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FINALES ARTISTICOS

NUEVA BIBliOTECA DE AJEDREZ


FRANTISEK DEDRLE

FINALES
ARTISTICOS
DOSCIENTAS CINCUENTA COMPOSICIONES,

CLASIFICADAS COMO FINALES DE ESTUDIO,

COMENTADAS Y ANALIZADAS POR EL AUTOR

TIADUCCIOH DIRECTA DEL CHECO


POR EL
Dr. KAREL SKALICKA

1
EDITORIAL SOPENA ARGENTINA S. A.
COMERCIAL. INDUSTRIAL E INMOBILIARIA

BOLIVAR 430 BUENOS AIRES


Es propiedad
Derechos reservados
Copyright 1974 by Editorial Sopena Argentina S. A. C. I. e I.
Hecho el depósito que marca la ley 11.723
Prohibida la reproducción total o parcial

PRINTED AND PUBLISHED IN ARGENTINA

IM P RIM É ET PUBLIÉ EN ARGENTINE


'
STAMPATO E PUBBLICATO NELL ARGENTINA

DRUCK UND AUSGABE IN ARGENTINIEN

IMPRESSO E EDITADO NA ARGENTINA

CUARTA EDICION

MAYO DE 1974

IMPRESO Y EDITADO EN LA ARGENTINA


NOTA DEL TRADUCTOR

La intuición del ajedrecista al aplicar las reglas que guían el mo­


vimiento de las piezas da al ajedrez singular encanto cuando se
trata de construcción de problemas. Es que, en este caso, se pone
de manifiesto con mayor claridad la sutileza creadora del hombre,
que permite al aficionado gozar de cautivadores ejemplos, por la
profundidad de sus temas y la belleza .de sus combinaciones.
En efecto, la natural inquietud humana y su afán explorador hacen
que no se conforme con la paciente espera de esas mágicas posiciones
como resultado de una partida viva y le incita a crear combinaciones,
si bien artificiales, no por ello desprovistas de encanto.
Claro es que la difusión del ajedrez cons tituy e un paso previo al
del problema, pues crea el ambiente en el cual flore cerá la inspiración
del compositor.
Ya en tiempos lejanos ganó el ajedrez popularidad en el territorio
de la República Checoslovaca, y prueba evidente de esta aseveración
nos la dan los escudos de por lo menos die cinueve familias de hidal­
gos checos y moravos del siglo XIV, en los que se encue ntran motivos
del juego de ajedrez. P or otra parte, múltiples son las menciones
de la literatura nacional, entre ellas «Los libritos de Ajedrez» (Kniez­
ky o Sasiech) de don Tomás de Stitny ; las ,,cartas de Constanza»
del Rector de la Universidad checa, maestro Jan Hus, que vieron
la luz en el año 1415 , etcétera.
Sin embargo, el verdadero desarrollo del ajedrez en su forma di­
ríamos científica, e mpezó a hacerse sentir en la s egunda mitad del
siglo XIX, y fueron precisamente los problemistas checos quienes con
sus excelentes trabajos atrajeron la atención de los aficionados de
todo el mundo. Crearon la rigurosa <<escuela checa» en los problemas,
que domina con extraordinario brillo el culto de la elegancia y de la
belleza, res ultado de la colaboración de todas las piezas en pos de
un m a te puro y económico.
Frantisek D edrle, nacido el 13 de octubre de 1878 en Tisnov, Mo­
ravia, se inspiró en este ambiente y en sus múltiples composiciones
permaneció fiel a los preceptos de la escuela checa, enriqueciendo al
ajedrez con producciones de sello propio que da a conocer también
en esta obra.
Inició la actividad competitiva en la poética rama del ajedrez en
1902, cuando publicó un problema en dos jugadas en la revista polaca
«Ilustracia Polska:o. Desde entonces pasaron muchos años e ininte-
rrumpidamente se mantuvo este hombre excepcional en la búsqueda
y creación ajedrecística en el campo de los problemas y los estudios,
para dedicarse por último a la metódica y sabia exploración en el
ámbito de la teoría del final de la partida,
Su primera labor la encontramos en trabaj os sobre problemas, y
luego sobre la teoría de las casillas críticas en los finales de peones,
profundizando la teoría de Drtina, obra incluida en este libro.
Después prosigue su labor didáctica. P.one de relieve su estético
concepto sobre los problemas de « escuela checa•, en la colección
«Bohmische Schachminiaturen » (Miniaturas checas de �j edrez) , obra
editada en Berlín y Leipzig en 1922. Un lustro más tarde, en 1927,
compone, a pedido del conocido mecenas norteamericano Allain C.
White, el monumental libro «Echo, (Eco) , en el que publica y co­
menta cerca de setecientas obras maestras referentes a este tema.
El libro fue editado con ayuda del « Fondo editor Kautsky•, en Praga,
en la cantidad de 700 ej emplares de lujosa presentación. Además,
contiene un artículo de diez páginas del famoso compositor checo
M. Havel, bajo el título «Kouzlo návratu» (Hechizo de retorno) , que
en el mismo libro aparece traducido al inglés y al alemán.
Dedrle mismo publicó en 1950 una obra baj o el título cModerni
Koncovka» (Final Moderno) . Parte de sus análisis teóricos mere­
cieron la atención de columnas especializadas. Así fue como sus tra­
bajos sobre la lucha de dam a contra torre y peón, contra los dos alfi­
les, y contra los dos caballos, fueron publicados eri 1938/1939 y 1942/
1943 en la sección de ajedrez del diario «Národní OsvobozenÍ» y en
la revista « Sach», respectivamente.
Entre 1913 y 1922 y después desde 1927 a 1943, fue el autorizado
redactor de la sección problemas y finales de la citada revista «Sach».
En el campo de la divulgación ajedrecística cabe también recordar
que fue un activo y buen jugador que se desempeñó en el Club de
Aj edrez de Brno, que le contó como a uno de sus socios fundadores.
No puede negarse que Dedrle elevó y puso en conocimiento del
mundo entero el alto nivel del ajedrez checo, cuya amplia difusión
en todas sus formas se debe a una sana y magnífica organización,
producto de la esforzada labor de Vaclav
· · Kautsky , fundador de la
Federación Checa.
Pero las leyes de la naturaleza son implacables. Y una vez más
se cumplieron el 28 de mayo de 1957, cuando en la ciudad de Brno ,
en Moravia, dej ó de latir el corazón de este mundialmente estimado
compositor de estudios de ajedrez y teórico de finales. Su deceso
consternó a sus contemporáneos e inmediatos cultores del arte de la
diosa Cais · s a, más allá de las fronteras de Checoslovaquia, pues se
había ido para siempre un verdadero erudito en las diversas ramas
del ajedrez artístico.
DR. KAREL SKALICKA.
PROLOGO

No es sólo un acto de cortesía lo que me induce a depositar este libro


sobre las cenizas del amigo prematura y repentinamente desaparecido. Lo
hago con profunda estima y en señal de agradecimiento para el compañero
con quien he pasado muchos y muy gratos momentos durante unas hermosas
vacaciones. El tenía conocimiento de este trabajo, al que contribuía como podía.
En circunstancias bien difíciles, durante el riguroso invierno de 1916, surgía
este libro. Entonces me trasladaron de Trento a Innsbruck (*) y mis ocu­
paciones, además de engorrosas, eran desesperadamente rutinarias. En esta
monotonía sin ·fin y sin esperanza me alentaban los recv.erdos de la patria
y de los amigos. A pesar de que estaba sentado en mi mesa de trabajo con
capote, gorra puesta y guantes, a la hora se me habían .enfriado las manos
de tal modo que no podía mantener el lápiz; sin embargo, el mágico imperio
de las bellezas que el ajedrez supone, llenaba con. sus encantos la helada
habitación y, por lo menos, me hacía olvidar la persecución pasada y la
realidad brutal de la hora.
Al Círculo de Innsbruck, diezmado como los demás, lo había visitado con
puntualidad en todas las tertulias. Con agrado estoy recordando a los amigos
ajedrecistas de allá. Walter Flir, un empleado del gobierno provincial y tal
vez el más fuerte aficionado local, puso a mi disposición su bien nutrida
biblioteca, haciendo gala de una amabilidad poco común.
Del manuscrito original no he cambiado mucho, pues sólo lo he completado
en algunas partes por cuanto así lo requería el desarrollo de los trabajos de
nuestros compositores, cosa que no escapará a la observación del lector si
repara en las fechas.
Cuando el amigo Kautsky me pidió una colaboración para su almanaque,
yo estaba ya en Chelm (Polonia oriental). Allá he tenido, salvo los números
de las revistas de ajedrez que me enviaban, sólo mi manuscrito de la se­
lección de los problemas con el tema �eco». De otro modo habría vivido en
un desierto.
En la navidad de 1917 escribí un artículo sobre la teoría de Drtina y los
pensamientos sobre este tema me acompañaron en las cotidianas excursiones
a un bosque distante una hora de paseo, frente a la aldea Stankov y cruzado
por las trincheras de una división bávara, ya abandonadas; sólo los alambres
de púa, los cráteres y los cementerios militares señalaban que por allí tam­
bién corría el curso de la historia del mundo.
Durante estos paseos profundizaba las ideas de Drtina y aprovecho ahora
la oportunidad para completar los artículos dispersos y editarlos en un
volumen.
Con estas páginas me veo ligado a muchos y particularmente gratos re­
cuerdos y como el trabajo mío está estrechamente unido a mi amigo Vaclav,
por eso lo deposito en su tumba.
FR. DI;DRLE.

(•) Austria occidental. - Dedrle era entonces oficial de reserva del ejército austriaco.
VOJTECH KOSEK, natural de Bohumilice,
dedicado a la memoria del maestro

J. POSPISIL

Las blancas juegan y ganan. (• J

Solución: l. A 7 A (impide a la torre negra la entrada a la ca­


silla 2 C R) , T 2 e ; 2 . A 3 A!, T 2 A D ; 3 . A 4 D ! T 2 D ; 4. A 5 R ! .
,

T 2 R; 5. A 1 T!, y las blancas ganan. Una hermosa obra con un a


idea original poco común; el alfil 2 e tiene que atraer paso a paso
a la torre negra hasta la columna rey, obstruida por el peón negro
de 6 R, para después, con el salto a 1 T D, forzar el mate. Si las
blancas juegan en seguida 2 . A 1T (o bien más tarde) lo atacaría
la torre de costado: 2 . . . . . . , T 8 e ! ; y a cualquier jugada del alfil,
seguiría T 8 e ! y T 2 e , después de lo cual las negras c·o nseguirían
fácilmente tablas.

(•) Este precioso estudio, que estaba destinado como inédito para la carátula de la edición
checa de los « F in al es Art.istico�». fue primeramente publicado fn la «Revista Checoslovaca de
Ajedrez» tCasopis Ceskoslo\·enskych Sachistu1 en 1922, a causa de que dicha obra no pudo ser
ofrecida a los aficionados h ast a 1925.
p R M E R A p A R T E

El ESTUDIO Y El FINAL

El final no está todavía diferen­ den extraer conocimientos acerca de


ciado del «estudio de ajedrez,, ni la forma de resolver cualquier caso
aun en la literatura de otras nacio­ de los que encontramos en la últi­
n es . Nosotros, a pesar de que pode­ ma fase de la partida.
mos enorgullecernos de poseer una De un estudio no se puede ni
alta cultura ajedrecística mundial­ adquirir ni deducir principies ge­
mente r�conocida, no tenemos to­ nerales de estrategia, pues se está
davía un libro que trate exclusiva­ siempre buscando una situación úni-
mente de los estudios, pese a que . ca, excepcional y nueva.
despertaría gran interés. Con éste Tal concepción puede suministrar
procuro, aunque más no sea en par- · únicamente una idea, que está en
te, subsanar esa falt a contradicción co n fórmulas teóricas
·
.

El significado del estudio se pue­ como también contra todo lo hasta


de aclarar con más facilidad compa­ la fecha conocido y con las expe­
rándolo con el final. Este último es riencias teóricas. E'specialmente, esta
una formación de ajedrez fruto de contradicción constituye la idea del
las partidas mismas. El estudio es estudio, sin la cual no es p osi ble
una obra artís tica y el final tie ne imagin arlo.
más c ariz científico. Con ello me El efecto artístico de un estudio
parece que est2. expresada la dife­ es tanto más profundo cuanto ma­
rencia fundamental entre ambos. yor y más visible es la contra­
El final es el resultado de expe­ dicción.
riencias penosamente adq uiri das y De lo expuesto se desprende con
de análisis de muchos años. Es una claridad que los motivos teóricos no
obra que resulta del juici o sereno son aptos para aguzar el ingenio en
y una vez concluida forma parte pos de un estudio, ni aun si se tra­
de la teoría ajedrecística, sin pre­ tara de una especie de gran dificul­
tensión artíst:ca. En un final se tad en la práctica. La solución de
hace v al er sólo b s u'"'ecioridcd del esos motivos corresponde al analíti­
material o de la posición, según los co o a un libro de enseñanza. A un
generalmente válidos p rinc ipios de
. artista compositor, por el contrario,
es trategia. Hav que con s iderar en­ no le corresponde ocuparse de ellos.
tonces al final como el eslabón de Estas afirmaciones veraces se ven
u na gr&n cadena, de la cual se pue- con c la r id ad en un ej emplo concreto
10 FRANTISEK DEDRLE
La pos1c10n I aparece a menudo 2. R 7 A, T 7 A D +; 3. R 6 e,
en el fin de la partida y el cami- T 7 e D +; 4 . R 6 A (amenaza
5. T 5 D), T 7 A D +; 5. R 5 e,
(1497 ?)
T 7 e D +; 6. T 4 eD, y las blancas
ganan. Este es un eslabón de los
más importantes en la teoría sobre
el final, con cuya ayuda podemos,
por analogía, hacer valer la supe­
rioridad del peón caballo en cual­
quier final similar de torres. Tal
solución se denomina teoría. ·
Duras, con el segundo peón 6 e D,
cambió de golpe la formación teó­
rica en un estudio de ajedrez. Uno
puede convencerse con facilidad de
que 1 la solución teórica falla aquí
completamente, y debido a esa nue­
va y l?ingular situa c ión hay que
buscar otro camino para obtener la
Juegan las blancas y ganan.
victoria ; camino también singular,
no para ganar, expuesto ya en e¡ pero de es t udio Y especialmente
.

manuscrito de Lucena (tal vez de 1 en esa contradicción con la teoría


está basada la idea de su estudio :
11 l . ,T6D!!, RXT; 2. R8A, T8AD+;.
o. Duras , Praga ( • J.
Revista cSachove Llsty., 1902
3. R 8 D, y las blancas ganan. Si
l . . . . , T8AD; 2. T6AD! !, TXT;
. .

3. R·7 T, y ganan. A cualquier otra


jugada de las negras, sigue 2. R 7 A,
ganando.
Ambas posiciones parecen a pri­
mera vista casi iguales, pero en el
fondo son absolutamente distintas.
E n el primer caso -final- el pos­
tulado principal lo c o n s t i t u y e la
exactitud científica y veraz ; en el
segundo -estudio- nos cautiva úni­
camente la profundidad y la b e ­
lleza de las sorprendentes jugadas
nuevas, digamos antiteóricas. En eso
consiste, principalmente, la especial
Juegan las blancas y- ganan.
diferencia entre un final y un es­
año 1497), se puede determinar, con tudio.
la siguiente fórmula : l. T 4 D, T 7 T; La posición III surgió durante las
investigaciones analíticas del ma­
("') En el número de Sachove Listy de agosto nuscrito Chapais, aproximadamente
df' 1902 aparece publicada la siguiente posiciün de
Duras: B. R 8 e D, T 2 T R, A 6 T R, P 6 e D y del año 1780: bla ncas: R2TD, e3R,
P 7 e D; N. R 2 D, T 7 R. P 7 e R. - Los jugadas
preparatorias l. A 3 R, T X A; 2. T ·,· P, T 6 T D;
e 3TR; negras: R4TR, P5TR;
3. T 2 D +. R 2 R; no tie-nen im�ortancia a los fi­ ma. t e en 49 jugadas, y le fue adj u­
nes de esta disertación, causa por la c:.�al las he
suprimido. dicado el primer premio. No debe
nNALES ARTISTICOS 11
considerársele como u n estudio, a H 1 D; 31. e 6 R -f-, R2 R; 32. e4D,
pesar de ser la solución del mi smo R 1 D ; 33. e 5 A, R1 R; 34. R 7 A ,
muy d ifí cil por cuanto le falta, es­
, R1A; 35. R7D, R2 A ; 3 6. R 6D,
pecialmente, discrepancia con los R:3A; :37. e7R, R2 A ; 38. e5 D,
principi os teóri cos , y debido a eso R 1 R; :39. R7A, R1 A ; ,40. R 8 D,
las jugadas sorp ren de n t es están aquí R2 A; 41. R7D, R1 A ; 42. e7 A ,
eliminadas. La teoría establece ya R2A; 4:3. eSR, R1 A ; 44. e 6D,
con pr ecisión cuándo dos caballos R2e, 45. R 6R, R3 e ; 4 6. R5R,
contra peón ganan, y cuándo sólo R2e; 47. R5 A , R2T; 48. R 6 A ,

empatan. A quí notamos las etap as R 3T; 49. e 4 A D, R 4 T; 50. e 5R;


progresivas de la solución, que son R3T; 51. R7 A , R 4T; 52. R 6R,
comunes a todos los finales con este R3T; 53. R 6 A R2T; 54. R7 A ,
,

material, y sus reglas tiene)1 vali­ R3T; 5 5. e 4 C + , R 4T; 56. e 3R,


dez uniforme. R3T; 57. R 6 A , R 4 T; 58. e 4 A R -f-,
R 3 T; 59. e 4 e+, R2 T; 60. R7 A ,
III
P 6T; 61. e 5T, P7T; 62. e (5) 6A+,
B. v. Guretz k y - Cornitz. «Almanaque de \Vestdeut,
Scbachbund», 1 Kfi:-l Rl T; 63. e5 R, P8T=D; 64. e6e,
mate.
En . van o buscar íamo s una ense­
ñanza teórica en la s po sicione s ini­
ciales de todos los estudios, pues
para los libros de enseñanza ellas
parecen no tener solución, y el paso
a una posición teóricamente clara
co ns tit uy e la propia solución del es­
tudio. Tiene que ser un a combina­
ción ingeniosa que mediante algu­
nas jugadas hábiles trasponga la
contradicción teórica y llegue a un a
posición clara y conocida del libro
de enseñanza. La belleza y profun­
didad de tal combinación será un
Juegan las blancas y ga nan. perdurable valor del estudio, que se
apreciará en primer término.
l. R 3A, R 2A; 2. R 4A, R 3R; D e lo an tedich o se deduce que un
3. R 4 D, R 3 D; 4. e 5 A +• R 3 A; estudio n o puede facilitar una en­
5. R 4 A, R 3 e; 6. e 4 D, R 4 T; señan za a los jugadores, pese a que
7. R 3 e, R 3 T; 8. R 4 T, R 3 e; casi todos los que disertaron sobre
9. R4e, R2A; 1 0. R5 A, R2 D ; este tema lo han prometido.
11. R 5 D, R 2 A ; 12. e 5 e D +. Un estudio tiene tanto más va­
R3e; 13. e 3A, R2A; 14 . e4T, lor cuanto más consiga desprender­
R2e; 15 . R 6 D, R 3T; 1 6. R 5 A, se, en su solución, del carácter de
R2 e; 17. e 3 A ,R2 A; 18. e 5 e D -f-, un final. Su objeto es la poesía,
R2 e; 19. e4 D, R 3T; 20. e 6A, donde el artista, libre de las cade­
R2 e; 21. e4e. R2A; 22. e 6T+, n as que significan las fórmulas teó­
R 2 D ; 2:�. R5D, R2R; 24. e5A, ricas, da rienda suelta a su fan tasía,
R2 A; 25. R 4R, R 3A; 2 6. R 4 A. al igual que un libre pájaro se ele­
R2 A; 27. R 5A, R2R; 28. H 5 R, va en busca de otro i m peri o , en pos

R1D; 29. R 6D, R 1A; 30. n 6A. de la belleza. Sólo a los capaces de
12 FRANTISEK DEDRLE

comprender y apreciar esta belleza la posición de mate del rey negro,


puedo recomendar los estudios. d e tal modo que con poco agrado
Cuando una nueva combinación se deciden a abandonar la oposi-
comienza a dibujarse desde su for- 1v
ma nebulosa, Sin ser to da v Í a COrree- Federico Amelung, Rlga, cDüna . Zel&ang•, 1903
ta, se llama. el sujeto del estudio.
Hasta este momento trabaja el ta­
lento del artista, la inventiva, sin
interesarle la justeza de las formas,
pues la principal guía de esta labor
mental es la belleza y la origina­
lidg.d. La idea o sujeto del estu­
dio hay q4e asociarla a una técnica
constructiva, que si se consigue con
el mínimo de material, se obtiene
la forma pura -clásica-, y su prin­
cipal característica es la simplicidad
del buen gusto y la economía.
C uanto más difícil sea cambiar la
posición obtenida, o el traslado de
las piezas, tanto más sólida resulta
la construcción y mayor es el valor cwn efectuando: l. R 5 A ! ! , P 7 R ;
del estudio. 2 . R4C ! , P 8 R= D ; 3. T X D +,
Aunque no es indispensable, tie­ A X T; 4. R 3 T ! ! tablas ; las negras
ne importancia en la construcción están obligadas a coronar. Si eligen
una maniobra seductora, pero que una dama o una torre, las blancas
lleva a engaño, la que no debe ser, quedarán ahogadas ; si prefieren un
sin embargo, sobreestimada. Para alfil, no pueden forzar la victoria
que tenga real valor artístico, deberá porque ambos alfiles están en las
desviar la atención del solucionista casillas negras ; les queda solamente
en forma imperceptible, d espe rt án­ resolverse por el caballo : 4. ..... ,
dole esperanzas aparentemente fá­ P 8 C = C + , a lo cual sigue 5. R 2C ! ,
ciles de realizar hasta cansarlo so­ C7 R ; 6. R 1 A!, y una d e las dos
bre caminos extraviados. Y así la piezas est á .per�ida. La idea no es
sorpresa va en aumento si se con­ de Amelung (véase N<.J 55) , pero la
sigue por fin encontrar la solución ej ecución es ejemplar.
justa, profu n d a ment e distinta a la El final común, no artístico, no
esperada. C uando 1� seducción ya co nst a de j ugadas seductoras, sino
da a entrever el camino de la solu­ d e jugadas teóricamente justas o
ción real y falla sólo debido a una erróneás.
j ugada sin importancia, traiciona al La historia de los estudios la li­
estudio, pues lo facilita. Una seduc­ mitaré solamente a los datos de ma­
ción oue tenga real valor artístico yor importancia. Puede afirmarse
es excepcional . que los principios de los estudios
En el estudio IV la solución se deben buscarse en el final y la evo­
halla bien disimulada. La posición lución de ambos entre sí tiene mu­
de los reyes y la torre constituye chos puntos de contacto. Un estu­
un motivo de seducción de gran va­ dio es una creación más noble y en
lor; invita a buscar una idea por general más nueva, y por el contra-
FINALES ARTÍSTICOS 13
rio, e l final se ve hondamente arrai­ algunas colecciones como una cu­
gado en la historia del ajedrez. riosidad (* *), si bien se presenta
Hoy en día, de las obras medie­ con diversas variaciones: l. e 4 T +.
vales sólo tienen importancia las R 2 e ; 2. e 5T+, R1A; 3 . e 6 e+,
po sicio nes en que el papel princi­ Rl D ; 4. e 7 e +, R 2 R; 5. e 8 A+,
pal está a cargo de la torre o el ca­ R 2 A ; 6. e 8 D +, R 3 e ; 7. e 7R +,
ballo, pues tanto la dama como el R 4e; 8. e 7 A+, R 5 A; 9. e 6 e +,
alfil tenían entonces otra fuerza y R6A ; 10. e 5e+, R7T; 11. e4A+,
radio de acció n. La dama (alférez) R7D; 12. e 3 A +, R6A; 13 . e 2R+,
se movía como nuestro alfil, pero R. 6 e ; 14. C (3 ) X D +, R 5 T;
avanzaba una sola casilla: el alfil 15 . e3AD +, R4T; 16. e3e+, R3e;
corría también por las diagonales, 17. e 4 T +, R 2 e; 18. e (3) X T +,
pero saltaba una casilla y, por ejem­ Rl A ; 19. e6 e +, RlD; 20. e7e+,
plo, amenazaba desde 3 R sólo las R2R; 21. e 8 A +, R2A; 22. e8 D +,
casillas 1 A D , 5 A D , 1 e R y 5 e R, R3 e ; 23. e7R+, R4 e ; 24. e7A+,
sin importarle si las casillas 2 D. R5 A ; 25. e 6 e +, R6A; 26. e5 e +,
4 D , 2 A R ó 4 AR estaban ocupa­ It7R; 27. e 4 A +, R7D; 28. e 3A+,
das por piezas negras o blancas. Así, R6 A ; 29. e 2R+, R6 e ; 30. e2 D +,
ninguna m anio bra le hubiera per­ R5T; 31. e 3AD+, R4T; 32. e3C+,
mitido, pa rtiendo de 3 R, llega r o R3 e ; 33. e 4T+, R7 e ; 34. e5T+,
amenazar, por ejemplo, a la casilla RlA; 35 . e6e+, Rl D ; 36. exP A,
2 D, y ante estas circunstancias tan­ mate.
\'1
to la· dama como el alfil eran figu­
ras de masiado débiles y poco aptas
Paulus Guarinus
Según los reglamentos medievales
para el empleo artificial. Tampoco
tenía mucha importancia la corona­
ción del peón, por cuanto sólo po­
día elegir dama_ ( alférez) .
La posición V la dan a conocer
V
Según los reglamentos medievales (•)

L a s blancas juegan pero no ganan.

