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Las clencias sociates Estudios de Genero EL GENERO: LA CONSTRUCCION CULTURAL DE LA DIFERENCIA SEXUAL S.C, Bourque - J, Butler JK. Conway - §, Cucchiari M. Lamas - S.B, Ortner G, Rubin - 4. scott 1H, Whitehead CCompliacion ¢ intreduccion a carga de: Marta Lamas Universidad Nactomal Auténoma de México Doctor José Sarukhin Kérmez Doctor Humberto Muioz Garcia ‘Coordinador de Humonidedet Doctors Graciela Hierro Director dt sone Comité Edtorie! Gatiiels Cano Tecesita De Barbieri Mary Goldsmith René Timéaex. Orel Merta Lamat* Araceli Mingo Marta Luisa Tasrés Lovenia Paiada-Asipudia Coordinators del Comb Edtoriat Martha Donis river tii, febrero de 1996 © 1996 por Epornmacién De HUMAMDADES, Prooraatn UNVERSTEAR Sr Esruoies oe Geen, UNAM 6 1996 prcaracertsicas port Moors Avaet Pornon, Ce spn 968 942572.9 Dresher eserves ennfore 8 ey tnREso EN MEXICO PRINTED MEXICO Ju K. Convair Susaw C. Bourque Joan W. Scorr El concepto de génerot Fh 22, santo enonate npn eos pasa nner de puavera 964 de Deeds “Tue Woah in-Areria Tuco Pasons er elec scl cue pono Je vista sobre la family los pape dels tomes yas mujeres tla sodendes moderns moldeas el Justo convene Ls res ensayo syon en el vlunen Fay, Socal ond Ineracton Pres esis &Conients Ge aos ner basaban en vshn muy com eons de ln modern, due sonnta ue on ppeles de pear teen on tung Iie y que proceso de oeriacon hb logrado aromas air a ugoelgn dees papeles Lo que Pasons cnc pr ‘eionalizacin era la deiniion de popsls de gener con Betck gh Jas funciones econémicas y seavales. Sus teorfas immplicaban Gi us comunidades eonforsnde or pena del rue so ils como el clr lb y Ino slpesefseninutudafa tabacum por deapectr porn tea fnconles, Ue sete de pesto acres oI natraera norma lvl de pec tne soled moderna eulaban crores par cl pees de Paton. Ens vis6n del mundo mew el mation Ia fami que se desiabn de 4 onconaa canta preseac de un sel de inculos de spoye mu tate ecnnieas como ‘adh iy Pip Sterol, Sian ast Pct oe Ghee, 21958 - ‘MLL R-cOWWAY, SUSAN, BOURQUE YON. SCOTT afectivos,en los que la capacidad del hombre para el trabajo ins ttumental (pibico, productivo, o gerencial) se complementabs con la habilidad de la mujer para manejar los aspectos expresivos de la vida familiar y la crianza de los hijos. Es cierto que existian | variaciones dentro de este modelo de papeles de género basadas | en diferencias de clase, pero en la descripcién de Parsons la di hombres y el expresivo de las mujeres trascendia los limites de as clases v las cults ales. La visin parsoniana del pe Fo aceptaba sin cuestionar las caracterizaciones del comportamiento sexual normal y el temperamento elaboradas por los cientificos sociales de las décadas de los treintay los cuarenia, considera ba toda variacién de estas normas como una desviacién, © ign: raba una tradicidn opuesta de andlisis social que aparecia en el Iibeo de Margaret Mead, Sex and Temperament in Three Prisnitive Societies? de 1935. Mead habfa planteado la idea revolucionaria de que los conceptos de género eran culturales y no biolégicos y ‘que podian variar ampliamente en entornos diferentes. Pero en los aos cuarenta y cincuenta los puntos de vista basados en lo biolégico dominaban de tal manera el estudio de los comporta~ mientos del hombre y de la mujer que observaciones como las que aparecen en Sex and Temperament quedaban relegadas, como si pertenecieran a una escuela de las ciencias sociales ya paseda de moda, En los dhimos veinticinco afios muchas y muy diversas ten dencias dentro de las investigaciones académicas han convergido, para producir una comprensién més compleja del géner0 como fenémeno cultural. Los matices y las variacionts de esta cate gorfa cultural ahora parecen mucho més sutites de lo que sugieren las formulaciones hechas por Mead. Hoy dfa vemos que los mites sociales establecidos por modelos