EL TRAFICO DE MUJERES
NOTAS SOBRE LA «ECONOMIA POLITICA» DEL SEXO *
La literatura sobre las mujeres -tanto feministas
‘como antiferninista-es una larga meditacién sobre la cues-
tidn de la naturaleza y génesis de la opresicn y la subordi-
nacién social de la mujeres. No es una cuestion trivial,
puesto que las respuestas que se le den condicionan nues-
tras visiones del futuro y nuestra evaluacidn de sies rea-
lista 0 no la esperanza de una sociedad sexualmente
igualtaria. Lo que es més importante, el andlisis de las
causas de opresin de las mujeres constituye la base de
‘cualquier estimacién de lo que habria que cambiar para
alcanzar una sociedad sin jerarquia por géneros. Asi sien
la rai de la opresién femenina encontraros agresividad
y tendencia al dominio innato en fos hombres, el progra-
ma ferninista requeriria l6gicamente ya sea el exterminio
pueden y
eben distinguirse de las «relaciones de produccién» no
es la menor de la intuiciones de Engels:
«De acuerdo con la concepcisn materalisa, el fac-
tor determinante en la historia es, en titima instancia, la
producciéa y reproduccién de la vida inmediata, Est, a
su ver, es de cardcter dual; por un lado, la produccién de
los medios de existencia, de alimento, vestido, abrigo y
las herramientas necesarias para esa produccién; por el
otro, la produccién de los seres humans mismos, la pro-
pagacidn de la especie.
La organizacién social en que vive la poblacién de
determinada época histética y determinado pais es de-
terminada por ambos tipos de produccién: por la etapa
de desarrollo del trabajo por un lado y de la familia por el
otro...» (Engels, 1972, pp. 71-72; subrayados mios).
Este pasaje indica un reconocimiento importante:
que un grupo hurmano tiene que hacer algo més que apli-
car su actividad a la reformacién del mundo natural para
vestise, alimentarse y calentarse. Generalmente llama-
‘mosal sistema por el cual los elementos del mundo natu-
ral son transformados en objetos de consumo humano la
«economia». Pero las necesidades que se satisfacen pot
la actividad econémica, aun en el sentido més ricoy mar
xista del término, no agotan los requetimientos humanos
fundamentales.
Un grupo humano tiene que reproducirse a si mis-
mo de generacién en generacién. Las necesidades de
sexualidad y procreacién deben ser satisfechas tanto como
la necesiad de comer, y una de las deducciones més
“obvias que se pueden hacer de los datos de la antropolo-
gia es que esas necesidades casi nunca se salisfacen en
tuna forma «natural», lo mismo que la necesidad de ali-
mento. E]hambre es el hambre, pero lo que calfica como
alimento es determinado y obtenido culturalmente. Toda
sociedad tiene alguna forma de actividad econdmica or-
ganizada. El sexo es el sexo, pero lo que califica como
sexo también es determinado y obtenido culturalmente.
‘También toda sociedad tiene un sistema de sexo/génera
-un conjunto de disposiciones por el cual la materia pri-
ma biolégica del sexo y la procreacién humanos es con-
formada por la intervencién humana y social y satisfechia
en una forma convencional, por extrarias que sean algu-
nas de las convenciones”.
Elreino del sexo, el género yla procreactén huma-
nos ha estado sometido a, y ha sido modificado por, una
incesante actividad humana durante milenios. El sexo tal
como lo conocemos -identidad de géneros, deseo y fan-
tasias sexvales, conceptos de la infancia-en siun produc-
GAYLE RUBIN
to social, Necesitamos entender las relaciones de su pro-
duccién, y olvidar por un momento la alimentacién, el
vestido, los automéviles y los radios de transistores. En la
‘mayor parte de la tradicidn manaista,¢ incluso en el libro
de Engels, el concepto de «segundo aspecto de la vida
material» ha tenida a desvanecerse en el fondo, o a ser
incorporado a las nociones habituales de la «vida mate-
rial», La sugerencia de Engels nunca ha sido seguida_y
sometida al refinamiento que necesita. Pero él indica la
eexistencia y la importancia del campo de la vida social
que quiero llamar sisterna de sexo/género.
‘Se han propuesto otros nombres para el sistema de
sexolgénero, Las altemnativas mas comunes son « modos
de reproduccién y epatriarcado». Puede ser una tonteria
discutirporlas palabras, pero estos dos términos pueden
conducira la confusién. Las tres propuestas se han hecho
conel finde introduciruna distincién entre sistemas «eco-
némicos» y sistemas «sexuales», y para indicar que los
sisternas sexuales tienen cierta autonomia y no siempre
se pueden explicar en términos de fuerza econdmica.
«Modo de reproduccién, por ejemplo, se ha propuesto en
oposicién al mas familiar «modo de produccién». Pero
esa terminologia vincula la «economia con laproduccién,
y el sistema sexual con a «teprodiuccin», y reduce lat
‘queza de ambos sistemas, puesto que en los dos tienen
lugar «{produeciones y reproducciones», Todo modo de
produccién incluye reproduccién: de herramientas, de
mano de obra de relaciones sociales. No podemos rele-
gar todos los mulifacéticos aspectos de la reproduccién
social al sistema sexual. Elreemplazo de la maquinaria es
uunejemplo de reproduccién en la economia, Por otro lado,
no podemos limitarel sistema sexual ala steproduccién»,
ni en el sentido biol6gico del término ni en el social. Un
sistema de sexo/géneto es simplemente el momento
reproductivo de un «modo de produccién», La formacién
de la identidad de género es un ejemplo de produccién
cen el campo del sistema sexual. Y un sistema de sexo/
.género inchiye mucho mas que las «relaciones de pro-
creaciéne, la reproduccién en sentido biol6gico.
Elténmino «patriarcado> se introdujo para distinguir
las fuerzas que mantienen el sexismo de otras fuerzas
sociales, como el capitalismo, Pero eluso de «patriarcado»
‘oculta otras distinciones,
Ese uso es andlogo al uso de «capitalismo» para re-
feritse a todos los modos de produccién, cuando la utile
dad del término «capitalismo> reside justamente en que
dlistingue entre los distintos sistemas por las cuales la so-
ciedad se organiza y aprovisiona Toda sociedad tiene al
stir tipo de «economia politica: ese sistema puede ser
igualitario 0 socialista: puede estar estratificado por cla-
es, en cuyo caso la clase oprimida puede ser de siervos,
de campesinos o de esclavos. La clase oprimida puede
ser también de asalariados, en cuyo caso el sistema es
+[MATERIALES DE ENSENANZA: GENERO: CONCEPTOS BASICOS
propiamente «capitalista», La fuerza del término reside
en su implicacién de que, en realidad, hay alternativas al
capitalismo.
Del mismo modo, toda sociedad tiene algunos mo-
dos sisternticos de tratar el sexo, el género y los bebés.
Ese sistema puede ser sexualmente igualitario, por lo
‘menos en teoria, o puede ser «estatificacio por géneros»,
‘como parece suceder con la mayoria ola totalidad de los
ejemplos conocidos. Pero es importante aun frente auna
historia deprimente- mantener la distincidn entre la capa-
cidad y la necesidad humana de ctear un mundo sexval,
y los modos empiricamente opresivos en que se han or-
‘anizado Jos mundos sexuales. El término patriarcado
subsume ambos sentidos en el mismo término. Sistema
de sexo/género, por otra parte, es un término neutro que
se refiere a ese campo e indica que en él la opresién no
es inevitable, sino que es producto de las relaciones so-
ciales especiticas que lo organizan.
