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tor Rodrigo Medellin, de la UNAM, han estudiado durante aiios lo que hacen los murciélagos, dénde viven, a dénde se mueven y los beneficios que ofrecen a la humanidad. Ahora sabemos que no son malos, sino todo lo contra- rio. Merlin y el doctor Rodrigo dan cursos en ciudades y comunidades rurales de México y Estados Unidos para que las personas se vuelvan amigas y protectoras de los murciélagos. Y la fotografia es esencial para su labor. Un trabajo de gran belleza, muy interesante y con un alto va- lor para la ciencia es el que ha estado realizando Claudio Contreras en la isla Isabel, a unos 30 kilmetros de la cos- ta de Nayarit, sobre las poblaciones del simpético pajaro bobo, Claudio es un bidlogo convertido en fotdgrafo, y esa combinacién le ha dado una sensibilidad especial para acercarse a estas aves. Como editor, ésta es una fortuna porque se pueden armar historias que nos hacen enten- der que las aves son seres capaces de comportarse de la misma manera en la que lo hacemos los humanos, y no podemos mas que sentirnos parte de ese gran misterio que es la naturaleza. Patricio Robles Gil es una persona que nunca se esta quieta. Casi siempre anda en algtin lugar del pais o del mundo tomando fotos. Pero Patricio también, es el presidente de una organizacién de conservacién que se llama Sierra Madre. Junto con las fotos de Patricio, los proyectos de conservacién dela organizacién han ganado el reconocimiento nacional e internacional. Para todos ellos, trabajar con revistas ha sido muy im- portante, Y las revistas han ganado también por el hecho de publicar cosas maravillosas. Pero al final, los verdade- ros ganadores de la unién de los fotdgrafos y las revistas de divulgacién son los lectores, la naturaleza y la ciencia. Y como editor, es muy satisfactorio ser el vinculo que une el mensaje del protagonista con el piblico. Coftac Hierba grisécea que crece entre las lapidas de los ce- menterios; el cofiac aumenta su longitud a gran ve- locidad y es podado constantemente en la mayorfa de Jos panteones. En 1786, en el cementerio abandonado de Charete, Eugene Colignon, un viudo que por enton- ces se paseaba cabizbajo entre las tumbas, descubri6, al arrojar accidentalmente su anillo nupcial en el so- brecrecido herbaje que rodeaba la lépida de su mujer, que las raices habfan adquirido un color rojizo y que de éstas provenia un sonido muy tenue que se confundia con el de la niebla. En Charete, es un secreto a voces la historia de la noche en que Colignon decidié hacer una pécima de las raices murmurantes del cofiac para re- vivir a su difunta esposa. Desde entonces, en algunos cementerios, se adquirié la costumbre de dejarlo crecer. En los pueblos aledaiios a la rivera del rfo Charete, en los meses de mayor humedad, es costumbre ir en pro- 110 cesion a los cementerios para escuchar el sonido del co- lac. Se cree que son los muertos los que hablan a través de las rafces enrojecidas de la hierba. eee chem a cnctennn ORT UES, HOGUERA Una hoguera es un animal ciego que duerme en los tron- cos huecos de los arboles. Hasta hace poco, se culpaba a este mamifero de breves dimensiones de los incendios forestales, pero en el mes de enero The Princeton Review publicé un articulo titulado “La pequefia hoguera: frfa por dentro, caliente por fuera”, en el cual se revela que las hogueras son capaces de mantener con vida troncos de hasta 70 metros de altura debido a un mecanismo termostatico radical que les permite mantener muy frio su interior, alcanzando los ~10°C, y expulsar el calor de su. cuerpo hacia el exterior; una vez que este animalillo de menudas proporciones calienta su ambiente, se relaja y recupera temperatura. Es capaz de mantener una tem- peratura de 20 °C dentro del tronco a lo largo de todo el, invierno. Las hogueras utilizan como radar las corrien- tes de aire; una vez que inicia la primavera, siguen las ondas célidas para anidar cerca del mar durante el vera- no, Se ha descubierto que algunos grupos de hogueras persiguen una misma