Está en la página 1de 21
INFORMACION NACIONAL Setiembre. HOMENAJE A SARMIENTO El 11, Dia de Sarmiento y del Maestro, fué celebrado en todas Jas escuelas de la Reparticién con actos de homenaje al ilustre san- juanino. En ellos, los directores exaltaron las virtudes y la obra del gran propulsor de la educacién en América, mostrandolo como modelo de voluntad, de cardcter, de literato y de mandatario. El acto oficial, tuvo lugar en el Instituto Bernasconi, donde, con tal motivo, se congregaron las autoridades del Consejo Nacional de Educacién, funcionarios, gran nitmero de docentes e invitados espe- ciales y los alumnos de las escuelas que funcionan en el establecimien- to. . Se inicié la ceremonia con el canto del Himno Patrio, al que si- guid el del Himno a Sarmiento, e inmediatamente después hizo uso de la palabra el interventor en el Consejo Nacional de Educacién, doctor Ataliva Herrera. Su diseurso, cuyo texto aparece reproduci- do en las primeras paginas de este namero, provocé el aplauso de los concurrentes que en diversos pasajes interrumpieron al orador para se- fialar su aprobacién. A continuacién, el coro del Instituto interpreté El palito, de Espoile, y la Vidala de la Virgen Generala, de Chaza- rreta, ntimeros que fueron seguidos por la evocacién del précer, que realizaron los alumnos de los grados superiores, recitando trozos de Ricardo Rojas, Anibal Ponce, Alberto Paleos y Moreno. El Himno al Arbol, de Serpentini, la recitacién de algunos parrafos de “Recuer- dos de provincia’ y el canto de ‘‘Viva Ja Patria’’, de Corretger, cons- tituyeron los nimeros finales del acto con que las autoridades esco- lares quisieron rendir el homenaje a Ja mas grande figura de la edu- eacién en el Continente. At DISTRIBUCION DE PREMIOS ENTRE LOS MAESTROS QUE COLABORARON EN LA RECOPILACION DE MATERIALES. FOLKLORICOS Las autoridades del Consejo Nacional de Bducacién, empefia- das en conferir la mayor importancia y significacién a la entrega de los premios acordados a los docentes que se destacaron por el valor de sus aportes a la recopilacién de materiales folkléricos, organizaron el acto que, el 25, se llevé a cabo en la escuela Nicolds Avellaneda, y al que asistieron autoridades nacionales, el interventor, doctor Ata- liva Herrera, sus colaboradores, funcionarios téenicos y administra- tivos de la reparticién y crecida cantidad de educadores. El Himno Nacional, con el que se inicié el acto, fué cantado por los concurrentes, quienes, a continuacién, escucharon la palabra del doctor Herrera: “He querido darle a este acto, dijo el intreventor, toda su tras- cendencia en la nueva orientacién para la ensefianza del pais, aunque revestido aquel de un programa sencillo como corresponde a los gran- des hechos. No podia menos que traer mi palabra emocionada de aplauso y admiraci6n en nombre del Consejo hacia sus ilustres ini- ciadores el doctor Juan P. Ramos, el doctor Carlos Herrera Vega y los maestros de todo el pais aqui representados, que en 1921 Mevaron a cabo la primera copiosisima recoleccién de folklore, actualmente en poder de la Facultad de Filosofia y Letras, que aprovecha tan valioso eampo de investigaci6n. Posteriormente, en 1939, se constituyé una Comisién de Folklore, formada por maestros del Consejo, quienes Ilenaron dos volfimenes de este material, preparado para la ensefianza escolar: y se dieron instrue- ciones para cumplir mas cientificamente el cometido. Ahora se crea el Instituto permanente de Folklore y Nativismo. En el fondo de los pueblos subsiste en esencia un elemento universal de saber, en sus usos Y COS- tumbres, que lo une a las épocas jnmemoriales de sus orfgenes seden- tarios o migratorios. Este saber popular aunque siempre utilizado, no habia legado a sistematizarse en ciencia hasta hace un siglo, en que el eminente arquedlogo ingles William John Toms le dié jerarquia de ciencia con la palabra folklore. Bajo esta definicién el concepto responde como ciencia a lo universal, es decir, es el estudio de la sabiduria popular en todas las regiones del mundo. El Diccionario de la Academia Espafiola acoge el vocablo con su pronunciacién hispanizada y sus derivados folklérico y folklorista; pero a este con- cepto corresponde el correlativo de regién respecto de lo universal, Se vale decir, lo que sabe cada regién, lo verndculo. Esta idea debe expresarse con un vocablo que comprenda todo lo nacido en un lugar dado y para referirlo a nuestro pais de habla hispana, debe ser el término nativismo. El conocimiento folklérico incide substancialmente en la for- macién de un pueblo. Es el fundamento de su razén nuclear, es la raza, es la caracterizacién de su fisonomia espiritual, y su cultivo vigoriza el arraigo de sus sentimientos, emociones e ideales en una sola aspiracién, que es la continuidad histériea de una sociedad. Las corrientes mas férvidas de genuino patriotismo han reactivado en todas las naciones este afin por salvaguardar, clasificar y aprove- char en labores preclaras las supervivencias del genio popular. La bibliografia folklérica ofrece un vastisimo panorama para la cien- cia y el arte: deseubrir.el genio popular para expresar su sentido de belleza y sus normas juridicas y sociales. El folklore por tanto es materia fundamental para la educacién popular, encomendada por la ley a la jurisdiecién de este Consejo. Un espejismo alucinador ha engafiado a menudo la visién in- vestigadora de lo popular, en la poesia americana. La causa es no ha- ber ahondado suficientemente en el material poético, hasta su pri- mera fuente, complaeiéndose el amor propio regional con el primer hallazgo de belleza a flor de labios en la boca del pueblo. Se han atri- buido indebidamente a la ereacién de nuestras clases incultas todas esas gracias, finezas y sentires poéticos, que florecen por el cancio- nero del pais. Ni en la naturaleza, ni en el arte, existe generacién es- pontdnea: podria determinarse una ley estética, que rige el flujo y reflujo de lo popular-sobre la poesia. La savia, la vida, es lo popu-! lar; la cultura trabaja esa materia viva, para darle forma perfecta. He aqui la ley: cuando una cultura ha estilizado tanto la forma que ha deseuidado el sentir popular, entonces la obra de arte llega al re- finamiento, cada vez més artificioso, hecho para una élite, hasta no ser aprehensible, sino