La po sic ión VI de Guarinus con­


tiene ya un grato motivo de aho-
sillas 3D y 7 D: el alfil 1 A R, sólo las de 3D y
3 T R; el alfil 1 e R. sólo la de 3 R. -- La acción
de los alfile.s. al igual que hoy con los cá.ballos, no
es oll.staculizada por piezas propias o adversarias.
( �,., 1 La mús c onoci da es la (<elipse» de H. F. L.
Juegan las blancas y ganan. 1\feyer: B. R 5 D. T 8 T R. A 1 A D, e 4 e R. e 4 T R,
P 2 T D; N. R 2 R. D 8 e R, T 8 A R. T 8 T R,
(• 1 Ambas damas 1 alfércceH 1 defienden �r',lo las A 1 T D, A 1 D. e 4 T D. e 2 e D. P 5 T D. P 3 e D,
C6.s1llas negras vecinas; el alfil A 1 D amrnaza sólo P 7 A D. P 2 A D. P 6 A R. P 2 A R, P 7 e R, P 2 e R;
las cas illa s 3 T D y 3 R: el alfil 5 e D. �·J:o las ca- ln-.: lJl<tilC'US hacen tablas. -- l. e 5 A+. etc.
14 f"RANTISEK DEDRLE

ga do y lo s compositores modernos, P 3 T R; n eg ras : R;: ·; D, T 5 C D,


comprobaron cuántas bellezas téc­ P 4 T D, P 6 C D, P" C D , P 3 T R;
n ic as y espirituales se pueden má­ j uegan las blancas y ganan: l. T 5 T,
gicamente extraer de un el emento
Vlll
tan exiguo (véase N'·' 51 a 54). So­ Dr. Alessandro Sal vio ( f(jO.J)
lución : l. T 5T +. R 3 R; 2. T 6 T -t-,
R 4 D !, tablas. La torre no se pue­
de t ornar por ahogado (recuérdese
que la dama medieval desde 4 D ,
sólo podía j ugar a 3 A D, 5 A D, 3 R
ó 5 R) . De los posteriores manus­
critos y c ol ecciones he elegido al­
gunas muestras que parecen estar
más cerca de los estudios de hoy.

VII
Damlano (an\.cs de l;;t�)

Las negras juegan y ganan las blancas.

T 5 A D ; 2.· T 4 T, T X T ; 3. P 4 C, y
ganan.
El es tu d io IX e s ya una obra su­
ti l con una opos ic i ón de torres:
l. T 7 T R -t-, R6 C; 2 . T 7 R !, T 1 D ;
3. T 7 D ! , etc. El mérito de l a más
perfecta· forma de la oposición de
torres lo obtuvieron los hermanos
V. y M. Platov, corno puede verse
en el estudio N9 47 .
Juegz.n las blanc a s y ganan .

IX

Solución del estudio VII: l . P 5 A, Dr. Alessandro Salvio (1U:.l.J)

F 5 T; 2. P 6 A, etc., contiene una


combinación simple que después su­
frió diversos arreglos. La mayor
perfección de este tema tal vez la
consiguió Duras con su magn ífico
estudio (véase N<? 1).
El estudio VIII constituy e una
muestra del bloqueo primitivo de
la torre negra: l . . . . . . , D X C ;
2. P X D, T X D ; 3. P 4 C !, y las
blancas ganan. Casi lo mismo con­
cibió J. Moller, de Copenhague, en
un estudio publicado en 1906 en el
«Nationaltidende»: Blancas: R2TR,
T 5 D, P 2 C D , P fi AD, P 2 C R, .Juegan l a s bla·ncas a
y h c en tablas.
FINALES ARTÍSTICOS 15
Extraordinaria i m p o r t a n c i a s e XI

atribuyó a los trabaj os del maes­


tro árabe Felipe Stamma, del si­
glo XVIII, pero en mi opinión se le
ha sobreestimado, pues bastantes
obras de ese autor ya eran conoci­
das en otros manuscritos más anti­
guos y las demás consisten general­
mente en ruidosos mates.
Stamma trata de reemplazar las
discrepancias teóricas con situacio­
nes críticas en las cuales abundan
las amenazas de mate para las blan­
cas. Una sola serie de j a ques, a pe­
sar de ser audaces, y que terminan
con mate, no pueden tener un va­ Juegan las blancas y canan.

lor durable.
De esa colección de posiciones es­ XII- l. T 5 T R , T X T; 2. T 6 T + ,
pectaculares doy a conocer tres bien R 4 D; 3. T 5 T + , y ganan .
modestas, pero que guardan una En la s e g u n d a mitad del si­
mayor relación con los estudios mo­ glo XVIII, y .después de los ruidosos
dernos. Soluciones : XII

Felipe Stamma,
((Essal sur le jeu des échec�•, París, 1737
X

Juegan las blancas y ganan;

moti vos de Stamma, prevalecieron


Juegan las blancas y ganan�
· ' en 'E4ropa trabaj os más delicados
de los maestros italianos. Fueron
X - l. A4D, R XA; 2. P 8C=D, debidos al Consej ero Municipal de
PBC=D; 3. D6 C + . etc. ; ·2 . . . . . . , Módena, ErcoJ e del· Rio, que distin­
P6 T; 3. D4 C + , etc.; l. . . : P 6 T; ., guía sus producciones con el seu ­
2. P 8 C D, P 7 T; 3. D 7 C + . etc.
= dónimo «Anonymus Modenese», a
E'n l i nda forma, y c on simpleza, está Giambatista Lolli, Carlo Cozio y el
a quí multiplicado el motivo báo.:ico. vicario �neral de Módena, Dome­
XI- l. T6 T D, T l C R:· 2. T7T+. nico Lorenzo Ponziani.
R 1 R; 3. R 6 R. �· las blancns ganan. �o rprende p ensar cuántos valio-
16 FRANTISEK DEDRLE

sos motivos SJ.lrgieron en aquella XIV- l. R5e, T8eR+; 2. R6T,


época, y no dudo que hay que bus­ P8 T =D; 3. T 8 T + , D X T, aho­
car los principios del estudio en-es­ gado.
tos clásicos italianos. Ellos pusieron XV
la piedra fundamental de todo un
desenvolvimiento posterior, y s er í a
interesante seguir las huellas de sus
motivos hasta los fulminantes tra­
baj os actuales.
Ercole del Río (Anonymus Modenese) i750
XIII .

Juegan las blancas y ganan.

XV - l. D 7 R, T 1 e; 2. D 3 T !,
T hasta 1 e D; 3. D 3 e R, T 1 C R;
4. D 7 e + , T X D; 5. PA X T + ,
y ganan ; 2. . . .. ., T hasta 8 e;
3. D 8 A + , T 1 e; 4. D 7 e + .
T X D; 5� P A XT + . y las blanc<.�>
ganan.
XIII - l. . . . . . , T6T (a las blan­
cas les amenaza una catástrofe con Gi a mbatista Lo lli , <<Osservazioni teorico
pratiche.... », Bolon ia, 17f;:J
la j ugada T 8T ! ) ; 2. A6 e ! , T 8T; XVI
3. A 1 e ! , ta bl as ; 2 . . , R X A;
. . . .

3. T X P +, ta bla s.

XIV

Jue-gan las blancas y h acen tabl as.

XVI - l. T D 1 e R, A X T ;
Jueran las blancas y h acen tablas. 2. T X e + . T X T, ahogado. Sirve
FINALES ARTÍSTICOS 17
de motivo a muchas similares com- Kling y Horwitz supieron pre��en tar
binacion es de ahogado. mejor este motivo (N9 100) . Todos
los demás autores, y existe un a lar-
XVII Domenico Lo renzo Ponzi a n i
d i g i u oco inc omparabile degli Scacchi»,
1\lóden a , 17H1) (de una edición corregida en ,1782 �
XIX

Juegan las blancas y ganan.

XV II- l. T 5e, R X T; 2 . P 7 e,
y ganan.
XVIII
ga fila, se quedan atrás del maestro
Cario Cozio, «11 g:iuoco deg:i Scacchi ... », Turín, 1706
italian o.
XX

Juegan las blancas y ganan.

XVIII- l. P6A, P X P+ ; 2. R X P, XX- l. R8e, T7eR + ; 2. R8A ,

e 5 e ; 3. A 4 D, P 7 A ; 4. A 7 T + , T 7 T R; 3. T 6 e + . R4 A ! ; 4. R 7 e,
R X A ; 5. R 7 A y las blan cas ganan. T7 eR+ ; 5. R7 A, T7 TR; 6. T5e+ ,
XI X- 1. P 6 T, R 1 e; 2. R 1 e!, R 5 A ! ; 7 . R 7 e, T 7 e R +; 8. R 6 T,
y los peon es negros detenidos, cae­ T 7 T R +; 9. T 5 T R, y las blancas
rán ; por ej emplo : 2. . . . . . , P 6 e; ganan. Linda idea que, .'iin embar­
3. R2e, etc. ; 2 . .. . . ., P6T (o P6A ) ; go, técn icamen te carece de un a pre­
3. R 2 T (o R 2 A) , etc. Solamen te sentación pe r f e c t a . Una con struc-
18 FRANTISEK DEDRLE

ción sin defecto puede verse en el A mediados del siglo xrx se ocu­
estudio N\' 13 9 , donde el fu eg o arti­ p aro n del mi nu c io s o y s iste mático
ficial final de l a misma es necesario a nális is d e l fin al J. Kling y B.
para culminar , espléndidamente la Horwitz (Manchester) y en gran
he rmo s a c o mpos i e i ón . parte fijaron la estructura de la teo­
ría actual. Es a pareja cultivaba tam­
XXI bién los e s t u d i o s con gran éxito,
pero no los. diferenciaba de los fi­
nales, habiendo compuesto un libro
titulado «Chess Studies or Endings
of Games», que vio la luz en Lon­
dres, año 1851. Más tarde, Horwitz
solamente, publicó «Chess Studies
and End Games», Londres, 1884, y
otra edición en 1889.
En el año 1890, J. Berger editó en
Leipzig un extenso libro que enseña
sobre el final bien conocido : « Theo­
rie und Praxis der Endspiele», cuya
segunda edición se publicó en 1922.
En nuestro país (Checoslovaquia)
Juegan las blancas y hacen tablas.
estudiaba intensamente el final Jan
Drtina. Analizaba el final ·de torre
XXI - l. T6 TR+, R6e; 2. T3T+, contra caballo, pero por lo poco pu­
R5A; 3. T 3AR +, R4e; 4. T5A+, bli c; ado no fue posible apreciar su
R 3 T; 5. T5TR+, R 3e; 6. T5C�+, trabajo. El Dr. Ed. Mazel escribe so­
tablas ; 3 . . . . . . , R 4 R; 4. T 3 e R, ta- bre el particular en el tomo II de la
blas. La tentativa l. T 3 A + fracasa « R evista Checa de Aj edrez » ( «Ca­
debido a R5 T; 2. T 3 T R +, R4 e; sopis Ceskych Sachistu» ) , 1908, pá­
3. T 5 T +. R 3 A ! ; 4. T 5 A R +, gina 133: « . . . espero que a su tiem­
R 3 R ! ; 5. T3 A, T 7 R ! ; y l as ne­ po editaré e n co nju nto los in t e re­
gras ganan. El elevado valor de este · santes análisis suyos, referentes a
es tu dio se pone de manifiesto com­ l a teoría s obre la lucha de l a torre
·

parándolo con el IX, del c ual parece c o nt ra el caballo, que a mi j uicio


se r la continuación espiritual, pero c on s t it u y e una obra trascendentD.l,
con más p r o fundi da d. La mutua opo­ pues a mí me confió todo el m::tte­
sición de las torres ofrece aquí un rial poco tiempo <m tes de morir . . . »
eje mp lo d e i n geni o seductor: si las Sin em b a rgo , desde el año 1908, na­
blancas intentaran las tablas con die supo nada c. c e rC'a de e·ota imp or­
l. T 6 T R + . R 6 e; 2. T 6 T ?;· reci­ tante herenc�a de D1·tina.
birían una des agr adab l e s o rpres a P ero más se destacó Drtina en la
por la ju g a d a 2 . . . . . .. , T 8 T + ! ; esfera del final de r ey y p e ón con­
3. T X T, e 7 T o e 4 R y las blancas tra rey. Su teoría de las cas i lla s
estarían perdidr,. c rític a s es c omp letamen t e nueva y
A pes ar de que los maestros ita­ s u p era tcdo lo que hasta ahora fue
li anos técnical'1ente no alcanzaron escrito sobre> esa materia.
la cu mb re absoluta, tengo la impre­ De los ex pl or ac i on es del final de
sión de que sus obras ya denotan el caba ll o y oeón contra alfil se ocupa
e sp írit u d� ln s estudios r:jodernos. Vojtech K.osel:. quien no tuvo la
YINALES ARTÍSTICOS 19

oportunidad de publicar sus traba­ De los suecos, se dedicó a los es­


jos de muchos años. tudios Emi li o H o l m; en Francia ,
Pero en los estudios llegó a la d onde el ajedrez se pro.ctica relati­
cumbre de la perfección el maestro vamente poco, con quistaron mere­
de Barcelona H enry Rinck, quien, cidos laureles en la c o m p e t e n c i a
con la persistencia te u tona, está re­ mundial J. de Villeneuve-Escla p o n
uniendo, merced a la ardiente fan­ y F . Lazard. .
tasía española, ideas que florece:1 en Fuera de las mencionadas colec­
obras mágicas. E"n el año 1903 editó ciones, merece ser nombrado el li­
su primera colección: «150 Endspiel­ bro «A Thousand End Games » , del
studien,,, cuya segunda edición apa­ año 1910, y editado en dos tomos
reció en 1 9 1 3 . O t ra colección apare­ por el redactor de «Brit ish Chess
ció en 1 9 1 9 en Barcelona: «300 Fins Ma gazine ,,, C. E. C. Tattersall. Esta
de partie» y más tarde , en 1927 otra, · es una costosa y grande colección de
titulada «7 00 Fins de partie». estudios de diversos autores, mez­
Gran prestigio alcanzó el nombre clada también con finales, pero en
del gran pensador ajedrecista ruso la magnífica presentación se ocul­
Alexis Tr o iz ky , cuya colección edi­ tan, sin embargo, muchas sombras.
tada por B. Kagan, de Berlí n , en Con mucha frecuencia, y también en
1924, se conoce bajo el nombre de este caso, a pesar de que se trata
«500 Endspielstudien » . Sus trabajos de colecciones serias, se nota dolo­
son extraordinariamente pulidos y rosamente la falta o errores en los
muchos de ellos constituyen los pri­ nombres de los autores, omitiendo
meros caminos hacia nuevos hori­ por c ompl e t o la m e n c i ó n de la
zontes. fuente.
Al lado de esos dos gigantes ocu­ De entre los a u t o r e s nuestros
pan un lugar de honor los hermanos (checos), que en primer término se
rusos Vasil y Michal Platov, que dedicaron con éxitq al estudio, hay
también arribaron a la cumbre de que nombrar a Vnjtech Kosek. Na­
la perfección en numerosas produc­ cido el 8 de septiembre de 1861 en
ciones. suyas. Su colección , conocida Bohumilice, sintió por su pueblo tan
como «Sammlung der Endspielsttt­ noble amor que no lo a b a n d o n ó
dien>>, fue editada en el año 1914. nu�ca, a �epción d e los tres años
También gozan de fama mundial que debió cumplir en el servicio mi­
·
' e ntre los compositores rusos , K. A. litar. La granj a que le vio nacer fue
L. Kubbel y el maestro A. S. Seles­ cultivada merced a su esfuerzo y
niev: el primero editó su colección al de sus hermanos más j óvenes. La
«150 Endspielstudien» en Lenin gra­ naturaleza montañosa de las lade­
d o, 1925, y una seg u nda, de 250, en ras del «Jested,,, cerca del conocido
Moscú - Leningrado, 1 938, y S e les­ "Paraíso Checo » , reúne caracteres
niev, ,,35 Endspielstudien», en el a ño interesantes para el historiador y
1919. \
para el turista, pero para el cam­
E'n tre los m a e s t r os bálti c os s e pesino significan sus campos una
destacan Federico Amelung, l os her­ penosa faena .
ma nos Juan y Car los B e h ting , y el Kosek, después de su rudo trabajo
de ascen dencia alemana Juan S eh­ en el campo , busca descanso en el
w e 1·s, qu ien reunió 37 estu dios en ajed rez, sin temer las más duras di­
,,End s p i e l s t u d ien>> editado en el ficultades que suponen los proble­
año 1 924. mas de m úl tipl es jugadas ni el mis-·
20 FRANTISEK DEDRLE

terioso espejismo de los f i n ale s y vacidad e independencia y está tan


estudios. Es un hombre que ha de­ lejos del f i n a l y de la partida por
mostrado ser hábil e inteligen te a su estrategia propia y su bel lez a ,

, pesar de su escasa ilusiración. que sostendrá su existencia sin te­


T ambién Oldrich Duras tiene u n a mor a que le espere un destino si­
serie de hermosos estudios. La glo­ milar, al menos tan t emp r a n a m ent e .

ria internacional del gran maestro No es propósito de esta colección


se cimentó en primer término a raíz dar a conocer la materia sistemati­
de sus grandes éxitos en los torneos, zada ni seguir el desenvolvimiento
donde con sus hábiles combinacio­ de las ideas al compás de su auge
nes se hizo ·merecedor muchas veces o de su declinación, ni tampoco de
· de premios de brillantez, y qu e aún las construcciones y formas, o de
hoy constituyen monumentos per­ cuando con ellas se ocuparon los di­
durables de belleza e ingenio. versos autores basándose en un mis­
De los otros maestros checos, La­ mo suj eto. Tuve la intención, con la
dislav Prokes cultiva el estudio con selección de estos estudios, de poner
éxito y también algunos de nuestros de manifiesto hasta dónde han lle­
problemistas se ocuparon de él, pero gado la invención y la perfección
sólo al paso: J. Cumpe, K. Kondelik, técnica, en la actualidad, limitándo­
J. Kotrc, J. Moravec, J. Smutny, me a las obras de primera clase en­
K. Traxler, S. Trcala, y algunos e . n ­ tre los diversos grupos de ideas . Es­
tre los más j óvenes (véase el apén­ pero que sabrá despertar el interés
dice en la página 21). de nuestros lect ores, pues por cierto
E's evidente que el desenvolvi­ que algunos estudios ofrecerán du­
miento de la teoría del final ha fo­ radera emoción, especialmente entre
silizado algunos estudios viej os en los talentos j óvenes, y no dudo que
una fórmula teórica. Sin embargo, algunos de ellos sabrán entusiasmar­
el estudio moderno tiene tanta vi- se en pos de una composición propia.

FR. DEDRLE.

Innsbruck, diciembre de 1916.

Alguno� Cato. po:-;tenore:-. a l<l fecha drl �r�ículo h<lH sida agTegJdos por ('} trac!nctor. (:'\. del E.1
A PE N DICE

Durante los ocho a ño s tra n scurri ­ cur so del «Sydsvenska Dagbladet


dos hem o s hecho u n grato progreso Sniillposten,,, que e sta blecía como
y no que riendo yo cam biar su bstan­ condición el material que emplea r.
c ialmente el a rtículo anterior, es cr i­ Allí el juez Lindstrom adjudicó los
to entonces en Inn sbruc k, anoto el t res . premios acor da dos y tam bi én
posterio r desenvolvimiento en e ste la s t res mencion es de honor a H.
apéndic e . J1,irt c k No puedo imaginarme un e s­
.

Ya podemos enorgullecernos d e tudio má s li ndo y or ig ina l con el ma-


dos concursos internacionales de es­
XXII
tudios en la revista «Casopis Ces­
111. H a vel, «Sydsve nska D agbladet
koslovenskych Sachistu » , en 1 923, y S n3.llposten » , Praga, 1925
en el diario « Ceské Slovo » , en 1 924.
En ambos han competido nuestros
nuevos compositores, J. Hasek, F.
Zedek y F. J. Prokop.
F. J. Prokop nació el 18 de j ulio
de· 1901 en Horovice, donde finalizó
el colegio nacional, para continuar
es t u d i a n d o en la Universidad de
Carlos, en Praga. La afición por el
periodismo le apartaba de l as aulas,
hasta que se dedicó a él por com­
pleto. En el diario <<28 � ijen» fundó
una columna de aj edrez que espe­
-cialmente se dedicaba a los e st u­
dios . De los trabaj os suyos -hasta J•egan las blancas y ganan.
la fecha cerca de sesenta- se vis­
lumbra un talento, pues Prokop es terial e stablec ido,. pues la marcha de
probablemente el más capaz de la cuatro en fondo, desde l a horizontal
j oven ge n e r a c i ón y se puede a ún a l bor de vertical del ta blero, en f i l as
confia r mucho en su porv enir. compactas y si stem ática m en te repe­
Tam bién nuestro fam o so proble­ tidas, es una i dea tan sutil y atre ­
m is t a M. Havel com enzó ya a inte­ vida que sup era a cua lqui er otra
resarse por los e stud ios. idea rriás agu da . Es un tra ba jo orna­
Hav el env ió e ste trabajo al con- mental y en él se puede ver al pri -
22
mer «anthemion ,, a jedrecístico. So­ bresalen por su simplicidad y per­
lución: l. T 6 e , e 2 A+; 2. R 7 R, fecta técnica, p o c o c o mún en los
A5A; 3. T6 A D , e 4R; 4. T 5 A, recién iniciados. Ellas ponen de ma­
e 3 e +; 5. R6 A , A 6D; 6. T 5 D , nifiesto cu án penosa es para noso­
e 5 A ; 7 . T 4 D . e 4T + ; 8 . R 5 e , tros s u de s ap arición.
A 7 R; 9. T 4 T +. R 7 e ; 10. T X e , De la s demús columna s checos­
y ganan . lovacas de a jedrez también se dedi ­
Hemos s u f ri d o , mi entras tanto , ca exclu siva m ente al e studio la del
u na gran pérdida a cau sa d e la pre­ «ee s ky SveL>, d i rigida por el p ro­
matura desaparición d e dos talen­ f esor Lad islav Prokes.
tos : el e scribano J osef Vancura, na­ Al dar est e libro a la pub lic id ad ,
c ido el 18 de a g o st o d e 1898 en expreso mi c álido agradeci m iento a
Smichov y fallecido el 19 de noviem­ l o s socios del «Sachovni Klu b Do­
bre de 192 1 , y Emil Vlk, recibido en bru sky ,, , de P raga, al maestro Fr.
la academia indu strial de Brno, na­ Tre ybal, y a los señores Dr. Mrazik,
cido en el año 1899 en eeske Bud e­ Moravec y Reiss, quien e s con com­
j ovice y fallecido e l 1 1 de diciem bre placencia poco común pasaron en
de 192 1 . limpio el m a nus c r i t o y lo corri­
Las composiciones de ambos so- gieron .
FR. DEDRLE.

Brno, 13 de octubre de 1924.


S E G u N D A p A R T E

ESTUDIOS
1 2
Oldricb Duras, Praga, «Národní Listy», 190;; R. Reti, n
V i e a, «Kagan's N. Sch . � , 1921

Juegan las blancas y h acen tablas.

l. R 5 A! !, R 3 C; 2 . P 4 C, R 2 A ; l. R7C, P5T; 2. R 6A, P6T;


3. P 5 C, R 2 R; 4. R 6 A ! (4. P6 C ?. 3. R 6 R !, P 7 T; 4. P 7 A !, tab las .
R 2 D, -tab las) , R 1 D !; 5. R 7 C, 2 . . . . . . , R 3 C; 3. R 5 R!, P6T (s i
P 4 C; 6. P6 C, P 5 C; 7. R 8 T, y las las negras toman e l peón pieruen
blancas ganan . e l suyo mediante R 4 R o R 4 A);
1. . . . . , P 4 e; 2 . P 4 e, P5 e;
. 4. R6D, P7 T: 5. P7 A. t abla s.
3. R 4 D, R 4. C; 4. P 5 C . P 6 C; l. . . . . . , R 6 C; 2. R6 A, P 5 T
5. R 3 R,. R 5 C; 6. P 6 C, R 6 T; (nuevamente la s n e gras no pueden
7. P 7 C, P 7 C; 8. R 2 A !, y g an an . tomar el peón sin perder e l su yo) ;
Las negras n o pue d en j ug a r 8 . . .. . . , 3. R 5 R !, etc., y t ab las .
R 7 T, p o r 9. P 8 C D +. = Esta posición. a primera v is ta per­
4. . . . , R 5 A; 5. P 6 C , P 6 C;
. . dida, p!·oduj o revu e l o y j ustificada­
6. p 7 e, y gan an . mente despertó g ran i n terés en e l
Un precioso estudio en el que las mundo aiedrecístico. Las blancas
negras siempre llegan tarde por una tambit'n harían tablas estando su
jugada. rey en 4 T D, pero es evidente que
24 FRANTISEK DEDRLE
en 8 T R la com p os ici ón ofrec e ma­ l . R 5 A ? , R 5 D ; 2. R X P, R X P ;
yor sorpresa. 3. R 7 R, P 4 D ; y la s neg ras ganan.
Pa rece que baj o la influ encia de 2. R 4 A, P 3 D, y las negras ganan.
este t rabaj o H . Rinck pub licó, en Jugan do la s n eg ras, únicamente
«Schweiz. Schachzeitung >> , 1 922, el ganan con l. . . . . . , R 5 A ! ; 2. R 3 R,
siguiente estudi o : Blanca s: R 2 T R, P 3 D ! ; 3. R 2 R, R 5 D ; 4. R 3 A,
P 3 T D ; negras : R7 T D, P 6 A R ; R 6 D ; 5. R 4 A, R7 R e tc . ; 2 . R 5 A,
las blancas ganan : l. P 4 T , R 6 e ; R 5 D ! e tc. ; 2. R 4 e; P 3 D ! ; y tam- ·

2 . P 5 T, R 6 e ; 3 . R l e, y ganan ; bién ganan.


