NEGOCIACIÓN COLECTIVA
PRESENTACIÓN
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colectiva sindical. Ello se expresa fuertemente en este trabajo.
Junto al ideario, el método, además del contenido, la forma. No
es lo usual. Menos en épocas difíciles. Con prescindencia del
marco normativo en el que se desenvuelva la acción sindical, la
definición de fondo a que invita el trabajo, es al reconocimiento
profundo de la dignidad de las personas, de ello no cabe duda.
Coherente por lo demás, con la acción desplegada por el autor
como abogado en la defensa de los derechos humanos y de
los trabajadores. Un testimonio, a la vez que una guía.
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Abogado Laboralista. Ex Vicepresidente de la Asociación de Abogados Laboralistas, AGAL.
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SUMARIO
1.- INTRODUCCIÓN
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2.-CONCEPTO DE NEGOCIACIÓN COLECTIVA.
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a.- Elevar las remuneraciones y mejorar las condiciones
en que se desarrolla el trabajo. Es necesario tener presente
que el derecho del trabajo asegura condiciones mínimas
irrenunciables del trabajo como de las remuneraciones, razón
por la que el proceso de negociación colectiva es el camino
idóneo para superar dichas condiciones mínimas.
b.- Contribuir al fortalecimiento de la necesidad y
representación de la organización, que permita el
fortalecimiento del sindicato y de las organizaciones de grado
superior, en el nivel de actuación que tiene cada una de ellas.
Constituye un momento privilegiado en la vida de las
organizaciones sindicales, que debe vivirse intensamente.
En los procesos de negociación colectiva que se viven
intensamente, con la participación de todos los niveles, se
asegura la consecución de los objetivos recién señalados y uno
que es trascendental, el mejoramiento del Derecho del Trabajo
y con ello la suerte de todos los trabajadores, incluidos los que
no negocian colectivamente.
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Ello hace necesario descubrir maneras de enfrentar esta
situación de tanto deterioro, de tantas dificultades para los
trabajadores. Aquí, entonces, surge la necesidad de buscar un
método, una forma de trabajo que permita enfrentar esta
situación. Pero, es también, una estupenda oportunidad para
elevar la conciencia y fortalecer las organizaciones de los
trabajadores. Esta es la propuesta fundamental que nosotros
queremos presentar aquí.
Queremos apuntar a ese objetivo, de cómo, a partir de
esta necesidad que los trabajadores tienen de conversar con
las empresas sus condiciones de trabajo y remuneraciones, se
pueden obtener mejoramientos en las condiciones de empleo,
pero, además, de fortalecimiento de la conciencia de
organización, que no parte de un mero voluntarismo, sino de la
reflexión profunda de construir democracia desde lo social.
Es este el momento privilegiado de la pedagogía social y
democrática de la conciencia de organización. En la medida en
que los trabajadores asumen la realidad, es posible entonces
que asome la voluntad de superar los desafíos.
No podemos esperar que la gente, en este cuadro de
opresión tan general, pueda atisbar posibilidades de respuesta
si no hay una actividad consciente encaminada a ayudar la
toma de conciencia de su propia situación, creando
condiciones de participación de los trabajadores de la empresa
de qué y para qué se negocia, contando además con los
elementos técnicos y la asesoría que les permita una acción
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colectiva eficaz, atendiendo, además, a los distintos factores
que envuelven un proceso negociador.
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empresa con la que negociamos. Los negociadores deben
conocerla para saber cuáles son las condiciones que pueden
definir sobre la base de expectativas reales, alcanzables, con
verdaderas posibilidades de obtener resultados positivos. No
es lo mismo vivir procesos de negociación colectiva con altos
porcentajes de cesantía que aquellos otros con bajos
porcentajes de cesantía.
También es clave la situación político-institucional. Un
proceso de negociación colectiva bajo dictadura, sin
posibilidades de acceso a los medios de comunicación, los que
no pueden decir lo que tienen que decir, en que los
trabajadores tienen dificultades para reunirse, es un proceso
que se vive en condiciones bastante deterioradas y constituye
un dato de la realidad que es necesario asumir. La plena
vigencia de un régimen democrático verdadero, es el marco
apropiado para la realización de procesos de negociación
colectiva efectivos. Se ha señalado por la propia OIT: para que
exista libertad sindical, se requiere de la plena vigencia de los
derechos civiles y políticos.