para el propio autor; para ser légico en este caso el artista debia guardar un avaro silencio, su arte para é1 sélo, el clasico Narciso. Este hermetismo se denomina “‘pecado de angelis- mo”’, lo que es una nueva Torre de Babel. Lucifer fué el primero en intentar abarcar la Belleza infinita, y cay6 como una estrella del cie- lo al fondo del abismo. Nosotros, tristes mortales, debemos cuidar no caer de diablos en pobres diablos. En este flujo, la marea de lo popular ha quedado alla abajo, en ja arena movediza, donde atin rebulle la vida que es movimiento. Asi se llega al limite maximo, donde no hace falta la expresién: el Apice, eno bs el aislamiento; a la muerte de la “belleza trasmitida”. Se ha alean- zado el vértice del cono —el punto es el autor— cuya base plena es- +4 en lo popular, en Ja vida tumultuosa. Pero, el arte es la emocién de la belleza, trasmitida; al no poderse dar en generoso don, fruto de Arbol en plena madurez, encuentra que no tiene razon de ser; su fun- cin ha desaparecido, se ha disgregado su esencia entitativa. Enton- ces, retoma su camino hacia abajo; busca otra vez el expandir su be- lleza, que es su finalidad y su funcién vital; vuelve a la base del co- no, para fortalecerse con nueva savia. Hste es el reflujo de lo po- pular en Ja poesia. La altura media del cono estético marca el apogeo de toda cultura artistica: in medio virtus. El genio desciende hasta el pueblo y el pueblo sube hasta el genio. El gran vate irlandés, W. B. Yeats, deca: ‘‘Siente como esteta y escribe para el pueblo’’; y el eritieo norteamericano, Lowel, después de estudiar las literaturas europeas, llega a esta formula poética: ‘‘Lo popular en boca del le- trado”. Este es el momento en que el pueblo egipcio levanta las pi- rémides a sus Faraones y entona los himnos a las ereces del Nilo. El pueblo hebreo acompafia a Dayid con la danza y el canto de los sal- mos ante el Area de la Alianza; y en las orillas del rio babilénico, cuelga entristecido y mudo los instrumentos misicos sobre los sauces. El pueblo griego escucha al rapsoda que canta de puerta en puerta Jos versos de Homero; celebra con Pindaro a los ganadores en los jue- gos olimpicos y asiste religiosamente a la representacién de las tra- gedias. Cuando se inicia el proceso, la forma puede ser burda y tosca semilla, que al germinar rompe el limo, que se le adhiere; pero des- borda en pujanza de vida. Luego se desarrolla el embrién informe, hasta ser 4rbol que mueve sobre la brisa los abanicos del follaje; mientras sus ramas se elevan al azul en inmanente aspiracién de al- turas. En las letras hispanoamericanas debemos desentrafiar esa ley del flujo y reflujo de lo popular, si no se quiere el engafio del espejismo, bello, pero falaz. Desprendida del latin nuestra lengua romance, las f6rmulas eul- tas, que procedian del Lacio, estaban gastadas, copas vacias de un fes- tin’ pasado. El eseritor de raza es el paladin de las nuevas rutas. Cuan- do la nacién castellana ha definido su personalidad, aparece el poe- ta que busca la expresién de vida, en las fuentes populares, alma de la multitud. Por entre las grietas del anfiteatro romano, florecen los jaramagos del nuevo decir, bravio y fuerte: “El fablar paladino, en el cual suele el pueblo fablar a su vecino”. Y este gran retorno a lo po- Seige: pular crea todo el siglo de ofo espafiol, una de las literaturas mas ori- ginales y vigorosas de la civilizacién humana. Coincide con este florecer de las letras hispanas la colonizacién de América. Gobernantes, capitanes y funcionarios, que vienen a fundar la nueva sociedad, traen entre sus vituallas la carga espiri- tual de la lengua, con todas sus gracias y donosuras. La casa sola- riega, trasplantada al Nuevo Mundo, es el nicleo radial de la cultu- va. Desde la clase dirigente vuélease hacia las demis eapas sociales el buen decir. Donde se encuentra una vega, facilmente regable, dado los medios primarios de la époea para construir acequias, alli se le- vanta la casa seiiorial. Por razones de ubicacién favorable y de cli- ma, fué la parte montaiiosa de lo que son hoy las provincias argenti- nas donde se clavé primero la casa castellana: primero vivir, des- pués filosofar. Préspera la hacienda, vino el refinamiento de las cos- tumbres y el amor a la belleza artistica. En la tertulia invernal se comentaban emulada en la asimilacién los versos del siglo de oro y se levantaban tabladillos para representar entre familiares los autos sacramentales y las comedias de capa y espada. Fué como el don es- piritual que el fijodalgo espafiol derramé generosamente desde la mesa franca y bien servida a todas las clases sociales, que empezaban a dar forma y cohesién a la nacionalidad. Por eso, atin ahora, descti- brense en el lenguaje del campesino del norte esas exquisitas expre- siones del castellano arcaico. No es de extrafiarse, pues, que nues- tros folkloristas, hoy empefiados en coleccionar nuestro cancionero, se encuentren asombrados con estrofas deformadas de “La Vida es Suefio”’ y con madrigales de tanta fineza como los de Gutierre de Cetina. Cuenta 'Concoloreovo en su clésica obra ‘‘Lazarillo para cie- gos caminantes’’, que al visitar una reduccién indigena de nuestro norte, se le quiso obsequiar con el estreno de nuevas canciones y dan- zas aborigenes; pero no se pudo hacer el estreno porque el Padre Prefecto que se las componia no se las habia mandado. Nuestros pa- yadores, los auténticos, eran como letrados populares; se instruian cuanto podian para responder en las payadas; y ademas eran los ase- sores en las pulperias sobre interpretacién de las leyes y reglamentos oficiales. En nuestra formacién, el pueblo toma y acomoda a su ge- nio lo que produce el escritor culto. Entre este flujo y reflujo de lo popular sucédense las escuelas li- terarias. Cada una lleva en cinta la que ha de sucederle; cuando se ha dejado de traducir la vida popular, las reemplazan las que vie- nen turbulentas de vida. Son los drboles, diria Horacio, que al llegar Sis Bie el invierno se despojan de las hojas caducas, convertidas por su muer- te en materia fecundante para dar mayor vitalidad a las que brotan en la siguiente primavera. Nuestro mundo literario, abiertas las puer- tas del pais a todos los vientos, sufrié los influjos sucesivos de esas escuelas: mientras los trabajaba por