2. . . . . . , R 5 A ; 3. P 6 T, R 6 D ; Trasladando la posición una o dos
4. P 7 T, y ganan. casillas hacia abaj o, la tensión en la
l uc ha por el equilibrio del espacio
3 · desaparece en perj uicio de las ne­
gras, pues en tal caso las blancas .
Fr. Dedrle, Brno.
�leneión de honor, «Kagan's :S. S h . », 1 022
harían tablas de muchas maneras y
el adversario no ganaría ni aun j u­
gando primero.

Fr. Dedrle, Brno, «28 Rijen » , 102t

Juegan las blancas y h a c e n ta�l a s .

l . R 4 C , R 5 A ; 2. R 4 A ! , R 5 D :
3. R 5 A ! , P 3 D ; 4. R 4 A, ta bl a s.
2 . . . . . . , P 3 D ; 3. R 4 e, tabla s.
2 . . . . . . , R 6 D ; 3. P 5 R, ta bla s. Juegan las b l a n c a s y hacen tablas.
2. R 5 A ? , R 5 D ! ; 3 . R 4 A, P 3 D ! ;
y las negras ganan. Lo s peones est án mutuam epte blo­
3. R X P, R X P ; 4. R7 R, P 4 D ; qu eados y n inguno de los dos ban­
y la s n eg ras ganan . do s pu ede ejecuta r un exitoso avan­
l. . . . . . , R 5 D ; 2. R 5 A, P � D ; ce con el lo s. Exi ste aquí sólo la
3. R 4 A ! , tablas . lucha de lo s re yes por los puntos
l. . . . . . , R 3 D ; 2. R 5 A, R 2 R ; débi les de l a po sición blanca : las
3. P 5 R , tabla s . casi llas 4 T D y 5 R. Si amen a z an
l . R 3 R ? , R 3 D ! ; 2. R 4 A , R 3 R ; la s n eg ras con R 4 T D la Cllsilla
3. R 3 A ! , R 4 R ! (P 4 A ; 4. R 4 A ! , 4 T D de las b lancas, se defienden
P X P ; 5 . R X P , tabla s) ; 4 . R 3 R, é st a s únicam ente con R 3 e D ! Con ­
P 3 D ; 5. R 3 D (R 3 A) , P 4 D ! t ra R 3 R, las blancas pueden sal­
(P 4 A ! ) ; y las negra s gana n . var se con R 4 A R ! E stas mutuas
FINALES ARTÍSTICOS 25
posiciones de los reyes constituyen aprovechan brillantemente la supre­
la llave de la solución . El rey blan­ macía de espacio.
co consigue el equilibrio en ambos M. Karstedt publicó la siguiente
lados sólo entrando en las citadas posición : Blancas : R 3 R, P 7 C R,
«Oposiciones» pues, en cambio, si se P 6 T R ; negras : R 2 A R, P 4 R,
apoderan de ellas, las negras ganan P 4 A R ; las blancas ganan : l. R 3 A ! ,
con facilidad. R 1 C ; 2 . R 2 A ! , R 2 A ; 3 . R 3 C,
l. R 2 A ! ( única oposición ) , R 3 T ; R l C (P 5 A + ; 4. R 4 C ! ) ; 4. R 4 T,
2. R 2 C ! , R 4 T ; 3. R 3 C ! , R 3 T ; R 2 A ; 5. R 5 C, P 5 A ; 6. R 4 C !
4. R 4 C ! ( R 2 C ! también satisface) , ( « Deu tsches W ochenschach ,. ) .
R 2 C ( 4. . . . . . , R 3 C ? ; 5 . P 5 A + ,
B e'h t ; n g . Schachblat te r > , 1894
tablas) ; 5. R 3 A ! , R 2 A ; 6. R 4 D, J. Kiga, « Baltische

R 2 D ; 7 . R 4 R, R 2 R ! ; 8. R 3 R o
R 3 A ( error sería 8. R 5 A ? , por
R 2 A ; 9. R 5 C, P 4 A ! ; 1 0 . R 5 A,
R 2 R; 1 1 . R 4 A, R 3 A; 1 2. R 4 R,
R 3 R; 13. R 4 A, P 4 D !, y las negras
ganan ) , R 3 R; 9. R 4 A ! , R 3 A ;
10. R 4 R, R 4 C ; 1 1 . P 5 A ! , P 4 D + ;
1 2 . R 5 R, R 3 C ; 1 3 . R 6 D, P 5 D ;
1 4. R X P, P 6 D ; 15. R 7 C, P 7 D ;
16. P 6 A , tablas .
·

Si, de acuerdo con los libros de


enseñanza, las blancas optaran por
la simple oposición l. R 4 C ? (R 2 C ?
o R 3 C ? ) , pierden en seguida des­
pués de l. . . . . . , R 2 A ! (la lucha Juegan las blancas y ganan.

por la casilla 5 R) ; 2. R 3 A, R 2 D ;
3 . R 4 D , R 3 R ! ; 4. R 4 R ? , P 4 A ; 2. R 3 C ?, R 2 A ; 3. R 4 T, P 5 R ! ;
5 . R 4 A , P 4 D ! ; etc. Si 4 . R 3 D , 4. R 3 C (R 5 C) , P 6 R ! ; y las blan­
R 4 R (amenazando R 5 A) ; 5: R 3 R, cas ya no con s eguirán ganar .
P 4 A ; etc. l. R 2 A ? , R l C ; 2. R 3 A, P 5 A ;
Si se traslada toda la posición en 3. R 4 R, R 2 A, tablas.
cualquier dirección, se quiebra el
equilibrio del espacio y el estudio 6 ·
se transforma, de tal manera, en un
final común. l. R 3 C, P 4 T ; 2. P 4 R ! , R 8 C ;
3. P 5 R � . P X P, ahog a d o .
Otra sorpresiva posición de aho­
5
gado e n el centro del tablero con
l.P 7 R , R 2 A ; 2. R ::l A � . P ::l A ; recu rsos tan modestos la consiguió
3. R 4 A ! , P 4 A ; 4. R 4 R, R l R ; tam bién T1·oizky (mención d e ho­
5. R 5 D ! (amenazando 6. R 6 R �· n o r , C a .v o p i s C e s . Sachistu ·> , 1 923) :

7 . P 7 A, m a te ) , R 2 D ; 6 . R 4 A . B l a n c a s : n :� e D , P 4 A D . P 5 A R ;
R l R ; 7. R X P ! P 6 D ; B. R 6 D. n e � ra s : R 1 T R. P 3 A D , P 2 D,
R 2 A ; 9. R 7 D , P 7 D ; 1 0 . P R R D : , p 2 e R : l a S b l a n c a s h a c en tablas :
y ,g a n a n . l. R 4 C . R 1 e : 2 . R 5 A, R 2 A :
Otras j u gadas de l a s n e .�� r �1 o; � l C O ! ' ­ ::l . R 6 D. R 1 R : 4 . P 5 A, R 1 D ;
ta r ían la resistenci a . L ;:¡ -, I.J l <l ll c : < t :o :1 . P 6 A � . P P ; a h ogado.
26 FRANTISEK DEDRLE

También en las partidas, el aho­ para obtener el fin deseado. El «aho­


gado suele ser una desagradable gado voluntario� es una forma anti­
sorpresa para el bando más fuerte, cuada, ya casi relegada al olvido ; he
y ello sin exceptuar las luchas de aquí un ej emplo : Blancas : R 7 A R,
maestros, como ocurrió en la por D 5 A R, P 5 T R; negras : R 1 T R ;
tal causa famosa partida Schlech­ ahogado voluntario en nueve j uga­
ter contra Wolf, Nuremberg, 1906 : das : l. R 6 e (hasta la 8� j ugada los
Blancas : R 1 e R, T 1 e D, P 5 e D, movimientos del rey negro son in­
P 3 e R , P 2 T R ; negras : R 6 A R, diferentes) , 2. D 5 R, 3. D 7 e +,
T 6 A D, P 5 e R ; Wolf j ugó l . . . . . . , 4. D 7 A D, 5. R 7 T, 6. R 8 T, 7. P 6 T,
T 6 R; y Schlechter, no queriendo 8. P 7 T, R 1 A ; 9. D 7 A +. R X D ;
prolongar la agonía de las negras, ahogado.
impensadamente jugó 2 . p 6 e, des­
pués de lo cual las negras lo sor­ 7
prendieron desagradablemente con O. Duras , Prara, cSacbové Llst:r•, 1901
2 . . . . . . , T B R + ! ; 3. T X T, aho-
·

gado !
B. Blnck, Barcelona. Mención de bonor del C i rculo
de AJedres, Budapeot, 1911

Jueran las blancas :r b ac e n tablas.

l . R 2 A, P 6 T ; 2. A 1 A (amena­
zando 3. p 3 e, mate) ' p 6 e + ;
Jueran las blancas y hacen tabla�. 3. R 1 R ! , P 7 T ; 4. R 2 R ! (las blan­
cas han preparado para sí una posi­
En · antiguas composiciones mere­ ción de ahogado para el caso de que.
cían también preferencia aquellas las negras coronen D o T, y si eligen
construcciones en las que las blan­ una pieza menor podrían desarrollar
cas obligaban a las negras a que las sus fuerzas con éxito) . Especialmen­
ahogaran. Esta clase de problemas, te por esta circunstancia, el presente
que en el idioma checo se conoce estudio difiere de similares obras
como cSamopat� y en alemán como más antiguas en las cuales las blan­
cSelbstpatt :. , la vamos a denominar cas preparan el ahogado voluntario
cahogado voluntario», y forma pare­ con prescindencia del j uego del ad­
ja con el cmate voluntario » . La ca­ versario.
racterística de ambos consiste en la J. Berger, 1889 : Blancas : R 2 T R,
supremacía de las blancas en cuanto P 3 A R, P 2 e R, P 4 e R, P 3 T R ;
a material se refiere, y la necesidad negras : R 1 e D, P 3 T D, P 4 e R,
de un número limitado de jugadas P 3 e R; las blancas hacen tablas :
FI N ALES ARTÍSTI COS 27
l. P 4 A, P 4 T ; 2 . P X P, P 5 T; 9
3. R 3 C , P 6 T ; 4. R 4 T , P 7 T; H. f'a h r n i . Berna, « D eutsches \\'ochenschacb • , 1923
5. p 3 e, ahogado.

8
A. Troizky, Cernoserje,
« Deutsche Schach zeitu n g » , I H I �

Juegan las blancas y h acen tablas

l. R 7 R, P 5 C ; 2. P 6 D, P X P ;
3 . R X P, P 6 C ; 4. R 6 A, R 1 C ;
5. R 6 C , P 7 C ; 6. P 7 T + , R 1 T ;
Juegan las blancas y hacen tabl;u. 7. R6T, tablas (si 7 . . . . , P8C=D (T)
ahogado ; si 7. . . . . . , P 8 C = C ;
l. C 5 R, P 7 T ! ; 2. C 3 D +. R 7 D ! 8 . R 6 C, C 7 D ; 9 . R 5 A, C 6 A ;
(con otra retirada las negras per- 10. R 5 D, C X P ; 1 1 . R 4 R, C 5 C ;
derían ; por ej emplo : 2 . . . . . . , R 7 A 12. R 3 A , P 7 T ; 13. R 2 C , tablas ; o
(R 8 C ?) ; 3 . C 2 A, A X P ; 4. P 7 T ! , si 7 . . . . . . , P 8 C = A, tampoco las
y las blancas ganan) ; 3. C 2 A, A X P ; negras ganaD, pues las blancas lle­
4. C 1 T ! , A 5 A + ; 5. R 2 A, A X P ; gan con su rey .a 1 C R y su peón
ahogado. 2 T R no puede ser capturado nun­
·

Las negras tienen que imponer las .ca) . Esta variante es conocida a raíz
tablas a las blancas para salvarse de una partida del Dr. M. Lewitt,
a sí mismas · y el j uego de ambas j ugada en 1909 . (Blancas : R 3·A R,
partes engrana entre sí. P 2 C D, P 3 C D ; negras : R 1 C R,
J. Krejcik, de Viena, utilizó la A 2 A R, P 4 A D) ; l . P 4 C, P X P ;
combinación de ahogado como una 2. R 4 R , R 2 C ; 3. R 4 D, R 3 A ;
defensa de las negras para provocar 4. R 5 A, P 6 C ; y ahora e l rey blan­
una solución seductora, pero erró­ co vuelve a 1 A D y tablas.
nea : ·«D e u t s c h e s Wochenschach» , La variante del caballo en un es­
1908 : Blancas : P 8 R, P 3 C D, P 4 A D , tudio · independiente la publicó E.
P 5 A D, P 4 T R ; negras : R 2 C D, Holm, « Sydsvenska Dakbladet Snall­
P 2 T D, P 5 C D, P 3 A D ; las blan­ posten ,, , 1 913 : Blancas : R 1 D . Afif�D ;
cas ganan : l. R 7 D !, P 4 T; 2. P 5 T, negras : R 2 C R, C 4 R, P 6 T R ; las
y gánan. Empero, si las blancas pro ­ blancas· hacen tablas. l. A 1 C. C 6 A ;
baran hacer valer en seguida su 2. A 2 T ! , C X A ; 3. R 2 P 1 • C 5 C ;
peón libre 4 T R no gana n : l. P 5 T ? , 4. R 3 A, R 3 C. 5. R 3 C, P 7 T ( obli­
R 3 T ; 2. P 6 T, R 4 T ; 3 . P 7 T, P 3 T ; gado) ; 6. R 2 C, tablas.
ahogado . Una combi nación de ahogado con
28 FRANTISEK DEDRLE

estos peones la p u b l i c ó Krii.mer- l. . . . . , R X P; 2. R 3 A !, T 6 e + ;


Ruttgen, cDeutsche Tageszeitung�, 3. R 2 e ! , T 6 e + ; 4. R 1 T !, etc.,
1922, en esta p o s i c i ó n : Blancas : tablas.
R 7 A R, P 5 T R, P 6 T R; negras : V. y M. Platov, m premio, cScu:h­
R 1 T R, P 4 t R. Las blancas hacen matnoe Obozrenie:t, 1911: Blancas:
tablas . l . R 6 A ! ; P 5 e ; 2. R 6 e, R 2 T D, A 4 e R, P 6 e D, P 2 e D,
P 6 e ; 3. P 7 e, P 7 e ; 4. R 6 T, P 6 T R ; negras : R 7 D, T 6 D, A 2 T R;
P8e D (T) ; ahogado.
= las blancas hacen tablas. l. P 7 e,
Fahrni ha condensado las tres A 1 e + ; 2. P 3 e ! , T X P; 3. P 7 T,
combinaciones en esta obra. A 4 D ; 4. A 6 R, A X A; 5. P 8 T = D,
· T 6 T R +; 6. R 1 T, T X D;
7. P 8 e = D, T X D ; ahogado.
10
V . 1 M . Pla&ov, Moscú-BI1a. Dedicado a los
participantes del Torneo Ma1lstral, 11
Pra,a, 1908, •Bohemia•. 1908
K. A . L . Knbbel, Lenln1rado, cListok S . K. P.>, 11121

Jue1an las blancas y hacen tablas.


Juegan l a s blancas y h a cen t abl a s.

l. A 3 A, T 5 A D ; 2. A 5 D ! , A X A ; l. A 5 R, T 5 C + ; 2. R 5 D, T 4 e + ;
' 3. P 7 D, T 2 A ; 4 . R 8 T ! , T X P ; 3. R 6 A, T X A ; 4. P 7 D, T 3 R + ;
ahogado. 5. R 7 C, T 3 D ! ; 6 . R 8 A ! (si
2 . . . . . . , T 5 e D + ; 3. R 8 A, A X A ; 6. R 7 A ? ó 6. R 8 T ? sigue T 7 D
4. P 7 D, tablas. y las blancas pierden porque las
2 . . . . . . , T 4 A ; 3 .. A 6 R, T 4 T D ; negras consiguen tomar al peón con
4. R 6 A, T 2 T ; 5. A S A, tablas. el alfil ) , T 3 A D + ; 7. R 7 C , T 2 A + ;
Los hermanos Platov volvieron a 8. R 8 T, T X P ; ahogado.
este tema después de tres años y El hecho de que el rey blanco en­
confiaron al rey el interesante j uego cuentre asilo hasta llegar a la ca­
qu e correspondía al alfil blanco: silla 8 T D constituye una sorpresa.
V. y M. Platov, «Stratégie » , 1 91 1 : La sencilla posición pone de relieve
Blancas : R 4 C D, P 7 C D , P 6 T R ; la alta técnica del autor.
negras: R 3 e R, T 7 e R, A 1 e R; las
blancas hacen tablas. 1. P7T, T7e+ ; 12
2. R 3 T ! , T 6 e + ; 3. R 2 T , R X P ;
4. R 1 T, A mueve ; 5. P 8 e = D, l. P 4 T + , R 3 e ; 2. A 2 A, P 8 A = D ;
T X D ; ahogado. 3. T X P , D X T ; 4. R 1 T ! , D X A ;
FINALES ARTÍSTICOS 29
ahogado. Las negras se ven obliga­ rey o con el p eón tienen que cerrar
das a tomar el alfil, pues de · no la red de ahogado.
hacerlo pierden la dama sin recom­ F. Lazard compitió en el concurso
pensa alguna. Si las blancas se apre- del « Rigaer Tageb latt » , 1909, con este

H. MaUison, Bll&• •BI1aer Ta1ei>I Ít. th, 1 9 1 3

Jue1an la1 blancas '1 hacen tablas.


lue1an l a s blancas '1 hacen tablas.

estudio : Blancas: R 3 T D, A 8 T D,
suraran y tomaran en · seguida la P 6 T D ; negras : R 7 A D, T 7 :Et,
dama, 4. A X D + , pierden. P 4 T D, P 6 A D ; las blancas juegan
Ponziani utilizó la siguiente po­ • y hacen tablas. l. P 7 T, 'r 1 R; ·

sición : Blancas : R 1 T R, D 2 T R; 2. A 6 A, T 1 A R ; 3. P 8 T D, =

A 4 T R, P 4 T D ; negras : R 3 e D, T X D ; 4. A X T, R 6 D; 5. R 3 e ! ,
D 5 D, A 2 D, P 3 T D, P 4 e D, P 5 T + ! ; 6 . R 2 T, P 7 A; 7 . A 4 R -f ,
P 3 A D, P 5 R ; l. A 2 A, P 6 R ; R X A ; 8. R 2 e, R 6 D ; 9. R 1 A, etc.
2 . A X P, D X A ; 3. D 2 A, D X D ;
.
H. Rinck reemplazó al segundo
4. P 5 T + , tablas. peón negro con un caballo, «L'Eco
Esta idea encuentra especialmen­ degli Scacchi» , 1915: Blancas : R 3 R,
te una exacta materialización e n la A 6 A, e 1 A R; negras: R 6 e D,
partida Chigorin-Schlechter, Osten­ e 7 T R, P 7 A D ; las blancas hacen
de, 1905 : Bla ncas : R 5 T D, D 4 D, tablas. l. A 4 T +. R X A; 2. R 2 D,
P 4 T D, P 5 e D, P 5 A R, P 4 T R ; R 6 e ; 3. R 1 A, e X e ; ahogado.
negras: R 1 e D, D 2 R, P 3 A R,
P 2 A R, P 4 T R ; l . . . . . . , D 2 A + ;
14
2, D 6 C + ?, R 1 T ; tablas.
l. A 8 R, R 5 e; 2. A 7 D +. R mue­
ve ; 3. A 4 e !, R X A; 4. e 4 A,
13
P8D = D (T) ; 5. e 3 R +. e X e ;
l.
C 5 A +. R 6 A; 2. T X P +, ahogado.
P X T (obligado ; si las negras to­ Por un sacrificio parecido se carac­
man con el rey, impiden las blan­ terizan estos dos estudios :
cas con el caballo la coronación del H. Rinck, cDeutsche Schachzei­
peón) ; 3. C 4 R ! , R x e ; 4. R 2 e ! , tung» , 1903. B l a n c a s : R 6 T R,
R 6 R ; 5. R 1 A ! , y las negras no T 6 A R, e 4 D, P 6 A D ; negras :
pueden rehuir el ahogado: o con el R 1 e D, D 1 D, A 4 T D ; las blancas
30 : i:ANTISEK DEDHLE

hacen t a b l a s . l. P 7 A + . D X P ; l . A 3 D , e X A; 2. R 2 A , e 8 A
2 . e 6 A + , R 1 T ( 1 A) ; 3 . T 8 A + . (amenazaba T 8 T D mate) ; 3. T X P ,
R 2 e ; 4. T 7 A ! , D X T; 5. e 8 D +, P 8 R = D ; 4. T 1 e + , R 7 T ;
A X e ; ahogado . 5 . T 1 T + , R X T ; ahogado.
A . Troitzky utilizó al caballo ne­
Je!pt�r Jespenen, Holt.e, u S a t i ll n a. J t.: d e n de » , J K!JO
gro en dos cuadros de ah ogad o :
II premio « ehess Amateur» , 1917 :
Blancas : R 3 T R, T 7 A R, e 7 R ;
negras : R 8 T R, e 3 D, P 7 R ; las
blancas hacen tablas. l . e 5 A, e X e ;
2 . T 7 D, e 6 R ; 3 . T 2 D, P 8 R = D ;
4. T 2 T R + , R 8 e ; 5. T 1 T + , R X T ;
ahogado.
2.
. .. . , P 8 R = D; 3. T 1 D, D X T ;
ahcgado.

16

Juegan las blancas y hacen tablas.

A. Troitzky, «Deutsche Schach­


zeitung» , 1 9 1 0 : Blancas : R 3 T R,
T 6 T R, e 7 T D; negras : R 2 D,
A 8 e R, P 7 R; las blancas hacen
tablas. 1. T 7 T +, R 1 R ! ; 2. e 8 A
(amenaza T 7 R + ) , A 4 A ; 3. T 4 T,
P 8 R = D ; 4. T 4 R + , D X T ;
.5. C 6 D + . A X e ; ahogado.

15
·v. y M . Platov, Moscú-Rica J I - 59 premio Juegan l a s blancas y hacen tablas.
«Bohemia • . 1906

l. T 5 T + , R 8 e ; 2. C 3 A ! , e x e + ; .
3 . R 3 e ! , P 8 A = D ; 4. T 1 T + ,
R X T ; ahogado.
Ahora es cuando sobresale en toda
su extensión la sutileza de la segun­
da j ugada. Aunque parece equiva­
lente, 2 . e4A ? no salvaría la partida.

17
l. e 5 R, P 7 D; 2. e 4 A, P 8 D = D;
3 . e 6 e + , R 1 e ; 4. A 6 D + . D >� A;
ahogado.
La tentativa l. e 4 e ? fa ll a de
Juegan las blancas y hacen tabl as.
curiosa manera : l. . ., P 7
. . . D;
FINALES ARTÍSTICOS 31
2. C 5 D, C 4 C ! ; 3. C 3 R, C 2 A + ; Con el mismo material publica­
4. R 6 C , C 4 D + ! ; 5. C X C , P 8 D = D ; ron los hermanos Platov un estudio
y las negras ganan . en « Deutsche Schachzeitung » , 1906.

Juegan las blancas y hacen tablas. Juegan l a s blancas y h a c e n tablas.