basados en el género ‘varfan tanto histica como cilturalmente, y que también foncio. vende rpeomen nT ‘nan como componentes fundamentals de todo sistema social. El hecho de vivir en ui munca compartida por dos sexo pitede in terpretarse en na variedad infinita de formas; estas interpreta- ciones y los modelos que crean operan tanto a nivel social coma individual, La praduecin de formas culturalmente apropiadas respecto al comportamiiento de los hombres y as mujeres es una funcisn cen- nal de Ta autoridad socal y est{ modiada por Is complelainteracciéa de tn aniplio espectea de fnsituciones econéenicas, sociales, poll- |ticas religiosas. Asf como las instituciones econsmicas produ- ‘cen aquellas formes de canciencia y de comportamianta que as0- ciamos con las mentalidades de clase, las instituciones que se cencargan de la reproducci6n y Ia sexuafidad también fancionan de manera similar Las insitucianes sexules y econdmicasinterac- tian entre sf Sthemos, por ejemplo, que Is econamss eapitalitas sdesarrllan formas caracterfieas para postergar In gratificacién ‘lems de divisiones sexuales del trabajo tanto en el hogar como eos centtos de trabajo. Las mentalidades resultantes son el pro- sdocta de complejas interacciones dentro de wn sistema social dado [Las razones para un cambio dent de normas sociales ya prescii- tas para el temperamenta la condvcta sexuales son igualmente ‘complejas, y los tipos sociales que de ello resultan no pueden enlenderse como simples divisiones binarias o reflejos de las dt ferencias sexuales biol6picas. “Tampoco hay una coincidencia total ents las insttueiones. La historia social reciente nas ha hecho ver que log cambios que suti6 1a familia en Ia Enropa moderna temprana y moderna no coinci- dlieron exactamente con tna serie de cambios en custo a formas de gobiemo, organizaciones econémieas 0 prcticaseeligiosas. De hecho, los estilos prevalecientes respecto In vida familiar y la crianza de los hijos tuvieron mucha influencia en las instituctones ‘econmicas y politicas emergentes. Para eomplicar ain més el panorama, Ins institaciones no siempre tienen éxito en su area de Jnculcar conductas culturalmente aceptables © comportamientos convencionales. No parece que los individuos simplemente acep- ™ ) mun conwiy, susane nauRQUE Yaw. scorr ten 0 reflejen las designaciones normativas. Mas bien, las ideas que tienen acerca de su propa identidad de énero y st sentafidad se anifiestan en sus negativas, Pinterpretaciones 0 aceptaciones parciales de los temas dominantes Tar fronteras del género, al igual que las de clase, se trazan para gevit uaa gran variedad de funciones polities, econSmicas Jp sociales, Estas fronteres son a menudo mavibles y negociables. ‘Operan no sélo en Ia base material de Ta cultura sino también en el mondo imaginario del artista creativo. Las normas del género, ho siempre estin clnramente explicitadas; a menudo se transmiten dle manera implica a través del lenguaje y ott sfmbolos, De la ‘misma manera que un lengua especifico en cuanto al género in flaye en e6mo se piensan 0 dicen Tas cosas, las formas narrati- ‘vas erquetipicas de Qecidente que dan por sentada la presencia de tin profagonista masculino influyen en fa forma en que se arma ‘ents acerca de las meres El estado de los estereotipos de género ha sido teforzado por las técnicas de los histosadores sociales y estimulado por las pre guna de las académicas feministas. Las feminists kan sumado ‘st inexés por el estudio de las experiencias de la mujer al radi- ‘ional interés de los historiadores sociales por entender las vidas fd aquelios que se balan fuera de las estructiras oficiales de pode: 1a investigaci6n feminista ha enviado a los cientificos sociales 1 a los humanistas a Tos registros ereadas por mujeres y Jos han ‘valeado coma documentes importantes por derecho propia y 0 ‘como eviencia de poca importancia a nivel social