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POLITECNICA DE
CHIMBORAZO
FACULTAD DE INGENIERÍA
ELECTRÓNICA
ESCUELA DE INGENIERÍA
ELÉCTRONICA EN
TELECOMUNICACIONES Y REDES
y z
Z x Y
En este ejemplo tenemos las proposiciones A “El triángulo rectángulo XYZ de catetos
z2
x e y e hipotenusa z tiene de área 4 ” y B “ El triángulo rectángulo XYZ es
isósceles”.
Si recuerdas los ejercicios que has hecho en el capítulo 1 en el apartado «Algo sobre la
proposición “Si A entonces B”», cuando quieres probar que “A implica B”, puedes
suponer que A es verdadera y usar de alguna forma esta información para concluir que
B es verdadera.
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El método de demostración indirecta
En el método de demostración indirecta, debes empezar preguntándote: “¿Cómo, o
cuándo, debo concluir que la proposición B es verdadera?” Esta pregunta debes
hacerla de forma general. En el ejemplo anterior, pongamos por caso, la pregunta
(general) es: “¿Cómo puedo probar que un triángulo es isósceles?”
Esta pregunta, obtenida de la proposición B, la llamaremos en lo que sigue la pregunta
clave. Una pregunta clave bien planteada no debería contener ni símbolos ni otras
notaciones (salvo números) del problema que se está considerando. La llave para
muchas demostraciones es formular correctamente la tal pregunta clave.
Una vez que has planteado la pregunta clave, tu paso siguiente en este método será
responderla. Volviendo al ejemplo anterior, ¿cómo puedo probar que un triángulo es
isósceles? Obviamente, una forma es probando que dos de sus lados tienen la misma
longitud. Considerando nuestra figura, deberías probar que x y. Observa que en la
respuesta a la pregunta clave hay dos fases: en primer lugar, das una respuesta general
que no contiene símbolos del problema planteado: demostrar que un triángulo es
isósceles, es demostrar que dos de sus lados tienen igual longitud. Luego, aplicas esta
respuesta a la situación en cuestión: demostrar que dos de sus lados tienen igual
longitud, significa demostrar que x y (no que x z ó y z).
Con el método de demostración indirecta, has construido una nueva proposición, B1,
que tiene la propiedad de que si puedes demostrar que B1, es verdadera, entonces B lo
será. En nuestro ejemplo, la nueva proposición es B1: x y.
Si puedes probar que x y, entonces el triángulo XYZ es isósceles. Una vez que has
planteado la proposición B1, todos tus esfuerzos deberían dirigirse a intentar llegar a la
conclusión de que B1 es verdadera, pues entonces seguiría que B es verdadera. ¿Cómo
puedes demostrar que B1 es verdadera? ¿Cómo puedes plantear una nueva pregunta
clave para B1?
Puesto que x e y son longitudes de dos lados de un triángulo, una pregunta clave
razonable podría ser “¿cómo puedo probar que las longitudes de dos lados de un
triángulo son iguales?”. Otra, igualmente razonable, sería “¿cómo puedo probar que
dos números reales son iguales?” Al fin y al cabo, x e y son números reales.
Una de las dificultades que pueden surgir en el método de demostración indirecta es la
posibilidad de más de una pregunta clave en algún paso. Elegir la correcta tiene más de
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arte que de ciencia. En algunos casos, habrá solamente una pregunta clave obvia; en
otros casos, deberás proceder por ensayo y error. Aquí es donde tu intuición, esfuerzo,
creatividad, tus diagramas, etc., pueden jugar un papel importante. Una norma
general, es dejar que la información que encierra A (que estás suponiendo cierta) te
ayude a elegir la tal pregunta. Al margen de la pregunta clave que finalmente plantees,
el siguiente paso será responderla, primero en general y luego aplicada a la situación
en cuestión. ¿Puedes hacer esto para las dos preguntas clave que supuestamente has
planteado para B1? Para la primera, podrías demostrar que dos lados de un triángulo
tienen igual longitud, probando que los ángulos opuestos son iguales. En nuestro
triángulo significaría probar que los ángulos X e Y son iguales. Un rápido examen de la
proposición A nos hace ver que no aporta mucha información sobre los ángulos del
triángulo XYZ. Así pues, debemos elegir la otra pregunta clave.
Ahora estás ya frente a la pregunta “¿Cómo puedo probar que dos números reales (a
saber, x e y) son iguales? Una respuesta es probar que su diferencia es cero.
