El argumento es un razonamiento que se utiliza para convencer, persuadir, defender una
idea o demostrar algo. Es importante tener en cuenta que al evaluar argumentos podemos decir que son buenos o malos, correctos o incorrectos, fuertes o débiles, pero no que son verdaderos o falsos; ya que sólo las oraciones evaluadas, cada una de manera individual, son falsas o verdaderas, y dado que un argumento es un conjunto de oraciones, este no puede ser verdadero ni falso, si no correcto o incorrecto. Un argumento es incorrecto cuando las premisas no ofrecen un buen apoyo para la conclusión, no hay ninguna relación entre premisas y conclusión o las premisas no constituyen buenas razones para aceptar la conclusión. Un argumento es válido si la conclusión es cierta cuando las premisas son ciertas. Los argumentos válidos tienen una forma perfecta porque cuando las premisas son ciertas, la conclusión es también cierta. Que un argumento sea válido no garantiza que la conclusión del argumento sea cierta. Un argumento válido sólo garantiza que si todas las premisas son ciertas, su conclusión es cierta. Por otra parte, un argumento no es válido si la conclusión resulta falsa incluso siendo ciertas todas las premisas. Un argumento no es válido si la conclusión no se deduce irremediablemente de las premisas. Algunos argumentos no válidos proporcionan buena evidencia sobre la veracidad de sus conclusiones, pero no garantizan que la conclusión sea cierta.