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Si bien Weill se dedicará a la relación entre Real y Superyó, no por ello resulta
menos llamativo que lo real se encarne o se manifieste. Al darle presencia a lo
real y a su vez predicarlo le otorgamos un ordenamiento que contradice “lo real
sin ley ni orden”.
El objeto a como calce del nudo, concentra todas las especificidades que Lacan
le otorgara en los diferentes periodos de su obra, a saber: primer periodo, estadio
del espejo y esquema £, segundo periodo, seminarios La ética y La angustia,
tercero, De un Otro al otro y El envés del psicoanálisis, cuarto periodo después
del seminario Aun y quinto, la topología del Nudo Borromeo. Así vemos la
trayectoria de este concepto: pequeño otro y su imagen, objeto causa del deseo,
resto de la operación subjetiva, lugar del agente en el discurso del analista, plus
de goce y calce del nudo considerado como un real ligado a lo imaginario vía
fantasma y pulsión, a lo simbólico vía goce fálico y a lo real vía identificación al
deseo, puntuación que Lacan hace en el seminario RSI.
Lacan plantea que la identificación al corazón del nudo donde se sitúa el deseo
fundamental, o el a que domina la identificación al deseo, es identificación real.
Lacan hace declinar: identificación real, identificación simbólica e identificación
imaginaria.
¿Cómo pensar esto clínicamente? Cada analizante al demandar un análisis se
presenta con una estructura nodal (un nudo entre real, imaginario y simbólico)
que está -por el mismo hecho de la demanda- en desestabilidad: algo está
anudado y hace síntomas, inhibiciones y angustia (algo mal-dito) y algo se ha
desanudado buscando un Otro que nomine un nuevo enlace. Aun la trilogía
freudiana inhibición-síntoma-angustia más el acting-out y el pasaje al acto,
pueden considerarse relativas a la identificación.
Ya en el grafo del deseo vemos como en el trayecto desde el Otro al sujeto, éste
queda en relación al deseo si atraviesa el goce e inscribe el Significante del Otro
Barrado.
“Cada inconsciente es un contable no un contado”, por ello hablo del uno como
operación, siguiendo a Badiou, pero también al Lacan de RSI. Hay del Uno nos
dice que el Uno no es uno, luego si hay es en tanto una operación que para el
psicoanálisis implica estatuir Un padre que no es, servirse de él y luego donarlo
a la verdad de su Inex –sistencia.
En la clase del 11-2-75 dice que el nudo mental tiene lo real de la ex –sistencia
y la consistencia de lo que se ha trenzado; pero no es en lo que se ha trenzado
que el ex –siste. Justamente suponemos que lo trenzado es un real que insiste
en la repetición simbólica e imaginaria. El real que ex -siste insiste como no
cesando de no escribirse.
Como dije anteriormente, prefiero dejar el real que vuelve siempre al mismo lugar
en relación con el fantasma que siempre vuelve al mismo lugar como destino
inexorable; me parece que es el fantasma el que está sostenido por esta ley y
que, otro Real, el Real-Real puede ser discernido como lo imposible de
presentarse. Solamente en tanto nominación de Sinthome, quedaría capturado
como verdadera suplencia.
En la constitución del nudo RSI singular hay tiempos en que los tres registros se
fundan en forclusiones instituyentes: real, imaginaria y simbólica, y un encuentro
que los enlaza. A partir de ese encuentro constatamos una proyección en el
imaginario -pantalla de proyección- que da consistencia a la imagen.
Bibliografía
Cancina, P.: La fábrica del caso: la Sra. C. Editorial Homo Sapiens, 1998.
Milner, J.: El amor por la lengua. Editorial Nueva Imagen, 1989, México.