dentro y hondo el sentido de lo popular nuestro. Y “el gauchesco” aparecié, entonces, como una ne- cesidad de la propia expresién, a fin de dar salida a la emocién de pelleza, que sentia latente una parte del pais. Pero el gaucho no es todo lo argentino, sino un jirén del alma nacional. “Un pequefio ji- én’? —afiadia Lugones en los filtimos dias de su vida, puesto otra vez sobre el punto de partida, considerando en su evolucién estética, todo el panorama. Cuando yo me iniciaba en las letras, reinaban sobre toda la Amé- rica literaria, Dario y Lugones, portaestandartes del simbolismo, cu- yo lema era: “No hay poesia en América”. Se eantaba a lo versalles- co, a lo oriental, a todo lo exético. Formado yo en las humanidades, pensé que Virgilio supo cantar la vida pastoril y heroica de la Roma primitiva, similar a la de nues- tro pais en sus origenes, y me revelé contra aquel postulado; trabajé, de propésito, los motivos de la tierra en la forma del mas clasico cincelado, el soneto, euyas publicaciones inieié en revistas del pais y del extranjero. “El Fogén” de Montevideo, por 1909, decia: “Ata- liva Herrera es un poeta eriollo y artista al mismo tiempo; sus estrofas pintan con magico pincel nuestras cosas y todo lo embellece con su ntimen pintoresco y sentido, porque ha hecho carne en su poesia el precepto de Horacio: ‘‘Lo que no puedas hermosear, no toques’’. Tales sonetos, premiados por “La Prensa”, formaron “El Poema Nativo”, titulo que se extendié para dar nombre a una escuela: “el nativismo”, que lo definia: modelar el limo de la tierra, sobre nor- mas de perfecta armonia. Abarcaba todo lo nuestro, desde el paisa- je hasta las costumbres eamperas, en la mAs depurada expresién, en poesia culta. Vargas Vila decfa en Paris: “Tiene rumor y color de Bandera’’. Y, coincidente aqui, Joaquin Castellanos: ‘““Hay un gallar- do despliegue de bandera. Me pongo de pie para aplaudirla”. No me apropio la exclusividad: Antes de mi natavismo, muchos bregaron por esta orientacién como el doctor Ricardo Rojas, el insig- ne maestro de ‘‘Eurindia’’; pero a mi me correspondié retomar, en un momento desdefioso para lo nuestro la inspiracién hacia las fuen- tes de lo circunstante, que otros escritores continuaron con mereci- do renombre. Segoe Lugones fué grande, porque supo afirmar en el simbolismo su instrumento poético, y después volear en tan soberbio continente la expresién de lo nuestro, como lo hizo desde 1910, con las “Odas Se- eulares”: sentir la Argentina. Si Lugones no hubiera evolucionado hacia tierra adentro, solo habria dejado perfectos cilices vacios. Sin sospecharlo en su egoismo poético, el vate rey vino a cultivar lo que antes desdefiara: y por haberlo hecho en la mas pura forma, lo perenne de su obra esta dentro de la definicién del “nativismo”. El lenguaje es uno de los factores mas aglutinantes en la cohe- sién de nacionalidad. Hace poco, el ministro de Instruceién Pibli- ca de Espafia decia que Francia debe al cultivo de su idioma la unidad a toda prueba de la nacién; efectivamente, a sus playas van a rebo- tar todas las tormentas ideolégicas del mundo, sin que sufra mengua el espiritu perenne de la divina Francia. Asi hemos de bregar por la mayor pureza del idioma, dentro de las caracteristicas regionales: en los nuevos programas, ahora terminados bajo mi intervencién con la finalidad de propender a la unidad de la conciencia argentina, por la coordinacién de la ensefianza primaria, se da al folklore y nati- vismo toda su trascendencia formativa. A través de esta visién, el futuro artista u hombre de ciencia sabra conocer el genio del pueblo para crear su obra de arte o fundar sus premisas cientificas. Contra esta orientacién atentaria en la actualidad, en que el pais ha aleanzado un superior nivel de alfabetismo, el uso del “gau- ehesco”, que nunea llegé a ser dialecto: sino que es la expresién ig- norante del pueblo analfabeto, hasta la primer centuria de nuestra vida independiente. La expresién gauchesca, como el “Martin Fierro’? ha reflejado fielmente una época, que ya ha pasado. Escribir en “gau- cheseo” en nuestros dias, resulta caricaturesco, falso, como lo hacen algunos escritores de la ciudad que deforman cada palabra en su afan de imitacién, sin pereatarse que el criollo incurre en uno que otro error, por ignorancia 0 costumbre, pero tan pronto como advierte que su vocablo es incorrecto, se corrige inmediatamente y jam4s lo olvida. Tales autores son similares a algunos actores del Teatro Nacio- nal, cuando hacen “el provinciano”, con una “tonada” que no es de ninguna provincia argentina. 4 En el nivel cultural conquistado por el pais, resultaré un con- trasentido, que por un lado, el gobierno esté gastando millones de pesos para ensefiar a hablar correctamente el idioma castellano; y por otro, se fomente ‘‘lo gauchesco’’, que es negacién de Jo anterior; que no corresponde a nuestra cultura presente. Saga Estimo que nuestros clisicos gauchescos han de ensefiarse como documentos de la expresi6n literaria de una clase del pais, en su perio- do evolutivo; por su significado de esencia popular y por su aliento épico; pero no en calidad de modelos de lenguaje. Algunos profesores, por prurito de originalidad, han legado a dar al gaucho la represen- tacion total de la vida argentina. Se olvidaron de las clases superio- res, que no se expresaron en gauchesco, sino en el mas rancio caste- llano. El apogeo de una lengua se mide por su universalidad. El sui- eidio de todo un pueblo, como el nuestro, significaria colocar el gau- cheseo por sobre el idioma de Cervantes, en esta hora en que cien mi- ~ Iones de Jenguas lo modulan. Se abre ahora una nueva edad de oro para el habla hispana, enriquecida con los matices americanos: la comuni6n espiritual de toda una civilizacién en marcha hacia las cum- bres. Es el reinado perenne de la Hispania feeunda, que canto en mi oda: jLlega la edad de Oro! Conviven por tu idioma cien naciones ; Y el célido tesoro De tu verbo sonoro - Se ha expandido en fraternas comuniones. Mira el orbe asombrado, Por sobre materiales exterminios, Otra vez tu reinado Espiritualizado, Sin que se ponga el sol en tus dominios. Tal vez destruya el hado Babeles de lenguajes, furibundo; Mas, siempre tu reinado Con el decir amado Hermanaré a los hombres en el mundo. Y cuando las edades Se trunquen, siempre brillardés sin mengua En las puras beldades, « Eternas claridades, Del genio florecido de tu lengua. Ga Entonces, habla hispana, Ain flotar4é después del cataclismo, Universal campana, Flor de la especie humana, Tu dulce vibracién por el abismo.’’ Acallados los aplausos con que se recibié el discurso, el doctor Herrera procedié a la distribucién de los premios a que se hicieron acreedores Luis Gerénimo Lucero, de la escuela Ambulante ‘‘E’’, de San Imis, Antenor Flores Vidal, director de la escuela N° 47, de Pampa del Chafiar, Jachal, en San Juan, Adolfo I. Baez, vicedirec- tor de la escuela N? 11 del distrito 11° de la Capital, Julia Saravia, de la escuela N° 20, de Puesto del Marqués, en Jujuy, y Colén 8. Teazatti, director de la escuela N° 10, de Dos Puentes, Albardén, en San Juan. Los mencionados docentes recibieron, como recompensa por Ja eficacia de su labor, una medalla de oro. Por su parte, Adrian Canelada, de la escuela N° 217 de Tucumn, Maria Blena Sierra, de la escuela N° 59 de Catamarea, Teodosia Gi- ménez, de la escuela N° 261 de Santiago del Estero, Dositeo Martinez, de la escuela N? 80 de Catamarca, Carlos I. Gallo, de la escuela N? 13 de La Rioja, Rafael Arrascaeta, de la escuela Ambulante “‘D’’ de Ca- tamara, Adoralinda Flores de Rivera, de la escuela N° 48 de San Juan, Patricio Ortiz, de la escuela N’ 137 de Cérdoba, Vicente Al- meida, de la escuela N° 137 de Cordoba, Arnobio Flores, de la Es- cuela N° 50 de San Juan, Indalecio S. Bencivenga, de la escuela N? 62 de Entre Rios, Ramén Pellegrini, de la escuela N° 36 de Tucumén, Adolfo Garzén, de la escuela N? 150 de Salta, Antonio E. Montaldo, de Corrientes, y Maria Oberlaender Olachea, de Ja escuela N° 43 de Santiago del Estero, recibieron menciones de honor y Maria Almazan, de la escuela N° 49 de San Juan, Pedro E. Abregi, de la Inspeccién Seccional de Santiago del Estero, Herminia Caceres, de la escuela Ne 13 de San Juan, Alba Maggi, de la escuela N° 112 de Santa Fe, D. Maidana, de la escuela N° 92 de Santiago del Estero, Magdalena Rappi, de la escuela N° 308 de Santiago del Estero, Helena E. Mag- nasco, de la escuela N° 91 de Buenos Aires, Amalia Frei, de la es- cuela N° 61 de Entre Rios, Lia Balmer, de la escuela provincial de Rosario de la Frontera, en Salta, Saturnino Herrera, de la escuela Ne 229 de Santiago del Estero, Maria D. Figueroa de Iturry, de la escuela N° 67 de Catamarca, Elisa Julia de Llados, de la escuela Ne 23 de Catamarca, Luis Diaz Corrales, de la escuela N° 69 de Chaco, y Cirila H. de Arthur, de la escuela N° 166 de Santa Fe, se hicieron acreedores a las menciones que les fueron otorgadas. eB pe La segunda parte del programa incluyé el baile de la Chacarera, Ja Media Caiia, el Palito y la Zamba, danzas que fueron dirigidas por ja profesora Mercedes Chazarreta, y el recital poético, a cargo de Ne- lly Fadeux, de “El cardén”, de José Ramén Luna, “La flor de Mbu- rucuya’’, de Ismael Moya, y algunos fragmentos del poema “Bamba’’, de Ataliva Herrera. Las sefioritas Ana Mercedes Chazarreta, Ma- ria Angélica Lisboa, Alicia y Maria Casares Zemborain, Emilia Fe- rrera, Angela Cipriota, Ida Alonso y Josefina D. Gabriel y los seiiores Enrique Pifiero, Marcos Ramirez, Carlos Dominguez, Silvestre Ba- rrionuevo, Jaime Merino y Virgilio Ramirez, integraron el cuadro de intérpretes de las danzas nativas, que fué muy aplaudido por su magnifico desempefio. ANIVERSARIOS PATRIOS EN LOS PAISES AMERICANOS En este mes, en que Brasil, Chile, México y las reptiblicas de Amé- rica Central rindieron el homenaje del recuerdo a los préceres de su independencia, las escuelas que ostentan los nombres de las naciones hermanas festejaron las fechas de la historia comtin con sendos ac- tos conmemorativos. Las autoridades, los docentes y los nifios destaca- ron en ellos la estrechez de los vinculos confraternales que nos ligan a los paises del Continente, como lo reflejé el brillo de las ceremonias cuya erénica se agrega: Escuela Estados Unidos del Brasil El acto cumplido en la Eseuela No 4 del distrito 20°, al celebrar- se el 123° aniversario de la declaracién de la independencia brasilefia, se inicié con el canto de los Himnos y se continué con un programa integrado con la recitacién de poesias y la interpretacién de cancio- nes del folklore de ambos paises, que constituyeron el mejor marco para los discursos que pronunciaron 8. E. el embajador, doctor Juan Bautista Lusardo, y el inspector téenico seccional, doctor Atberto J. Galmarino. Los concurrentes, entre los que figuraban distingui- dos miembros de la eolectividad brasilefia, premiaron con prolongados aplausos la palabra de los oradores y el comportamiento de los alum- nos en las partes del programa que tuvieron a su cargo. = BG t Escuela 7 de Setiembre El mismo motivo dié lugar a un lucido acto en la escuela al Ai- re Libre N° 3, cuya denominaci6n recuerda la fecha de la declaracién de la independencia del Brasil. Las palabras de cireunstancias fueron pronunciadas por el inspector téenico seccional, doctor Pascual La Rosa, quien destacé la significacién de la celebracién que se reali- zaba, con el discurso euyo texto se transcribe seguidamente: “Nada mas grato, a un maestro argentino, que evocar ante los ni- fios aquellos episodios en que se traduce el ideal americano de soli- daridad. Mucho mas atin, cuando se trata, como en este caso, de los fastos de la emancipacién de un gran pueblo, cuya historia es mo- delo de hidalguia, de justicia y de auténtica adhesién a los prin- cipios de humanidad. La independencia del Brasil, que rememoramos en este acto, cons- tituye una de las pfginas mds luminosas en el acervo de la comuni- dad americana. Por lo mismo que lograda mas tarde que la mayoria de nuestras naciones, su madurez interior se exhibe mds profunda. Mas que la explosién de vagas tendencias independentistas, surgi- das al calor de los ideales revolucionarios europeos, la emancipacién del Brasil fué el producto sereno y consciente de una vigorosa co- rriente nativa, de pura brasilefiidad, que aspiraba a regir sus propios destinos y a expandir las fuerzas creadoras de su genio autéctono y original. La génesis de este movimiento, debe buscarse en las épicas aven- turas de los “bandeirantes”, en la tragica decisién de los “ineonfiden- tes” y en la justificada insurreccién