Finalmente, hay sistemas estatificados por género
‘que no pueden deseribitse correctamente como patriar-
cles. Muchas sociedades de Nueva Guinea (enga, maring,
hena-bena, huli, melpa, kuma, gahuku-gama, fore,
marindanim y ad nauseam; Berndt, 962; Langness, 1967;
Rappaport, 1975; Read, 1952; Meggitt, 1970; Glasse, 1971;
Sirathem, 1972; Reary, 1959; Van Baal, 1965; Lindenbaum,
1873.) son perversamente opresivas para las mujeres, pero
elpoder de los hombres en esos grupos no se basa en sus
papeles de padtes o patriarcas, sino en su masculinidad
adulta colectiva, encamada en cultos secretos, casas de
hombres, guerra, redes de intercambio, conocimientos i=
‘ual diversos procedimientos de iniciacién. El patiarcado
es una forma especifica de dominacién masculina y el
uso del término deberia limitarse al tipo de pastores n6-
‘madas como los del Antiguo Testamento de que proviene
el término, o a grupos similares, Abraham era un Patriar-
ca: un viejo cuyo poder absoluto sobre esposas, hijos, re-
barios y dependientes era un aspecto de la institucién
pateridad, tal como se definia en el grupo social en que
vivia
Cualquiera que sea el término que utiliceros, lo im-
portante es desarrollar conceptos para describir adecua-
‘daimente la organizacidn social de la sexvalidad y la te-
produccién de las convenciones de sexo y género. Nece-
sitamos continuarel proyecto que Engels abandoné cuan-
do ubics la subordinacién de las mujeres en un proceso
dentro del modo de produccién'®, Para hacerlo, pode-
‘mos imitar a Engels en el método, no en los resultados.
Engels enfocs la area de analizar «el segundo aspecto de
la vida material» por Ia via del examen de una teoria de
Jos sistemas de parentesco. Los sistemas de parentesco
son y hacen muchas cosas, pero estan formados por, y
reproducen, formas concretas de sexualidad socialmen-
45
te organizada. Los sistemas de parentesco son formas em-
piricas y observables de sistemas de sexo/género,
PARENTESCO (sobre el papel que
desempefia la sexualidad en la transicién del
mono al chombre»)
Para un antropélogo, un sistema de parentesco no
es una lista de parientes bioldgicos. Es un sistema de ca-
tegorias y posiciones que a menudo contradicen las rela-
clones genéticas reales, Hay docenas ce ejemplos en que
posiciones ce parentesco socialmente definidas son mas
importantes que las bioldgicas. Un caso notori es la cos-
‘umbre nuer del “matrimonio de mujer”: losnuer definen
Ja patemidad como perteneciente a la persona en cuyo
nombre se da la ote en ganado para la madre, Asi, una
‘mujer puede estar casada con otra mujer, y ser marido de
la esposa y padre de sus hijos, aunque no sea el
inseminador (Evans-Prtchard, 1951, pp. 107-09)
Ensociedades preestatales, el parentesco es elidio-
ma de lainteraccién social que organiza la actividad eco-
némica, politica y ceremonial, ademés de sexual. Los
deberes, las responsabilidades ylos prvilegios de unindi-
viduo frente a otros se definen en términos del mutuo
patentesco o falta de él El intercambio de bienes y servi-
ios, la produccién y la distribucién, la hostiidad y la sol
datidad, los rituales y las ceremonias, todo tiene lugar
dentro de la estructura organizativa del parentesco. La
ubicuidad y la eficacia adaptiva del parentesco ha llevado
‘a muchos antropélogos a considerar que su invencién,
junto con a invencién del lenguaje, fueron los hechos que
marcaron decisivamente la discontinuidad entre los
hominidos semihumanos y los seres humanos (Sahlins,
1960; Livingstone, 1969; Lévi-Strauss, 1969).
Sibien laidea de laimportancia del parentesco goza
del status de un principio fundamental en la antropologia,
cl funcionamiento intemo de los sisternas de parentesco
son desde hace mucho tiempo objeto de una intensa con-
troversia. Los sistemas de parentesco varian ampliamen:
tede una cultura a otra, Contienen toda clase de normas:
sorprendentes que rigen con quién puede uno casarse 0
ro, Su complejidad intema da vértigo. Los sistema de pa-
rentesco provocan desde hace décadas alos antropdlogos
a tratar de explicar los tabtis del incesto, el matrimonio
entre primos cruzados, los términos de descendencia, las
relaciones de intimidad forzada o prohibida, os clanes y
las secciones, ls tabiies sobre nombre todo el catélogo
de elementos que se encuentra en las descripciones dle
Jos sistemas de parentesco concretos. Enel siglo XIX, va-
ros pensadotes intentaron escribir descripciones genera-
Jes de la naturaleza y la historia de los sistemas sexvales
humanos (Fee, 1973). Uno de ellos fue Lewis Henryorgan, con La sociedad antigua, el Iibro que inspiré a
Engels para escribir El origen de la familia, la propiedad
privaday el estado, la teora de Engels se basaen la des
cripcién de Morgan del parentesco y el matrimonio.
“Alretomar el proyecto de Engels de extraer una teo-
ade la opresién sexual del estudio de parentesco, tene-
sos a venlaja de la maduracién de la etnologia desde el
siglo XIX. Ademds tenemos a venta de un ibro peculiar
y paticularmente apropiado, Las estructuras elementa-
Jes del parentesco de Lévi Strauss, que es la més atrevida
versién del siglo XX del proyecto del XIX de entender el
matrimonio humano. Es un libro en. que se entiende ex-
plicitamente el parentesco como una imposicién de la
organizacién cultural sobre los hechos de la pracreacién
bioldgica. Esta impregnado por la conciencia de la impor-
tancia de la sexualidad en la sociedad humana, es una
descripcion de la sociedad que no asume un sujeto hue
‘mano abstracto y sin género, Por el contrario, en la obra
de Lévi-Strauss el sujeto humano es siempre hombre 0
mujer, y porlo tanto es posible seguir los divergentes des-
tings sociales de los dos sexos. Como para Lévi-Strauss la
esencia de los sistemas de parentesco esti en el inter-
cambio de mujeres entre los hombres, implicitamente
construye una teoria de la opresién sexual. Es justo que el
libro esté dedicado ala memoria de Lewis Henry Morgan.
«VIL Y PRECIOSA MERCANCIA»
Monique Wittig
Las estructuras elementales del parentesco es una
afirmacién grandiosa sobre el origen y la naturaleza de la
sociedad humana, Es un tratado sobre los sistemas de
parentesco de aproximadamente un tercio del globo
etnografico, y més fundamentalmente es un intento de
discemirlos principios estructurales del parentesco. Lé
Strauss argumenta que la aplicacién de esos principios
{resumidos en el titimo capitulo de Las estructuras ele
‘mentales) a los datos sobre el parentesco revela una logi-
cainteligible en los tabiies y las reglas matrimoniales que
han sorprendido y confundido alos antropélogos occiden-
tales, Construye un juego de ajedrez de tal complejidad
que no es posible resumitlo aqui, pero dos de sus piezas
son particularmente importantes para las mujeres: el «re-
galo» y el tabu del incesto, cuya doble articulacién consti-
tuye su concept de intereambio de mujeres.