onda célida incesantemente; este tipo de hoguera se conoce como fatuus focaria, y se han legado a encontrar ejemplares de hasta 130 atios. Los nenets, etnia que habita la taiga siberiana desde hace més de 2000 afios, considera a la hoguera como un animal sagrado. Durante la guerra civil rusa, se hizo famosa la leyenda de Anne Vylkanova, mejor conocida como “la nifia hoguera”. Anne, hija de un viejo pastor de renos perteneciente a los nenets, decia entender el lenguaje de las hogueras, lo cual probaba consiguiendo que docenas de éstas la siguieran y permanecieran con ella durante todo el invierno. Cuando Anne salvé de 111 Ja hipotermia a un grupo de prisioneros que habjan escapado de un campo de trabajos forzados, la Gulag, © Direccién General de Campos de Trabajo, comenz6 a perseguirla. Para protegerla, su padre, junto con otros miembros dela etnia, le revelaron los antiguos caminos de la taiga, pasajes secretos por los que sus antepasados ha- bian recorrido cada centimetro del gélido territorio, pero que se habian visto forzados a mantener en secreto para impedir el paso de los rusos durante el s. XIII. Anne Vylka- nova se interné en lo mas profundo de la taiga y, segiin la historia, vivid durante afios rodeada de hogueras, hasta que la Gulag se olvidé de ella y de toda su etnia. eternal rertt cee serene Nenene Serene canner CHISTORRA ‘Arma ristica que se elabora cortando una rama joven de la ceiba, perforando su interior y atando una liana que al tensarse da la apariencia de ser un arco. Contrariamente a lo que se crefa hasta 1992, afio en que la Academia Antropolégica Centroamericana ree- valué la datacién de las chistorras encontradas en la cos- ta chiapaneca, la chistorra se fabrica desde hace mas de 2500 afios y no se utilizaba originalmente para matar, sino para simular una batalla. Los antiguos sacrificaban las ramas més jévenes de la ceiba (Arbol considerado por los locales como la “madre-cuchict” o “madre-ver- de”) cuando presentian un enfrentamiento con algin pueblo vecino. Las ramas jévenes eran tomadas por mu- chachas virgenes, “hijas de la ceiba”, cuyo espiritu era invocado como mensajero de paz. Los antiguos coste- fos, armados de chistorras, jugaban la “batalla falsa” 0 “danza de la ceiba” durante las primeras horas del amanecer y asi evitaban los conflictos bélicos. De ahi que en la regién se utilicen frases como “amenaz6 con chistorra”, para referirse a alguien que esté alardean- 112 do; 0 “se le desarmé la chistorra", expresién coloquial que sefiala la falsedad del otro. En agosto de 1999, se encontraron algunos vesti- gios de chistorras de interior metélico en el desierto de Arizona que datan, aproximadamente, del afio 1340. No se conoce con certeza el origen de las chistorras halladas, pero prevalece la hip6tesis de que, en alguna migraci6n, los antiguos habitantes de la regi6n las de- positaron en la arena en homenaje a la Ultima Iuvia o Paz del desierto, cuando los norteiios vivieron una larga tregua con el Sur. LLEVO DOs ANOS ESPERANDO LA CUENTA 15 marzo, 2010. jarcial es uno de los “sintecho” més entrafia- WV dela plaza de Santa Ana, en Madrid. Na- die le ha visto jamais pidiendo limosna y, quien se atreve a hablar con él, comprueba que tampoco apesta vino. Permanece desde siempre sentado en una mesa de Ia terraza del bar Pajaritos, con su larguisima barba y sus ropas raidas. Su educacién es exquisita y a todo el mundo trata con respeto. Lleva mas de dos afios esperando que los camareros le traigan la cuenta de una comida. “Yo trabajo, o trabajaba, cerca de aqui. Y un dia que hacfa bastante buen tiempo y me apetecia que me diera el aire vine a comer a la terraza de este bar. Lentejas y merluzaa laromana, lo recuerdo perfectamente”, explica mientras escogemos el menti de hoy. “No tardaron mu- cho en atenderme y comi bastante rapido porque tenia una reunién después. Pedi la cuenta para marcharme 114 enseguida y, bueno, en eso estamos”. Desde aquel dia, Marcial le recuerda al camarero que le traiga la cuenta cada vez que pasa por su lado, lo que sucede muy a