o cultural Las cadémicas feminists han trascendido ya los limites de Ia histo ria social para hacer usa de Ins téonicas y as perspectivas -y pata” revalorar algunos de los supoestos teéricos~ de Ios antrop6logos, flésofos, etticos lterazios y cienificos sociales. Laslas estudio- sos/as de todas las disciplinas han aportado nuevos e interesantes puntos de vista acerca de eéimo han sido moldendas las experien- clas de las aujeres en relacién con las de las hombres y de cdma se han establecido las jerarquias sexuales y las distribuciones desiguales del poder. De manera simoltnea algunas elementos en ee EL CONCEFTO we ceRS c » claves de esas dsciplinas han sido tansformados y se han e- pensado clas formblalonee teres alguna vex cousiereds ténde. (Batis eatzados en los dkinos quince aos muesan e grado en qe las calgocas de péeco verano go dl empo, 9 con las os tenlros sociales yclturale asignades 4 ue \Liesy a hombres La exstencaemporania den lr fib tn Ta Buropa medieval poe en cuestonaieno los sencls pontos Ge vista finoalita, osm yas eresentacones de Crs camo "made" de a humaridad Bn tochos pertodoshistrics, Is percepiones popes repeal fpearent el hombre 4 ae Ta mujer ba canada sinfetvament,y exo cambios tan gio acompatinds pr la efomalaign dea fromeas so cites Jr eer de esto ino tv Iga ran terprna rbanitacineIndustalizacn de Occdet: ef hogar ye ce to de traajo quedton seamen pues yl oncton de tj de clase mints una forma ee aelante at Tnraie exrestn (nr utizat lemin qe ele dae aria de Parson) n Ameria del Norte ota modifies de onteres cea cain retiada de los avmeca en rlacién on Inet cacion superior para lat mujeres yl esate ace de an | eabajoremunerao fuera de ga para aqulls de clase medi: | crearon nuevas fronteras para separa las nuevas profesiones para | mujeres relacionadas con la prestacin de servicios tales como a \ enseianza la enfermeri yl tabajo sora, de aquellaspofesiones dle mayor prestgio destinadas a is hombres tales come la inge niet, el derecho y la investigacién eintfica. La histvia dela roesion medica en los Estados Unidos es un ejemplo interesante de las imodficaiones que pueden sufi las fronteras sovales. De- bdo a queen el pasado se la consideraba mds bien una acupacién «que brindaba un servicio ale contnidad ates que una atvidad ‘asada en conocimieutos generados por la ciencia y ls laboratocios, ‘en un principio la medicina esto sbiesta a as mujeres. La hans. formaci6a dela melcina en un campo profesional ocorti a Fines del sigho xn; como parte de ese proceso fas mujeres quedaron “ (ax comma stane BaURQUEY JONNY. corr exeluidas de la medicina basada en Ia investigacin, y se alters fon Jas concepciones que regian el pudor femenino para que las rnujeres pudieran ser examinadas y traladas por médieos. La pre sencia d= este tipo de cambio ha dado pie « una sevie de espec laciones en torno a las funciones sociales, politics y econGimicas del sistema de género y a las formas en que las redefiniciones que ‘curren en cualquiera de estas dceas responden a la vex a cit bios ocurridos en las otras ‘abiendo establecida la variabilidad de Ios sistemas de yénero en diferentes lugares y épocas, losias estudiosos/as han formula ‘do nuevas preguntas para ls cientificos sociales. Los estudios de tgénero, por ejemplo, han sido los responsables de que hayan sur ‘gio tes preguntas de amplio espectto sobre la vida politica. La primera es: ge qué maners se desarrollé la cultura politica occ Dental para lograr excfur alas mujeres de toda actividad politica format? La segunda es: cusles han sido los estos pars la actividad politica que han tenido a su disposicién las mujeres, y emo se Compara con los de otros grupos sin derechos? Y como el estilo mmoles a su vez ls signficads, geémo han funciona tas dri- gentes en relacin con sus votantes? La tercera pregunta es: ,c6m0

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