de los “mineiros”, a los que la ley extraiia imponia sus dictados, sublevando el instinto de rebeldia del hombre cuyos suefios de libertad se conciliaban con la impo- nente grandeza de los paisajes naturales. En el Brasil, la emanci- pacién es la consecuencia de la fusién del hombre con el medio, de la unidad étnico-teltirica, en que los seres vivientes se diluyen en Ja esencia materna y nutricia de la tierra, confundidos ambos elemen- tos en la gracia inmarcesible y bienhechora de Dios. Para certificarlo, recuérdese que el traslado de la monarquia portuguesa al Brasil y el posterior Ilamado de las Cortes de Lisboa, el 26 de enero de 1821, para el regreso del Emperador a la metrépoli, determiné enérgicas manifestaciones brasilefiistas, en las que la vi- sién opulenta de la tierra nativa se instituia en norma y paradigma ar de una sugerente constitucionalidad. Revestida asi, de sentido “cons- titucionalista”, la insurreccién colonial, qued6 fijado, al noble pue- plo brasilefio, ya para siempre, el destino del orden y del progreso dentro de las més estrictas exigencias de la voluntad piblica y de la soberanfa nacional. El sello de la autonomia popular quedé impreso, desde los pri- meros instantes, en la historia del Brasil; no extraiie, pues, que el Prineipe-Regente, Don Pedro, en carta a su padre, el 2 de enero de 1822, le confesara: “Me parece imposible cumplir los decretos de las Cortes, porque la opinién ptblica esta toda contra ellos, en todas par- tes, y nadie puede contrariar a esa reina del mundo”. Un pueblo que nace a la independencia bajo signo tan auspicioso, no puede ser si- no el vigia insobornable del derecho y el paladin mas decidido de le verdad institucional. Este acatamiento de la voluntad ptblica y este influjo irresis- tible de la tierra, quedan patentizados en aquel bello episodio, del 9 de enero de 1822, en que el patriota minero, José Joaquin da Rocha, se present6 al Principe-Regente, en trance de emprender viaje a Por- tugal, recabfindole —en nombre de la poderosa corriente emancipado- ra del Club Resistencia, de Rio de Janeiro— que permaneciera al lado de ‘‘su’”? pueblo. Bl gobernante, con reposada grandeza, le respondié : “Como es para el bien de todos y la felicidad general de la nacién, estoy pronto; diga al pueblo que me quedo’’. Magnificas palabras, en cuya sencilla elocuencia deben abrevar cuantos aspiran a esa suprema jdentificacién con los seeretos anhelos de las multitudes, euyo pbienes- tar y felicidad es el venturoso anhelo de los yerdaderos conductores. El milagro de un Principe extranjero, de solamente 24 afios, que logra fusionarse de manera tan absoluta con su nueva patria ame- ricana, es otro de los augurios promisorios con que sé inicia la vida aut6noma del Brasil. Don Pedro proclamaba el 1° de agosto de 1822: “Soy vuestro compatriota, soy vuestro defensor; mi felicidad reside en vuestra felicidad; es mi gloria regir un pueblo prioso y libre. Dad- me ejemplo de vuestras virtudes y de vuestra unién. Seré digno de . vosotros”. ;Cémo no pensar, en presencia de estos testimonios, que América, nuestra América autéctona, la tierra fecunda e indémita del Nuevo Mundo, es el crisol de la humanidad futura, en euyas virgenes comareas habran de fructificar los benditos ideales de la tolerancia, la compresién y la fraternidad? En nombre de estos puros ideales, bajo cuya invocacién auste- ra y creadora.naciera la gloriosa patria de Tiradentes y los Andradas, eabe a mi emo¢ion de edueador argentino, exaltar la permanente uni- ot Baty dad de las naciones de América, cuya vocacién de autonomia puede hallar simbolo apropiado en aquella soberbia exclamacién de Don Pedro, lanzada en la planicie de Ipiranga, eabe el mar ecuyas olas le- vantaban hacia el cielo castillos de espuma, el 7 de Septiembre de 1822: “Independencia o muerte”. Independencia o muerte debe ser, hoy como ayer en todas las horas, la consigna del hombre americano, del hombre de las tierras maduras y feraces del Nuevo Mundo, en cuya dilatada extensién el Brasil brilla con una luz propia y ardiente, como cuadra a su opulen- cia natural, a su venturosa tradicién histérica y a la grandeza moral de sus hijos, nimbados por la vocacién de la justicia y la pasién fa- natiea de la libertad’. Los nifios, a su vez, interpretaron ntimeros de canto, danza y recitado alusivos a la nacién nortefia. Escuela Repiblica de Chile Con la ceremonia realizada el dia 17, en la escuela N? 13 del dis- trito 4°, finalizaron los actos celebratorios del 135° aniversario de la independencia de Chile, conmemorada en todas las escuelas de la Reparticién, de acuerdo con la resolucién superior que asi dispuso hacerlo. La cénsul Marta Brunet y el inspector téenico seccional Ger- man Berdiales exaltaron, en la oportunidad, las glorias de la patria de O'Higgins, después que las alumnas cantaron los Himnos argentino y chileno. A continuacién, se hizo escuchar la cancién tradicional ‘El copihue rojo” y se bautizaron las aulas de la escuela con los nombres de los préceres de la independencia chilena. Después que la direc- cién del establecimiento recibié la mayélica que reproduce el famo- so cuadro de Subereasaux, alusivo al abrazo histérico de San Mar- tin y O’Higgins, se inauguré un receptor radiotelefénico y reproduc- tor de grabaciones, donado a la escuela, como la mayélica, por la familia Lanfranconi. Escuchése luego el ‘‘Himno a San Martin” y la nifia Lilia Hadid recité “Al pie de la Bandera”, composicién del poe- ta chileno Victor Domingo Silva. Al finalizar el acto se procedié a la distribucién de los premios otorgados al mejor alumno de esta escue- Ja y de la escuela ‘‘Repiblica Argentina’? de Santiago de Chile. Gloria Pechoff se hizo acreedora a la distincién que discierne la emba- jada chilena en nuestro pais. gp = Escuela Repiblica de Costa Rica El acto que se Ievé a cabo, el 15, en la escuela N° 3 del distri- to 16° alcanzé singular relieve, pues la conmemoracién fué realiza- da con la inauguracién oficial del edificio de la escuela. El programa se integré asi: 1° Himno Nacional, 2° Himno de Costa Ri¢a, 3° Sa- Indo a la Bandera, 4° Bendicién del local, 5° Discurso del inspector téenico seccional, profesor Jacinto S. Quian, 6° Discurso del cénsul don José Alberto Rodriguez Piza, 7° ‘‘La riojanita’’, cancién de nuestro folklore, 