me- nudo. El camarero en cuestién, que se llama Carlos, se limita a asentir con la cabeza y a decir “ahora voy”. “Como no llegaba la cuenta, se me hizo la hora de ce- nar y tuve que volver a pedirle algo al camarero porque me entré hambre. La cosa se prolongé hasta la mafiana siguiente y as{ sucesivamente”, explica Marcial mientras da cuenta de los guisantes que le acaban de servir. “Siem- pre hay guisantes los martes. Lo mismo cada semana. Afioro mi vida de antes”. El profundo sentido de la moralidad que le inculcaron sus padres impide a Marcial moverse del lugar y partir sin pagar lo que debe. “Pensardn que estoy haciendo un ‘sim- pa’. (Qué vergiienza pasaria si me Hamaran la atencién! Noes factible hacer algo asi. No he robado nada en mi vida yno voy a hacerlo ahora”, promete mientras le pide al ca- marero mas pan —que le trae inmediatamente, huelga apuntar—. Marcial prefiere esperar y ha aprendido a no lamentarse mucho: “Tengo comida y un baiio, no hay excusa para irse. Y mis hijos, mi mujer y su nuevo novio vienen a visitarme a veces y me traen zapatos y mantas”. La situacién del entrevistado es conocida por toda su familia, que comprende que no puede abandonar el bar. Todas las celebraciones las hacen en este local: “Apuntan los gastos en mi cuenta. Ya llevo dos o tres bodas y varias cenas de Navidad”. Lo que el propio Marcial ignora es por qué Carlos, el camarero, es tan eficiente para todo excepto para llevarle la nota, “Yo creo que es porque él mismo ha perdido la cuenta de lo que debo y no sabe cémo enfrentarse a la situacién. Nuestros destinos estén unidos”. Marcial reconoce que no sabria c6mo reaccionar sile trajeran la cuenta que lleva dos afios pidiendo: “Seguro que debo un buen pico a estas alturas y la verdad es que solicito la nota cada vez con la voz més bajita, esperando en el fondo que no me oigan. He perdido lailusion del primer dia”. Su cufiado, que es auténomo, le ha pedido que le pase el ticket cuando se lo traigan porque desgrava. ‘Cuando damos por finalizada la comida y la entrevis- ta, pido la cuenta al camarero. Al menos esta factura no correré a cargo de Marcial, pues la asume el diario. Alcabo de cinco horas, sin embargo, me doy por vencido. “No te preocupes”, dice él entre lagrimas. “No me viene de aqui, ya le diré que me lo apunte a mf. Vete, tii que puedes”. Y dejo atras a Marcial, que se queda esperando esa cuenta que nunca llega. ODA A UNAS FLORES AMARILLAS Pablo Neruda, Contra el azul moviendo sus azules, elmar, y contra el cielo, unas flores amarillas. Octubre llega. Y aunque sea tan importante el mar desarrollando su mito, su misién, su levadura estalla sobre la arena el oro deuna sola planta amarilla yseamarran tus ojos alatierra, huyen del magno mar y sus latidos. Polvo somos, seremos. Niaire, ni fuego, ni agua Sino Tierra Sélo tierra Seremos Ytal vez Unas flores amarillas. ‘PONTUAGION 22 marzo, 2011. el avin que le hard regresar a Espaiia, el conti- nente negro estar ya huérfano de personas que se llamen asf. Este verano, durante el Mundial de futbol, Africa vio mas Alfonsos de los que habfa visto en déca- das. “Algunos recuperamos la esperanza, pero ahora slo queda uno y cuando se marche ya no habré mas Alfonsos corriendo en libertad por la sabana o haciendo cosas de Alfonso, como escribir ‘Alfonso’ en la casilla del nombre”, se queja el director de la plataforma Salvemos a Alfonso. Con la marcha de Alfonso Negrin, muchos hablan del fracaso de las administraciones a la hora de proteger la diversidad, y se culpa a los gobiernos de la situacién. El Ultimo Alfonso, por su parte, dice que si se va de Africa es porque “hace un calor del cop6n”. ¥ porque echa de menos su Malaga natal. C= eltiltimo Alfonso que queda en Africa coja 118 “Yo es que vine para lo del Mundial y, como gané Espafia, me entusiasmé y he estado celebréndolo y co- rreteando sin camiseta durante todo este tiempo. Sin embargo, ahora ya tengo ganas de volverme para Méla- ga. Imagino que mi mujer me echa de menos"; explica, afirmando que le trae sin cuidado que con él se acaben las