Troizky en « Sachmatny Zurna Z » , Blancas : R 3 T D, C 1 C D, A 5 C R,


1923, eligió l a siguiente forma : P 2 C D; negras : R 5 D, A 2 A R,
Blancas : R 5 C R, C 5 D, A 4 T D, P 7 C R ; las blancas juegan y hacen
P 5 T R ; negras : R 1 T R, C 8 R, tablas. l . C 2 D, A 4 D ; 2. A 8 D,
P 7 R, P 2 R ; las blancas hacen ta­ R 4 A ; 3. - C 3 C + , A X C ; 4. A 5 C,
blas. l. C 4 A, C 6 A + ; 2. R 6 T R, P 8 C = D ; 5. A 3 R + , D X A; aho­
P 8 R = D ; 3. C 6 C +, R 1 C ; gado.
4. A 3 C + , P 3 R ; 5. A X P, D X A ; l. . . . . . , A 4 T ; 2. A 8 D, R 4 A ;
ahogado. 3. A 4 T, P 8 C = D ; 4. A 2 A + ,
En una composición más viej a D X A ; 5. C 4 R + , etc . ; tablas.
clavó Rinck ·un alfil blanco : « Deut­
sche Schachzeitung» , 1 902 : Blancas : 19
R 7 D, A 7 A D, A 3 D, P 3 C D ; ne­
V . y M . Platov. Moscú-Riga, 2 1;t premio
gras : R 1 T D , D 7 T D, C 1 D, P 2 T D , « Kigaer Tageblath , 1 900
P 4 C D ; las blancas . hacen tablas.
i . A 4 R + , C 2 C ; 2. R 8 A, D 3 T ;
3. A 5 D, P 4 C ; 4. A 6 A, D X A ; aho­
gado.
18
l . C 3 C, A X C ( e l sacr i ficio efec­
tuado por las blancas es, a primera
vista, inútil, pues pare c e r í a que nada
se consigue · con el mismo. Sin em­
bargo, han ganado un importante
tiempo, que basta para la salvación
del j uego) ; 2 . P 7 R, A 3 D + ; 3. R 4 T ! ,
A X P ; 4 . A 4 A, P 8 T = D ; 5 . A 5 D + ,
D X A ; ahogado. Juegan las blanras y h a c e n tablas.
32 1· RANTISEK DEDRLE

l. A 4 A ( a menaza 2 . P 7 R ) , e )< A ; 21
2 . P 7 R , T 2 A ; 3 . A 6 A + ! (vuelco K . A . 1.. K u bbel,
sorprendente) , R mueve ; 4. A 7 D ! , Lening rado, « Tids k r i f t fOr Schack • . lBlS

T X A ; 5 . R >< P, T X P ; ahogado.
La preparación con el sacrificio
del alfil en 4 A es vulgar, pero el
aparentemen te inútil traslado del
alfi l desde 7 e D a 7 D es una idea
origi nal.

20
A. Trolzky, CernoserJe,
«Rlgaer Tageblath, 1 1105

Juegan las blancas y hacen tablas.

l. . P 7 A, T 1 A R ; 2. P 6 R, P 3 e !
(obligado ; se am�nazaba 3. P 7 R) ;
3. R 7 e (las blancas amenazan ga­
nar por medio del avance de su rey
a 7 R) , R 4 A ; 4. P 7 R ! (a h or a
4 . R 7 A ? ya perdería pd't R 4 D ;
5. R 7 D, R 4 R; 6. R 7 R, T 1 T D ! ;
y las negras conquistan, a cambio
de su torre, ambos peones y ganan) ,
Jueg .1n las b l ancas y hacen tablas. T X P ; 5. R 6 T ! , T X P ; ahogado.
Los autores de los números 19 y 20
l . A 2 e, T X P A; 2. P 7 D, T 2 A ; acentuaron en sus trabaj os la belle­
3 . R 6 T ! , T X P ; 4. A 3 T + , P 5 e ; za del cuadro de a h o g a d o , pero
5. A X P + , R X A ; ahogado. Kub bel distingue en un estudio muy
H. Rinck, en sus «150 Endspielstu­ parecido una bonita ·estrategia. El
dien » , 1 9 1 3 , obtuvo este cuadro de hecho de que bastara el empleo de
ahogado con el j uego de la torre : un mínimo de teoría realza el mérito
Blancas : R 7 e D, T 8 R, P 6 A R ; de la sobresaliente técnica de sus
negras : R 4 T D, T 8 D, P 2 T D , autores.
P 3 e R, P 2 e R ; las blancas hacen
tablas. l. T 5 R + , R 5 e ; 2 . P X P,
22
T 2 D + ; 3. R 6 T, T X P ; 4. T 7 R,
T X T ; ahogado, ó 4 . . . . . , T 1 e;
. l . P 7 R, R X P (amenazaba 2. R 6 R
5 . T 7 e R ! , T X T ; ahogado. y 3 . A 7 A , mate) ; 2 . R 5 R , P 7 T ;
Havel triplicó , por intermedio de 3 . A 5 D, P 8 T = D ; 4 . A X D, e x A ;
eco, similar cuadro de ahogado. Esta y ahora se produce un sutil juego.
fu e la primera tentativa y es de la­ Para hacer tablas las blancas tienen
mentar que no sea posible incluir que capturar el peón o el caballo .
tan mag-nífico trabaj o por ser toda­ 5. R 5 A ! (ataca al peón ; 5. R 4 A ?,
vía inédito. pierde por e 7 A) , R 2 A; 6. R 4 C ! !
FINALES ARTÍSTICOS 33
K. A. L . Kubbel.
Leningrado, « Tidskrift fOr S c h a c k » , HH ;
P 6 T R ; n e g r a s : R 6 A D, e s e D,
A 1 T R ; las blancas hacen tablas.
l . P 5 R, R 5 D ; 2. P 6 R, e 6 A ;
3. R 5 A, e 4 D ; 4. R 6 e, R 4 R;
5. P 7 R, e X P + ; 6. R 7 T, A 3 A;
ahogado.
El autor trabaj a aquí con econo­
mía y culmina la interesante lucha
con un cuadro de a h o g a d o , que
surge inesperadamente como un fe­
nómeno. Sin embargo, su intento no
tuvo é x ito, pues las negras sorpren­
den en la última jugada a las blan­
cas con 6. . . . . . , R 3 R ! ! ; 7. R X A,
R 2 A ; 8. R 7 T, e 4 D ; 9. R 1 T, e 5 A;
10. R 7 T, C 3 R ; 11. R 8 T, e 1 A¡
Juegan las blancas y h a cen tablas.
12. P 7 T, e 3 C ; mate .
(muy hábil ataque a do s partes ;
amenaza R 3 A y el caballo e s tá per­ 24
dido) , e 7 A + ; 7. R 5 T, R 2 e ; aho­
H. Rinck, Barcelona,
gado .
nlención de honor. cRlgaer Ta�reblatb, 190&

23
V. y M. Platov,
M oscú - R iga , Colección 191�

Juegan las blancas y hacen tablas.

l. e 3 R + , R 7 R ; 2. A X P, R x e ;
Juegan l a s blancas y hacen tablas. 3. R 8 T ! , A 4 D ; 4. P 8 e = D ! , A X D ¡
5. A 1 e ! ! , tablas.
l. P 4 D , A X P ; 2. P 8 T = D, A X D ; E1 j uego preparatorio es un poco
3 : R 7 T, A 3 A ; 4. P 7 R, e X P ; aho­ pesado, pero las blancas se desha­
gado. cen del peón 7 A negro de un modo
4 . . . . . . , A X P; l'> . R 8 e , A 3 A ; original. Si las negras, al tomar el
6. P 7 T, e 2 R + ; 7. H 7 A, tablas. alfil en 1 e, eligen dama o torre,
Troizky intentó en su colección resulta ahogado, y si coronan un
de 1 924 una e x p r e s i ó n más eco­ alfil o ca ballo, no ganan más des­
nómica : B l a n c a s : R 4 A R , P 4 R, pués de R X A.
l4 FRANTISEK DEDRLE
11. R i n <· k ,
25 B a rce-l o n a . « 1 ;')U E n d s p i � l s t u d ien :�> , 1908

K. A. 1• . Kubbel,
Leningrado, «Rigaer Tageblat t » , 1011

Juegan las blancas y ha cen tablas.

Juegan las blancas y hacen tablas. Los hermanos V. y M. Platov pu­


l. T 4 T D ! , R 2 R ; 2. T 7 T + , R 3 D; blicaron en su colección del año
3. T 8 T ! , y la dama está capturada, 1914 el siguiente inédito : Blancas :
pues si D X T ahogado. La j ugada R 4 D, T 4 R, T 1 A R, P 2 C D, P 4 C R ;
inicial es muy bonita. negras : R 5 T D, D 3 T R, A 7 T D,
Con un sorprenden'te ahogado ter­ P 4 . C R ; las blancas hacen tablas.
minó el final de torres en la partida L R 5 A + , R4 T ; 2. T 4 T + , R X T ;
Znosko-Borovsky contra Salwe, Os­ 3. A 3 A, A 6 C ; 4. T 6 A, D X T ;
tende, el 25 de mayo de 1907 : Blan­ ahogado.
cas : R 1 R, T 7 T R, P 6 T R ; negras : l . . . . . . , R 6 C ? ; 2. T 2 A, A 8 C ;
R 5 A R, T 7 C R, P 6 A R, P 4 A R ; 3. T 4 C + , R 7 T ; 4. T 4 T + , R 6 C ;
l. T 8 T, T 7 T D ? (T 7 C ! gana) ; 5. T 3 T, mate.
2. P 7 T, P 7 A + ; 3. R 1 A, R 6 A ;
4. T B T ! ! , T X T ; 5 . P 8 T = D (de­ 27
fiende la casilla 1 T D) , T X D, aho­ K . A. L. Kubbel,
gado. Sin embargo, las blancas han Len i ngrado, «Rigaer Tageblatt•, 1915
Dedicado a K. Behtlng
podido forzar las tablas, como com­
probó Znosko-Borovsky : l. T 7 C R,
T 7 T R ; 2. P 7 T, P 7 A + ; 3. R 1 A,
R 6 A ; 4. P 8 T = D , T X D ; 5. T 7 T R ! ,
tablas (véase el estudio de Salvio,
NQ IX en el artículo ini c ial) .

26
l . T 2 D !, D 1 T; 2 . R 2 A + , D X T ;
3 . T 1 D + , D X T ; ahogado.
Las dos torres solas de part e de
las blancas resultan siempre en las
composiciones artificiales como un
material pesado. Rinck las utilizó
con admirable habilidad . Juegan las blancas y h a c e n tablas.
FINALE S ARTÍSTICOS 35
l. P 7 R, R 4 A ; 2 . P 8 T = D, T X D ; 29
3 . e 8 D, A X C ; 4 . P 8 R = D, O. Duras, Praga,
A 4 T +; 5 . R 3 · D !, T X D; ahogado. 49 premio, u C asopls Ces. Sach . • , 1923

4 . . . . . . , A 4 e + ; 5. R 1 D, T X D ;
ahogado.
Ambos cuadros de a ho g a d o se
amalgaman con virtuosidad en for­
ma expresiva.

28
K. A. L. Kubbel,
Leningrado, Menc i ó n de honor, o: Ceske Slovo • , 1924

Juegan las blancas y hacen tablas.

l. P X P + . A 5 R; 2. T X A +,
R X P ; 3. T 4 e D, P X T ; 4. R 2 A,
R 5 R ; 5. R X P, R 5 D ; 6. R 3 e,
R 4 A ; 7 . R 4 T, R 5 A ; 8. P 6 e, P X P ;
ahogado.
l. . . . . . , R 4 e ; 2 . T X P, A 6 D ;
3. T 1 A, R X P ; 4. R 2 D, R 5 R;
Juegan las blancas y hacen tablas. 5. T 1 e D !, A X T ; 6. R 3 A, tablas.
l. . . . . , R X P ; 2. T X P +, R 5 R;
l. A 1 D, T 6 R ; 2. A 3 A, A 7 T ; 3. T 2 A ! , tablas.
3 . A X P, A X P ; 4. P 8 R D, = D oy preferencia a un s imple y
T X D + ; 5. R X P, T 1 e R ; 6. A 5 D + , agradable trabaj o ; pero h ay que ad­
R X A ; ahogado . mirar la unión de las tres variantes,
Si las negras juegan 5 . . . . . , T 7 R ; cada una con j ugada clave. El con­
6 . A 1 A, tablas. tenido es muy rico y las dos pri­
El solucionista se da cuenta de la meras variantes ya se usaron para
situación y siente . que la variante estudios independientes :
principi:ll va a terminar al parecer Selesniev, «35 Endspielstudien"�>,
con ahogado ; sin embargo, tomando 1 9 1 9 : Blancas : R 5 e D, P 7 D, P 5 A R ;
en cuenta tan libre j uego de las ne­ negras : R 2 R, P 4 e R , P 2 e R ; las
gras, el ahogado de Kubbel es muy blancas hacen tablas. l. R 6 A, R 1 D ;
eficaz. 2 . R 5 D, R X P ; 3. R 4 R, R 3 D ;
Rinck, -ert «De'utsche Schachzei­ 4. R 3 A, R 4 R ; 5. R 4 e, R 3 A;
tung» , 1 903, tiene la siguiente po­ 6. R 5 T, R X P ; ahogado.
sición : Blancas : R 7 A D , T 2 A D , Seyboth, « D e u t s c h e Schachzei­
A 4 T D, P 6 T D ; ' negra s : R 1 T D, tung » , 1 908 : blancas : R 1 R, A 3 T D,
D 8 D, A 6 A R, P 2 T D, P 2 e D ; las A 5 e D, P 4 A D, P 5 D, P 2 A R;
blancas hacen tablas. l. A 6 A, A X A ; n e �ras : R 2 A D, A 8 e R, P 2 R,
2. T 2 D, D X T ; 3. P X P + , A X P ; P 7 e R, P 5 e R ; las blancas hacen
ahogado. tablas. l . P 6 D + , P X P ; 2. A X P + ,
36 FRANTISEK DEDRLE
R X A; 3. P 5 A + . R X P; 4; A 1 A ! , n . Mattison. Riga ,
�9
·- prf'mio, « :-: eh weizerische Schachzeitung•, 192-:1
P X A = D + ; 5. R X D , A 7 T ;
6. P 3 A ! , tablas.

30
F . J. Prokop, Praga,
«Casopis Ceskoslovenskych Sachistu}> , I !J:!-1
Dedicado a M. Havel

Juegan las blancas y hacen tablas.

R 2 T ; 7. D 2 A ! , P 8 C = D ; 8. R 3 R + ,
D X D ; ahogado.
7 . . . . . . , P 8 C = A ! ; 8. C 3 D ! ,
A X C ; ahogado.
Juegan las bl:o ncas y hacen tablas.
4 . . . . . , R X P ? ; 5. T 8 T R + , . . . . ;
6. T 1 T, etcétera.
l. D X P 2 C, P 7 R + ; 2. R 8 C , 4, . . . . . , A X C ; 5. P 8 A = D,
P 8 R = D ; 3. D 3 A + , D X D ; aho­ P 8 C = D +; 6. R X A, etcétera.
gado . 4. T l A ? , C X P ; 5. C 4 A + , A X C ;
2 . . . . . , A 7 T + ; 3. R 8 A, P B R = D ; 6. R X A , C 4 D + ; 7. R mueve, C 6 A ;
4. D 2 D + . D X D ; ahogado. . y las negras ganan.
3 . . . . . , A 4 A + ; 4. R 8 D, P 8 R = D ;. 3 . . . . . . , R X T ?; 4. P 8 A = D + ,
5. D X P + . R X D ; ahogado. R 2 A ; 5. D 2 A , P 8 C = D ; 6. D X D ,
l. D l R + ? falla a P 5 C ; 2. D X A, C 6 A + ; 7 . R 3 D, C X D ; 8. P 7 T ,
P 8 C = D ; 3. D X P, D 6 D ! ; y las y las blancas ganan .
negras ganan. Si las negras intenta­ l . . . . . . , R 2 D ; 2. T 8 C D, R X P ;
ran anular el ahogado por interme­ 3 . T X P , etcétera.
dio del sacrificio del alfil en 2 T D , Ahogado voluntario con todas sus
2 C D ó 2 A D, recibirían después de ventajas y faltas de « gran concep­
R X A mate con la dama en 3 T D. ción » . El grandioso y original final
. Es el primer estudio con el cua­ carece, sin embargo, de una lógica
dro de ahogado repetido fielmente conexión con el difuso y aburrido
tres veces. Con eso nos explicamos juego inicia l, que tiene que disgus­
su dedicación a Havel, que es un tar al solucionista, aunque tenga la
apóstol del eco en los problemas. paciencia de una araña.

31 32
l . T 8 T + , R 2 A ; 2. T 8 C D, C 4 C ; l. T 6 T + , R 8 C (7 C ) ; 2. T 6 C D + ,
3. T 8 A R + , R 3 C ; 4. C 4 A + , R 2 T ; R 8 A (7 A) ; 3. T 6 A D + ·
5. T 8 T R + . R X T ; 6. P 8 A = D + . H e aquí planteada una interesan-
FINALES ARTÍSTICOS 37
H. Rinck, Barcelona ,
c D eu t sch e Sc h ach zeit u n g » , 1 905 escape por la columna A R cuesta el
peón 7 D (T 3 D, A 6 A + ? , T X A + ! )
y la retirada a la casilla 3 T R o 3 e R
forma la clave del estudio.
V. y M. Platov, Moscú-Riga,
Dedicado a R. Rinck, « D eutsche S-chachzeitung», 190'7

te situación : las negras se encuen­


tran en la zona del j aque perpetuo
(el rectángulo 1 T D - 1 A D - 2 A D -
2 T D) y no pueden abandonarlo. Si Juegan las blancas y hacen tablas.
entran en cualquier casilla de la ter­
cera línea, abandonan la línea pri­ l . T 3 T R + , R 2 e ; 2. T 3 e R + ,
mera y la ocupa la torre blanca y R 3 T ; 3. T 3 D ! , A 6 A + ; 4 . R 7 T ! ,
conquista al peón 7 T R. Queda sólo P 8 D = D ; 5. T X P 3 D + , D X T ;
la fuga por las casillas 7 D u 8 D ; ahogado. Si las negras eligen en lu­
entonces 3 . . . . . . , R 8 D ( 7 D ) ; a lo gar de la dama una torre, toman las
cual sigue 4. T 6 D +, R 8 R (7 R) ; blancas al alfil y también hacen ta­
5. T 1 D ! , R X T ; 6 . e 4 e ! , y el peón blas, pues el · rey negro está lej os y
7 T R está perdido ; si las negras lo apartado por la torre blanca.
coronan caballo no ganan.
Una zona de j aque perpetuo más 34
acentuada todavía tiene el estudio
de Troizky, « Deutsche Schachzei­ l. T 4 T +, R X P; 2. T X P, P 7 e;
tun g » , 1910 : Blancas : R4TR, T6AD, 3. T 3 T + , R 5 A ! ; 4. T 4 T + . R 4 A ;
e 5 A R ; negras: R 6 e D, A 3 D, 5. T 5 T + , e l rey negro está obliga­
P 4 A D, P 7 e R, P 4 T R ; las blan­ do a moverse en la línea del j aque
cas hacen tablas. l. T 6 e +, R 7 T ; perpetuo, pues a la casilla 7 A D no
2 . T 6 T + , 'R 7 e (8 e) ; 3. T 6 e + . debe entrar por T 2 T; entonces que­
R 8 A ! (única posibilidad d e escape) ; da únicamente la salida por la . casi-
4. C 3 e ! , A X e + ; 5. R 3 T ! , lla 3 A D ; sin embargo , con 5 . . . . . . ,
P 8 e = D ; 6. T 1 e + . R X T ; aho­ R3 A c ó m pletan las negras la red
gado (véase NI? 1 6) . del ahogado y facilitan 6. T 1 T ! ,
tablas.
33
Por la recién ap a rec i da colección
de los estudios de K. A. L. Kubbel,
El cuadro 1 e R - 2 e R - 2 T R - " 1 50 Endspielstudien» , Leningrado,
1 T R constituye una discreta zona 1 925, me entero de que con una idea
del j aque perpetuo. La tentativa de similar a la del presente estudio com-
38 f'HA NTISEK DEDRLE

puso Kubbel hace 9 años y p u bl icó 7. T X A +, R 7 T ; 8 . T 2 e +, R 6 T ;


en el diario checo « Bohemia ., el 1 9 9. T 3 e +, R 5 T; 10. T 4 e +, R 6 T;
d e julio d e · 1 908 l a siguiente posi- 1 1 . T 3 e + , R X T ; ahogado.
Un cuadro similar de ahogado, sin
Fr. Dedrle, Brno,
cCasopis Ces. Sachlstu •, 1U J 6
la zona d el j aque perpetuo, lo cons­
truyó en una posición simple H. Wee­
nink, « Tidskrift f. Schack» , 1914:
Blancas: R 1 A R, A 4 A R; negras:
R 8 T R, P 5 D, P 6 R, P 7 A R . Las
blancas hacen tablas. l . A 3 e, P 6 D ;
2 . A X P, P 7 D ; 3 . A 1 R ! , P 8 D = D ;
ahogado. Si las negras coronan la
torre hacen las blancas tablas con
R 2 R.

36 .
A. Troizky, Cernoserje,
•Deutsche Schachzeltung• , 1912

ción : Blancas : R 8 T R, T 8 A D ; ne­


gras : R 5 R, A 2 T R, P 6 e R, P 5 T R ;
las blancas hacen tablas . l . T 4 A + ,
R 6 A ; 2. T X P , etcétera .

35
V. y M. Pb.tov, Moscú-Riga,
cRigaer Tageblath, 1905

Este estudio ilustra bien al j aque


perpetuo en dos variantes : l. C4T+,
R 6 e ! ; 2. P 8 R = D , e 2 e + ;
3. R x e , e x D ; 4. e 5 A + ! , D x e ;
5. T 3 T + , y tablas por j aque per­
petuo. La torre blanca no abandona
la columna T D, en la zona del j a­
que perpetuo ; en las primeras cua­
tro líneas las negras no tienen es­
cape, y si entran a la quinta línea,
Juegan las blancas y hacen tablas. decide T 5 T + ·
L a segunda variante e s d e igual
l. A3A + , R7T ; 2. AlD ! , P8A=D ; valor. 4 . . . . . , R 7 A ; 5. T 4 A R+ ,
.

3. T 4 T + , R 6 e ; 4. T 4 e R + , R 6 T ; R 8 e ; 6. T 4 e R + , R 8 T (7 A) ;
5. T4TR+, R 7 e ; 6. T 4 e R +, R8T; 7. T 4 T R + . R 8 e ; y otra vez de la
FINALES ARTÍSTICOS 39
zona A R - e R - T R del j aque per­ j aque, pero pierde después de A 2 e !
petuo no hay retirada, y si intentan la dama, antes completamente libre.
hacerlo por la casilla 8 R, pierden En esto . se ve una preciosa termi-
la dama después de T 1 A + ·
V. y M. Platov, Moscú-Riga,
« Rigaer T ag eblat h , 1905

37
A . Troizky, Cernoserje,
« Sacbmatny Listok• , 1923

Juegan las blancas y hacen tablas.

nación de la zona del jaque per­


Juegan las blancas y hacen tablas. petuo.
El Dr. J. Sehwers tiene en su co­
l. e 2 A + , R 6 e ; 2. P 7 A, P 7 T ; lección «Endspielstudien» , 1922, el
3. e 4 R + (una extraña zona del siguiente estudio : Blancas : R 6 T D ,
j aque perpetuo y no hay salida) , A5TD , A6eR, e5AR ; n egras : R7R,
R 6 A ; 4. e 2 D + , R 6 R ; 5. e 4 A + , A 7 A R, P 7 e R. Las blancas hacen
R5R ; 6. e2D+, R4R ; 7. e3A (4A) + ; tablas. l. e 3 e + , A X e ; 2. A 5 T + .
y contra el j aque perpetuo no hay R 8 A ; 3 . A 4 e R, P B e = D ; 4 . A 3 T + ,
salvación. El rey negro tiene que R 7 R ; 5. A 4 e R + , etc. ; tablas.
volver a 5 R, pues de otro modo co­ La más viej a es la obra de Rinck,
ronan las blancas la dama con j aque « Deutsche S c h a c h z e i t u n g» , 1 902 :
y ganan. Blancas : R 1 D, A 4 A D, A 7 A D,
C 5 D, P 6 e D ; negras: R 4 A R,
38 D 5 R, A 4 e R, P 3 A R, P 5 T R ; las
l. P 4 A, A X P; 2. A 1 R +, R 5 C ; blancas hacen tablas. l. e 7 R +.
3 . A X A + , R X P ; 4. A 2 D + , R 4 R ; D X e ; 2. A 3 D + , etcétera.
5. A 3 A + , etc . ; y tablas por j aque
perpetuo.
39
Es interesante observar cómo el
rey negro, en el aparentemente li­ Una zona similar de j aque perpe­
bre espacio, está ligado por mínimos tuo existe también en este estudio.
recu rs os al muy estrecho camino del l. R 7 R, A 4 C R + ; 2. R 6 D, A 5 A R + ;
j aque perpetuo. La casilla 1 e D pa­ 3 . R 5 A, A 6 R + ; 4. R 4 e , A 7 D + ;
rece proporcionar a las negras la 5 . R X P, A B A + ! ; 6 . R 4 C ! , A 7 D + ;
esperanza de una victo ri a , mas si 7 . R 5 A, A 6 R + ; 8. R 6 D, A 5 A R + ;
el rey entra en ella, se salva del 9 . R 7 R, A 4 e R + ; 10. R 8 A, A 3 T R ;
40 FRANTISEK DEDRLE
W. A. Schinkman y O. Wü r z burg ,
•Chess Week ly>, 1 909
Moravec consiguió reemplazar el
j aque perpetuo con la amenaza de
mate.
41
J. Kling,Manchester,
� 111. London News•, 1863

Juegan las blancas y ga � an.

parece que con el interesante paseo


del rey no se cambió mucho ; sin
embargo, las . blancas ganan fácil­
mente : 1 1 . D 8 T, etcétera. Juegan las blancas y ganan.