Es también determinante el marco legal. El Plan Laboral
constituyó durante la dictadura, expresión de fuerza y violencia
sobre los trabajadores. Pero aún en ese marco impuesto, fue
posible conquistar espacios de libertad y de conciencia
democrática y social. Se pudo superar el marco legal impuesto.
Es también importante factor, el nivel organizativo. Se
debe asumir que, a nivel nacional, cómo de los sectores
económicos, los empleadores tienen organizaciones
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generalmente únicas, y un solo discurso, mientras los
trabajadores tienen muchas organizaciones y diversos
discursos. Los empleadores tienen organizaciones únicas muy
poderosas, tales como la Sociedad Nacional de Agricultura que
agrupa a los grandes empresarios agrícolas, la Sociedad de
Fomento Fabril que agrupa a los grandes empresarios
industriales, y otras, todas ellas en la Confederación de la
Producción y el Comercio. No es el caso de los trabajadores.
La unidad ideológica y política de los empleadores, le otorga
una gran ventaja para desarrollar sus objetivos, así como les
asegura mayores posibilidades para negociar colectivamente,
mientras que los trabajadores muestran una gran debilidad,
atendida la falta de unidad.
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desconoce lo que ocurre en el piso. Pero, además, la realidad
debe también iluminar las propuestas.
Aparece en esta etapa el liderazgo sindical que permite
recibir los aportes del conjunto de los trabajadores que
negocian colectivamente, pero también de los representantes
de las organizaciones de grado superior sobre la realidad
económica y político- institucional del país, con una visión más
amplia de la situación de los trabajadores del país. En este
punto me parece central destacar el valor que tiene para el
movimiento sindical chileno, la circunstancia de que un
dirigente nacional de los trabajadores comparta con un
sindicato de base los conocimientos que posee, para aportarlo
a sus compañeros de base, de modo tal que esta actividad se
convierte en una forma concreta de fortalecimiento también de
la organización nacional de que forma parte el dirigente. De
este modo se entrega a los trabajadores que negocian
colectivamente el primer marco, la gran cancha en que se
desenvuelve la lucha de los trabajadores.
Es parte de una necesidad de debate, de diálogo
pluralista y democrático.
El programa ya instalado en una determinada realidad
amplia como es la nacional o sectorial, debe profundizarse con
el conocimiento de la realidad concreta de la empresa con la
que se negociará, que debe comprender su situación
económica y la historia de las relaciones del sindicato con la
empresa. Se trata de conocer las posibilidades reales que tiene
el sindicato de tener una buena negociación colectiva. Aquí es
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necesario destacar la necesidad ineludible que tienen los
trabajadores de tratar de identificar los factores que constituyen
la fortaleza y debilidad de la empresa y, al mismo tiempo,
identificar los factores que constituyen la fortaleza y debilidad
de los trabajadores.
Con el panorama claro, es posible iniciar el proceso
definitivo de elaboración del proyecto, recibiendo los aportes de
los grupos que han iniciado el proceso de convergencia de
propuestas, que se hace necesario calibrar con realismo y
responsabilidad, identificando con claridad las necesidades
más sentidas de los trabajadores, definiendo
responsablemente las propuestas que formularán en el
proyecto de contrato colectivo, con el convencimiento de que lo
que se propondrá es lo justo y posible de otorgar por ella y con
la clara disposición de luchar por lo propuesto con todas las
herramientas que le otorga la ley y la experiencia de lucha de
los propios trabajadores.
La experiencia enseña que, hecho este proceso de
reflexión, de estudio, de debate, los trabajadores están en
condiciones de tener un proyecto de contrato colectivo que va
a tener características que lo harán un instrumento muy útil a la
hora de negociar con la empresa, realista en el sentido de que
va recoger la verdadera realidad de la empresa y de los
trabajadores, y razonable, es decir, que va a ser sin tejo
pasado ni quedado.
En este momento es oportuno destacar que en la
experiencia acumulada de los trabajadores se recoge la
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frustración de comprobar que es un camino de derrota pedir
más allá de lo que realmente quisieron o creyeron que podrían
obtener y se produce el hecho de que la parte empleadora le
responde no ofreciendo nada prácticamente, produciéndose un
verdadero diálogo de sordos que no favorece a los
trabajadores.