Desafortunadamente hay otra respuesta perfectamente razonable: demostrar que el
primer número es menor o igual que el segundo y que el segundo es menor o igual que
el primero. Así pues, surge una segunda dificultad en el método de demostración
indirecta: puedes, incluso, elegir bien la pregunta clave pero puede haber más de una
respuesta para ella. Por otra parte, puedes incluso elegir una respuesta que impida
completar la demostración. Por ejemplo, para la pregunta clave “¿Cómo puedo
demostrar que un triángulo es isósceles?” estaría la respuesta “Demostrando que es
equilátero”. Como puedes observar, es imposible demostrar que el triángulo de
nuestro ejemplo es equilátero, pues uno de sus ángulos es recto.
Volviendo a la pregunta clave asociada a B1 “¿Cómo puedo demostrar que dos
números reales (a saber, x e y) son iguales”, supón, por razones que seguro ya estás
viendo, que eliges la respuesta de probar que su diferencia es cero. Has vuelto, en el
método de demostración indirecta, a construir una nueva proposición B2 con la
propiedad de que si puedes probar que B2 es verdadera, así lo será B1 y, por tanto,
también B. Concretamente, la nueva proposición B2 es
B2: x y 0.
Todos tus esfuerzos deben ahora dirigirse a llegar a la conclusión de que B2 es
verdadera. Deberás, en último lugar, hacer uso de la información de A pero, de
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momento, continuemos una vez más con el método de demostración indirecta
aplicado a B2.
Una pregunta clave asociada a B2 sería: ¿Cómo puedo probar que la diferencia de dos
números reales es cero? Después de alguna reflexión, parece que no hay una
respuesta razonable a esta pregunta. Un nuevo problema surge en el método de
demostración indirecta: ¡La pregunta clave aparentemente no tiene respuesta! No hay
que desanimarse; no todo está perdido. Recuerda que cuando quieres probar “A
implica B”, debes suponer que A es verdadera. Es ahora el momento de hacer uso de
ello.
El método de demostración directa
El método de demostración directa parte de la proposición A, que supones verdadera,
y deducir de ella una nueva proposición A1 que puedas ver que es verdadera como
resultado de que A lo es. Es importante resaltar que las proposiciones deducidas de A
no deben ser hechas de cualquier modo, deben estar enfocadas hacia la última
proposición obtenida en el método indirecto. Volviendo a nuestro ejemplo,
recordemos que la última proposición obtenida en el método indirecto era B2 : x y
0.
En este ejemplo, la proposición A es “ El triángulo rectángulo XYZ de catetos de
z2
longitud x e y e hipotenusa de longitud z, tiene por área 4 ”.
Como bien sabes, de A deducimos
xy z 2
=
A1: 2 4
Otra proposición útil deducida de A es
A2: x2 y2 z2.
Naturalmente que podemos combinar A1 y A2 y construir más proposiciones
verdaderas. Así, en nuestro caso, tendríamos
xy x 2 + y 2
=
A3: 2 4 .
Uno de los problemas de este método es que es también posible construir algunas
proposiciones carentes de utilidad, por ejemplo: “El ángulo X es menor de 90º”.
Como no hay normas específicas para construir nuevas proposiciones, tengamos
presente que, en nuestro caso, el método de demostración directa está dirigido a
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probar la proposición B2: x y 0, que fue la última que dedujimos en el método de
demostración indirecta. El hecho de que B2 no contenga el número z es la razón por la
que hemos eliminado z2 de A1 y A2 para construir A3.
Continuando con el método de demostración directa, debes intentar volver a escribir
A3 para que se parezca más a B2. Por ejemplo
A4: x2 2xy y2 0, que factorizándola da A5: (x y)2 0.
Es interesante hacer notar que el método de demostración directa nos ha dado una
respuesta a la pregunta clave que habíamos asociado con B2: “¿Cómo puedo
demostrar que la diferencia de dos números reales es cero?”, que, en este caso, sería
demostrando que el cuadrado de su diferencia es cero.