40 l. P 8 C = A ! , T 2 C R + ; 2 . R 2 A,
T 7 C + ; 3. R 3 R, T 7 R + ; 4. R 4 D,
J. Moravec, Praga, .
•28 Rljen•, 1924 T 5 R + ; 5. R 5 D, T 5 D + ; 6. R 6 A,
T 3 D + ; 7. R 5 C , T 4 D + ; 8. R 6 T,
T 4 T D + ; 9. R 7 C , T 2 T + ; 10. R 6 A,
T2AD + ; 1 1 . R5D, T4A+ ; 12. R6R !
(sólo ahora se evidencia la idea de
la primera j ugada ; si las blancas
hubieran coronado dama en la pri­
mera j ugada, las negras forzarían ta­
blas con 12 . . . . . , T 3 A+ ; 13. D 6 D ! ,
T X T ! ; 14. D X T , ahogado, o des­
pués de 13. R mueve, harían tablas
con el j aque perpetuo) , T 4 T R ;
1 3 . R 7 D ! . T 4 C R (T 4 D + pierde
por 14. A 6 D) ; 14. P 7 T, T 2 C + ;
1 5. R 6 A, T 3 C + ; 16. R 5 C . T 4 C + ;
Juegan las blancas y hacen tablas.
17. R 6 T, T 4 T D + ; 1 8 . R 7 C, T 2 T + ;
19. R6A, T2AD + ; 20. R5D, T 4 A + ;
l. T 1 T D +. R 1 C ; 2. T 1 C D + , . 2 1 . R 6 R, T 4 T R ; 22 . P 8 T = D + ,

R 1 A ; 3. T 1 T D, R 1 D ; 4 . R 6 D , T X D ; 23. A 5 R, mate.
R 1 R ; 5. R 6 R. R 1 A ; 6. R 6 A , R 1 C ; E'n las posiciones de ahogado una
7. T 8 T + . R 2 T ; 8 . T 7 T + , R 3 T ; torre libre es un arma de mucha
9. T 8 T, R 4 T ; 10. R 5 A, R 5 T ; agresividad .
11. R 4 A. R 4 T (si R 6 T ; 12. T 8 T, Kling, ideando una ingeniosa co­
mate} ; etcétera, ta blas. ronación, consiguió dar a las blan-
FINALE S ARTÍSTICOS 41
cas una salida del campo de j a ques de A 6 D + ) ; 7. A 5 A ! (ahora con
perpetuos. 7. A 6 D + ?, y no se gana) , T 1 R ;
Una situación similar s e produj o 8. R X P, T 1 D (se amenazaba
en la partida Schallop-B lackburne, 9. A 8 A ) ; 9. A 7 R, T l A D ; 10. A B A,
Congreso de la Federación Alemana T 2 A (obligado) ; 1 1 . A 6 D !, y
de Aj edrez, Francfort, 1887. Blan- ganan.
cas : R 2 A R, T 6 T D , T 2 C R,
P 2 T D, P 4 C D, P 3 A D, P 6 T R ; 43
negras : R 1 T R, T 8 R, T 4 A R, Fr. Dedrle, Brno,
P 2 T R . Las blancas opinaron, erró­ cCasopis Ces. Sachlstu•, 1917

neamente, que no podían evitar el


j aque perpetuo y aceptaron tablas.
Sin embargo, R. Richter, de Berlín,
descubrió posteriormente un cami­
no para ganar en forma ingeniosa .
l . R X T, T 8 A + ; 2. R 2 R, T 8 R + ;
3. R 3 A, T 6 R + ; 4. P 4 C, T 5 R + ;
5. R 5 T, T 5 T + ; 6. R 5 C ! , T 4 T + ;
7. R 4 C ! , T 5 T + ; 8. R 3 A ! , T 5 A R + ;
9. R 2 R, T 5 R + ; 1 0 . R 2 D , T 5 D + ;
1 1 . R 2 A ! , y las blancas ganan.

42
JUC. J. Vancura, Prara, Juegan las blancas y ganan.
•Casopls Ces. Sachlstu •, 1916

l . T 7 T R + , R 4 C ; 2. P 7 C, T l T +
'
(las blancas están en la zona del
j a que perpetuo y la única salida del
mi smo es la casilla 5 D) ; 3. R 7 A,
T 2 T + ; 4. R 6 R, T 3 T + ; 5. R 5 D ! ,
T 3 C R (la torre no debe dar más
j aques, porque el rey blanco no está
más en la zona del j aque perpetuo) ;
6. R 5 R ! , y las negras no tienen otra
j ugada que R 5 C ; 7. T 1 T, y la torre
negra no tiene ya salvación, pues a
T X P ; 8. T 1 C R + , etcétera.
7. . . . . . , R 6 A ; 8. T l A R + , R
mueve ; 9. T 7 A, y las blancas ganan.
Juegan las blancas y ganan. La tentativa l. R 7 T ? falla por
R 4 T ! ; 2. T 8 C, T 3 C D ; 3. T 7 C,
l . P 8 R = D, T X D ; 2. A B A, tablas ; las blancas no pueden avan­
T 7 R + (el rey blanco está en la zar con el peón por T 3 T R mate y
zona del j aque perpetuo ; la salida si la torre abandona la columna C R,
del mismo es ori g inal) ; 3. R 3 T, pierden el peón.
T 6 R + ; 4. R 4 T, T 5 R + ; 5. R 4 T, l . R 7 A ? , falla por R 4 C !
T 4 R + ; 6. R 6 T, T 8 R (si j uegan Al hoj ear casualmente en « Theorie
las negras primeramente T 8 R deci- und Praxis der Endspiele», del año
42 FRANTISEK DEDRLE
1 922, de Berger, encontré la siguien­ 45
te posición : « Ch e s s Players Chroni­ J. MOller, Copenh ague,
cle » , 1 878 : Blancas : R 6 D, T 7 T R, •Rigaer Tageblatb, 1 907
P 7 e R; n e g r as : R 4 e R , T 2 T D ; las
negras pierden. l. . . . . . , T 3 T + ;
2. R 5 D ! , etcétera.

44
B. Amelung, Biga.
Dedicado al D r. C. Schmldt. «St. Petersburger
Zeitung•, 1904

Juegan las blancas y hacen tablas.

l. P 4 e, P X P; 2. P 5 A, P X P ;
3. R 5 A ! (no 3. P 7 A ? por A 3 T ! ) ,
A 3 T ; 4. R 6 e, A 1 A ; 5. R 7 A, A 3 R ;
6 . R 6 D , etc., tablas por repetición
de j ugadas.
H. R inc k intentó otra forma de
este «molinillo» , « B ritis h Chess Ma­
Juegan las blancas y hacen tablas. gazine » , 1 9 1 8 : Blancas: R 5 A D,
A 1 e D, e 3 e R, P 2 A D, P 2 e R,
l. e 8 D +, R 2 R; 2. T X P +, P 6 C R ; negras : R 1 e R, A 3 T D,
R X e ! ; y ahora surge una intere­ e 4 D, P 6 A R, P 2 e R, P 6 T R ; las
sante situación, crítica para ambas blancas hacen tablas. l . P X P A,
partes ; ni las blancas ni las negras C 6 A ; 2: A 2 T + , C X A; 3. R 6 C,
tienen una j ugada indiferente. To­ A 1 A ; 4 . R 7 A, A 3 R ; 5. R 6 D, etc.
cándoles j ugar a las negras, perde­ La más económica expresión de esta
rían la dama con cualquier jugada repetición de j ugadas se produj o en
(si el caballo mueve seguiría T8 e + , la partida Friedl-Haida, j ugada en
y si el alfil o la dama, T 7 D +, etc. ) . el grupo final del torneo por el
Tampoco las blancas tienen j ugadas campeonato de B rn o , 1 920 : Blancas :
'
adecuadas ; a T 7 T pierden por e 2 A, R 4 C D, A 5 A R, P 4 A D, P 5 D ; ne­
y a A 6 R decide D 3 T ! , a A 5 A, gras : .R 6 C R, P 6 A R, P 3 D ; empe­
D 4 T ! ; y a la mej or, A 3 T, sigue zando las negras consi guie ron ta­
D 3 T ! ; 4. T 7 D + , R 1 A ; 5. T 6 D + ! , blas. l. . . . . . , R 5 A ; 2. A 3 T, R 6 C ;
D X A ! ! ; y las negras ganan. Queda 3. A 1 A, R 7 A ; etcétera, tablas .

entonces a las blancas la única j u­


gada con el rey, y ésa es precisamen­
46
te la que lleva la partida a la situa­
·
ción de tablas : 3. R 1 e ! , A 5 D + ; La metódica y uniforme repeti­
4 . R 2 e , A 2 e ; tablas por repetición ción de j ugadas, cuando se enfren­
de jugadas. / tan dos figuras iguales (el alfil con
FINALE S ARTÍSTICOS 43
alfil , la torre con torre, la dama con 47
dama) , puede llamarse con p r opie - V. y M . Platov, Moscú -Rig a ,
dad oposición de valores. Doy a co­ « E n d s p ielstud i e n » , 1914

nocer a continuación algun o s ej em­


plos calificados.

J. Bercer, 1 896

Juecan las blancas y hacen tablas.

La victoria de las negras depende


únicamente del peón de 5 e D. El
intento de las blancas de capturarlo
Juecan las blancas y hacen tablas.
mediante un ataque directo l . T 4 T ? ,
l. A 4 R + , R mueve ; 2. P 7 A, fracasa por e 6 D ; 2. P 7 T , T 3 T D ;
A 3 T ; 3. P 8 A= D ! , A X D ; 4. A 7 e, 3. T 4 D + , R 3 A ; 4. T x e, T X P 7 T ;
A 2 D ; 5. A 6 A ! , A 3 R ; 6. A 5 D ! , y . las negras, ganan. E l rey blanco
etcétera . El alfil blanco no se puede está lej os y el P 2 T caerá. Las blan­
tomar por ahogo y en caso del cam­ cas tienen que elegir un ataque más
bio de los alfíles los dos caballos so­ sutil : l. P 3 T ! , P X P ( el peón no
los no pueden dar mate. debe avanzar a 6 e, puesto que las
Según la «Revista Báltica de Aje­ blancas fácilmente lo ganarían con
drez» ( « Baltische Schachbliitter» ) , 2. T 3 T, P 7 e ; 3. T 3 e D, e 6 D ;
· 4 . P 7 T, T 3 T D ; 5. T X e + . etc.) ;
una partida j ugada e n e l año 1 902
fue rematada por las negras con 2. P 7 T, T 3 T D ; 3. T 6 T ! (una sor­
una combinación similar : Blancas : presa. Las negras no pueden tomar
Stahl-Schroder : R 3 A R, A 1 A D, ni peón ni torre ) , T 5 T ; 4. T 5 T,
P 3 T D , P 4 e R, P 3 T R ; negras : · T 4 T; 5. T 4 T ! , etc. ; tablas. De la
Kupffer: R 6 e D, A 2 e R, P 7 A D. zona de oposición perpetua no hay
·1. . . . . . , A 7 e; 2. A 2 D, A 6 A; escape posible. Muy rara vez ocurre
3. A 3 R, . A5 D; etcétera. que un j uego inicial esté estrecha­
E . Plonning publicó en la «Deut­ mente relaCionado con el plan prin ­
sche Schachzeitung » , 1 908, el si­ cipal como aquí.
guiente estudio : Blancas : R 1 A D,
A8TR, e5eD ; negras : R6D, A1eD, 48
P 7 A D ; las blancas hacen tablas.
l . e 7 A, A x e (si A 2 T entonces las l . P 8 T = D , P 8 T = D ! ; 2. D 8 e !
blancas se defienden con 2. e 5 D) ; (2. D 8 R ? ; D 7 e ! ; tablas) , D 7 T ! ;
2 . A 5 R, A l D ; 3. A 6 A , A 3 e ; 3. D 8 R ! (3 . D 8 A ? , D 6 T!: 4. D
4. A 4 D, A 4 T ; 5. A 3 A, etc. ; tablas. mueve , D 3 D + , tablas) , D 5 T ;
44 FR A N TISEK DEDRLE

4. D 5 R +, R 1 T � 5. D 8 T ! , y l a.s l . P 7 A , R 2 e ; 2. P 8 A = D + ,
blancas ganan. Esto es una magní­ R /� D ; 3. T I A + , R I R (2 R) ! ;
fica oposic ió n de damas. El autor, 4. T ( 1 ) 1 R ! , y una de las torres
negras está perdida . Esa extraña
D. Joseph, Manchester,
«British Chess Magazine » , 1 922 clavada es completamente original.
Según las retiradas del rey negro se
repite también en las columnas A R,
e R, T R; por ej emplo : 3. . . . . . ,
T 6 A ; 4. T (2) 2 A R, etc. ; 3 . . . . . . . ,
R 1 e (2 e ) ; 4. T 2 e R + , T 6 C ;
5. T ( 1 ) 1 e R, etc. ; 4 . . . . . . , R 3 T ;
5. T 1 T R + , T 6 T ; 6. T (2) 2 T R, y
las blancas ganan. Esto constituye
una novedosa forma de la oposición
de las torres en el ataque.

50
M . Karstedt, C o t t b u s ,
« D eutsches Wochensch a c h » , 1 904

J u e g a n las b l a n c a s y ganan.

según not' � j a s de a lg u n a s revistas,


un princir · ante, compuso una obra
de rara or i g i P a l i d e> d y de una exac­
titud admi rable. Una idea tan for­
tuita no o\ urre frecuentemente. La
tentativa l. P 8 T = A, P 8 T = D ;
2. A X D , falla, porque las blancas
nunca conquistarán el peón 2 e D.

49
D r . A. Mandler y E. Konlg, Viena,
•Wiener Schachzeitung•, 1924
Juegan las blancas y ranan.

l. A 3 D , A 2 e ; 2. A 5 A, A 3 A ;
3 . A B A, A 4 C ; 4. A 7 C, A 5 A ;
5. A 6 A, A 6 e ; 6. A 5 C ! , A 5 A
(si las negras tomasen el alfil per­
derían a causa del peón libre blan­
co) ; 7. A X A, y las blancas ganan
con su peón dama. El j uego de
« tiempos » de los alfiles es intere­
sante y original . En la lucha por el
espacio sigue el alfil blanco las hue­
llas del a ífil negro, lo cual también
recuerda un poco el j uego d e opo­
sición cuando se poseen valores equi­
Juegan las b la nca s y ganan. valentes.
riNALES ARTÍSTICOS 45
51 l. P 6 e + , R X P (a otras retira­
H . Rinck, Barcelona,
das basta a las blancas 2. e 5 e) ;
« 150 Endspielstudien» , 1908 2. e 8 A + ! , e X e ; 3. R 6 R ! (in­
dispensable ; impide el retorno del
caballo, pero el rey blanco se expone
mucho con eso en la diagonal peli­
grosa 2 T D - 8 e R) , P 7 e ; 4. P 7 e,
P 8 e = D ; 5. P 8 e = D, D 6 e + ;
6. R 7 D ! , tablas. La red de ahogado
es muy fina ; sin embargo, las negras
no pueden destru:rla. E1 j aque con
el caballo en 6 e D imposibilitó la
acción del propio rey.

53
A. s. Seleaalev, TrlberJ,
3f y 4f DlCDCIÓD honorífica, ex IIOqUO,
•Sachmatnoe Ohsreal.. , 1 9 1 1
Juegan las blancas y hacen tablas.

1: P 7 e, 7 8 A ; 2. e 3 D + , P X e ;
3 . P 8 e = D , T 8 T R + ; 4. R 4 e ! ,
T 8 e R + ; 5. R 3 A ! La dama no se
puede temar por ahogado. El tema
de este e!;:tudio se conoce desde la
edad media (por ej . N9 VI del ar­
tículo inicial) ; Rinck sabe expresar
esa idea de manera muy bella.
La te:1 t a tiva l . e 7 D +. falla por
R 4 A ! ; 2. P 7 e, T 8 A; y las blancas
pierden.

52 Juegan las blancas y hacen tablas.


J. de Villeneuve - Eaclapon, París,
49 premio, c Rigaer Tageblatt•, 19D9 l. e 5 D, A 2 e ; 2 . P 7 A ! , A x e + ;
3. R 3 R ! , P 8 D = D ; 4. P 8 A = D,
D 8 R + ; 5. R 4 A, D 8 A R + ; 6. R 5 R! ,
y l a dama n o s e puede tomar por
ahogado.
2 . . . . . . , P 8 D = D ; 3. P 8 A = D,
D 8 R + ; 4. R 5 A, D 8 A R + ; 5. e 4 A,
tablas.
l . . . . . , A 4 A + ; 2. R X A, R X e ;
3. P 7 A, P 8 D = D ; 4. R 6 e, tablas.
l . . . . . . , A 3 R ; 2. e 3 R + , R 6 A;
3. e 1 D + , R 7 A ; 4. e 2 A, tablas.
La forma sutil en que se halla
constituida la variante principal es
parecida al estudio Guarinus (véase
Juegan las blancas y hacen tablas. número VI) .
46 FRANTISEK DEDRLE
Selesniev reemplazó al Fers por solamente algunas de las más im··
el alfil y en lugar de torres colocó portantes.
damas. Primeramente es el B. A m elung
(véase N9 IV) .
54 A. T roizk y , Cernoserje,
« Novoje Vremja• , 1 M!J5
V . y M . Platov. Moscú-Riga,
cTi¡llche Rundschau• , 1913

Jueran las blancas y hacen t&blas.

Jueran las blancas y hacen tablas. M. P lat o v , cNiva», 1906: Blancas :


R 4 T R, T 8 T D, e 6 R ; negras :
l. P 8 e = D, P 8 T = D + ; 2. R 4 e ! , R 6 A D, A 3 D, P 6 T D, P 7 e R,
A 8 D + ; 3. C 2.R ! , A x e + ; 4. R 5 e, P 4 T R; las blancas hacen tablas.
D 7 e + ; 5. A 3 e ! , D X A + ; 6. R 6 T, l. e 4 A, A X e ; 2. T X P "+ , R 7 e ;
D X D ; ahogado. 3. T 3 e R , A X T + ; 4 . R 3 .T, tablas.
Los hermanos Platov pusieron en . K. A. L. Kubbel, cRigaer Tageblatt:.
su estudio mucho romanticismó aj e­ 1908 : Blancas : R4TR, T7AD, C7CR ;
drecístico. La salvación final de l a negras : R 3 T R, A 5 A R, P 7 C R,
dama por ahogado se hace v áler .P 6 e R. Las blancas hacen tablas.
como una terminación necesaria del l. e 5 A +, R 3 e ; 2. T 7 e R +, R X C ;
estudio. El rey blanco desempeña 3 . T X P, A X T + ; 4. R 3 T, tablas.
aqu1 el papel principal, pues con sus
justas retiradas fuerza los sacrificios
56
de las piezas blancas.
l . A 5 R + , R 8 e ! ; 2. T 8 e D + .
55 R 8 A ; 3. A X P + . e X A ; 4 . R 4 T !
(buena idea : amenaza 5. T 8 C) ,
l . T 5 A R + • . R 2 R ; 2. T 5 R + . P 8 e = D ; 5. T 1 e + , R X T ; ahogado.
R 3 A ; 3. T 1 R ! , A X T ; 4. R 3 T, 4. . . . . . , e 3 e + ! ; 5. R 3 T ! ,
tablas. P 8 e = D ; 6 . T 1 e + . R X T ; aho·­
l . . . . . , R 2 e ; 2. R 3 T, P 8 e = D ; gado.
3. T 5 e R + , A X T ; ahogado. De un modo más modesto, casi
Troizky descubrió la combinación diez a ños antes, usó Troizky tam­
que despu és , como un grato motivo, bi é n el caballo negro: Troizky, cNo­
apareció en incontables transforma­ vo.1 e Vremj a » , 1 896 : Blancas : R7TR,
ciones. Por falta de lugar indico P 6 e D, P 7 A D, P 2 A R ; negras :
FINALES ARTÍSTICOS 47

21?
Dr. J. Sehwers, Mitau,
prcm � o « Rigaer Tageblatt • , J HOo3
comprobó que, después de l . . . . . . ,
R 6 T ! ( no l. . . . . . . , R 5 T, por
2. T 7 A D) ganan las negras. Habría
que trasladar el rey blanco a 5D.
F. Lazard, París,
'
79 premio, " Stratégie:t, 1912

Juegan l:Ls blancas y hacen tablas.

R 1 A D, e 5 e R, P 3 A R, P 4 e R;
las blancas hacen tablas. l . P 3 A,
e 4 R ; 2 . R 7 e, e X P ; 3. R X P,
Juegan las blancas y hacen tablas.
P 5 e ; 4. R 5 A !, P 6 e ; 5 . R 4 e ,
P 7 e ; 6. A 3 T ! , tablas.
Lazard colocó la combinación de
El estudio cre G. Bernhardt, dedi­
cado a W. Schonmann, « Deutsches Troizky en un interesante marco
Wochenschac h » , 1 922 : Blancas : R6D , con el juego de torres y logró pasarla
P 6 e R, P 7 T R ; negras : R 1 T R, al centro del tablero.
e 6 A D, P 5 e P ; las "Qlancas j uegan
y hacen tablas, es en sus rasgos prin­ 58
cipales sólo un reflej o del trabaj o ·
F. Lazard, París,
3er. premios, o:L'Italia Scacchistica», 1923
de Troizky. l . " R 5 A, P 6 e ; 2. R 4 e , 29 y

etcétera. La tentativa de hacer valer


los peones blaneos, j ugando l. R 6 R,
es un motivo seductor ; las negras la
frustran con e 5 R.
Una forma original y muy eficaz
logró L. B. Salkind, « Tidskrift for
Schack», 1 9 1 6 : Blanc as : R 5 A D ,
e 7 R, e 6 A R ; negras : R 5 A R,
e 7 R, !? 6 e D ; las blancas hacen ta­
blas. 1. e (7) 5 D +, R 6 A ! ; 2. e 4 R ! ,
R X e ; 3 . R 4 e ! , P 7 e ; 4. R 3 T,
P 8 e = D ; 5: e 3 A + , e x e , aho ­
gado.

57 Juegan las blancas y hacen tablas.

l. T 7 e + , R 6 A ? ; 2. T 7 A D , l . A 1 A, A 6 A (A l A ? ; 2. T 4 A R) ;
T 4 T + ; 3. R 4 D, T 4 A D ! ; 4. T X T ! , · 2. A 2 C, T X A ; 3. T X P ! , T X T + ;
P X T+ ; 5. 'R 3 D, tablas. En 1914 se 4. R 4 T ! , tablas, pues la torre ame-
48 FRANTISEK DEDRLE
nazada no tiene escap e porque el , R inck, « S tratégie ,, , t:l17, u tilizó la
rey blanco se halla ahogado. sigu iente posición : Blancas : R 8 D ,
Lazard vuelv e · una vez más al A 7 R. P 6 R ; n egras : R 7 T D , A S A D ,
tema de Troizky y lo une esta vez
:\. Troizk y , Cernoserje,
a la interesante lucha por el peón « IJ e u tsche Sch a" chzeitung• , 1 90G
6 e R. La situación final la supo
ocultar bien con unas jugadas atre­
vidas del blanco.

59
Josef Maendl, Leysln,
cCasopls Ces. Sachlstu•, 1 91 9

Juegan las blancas y hacen tablas.

P 7 A D, las blancas hacen tablas.


l. R 7 D, A 5 A; 2. A 3 T, A 4 e ;
3. A 1 A, A X A ; 4. P 7 R, tablas.

61
Juegan las blancas y hacen tablas. C . Behting, Riga,
2�:t y 59 premios, «Bohemia», 1906

l. e 5 R, P X P (el blanco amena­


zaba 2. e 3 D) ; 2. e 4 A ! , P 8 e = D ;
3 . e 5 e ! (amenaza e 7 A, mate) ,
R X e ; 4. e 3 T +, tablas.
l. e 3 R ? , falla por P 7 A !
La combinación principal es muy
expresiva La amenaza de mate con
.

sólo dos caballos en el tablero suele


ser muy pocas vec es la fuerza móvil
del estudio. Maen"dl logró profundi­
zarla y compus o un estud i o apas io­
nant e .

60
Juegan las blancas y hacen tablas
l. A 4 e , A 4 e ; 2. A 2 D , A X A ;
3 . P 7 R, P 8 A = D + ; 4 . R 7 D , y 1. R 6 A ! ! , P 8 e = D ; 2. e X P 5 T,
las negras no ganan ni contra el D 8 T R + ; 3. e (4) 3 A, tablas, por­
peón de rey en la sépt i ma fila , por­ que el rey n e g ro está ahogado y la
que su alfil le imp i de dar el j aque. dam a sola no da mate.
.
FINALES ARTÍSTICOS 49
l . . . . . . , R 4 C ; 2. C 3 A + , R X C ; D 8 R + ; 3. R 3 D, D 8 D ; 4. R 3 R,
�; . C X P + , etcétera. D 8 A D + ; 5. R 4 R !, D 1 A ;
l . . . . . . , P 6 T; 2. C 3 C + , R 5 T ; 6. P 8 C = D, D X D ; 7. C 6 A + ,
3. C 2 R, etcétera. R X P; 8. C X D, P 7 T ; 9. C 5 A + ,
La tentativa l . C X P 5 T, en se- R 7 A; 10. C 6 A, P 8 T = D + ;
guida falla por R X C ; 2. C 3 A + , 1 1 . R 4 A, y tablas teóricas.
R 6 C ; 3. C 1 C, P 4 T; y las negras Este es, tal vez, el mej or estudio
ganan. La j ugada inicial , sorpren- de Berger.
dente en este estudio, se halla vincu­
lada a la variante principal. Consti­ 63
·
M. Karstedt, Cottbus,
tuye una sutil e imperceptible re­ «Deutsches Wochenschach• , 1916
tirada de los j aques próximos. Si
l . R 6 R ?, falla la variante principal
en la segunda j ugada por D 1 C + ;
si l . R 6 D ?, sigue 2 . . . . . . , D 5 D + ;
y si l . R 4 R ? , permite 2 . . . . . . ,

D 8 R + . Es admirable que el autor


'1aya conseguido equilibrar el mate­
':'ial blanco y negro expresando una
idea tan delicada por intermedio de
una forma , económica y correcta.