Habiendo construido el proyecto de contrato colectivo con
seriedad y responsabilidad, la asamblea del sindicato debe
aprobarlo y disponerse a defenderlo con toda la fuerza que les
da la razón de que lo que proponen es justo y posible y las
herramientas que les da la ley, la principal de las cuales es el
derecho a huelga. En este punto se debe destacar que la
experiencia acumulada por los trabajadores enseña que
cuando las peticiones contenidas en el proyecto de contrato
colectivo no reúnen las condiciones señaladas, de seriedad y
responsabilidad, las negociaciones se tornan imposibles de
manejar adecuadamente, con lo que se termina normalmente
con una pésima negociación colectiva. Cuando el proyecto de
contrato colectivo contiene las aspiraciones legítimas de los
trabajadores detrás del cual están en condiciones de aplicar
fuerza, no sólo fuerza moral sino la fuerza real de los
trabajadores.
El hecho de que un proyecto de contrato colectivo sea lo
más ajustado posible a lo que los trabajadores van a poder
reivindicar, tiene particular importancia en las negociaciones
colectivas en que no está permitida la huelga, sino que existe
el arbitraje obligatorio. Un proyecto de Contrato Colectivo que
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reúna las características de ser razonable, con peticiones
posibles de ser acogidas por la empresa, con buenos
fundamentos, hace perfectamente posible que se pueda
obtener un fallo arbitral favorable.
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En el proceso de negociación colectiva es esencial el
estudio y conocimiento profundo de la respuesta al proyecto de
contrato colectivo de los trabajadores. Normalmente las
respuestas son muy malas. En este caso sugiero que los
trabajadores hagan asambleas para estudiar las medidas
concretas que puedan adoptar frente a tal respuesta. Por
ejemplo, pueden adoptar medidas defensivas de trabajo a
reglamento, ni más ni menos de lo que el contrato obliga,
dejando de trabajar sobretiempo, por ejemplo, haciendo
demostración de solidaridad, pues es claro que ello involucra
un costo para los trabajadores.
Si la respuesta del empleador contiene elementos
positivos que denotan la voluntad de negociar efectivamente y
no de rechazar lo más importante del petitorio de los
trabajadores, hay que crear un ambiente positivo de diálogo.
En las conversaciones con la empresa considero muy
importante el rol que juegan los trabajadores, la comisión
negociadora, y los asesores, de apoyo a los dirigentes, en
buscar mecanismos que permitan mantener permanentemente
informados a las bases, sea en asambleas, con delegados por
secciones para llevar y traer inquietudes, de manera de ir
creando las condiciones que permitan razonablemente acceder
a un Contrato Colectivo o votar y hacer efectiva la huelga
cuando esta sea necesaria. Esto es posible sólo cuando en el
proceso se está conversando, se está negociando, las bases
están siendo informadas y están viviendo tal proceso. Por el
contrario, hay gente que cree que esto se debe mantener muy
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en secreto y después se extrañan de que los trabajadores no
los acompañan en los momentos difíciles. Llaman a huelga,
pero, ¿a qué huelga, si los trabajadores no tienen idea de lo
que está pasando, qué razones ha habido para ello? Cuando
se acercan los plazos en que se debe votar la aceptación de la
respuesta patronal o la huelga hay que hacer tantas asambleas
como sean necesarias para debatir democráticamente tal
alternativa. La participación es clave.
15.- LA HUELGA.
Palabras finales.
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mucho fortalecimiento de las organizaciones a nivel de
empresa, a nivel del sector económico y a nivel nacional. En
muchos casos va ser posible, si aplicamos este método de
negociación, en donde no existe organización quede
organización. Estas ideas que aporto en este modesto trabajo
pretenden constituir una humilde contribución a la construcción
de un método de negociación colectiva que vayamos
perfeccionando sistemáticamente para sacar algo de esta
situación tan difícil de los trabajadores chilenos. Creo
sinceramente que con este modesto trabajo aporto un granito
de arena al suministrar algunos elementos teóricos, elementos
de conocimiento de la realidad, elementos para el
fortalecimiento de la organización de los trabajadores, que son
garantías indispensables de cualquier proyecto de libertad y de
justicia de los trabajadores.
Al terminar este trabajo, que pretende ser un modesto
aporte a los trabajadores chilenos, no puedo dejar de hacer un
llamado a la unidad de todos ellos, más allá de sus
convicciones políticas, a fin de lograr el peso necesario para
lograr el respetos que se merecen en nuestra patria y lograr
que ésta sea cada vez más democrática, solidaria y respetuosa
de todos los chilenos.
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