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Radio Quito había alcanzado, ya en 1949, un sitio de prestigio que no lograra ninguna otra emisora ecuatoriana.

La
emisora había inicidado sus labores en 1940, en los 1360 kHz en onda media y 5970 kHz en onda corta.

Lo que colocaba a Radio Quito, "La Voz de la Capital", en una clase aparte eran sus programas noticiosos, sus
presentaciones musicales en vivo y, sobre todo, su popular elenco de radioteatro.

Paradójicamente, sería una radionovela la que trágicamente terminó con las transmisiones de la popular emisora por
espacio de dos años.

Ocurrió en la noche del sábado 12 de febrero de 1949. Se transmitía una adaptación criolla de la novela "La Guerra de
los Mundos" del escritor inglés H. G. Wells, la misma que 11 años antes produjera pánico en extensas regiones del
este de Estados Unidos, al transmitirse [una versión adaptada] por radio.

Concebida por el director artístico Leonardo Páez, la emisión causó una verdadera agitación popular en Quito, una
ciudad esencialmente tranquila. Al sentirse burlados, varios oyentes se desahogaron contra el edificio en donde
funcionaba la emisora y el periódico El Comercio.

Primero fueron piedras y ladrillos. Luego alguien prendió fuego al edificio situado en el centro de la capital, apenas a
una cuadra del edificio de correos. Las grasas y aceites de la imprenta del periódico, al igual que el papel allí
almacenado, permitieron que la conflagración fuera rápida y total.

El argumento de la novela de Wells narra el inesperado descenso a la tierra de una máquina celeste procedente de
Marte. Muchos quiteños no conocían la obra de Wells, pero sí reinaba un clima propenso a su presentación, pues en la
prensa local "coincidencialmente" se hablaba en esos días de avistamientos de platillos voladores en las montañas
cerca a la ciudad de Pasto, en Colombia.

Si el objetivo era sorprender a la audiencia, ello se consiguió con creces. Muy pocos estaban al tanto de lo que los
actores del radioteatro tenía planeado. Los populares cantantes Benídez y Valencia también se sorprendieron. Después
de su primera canción en vivo, el locutor los interrumpió para informar que ya se había visto un objeto volador sobre
las Islas Galápagos. Y no terminaron de cantar la tercerca canción cuando el locutor informaba que un platillo volador
había descendido en las afueras de Quito, en el barrio de Cotocollao.

Allí empezaba la dramatización. Hablando a través de un vaso para distorsionar la voz, los actores seguían informando
sobre la visita de los extraterrestres. Podían escucharse órdenes impartidas a destacamentos de las Fuerzas Armadas
para que atacaran a los supuestos invasores.

También se escuchaban supuestas llamadas de Radio Continental, de Ambato; Radio La Voz de Tomebamba, de
Cuenca; Radio Cenit, de Guayaquil y otras emisoras. Todas advertían del peligro que se cernía sobre la república,
pues se decía que había una nube de gases asfixiantes que se acercaba a la capital desde el sur, en donde ya estaba en
problemas la ciudad de Latacunga.

Pero la obra no terminó de irradiarse porque la marea humana no permitió que continuara. Sólo se alcanzaron a
transmitir unos 20 minutos [de la obra adaptada al radioteatro] antes que una masa enfervorizada encendiera el
edificio donde funcionaba la radio.

La policía, al no divisar extraterrestre alguno en las afueras de Quito, y viendo que se trataba de una burla, se
desentendió del problema. No se prestó ningún auxilio a los artistas, periodistas y demás trabajadores que intentaron
ponerse a salvo, saltando del techo del edificio a otro colindante.

Los daños se calcularon en 8 millones de sucres, muy por encima de los 2,5 millones que era el valor asegurado de los
bienes. Cinco personas perecieron calcinadas en las llamas.

Radio Quito estuvo fuera del aire durante dos años. Sólo el 30 de abril de 1951 pudo reanudar sus transmisiones. En la
actualidad, Radio Quito sigue siendo una de las principales emisoras ecuatorianas. Ahora transmite en los 760 kHz en
onda media, con 25 kW de potencía; y en los 4920 kHz en onda corta, con 5 kW de potencia que le permiten cobertura
global del planeta.

(Publicado en Radio World Internacional, el 28 de mayo de 1997. El material se basa en recortes periódisticos de la
época y una entrevista ofrecida al autor por el señor Xavier Almeida, de Radio Quito, así como datos publicados en el
libro "Radiodifusión en la Mitad del Mundo", 1991, por Alvaro San Félix, locutor, periodista y actor de teatro
ecuatoriano.)

Henrik Klemetz

1. La construcción de la cultura nacional mediante la comunicación.

Por un lado, el señor Fuertes y la señora Merchán recuerdan con claridad el papel de la radio en su vida cotidiana, con
todos sus hermanos se reunían por la tarde a escuchar las radios novelas, o los programas de héroes o villanos que se
vinculan con lo popular, ese es el caso del “Charro López”, un ladrón que migró del campo a la ciudad, cansado de las
injusticias que se manifiestan en sus vecinos, decide robar bancos y repartir las riquezas con sus vecinos. Otros
programas que sobresalen como parte de las prácticas cotidianas de los entrevistados son: El Gato, Porfirio Díaz, La
Suprema Corte, Kaliman, Huru Pol, Drácula, todos estos programas forman parte de las prácticas cotidianas.