esperanzas de todos aquellos que sofiaron con un Africa llena de Alfonsos. Dolores Parmalat, portavoz en Espaiia de la protec- tora de animales PETA, no ha querido pronunciarse so- bre el tema, aunque ha dicho que una vez tuvo un gato llamado Alfonso al que leia poemas de Machado. “Don- de hay vida hay esperanza. Y también algin Alfonso. Siempre hay alguno por ahi", ha apuntado. PONTUAGION COMENTAR comaRTR Ahora creards una biografia. %* Escribe el titulo en el espacio 1. * En el renglén 2 el nombre del autor (es decir, el tuyo). % Escribe en el S, tu biografia. En tu cuaderno de activida- des, encontrarés las instrucciones para crearla usando tw imaginaci6n y la técnica adecuada. % Finalmente, ve al indice de esta antologfa y anota el titulo y tu nombre en el area destinada en esta pagina. % No olvides ilustrarla en la seccién blanca de la siguien- te hoja. L a 120 121 DE RANAS Aurelio Asiain Graductor) Viento en los pinos: un golpeteo, y se oyen ranas del bosque. J6s6 Siestoy de pie puedo también de lejos ofr las ranas. Buson Enel palacio, sentado, oigo de lejos ranas—la noche. Buson Junto a mi choza ranas: desde el principio “viejo” me croan. Issa 1288 zt _ El viejo estanque, elsalto de una rana, ruido del agua. Bashé Unsolo salto se escucha y dan un salto todas las ranas. Wakyu Cruza mi puerta inadvertidamente una ranita. Issa Lalunaes fresca y la vozde las ranas esté en crecida. Shiki PONTUAGION COMENTAR WIN \ al) QV S\%, unos cHInos \ - MAS MEXICANOS N I. QUELAS = ENCHILADAS SUIZAS iA 5) —=<=—=x~~ ‘Ricardo Espinosa ¢ SN ‘aciendo uso y abuso de mi “poderosa” memoria, recuerdo que cuando era pequetiin —les juro que alguna vez lo fui— habia una cancién muy popular que decia: “Chinito, chinito, toca la malaca, chinito...”. Y yo, cuando la escuchaba, en lugar de imaginar un “venelable” ejemplar de la raza amarilla dandole duro a esos instrumentos tropicales tan dificiles de ejecutar que son las maracas, representaba en mi mente, tocdndolas, aun amigo a que le decfamos “el chino” porque tenia el pelo rizado. Luego, en algtin momento de mi azarosa existencia, llegué a preguntarme por qué le deciamos asi —chino— a una persona con el pelo crespo, si nunca habia visto ‘ni he visto hasta la fecha—a un oriental con el pelo asi. Dicho mas claramente: “Nunca he visto a un chino con elpelo chino”, Obsesionado con esa duda, me puse a investigar y en- contré —para mi gran sorpresa— que una caracteristica, 124 étnica de la raza amarilla es precisamente el pelo lacio. La explicacién llegé un poco mas tarde, cuando me topé con tun libro del profesor Sixto Garcia Pacheco que se llama Minucias del lenguaje (el libro, no el profesor). Ahi nos dice que “chino”, en el sentido que le damos los mexicanos, proviene del néhuatl “xinot!” que significa “con el pelo rizado”. ‘A nuestros nobles antepasados —que por cierto tam- bién tenfan el pelo mas lacio que Morticia de los Locos ‘Adams— les debe haber provocado gran curiosidad ver a algunos de los conquistadores de origen turco o arabe, que lucfan el pelo como si hubieran ido al salon de belleza a “hacerse base”. Ellos —los aborfgenes— les lamaban asf: “xinotl”, con lo que querfan decir a su manera: “iQué pelo tan vaciado traes...!" Con el tiempo, “xinotl” se con- virtié en chino, pero no guarda relacién alguna con nues- tros hermanos asiaticos. von \ c (Ss Wi Gas WF) -_ } yi) ) OTIL ¥ MUY AMENO VOCABULARIO PARA ENTENDER A LOS MEXICANOS © 2 Achicopalado. El que se achicopala; el asustado, timido, acomplejado: “Mi hermano es muy achicopalado”. Agiiitarse. Desanimarse, entristecerse: “No te agiiites, seguro vas a encontrar otro chavo”. iAhueca! Lérgate, esfiimate, desaparécete. (Se dice que las aves ahuecan el ala para volar.) Broncononén. Mega bronca: “El partido acabé en un broncononén”; stiper pancho, graves problemas: “Mejor nite cuento, traigo un broncononén”. i@4mara! Expresi6n de asombro o admiracién: “;Cémara, qué bien te salieron estas fotos!", “Esta chava esta camarist- ma”. (Sesentismo.) Camotiza. Regaiio, regafiada, regafiiza: “Me pusieron en la chamba una camotiza que ni te cuento”. 