Como ves, normalmente mezclamos los dos métodos vistos. Un resumen de nuestra
demostración podría ser:
Proposiciones Justificaciones
2
z
Dado
A: Área de XYZ es 4
xy z 2 base⋅altura
=
A1: 2 4 Área 2
A2: x2 y2 z2 Teorema de Pitágoras
2 2
xy x + y
= De A2 y A1
A3: 2 4
A4: x2 2xy y2 0 De A3
A5: (x y)2 0 Factorizando A4
B2: x y 0. De A5
B1 : x y De B2
B: XYZ es isósceles De B1
Como te habrás dado cuenta, no es normal escribir todos estos pasos en una
demostración; suelen aparecer versiones mucho más condensadas. Por ejemplo, en
nuestro caso, aparecería algo así como
Demostración. La hipótesis, junto al teorema de Pitágoras, nos lleva a x2 y2 2xy, de
donde (x y)2 0 y el triángulo es isósceles como queríamos probar.
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El método de demostración por reducción al absurdo
Aunque hayas creído por un momento que el método de demostración que acabas de
ver, demostración directa-indirecta, te va a resolver casi cualquier tipo de
demostración que te aparezca, existen casos muy simples donde fracasa
estrepitosamente. Por ejemplo:
Proposición: Si n es un entero positivo y n2 es par, entonces n es par.
Si pensamos en el método de demostración indirecta, empezamos con la pregunta
clave: “¿Cómo puedo demostrar que un entero (a saber, n) es un número par? Una
respuesta sería demostrar
B1: Existe entero k tal que n 2k.
La aparición del cuantificador existe sugiere proceder mediante un método de
construcción, de forma que usaremos el método directo de demostración para
intentar construir el entero buscado k.
Trabajando así, de la hipótesis de que n2 es par, podemos afirmar
A1: Existe un entero, digamos m, tal que n2 2m.
Como nuestro objetivo es encontrar el entero k para el que n 2k, parece natural
tomar la raíz cuadrada positiva de los dos términos en A1 y escribir:
A2: n=√2 m y ¿cómo volver a escribir ahora √ 2m para que se parezca a 2k?
¡Parece que el método de demostración directa-indirecta falla aquí!
Afortunadamente existen otras técnicas de demostración. Una de ellas, el método de
demostración por reducción al absurdo es la que vamos ahora a ver, junto con unas
indicaciones de cuándo y cómo debe utilizarse.
En el método de demostración de reducción al absurdo, debes empezar suponiendo
que A es verdadera, al igual que hacías en el método de demostración directa. Ahora,
sin embargo, para llegar a la conclusión buscada, a saber, que B es verdadera puedes
proceder haciéndote una pregunta muy simple: “¿Por qué no puede B ser falsa?”
Después de todo, si B tiene que ser verdadera, debe haber alguna razón por la que no
pueda ser falsa. El objetivo del método de demostración por reducción al absurdo es,
precisamente, descubrir esa razón.
En otras palabras, la idea de la demostración por reducción al absurdo es suponer que
A es verdadera y B falsa y ver que no puede ocurrir esto.
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¿Y qué significa “ver por qué no puede ocurrir esto”? Supón, por ejemplo, que después
de suponer que A es verdadera y B falsa (en lo que sigue escribiremos no B) eres capaz
de demostrar que 1 0. ¿No te convencería eso de la imposibilidad de ser A verdadera
y B falsa simultáneamente?
Así pues, en una demostración por reducción al absurdo, debes suponer que A y no B
son verdaderas y usar esta información para llegar a una contradicción de algo que tú
estás seguro de que es verdadero.
Una vez llegados aquí surgen, de forma natural, varias preguntas:
1. ¿Qué contradicción debemos buscar?
2. ¿Cómo utilizar exactamente la suposición de que A es verdadera y B falsa para
llegar a esa contradicción?
3. ¿Por qué y cuándo debemos utilizar este método en lugar del de demostración
directa-indirecta?
La primera pregunta es, con mucho, la más difícil de responder, porque no hay normas
específicas. Cada problema origina su propia contradicción, hay normalmente que
tener creatividad, esfuerzo, persistencia ... y suerte para llegar a esa contradicción.
Respecto de la segunda pregunta, el método más normal para llegar a una
contradicción es trabajar conjuntamente, mediante demostración directa, partiendo
de que A y no B son verdaderas. Esta última observación también puede indicar la
conveniencia de usar a veces el método de demostración por reducción al absurdo en
lugar del de demostración directa-indirecta: mientras que en este último, supones
únicamente que A es verdadera, en el método de reducción al absurdo supones que
tanto A como no B son verdaderas. Así pues, tienes dos proposiciones para empezar a
andar en vez de una sólo. Como contrapartida no tienes una idea exacta de cómo va a
surgir la contradicción.