Las estructuras elementales es en parte un comen-
tario revolucionario de otra famosa teoria de la organiza-
‘in social primitiva, Essay on the Gift de Mauss (ver tam-
bién Sahlins, 972, cap. 4), Mauss fue el primero en teori-
zara significacin de uno de los rasgos mas notables de
las sociedades primitivas: la medida en quedar, recibit y
GAYLE RUBIN
devolver regalos domina la relaciones sociales. En esas
sociedades circulan en intercambio toda clase de cosas:
alimentos, hechizos,rituales, palabras, nombres, adomos,
herramientas y poderes.
«Tu propia madre, tu propia hermana, tus propios
puercos, tus propios camotes que has apilado, nolos pue-
des comer. Las madres de otros, las hermanas dle otros,
los puercos de otros, os camotes de otros que ellos han
apilado, los puedes comer.» (Arapesh, cita en Lévi-Strauss,
1863, p. 27)
Enuna transaccién de regalos tipica, ninguna de las
partes gana nada. En las islas Trobriand, cada casa man-
tiene un huerto de camotes y todas las casas comen
camotes, pero los camotes cultivados por la casa y los
camotes que come no son los mismos, En la época de
cosecha, el horibre manda los camotes culivados por él
ala casa de su hermana, mientras que la casa en que vive
es aprovisionada por el hermano de su esposa (Mali-
rnowski, 929). Como ese procedimiento parece ser intl
desde el punto de vista de la acumulacién o el comercio,
se ha buscado su ldgica en alguna otra cosa. Mauss pro-
puso que la significacidn de hacer regalos es que expre-
sa, afimma o crea un vinculo social entre los participantes
‘de un intercambio.E] hacer regalos confiere a sus partici
pantes una relacién especial de confianza, solidaridad y
ayuda mutua. En la entrega de un regalo se puede solici-
tar una relacidn amistosa; su aceptacién implica disposi-
cin a devolver el regalo y confirmacién de la relacin. El
intercambio de regalos ptiede ser tambien el lenguaje de
Ja competencia y la rivalidad; hay muchos ejemplos en
‘que la persona humilla a otra déndole més de lo que ésta
puede devolver. Algunos sistemas politicos, como los sis-
temas de Gran de las montafias de Nueva Guinea, se ba-
san en un intercambio que es desigual en el plano mate-
rial, Un aspirante a Gran Hombre tiene que dar més bie-
nes de los que pueden devolverle; lo que obtiene a cam-
bio es prestgio politico.
Aunque tanto Mauss como Lévi-Strauss destacan los
aspectos solidarios del intercambio de regalos, los otros
propésitos posibles del hacer regalos refuerzan el punto
de que es un medio omnipresente, fe comercio social
Mauss propuso que los regalos eran los hilos del discurso
social, los medios por los que esas sociedades se mante-
nian unidas en ausencia de instituciones gubernamenta-
les especializadas. «El regalo es la forma primitiva de lo-
grar la paz que en la sociedad civil se obtiene por medio
del estado... Al componer la sociedad, el regalo fue la li-
beracién de la cultura.» (Sahlins, 1972, pp. 169-175).
LéviStrauss afiadié ala teoria dela reciprocidad pr
rmitiva la idea de que el matrimonio es una forma basica
de intercambio de regalos, en que las mujeres constitu-
yen el més precioso de los regalos. Sostiene que el mejor
>‘MATERIALES DE ENSENANZA: GENERO: CONCEPTOS BASICOS
de entender el tabii del incesto es como un mecanisrno
para asegurar que tales intercambios tengan lugar entre
familias y entre grupos. Como la existencia del tabi del
incesto es universal, pero el contenido de sus prohibicio-
nes varia, no es posible explicar éstas como motivadas
por el objeto de evitar los matrimonios de parejas
genéticamente préximas. Més bien el tabii del incesto
impone los objetivos sociales de la exogamia ya alianza
alos hechos biolégicos del sexo y la procreacidn. El tabi
del incesto divide el universo de la eleccién sexual en
categorias de compatieros permitidos y prohibidos.
Especificamente, al probibir as uniones dentro de un gru-
po impone el intercambio marital entre grupos.
«La prohibicién del uso sexual de una hija o una her-
‘mana los obliga a entregarla en matrimonio a otro hom-
bre, y al mismo tiempo establece un derecho ala hijaoa
la hermana de ese otro hombe..La mujer que uno no
toma, por eso mismo, la offece.» (Lévi-Strauss, 1969, p.
51).
«Laprohibicién delincestonoes tanto una rgla que
prohibe et matrimonio con a madre, hermano hija, como
una regla que obliga a dar a otro la madre, lahermana ola
hija. Bs la suprema regla del regalo.» (bid, p. 481).
Elresultado del regalo de una mujer es més profun-
do que el de otis transacciones con regalos, porque la
relacién que se establece no es s6lo de reciprocidad sino
de parentesco. Los participantes en el intercambio pasan
a serafines, y sus descendientes estarén relacionados por
la sangre: «Dos personas pueden ser amiga e intercambiar
regalos y sin embargo refir y pelear de vez en cuando,
pero el matrimonio los conecta en forma permanente»
(Best, cita en Lévi-Strauss, 1969, . 481). Igual que en otros
-as0s de regalos, os mattimonios no siempre son sim-
plemente actividades para hacer la paz. Los matrimonios
pueden ser altamente competitivos, y hay muchos afines
que se pelean. Sin embargo, en general el argumento es
que el tabi del incesto origina una amplia red de relacio-
nes, un conjunto de personas cuyas conexiones recipro-
as constituyen una estructura de parentesco. Todos los
dems niveles, cantidades y direcciones de intercambio-
incluyendo los hosti:s- estén ordenados por esta estruc-
tura, Las ceremonias de matrimonio registradas en alite-
ratura etnogrdfica son momentos en una procesidn ince-
sante y ordenada en que mujeres, nifios, conchas, pala-
bras, nombres de ganado, peces, ancestros, dientes de
ballena, puercos, camotes, hechizos, danzas,esferas, etc,
pasan de mano en mano, dlejando como huella los vincu-
los que unen. Parentesco es organizacién, y la organiza-
ign otorga poder. Pero éa quién organtzan?
