cuenta que el 40% de los niños y jóvenes no tiene Internet.
Cuando dicen que usen seguro de cesantías , se
dan cuenta que 2 millones trabajan informalmente, y los fondos tienen promedio 500 mil por persona para usar sólo un mes.
Cuando piden hacer un esfuerzo de no despedir
a la gente, se dan cuenta que el 80% de las pymes están endeudadas casi que quebradas y deben ayudarlas. Cuando piden no usar transporte público, se dan cuenta que el 70% de las familias no pueden dejar de trabajar, viven del rebusque dia tras día y se desplazan sin auto.
Si piden no viajar a la segunda vivienda e
instalan controles, se dan cuenta qué hay gente que tiene helicópteros.
Cuando abren y cierran cuarentena, se dan
cuenta que necesitan personas de las comunas más pobres para vivir.
Cuando piden usar mascarillas , se dan cuenta
que no las compraron a tiempo, y nuevamente la gente solidaria los salva, elaborándolas.
Cuando llaman al aislamiento social, se dan
cuenta que las familias viven en inquilinatos de 40 metros cuadrados con un baño para más de una docena de personas y otros en apartamentos de 60 metros que ni siquiera han pagado.
Cuando van a pedir créditos a los bancos se dan
cuenta que jamás han sido bien vistos o calificados para que los bancos les presten si es que su actividad económica no está calificada casi que como ilegal o de delincuentes.
Cuando piden lavarse las manos varias veces al
día, se dan cuenta qué hay sectores del país sin agua potable y otros miles a los que les habían cortado el servicio porque no tienen ni como pagarlo.
Cuando piden ser solidarios, empáticos y cuidar
a los adultos mayores, se dan cuenta que el 90% de ellos están solos, viven aislados y no les alcanza la pensión para vivir dignamente. Cuando piden no salir, más que para solo lo necesario, se dan cuenta que los trámites están disponibles solo en forma presencial, y que la tecnología que ofrecen las entidades financieras que son las que más ganan en el país no son lo que se esperaba y la gente debe salir a hacer filas de horas.
En resumen, se dieron cuenta que deben
gobernar la pobreza que han provocado por robarse a manos llenas los impuestos que les han permitido vivir tranquilamente no solo a ellos si no a sus familias.
Hasta ahora se dan cuenta de la mala o pésima
calidad de vida, y que Colombia no es el país soñado, y que está muy lejos de estar ad portas del desarrollo.
Así es ... Es ese mismo país que no querían
escuchar entre cantos y marchas. Pero como es solo una reflexión, sabemos que no lo vas a reenviar, porque aún seguimos pensando que vivíamos medianamente bien y que como íbamos ... seguramente íbamos bien . SIN UN ABRAZO Daniel Coronel"