8° ‘‘Mafianitas de mi tierra’’, cancién costarricense, 9° ‘‘ Ofren- da”, poesia de Adolfo Esquivel de la Guardia, recitada en conjun- to por las alumnas Evet Gaiani, Nilda Di Tomaso, Gloria Astorga ‘y Marta Eyberalde. Escuela Repiblica de El Salvador El programa de la ceremonia cumplida en la escuela N° 5 del distrito 12°, para festejar el 124° aniversario de la independencia de aquella reptiblica, se inicié con el canto de los Himnos Nacionales y se continué con los diseursos del inspector téenico seccional, sefior Diego J. Iantorno, y del e6nsul don José Villegas Muiioz, el canto de la “Vidala de la Virgen Generala”, de Chazarreta, la alegoria “El suefio de un nifio americano”, que dirigié la profesora Leonor Y. de Defilippo, la interpretacién de varias danzas tipicas americanas y la lectura’de un mensaje que los alumnos de la escuela remitieron a los nifios de la escuela “Repiblica Argentina” de El Salvador. Escuela Repiiblica de Nicaragua La direccién de esta escuela organizé el acto de adhesién a la ce- lebracién del 124° aniversario de la independencia de Nicaragua, al que asistieron el embajador y miembros de la colectividad nicara- giiense, autoridades escolares y erecida cantidad de piblico. El pro- grama desarrollado incluy6 los discursos del doctor Rubén Dario y de la directora, sefiorita Maria Angélica Echezdrraga, la inaugura- cién de la biblioteca de la escuela y niimeros de canto y recitado, a cargo de las alumnas del establecimiento, quienes remitieron un men- saje a los nifios de la escuela ‘‘Repiablica Argentina’? de Nicaragua. gues Escuela Repiblica de Guatemala La ceremonia realizada en la escuela N? 25 del distrito 7°, co- mo homenaje a Guatemala, en el 124° aniversario de la declaracién de su independencia, constituyé una brillante muestra de confrater- nidad, reflejada en el programa interpretado: 1° Himno Nacional Ar- gentino, 2° Himno.Guatemalteco, 3° Discurso de la directora, sefiorita Maria Rosario Etcheverry, 4° Discurso del eénsul Daniel Gonzélez Arévalo, 5° ‘‘Paisaje’’, de José Gil, y ‘‘Hl palito’’, de Felipe Boero, por el coro de la escuela, 6° “Todo el mundo es una ronda”, de Gabriela Mistral, recitado, en conjunto, 7° “Blasén Heroico”, de Maximo Soto Mall, recitado, por la nifia Maria C. Costa, 8° Hermandad, de M. L. M. de Budeschi, por una alumna de primer grado, 9° “Serrana”, de Felipe Boero, por el coro de las alumnas de los grados superiores, 10° “La mariposa, la rosa y el gusano”, de Soto Hall, recitado, por la nifia M. A. Morando, 11° ‘‘El mensaje de América’’, de Germin Ber- diales, recitado en econjunto, por las alumnas de sexto grado, 12° Mensaje a los nifios guatemaltecos, lectura, por la alumna Elsa M. Peppe, y 13° Marcha final. Escuela Reptblica de Honduras El programa del acto realizado en la mencionada escuela, como los anteriores dedieado a celebrar el aniversario de la independen- cia de una nacién hermana, constituyé un exponente de confraterni- dad, como lo destaca el programa que transcribimos: 1° Himno Nacional, 2° Himno Hondurefio, 3° Saludo a la Bandera, 4° Discurso del director de la escuela sefior Amelio Lazaro Perazzo, 5° Discurso del encargado de negocios, doctor Arturo Mejia Nieto, 6° ‘‘A Honduras”’, de Angel Mazzei, recitado en conjunto, 7° ‘(Francisco Morazén’”’, de Manuel J. Gevilla, recitado, por el alumno Roberto Torres,8* Mensaje a los nifios hondurefios, 9° Entrega de un Album, destinado a la eseuela ‘‘Repii- blica Argentina’’ de Honduras, y 10° Marcha de San Lorenzo. Escuela Reptidlica de México Con los Himnos Nacionales, el discurso del inspector téenico sec- cional, sefior Enrique Salgado, y las palabras del embajador, doctor Juan M. Alvarez del Castillo, el canto de la ‘‘Vidala Santiaguefia’’, de Gilardo Gilardi, ‘‘A la orillas de un palmar’’, ‘‘;Buen Viaje!’’, de Luis Sanmartino, el recitado de ‘‘Morelos’’, de Gutiérrez Najera, la i — 91 — lectura de un mensaje a los nifios mejicanos, y la distribucién de los premios que anualmente otorga la representacién diplomatica de la tierra de Hidalgo a los mejores alumnos de la escuela, integrése el programa del acto con que se celebré, el 15, el 135° aniversario de la independencia de México, en la escuela N° 7 del distrito escolar 13°. Las autoridades y los educadores enaltecieron con su presencia la ceremonia, sencilla pero altamente significativa. SEMANA DE LA AERONAUTICA Accediendo al requerimiento de la Secretaria de Aerondutica de la Naci6n, el interventor en el Consejo Nacional de Educacién dispuso que durante la semana que fué desde el 28 al 30 de este mes en todas lag escuelas de la Reparticién se dictasen temas alusivos a la aero- nautica en las tiltimas horas de clase de cada turno, la realizacién de un concurso de dibujo entre los alumnos sobre asuntos de aviacién, y exhibiciones de vuelo con aparatos en miniatura, a cargo de la Di- reecién de Aerondutica Deportiva. HOMENAJE AL DOCTOR ATALIVA HERRERA Con motivo de cumplir un afio en la direccién del gobierno esco- lar, como interventor en el Consejo Nacional de Educacién, el doctor ‘Ataliva Herrera recibié el saludo de autoridades y gran niimero de edu- cadores, quienes quisieron expresarle su adhesién por la obra realizada. El doctor Herrera agradecié la demostracién de simpatia recibida y muy especialmente la colaboracién que le habia prestado el personal téenict y administrativo, ‘‘a euya labor tesonera, eficaz y leal —dijo— debia el haber salido airoso de una empresa tan lena de riesgos como era la acometida un afio atras’’. ‘Al mismo tiempo, manifest6 su satisfaccién por haber realizado el programa que enunciara, esto es: “‘hacer justicia aunque costara hacer- la, resolviendo todas las reincorporaciones solicitadas, de conformidad con los antecedentes de los docentes separados del cargo, sin despla- zar a nadie, y logrando que ese personal entrara en presupuesto con toda normalidad, para lo cual tuvo que vencer el exceso de trescientos cargos, poco mas o menos que habia en aquel momento, mas una gran parte de maestros procedentes de la Escuela Superior del Magisterio’’, cuyos puestos habian sido lenados por la anterior Intervencién. Mani- <9 fest asimismo, haber conseguido que el Poder Hjecutivo acordara la partida correspondiente para pagar a aquellos docentes los sueldos co- rrespondientes al tiempo en que permanecieron