Sielobjeto de la transaccién son mujeres, entonces
son los hombres quienes las dan y las toman los que se
vinculan, y la mujeres el conductor de una relacién, an-
‘47
tes que participen en ella®, El intercambio de mujeres
no implica necesariamente que las mujeres estén
reificadas en el sentido modemo, porque en el mundo
primitivo las cosas estén imbuidas de cuslidades lamente
personales, Pero si implica una distincidn entre el regalo
¥ quien regala, Silas mujeres son los regalos, los asocia-
dos en el intercambio son los hombres. Yes a los partic
antes, no alos regalos, que elintercambio reciproco con-
fiere su casi mistica fuerza de vinculacién social, Las rela-
ciones en un sistema de este tipo son tales que las muje-
res no estan en condiciones de recibir los beneficios de
su propia citculacién. En cuanto las relaciones especifi
‘can que los hombres intercambian mujeres, los benefi-
. Sila regla
‘de matrimonio especifica ademas matrimonio conprimo
cruzado matrilateral, el hombre seré shija-del-hermano-
de-la-madre-sexual» y la mujer serd «hifo-de-lachermana-
delpadre-sexualy,
Por otro lado, las complejidades mismas de un sis-
tema de parentesco pueden canducir a formas particula-
resde homosexalidad instucionalizada, En muichos gru-
pos de Nueva Guinea, se considera que hombres y muje-
res sontan entemigos entre si que el periodo que un vatn
pasa en el itero niega su masculinidad. Como se piensa
‘que la fuerza vital masculina reside en el semen, al rio
puede superar los efectos maléficos de su historia fetal
obteniendo y consumiendo semen, y lo hace a través de
una relacién homosexual con un patiente mayor (Kelly,
1974; véase también Van Baal, 1966; Wiliams, 136).
En los sisternas de parentesco en que la date de la
novia determina las pasiciones de marido y mujer, pue-
den superarse los simples prerrequisitos de matrimonio y
sgénero, Entre los azande, las mujeres son monopolizadas
porlos hombres mayores. Sin embargo, un joven que ten-
alos medios puede tomar como esposa a un muchacho
mientras espera llegar ala edad correspondiente, Simple-
‘mente paga un precio de novia (en lanzas) por el mucha
cho, quien se convierte en esposa (Evans-Prtchard,I970).
En Dahomey, una mujer puede convertitse en marido si
tiene con qué pagar el precio necesario (Herskovits 1937).
El stravestismo» insttucionalizado de los mohave
ermitia a una persona cambiar de sexo, Un hombre ana-
témico podia convertirse en mujer por medio de una c
remonia especial, y del mismo modo, una mujer anaté-
mica podia converte en hombre. A continuacién aper-
sona asi transformada tomaba una esposa o un marico
de sumisino sexo aniatémico, que eta el sexo social opues-
to, E505 matrimonios, que nosotros considerariamos ho-
mosexuales, eran heterosexuales de acuerdo con las nor-
‘mas de los mohave, uniones de sexos opuestos segiin la
de los
genitales dela mujer es producto del contextosituacional:
la nitia se siente menos «equipada» para poseer y satisfa-
cera la madre. Sila lesbiana preedipica no se enfrentara
a la heterosexualidad de la made, podria sacar conclu-
GAYLE RUBIN
siones diferentes sobre la posicién relativa de sus genitals.
Freud nunca fue tan determinista biolégico como
algunos pretenden. Insistiéreiteradamente en que toda
Ja sexualidad adultaes resultado de un desarrollo psiqui-
co, no bioldgico, Pero.a menudo su escritura es ambigua,
y sus formulaciones dejan abundante espacio para lasin-
terpretaciones biol6gicas que tanta popularidad han al-
canzado en el psicoandlisis norteamericano, En Francia,
por otra parte, la teoria psicoanalitica ha tendido a
«edesbiologizar» a Freud, ya entender elpsicoandlisis como
‘una teoria de informacién antes que de drganos. Jacques
Lacan, el instigador de esa linea de pensamiento, insiste
fen que Freud nunca quiso decir nada sobre la antatornia,
y que la teorfa de Freud era en cambio sobre el lenguaje y
los significados culturales impuestos a la aniatoria, El
debate sobre el «verdadero» Freud es muy interesante,
pero no es mi propésito aqui contribuira él, Mas bien, lo
ue quiero es reformular la teorfa clésica de la feminei-
dad en la terminologia de Lacan, después de presentar
algunas de las piezas del tablero de ajedrez. conceptual
de Lacan
EL PARENTESCO, LACAN Y EL FALO
Lacan sugiere que el psicoandlsis es el estudio de
las huellas que deja en la psique del individuo su
conscripcién en sistemas de parentesco.
«iNo es sorprendente que Lévi-Strauss, al sugerir esa.
implicacién de las estructuras del lenguaje con la parte
de las leyes sociales que regula los lazos de matrimonio y
parentesco, esté conquistando ya el teritorio mismo en.
que Freud ubica el inconsciente?» (Lacan, 968, p. 48).
«Porque idénde ubicar las determinaciones de lo
inconsciente sino es en esos marcos nominales en que
siempre se basan los vinculos de matrimonio y patentes-
co... Y cémo aprehender os contlictos analiticos y su pro-
totipo edipico, fuera de los compromisos que han fijado,
mucho antes de que el sujeto viniera al mundo, no sélo
su destino, sino su identidad misma?» (Ibid, p. 126).
«E aqui precisamente donde se puede decir que el
‘complejo de Eaipo...en relacién con esto, marca los limi
tes que nuestra disciplina signa ala subjetividad: es
Cit, lo que el sujeto puede saber de su patticipaci
cconsciente en el movimiento de las complejas estructu-
1as de los lazos matrimoniales, verificando los efectos sim-
Dolicos, en su existencia individual, del movimiento
tangencial hacia el incesto..» (Ibid., p. 40)
E parentesco es la conceptualizacién dela sexual
ad biolégica a nivel social’ el psicoandlisis describe la
transformacién de la sexualidad bioldgica en los indivi
duos al ser aculturados.
52_MATERIALES DE ENSENANZA: GENERO: CONCEPTOS BASICOS
Laterminologia de parentesco contiene informacién
acerca del sisterna. Los términos de parentesco delimi-
tan posiciones e indican algunos de los atrbutos de esas
posiciones, por ejemplo, en las Islas Trobriand un hom-
bre llama a las mujeres de su clan con el término que
significa «hermanay; alas mujeres de los clanes con los,
que puede casarse las designa con un término que indica
la posibilidad de casarse con ellas. Al aprender esos tér-
rminos, el joven trobriandés aprende que mujeres puede
desear sin problema.
Ene] esquema de Lacan, la crisis edipica se produ-
ce cuando el nfo se entera de los papeles sexuales inhe-
rentes a los términas para los familiares. La crisis empie-
za cuando el niio comprencle el sistema y el lugar que fe
tocaen él, yse resuelve cuando el nia acepta ese Iugary
accede a él, Aun en el caso de que el nfo rechace su
ugar, no puede evitar conocerlo Antes de la fase edlipica,
Ja sexualidad del nifio es maleable y esta relativamente
poco estructurada. Cada nifio contiene todas las posibil-
dades sexuales disponibles para la expresién humana,
eto en cualquier sociedad determinada s6lo algunas de
sas posibilidades se expresan, mientras que otras son
reprimidas. Cuando el nifio sale de la fase edlipica, sulibido
‘yu identidad de género han sido organizadas en confor-
midad con las reglas de la cultura que lo esté domestt-
cando.
El complejo de Edipo es un aparato para la produc
cin de personalidad sexual. s un lugar comiin decir que
las sociedades inculcan a sus j6venes los rasgos de ca-
ricter apropiados para llevar adelante el negocio de la
sociedad, por ejemplo. EP. Thompson (1963) habla de la
transformacién de la estructura de la personalidad de la
clase trabajadora inglesa, cuando ls artesanos se comvir-
tieron en buenos obretos industrales. Asi como las for
‘mas sociales del trabajo exigen ciertostipos de personali-
dad, las formas sociales del sexo y el género exigen cier-
tos tipos de gente,
Enlos étminos més generales, el complejo de Edipo
fs una maquina que modela las formas apropiadas de
individuos sexuales (véase también el estudio de cistin-
tas formas de «individualidad historica» en Althusser y
Balibar, 1970, pp. 12, 25153).
