Está en la página 1de 1

Continuidad de los parques

-Buenas tardes Señor

-Buenas tardes Sebastian, ¿cómo le fue?

-Bien muy bien ya termine, ¿y a usted con esos documentos?

-Si ya esta hecho, ¿Qué sabes de Aylen?

-La señorita Aylen estuvo por el mediodía temprano, pero así como llego también se fue.

-Que raro, últimamente la noto diferente, ¿Sabes a donde fue?

-No me ha comentado nada en verdad

-¿Y vos para que viniste?

-No se si se acuerda señor de la petición que le hice con respecto al contrato

-¡Ya hablamos de eso Sebastian! y tampoco tengo energías para seguir con esto asi que si no
tiene nada que hacer por favor retirese

-Lo dejo tranquilo señor,que descanse.

El hombre al oír la puerta cerrarse toma un libro, se acuesta en su sillón favorito con vista al
parque y se deja llevar por la trama.

-¡Amor! ¡que te paso! ¿Estas bien?

-Si querida no pasa nada, es solo un rasguño, ¿estas segura de hacer esto no?

-Claro que si, a esa hora el mayordomo ya no esta, solo tenes que seguir los pasos como yo te
dije

-¿Y los perros?¿Como se que no le van a avisar?

-Hoy estuve temprano y me encargue de dejarlos en el fondo, no te van a oir

-¿Estas segura no?

-Si, el que parece que no estas seguro sos vos,¿queres repasar de vuelta?

-Creo que ya lo tengo, cuando suba voy a estar en la sala azul, cruzo la galería y me meto en la
primer puerta

-¡No! Antes de cruzar la galería vas a ver la escalera alfombrada que te dirige a los cuartos y al
salón

-Claro si me olvidaba de la escalera, primero reviso los cuartos, allí debería estar ¿no?

-Si, es lo mas probable siempre termina agotado y se va a descansar, si no es en su cuarto vas al


salón

-Listo ya lo tengo

-Ya empieza a anochecer es el momento

El amante y la mujer se separan en la puerta de la cabaña, ella tenia que seguir por la senda que
iba al norte, de la senda opuesta el cruza el parque corriendo hasta distinguir en la bruma la
alameda que llevaba a la casa, una vez allí sigue los pasos tal cual le advirtio ella, una vez arriba
no había nadie en la primera habitación, nadie en la segunda y en la puerta del salón ya
preparado con el puñal en la mano alcanzo a ver en el sillón la cabeza del hombre leyendo una
novela

También podría gustarte