62
J. Berger, Graz,
3er. premio, •Rigaer Tageblatb, 1909

Juegan las blancas y ganan.

l . A 4 A + , R X A; 2 . P 7 A ! (no
2 . C 2 R ? , P 6 D ; 3. P 7 A, P X C ;
4. P8A=D + , R6D ; 5. D8D + , R6R ;
y las blancas no ganan más) , R 6 D ! ;
(2 . . . . . , P 8 A = D ? ; 3. P 8 A = T + ,
'
y las blancas ganan ; no 3. P8A=D ?,
por P 8 A = D ! ; 4. D X D , ahogado,
o 4. D 5 A + , R 6 R ! ; 5. D 5 e R + ,
R 6 D ! ; etc. , tablas) ; 3. P 8 A = T ! ,
R 7 D ! ; 4. e 4 R + , R 8 D ; 5. e 2 A + ,
R 7 D ; 6 . e 3 D ! , R X C ; 7 . R 3 C,
P 5 T+ ! ; 8 . R 2 C, P 6 T+ ; 9. R l A ! ,
P 7 T ; 10. T 8 T D, R 7 R ; 1 1 . R X P,
P 6 D + ; 12. R 3 A ! , P 7 D ; 13. T X P,
l. P X P, P X P ; 2. C 3 A, P 8 C = D ; y ganan.
3 . C 6 A +, R X P ; 4 . C 5 T +, R 7 C ; El valor de este estudio se encuen­
5 . e 4 A +, R 8 A ; 6 . e X D , P 7 T; tra en sus seductoras combinaciones.
7. C 3 A , P 8 T = D ; 8. R 3 R ! , y la Karstedt amplió las ideas del estu­
dama negra e s completamente im­ dio de Rink, de « Deutsche Schach­
potente contra el ' j aque perpetuo zeitunq,, 1906 : Blancas : R4D, C4TD,
9. e 2 D +, R 8 C ; 10. C 3 A + , etc. P 7 C D, P 5 A D ; negra s : R 8 D ,
l. . . . . , P 8 C
. D ; 2. P :'.< P,
= C 3 A R, P 7 R, P 7 C R ; las blancas
50 FRANTISEK DEDRLE
hacen tablas : l . e 3 A + , R 7 D ; J. K l i n g y B.
� c h ess
H o r w i t z , Manchester,
S t u d i e s • , 1851
2 . e X P, R X e ; 3 . P 8 e = D,
P 8 e = D + ; 4. R 4 A ! , D 8 A D + ;
5 . R 5 e , D 7 e + ; 6. R 6 e ! , tablas.

64
F. J. Prokop, Praga,
•C as opls Ces. Sachlstu•, 1921
Dedicado a Oldrlch Duras
·---.,=,.--

Juegan las blancas y ganan.

D 7 e ; 7. D 5 T + , R 8 e ; 8 . A 4 R + ,
R 8 A ; 9. D 1 R, mate .
Excelente idea para la evacuación
de la importante casilla 5 T D.
Hay pocos estudios buenos con
este material. Según los reglamen­
Juegan las blancas y ganan. tos medievales, la dama (Fers) era
l. D 7 e, D 7 T + ; 2. R 6 e, D 7 e + ; una fig u ra muy débil, en tanto que,
3. R 5 A, D 4 � + ; 4. R 4 A, D 5 A + ; según los reglamentos contemporá­
5. R 3 D, D 3 D + ; 6. R X P, D 6 T + ; neos, es la figura más poderosa y
7. R 4 R, D 5 T + ; 8. R 5 A, D 4 T + ; que ataca con más energía. La lucha
9. R 6 e, etcétera. de semej antes piezas elimina las
6 . . . . . , D 4 A + ; 7. R 4 R, D 5 A + ; combinaciones finas y el camino pa­
8. R 3 A, D 6 A + ; 9. P 3 A, etcétera. ra la victoria es una serie de j aques.
7 . . . . . , D 7 A + ; 8. R 4 A, D 2 A + El Dr. H. Neustadtl supo matizar
(8 . . . . . , D 8 A + ; 9. P 3 R, e tcétera ; agradablemente esta lucha con el
8. . . . . . , D 7 D + ; 9. R 3 A, etc. ) ; peligro de ahogado : « lnt. ehess Ma­
9. R 4 e, etcétera. gazine >> , 1 885 : Blancas : R 2 A R,
6 . . . . . . , D 3 T R + ; 7. R 2 A, D 8 e R, A 4 R ; negras : R 7 D, D 8 T D ;
D 3 A R (D 5 A) + ; 8. D 3 A, etc. las blancas ganan. l . D 5 D + , R 6 A ;
7 . . . . . . , D 5 T + ; 8. R 1 A, etc . 2. D 5 A D + (no 2. D 5 R + ? nor
6 . . . . . , D 6 e + ; 7. D 3 A, D 8 e + ; R 7 D ! ; 3 . D X D, ahogado) , R 6 e ;
8. R 2 D , D 5 D + ; 9. D 3 D, etc. 3. A 5 D + , R 7 e ; 4. D 4 D + , R 8 e ;
La solución es muy difícil a pesar 5 . A 4 R + , R 7 T ; fi . D 4 T D + ,
de que la situación de las negras pa­ R 7 e ; 7 . D 4 e D + . R 8 A ; 8 . R 1 R,
rece poco ventaj osa. y las blancas ganan .

65 66
l. R 6 T !, D 3 e R +; 2. R 7 T, l . D 6 A + . R 1 D ; 2. e 5 D, D 6 e R + ;
D 8 e R + ; 3. R 8 T, D 8 e ; 4. D 5 R + , 3 . R 8 A ! , D 4 R ; 4. e 6 A ! , D 2 R +
D 7 e ; 5. D 1 R + . D 8 e ; 6. D 3 A + . (única p a_r a impedir el mate en 7D) ;
FINALE S ARTÍSTICOS 51
P l a t o v , M o s c ú - Riga,
5 . R8e , D2TD (ame n azaba 6 . D8T+ 3er.
V. y
premio
M.
« R i g a e r Tageblat b , 1905
y 7. e.5 D + ) ; 6. e 5 D ! (amenaza
7 . R 8 A ! y también 7 . D 6 D + ) ,
D 1 e (impide ambas amenazas ) ;
7. D 6 R ! , y ganan , porque ahora ya
no es posible contrarrestar la ame­
naza 8. R 8 A.
F. J. P r o k o p , P r a g a ,
c P r a g e r Presse :o , 1 923
Dedicado al D r . Z. Mach

Juegan las blancas y ganan.

terial la lucha d e las piezas menores


contra la dama. El valor del estu­
dio se ve disminuido si el aficiona­
do capta inmediatamente la idea, lo
cual constituye la falla de las com­
posiciones de esta índole.
Rinck ideó esta posición : Blancas:
Juegan las blancas y ganan.
R 3 R, · T 7 A D, C 7 R, P 3 A D ; ne­
Si las blancas se hubieran retirado gras : R 3 T R, D 2 T R, P 5 R, P 4 T R ;
en la tercera jugada con su rey a las blancas ganan. l . R 4 A, D 1 T ;
7 A ?, en lugar de 8 A, habrían he­ 2 . e 5 A + , R 3 e ; 3. T 8 A, D 3 A ; .
cho imposible la victoria ; después 4 . T 6 A, y ganan.
de 4. e 6 A, hubiesen cambiado las
negras las damas con D 2 A + . 68
Una nuez dura. Rara vez se en­
.L. Prokea, Prac.._.,
cuentran tantas j ugadas en la lucha 29 premio, cSachmatnoe Obozrenle•, 1911
de dama y caballo contra dama, sin
j aques.

67
l . T 8 R + , R 4 D ; 2. T 6 R, D 5 A;
3. T 4 R ! , D 3 A ! ; 4. P 3 D, D 3 e R
( D 3 A R) ; 5. T 5 R + , R 3 A ; 6. T 6 R + ,
D X T ; 7. e 4 D + , etcétera.
3 . . . . . . , D 1 A <!P X P A D) ;
.
4. T 5 R + .
3 . . . . . . , R X T ; 4. e 6 D + , etc.
l. . . . . . , D X T; 2. e 6 D +, etc.
l. . . . . . , R 6 A (R 4 A) ; 2. e 4 D + ,
etcétera.
No es fácil presentar con poco ma- Juegan las blancas y ganan.
52 FRANTISEK DEDRLE
l. T 4 D, D 6 C ; 2. T 5 D +, R 5 A ; Constituyen una maniobra acro­
3 . C 3 T + , R 5 R ; 4. C X P + . R 5 A ; bática los saltos del caballo ubicado
5. C 3 T +, R 5 R; 6. C 5 C +, R 5 A; en 8 R. Sin embargo, las primeras
7. C 6 R +. R 5 R; 8. C 5 A +. R 5 A; cinco j ugsdas no tienen directa re­
9 . T 5 C ! , D 7 T ; 1 0. C 6 R + . R 5 R ; lación con la idea y no vacilaría en
1 1 . R 2 R, D 3 D (amenazaba P 3 D , borrarlas j unto con el material in­
mate) ; 12. C 5 A + , R 5 A ; 13. P 3 C + . necesario que se requiere para ese
R X T ; 14. C 4 R + , y las blancas preludio.
ganan.
l. . . . . . , D 3 A; 2. T 7 D !, D 3 C R 70
(sin solución después de 2 . . . . . . , o . Dehler, Blankenburg,
P 4 C ! ! ) ; 3. T 5 D+, R 5 A ; 4. C 3 T+, • Akademlsches Monatshefh, 1908

R 5 R; 5. R X P, D 3 A R + ; 6. R 2 R,
D 7 e ; 7. P 3 C, y las ,Planeas ganan.
2 . . . . . , D 3 A D; 3. C 3 A +, R 3 A;
4. T 7 A R +, etcétera.
Se le adjudicó el segundo premio,
con el comentario de que hubiera
merecido el primero si no fuera
parecido al estudio NQ 67. Creo que
la similitud de ambas obras es sólo
exterior, pues el estudio d.e Prokes
es más rico en su . c ontenido.
69
A. Troizky, Cernoserje,
Ser. premio, «Wiener Schachzeit u n g • , 1912
Juegan las blancas y ganan.

l. e 6 A + , R 5 A (4A) ; 2. D 2 A + ,
R 5 R ! ; 3. D 3 R + (la dama negra
no puede tomarse por ah ogado ) ,
R 4 D ! ; 4. D 3 C D + , R 5 R ! ; 5. D 3 D + ,
R 5 A ; 6. D 3 R + , R 4 A ! ; 7. D 3 A R +,
R 3 R (R 3 C) ; 8. C S D + (C 5 R + ) ,
y ganan.
Este estudio me parece el más in­
genioso que se ha hecho con este
material ; se pueden encontrar trein­
ta de ellos que han sido construidos
de cuatro maneras : O las blancas
Juegan las b l ancas y 1anan.
forzaban el mate debido a la des­
ventaj osa posición del rey negro, o
l. C 4 A + . R 4 A ; 2. P 7 e, D 1 e ; sacrificaban al caballo para ganar
3 . P 8 e = D. D 7 T + ; 4. R 4 e, la dama con un j aque diagonal o
D 7 e + ; 5. R 5 A, D X D; 6. e 7 e + . frontal, u obligaban a la dama ne­
R 4 e ; 7. e (7) 6 R + , R 4 A ; 8. e 4 D + , gra, por intermedio de amenazas de
R 4 e ; 9. e 3 A + , R 4 A ; 1 0 . e 4 T + . mate, a ubicarse en una determinada
R 4 R ; 1 1 . e R 6 e +, R 4 A; 12. e 7 R +, casilla y allá la capturaban, o, final­
R 4 R ; 13. C X P A -t- , y ganan . m ente , con un salto de caballo con
FINALES ARTÍSTICOS 53
j aque abrían a la dama blanca la blancas en la variante principal lo
diagonal o la columna o línea en que aparentemente más fuerte 2. e 6 A ? ,
se encontraba la dama negra inde­ sorprenden las negras con D 8 e ! ! ;
fensa.
D. Pr1eplorta, Varso"Yla,
Dehler creó un tipo nuevo. Re­ •Szachlsta Polsk lo, 1920
suelve la situación de manera dis­
tinta ; explota muy hábilmente el
tema de ahogado, por lo cual las
blancas tienen que atacar más con
el caballo a la ya amenazada dama,
para impedir el ahogado .

71
F . S a e k m a nn , Kaiserla u t e r n ,
4� mención de honor, «Rigaer Tageblatt » , t HOfl

J � egan las blancas y ganan.

3. T 8 R +, R 2 e ; 4. T 8 e R +, R 3 T ;
y tablas, pues l a dama n o s e puede
tomar por ahogado. Obsérv.ese que
las negras tienen que llevar su dama
hasta 8 e R; si, por ej ., j uegan sólo
2 . . . . . . , D 6 e ; sigue 3. T 8 R + , R 2 e ;
4. e 5 T + , y las blancas ganan.
Fr. Sackmann trató de evitar idén­
tico peligro de ahogado en el si­
Juegan las b l a n cas y ga n a n .
guiente estudio: «Akademisches Mo­
natsheft», 1909 : Blancas: R 4 A D,
l . e 3 R + , R 4 R ! ; " 2. A 7 A + !
D 3 A R, e 4 R; negras : R 1 e R,
( prematuro sería 2. e 4 A + ?, por D2eD. Las blancas ganan . l . e6A+,
la sutil defensa R 5 D ! ; 3. e X D, R 1 T ! ; 2. D 5 T + (no 2. D X D, por
T x ' A + ! ; 4. T X T, ahogado) , ahogado) , R 2 e ; 3. D 7 T + , R 1 A ! ;
R 5 D ; 3. A 5 R ! , R X A; 4. e 4 A +, 4. D 8 e + ! (si 4. D X D, ahogado) ,
y ganan. R 2 R ; 5. D 7 e + ó 5. e 5 D +, y las
72 blancas ganan.
«Narodni Listy » publicó el 5 de
l . T 2 R, D 1 e ! ; 2. e 7 e ! ! , y las abril. de 1925 en su columna de aj e­
blancas ganan, pues amenazan T 8 R, drez, como una reproducción, el es­
y si R X e sigue 3. T 2 e R +, y tudio realizado por el maestro R. Re­
ganan. ti ( cWi ener Tageblatt:. , 1925) : Blan­
l. . . . . . , P 3 T ; 2. T 8 R + , . . . . . ; cas : ·R 5 A D, D 6 A D, e 4 R ; negras :
3. e 6 A + , . . . . . ; 4 . T 8 e R + , etc. R 7 T D, D 7 e R, P 6 e R ; las b lancas
También el valor de este estudio ganan ; l. e 3 A + , R 8 T ! ; 2. D 4 T + ,
consiste en la preciosa variante se­ R 7 e ; 3 . D 2 T + , R 8 A ; 4 . D 1 e +,
ductora. Si hubieran j ugado las R 7 D ; 5. D 2 e + , R 8 R ; 6. D 1 A + .
54 FRANTISEK DEDRLE

R 7 A ; 7. e 1 D + , � 6 A ; 8. D 3 A + , 74
R 7 R ; 9 . D 2 C + ! , R 6 D ! ; 10. D 3 T +, H. Rinck, Barcelona,
R 7 D (7 R) ; 1 1 . D 2 T +, R 6 D ! ; t er. premio, « S ydsvenska Dagbladet Snii l lposten»,.
1910
12. e 2 e + , R 6 R ; 1 3 . e 4 A + , R 6 A ;
14. e 5 R + , y ganan.
8 . . . . , R 5 A ; 9. D 6 A + , R 5 R;
. .

10. D 4 D + ! , R 6 A ; 1 1 . D 5 D + , y
ganan.
Reti hace valer la defensa por
ahogado no sólo en el límite del
tablero, como Sackmann, sin o tam­
bién en el espacio libre, como Dehler
en el N9 70.

73
K. A. L. Kubbel, Lenlngrado,
Concurso, cRI&aer Tageblatt�, 1909

Juegan las blancas y ganan.

l . e 5 D, T 5 A D; 2. P 7 e, R 2 A ;
3. P 8 e = n + , R x D ; 4 . P 3 e ! ,
y las negras pi erd en l a torre.
l. . . . . , T 5 T D ; 2. A 5 A, P 7 A ;
.

3. e 6 A + , R 1 D ; 4. A X P , y las
blancas ganan.
l . . . . . . , T 4 A ; 2. P 7 e, R 2 A ;
3. P 8 e = D + , R X D ; 4 . e 7 R + ,
etcétera.
2 . . . . . . , T 4 e R ; 3. P 8 e = D + ,
.T X D ; 4. e 6 A + . y las blancas
ganan.
Juegan las b l ancas y ganan. Son lógicos los intentos de conse­
guir con el material mínimo l� plena
l. A 5 A, T 1 A ; 2. A 6 e + , R 1 D ; libertad de la torre negra. Troizk-y
3 . A 7 A , y después d e bloquear con publicó la siguiente posición : « Bohe­
el rey al peón, pierden las negras mia >> , 1 9 1 3 : Blancas : R 3 T R, C 2 D,
la torre. e 8 R, P 3 A D, P 2 e R; negras:
l. . . . . . , R 1 A; 2. A 7 T, P 4 T ; R 4 R, T 4 A R, P 3 T R ; las blancas
3. R 1 R , etcétera. ganan. l. e 4 A + , R 5 A; 2. e 7 C,
l . . . . . . , T 1 e ; 2; T 8 T + , R 2 A ; T 4 D ! ; 3. e 6 R + . R 5 R ; 4. R 4 e ! ,
3. A 6 R + , etcétera. P 4 T + ; 5. R 4 T ! , y la torre n e gra
El bloqueo de la torre negra en no tiene j ugada, por ej emplo : T 8 D ;
1 A R y l T R, repetid o como eco, es 6 . e 5 e + , R 5 A ; 7. e 3 T R + ,
original. R 5 R (R 4 A) ; 8. e 2 A (e 3 R) + , y
En algunas secciones dedicadas al las blancas ganan :
ajedrez se publicaba este estudio Rinck publicó en « Berliner Lokal­
con la firma del compositor Dr. J. anzeiger» , 1 9 1 4, l a siguiente compo­
Sehwers. sición : Blancas : R 2 A R, e 6 D, e 8 R,
FINALES ARTÍSTICOS 55
P 3 D ; negras : R 4 R, T 3 R, P 5 D ; ské Slovo » , 1 924 : Blancas: R 2 T R,
las blancas ganan. l . e 7 A R + , e 6 T R, P 3 A D, P 4 A R, P 5 A R ;
R 5 A ; 2 . e 7 A , y l a torre n o puede negras : R 5 T D, T 2 e R, P 6 T R,
salvarse : T 3 e R; 3 . e 5 D +. etc.
H. Rinck, Barcelona,
c Schackbladeh, 1907
75
K. A. L. Kubbel, I.eningrado,
Mención de honor
c Sydsvenska D agbladet Snallposten•, 1 9 10

Juegan las !llancas y gan,.n.

P 5 T R; las blancas ganan. l. P 6 A,


T 3 e ; 2. P 7 A, T 3 A R ; 3. P 5 A,
Juegan las blancas y gana n .
R 6 e ; 4. P 4 A ! , R X P ; 5 . e 4 e, y
l . A 3 R + , R 2 e ; 2 . A 3 A, T 5 T D + ; la torre negra está perdida.
3. R 6 e , R X T ; 4. R 5 e ! , y la torre
completamente libre está perdida. A 77
los j aques de los alfiles no es posi-
K. A. L. Kubbel, Lenlngrado,
ble escapar, por ej . , 5 . . . . . . , T 5 T ; •Deutsches Wochenschach•, 1 9 1 1
6 . A 5 e, T 5 D ; 7. A 6 A R + , etc.
En la posición básica estaba el
P 6 T R de las negras en 5 T R. Rinck
aconsej ó trasladarlo, con lo que con­
siguió la torr e negra la última ca­
silla posible y el estudio ha adqui­
rido un éxito completo.

76
l. P 7 R, T 1 R; 2. e 6 D !, T X P;
3. P 5 D ! bloquea a la torre negra.
Las blancas directamente no ame­
nazan nada ; sin embargo, las negras
no tienen n i n gu n a j ugada satisfacto­
Juegan las !llancas y ganan.
ria y pierden en la próxima la torre,
aunque muevan ésta o el rey. l . e 6 D, T X P ; 2. e 4 A + , R 6 e ;
Hermosa captura de la torre ilus­ 3 . e 5 T + , R 6 T ; 4. A 2 A (amenaza
tra el estudio d e F. J . Prokop, 5. A 5 A, mate) , R 5 e ; 5. e X P + ,
5Q premio en el concurso de « Ce- y ganan.
56 FRANTISEK DEDRLE
4 . . . . . , T 4 R; 5. e 4 A + , etcétera. Blancas: R 1 A D, P 2 T D , P 6 e D,
El P 7 R confunde para apreciar P 2 A D , P 6 D, P 2 R, P 2 T R, P3TR;
la situación y hace suponer que so­ negras : R 1 A D , A 8 T D , P 6 T D,
bre él gira el tema principal. Si en P 6 A D , P 6 R, P 5 T R; las blancas
atención a eso las blancas se dej an
E . llolm, Ystad,
seducir por la j ugada l. A 4 T ?, res­ « Skaanetidningen Dagen •, 1917
ponden las negras R 6 C !, y hacen
tablas c on facilida d .

78
F. J. Prokop, Praga,
«Prager Presse•, HJ23

Juegan las blancas y ganan.

ganan. l. R 1 D , A 7 e; 2. R 1 R,
A 8 A; 3. R 1 A, A 7 D; 4. R 1 e ,
A 8 R ; 5. R 2 e, A 7 D ; 6. R 1 A ,
A B A ; 7. R l R, A 7 e ; 8. R l D,
Juegan las blancas y ganan. A 8 T ; 9 . R l A, A 7 e + ; 10. R l e,
y l a s blancas conquistan el alfil y
l. A 4 A, T 2 A D ! ; 2. A 5 R, T 2 R ; ganan.
3. e 7 A + ! , T X A; 4. e 8 D ! , y Un traspaso similar de tiempo tie­
ganan� . ne también H. Fahrni, Berna, en
3. A 2 T ?, falla por T 2 T ! ; 4. A 4 A, su estudio de « Revue Suisse», 1922 :
T 3 T ! ; y las blancas ya no pueden Blancas : R 1 e D, e 1 A R, P 2 T D,
ganar. P 2 A D, P 2 R, P 6 A R, P 2 e R.
También el intento l. A 4 e, no P 5 T R ; negras: R 3 T R, A 8 e R,
da resultado .por T 2 A D; 2. A 5 A, P 4 e D, P 6 A D, P 6 R, P 5 A R,
T 3 A + ! ; 3. R X T, ahogado. P 2 T R ; las blancas ganan. l . e 3 e
(amenaza 2. e 5 A + ) , P X P ;
2 . P 3 T, A 7 A ; 3 . R 2 T, A 8 R ;
79 4. R 1 T, A 7 D ; 5. R 1 e, etcétera.
l. R 7 e, A l D (A 4 T ? ; 2. e 4 A + ) ; El estudio de Holm no tiene tras­
2 . R 8 A, A 2 R ; 3. R 7 D, A l A ; 4. R 8 R, paso de tiempo, pero es más simple
y eficaz.
A 2 e ; 5. R 7 A, A 1 T ; 6. R 1 e, y las
neg ras pierden el alfil. 80
O. T. Blathy ha construido una po­
sición menos terminante, « Vielzügi­ l. e 6 A + , R 1 T; 2. e 3 A, A 6 A ;
ge Schachaufgaben,> , 1890 ( «Proble­ 3 . e 5 D, A 4 T ; 4 . R 4 T, e 2 e ;
mas de ajedrez en muchas jugadas » ) : 5. R 5 e , A l D ; 6. R 6 A, e 4 T + ;
FINALES ARTÍSTICOS 57
7 . R 7 D, e 2 e ; 8. R 8 A, y las blan- 4. T 5 T +, R 2 e; 5. A 6 D, A 5 A;
cas g:man una pieza. 6. T 4 T ! , y las blancas ganan.
l. . . . . . , R l A ; 2. P 7 T, R 2 e : La tentativa l . T l D ?, fracasa po:r
3. e 5 T + . R 1 T ; 4. e 4 A R 2 e ; A 7 R ! ; si l . T 6 T ? , sigue R 2 e ;
2. T 7 T, A 4 D ; etc. ; y si l . T 1 T +,
H. Rinck, Barcelona,
ler. premio, «Chess Amateur•, lOIH R 2 e ; 2. R X e , A 4 D + ! ; y 3. . . . . ,
R X A, tablas.
Elegante motivo con v a r i a n t e s
atrayentes. L a manera d e dominar
a las negras es muy hábil.

82
H. Rlnck, Barcelona,
19 y 2� premios de la • Sala Imperio•, 1916

Jueran lao blane aa y ranan.

5. e 6 e, e 2 A ; 6. e X e, y ganan.
De esta posición inicial parece in­
verosímil que las blancas lleguen a
capturar con su rey una pieza negra.