Enla teoria psicoanalitica lacaniana, los términas de
parentesco indican una estructura de relaciones que de-
terminard el papel de todo individuo u objeto dentro del
drama edipico. Por ejemplo, Lacan distingue entre la fun-
cidn del padre» y un padre particular que encama esa fun
ci6n. del mismo modo establece una distincién radical
entre el pene y el «flo», entre el 6rgano y la informacion,
El falo es un conjunto de signiticados conferido al pene.
La diferenciacién entre falo y pene en la terminologia
psicoanalitica francesa contemporénea subrayalla idea de
‘que el pene no puede desemperiar y no desemperta el
53
papel que se le atribuye en la terminologia clésica del
complejo de castracién®®,
En a terminologia de Freud, el complejo de Edipo
presenta al nitio una altemativa:o tener pene o estar cas-
trado. En contraste, la teoria lacaniana del complejo de
castracién deja atrés toda referencia @ la tealidad anaté-
mica
«Lateoria del complejo de castracién equivaleaha-
‘cer desempefiar al érgano masculino un papel dominan-
te-estavez como simbolo- en la medida en que suausen-
cia o presencia transforma una diferencia anatémica en
una clasificacién esencial de los seres humanos, y en la
‘medida en que, para cada sujeto, esa presencia o ausen-
cia no se da por sentada, no se reduce pura y simplemen-
te a un dato, sin que es el problematico resultado de un
proceso intra e intersubjetivo (la asuneién de su propio
sexo por el sujeto).» (Laplanche y Pontals, en Mehiman,
1972, pp. 198-98; subrayados mios).
Laalterativa presentada al nfo podria reformularse
ccomno entre tener el falo y no tenerlo, La castracién es no
tener el falo (simbélico), La castracién no es una verda-
dera «carencia» sino un significado conferido a los
sgenitales de la mujer.
«La castracién puede derivar apoyo de ..la aprehen-
sidn en lo Real de la ausencia del pene en la mujer pero
‘aun esto supone una simbolizacién del objeto, puesto que
Jo Real esta lena, y no le «falta» nada, En la medida en
due se encuentrala castracién en el origen de una neuro-
sis, nunca es real sino simbdlica...» (Lacan, 1968, p, 271).
Elfalo es, podriamos pues decir, un rasgosdistintivo
que diferencia al «casttado» del «no castrado». La pre-
sencia 0 ausencia del falo conlleva las diferencias entre
dos situaciones sociales: «hombre» y «mujer» (Jakobson
y Halle, 971, sobre los rasgos cistintvos).
‘Como éstas no son iguales, el falo conlleva también
un significado de dominacién de los hombres sobre las
mujeres, yse puede inferir que la envidia del pene es un
reconocimiento de eso, Ademés mientras 1os hombres
tengan derechos sobre las mujeres que las propias muje-
resno tienen, el falo conlleva también el significado de la
diferencia entre «el que intercambia» y «lo intercam-
biado», entre el regalo y el dador, Por titimo, nila teoria
cldsica de la sexualidad de Freud ni la reformulada por
Lacan tienen mucho sentido a menos que esta parte de
Jas relaciones de sexualidad paleoliticas subsiste entre
nosotros, Todavia vivimos en una cultura «falc,
Lacan habla tambien del falo como objeto simbst
co que se intercambia dentro y entre farnlias (ver tam-
bién Wilden, 1968, pp. 303-306). Es interesante pensar en
esta observacién en términos de las transacciones de
matrimonio y las redes de intercambio primitivas. En esas
transacciones, el intercambio de mujeres generalmente‘es uno de muchos ciclos de intercambio. Normalmente
hay otros objetos que circulan, ademas de las mujeres,
Las mujeres se mueven en una direccién, el ganaco, las
‘conchas 0s esteras en la otra. En cierto sentido, elcom-
plejo de Edipo es una expresién de la circulacién delfalo
en el intercambio intrafariliar, una inversin de la circur
lacidn de las mujeres en el intercambio interfarifar.
Enel ciclo de interearbio manifestado por elcom-
plejo de Ealipo, el falo pasa, através de la mediacién de
tuna mujer, de un hombre a otra hombre u homosexual. O puede acepiar la situacién,
firmar el contrato social y alcanzar la snormalidady,
Karen Homey critica todo el esquema de Freud/
Lampl de Groot, pero en el curso de su critica, articula sus
implicaciones:
«cuando -la nitia- se vuelve por primera vez hacia
un hombre (su padre), en general es s6lo por el estrecho
puente de resentimiento..tendriarnos que sentir una con-
tradiccisn sila relacisn de la mujer con el hombre no con-
servara durante toda la vida algtin vestigio de esa obliga-
dda sustitucidn de lo que se deseaba realmente...Elmismo
caracter de algo muy alejado del instinto, secundario y
sustitutivo, se adheriria, aun en las mujeres normales, al
deseo de la maternidad...Lo especial del punto de vista
de Freud es més bien que ve el deseo de la matemidad
‘no como una formacin innata sino como algo que psico-
logicamente puede reducirse a sus elementos ontogené-
ticos y que extrae originalmente su energia de elementos
instintivos homosexuals 0 falicos... Sucederia, por tilt
‘mo, que toda la reaccién de las mujeres ante la vida esta-
ria basada en un fuerte resentimiento subterréneo.»
(Homey, 1973, pp. 148-149).
En opinin de Horney, estas implicaciones son tan
inreales que cuestionan la validez de todo el esquema de
Freud, Pero es ciertamente plausible argumentar en cam-
bio que la creacién de la «femineidad» en las mujeres en
el curso de la socializacién es un acto de brutalidad pst-
(Derrida, 1972, p.250). Ylo que se desliza hacia adentroes
jresionante. Tanto el psicoandlisis como la antropolo-
sia cultural son, en cierto sentido, las ideologias del
sexismo més refinadas que circulan hoy"®.
Por ejemplo, para Lévi-Strauss las mujeres son como
las palabras, que estan mal empleados cuando no son
ecomunicadas» e intercambiadas. En las ultima pagina
‘de un libro muy largo observa que eso crea una especie
de contradiccién en las mujeres, puesto que son al mis-
‘mo tiempo «hablantes» y «habladas». Su nico comenta-
rio sobre esa contradiccién es el siguiente:
«Pero la mujer nunca podria llegar a ser un signo y
nada més, porque aun en un mundo de hombres es toda-
via una persona, y por lo tanto a la vez que es definida
como un signo debe serreconocida como generadiora de
signos. En el didlogo matrimonial de os hombres, la mu-
jer nunca es puramente aquello de lo que se habla; pues
silas mujeres en general representan cierta categoria de
signos, destinada a cierto tipo de comunicaci6n, cada mu-
jer conserva un valor particular que surge de su talento,
antes y después del matrimonio, para hacer su parte en
‘un dio. En contraste con las palabras, que se han conver-
tido totalmente en signos, la mujer sigue siendo a la vez
‘un signo y un valor. Esto explica por qué las relaciones
entre los sexos han conservado su riqueza afectiva, el ar
‘7
dory el misterio que sin duca impregnaban originalmen-
te todo el universo de las comunicaciones humanas.»