126 6>.CIEXS 2 iC6rtalas! Entre amigos y novios —sobre todo en la in- fancia y pubertad— significa el corte, la ruptura de los lazos afectivos: “Ya supe que te andabas besuqueando, asi que mejor je6rtalas!” Cotorro. Hablantin: “Mi abuelo era muy cotorro”; co- lorido, novedoso, llamativo: “Me compré una moto bien cotorra”. Guido. Bien, bueno, muy bien, muy bueno, magnifico, 6p- timo: “Esta chida tu camisa”, Cien aiios de soledad es un libro chidisimo”. (Antes se decia “chiro”, y antes de eso “chicho”.) Chido guan. Super chido (“Guan” proviene de one, mi- mero uno.): “Tus cacles estan chido guan”. a Ghirris. Un poquito: “Sirveme nomads un dH] D chirris”, “Ando un chirris triston”. También quiere decir chaparro, bajito, sotaco: “Napoleén era mas bien chirris”. El vocablo admite la exageracién: “Sélo pido un chirrisito de ternura, es todo”. Chiviado. Timido, muy reticente, incluso miedoso: “Yo de chico era re chiviado”. (Tal vez provenga de la con- ducta arisca de los chivos?) Ghunehe. Chinchulin, el dese. Objeto cuyo nombre uno no recuerda en ese momento: “Pasame el chunche ese”, “Necesitas uno de esos chunchecitos rectangulares que se usan para instalaciones eléctricas”. Fantoche. Farsante, farol, presumido: “Ese dipu- tado es un fantoche”, “Me temo que mis héroes AD, tesultaron ser puros fantoches". © Fayuea. Mercancia de contrabando o estraper- lo: “Todo su equipo de sonido es de fayuca”, “Yo Ch) nome visto si no es de fayuca”, 187 ‘Friqueado. Asustado, paranoico: “No puedes andar todo el tiempo friqueado”. Fuchi. Expresién, principalmente infantil, de asco, desagrado, repudio: “La comida esta de fuchi” Hacer el fuchi (0 el feo) significa agraviar, ofen- der, humillar a alguien: “No me hagas el fuchi, porque no te lo voy a perdonar”, “Le hicieron el fuchi al cham- pan porque no era Cristal, :me creerds?”. . Gacho. Se esta convirtiendo en un arcais- mo. Designa algo o alguien feo, desagradable, & malo, mala onda: “Se siente muy gacho que un N tipo tan gacho como él decida por todos’, ‘is. V un maestro muy gacho”, (Uno se pregunta ae cn sino viene del francés gauche: torpe, zurdo, wy: constrefiido; torcido, atravesado, malvado.) % e ores Gomitar. Vomitar, guacarear, devolver, aliviarse: “Gomité todo el baiio, no le dio tiempo de abrir la tapa del excusado”. 1Gu4cala! Expresién de asco: “Huele a guécala.” Viene de guacarear (o huacarear), vomitar, devolver el est6ma- go, echar la gudcara o vasca. También se dice: “Esa peli- cula esta de guécara, no se te ocurra ir a verla”. Wg H@vAcaLal very WUE iHijole!, ;hijoles! Expresion admirativa, mas o menos equivalente a jCaray! 0 jChale! o ;Chin! o voces semejan- tes: “Hijole, ya se me hizo tarde”, “Hijole, no se va a poder o que usted nos solicita”, “Hijole, la verdad no sé de qué murié mi abuelita”. Seta. Siesta, coyote, pestafia: “Me voy a echar una jetita, despiértame en dos horas”; también significa mala cara: “2Y ora td, esa jeta?”. 128 Lana. Este vocablo significa dinero, plata, fierros, marmaja, money, pasta, etc.: “Un poco de lana no me hace mal ni a mi”, * eTraes lana para unos tacos?”. Latir. Se refiere a gustos y antojos: “Me late este regalo para tu hermana”, “Te late ir al cine mafiana?”, “No me late esa chava para ti, perdéname”. ‘Mi buen. Mi amigo, miestimado, mi cuate, mi buen ami- go: “Cémo ests, mi buen, qué gusto verte”, “:Qué pasé, mi buen, apuesta o se sale? Nave. Carro, coche, auto, vehiculo, lamina, bote: “No traigo nave, ¢me das un raite?”. Minis, Jovenes que ni estudian ni trabajan: “La sociedad hha dado la espalda a los ninis”. fiango. Muy delgado, debilucho: “Sus hijos estén muy flangos, comadre”. 6rale. Mexicanismo por excelencia. Significa vamos, ya vas, de acuerdo, sale, oquei, esta bien, vale, zas; allons-y, do it: “Orale, ta nos dices dénde cuando y puedes con- tar con nosotros”; también es admirativo: “Ora- le, qué maravilla de cuadrol”, 0 dubitativo: “@rale..., no sabia que me amaras”; asimismo quiere decir Uégale,

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