81
F. J .. Pro!top, Prara,
3er. premio, «B:tsler Nachrichten • , I U2.t ·
Juegan las blancas y ¡anan.

l . D 1 e R + , R 1 A; 2. D 5 A + ,
R 1 e ; 3. D 7 R, T 6 D ! ; 4. D 8 R +,
R 2 e ! ; 5. D 5 R + , R 2 T ; 6. D 4 R ! !,
y las blancas gan an.
3 . . . . . , T 8 D ! : 4. D 8 R +, R 2 e ;
.

5. D 5 R + , R 1 e ! ; 6. D 3 e + , R 1 A ;
7 . D 8 e D + , R 2 e : 8. D 2 e + , R 2 T ! ;
9. D 2 A D ! ! , y las blancas ganan.
Un hermoso eco ; sin embargo, esta
segun da varia nte nrincipal tiene do­
ble solución : 6. D 8 e + , R 2 e (2 T) ;
7. D 7 e + ! , R 3 T (l A) ; 8. D 6 A + ! ,
(D 8 A + ) . R 2 e : .9. D 3 A D + ,
Jueran las blancas y canan. R 2 T ! ;· y ahora sería posible entrar
en la solución del autor jugando
l . T 1 A D, A 4 D ; 2. T 5 A, A 1 T ; 10. D 2 A, pero las blancas conquis­
3. T 5 T D + , R 2 e ; 4. R x e, y ganan. tan la torre en 8 D también con
2 . . . . . . , e 5 D ; 3. R 5 R, e 3 R ; 10. D 3 T R + y 1 1 . D 4 e + , etc.
58 FRA NTISEK DEDRLE

83 R 8 D ; 1 5 . T 2 C R ! , y l a pérdid a de ·
la torre o en su lugar el mate no se
H. Rinck, Barcelona,
Jl;t y 2� premios de la « Sala Imperio » , 1916 pue d e evit a r.
Magnífico ej emplo que demuestra
cómo Rinck adapta cualquier mate­
r ial y crea su obra.

JI. Rinck. Barcelona,


« Schweizerische Schacbzeitung,., 1922

Juegan las blancas y ganan.

l. T 7 T R +, R 1 C ; 2. T R 7 R,
R 1 T ; 3. T D 7 A ! ! , D 1 C R ; 4. R 1 A ! ,
D 1 A R + ; 5. T 7 A, D 1 C R ; 6. R 2 A,
D 1 R ; 7. T 7 T R + , seguido de Juegan las blancas y ganan.
8. T D 7 C R + ; y las blancas ganan
la dama po r l a torr e. A una composición similar le fue
3 . . . . . . , R 1 C ; 4. T 7 T D, R 1 T ; otorgado el primer premio eh « Ka­
5. T 7 A R !, D 1 R + ; 6. R 2 A !, gan's Neueste Schachnachrichten»,
R 1 C ; 7. T 7 C R +, R 1 A ; 8 . T 7 T, 1922, que , sin embargo, no pu ed e
y las blancas ga,nan. igualar a esta obra : Blancas : R 6 D,
Rinck distribuye muy bien cual­ T 7 C R, T 7 T R ; negras : R 1 D,
quier material y lo s concursos con T 1 C D, T 1 A R ; las blancas ganan.
un número de piezas fij ado de ante� l. T 7 D + , R 1 A ; 2. T 7 A D + , . . . . . ;
mano s uel en ser suy os. 3. T R 7 D +, . . . . . ; 4. T 7 T D (ame­
naza R7A) , T8A ; 5. R7A, T (8) 8CD ;
6. T 7 T, T 1 D ; 7 . T 8 T R + , R 2 R ;
84 8 . R 6 A + , y ganan.
l. T 2 A +, R S R ; 2. T D 2 R + , R S D ;
3 . T 2 D + , R S A ; 4. T 2 A + , R S D ;
85
5. T R 2 D+ , R 8 R ; 6. T 2 T D ! (ame­
naza 7. R 2 A) , R 8 A ! ; 7. T 2 A R + , l. T 4 C R, A 1 A; 2. T 8 C , A 4 A ;
R 8 R ; 8. T 2 T ! (tiempo de espera ) , 3. C 4 A + . R 4 C ; 4 . C 5 R ! , A 5 D ;
P 5 T ! ; 9. T X P (amenaza 1 0 . R 2 A) , 5 . T X C , A X C ; 6. T 5 T , y las
R 8 D ; 1 0 . T 2 D + , R 8 R ; 1 1 . T (4) 2 T ! , blancas ganan.
R SA ! ; 12. T2AR+, R8R ; 1 3 . TR2T ! , El autor mismo agrega una nota :
y las n egras se encuentran en una «La variante pri11cipal me entusias­
posición de semiahogado y pierden ma por la vivacidad de las acciones » .
a cualquier j ugada, por ej emplo, Con este material Prokop creó
13. . . . . . , T 8 A D ; 14. T D 2 R + . estudios más profundos.
FINALES ARTÍSTICOS 59
Prokop. Praga.
F . J.
cNarodnl Listy » , J H:!..t
Schachzeitung , , 1 924, Rinck fu e lau­
Dedicado a la memoria de Vaclav Kautsk y reado con el 49 premio por el si­
guiente trabaj o con un material si­
milar : Blancas : R 6 R, T 4 T D,
A 1 C R ; negras : R 1 e D, A 2 e R,
ASAR ; las blancas ganan. l . A2T+,
R 2 e (R 1 A ; 2. T 4 e D, A 6 T + ;
3. R 7 R, y las blancas ganan) ;
2. T 4 A R, A 6 T + ; 3. R 7 A, A 8 T ;
4 . T 4 T D, A 6 A ; 5 . T 3 T , y también
ganan. .
En los últimos tiempos Rinck se
especializó en estudios con un ma·
terial determinado.

87
Juegan las blancas y ganan.
E. Konig 1 Dr. A. M�itdler, Viena,
« Usterreichisch� SchachrtUtdschau», 1924

86
1 . T 7 T, A 8 A ; 2. T 2 T , A 1 T
(A 3 A o A 2 e ; 3. T 2 e R ! , y las
negras pierden una pieza) ; 3 . T8T+,
R 2 e ; 4. T 1 T ! , y las blancas ganan .

H. Rlnck, Barcelona,
29 premio, cCeské Slovo• , 1924

Juegan las blancas 1 ganan.

l. A 7 A ! , A 3 e ! ; 2. A 2 T ! , A x e ;
3. e 5 A + , R 3 C ; 4. A 1 e ! , y el alfil
negro está perdido.
La idea del estudio es c omple­
ta. Si las blancas hubieran j ugado
l. A 8 R, falla la solución en la 4'
Jaecan las b la nc as 1 canan. jugada después de A 2 A por A 8 D ! .
y tablas. L ú mismo ocurre s i las
La recorrida larga que hacen las blancas en su 2� movida j uegan con
piezas en este estudio causa magní­ el alfil a otra casilla que 2 T D, por
fica impresión. ej em plo, 2. A 4 A, A X e ; 3. e 5 A +,
La idea de cerrar con el propio R 3 e ; 4. A 3 D, A 7 R ! ; tablas.
rey. su alfil en 1 T R es hábil. Con el mismo m a te ri al publicaron
En la revista « S c h w e i z e r i s c h e Konig y el Dr. MandZer, en « Oster-
60 FRANTISEK DEDRLE
reichische Schachrundschau ,, , 1924, publicados d e Hav el comprueban
otro estudio más : Blancas : R 5 R, claramente que tenemos en su per­
A 4 R, e 8 e R, e 4 T R ; negras : sona un finalista perfecto.
R 4 T R, A 2 A R. l . , e 6 T, R X e ;
2 . R 6 A, A 4 T ! ( A 1 R ? ; 3 . e 5 A + .
etc., o A 7 A ( 1 e ) ; 3. A 6 e, y las ' 89
blancas ganan) ; 3. A 2 A ! , A 5 e V. y M. Platov, Moscú-Riga,
l er.
(obligado) ; 4. A 6 e, A 3 R ; 5. e 3 A, premio, •Casopls Ceskoslov, Sachlstu• , 1923

A mueve ; 6. e 5 R, A 3 R; 7 . R X A,
y ganan. 3. A 1 e ? , fracasa por
A 8 D ; 4. A 3 e , A 5 C !, etcétera.

88
M. Havel, Praga,
•211 Rljen• , 1924

Juegan las blancas y ganan.

l. P 6 R, T 3 A; 2. T 7 e + , R 3 T ;
3. P X P, T 3 D + ; 4. R 5 A, T X P 2 D ;
5. T 2 e ! , T 6 D ! ; 6. T 3 e ! , T 7 D ;
7. R X P, T 7 A D + ; 8 . R 6 D, y las
blancas ganan, por ej emplo, 8 . . . . . . ,
T 7 D + ; 9. R 7 A, T 7 A D ; 10. R 8 D,
Juecan las blancas y canan. T 7 R · 11. T 3 A R, T 5 R ; 12. R 7 A,
T 5 A + ; 13. R 6 D, T 5 D + ; 14. R 6 A ,
l . A 3 T R, e 2 R ; 2. A 2 e D + . T 5 A + ; 15. R 5 D, etcé tera.
R 3 D ; 3. A 3 T + . y e l caballo está 6. R X P ?, T 6 A D + ; 7. R 6 D,
perdido. T 6 D + ; 8. R 7 A, T 6 A D + ; 9 . R 8 D,
2 . . . . . . , R 4 D ; 3. A 3 T, e 3 A ; T 3 R ! ; 10. T 2 A R, P 6 A ! ; tablas.
4. A 2 e R + , y las negras pierden 5 . . . . . . , T X P ; 6. R X P (amena-
el caballo. zan mate o tomar la torre) , etcétera.
La pérdida del caballo está repe­ 5. R X P ?, T 7 A D + ; 6. R mueve,
tida en casillas de distinto color en R X T; y las negras ganan.
forma de eco. 3 . . . . . . , T 1 A ; 4. T 7 A, T 1 D ;
2. . . . . . , R 5 R; 3. A 2 e + , etc. 5. R 5 A, etcétera.
Fue éste el primer estudio del 3. P 7 R ?, T 3 R; 4. T X P, P 6 A ;
conocido compositor de problemas . tablas .
mundialmente famosos. A pesar de 2 . P X P ? , T 3 D + ; 3. R 5 R,
que la técnica constructiva de un T X P 2 D ; tabl as .
problema se diferencia fundamental­ l . . . . . . , T 2 R ; 2. P X P, etcétera.
mente de la construcción de un es­ 1 . . . . . . . T 1 A ; 2. T X P D, T 1 R ;
tudio, algunos trabaj os todavía no 3. R 5 R , P 4 A ; 4 . R 6 D, etcétera.
· FINALES ARTÍSTICOS 61
l. T 7 C + ?, R 6 T ; 2. P 6 R, P 4 A + ! ; te con el caballo desde 8 T D. Debido
y las blancas tienen que retroceder a eso se produce una situación ori­
con el rey hasta 3 A D o 3 D , y no ginal en la cual se presenta una in-
ganan más ; si 3. R 5 R (o R X P ) ,
sigue P 3 D + ; 4. R mueve, T X T , F. Zedek, Holesov,
Mención de honor, «Casopis Ceslr.oslov,
etcétera . Sachlstu• , 1923
Constituye un estudio de torres
muy agradable. La quinta y sexta
j ugada son dignas de admiración.
90
\V. Holzhausen, Trier,
«Deutscbe Schachzeitung», 1903

Jueran las blancas y hacen tablas.

teresante lucha de caballo contra al­


fil. 1 . e 2 A, A 4 e (R 5 e ? ; 2. e 4 D,
A 2 D ; 3. R 2 C, tablas) ; 2. C 4 D,
A 5 A (A 2 D ; 3. C 3 C, etc., véase
Jueran las blancas y hacen tablas.
la j ugada/ 5\1) ; 3. C 5 A, A 3 R ! ;
(A 4 C ( 4 D ) ; 4. C 4 D, A 5 A ; 5 . C 5 A,
Las blancas hacen tablas si con­ y tablas por repetición de j ugadas) ;
quistan el peón 7 T, ocupando la 4. C 4 D, A 2 D ; 5. C 3 C ! , P 7 C ;
casilla 2 e R COii su alfil, y si no (A 4 C, o A 3 A o A 3 R; 6. C 4 D,
dan oportunidad a la torre negra de etcétera) ; 6. C 5 T ! , A 1 A ; 7 . C 4 A,
pasar a la columna T R. A 3 R ; 8. C 6 D, A 4 D ; 9. C 5 C (8 A) ;
l . A 7 A ! , R X P; 2. A 6 R !, T 3 D ; seguido de 10. C 7 A y 1 1 . C 8 T,
·
3. A 3 T ! , T 7 D (T 3 T R ; 4. R X P, tablas.
tablas) ; 4. A 2 C , . . . . . ; 5 . R X P, 92
tablas.
l . A 5 T ?, T 3 D ( 1 D) ; 2. A 2 R + , l . C 6 T, A 1 A ; 2. A 6 A + . A 2 C ;
R X P ; 3. R X P, T 7 D ! ; y las ne­ 3. R 5 R, P 4 C ; 4. R 6 R, P 5 C ;
gras ganan. 5. R 7 A , A X A ; 6 . R X A , P 6 C ;
l. A 6 C ? (A 6 A ?) , T 3 D ; y 2 . . . . . . , 7. R 7 A , P 7 C ; 8 . R 8 A, P 8 C = D ;
T 3 T ! ; etcétera. 9. C 7 A, mate.
l. A 4 T ?, T 5 D ; y 2 . . . . . . , T 5 T R ! ; Un resumen de esta idea lo co�:­
etcétera. tituye el problema en tres jugadas
de A. W. Galicky, ,, sachmatny Zur­
91 naL> , 1 900 : Blancas : R 8 R, C 6 T R,
Las blancas sólo tienen esperan­ A 1 T D ; negras : R 1 T R , P 2 C R,
zas si consiguen defender su peón P 2 T R. l. A 6 A ! , P X A ; 2. R 8 A
6 e, lo que puede hacerse únicamen- y 3. C 7 A, mate.
62 FRANTISEK DEDRLE
A. Tro:zky, Cernoserje, detenidamente, pues tiene j ugadas
«N'ovoje VremJa• , 1898
sorprendentes tanto en el ataque
como en la defensa.
El aparentemente fuerte ataque
de mate l . R 6 A ?, . . . . ; 2 . A 5 R ,.

no tiene éxito por l . . . . . , A 1 C y .

2 . . . . . . , R 2 T ; etc. Tampoco gana


l . R 6 D ? por P 7 T ; 2. P 6 A, P 8 T =D ;
3. A 5 R + , R 1 e ! ! ; etcétera.

94
V. yM. Platov, Moscú -Riga,
1 er. premio, a:Rigaer Tageblath, 1909

Juegan las b ;an ca s y ganan.

93
l . P 6 A ! , P 7 T ; 2. R 6 A , A l e ;
3. P 7 A, P 8· T = D + ; 4. A 5 R ! ,
D B e R ; 5 . P 8 A = D, D 5 e ; 6. D 8 T,
D 4 T ; 7. D 2 e, D 3 T + ; 8. D 6 e, y
ganan.
J. Hasek, Praga,
Mención de honor, o:Casopis Ceskoslov,
Sachistu•, 1923

Juegan las blancas y ganan.

l. A 6 A, P 5 D ; 2. e 2 R ! , P 8 T = D ;
3. e 3 A ! ! (amenaza 4. A 5 e, mate.
Un error sería 3. A X P +, D X A ;
4 . e X D, R X e ; 5. R 4 e, R X P ;
6 . R 5 C, R 5 R ; 7. R 6 T, R 4 A ;
8. R X P , R 3 A ; 9. P 6 T, R 2 A, ta­
blas ) , P 3 T; 4. A 5 R (y no se puede
evitar la pérdida de la dama) , R 7 D ;
5 . e 3 e + , etcétera.
3 . . . . . , D 4 T ; 4. A X P + . R X A ;
.

5. e 5 A + , etcétera.
La fuerza del ataque de dos pie­
JueJ"an las blancas y ganan. zas menores, en una situación apa­
rentemente libre del rey negro, está
2. . . . . . , P 8 T = D + ; 3. A 5 R, hecha en forma magistral. La red
D 7 T (se amenazaba 4. R 7 A, de mate, finamente dibuj ada, parece
mate) ; 4. P 7 A, D 1 e ; 5. R 7 R + . una tela de araña, y a pesar de eso
y las blancas ganan. el j uego negro está unido con p esa­
La solución merece ser estudiada dos eslabones.
FINALES ARTÍSTICOS 63
95 Mención
L. Prokes, Praga,
de h o n o r , « C asopis Ceskoslov,
Sachist u • , 1 92!{
K. A . L. Kubbel, Len i n g r a d o ,
« S a c h m a t n y L i s t o k • , IH 2 2

Juegan las b l a n c a s y ganan.

Ju�gan las blancas y ganan.


tienen otra jugada de ataque, es in­
l. e 6 A, R x e ; 2. A 6 A, R 4 D ; teresante y original y el contenido
3. P 3 D ! , P 7 T ; 4 . P 4 A + . R 4 A ; rico y unificado.
5 . R 7 e ! L a amenaza A 7 R mate,
aparece de repente y de modo sor­
prendente. Las negras no pueden 97
impedirla sin perder al peón 5 D. V. y M. Platov, Moscú-Riga,
A pesar de que el estudio es com­ •Deutsche S c hachz e l t u ng•, 1906

pletamente independiente y original,


recuerda bastante con su estrategia
delicada al N9 94, y no sería tarea
fácil discernir . cuál de los dos tiene
más valor.

96
l. P 5 T, P 7 T ; 2. P 6 T, P 8 T = D ;
3 . P 7 T + , R X P ; 4. P 8 e = D + ,
R X D ; 5. A X D, y ganan.
l.. . . . , P X P ; 2. R X P, P 7 T ;
.

3. A 4 D, P 8 T = D ; 4. A 7 T + ,
R X A ; 5. P 8 e = D + , R X D ;
6 . A X D , y ganan. Juegan las blancas y ganan.
2 . . . . . . , P 4 A ; 3. A 3 A, P 7 T ;
4. A X P, P 8 T = D ; 5. A 7 A + , Aparentemente sólo una lucha de·
R X A ; 6. P 8 e = D + , etcétera. alfiles de distinto color ; en realidad
l . . . . . . , P 3 A ; 2. A 2 e, P 7 T ; j uega la dama contra el peón pasa­
3. A 3 T, P 4 A ; 4. P 6 T, etcétera. do de torre y el alfil .
Una situación sorprendente. La l . A 2 D +, R mueve ; 2. A 3 A,
victoria, a pesar de que no es difícil R X A ; 3. P 8 T = D, R 7 A ; 4. R 4 A ! ,
dado que las blancas e n general no R8e; 5. Dl TR+, R7e; 6. D 2 e +,
64 FRANTISEK DEDRLE
R 8 e ; 7. R 3 D ! , A 3 e + ; 8. D X A, podrían hacer tablas, pues el peón
P 8 T = D; 9. R 2 D + , R 7 T ; negro de 4 T c o staría la torre.
10. D 6 T D +, R 8 e; 11. D 3 D +, El tema << no tomar, se repite más
R 7 T ; 12. D4 A + , R 6 T ; 13. D 6 T + , en la variante l. . . . . . ,P 4 e ; 2. R 6 e ,
R 7 e ; 14 . D 5 e + , R 6 T ; 1 5 . D 5 T + , P 5 e ; 3. R 5 e , P 6 e ; 4. R 4 T ! , P 7 e ;
H 7 e ; 16. D 4 e + , R 7 T ; 1 7 . R 2 A,
·
5 . R 2 T , R 8 T ; 6. T X P, etcétera.
y ganan.
6 . . . . . , R 8 A ; 7� R 3 D, A 5 A + ;
.
99
8. R X A, P 8 T = D ; 9. D 1 A + ,
etcétera. O. Duras, Praga ,
Premio especia l , cBobemia• , 1906
4. . . . . . , A 3 e + ; 5. R 3 R, R 8 e ;
6 . D 1 T R + , R 7 e ; 7. D 7 e + ,
R 8 A ; 8 . D 7 e, y ganan .
4 . . . . . . , A 4 D + ; 5. R X A, R 8 e ;
6 . D 1 T R +, R 7 e ; 7 . D 2 e +,
R 8 e ; 8. R 4 A, P 8 T = D ; 9. R 3 e ,
etc é tera.
Una obra perfecta. El tema es muy
r�co y no se puede sacar más pro­
vecho de esta posición.

98
J. Moravec, Praga,
99 premio, cStratérleo, 1913

Jueran las blancas '1 ranan. '

l . A 3 T, R 5 A (impide 2 . A 5 A) ;
2. A 7 R, P 6 A ; 3. A 8 D, A X P T R ;
4. A 6 e, R 4 C ; 5. P 6 T ! , P 5 C ;
6. A 2 A, A 2 A. Hasta aquí no se
sabe con certeza cómo ganarán las
blancas, pues el peligroso peón blan­
co 7 e D parece dominado satisfacto­
riamente por el alfil negro y el peón
6 T D por el rey. Sin embargo, <. o .,. a
siguen unas sorprendentes y finas
j ugadas : 7. P 8 e = D, A X D + ;
8 . R 7 e ! ! , R 4 T ! ; 9. A 4 T ! , R 4 e ;
10. A 1 R ! , P 6 e ; las negras ya no
Juegan las b�ancas y ganan.
pueden mover el rey ni el alfil.
1 1 . A X P, A X A; 1 2 . P 7 T, P 7 A ;
l . R 7 T ! , P 5 T ; 2. R 6 e, P 6 T ;
1 3 . P 8 T = D , P 8 A = D ; 14. D 6 T + ,
3 . R 5 e, P 7 T ; 4 . R 4 e, P 8 T = D ;
5. R 3 e, y las blancas ganan . y ganan.
Ahorá se ve la utilidad de la pri­ lOO
mera j ugada. Si no estuviese en 2eR
el peón negro ganarían las negras l . P 5 e ! , R 5 R (después de l . . . . , .

con 5. . . . . . , D 1 T R ! Después de P X P ; ganarían las blancas coro­


1 R X P ? ?. las blancas solamente na n do su peón) ;- 2. P X P, R 3 A ;
FINALES ARTÍSTICOS 65
3 . R 2 A ! , y las negras están perdi­ De la lista de l o s autores poste­
das ; P 5 A; 4. R 1 A ! , y las blancas riores doy a c o n ocer sólo el t r a baj o
ganan. (Véase el N<l XIX del ar­ m á s nuevo: F . Poljanec, « Wiener
tículo inicial. ) Schachzeitung» , 1924 : Blancas : R1R ,
D 4 T R, C 4 C R, P 5 T D, P 4 C D ;
J . Kllng y B . Horwitz, Manchester
cChess St u dle s • , 1 8 5 1 n egras : R 2 D, D 3 T D, P 2 e D,
P 5 A D, P 2 A D, P 4 D, P 5 R ; la s
blancas ganan. l . C 5 R +, R 3 R ;
2. D 6 T + . R X C ; 3. D X D , P X D ;
4 . P 5 C, R 3 D ; etcétera.
Ya Kling y Horwitz se dieron
cuenta de que u n preludio innece­
sa rio con m a terial superfluo tiene
que causar mala impresión.
Al N<? XIX, citad o en el artículo
in icial, agrego el trabaj o de Behting,
« Rigaer Rundschau ., , 1 9 1 1 : Blancas :
R 2 C R, P 6 T D ; P. 7 C D , P 5 A D ; ·
n e g r a s : R l C D , P 5 A R, P 5 C R,
P 5 T R ; ltis blanca s ganan. l . R 1 e,
Jaeran las b!aneas y &&nan.
R 2 T ; 2. P 8 C = D + , R X D ;
. 3. P 6 A , etcétera.
En este estudio se puede demos­
trar b i en la c o ntradi cc ión teórica.
Sin el peón 2 A R tienen las negras . 101
tanta superioridad de material y \' . Kosek, BohumiJice,
lt;) y •!t;t p·remios, «La Stratérie• , 1 928
espacio que fácilmente arrollarían a
las blancas. Sin embargo, agregando
el peón 2 A R negro, que parece tan
inocente, se transforma la superio­
ridad de espacio de las negras en
una falta de espacio ; y un final ga­
nado se .convierte en un. hermoso
estudio cori derrota de las negras.
A la posición definitiva llegaron los
autores por mi ·camino bastante difí-
. cíl, lo que comprueban los intentos :
Horwitz: Blancas : R 2 R, T 2 D,
e 4 e D, P 6 T D, P 6 A D, P 5 e R ;
negras : R 1 e D, T 4 A R, e 4 D,
P 5 A D, P 5 R, P 3 R, P 2 A R,
P 3 e R, P 2 T R: l a s blancas gi man. Juegan las blancas y ganan.

l. e X e, T X e ; 2. T X T, P X T ;
3. R 2 D, y gan an . l . C 5 C, A 1 e ; 2. e 7 A, A 2 T;
Kling y Horwitz: Blancas : R 1 A D , 3. C 6 T, A 3 C; 4. C 5 A ( amenaza
P 4 D, P 2 R , P 4 A R ; negras : R 5 A , 5. C 4 T, A 4 T ; 6. C 2 C ! y 7. e 4 A ) ,
P 3 D, P 2 D, P 4 A R ; l a s blancas ga­ A 4 T ; 5. c a e, A 3 e ; 6. e 2 R + , . . . , . .

nan. l. P 4 R. P X P; 2. P 5 A. R 4 D : 7. C 4 A, y las blancas ganan.


