógicos abstractos con sus propias
definiciones y reglas. Ser abstractos quiere decir que no se corresponden con un fenómeno
observable del mundo físico, sino que son fenómenos conceptuales.
No obstante, estos conceptos y sistemas formales son esenciales para desarrollar modelos
científicos que expliquen los fenómenos del mundo real.
Por ejemplo, las matemáticas o la lógica son dos ciencias formales, y gracias a ellas se pueden
construir y desarrollar modelos científicos en otras ramas, por ejemplo en física.
La principal diferencia entre las ciencias formales y las ciencias empíricas (naturales y sociales)
es que las ciencias formales utilizan un método de observación a priori: el conocimiento o la
justificación en las ciencias formales no se basa en la experimentación como hace el método
empírico.
Matemáticas
Lógica
Estadística
Teoría de la decisión
Teoría de la computación
Teoría de sistemas
Ciencias Naturales
Las ciencias naturales, a veces también denominadas como ciencias puras, son ramas científicas
que intentan descubrir y explicar las reglas que gobiernan el mundo natural o mundo físico. Estas
ramas científicas utilizan el método científico y la experimentación empírica para estudiar el
universo que nos rodea.
El término «natural» se utiliza para designar estas ciencias y diferenciarlas de las ciencias
sociales, que también son ciencias empíricas, pues aplican el método científico y la
experimentación para estudiar el comportamiento humano y sus patrones de organización social.
Ciencias de la vida: en contraposición con las ciencias físicas, las ciencias de la vida estudian los
organismos vivos, como plantas, bacterias o animales, incluyendo la biología de la especie
humana. Entre las ciencias de la vida podemos citar la biología, la zoología, la microbiología o la
botánica.
Ciencias de la Tierra: a veces consideradas como ramas de las ciencias físicas, las ciencias de la
Tierra en realidad integran conocimientos de las ciencias físicas y de las ciencias de la vida para
estudiar el planeta Tierra como un sistema global. Entre las ciencias de la Tierra tenemos la
ecología, la oceanografía, la geología, la meteorología o la geografía.
Ciencias Sociales
Bajo la categoría de las ciencias sociales se agrupan ciencias fundamentales que estudian el ser
humano desde una perspectiva social. Incluye ramas como antropología, arqueología, ciencias
políticas, economía, sociología, salud pública o teología.
Ciencias Aplicadas
A diferencias de las ciencias fundamentales, que persiguen la creación de conocimiento, las
ciencias aplicadas persiguen la transformación de ese conocimiento en aplicaciones prácticas,
por ejemplo en aplicaciones tecnológicas.
Las ciencias fundamentales se suelen desarrollar dentro de la investigación básica, mientras que
las ciencias aplicadas se desarrollan dentro de la investigación aplicada.
Danza
Historia de la danza (1)
Los orígenes
La danza podemos encontrarla en el mismo origen del ser humano, pues ya el hombre primitivo la utilizó, muy
tempranamente, como forma de expresión y de comunicación, tanto con los demás seres humanos, como con las
fuerzas de la naturaleza que no dominaba y que consideraba divinidades. Entre los hombres primitivos la danza tenía
un sentido mágico animista, pero también valor de cohesión social. La danza sirve para infundir ánimo a los
guerreros, para el cortejo amoroso, para ejercitarse físicamente, etc.
Tenemos que considerar que el elemento fundamental de la danza está en la propia naturaleza humana: el ritmo,
que le viene dado por su propio funcionamiento orgánico, con la respiración y los latidos del corazón. El mismo
principio que hace nacer la música en los orígenes de la humanidad, hace también nacer la danza, que están unidas
indisolublemente.
Los primeros en reconocer la danza como un arte fueron los griegos, que le dedicaron en su mitología una musa:
Terpsícore. Su práctica estaba ligada al culto del dios Dionisos y, junto con la poesía y la música, era elemento
indispensable de la tragedia griega, donde la catarsis ponía al individuo en relación con los dioses, aunque también
entre los griegos cumplía la danza una función de comunicación y cohesión social.
En la antigua Roma la danza perdió importancia y valor social y religioso. De hecho, bailar podía ser algo considerado
inconveniente en los hombres, lo que demuestran las críticas dirigidas a Escipión el Africano que tuvo el
atrevimiento de danzar ante sus hombres, seguramente una danza guerrera.
Edad Media
En la Edad Media, la danza estuvo muy apartada del desarrollo de las demás artes, debido a la mentalidad cristiana,
que la encontraba cargada de connotaciones sexuales, o sea, pecaminosas. La Iglesia rechazaba todo cultivo del
cuerpo con fin estético. Sin embargo, las prohibiciones no tuvieron efecto real, pues tanto el pueblo como los
cortesanos siguieron bailando en sus celebraciones. En esta época se produce la separación entre la danza de corte y
la popular, lo que perjudicó al desarrollo de la danza como actividad artística. Floreció la danza popular, eso sí, en lo
que conocemos como folclore. Muchas de las danzas folclóricas conservadas actualmente tienen su origen en estas
danzas medievales de creación popular, provenientes de ritos y fiestas paganas (de guerra, de trabajo, de cortejo),
que se realizaban a pesar de la prohibición eclesiástica o precisamente contra ella. Sólo las llamadas “danzas de la
muerte” tenían relación con la iglesia que las protegía. Eran en realidad danzas de tipo pasacalles, filas en cadeneta
que recorrían calles y plazas, en las que estaban representados todos los estamentos sociales; la idea era
representar el poder omnímodo de la muerte sobre los seres humanos, idea de la que el hombre medieval tenía
buen conocimiento por las epidemias que asolaron Europa.