(LéviStrauss, 1969, p.496; subrayado mio).
Es una afirmacién extraordinaria. Por qué, a esta
altura, no denuncia lo que los sistemas de parentesco
hacen a las mujeres, en lugar de presentar uno de los
mayares despojos de todos los tiempos como la raiz del
romance?
La misma insensibilidad se revela en el psicoandl-
sisporlainconsistencia con que asimila las implicaciones
crticas de su propia teoria. Por ejemplo, Freud no vacilé
en reconocer que sus descubrimientos representaban un
desalio a la moralidad convencional:
«Nopodemos evitar observar con ojos ctiticos, yhe-
‘mos descubierto que es imposible dar nuestro apoyo ala
moralidad sexual convencional o aprobar los medio con
que la sociedad intenta resolver los problemas prdcticos
dela sexualidad en a vida. Podemos demostrar fcilmente
‘quello que el mundo lama su edidigo de exigencias mora-
les sacrifica mas de lo que él mismo vale, y que su com-
portamiento no esté ni dictado por la honestidad ni inst-
tuido con sabiduria.» (Freud, 1943, pp. 376-377, subrayado
mio).
Sin embargo, cuando el psicoandliss con la misma
facilidad demuestra que los componentes ordinarios de
la personalidad femenina son el masoquismo, el odio por
uno mismo y la pasividad, no emite un juicio similar. En
‘cambio utiliza dos normas de interpretacion: el masoquis-
mo el malo para los hombres pero esencial para las muje-
res, El narcsismo adecuado es necesario para los hom-
bres pero imposible para las mujeres. La pasividad es tré-
gica en el hombre, mientras que la falta de pasividad es
trdgica en una mujer.
Esta dualidad de las pautas iterpretativas es lo que
permite a los psicélogos clinicos tratar de «ajustar» a las
‘mujeres a un papel cuya destructividad esta tan Iicida-
mente detallacta en sus propias teorias. Bs la misma acti-
tud inconsistente que permite alos terapeutas considerar
el lesbianismo como un problema a curar...como Ta re-
sistenciaa una mala situacién que su propia teoria sugie-
rel,
Hay puntos en los estudios analitcos de la feminei-
dad en que se podria decir: «Esto es opresién de las mu-
jeres», o «Podemos demostrar con facilidad que lo que el
‘mundo llama femineidad exige saeriicar més de lo que
vale:. Es justamente en esos puntos que se ignoran las
implicaciones de la teoria, y se las reemplaza con
formulaciones cuyo propésito es mantener esas implica-
ciones firmemente instaladas en el inconsciente tedrico.
Es en esos puntos donde aparecen toda clase de miste-
riosas sustancias quimicas, felicidad en el dolor y objeti-
vos bioldgicos para sustituir una evaluacién critica de loscostos dela femineidad. Esassustituciones son los sinto-
mas ce a epesi teética, en cuanto no son consisten-
tes con los cénones habituales de la argumentacién
psicoanalia, La medida en que esas racionalizaciones
de a femineded van en contra de la naturaleza de la lig
co psicoanaltica es una fuerte prueba de la magnitud de
la necesidad de suprimirlas implicaciones radicales yFe-
iministas de a tevia de la femineidad (los estudios de
Deutsch on excelentes ejemplos de ese proceso de sus-
titucion y represion),
Las argumentaciGn que es preciso tejer a fin de asi
mila aLéviStrauss y Freud en la teoria feminist es algo
tortuosa, La he niclado por varias razones. Primero, por
due sibienniLévi Strauss ni Freud cuestionan el induda-
ble sexismo endémico de los sisternas que describen, las
preguntas que deberian hacerse con deslumbrado-
ramente evidentes. Segundo, porque su abra nos permile
aislar el sexo y el género del «modo de produccién» y
ccontrarrestar cera tendencia a explicar la opresién sexual
‘como refjo de fuerzas econémicas. Su obra produce un
‘marco en que todo el peso de la sexualidad y el matrimo-
no puede serincorporado al andlisis dela opresién sexual
Sugiere una concepciGn del movimiento de las mujeres,
‘como andlogo, antes que isomérfico, al movimiento dela
clase trabajadora diigidos cada uno contra una fuente
. Desde un punto de vista bastan-
te distinto, la prohibicién casi universal del incesto signifi-
‘ca que los sistemas matrimoniales necesariamente com-
portan el cintercambio» de hermanos por cényuges, ori-
ginando una reciprocidad que es puramente nominal. Pero
enlamayoria de las sociedades el matrimonio pasa porla
mediacion de un conjunto de transacciones intermedia
5BMATERIALES DE ENSENANZA: GENERO: CONCEPTOS BASICOS
vias, Si pensamos que esas transacciones implican sim-
plemente reciprocidad inmediata o a largo plazo, es pro-
bable que el andlisis se empobrezca.. El andlisis se limita
aun mas i vernos el traspaso ce propiedades simplemente
como un simbolo de la transferencia de derechos, por-
que entonces la naturaleza de los objetos entregados.
tiene poca importancia.. Ninguno de estos enfoque es
cerrado, pero ambos son inadecuados.» (Goody, 973, p.
%,
Hay sistemas en los quero hay equivalente para una
‘mujer. Para conseguir una esposa, un hombre tiene que
tener una hija, una hermana u otra parienta que tenga
derecho a conceder. Tiene que tener el control de alguna
came de mujer. Es clarisimo en el caso de los lele y los
uma: los hombres lele viven haciendo planes para alir-
‘mar algtin derecho sobre alguna nia todavia por nacer, y
siguen haciendo planes para hacer valer esos derechos
(Douglas, 1963). El matrimonio de cada muchacha kuma
es determinado por una intrincada red de deudas, y ella
no tiene mucho que ver en la eleccién del mario. Gene-
ralmente las jévenesse casan contra su voluntad, yel novio
le clava una flecha en el muslo para impedir que huya
simbélicamente, Las jvenes esposas casi siempre se es
ccapan, pero son devueltas a sus nuevos maridos por una
complicada conspiracién en que participan todos sus pa
rientes consanguineos y afines (Reay, 952),
En otras sociedades hay un equivalente para las mu-
jeres, Una mujer puede ser convertida en precio de novia,
y el precio de una novia puede ser convertido en una
‘mujer. La dindmica de esos sisternas varia correlativamen-
te, igual que el tipo especifico de presién aplicado a la
‘mujer. EI matrimonio de una mujer melpa no es la devo:
Jucién de una deuda anterior: cada transaccién es
autocontenida, en cuanto el pago de un precio de puer-
os y conchas cancela la deuida. Por Io tanto ta mujer
melpa tiene més amplitud para escogera su marido que
Ja mujer kuma, Por otra parte, su destino est ligado al
precio pagado por ella. Silos parientes del marido tardan
en pagar, los parientes de ella le aconsejaran que lo aban-
done. Por otta parte, si sus consanguineos estan satiste-
chos con la balanza de pagos, son capaces de rechazarla
en caso de que ella quiera abandonar a su marido. Ade-
més, sus parientes hombres utlizan el precio de la novia
para sus propios fines, para el intercambio moka y para
sus propios matrimonios, Si una mujer abandona al mari-
do, hay que devolver todo o parte del precio; si, como
generalmente sucede, los puercos yas conchas ya estén
repartidos 0 prometidos, sus parientes vacilardn en res-
paldarla en caso de discordia conyugal. Y cada vez que
tuna mujer se divorcia y se vuelve a casar su precio tiende
a descender, En definitiva, sus parientes hombres pier-
den en el caso de un divorcio, a menos que el marido no
haya cumplido en los pagos. De modo que aunque la
38
mujer melpa es més libre al casarse que la mujer kuma,
por el sistema del precio de la novia le resulta dificil 0
imposible divorciarse (Strathern, 1972).
