Está en la página 1de 1

NO NOS RENDIREMOS

Toda la vida nos han inculcado ideas como qué tipo de ropa tenemos que llevar, qué tipo
de trabajos tenemos que realizar o cuándo tiene que ser la primera vez que estemos con
un chico. Sin embargo, muchas personas creen que actualmente existe una sociedad
moderna en la que todos y todas somos respetados y respetadas en cuanto al género,
orientación sexual, etc. Simplemente hay que preguntarse: ¿Realmente ha dejado de
existir el machismo?, ¿alguna vez me he sentido víctima de ello? Es evidente que se da
hoy en día en los deportes, en el trabajo, en las religiones y hasta en lo más minúsculo
como puede ser el hablar en masculino al referirse a un grupo.

Este último caso se hace llamar micromachismo. Los micromachismos se ven en nuestro
día a día, y aunque vayan en contra de nuestra voluntad, son aceptados por esta sociedad
tan sumamente progresista y actualizada. En el fútbol, por ejemplo, hay una diferencia
salarial abismal entre las mujeres y los hombres. Y me pregunto: ¿Por qué, por qué un
hombre que solo le da patadas al balón, y no sabe qué es trabajar de verdad, tiene que
cobrar un millón de veces más que una futbolista, que tiene que trabajar a parte para
tener un sueldo digno? Así es, es aceptado, normalizado y por muy injusto que sea,
tenemos que convivir con ello. No obstante, gracias al movimiento feminista, han
mejorado algo las pésimas condiciones del fútbol femenino.

“No importa lo que los medios escriban de ti mientras tengas al lado a una mujer
guapa con un buen culo” es lo que declaró Donald Trump en una revista hace casi dos
décadas. Y es que, a pesar de los años que hayan pasado desde entonces, esa mentalidad
retrógrada perdura en el actual presidente de EEUU. Es por ello que prácticamente todo
el país y todo el mundo está en discordia con él. Además, los cánones de belleza que se
establecieron durante siglos, poco a poco se están difuminando.

En conclusión, los piropos por la calle, el “está buena pero de cara es fea”, el tocarles el
culo sin consentimiento, los abusos, los secuestros, las violaciones y los asesinatos se los
podrían ahorrar y aprender que el no, es un no; por no mencionar que tendrían que
empezar a valorar a la mujer, porque una sociedad sin ellas no sería sociedad y ser
conscientes que las que han parido a esos seres despreciables han sido unas maravillosas
mujeres.

Nerea Machín

También podría gustarte