Las prácticas y los procesos comunicacionales, están anclados a otro gran problema que los reordena fuera de un
sentido tradicional, y confronta con lecturas de lo moderno que deben ser asumidas e introducidas como premisas
básicas de las sociedades, en este caso, la investigación pretende un acercamiento al papel de los medios en la
generación de estas premisas, a través del discurso que entendemos como cultura nacional, las entrevistas nos revelan
un problema a la vez que temporal, también espacial, en tanto que contrapone en este momento dos generaciones
diferentes y dos lógicas espaciales por un lado el sentido de la ciudad nacional y de las masas de lo urbano como lo es
Quito, y lo rural trayendo a colación experiencias de Loja como de Mira.

El autor que nos permite incorporar estos conceptos es Martín Barbero, en De los medios a las mediaciones:
Comunicación, Cultura y Hegemonía, aquí en una primera mirada nos plantea entender “el nuevo proyecto de
construcción de la nación moderna, basado en la idea de una cultura nacional, que sería la síntesis de la particularidad
cultural y la generalidad política. […] La nación incorpora al pueblo transformando la multiplicidad de deseos de las
diversas culturas de un único deseo, el de participar del sentimiento nacional”. (Barbero, 1991, pp167).

Esta lectura sistematiza la traducción de un discurso hegemonizante, que es necesario para poder interiorizar esta idea
modernizadora, y a la vez una homogenización de lo que representa la nación, agrupando lo rural a lo urbano y
viceversa, dentro de este performance discursivo, en las entrevistas realizadas identificamos esta serie de
acontecimientos que van vinculando los diferentes espacios por más difícil que sea su acceso o conexión con lo
nacional, tarde o temprano se adhieren, en este caso mediante los medios masivos principalmente la radio.

El rol protagónico para este ejercicio se da porque “la radio, por su cercanía a lo popular hizo desde un comienzo
presente la diversidad de lo social y lo cultural. La televisión en cambio desarrollará al máximo la tendencia a la
absorción de las diferencias”. (Barbero 1991, pp196), servir como eje del discurso de lo incluyente, responde a ese
significado y momento de adhesión que trabaja la radio con está posible interpelación que se llega mediante el
entender y agrupar lo popular, incorporar las voces de lo excluido dentro de lo modernizante y el no presentar ese
momento de ruptura de la interacción personal con el medio, reafirma su posición, como ejemplo el seguir
dependiendo de la radio tanto en un sentido personal y colectivo de inclusión dentro de lo social permite esta
construcción sistemática de la radio.
Por otro lado tampoco podemos dejar de lado el rol protagónico de la televisión que para este caso no será lo
primordial, pero tampoco podemos obviar. La interacción que generó entre lo cotidiano y la sociedad del espectáculo,
en esta misma idea de incluir lo modernizante, como control de esas diferencias de lo que debe ser familiarizado bajo
un mismo sentido, a maneras de conectar el sentido de lo otro o lo extraño mediante lo visual, causo un impacto de
similares consecuencias, pero no de las mismas magnitudes.

Finalmente “la radio, pese a convertirse en agente impulsador de unas identidades sociales que responden más al
nuevo modelo económico que a una renovación de la vida política” (Barbero, 1991, pp198), fue y es el principal
argumento para remitir, agrupar y concentrar, la idea de nación moderna.

2. Lo Cotidiano como eje de la reproducción de lo nacional.

La incorporación de lo dicho por Berger y Luckmann en Los fundamentos del conocimiento de la vida cotidiana, es de
utilidad para este trabajo dado que su interpretación de la vida cotidiana nos muestra inicialmente la relevancia del
tejido intersubjetivo (“un mundo que comparto con otros”) que va haciendo del sentido común el lugar en que se
sitúan los conocimientos sobre la vida cotidiana.

Las entrevistas entonces, nos sirven para ir reconociendo las formas en que la radio ejercía un papel de mediador entre
lo local, lo puramente doméstico, con la lógica de lo nacional y de su cultura, porque la suprema realidad adquiere
sentido, también desde el orden que se (pre)establece.

Debe precisarse que en la propuesta de la sociología cotidiana de los autores ya mencionados, se alude a realidades
que no son precisamente la de la vida cotidiana, y que pueden aparecer como “(…) zonas limitadas de significado,
enclavadas dentro de la suprema realidad caracterizada por significados” (Berger y Luckman, 2003: 41). En ese
sentido, es que pueden imbricarse con la experiencia de los entrevistados y la radio, dado que es un mecanismo de
comunicación que aparece como nuevo, y que lleva a una nueva forma de entendimiento de lo que pasa en un nivel de
realidad que no es la cotidiana, y que por ende, no existe un grado de significación que se corresponda con los
establecidos en su conciencia de la realidad misma.

En la propuesta de una sociología de la vida cotidiana, los autores están poniendo especial atención a la actividad
práctica de los sujetos, dado que la conciencia está supeditada a las acciones que se ejerzan en el mundo de la vida,
porque se va determinando por lo que se hace, se piensa hacer o ya se ha hecho. El papel de la conciencia puede
evaluarse a través de las entrevistas a las tres generaciones que se pretende indagar, esto, para poder dar cuenta de las
nuevas modalidades de situarse en la vida cotidiana como consecuencia de la reactualización de la red intersubjetiva
que condiciona y ordena a los diferentes tiempos y espacios en que se desarrolla cada generación.

Entre generaciones el intercambio y la interacción con los medios de comunicación varía notablemente, lo que
constituye un cambio en las formas de aprehensión de lo otro o de los otros, alternado la relación típica establecida en
el “cara a cara”.

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