En algunas sociedades, como la nuer, el precio de
la novia s6lo es convertible en novias. En otras, el precio
de la novia puede convertirse en alguna otra cosa, como
presligio politico. En ese caso, el matrimonio de una mujer
esté implicado en un sistema politico, En los sistemas de
Gran de Nueva Guinea, el material que circula por muje-
res circula también en los intercamibios en que se base el
poder politico. Dentro del sistema politico, los hombres
necesitan constantemente valores para desembolsar, y
dependen de sus ingresos, Dependen no sélo de sus aso-
ciados inmediatos, sino de los asociados de sus asocia-
os, a varios grados de distancia. Si un hombre tiene que
devolver parte de un precio de novia quizé no pueda dar-
Je Jo que pensaba a alguien que tenia planeado dérseloa
‘tro que se proponia utilizarlo para dar un banquete del
cual depende su status. Por eso los Grandes Hombres
estén interesados en los asuntos domésticos de los de-
més, incluso de personas cuya relacién con ellos puede
‘ser muy indirecta, Hay casos en que un dirigente intervie-
ne en disputas conyugales de asociados comerciales in-
dlirectos afin de que no se vean perturbadbos los intercam-
bios moka (Bulmer, 1963, p. I). El peso de todo ese siste-
‘ma puede llegar a receer sobre una mujer obigada a per-
manecer en un matrimonio desastroso.
En suma, hay otras preguntas que hacer acerca de
los sistemas de matrimonio que siintercambian mujer 0
no, (Se intercambia mujer por mujer, o hay un equivalen-
te? dEse equivalente es s6lo para mujeres, ose puede con-
verti en otra cosa? Si puede converse en otra cosa ise
convierte en poder politico o en riqueza? Por otra parte:
el precio de novia se puede obtener sélo en intercambio
conyugal o también de otro modo? ZEs posible acumular
mujeres acumulando riqueza? éEs posible acumularrique-
za disponiendo de mujeres? ZE! sistema de matrimonio
es parte de un sistema de estratificacisn?®
Estas iltimas preguntas serialan otra tarea para una
economia politica del sexo. El parentesco y el matrimo-
nio siempre forman parte de sistemas sociales totale, y
siempre estén ligados con ordenamientos econémicos y
politicos.
«Lévi-Strauss argumenta correctamente que las
implicaciones estructurales del matrimonio s6lo se pue-
den entender silo entendemos como una unidad de toda
tna serie de transacciones entre grupos de parentesco.
Hasta abi, todo bien. Pero ninguno de los ejemplos que
ofrece en su libro lleva ese principio bastante lejos, Las
reciprocidades de las obligaciones de parentesco no son
meramente simbolos de alianza, también son transaccio-
nes econdmicas, transacciones politicas, concesiones de
derechos de domicilioy uso de tieras. No es posible dartun cuadtro ttl de «eémo funciona un sistema de paren-
tesco» sin considerar simulténeamente todos estos aspec-
tos de la organizacidn de parentesco.» (Leach, 1971, p. 90).
Entre los kachin, a relacién entre el arrendatario y
elterrateniente es también fa relacién entre yerno y sue-
gro, «El procedimiento para obtener cualquier clase de
derecho sobre tierras es en casi todos los casos equivale
a casarse con una mujer de! linaje del setior» (ibid, p. £9).
Enel sistema kachin, e! precio de novia se desplaza de
plebeyos a aristécratas, y las mujeres van en direccion
contraria,
Desde un punto de vista econémico, el efecto del
‘matrimonio entre primos cruzados matrilaterales es que,
conjunto el inaje del headman constantemente page ri-
‘queza al linaje del jefe en forma de precio de novia. Des-
de el punto de vista del andlisis el pago puede considerar-
se también como una renta pagada al terrateniente de
mds edad porelarrendataro, La parte mas importante de
‘ese pago es en forma de bienes de consumo concreta-
mente ganado. E! jefe convierte esa riqueza perecible en
prestigio imperecible por e! medio de un banquete es-
pectaculat. De ese modo los consumidores finales de los
bienes son los productores originales, es decir, los plebe-
yos que asisten al banquete.» (Ibid, p. 89),
Enoiro ejemplo, es tradicional para os robriandeses
enviar un regalo de la cosecha -urigubu- de camotes a
casa de su hermana, Para los plebeyos eso representa sit-
plemente circulacién de camotes, Pero eljefe es poligamo,
rye casa con una mujer de cada subdistrito de sus domi-
nos. Por tanto, cada uno de esos subdistrites envia su
urigubu al jefe, lendndole un gran depésito con el cual
financia banquetes, produccidn artesanal y expediciones
krula. Ese «fondo de poder» sostiene el sistema politico y
constituye labase del poder de los jefes (Malinowski, 970).
En algunos sistemas, la posicién en una jerarquia
politica y la posicién en un sistema matrimonial estén in-
timamente igadas. En Tonga las mujeres tradicionalmente
se casaban segiin su rango. Asi, ls linajes de rango bajo
mandaban mujeres a los inajes de rango més alto. Las
mujeres del linaje més alto se casaban con la «casa de
Fiji, un inaje definido como exterior al sistema politico.
Sieljefe de rango més alto entregaba asu hermana a otro
linaje que el que no participaba en el sistema de rango,
dejaba de ser el jefe de rango mas alto. Mas bien el linaje
del hijo de su hermana seria més alto que el suyo. En ép0-
cas de reordenamiento politico, el derrocamiento del I-
naje de rango ms alto hasta ahi se formalizaba al entre
gar Este una esposa aun linaje hasta entonces inferior. En
Hawaii la situacién tradicional era la contraria: las muje:
res se casaban hacia abajo, y el inaje dominante deba
esposas a linajes més j6venes. Un personaje supremo se
casaba con su hermana 0 bien obtenfa una esposa de
GAYLE RUBIN
‘Tonga. Cuando un linaje menor usurpaba tn rango supe
Tior, formalizaba su ascenso dando una esposa al line
antes superior.
Incluso hay algunos inquietantes datos que sugie-
ren que los sistemas de matrimonio podtian estar impli
ccados en la evolucién de los estratos sociales, y quizés en
el desarrollo de los primeros estado,
La primera vuelta de la consolidacién politica que
produjo finalmente la formacién de un estado en
Madagascar ocurtié cuando un jefe obtuvo un titulo sobre
varios distitos auténomos a través de las vicisitudes del
‘matrimonio y la herencia (Henry Wright, comunicacién
personal)
En Samoa, las leyendas ubican el origen del ttulo
‘supremo -Tafa'ifa- como resultado de los matrimonios
entre miembros de alto rango de cuatro grandes linajes.