cesantes, como también, que, a principios del corriente afio, habia recabado de todas las inspec- ciones del pais, los antecedentes de las escuelas, cuyo estudio fué pro- lijamente presentado a las autoridades superiores, para obtener que el Poder Ejecutivo apoyara la creacién de las tres mil plazas de maes- tros que se necesitan para llenar las necesidades de las provincias y te- rritorios. A continuacién, el doctor Herrera expresé la satisfaccién que le cabia por haber iniciado la reforma del plan de estudios de la ense- fianza primaria, persiguiendo el propésito de su coordinacién en todo e! pais, con el fin de dar a la ensefianza popular la unidad de la con- ciencia argentina. “‘Respetando nuestro sistema federal —agreg6— se han contem plado las actividades regionales, con la singular preocupacién de que Jas provineias puedan adaptarlo’’. ‘Lo fundamental —dijo— es el mi- nimun exigible para la correspondencia educacional de toda la Re- publica’. “Este plan de estudios —expres6—, publicado para recibir las observaciones de todos los docentes, sera muy pronto elevado a las au- toridades superiores para su aprobacién. El doctor Herrera manifesté también que constituia para él una especial preocupacién la atencién de los territorios nacionales, a los que habia otorgado la preferencia sobre la capital y las provincias confiriéndole la importancia debida a las escuelas de fronteras. ‘‘Igual- mente, y en armonia con la Direccién de Asistencia Social de Trabajo y Previsién, —dijo— se ha dado comienzo a la construccién de nu- merosos edificios, muchos de los cuales han sido ya inaugurados y se insta la del mayor nimero posible’’. “Los hombres somos accidentes en la funcién piiblica, elegidos por la Divina Providencia para instrumento de sus designios —ex- presé finalmente—. Si he realizado obra buena, habré que atribuir- Jo al Disponedor de todo bien; la parte mala sera atribuible a imper- feccién del instrumento elegido’’. Por su parte, la Asociacién del Profesorado hizo llegar al doctor Herrera la siguiente nota: ‘‘Al cumplir Ud. un afio en el desempefio del alto cargo que le confio el Poder Bjecutivo de la Nacién, en nom- bre de la Junta Directiva Central de esta Asociacién, cumplo con el. satisfactorio deber de hacerle llegar mis mas sinceras felicitaciones por la eficacia y capacidad de que ha dado prueba al frente de la ensefian- za primaria del pais. ee URbes: Dentro de una inobjetable correccién de procedimientos, el seiior Interventor ha sabido restituir la paz y la confianza al meritorio gre- mio del magisterio, que, en forma anénima y a la vez principalisima, contribuye a elevar la mente popular y, con ella, a vigorizar el funcio- namiento ordenado y limpio de nuestras instituciones democraticas. En otros términos: el sefior Interventor ha demostrado que para ser un funcionario escrupuloso no es imprescindible extrafiar del corazén la bondad y la tolerancia; atributos morales que contribuyen como nin- gin otro a embellecer, a dignificar la vida. Con su constructiva bondad, el sefior Interventor ha restituido el orden donde antes imperaban la anarquia y el caos. Quiero, también, dejar expresa constancia que esta Asociacién, adem4s de las razones que imponen los motivos precedentemente enun- ciados, se siente estrecha, amistosamente solidaria con las gestiones del sefior Interventor desde el momento que entre sus colaboradores més destacados, el sefior Secretario de Didactica, doctor Elias Marti- nez Buteler, y su Secretario Privado, profesor Hernén Miguel Pallar- dé, son miembros conspicuos de nuestra entidad, ocupando el primero el cargo de vicepresidente, y siendo el otro vocal de la Junta Direc- tiva Central y director de la Revista del Profesorado. Con mis efusivas felicitaciones, acepte el sefior Interventor las ex- presiones de mi ms cdlida amistad’’. Firmaron el presidente, Carlos Pascali, y el secretario, Pedro P, Sanguinetti. Octubre. DIA DE AVELLANEDA La celebracién del Dia de Avellaneda dié lugar a un lucido acto que, el 3, como homenaje al patrono del establecimiento, organizaron las autoridades de la escuela N° 8 del distrito escolar 1°. El canto del Himno Nacional inicié el desarrollo del programa, completado con la recitacién en conjunto de la ‘‘Oracién a la Bandera’’, compuesta por el expresidente, la alocucién de la directora, sefiorita Elsa Siffredi, ‘1 mejor diseurso de Avellaneda”’, recitado por la nifia Marta Lagos, el canto de la ‘‘Vidala de la Virgen Generala’’, de Chazarreta, y “El palito’’, de Ratil Espoile, el recitado de ‘‘La vida de Avellaneda’, de Mateo Booz, a cargo de las alumnas Vilma Winisky y Marina Villar, la exposicién de un ‘‘Ramillete de pensamientos de Avellaneda’’, por las nifias Norma Giménez y Dora Alvarez, el canto del ‘‘Himno a Avella- neda’’ y el desfile final. Con igual motivo, el Interventor en el Consejo Nacional de Educa- cién resolvié la adhesién de la Reparticién al homenaje que el Colegio ORS. Nacional Nicolas Avellaneda tribut6 al précer, ante su monumento del Parque Tres de Febrero, autorizando la concurrencia de la escuela N° 8 del distrito 7° y de las delegaciones de las escuelas cereanas al lugar. HOMENAJE A PANAMA El 3, Panamé cumplié su 42° afio de vida independiente y, con tal motivo, la Escuela N°? 2 del distrito 17°, que lleva la denominacién de la repiblica hermana, realiz6 un acto de homenaje, cuyo programa detallamos a continuacién: 1° Himno Nacional, 2° Himno Panameiio, 8° Discurso del inspector téenico seccional Felipe L. Alvelda, 4° Discur- so del secretario de la legacién, doctor Roberto R. Aleman, 5° ‘‘Vapo- res”? y ‘‘Vivan los panamefios’’, canciones folkléricas, 6° ‘‘Bandera Panamefia’’, poesia de Nicolle Garay, recitada por Ricardo Luini, 7° “La riojanita”, del folklore nacional, 8° ‘‘El nifio patriota”, de Ga- ray, recitado por el nifio Pablo Battista, 9° ‘‘La yerra’’, coro, 10° ‘‘ El escudo panamefio’’, alegoria, 11° ‘“‘Canto a Panamé la Vieja’’, de Ga- ray, recitado por el alumno Humberto Y. Misisco, 12° Desfile final. INAUGURACION DE LA ESCUELA N? 48 DE MISIONES El 28, se inauguré en Villa Lanis, Posadas, el edificio donado, con todos los elementos indispensables para el funcionamiento de la escuela N® 48 de ese territorio, por el sefior J. Roger Balet. La do- nacién, que es la decimoctava de las similares efectuadas