Como regla general, utiliza el método de demostración por reducción al absurdo
cuando la proposición no B te dé alguna información útil. Hay al menos dos casos
fácilmente reconocibles en los que esto ocurre: Recuerda la proposición B asociada a
nuestro ejemplo del comienzo: “n es un entero par”. Puesto que un entero solamente
puede ser par o impar, cuando supones que B no es verdadera, debe ocurrir que n es
un entero impar. Aquí, la proposición no B te da alguna información útil.
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En general, cuando la proposición B es una de dos posibles alternativas (como ocurre
en nuestro ejemplo), el método de demostración por reducción al absurdo puede ser
útil, en tanto que, suponiendo no B, sabes que ocurre la otra alternativa.
Un segundo caso en el que el método de demostración por reducción al absurdo
puede tener éxito es aquel en el que la proposición B contiene la palabra no, como se
muestra en el ejemplo más clásico y más hermoso de demostración por reducción al
absurdo que verás en el problema 2-28:
Proposición: Si r es un número real tal que r2 2, entonces r no es racional.
Uno de los matemáticos más importantes de este siglo, el inglés G.H. Hardy, decía que
“el método de reducción al absurdo, que tanto complacía a Euclides, es una de las
armas más finas que puede emplear un matemático. Es un gambito mucho más
hermoso que cualquiera de los que pueda ofrecernos el juego del ajedrez. Un jugador
de ajedrez puede sacrificar un peón o incluso una pieza, pero un matemático sacrifica
la partida completa”.
Otros casos en los que es útil el método de demostración por reducción al absurdo son
aquellos en los que la proposición B contiene el cuantificador existe. Con el método de
construcción tenemos la dificultad de tener que construir el objeto buscado. El
método por reducción al absurdo abre ahora un nuevo enfoque. En lugar de demostrar
que existe un objeto con la propiedad de que tal cosa ocurre, ¿por qué no proceder
con la suposición de que no existe tal objeto? Nuestra tarea sería ahora usar esta
información para llegar a algún tipo de contradicción. El cómo y dónde va a surgir la
contradicción puede no estar claro pero puede resultar mucho más fácil que construir
el objeto buscado.
Considera el siguiente ejemplo: Supón que quieres demostrar que en una fiesta con
367 personas, al menos hay dos con el mismo cumpleaños. Si usas el método de
construcción, tendrías que ir a la fiesta y encontrar las dos personas en cuestión.
Supón, por el contrario, que no hubiera ningún par de personas con el mismo
cumpleaños e intenta llegar tú solo a una contradicción.
La demostración por contraposición
Acabamos de ver que en el método de demostración por reducción al absurdo, partes
de las proposiciones A y no B y, por demostración directa, intentas alcanzar algún tipo
de contradicción. La dificultad de este método es que no sabes a qué contradicción te
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vas a dirigir. El método que veremos ahora, la demostración por contraposición, tiene
la ventaja de que te vas a dirigir hacia una contradicción concreta.
En la demostración por contraposición, al igual que la demostración por reducción al
absurdo, supones que tanto A como no B son verdaderas. En el método por
contraposición, sin embargo, no partes de A y no B, sino que empiezas a trabajar
solamente con no B y tu objetivo es llegar a que A es falsa, con lo que ya has llegado a
una contradicción ¿Qué mejor contradicción? ¿Cómo puede ser A a la vez verdadera y
falsa?
Intenta demostrar por contraposición la siguiente proposición:
Proposición: Si m y b son números reales con m 0, entonces la función f (x) mx b
es inyectiva. (Recuerda que una función es inyectiva si para cualesquiera n os reales x e
y con x y es f (x) f (y)).
Hemos dicho que la demostración por contraposición es un cierto tipo de
demostración por reducción al absurdo. Cada uno de estos dos métodos tiene sus
ventajas y sus inconvenientes. La desventaja del método de demostración por
contraposición frente al de reducción al absurdo consiste en que en aquél partes de
una sola proposición, no B, en lugar de dos. La ventaja es que sabes exactamente a
donde quieres llegar, a no A, con lo que puedes aplicar el método de demostración
indirecta a la proposición no A. La opción de trabajar con demostración indirecta no es
aplicable en el método por reducción al absurdo pues no sabes qué contradicción estás
buscando.