Las celebraciones populares dieron lugar a gran número de danzas, entre las que destacan las llamadas moriscas, de
origen hispano-musulmán. Aún se conservan en Inglaterra con el nombre de morris dances: se bailaban en filas, con
pañuelos o bastones, y haciendo sonar cascabeles que se llevaban en los vestidos.
Renacimiento
Con el Renacimiento se produce un cambio de actitud y mentalidad frente al conocimiento y la percepción del
mundo. Para el Humanismo, movimiento intelectual de la época, el hombre pasa a ser el centro de la cultura y del
pensamiento; esta consideración tiene un efecto importante para el desarrollo de las artes, aunque en lo relativo a la
danza, los cambios vienen dados por la nueva organización social. Las ciudades italianas, dominadas por grandes
señores y enriquecidas por la burguesía, clase social que hace su aparición entonces, compiten entre sí en ofrecer
espectáculos a los visitantes extranjeros para mostrar su riqueza y poder. La danza recobra con estos espectáculos su
posición perdida. Aparecen en este momento y en Italia los primeros manuales prácticos de danza, siendo el primero
de ellos de 1450, cuyo autor fue Domenico Piacenza, considerado el primer coreógrafo de la historia. En su tratado,
“De arte saltandi et choreas ducendi”, Piacenza establece ya los elementos fundamentales de la danza: el compás de
medida (musicalidad), la manera (carácter del bailarín e interpretación), la memoria (fijación de pasos y
evoluciones), la división del terreno (el espacio) y el aire (calidad del salto). También clasifica los pasos de la danza en
naturales (como el andar) y accidentales (paso corrido, cambio de pie, etc.). Este tratado teórico vino motivado por
la práctica habitual de la danza en medios cortesanos y populares. Hay que destacar la colaboración que los artistas
del Renacimiento, como Da Vinci y Botticelli, prestaron a la danza con el diseño de escenografías muy complejas.
Por esa misma época y por influencia italiana, se produce en Francia el nacimiento del ballet comique, que será el
germen del ballet moderno. Su introducción en Francia se debe a Catalina de Médici, esposa del Duque de Orleans.
El ballet comique era un gran espectáculo cortesano para recepciones de embajadas y grandes invitados, donde
predominaba el diseño espacial sobre la creación de pasos; los bailarines no precisaban unas cualidades físicas
especiales, sino que su actuación requería decoro, elegancia y porte.
Se considera el primer ballet de la historia, con todas las salvedades hechas, la representación del Ballet Comique de
la Reine Louise, en 1581, dirigido por el francés de origen italiano Balthasar Beaujoyeulx. Duraba cinco horas y
narraba la historia de la hechicera Circe. Su principal valor era la unidad temática y artística; representaba la unión
culminante de los gustos italianos y franceses en estética coreográfica.
El siguiente tratado sobre danza fue debido a Thoinot Arbeau; ha llegado hasta nosotros y en él se encuentran
descripciones de pasos, posturas y movimientos aún en vigor en algunas escuelas de danza. Establece una estrecha
relación entre la música y la danza y dedica gran atención a la geometría coreográfica.
Cuando el ballet de corte declina en Francia, Inglaterra toma el relevo, y durante el siglo XVII, a imitación de los
franceses, la danza se convierte en el espectáculo cortesano más apreciado, conocido con el nombre de masques.
Sin embargo, su origen está en los llamados “revels”, entretenimiento cortesano donde se unía la música y la poesía,
con un vestuario suntuoso y la aparición de danzas. En estos revels participaba toda la corte, incluidos los propios
reyes.
Enrique VIII importó de Italia la llamada masquerie, que recibió en Inglaterra el nombre de masque. Combinaba el
canto, el diálogo y la danza, todo unido por un argumento. Se introdujo un elemento nuevo, la antimasque, en la que
la danza se aislaba como arte autónomo. Su hija, la reina Isabel, continuó esta tradición, a la que era muy aficionada.
Teatro
Kaqchikel
Nombres alternativos: cakchiquel
Área geográfica: Guatemala. Los hablantes del kaqchikel, en su mayoría, viven en la región volcánica del
departamento de Chimaltenango, cerca del lago Atitlán, así como en la capital y en los departamentos vecinos de
Sacatepéquez, de Sololá, de Suchitepéquez.
También en México se encuentran algunos hablantes de kaqchikel, poblaciones que por los años de 1980 han
migrado para huir de “la violencia”, la guerra civil guatemalteca, que especialmente ha afectado a las poblaciones
mayas.
Principales dialectos: Existe una importante diversificación dialectal del kaqchikel, pero el número exacto de estos
dialectos no tiene consenso. Ethnologue.com cuenta una decena de la variante dialectal del kaqchikel. Las variantes
del este y del centro son aquéllas que tienen el número más grande de hablantes.
Número de hablantes: en Guatemala, generalmente, se estima unos 500 000 hablantes del kaqchikel. El censo
guatemalteco del 2002 da la cantidad de 444954 hablantes.
Según el censo del 2000, en México, el número de hablantes no excedería de la treintena de personas.
Vitalidad y tansmisión: El kaqchikel es una de las lenguas mayas de Guatemala que cuenta con más hablantes
(con el k’icheé, el mam y el q’eqchi). Sin embargo, este gran número relativo de hablantes enmascara una situación,
de hecho, desfavorable.
Los hablantes de kaqchikel, prácticamente, todos son bilingües en español y el uso de la lengua ancestral está
perdiendo velocidad, especialmente en las más nuevas generaciones que favorecen al español. Existe el temor de
que ellos cesen de transmitir el kaqchikel y que muy rápidamente se podría ver que el número de hablantes haya
disminuido. Con él, partes enteras de la cultura y de los saberes mayas están amenazados de desaparecer.