Mis datos son muy escasos, mi pensamiento dema-
siado conjetural para decir mucho sobre este tema, pero
hhabria que emprenderla biisqueda de datos que demues-
tren cémo se relacionan los sistemas de matrimonio con
procesos politicos en gran escala como la formacién de
los estados.
Los sistemas de matrimonio podrian estar implica
dos de varios modos: en la acurnulacién de riquezas y el
mantenimiento del acceso diferencial a recursos polit-
cosy econémicos; enla formacién de alianzas; en la con-
solidacién de las personas de alto rango en tun solo estra-
to cerrado de parentesco endégamo,
Estos ejemplos -igual que los de los kachin y los
trobriandeses-indiean que los sistemas sexuales, en tilt
mo anélisis, no se pueden entender en completo aisla
miento.
Unanalisis completo de las mujeres en una sola so-
edad, 0 en toda la historia, tiene que tomar en cuenta
todo: la evolucién de formas de mercancia a mujeres, los
sistemas de tenencia de la tierra, ordenamientos politi-
cos, tecnologia de subsistencia, ete
Yloque esigualmente importante, los andlisis eco-
inémicos y politicos no estén completos si no consideran
alas mujeres, el matrimonio y la sexualidad. Las preocu-
paciones tradicional de la antropologia y la ciencia social
-como la evolucién de la estratificacisn social y el origen,
del estado- tienen que ser reelaborados para inclu las
implicaciones del matrimonio de primos cruzados
‘matilaterales, el excedente extraido en forma de hija, la
conversidn de las vidas de las mujeres en alianzas matr-
moniales, la conttibucién del matrimonial poder politico
yylas transformaciones que han sufrido todos estos varia-
dos aspectos de la sociedad en el curso del tiempo.
Este ipo de empresa es, en titimo andlisis, precisa-
mente lo que trat6 de hacer Engels en su esfuerzo por
60MATERIALES DE ENSENANZA: GENERO: CoNCEPTOS Bisioos
hilvanar un andlisis coherente de tantos aspectos diver-
sos de la vida social. Traté de relacionar hombre y muje-
res, o urbano yo rural, el parentesco y el estado, las for-
mas de propiedad, los sisternas de tenencia della tierra, la
tecnologia de la produccién de alimentos y las formas de
comercio, por no mencionat mas que algunos ejemplos,
en un relato histérico sistematico,
Eventualmente, alguien tendra que escribir una nue-
va versin del Origen de la familia, la propiedad privada y
elestado, reconociendo la reciproca interdependencia de
la sexualidad, la economia y la politica, sin subestimar la
plena significacién de cada una en la sociedad huma-
na.
Bibliografia
ALTHNSSER Las,
1869 fread and Lacan, Ne Let Review: 4865,
Y BALIBAR, iene,
170 Reatng Capita London: New ef Books.
BENSTON are,
188 del desaroio femenino a Freud y Lampl de
Great po igual porque leyendo ls artcuos me ha parecido que
Ja eoia es tanto (oss) de ella como de
(10) Mi posicién sobre Freud esté entre las interpretaciones
cesincturaits francesas ls interpretacione bioogistas norte
americanas, porque pienso que laformulacin de Freud también
‘tk enalgin punto medio entre ambas. Feud habla de pene, dé
tn «inferioidads del clitoris, de las consecuencas psiquicas de Te
anatomia, Loslacanianos, por ota parte sostenen que Freud es
inintligile si se toman sus textos fiteralmente y que una teria
tofalmente no anatdmica puede deducise como su intencién
{Athusser, 1989), Creo que tienen razdn:elpene cicula demasiar
do para tomar su papel lteralmente. La separabildad de pene y
sutransformacin en fantasia por ejemplo, pene~heces-nifo-e
al) apoya vigorosamente una interreiacionsimbdlica, Sinem
bargo, ereo que Freud no fue lan consistent como qusiramnas
Lacan yo,yesnecesaria hacer agin gsto hacia lo que efectve
‘mente ij, aun mientras jugarnas con lo que debe haber quesido
decir.
(11) Lamadre preeiptcaesla «madre fica, en cuantose cree que
‘poses ello, La nformacidn que indie al Edipo es que la mace
ho posee el flo, Es decir que lo que precipita a criss es a wcas-
tracéne de la made, el econocimiento de que flo slo pasa
porella, pero no senstala en ela, Hao tene que pasar or ella
porque la relacién de todo macho con otro macho se define a
través de elas un hombre estéigado a su hijo por la mace, al
sobrina por su hermana, et Tada relacién entre parintes hom-
‘esse define porla ruler que hay entre ells. Siel poder es na
prerogativa masculinay debe trnsitido, iene que pasar por la
inujerenmedio, Marshal Sablins (corunicacién personal) sugi-
rig a vez que la aan de que tana menudo se defina alas mi
jeres como estipides, conaminantes, esordenadas, ont, pro-
fanas, ees que todas esas categorizaciones deinen alas muje-
res como sineapaces» de poseer el poder que debe transteise
por medio de elias.
(12) Pates de Les goéiieres de Witig parece consist entradas com
‘na LévtStrauss y Lacan. Por ejemplo: cAcaso no ha esc, el
pode ya poses de mujeres, e ocio ye dstute de las me
Fes? Escribe que ustedes son moneda, un aticulo de cambio.
Eseribe:rafcn, tio, psesion yadouisicién de mujeres y mer
‘eancias, Es mejor para ustedes versus tip al sony lanzar el
testeror de la muerte que vivir una vida que cualquiera puede apro-
piarse. iQue les pertenece austedesen este mundo? Sélolamuer-
fe. Ssoningin poder en la tierra pude quirselo, Y-considérenlo
expliquenselo ciganselo ustedes mismas- sil feicidad consiste
tenia posesifn de algo, enfances afrrense a esa suprema fei
ddac- mort. (Witbg 1975, p. 115-116; ver también 105-107; 113
inlay 136.
La conciencia de Lév Straus y Lacan en ls feminists francesas es
‘paticularmente evidente en un gupo llamado «Psychoanaise et
Pofiques, que defne su area como el uso y lacie Feminista
dei psicaralisislacaniano,
(13) Una psicsloga einica, Chadotte Woif (1971) ha ievado la teoria
psiconnaica de afeineidad asus stimas consecuencias ya
propuesto que ellesblanismo es una respuesta sanaa ia socializa
‘én de as mujeres.
Las mujeres que no se rebetan conta a situacién de objeto se han
{eclarado derotadas como personas por derecho propio. (Wolf,
1971, p85). La nifialesbiana es In qu, por todos los medios ast
aleane, trata de encontar un lugar seguro dentro y fuera de la
fama, a través desu hucha por a igualdad con el varén. Adie
reacia de otras mujeres, no sigue el juego de él: en realidad, des-
precia hasta la idea de hacerlo, (Ibid. p. 59). La lesbians
Indiscublement ha esac y etd ena vanguardia de ache por
Ta igual de ls sexos y por la iberacinpsiquica de las mje
res (Ibid, p66)
Result eveladorcompararel estudio de Woilf con los artcuos sobre
llesbianismo de Marmor, 195.
(14) Ota nea de {nvestgacion podria comparar sistemas de precio
de novi con sistemas de date, Nuchas de estas cuesionesestin
tnatadas en Goody y Tambiah, 1573
a]