por el co- nocido filéntropo, fué recibida en nombre del Consejo Nacional de Hdu- eacién por el inspector téenico general de las escuelas de territorios, se- fior Carlos H. Laguzzi. : Al acto de la entrega, realizada personalmente por el sefior Roger Balet, concurrieron las autoridades de Misiones, el intendente muni- cipal de Posadas, gran niimero de educadores y crecida cantidad de ptblico, que testimonié sus simpatias al donante por lo que su ges- to, como toda la obra que con igual sentido desarrolla, representa. La ceremonia, complida en medio de un destacable sentimiento pa- tridtieo, constituyé un indice del reconocimiento de las autoridades y del pueblo para con el sefior Roger Balet, quien al hacer entrega del edificio de la eseuela expuso los motivos que inspiran su generosidad pa- ra con nuestro pais. ‘‘Sean para Misiones —dijo, en su diseurso—, la del pasado, la del presente y la del futuro, las primeras palabras de es- 2 Ob Ss. ia disertacién, al tener la suerte de ver materializada mi gratitud ha- eiendo entrega en este acto de uno mas de los edificios escolares que ofrendo en prueba de ella a la gran Nacién Argentina. Atraido al Plata por la fama de sus riquezas y la generosidad de sus habitantes, cuando apenas habia dejado de ser nifio, encontré a po- eo de mi arribo a sus acogedoras playas el rumbo que me condujo al logro de mis aspiraciones —vale decir trabajo remunerador, como tam- bién promisorio para las esperanzas que alberga el alma de todos aque- llos inmigrantes que vienen en pos de una ilusién que muchas veves se convierte en positiva realidad—. Yo, sefiores, lo digo con tanto or- gullo como sinceridad, no soy m&s que uno de esos tantos arribados a este nuevo edén, que llegé huérfano de todo apoyo y de todo bien, li- prado en absoluto al azar, que vino buscando lo que nunca obtendria en el suelo de origen. En esta tierra privilegiada por la Divina Provi- dencia, donde las posibilidades se brindan infinitas al trabajador y, toda iniciativa fructifica al menor esfuerzo, dando ciento por uno, es, donde favorecido por esas circunstancias pude formar hogar, criar una ” familia argentina y labrar la posicién sofiada, realizando con ello la su- prema aspiracién de los que venimos a América. Fué en uno de los altos de mi vida de labor; el éxito plasmado en realidad, cuando asaltaron a mi espiritu pensamientos que me hicieron reflexionar hondamente; fueron ellos: las dificulta- des que hube de vencer en la brega diaria por mi escasa preparacién intelectual y cuales eran los méritos personales que justificaban la adquisicién de los bienes conquistados. El primer pensamiento me llev6 a evidenciar que la instruccién primaria es base indispensable al hombre del presente para la lucha por la vida, como también que en ella finca el progreso de las nacio- nes, y que por tanto, autoridades y pueblo deben preocuparse con espe- cial empefio en su mayor desarrollo. En cuanto a méritos personales que justificaran mis éxitos, pese a todos los esfuerzos hechos, me vi forzado a reconocer su inexisten- cia total; en cambio, como consecuencia de tal saldo negativo, desper- tése en mi espiritu un sentimiento, que en mi concepto es uno de los mAs grandes y puros que puede anidar el corazén humano: la gratitud. Convencido como he dicho de la necesidad de ilustrar a la nifiez —elemento civico del futuro— y de la obligacién de autoridad y pue- blo de concurrir a ella sin reparar en esfuerzos, entendi que como inte- grante del segundo me alcanzaba dicha obligacién, eerecentada por mi calidad de huésped favorecido en el hogar argentino. La gratitud que sentia por esta patria no seria real mientras no se exteriorizara en obras efectivas; asi fué, como después de haber rea- ae lizado el que reputo de mi mejor pensamiento argentinista, incorpo- rando al patrimonio de la Nacién la casa de Cadiz en que terminaron los dias del ‘‘mas grande de los civiles en la tierra de los argentinos’’, Don Bernardino Rivadavia, al decir del ilustre y eminente general Mitre, emprendi, como efectividad conducente, las construcciones es- colares en que me hallo empefiado, y que Dios mediante, continuardn mientras dure mi vida. Fluye con clara evidencia, entonces, que mi accién no es, como al- guien la quiere clasificar bondadosamente, de generosidad 0 beneficen- cia. No, sefiores; es solo el cumplimiento de un imperativo categérico que me aleanza como a todos los extranjeros que han triunfado en es- ta tierra bendita, y a los cuales invito a no continuar ingratos con ella, para lo cual deben, perentoriamente, individual o colectivamente, segtin sean sus posibilidades, hacer sus aportes para que toda escuela prima- ria de la Reptiblica tenga su edificio propio, limpio y eémodo, donde maestros y alumnos Ilenen su cometido con ‘facilidad y alegria. Me hago un deber en manifestar que ha coneurrido como factor primordial en esta siembra escolar en que me hallo empefiado, un cola- borador inteligente y dindmico, un viejo joven maestro, el sefior Juan A. Soldani, sin cuya mediacién la obra se encontraria en su principio. En consecuencia, lo sefialo como un ejemplo de docente y ciudadano. A él los honores de la jornada. Sefior Representante del Consejo Nacional de Educacién: dignaos recibir este edificio N° 18 de mi donacién, correspondiente a la goberna- cién de Misiones, que ha sido levantado como exponente de la gratitud de un extranjero agradecido a vuestra patria. Sefiores: que las bendiciones del Supremo Hacedor continuen siem- pre para esta gran Reptiblica y su pueblo, a fin de que puedan ver asi oeupar prominente lugar entre las mas adelantadas naciones del mun- do’’. DiA DEL AHORRO Singular significacién adquirié este afio la celebracién del Dia del Ahorro, desde que la Intervencién en el Consejo Nacional de Educacién quisc revestirla con la mayor importancia, al disponer que, el 31, en todas las escuelas se dictasen clases destinadas a exaltar las virtudes de una practica, acerca de la cuel compete a los maestros la mayor res- ponsabilidad. Al cumplir con la resolucién superior, los directores de las eseuelas y los docentes pudieron sefialar con orgullo el acrecenta- miento del ahorro alcanzado por los nifios en el tiltimo afio, como resultado de la constante prédica realizada en el medio escolar.

También podría gustarte