Estos libros relatan en detalle los días finales de la teocracia, en la cual Dios gobierna directamente a través de los jueces, y describen los primeros tiempos de la institución de la monarquía. Israel rechazó a Jehová, su Dios, y pidió un rey, tal como las otras naciones. El primero en reinar fue Saúl, un hombre de agradable apariencia y guerrero competente, pero sin devoción a Dios. Cuando Saúl murió, David, a quien Dios había escogido, asumió como rey. También se relata la vida de David y la de Samuel, el último de los jueces. En la Biblia hebrea los dos libros formaban un solo escrito.
EL GÉNERO DE LITERATURA ES: Histórico
PALABRAS CLAVE EN 2 SAMUEL (RV1960) 1. Capítulos 1-10: rey , reinar, preguntar, efod, arca, pacto, delante de Jehová, mal. malo, maldad (pecado). 2. Capítulos 11,12: preguntar, arca y mal, malo (pecado). 3. Capítulos 13-24: preguntar, arca, pacto, delante de Jehová, mal, malo, maldad (pecado), Espíritu. Vista Panorámica de 2 Samuel Originalmente, 1 y 2 Samuel formaban un solo libro, pero la división hecha posteriormente fue apropiada, según se comparan los dos libros. 1 Samuel se enfoca más en cuestiones históricas mientras que 2 Samuel es una biografía del rey David. En 1 Samuel David está en “capacitación” y en 2 Samuel aparece como el rey. Saúl fue un rey conforme al corazón de la gente (1 S) mientras que David fue un rey conforme al corazón de Dios (2 S). El establecimiento del reino (1 S) da lugar a la consolidación y expansión del mismo (2 S). Los eventos relatados en el libro comienzan con el ascenso de David al trono sobre Judá en Hebrón, y continúan hasta poco antes de su muerte; así que las fechas de los eventos cubiertos serían del año 1010 a.C. hasta el 970 a.C. Durante este período se escribieron los Salmos davídicos y el libro de Salmos comenzó a recopilarse. Este libro histórico resalta la voluntad de Dios en la vida de David y en los eventos descritos en él. Se enfatiza la seriedad del pecado y también el hecho que aun cuando el pecado se perdone, quedan las consecuencias (12:13–14). Al mismo tiempo, el pecado del hombre no impide los propósitos de Dios. Desde el tiempo del canto de acción de gracias de Ana (1 S 2:10) hasta el Salmo de alabanza de David (2 S 22:51), el plan de Dios era bendecir a Israel con el ungimiento de un rey de su predilección. La promesa al rey David de que un descendiente suyo se sentaría en su trono (7:12–15), va más allá de Salomón y se enfoca en Jesucristo, el Hijo de Dios (He 1:5). La promesa de Dios de un reino eterno será cumplida el día en que venga Aquel quien es el Rey de reyes y el Señor de señores (Ap 11:15; 19:16).