Si comparas el método de demostración directa-indirecta (A implica B) con el de
contraposición (no B implica no A) observarás que tienen la misma estructura y, por
tanto, no hay, en principio, razones aparentes para preferir uno a otro.
Hay, sin embargo, algunos casos en los que el método de contraposición o el de por
reducción al absurdo deberían elegirse o, al menos, considerarse seriamente. Son
aquellos en los que en la proposición B aparece la palabra no, pues, en estos casos, es
bastante normal que la proposición no B contenga alguna información útil.
Para terminar, he aquí un cuadro que resume los tres métodos:
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Demostración directa- directa Indirecta
A ... B
indirecta
directa
Reducción al absurdo A y no B ... contradicción
directa Indirecta
Contraposición no B ... no A
En una demostración por inducción matemática, antes que nada se tiene que
demostrar que un "caso inicial " es cierto, y entonces la "regla de inducción" se utiliza
para probar una serie de otro casos (a menudo infinitos casos). Cómo que se ha
demostrado que el caso inicial es cierto, el resto de infinitos otros casos también
tienen que ser ciertos, aunque todos no se puedan demostrar directamente puesto
que son un número infinito. Un subconjunto de inducción es un método de descenso
infinito. Se utilizó un método de descenso infinito para demostrar que el raíz de 2 es
irracional. El principio de inducción matemática dice que: Sea ' = { 1, 2, 3, 4, ... } el
conjunto de los números naturales y P( ') una afirmación matemática en la que
interviene el número natural ' perteneciente a tal que (y) P(1) es cierto, ie, P( ') es
cierto por ' = 1 (ii) P(me ' + 1) es cierto si P(me ') es cierto, ie, P(me ') es cierto implica
que P(me ' + 1) es cierto. Entonces P( ') es cierto para todos los números naturales '.
Los matemáticos utilizan a menudo el término "demostración por inducción " como
abreviatura para demostración por inducción matemática.[4] A pesar de esto, el
término "demostración por inducción" también se puede utilizar en lógica para
significar una argumentación que utiliza razonamiento inductivo.
Demostración combinatórica
Una Demostración combinatórica establece la equivalencia de las diferentes
expresiones demostrando que cuentan el mismo objeto de diferentes maneras.
Normalmente se utiliza una biyección para demostrar que las dos interpretaciones dan
el mismo resultado.
Demostración no-constructiva
Una Demostración no-constructiva establece que un determinado objeto matemático
tiene que existir (e.g. "Algún X satisface f(X)"), sin explicar como se puede encontrar
este objeto. A menudo este tipo de demostraciones toma la forma de una
demostración por reducción al absurdo en la que se demuestra la imposibilidad de la
no existencia del objeto. En un demostración constructiva se demuestra que este
objeto existe dando un método para encontrarlo. Un ejemplo famoso de una
demostración no constructiva demuestra que existen dos números irracionales a y b
tal que enb es un número racional:
O bien es un número racional y, entonces, ya hemos acabado (tomamos ), o es
irracional, por lo tanto escribimos y . Esto da , que es por lo tanto un número racional
de la forma ab.
Demostración visual
Demostración visual al triángulo (3, 4, 5) cómo en el Chou Pei Suan Ching 500–200 BC.
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Demostración elemental
Una demostración elemental es una demostración en la que se utilizan únicamente
técnicas básicas. Este término se utiliza en la teoría de números para referirse a
demostraciones que no utilizan análisis complejo. Durante tiempo se creía que algunos
teoremas como el teorema de números primos sólo se podían demostrar utilizando
matemáticas "de alto nivel". Con el tiempo, muchos de estos resultados se han
demostrado utilizando sólo técnicas elementales.
Proposiciones indemostrables
Una proposición de la cual no se puede demostrar ni la veracidad ni la falsetat a partir
de un conjunto de axiomas se denomina indecidible (por este conjunto de axiomas).
Un ejemplo es el postulado de las paralelas, que no se puede ni probar ni refutar a
partir de los axiomas de la geometría euclídea.
Se ha demostrado que hay muchas proposiciones que no son ni demostrables ni
refutables en la teoría de conjuntos de Zermelo-Fraenkel con el axioma de la elección
(ZFC), el sistema estándar de la teoría de los conjuntos en matemáticas (suponiendo
que ZFC es consistente); ved lista de las proposiciones indecidibles a ZFC.
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Webgrafia:
* http://es.wikilingue.com/ca/Demostraci%C3%B3n_matem%C3%A1tica
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