3. R 2 R, etcétera. 2 . . . . . . , R 7 A ; 3. R 8 A, A 2 T ;
66 FRANTISEK DEDRLE
4. e 5 e, A 3 e ; 5. R 7 e, A 4 T ; l. . . . . . , P X P ; 2. A 5 D, R X A ;
6 . e 6 R , R 6 A ; 7. e 4 A, A 1 R : 3. P 7 A, P 2 T ; 4. P 8 A = D. P 8 e = e ;
8 . R 8 A, A 5 T ; 9 . R 7 R, y ganan . 5. D 8 T D + . y ganan.
5 . . . . , A 1 R ; 6. e 6 R, R 6 A ; Pérdida de la dama negra en for­
7 . R 8 A, y ganan. ma de eco.
2 . . . . . . , R 7 D ; 3. R 8 A, A 2 T ;
103
4. e 5 e (también 4. e 6 D ! , A 8 e ;
5 . e 4 A + , R mueve ; 6 . R 7 e , y ga­ K. A. L. Kubbel, Lenin g rado.
(Una reproducció n )
nan) , A 8 e ; 5. e 6 R, A 3 e ! ; 6. e 4 A,
A 8 e ; 7. R 7 R, A 7 T ; 8. e 6 R, y
ganan.
4. . . . . . , A 3 e ; 5 . R 7 e , A 4 T ;
6. R 6 T, A 1 R ; 7. e 4 R + , e 6 D ;
y ganan.
El rico contenido de este estudio
es fruto del trabaj o de muchos años
y creo que representa ya la última
palabra.
Una linda situación con el mismo
motivo lograron Kling y Horwitz:
Blancas : R 7 A R, e 1 e R, P 6 R ;
negras : R 1 T R, A 5 T R ; la� blancas
ganan. l. e 3 A, A 1 D; 2. e 5 R,
A 4 e ; 3. e 4 e , A 1 D ; 4. e 6 A ! , y Juegan las blancas y ganan .

las blancas ganan.


l . P 6 T (la coronación del peón
parece asegurada ; sin embargo, el
1 02 autor ha conseguido poner en la
V. y M. Platov. Moseú-Riga, solución m u c h a s complicaciones) ,
29 hasta 59 premios, «Bohemia• , 190f¡
e 2 D ( 5 D ) ; 2. P 7 T, e 3 e ! ; 3. e 2 R !
(las blancas no pueden tomar al ca­
ballo por A 5 D + ) , A 3 T (amenaza
A 6 R) ; 4. e 3 A ! (un ingenioso ata­
que ; amenaza A 6 R ? y seguir con
5. e 5 D !, ganan do) , A 2 e ! ; 5. e 5 D ! ,
e 1 T ! ; 6 . e 7 A ! (no 6 . R X e ? por
A 5 D ! ) , y las blancas ganan, pues
contra las amenazas 7. e X C o a
6 . . . . . . , A 5 D ; 7. e 6 R + , no hay
defensa .

104
l. A 2 e, R 6 R ; 2. P 4 T, R X P ;
Juegan las blancas y ganan.
3. A 3 A, R 4 R; 4. P 5 T, R 3 R ;
5 . A 5 D + , R 2 R ; 6 . P 6 T, R 1 A ;
l. P 6 D , R X P ; 2. A 8 R, P 7 T ; 7. R 2 D , y las blancas ganan .
3. P 7 A, P 8 T = D ; 4. P 8 A = D + , Los con tinuos sacrificios del alfil
R 4 D ; 5. A 6 A + , R X A ; 6. D 8 T D + , otorgan al estudio lín eas firmes y
etcétera. un encanto de originalidad.
FINALES ARTÍSTICOS 67
Supera mucho al estudio de Troiz­ 7. T 6 A + (la clave) , R 4 D ! (R X T ? ;
ky, « D eutsche Schachzeitung » , 1907 : 8. P 8 T = D + , etc. ) ; 8. T 6 T D o
Blancas : R 2 T R, A 4 e R, P 5 T R ; T 6 T R ! , y ganan.
7 . . . . . . , R 4 e ; 8 . T 8 A, y ganan.
O. Duras, Praga,
Menc:ón de h onor, •Casopis Ceskoslov. 5 . . . . . . , T 8 e R ; 6. R 8 R, T 1 e + ;
Sachlstu • , 1923 7. R 7 A, y las blancas ganan.
i . . . . . , R 2 D ; 2. T 8 e, T 8 T R ;
.

3. R 2 e , T 8 e D + ; 4. R 6 T, 'l 8 T D + ;
5. R 6 e, T 8 e D + ; 6. R 5 A, y ganan.
El peón torre en posiciones simi­
lares suele hacer tablas si el rey
de la parte más débil puecie acer­
carse .
Karstedt hace un aporte valioso a
la teoría, demostrando cuándo es
tablas y cuándo se pierde.

106
. R. Retl, Viena,
• Tijdschrlft v. de N. S. B.•, 1921
Jue�an las blancas y ganan.

negras : R 1 R, P 4 e R ; las blancas


ganan. l. A 6 R, R 2 R ; 2. P 6 T, R 3 A ;
3 . A 5 A, R 2 A ; 4. A 7 T, y las blan­
cas ganan.

1 05
M. l!'.arstedt, Cottbus,
«Deutsches \Vocbenschach :. , 1 90H

Juegan las blancas y ganan.

l. e 6 A {amenaza 2. T 1 T + , . . . . . ;
3. e 4 D + ) , T 5 R ; 2. e 4 D ! , T X e ;
3 . P 7 R, T 5 R ; 4. T 4 A ! , T X T;
5. P 8 R = D + , y las blancas captu­
ran la torre y ganan.
2. . . . . . , R 6 T (5 e) ; 3. e 2 A +,
R 7 e (6 A) ; 4. T 1 R, T X P ; 5. T X T,
Juegan las blancas y ganan. R X e ; 6. T 6 T R, y ganan.
2 . . . . . . , R 4 T ; 3. P 7 R, T 6 R (las
l . T 8 A, R 2. D ! ; 2. T 8 e D, T 8 T R ; negras no tienen mej or j ugada, pues,
�. R 7 e. T 8 e D + ; 4 . R 8 A. T 8 A D + ; por ej ., a 3 . . . . . . , R 3 T (3 e) sigue
5. R 8 D, T 8 T R ! ; 6. T 6 e + , R 4 A ; 4. T 6 A + , R mueve ; 5. T 6 R ! , etc.) ;
ti� FRANTISEK DEDRLE

4 . T 1 e D ! , R 3 T ! ; 5. e 5 A, T 3 R ; 3. e 3 e + , y sigue l a pérdida d e la
6. e 6 D !, T X P ; 7. T 1 T +, R 3 C ; torre.
8. e 8 A + , y ganan. l. . . . . . , R 3 T; 2. e 6 D, etcétera.
4. . . . . . , T 5 R ; 5. C 3 e +, y l a l . . . . . . , P 3 A ; 2. e 4 D, T 6 R ;
torre negra está perdida. 3. T 1 T + , etcétera.
l. . . . . . , T 6 R ; 2. e 4 D, R 4 T ! ; Reti consiguió en ambos estudios,
3. P 7 R, T 5 R; 4. T 1 e D, R 3 T ! ; por intermedio de disminución de la
5. e 2 A ! (amenaza 6. T 1 R) , T X P ; fuerza d e las torres negra y blanca,
6. e 4 e + . y las negras p erderán la magníficas maniobras.
torre.
Un e s t u d i o extraordinariamente
valioso e interesante. Las dos últi­
108
mas variantes constituyen un lin­ L. Vl k , Brno.
cCasopis Ceskoslov, Sachistn•, 1917
do eco.

107
R. Retl, Viena,
•Tijdschrift v. N. S. B.•, 1 924

Jueran las blancas y ga n,an .

l . R 8 e, T 3 A; 2. T 6 A, P 5\ A ! ;
3. T 6 T + ! , y ganan, pues si las ne­
Juegan las blancas y ganan.
gras cambian las torres ganan las
blancas con su peón libre ; y si j ue-
l . T 1 e D, T 7 R ; 2. T 1 T +. R 5 e ; gan 3 . . . . . . , R 7 e ; sigue 4. T X T,
3 . e 4 D , T 5 R ; 4. e 2 A + , . . . . ; .
P X T ; 5. P 6 e, y ganan.
5. T 1 R, etcétera.
2.. '· . . . , R 3 e ; 3. e 6 D, T X P ; 109
4 . e 8 A + , etcétera.
l. . . . . . , T 4 R ; 2. e 4 D, R 3 T ; l . T X P + , T X T ; 2. P 7 A,
3. e 2 A ! (amenaza 4. T 1 R) , T X P ; T 3 A + ; 3. R 5 R ! (no 3. R 7 R ? por
4. e 4 e + . y las negras p er d er án la T 8 A ; 4. P 8 A = D, T 8 R + ; etc.) ,
torre. T 4 A + ; 4. R 4 R, T 5 A + ; 5. R 3 R,
2 . . . . . . , T 6 R; 3. T 1 T +. R 3 e ; T 6 A + ; 6. R 2 A, T 7 A + ; 7. R 3 e,
4. e 5 A, T 3 R ; 5 . e 6 D, y ganan. T 6 A + ; 8. R 4 e, T 5 A + ; 9. R 5 C,
l. . . . . . , T 3 R; 2. T 1 T +. R 5 e ; T 4 A + ; 10. R 6 e, T 3 A + ; 1 1 . R 7 e,
3 . e 4 D , T 5 R ; 4. e 2 A + • . . . . . , y f!anan.
5. T 1 R, etcétera. De la posición básica el solucionis­
l. . . . . . , R 5 T ; 2. e 4 D, R 4 T ; ta espera una lucha de torres. Las
FINALES ARTÍSTICOS 69
blancas tienen una mínima superio - l . . . . . . , T 5 T + ; 2. R 3 e, R X A ;
ridad, que no basta, sin embargo, 3. P 7 A, T 6 T + ; 4. R 4 A, y ganan.
para hacerla valer. En esto se oculta La idea no es original, pero H o­
w e l l supo darle forma perfecta. Eso
S. Selesniev, Triberg,
A.
•35 Endsplelstudlen • , 19 1 9 resulta mej or confrontándolo con un
trabaj o más viej o.
C. H. Coster, 1er . premio « Socie­
ty » , 1882 : Blancas : R 2 R, T 1 T D ,
e 2 A R, P 2 e :p, P 6 A D ; negras :
R 4 T R, T 5 T R, e 4 T D, P 2 T D,
P 3 e D, P 3 e R, P 3 T R ; las bl an­
cas ganan. l. P7A, T5AD ; 2. T1T+ ,
R 4 e ; 3. T 1 A D, T X T ; 4. e 4 R +,
R mueve ; 5. e 3 A, y las blancas
ganan.
A Howell le bastó el mínimo teó­
rico y ahorró primeramente el cor­
dero de sacrificio -la torre blan­
ca-, y con eso se destaca la jugada
de la torre negra a 8 T D.
Jaeran l a s blan1!as y ranan.

· la j usta solución, que el autor em­ 111


pieza con un sorprendente sacrificio
V. y M . Platov. Moscú-Riga
de torre sin maniobras iniciales. cRigaer Tageblath, 1 9 1 0

110
C . A . Howell.
( Una reproducción)

Jueraa l a s blancas y ranaa.

l. T 3 D +. R 5 T ! (R 7 T o R 7 e ;
2. P 7 A , T 5 A ; 3. T 2 D +, . . . . . ;
Jaeran las blancas y ranan. 4. T 2 A D) ; 2. P 7 A;T 5 A; 3. T 4 D ! ,
T X T + ; 4 . e 3 D ! (un sutil sacri­
l. A 5 T, T 8 T ! ; .2. P 7 A, T 8 A R ; ficio del caballo impide el regreso
3. e 7 A, T 8 T R + ; 4 . R 3 e, T 8 A R ; de la torre a 5 A D por e 2 e +) ,
5 . e 6 R ! , R X A ; 6. e 4 A + . y las T X e + ; 5. R 2 A, y· las blancas
blancas ganan. ganan.
70 FRANTISEK DEDRLE
Idea hábilmente presentada con F·. l l o l m , Ystad,
cDeutsche Schachze:tu n g » , 1 !1 1 '.!
dramáticas alternativas, en las cua­
les actúan todas las piezas. Unica­
mente el caballo negro, en la varian­
te principal, no desempeña ningún
papel y sólo sirve para equilibrar
la· posición materialmente.

1 12
H. Binek, Barcelona, 241 · premio,
•S:rdovenska Darbladet SnaUposten•, 1911

Juegan las blancas y ganan.

con su obj eto y coincide con el sa­


crificio del caballo en el estudio de
Platov ( N9 1 1 1 ) .
También aquí cubre el j aque e
impide el regreso de la pieza negra.

1 14
Juegan las blancas y_ ganan. F. J .. Pr ok o p, Praga,
« Casopis Ceskoslov. Sachistu• , 1 92-l
Dedicado a Fr. Dedrle
l. P7R, R5e+ (T3R? ; 2. A5A+ ) ;
2. R 2 e, T 3 R ; 3. T 2 R ! , T X T ;
4. A 4 R , T X A ; 5 . P 3 A + . y las
blancas ganan.
De la posición se desprende que
las blancas pueden ganar solamente
transformando su peón en · dama. El
camino de la victoria está de acuer­
do con los dos sacrificios de las pie­
zas blancas en el estudio N9 1 1 1 .

113
l . P 5 D, P R X P ; 2 . P 7 T, A 3 A ;
3. P X P, A X P + ; 4. e 4 A ! , y las Juegan las blancas y ganan.
blancas ganan, pues la coronación
ya no se puede impedir, por ej . : l. R 1 e, P X P ; 2. P 3 A, R 1 R ( 1 e) ;
A 3 A ; 5 . e 5 R + o 4. . . . . , A X e + ; 3. P 4 A, R 1 A ; 4. P 7 A, R 2 e ;
5. R 1 R, etcétera. 5. P 5 A, R 1 A ; 6. P 6 A, P 6 e ;
El sacrificio ganador del caballo 7. P 7 e + . R X P ; 8 . P X P, y ganan.
en la j ugada cuarta está de acuerdo . l. . . . , P 6 A; 2. P 4 e, R 1 R (1 e ) ;
.
FINALES ARTÍSTICOS 71
3. P 7 C, R 2 A ; 4. P 5 C, R 1 C ; 1. . . . . , e 3 e; 2. P 7 A, e 2 R;
.

5. P 6 C , P 6 C ; 6 . P 7 A+, R X P ; 3 . R 3 A ! , e 5 T ; 4 . C 6 A, C 1 A;
7 . P X P , y ganan. 5. P 7 R, e X P ; 6. C X C, C 3 C;
Ambas varian tes constituyen un 7 . e 5 D +, y ganan.
eco de color .
A . Tro izky, Cernoserje, dedicado a V. y M . Platov,
•Tidskrlft for Scback >, 1908
115
F. Lazard, París. Mención de honor,
cSachmatnoe Obozrenie�. 1911

Juegan las blancas y canan.

3 . . . . . , R 7 D; 4. C 6 A, R 1 A ;
.

Juegan las blancas y ganan.


5. P 7 R, C X P ; 6. C X C, P 6 A;
7. P 8 A= D, y ganan.
l. C 4 A + , R 3 T; 2. C 6 R (ame­
A pesar del mater ia l negro com­
naza 3. C 8 D ) , T 1 R; 3. P 8 C = D,
ple tamente dis tin to, el siguien te tra­
T X D; 4. C 8 A, T 4 C ! ( c on la in­
baj o de Sackmann es muy parecido
tención de j u gar a 5. P 8 R = D,
T 4 R + !; 6. D X T, ahogado) ;
en algunos momen tos de la solución.
5. e 6 e !, y las blancas ganan.
La lucha del caballo y del peón 1 17
con tra una torre es un agr adable Sackmann, Kaiserlautern,
F.
motiv o: •Akademiscbes Monatsb e fb , 1910

Lazard lo presen tó en forma más


definida. Señaló s ó lo un viej o pero
muy acertado trabajo de los her­
mano Platov, «Deutsche Schachzei­
tung», 1907: Blancas: R 5 T D,
C8R, P6CD; negras. R5H, T5D;
las blancas jlanan. l. P 7 C. T 4 D + ;
2. R 6C , T 1 D ; 3 . C 6 D+ , R 6 R;
4. C 8 A, T8D; 5. C 6 D , y gan an.

116
1 . P 6 A, e 5 T; 2. P 7 R, e5 e + ;
3. R2R, C 3 A ; 4. P 7 A, C 3 C ;
5. e 7 n !, e 1R ( 1 A) ; 6. ex e,
C >< P; 7. C 5 D +, y gana n. Juegan las blancas y hacen tablas.
72 FRANTISEK DEDRLE

l. P 7 A, T 3 A D ; 2. P 7R, TR 3R; 119


3. e 6 D !, T D X e (T R X e);
H. Mattison, Rlga,
4. R 4 A (R 4R), T 3 A D + (T 3 R+) ; «Rigaer 'J'ageblatt. •, 191-1
5. R 5 D, R 2 e; 6. P 8R = D, T X D ; ·
7. R X T, y tablas, porque las negras
tienen que entregar la segunda to-'
rre por el peón sobrante.
Un estudio original, pues es difí­
cil creer que los peones, a prime­
ra vista insuficientemente apoyados
por el caballo, soporten el ataque
de dos piezas mayores y salven la
situación.

118
V. Kosek, BohumlUce,
eNarodnl Llst:r•, 1JI08

Juegan las blancas y ranan.

l. P 6 A, P X P ; 2. P6 T, A6 A ;
3·. e 5e, A4 D ; 4 . C6R !, P 4 A
( las blancas am é nazaban 5. e 5 A) ;
.

5. e7 A+, R2 D ; 6. e X A, R 3 A ;
7. R 1 e, y las blancas ganan.
6 . . . . . . , R1A; 7 . e 6 e -t-, R l e;
8 . e7 D +, R2 T; 9. e X P, y las
blancas ganan.
La mej or demostración de que el
caballo triunfa contra un alfil la
consiguió Alexis Troizky. Desgracia­
damente su estudio resultó inco­
Jueran las blancas y ranan . rrecto y la modificación, ya menos
acertada, no tiene solución : «Deut­
l . e 7 A+, R 4R; 2. T 1 R+ , R 5 A sche Schachzeitung», 1912: Blancas :
(R 3 A ?; 3. e 8 R +) ; 3. e6R+, R 5eR, e - 3AD, P 4 T D, P 3 A R ;
R5e; 4. TleR+, R6 T; 5 . e 5 e +, negras: R 4 R, A 2 TR, P 2 A D,
R X P ; 6. e 3 A+, R6T; 7. T1 TR+ P 4AR. P2eR; las blancas ganan.
y 8. T X P, mate. l. P 5 T, R3D; 2. P 6 T, R3 A ;
4. . . . . . , R 4 T; 5. e 7 e +, R 3 T; 3. e 5 D ! (el j uego negro está enca­
6. e X P +, y las blancas ganan. denado en forma similar como en el
La sutil idea del estudio consiste N9 100), P5A (amenazaba 4. P4A) ;
en la original colaboración del ca­ 4. R X P, A8 e; 5. R 5 R, ·A2 T (?);
ballo y de la torre, que termina con 6. P 4A, A8e; 7. P 5 A, y las blan­
la catástrofe del negro en el borde cas ganan.
del tablero. El rey de las negras pa­ Sin embargo, a la continuación
rece un pequeño barco estremecido j usta 5 . . . . . ' p 4 e ! ; las blancas so-
.

entre los remolinos y que choca con lamente consiguen arribar a un em­
las rocas. pate.
FINALES ARTÍSTICOS 73
120 4. P 7 A !, y las blancas ganan. So­
H. Rlnek. Barcelona,
lamente ahora se ve en su completo
cDeu.tscbe Schacbzeitu n g • , IH07 desarrollo el efecto del sacrificio del
caballo en 6R.
El Dr.. Ft. N eustadtl bloqueó en
forma siinilar al alfil con su propio
peón en una lucha contra un caba­
llo y un peón : «Offizier-SGhach­
zeitung,>, 19Q4: Blancas: R 8 TD , ,
e5eR, PTD, P5A,R; negras:
R6e R, A l D, P 2 C R, P 2 T R ; las
blancas ganan. l . P 6 A, P X P
(A X P ? ; 2 . C 4R +>; 2. C 6 R,
A 2 R ! ; 3. e 4 D. (amenaza 4. e 5A) ,
A 1 D; 4. e6 A, A 3 e ; 5. R 7 e, y las
blancas 'ganan.

Ju�c'an .••• b la ne a s y rana n .


122
l. P7e, A4D; 2. P 4A l, e xP; H. Ot te n , Nueva York,
cThe Boys Own Paper•, 1892
3. A3A !, A3 R ; 4. A. 4 e ! , y las
blancas ganan.
Un bloqueo con un alfil negro cla­
vado.

121
J. Berger. Graz,
. cTheor!e und Praxis der EndsP,iele•, 1890

Juegan las bl
an ca s y ganan.

l. P 5 T, A 1 A; 2. R 5 D,
A 3 T ; 3. P5 e +, A X P (R X P) ;
4. H4R (P6 T), A5 T; 5. R 3A, y
el peón blanco ya no se puede pa­
rar. El rey negro obstruye los mo­
l
Juecan las b an c as y g anan. vimientos de su propio alfil en am­
bas variantes.
l. P5A, ASe ; 2. e6R! (una ju­ A· causa del ahorro del material
gada sutil y muy import�nte, que que fue empleado, este trabaj o lo­
prepara la rotura en 6 A D), P X e gró destacarse tanto que encontró
(si 2. . .. . . , A 5R; 3. e5 e +. y ga­ gran preferencia y fue reproducido
nan) ; 3. P 6 A ! , A5R (ya es tarde) ; frecuentemente.
74 FRANTISEK DEDRLE

123 l. P 6 A, P 2 D X P ; 2. P 6 T, A 5 R ;
3 . P 5 D ! (error sería 3. P 4 A ?, con
H. Rinck, Barcelona, ler. premio,
cBohemia:a, 1906 lo cual las blancas tambi én conse­
guirían la coronación del peón, pero
las negras tendrían una fuerte res-
p uesta : 3 . . . . . . , R 5 C ! ; 4. P7 T,
R 6 A ! ; 5. P 8 T = D, P 7 D +;
6. R 1 D, A 6 A ; mate) , P A X P ;
4 . P X P ! , A 6 A ; 5. P 4 D ! , y las
blancas ganan.
3 . . . . . . , A X P; 4. P 4 A !, A 6 A ;
5. P 5 A ! , y las blancas ganan.
3 . . . . . . , P 7 D +; 4. R X P, P >< P ;
5. R 3 R, A mueve ; 6. R 4 D, y las
blancas ganan .
4 . . . . . . , A X P ; 5. P 4 A ! , etc.
El bloqueo del alfil está aquí mul ·
Juegan las blancas y ganan.
tiplicado en forma de eco.
E. Holm, en cEskilstuna Kuriren:.,
1915: Blancas: R 1 e R, e 2 T D,
l . T 3 T + , R 2 e ; 2. T 3 e ! , T X T ; P 5 T D, P 5 A D , P 5 R; negras :
3. P 7 T, T 8 e ; 4 . R 2 e, T 7 e +; R 2 R, A 6 e D, P 2 D, P 3 A R;
5. R X P, T 6 e +; 6. R 4 e, T 5 e+; las blancas ganan. l . P 6 A , P D X P ;
7. R 5 e, T 4 e + ; 8. R 6 e, T 3 e + ; 2. P 6 T, A 4 D ; 3 . e 3 A, A 6 A ;
9 . R 7 e, y ahora se ve el efecto del 4. R 2 A, A 8 T ; 5. R 3 R ! (amenaza
sacrificio de la torre en la j ugada 6. e 4 R) , P 4 A ; 6. e 5 D + !, A X e;
segunda. 7. R 4 D, A 6 A ; 8. R 5 A, y las blan­
El rey n egro obstruye la zona d el cas ganan .
jaque perpetuo a su propia torre. 6. . . . . . , P X e ; 7. R 4 D, etcétera.

124 125
. A. Trolzky, Cernoserje, W. A. Shinkman,
•Deutsche Schachzeltunr • , ljll4 •Grand Raplds Detrolt Free Press• , 1881

Juecan las blancas y ganan. Jneran las blancas 1 ganan.


FINALES ARTÍSTICOS 75

l. R1A, A8R; 2. R2C, A7D; Constituye un ea so mas compli­


�. R 2 T !, A8 R !; 4. R 1 T !, A 6 A+; cado u el traspaso del , tiempo.,; el
5 . R 1C , A7D; 6 . R2C, A8R; rey lueha con t ra la to rre n egra. Si
7. R 1 A, A 6 A; 8. R 1 D. Tras un a las n eg ra s ju gasen a hora, su m ejor
seri e de j ugadas pr ecisa s de las blan­ movida se ría P ;� T, y si les corr es­
c aS" se llegó a la posición inicial nu e­ pondi ese ju gar nu evamente las blan­
vamente, pero ahora muev en pri­ eas gana rían despu és de A 3 C con

mero las negras y están rápidamen­ C X A fác i lm en t e. E sa es la id ea de


te perd �das. la solución . La continua lucha del
En la posición : Blanca s: R 1 D, r ey blanco y de la torre negra por
A 7 R, A 8 R, e 5 D, C 1 T R, P 2 A R; el traspaso del ti empo necesario es
n e g r a s : R 4 T D, T 2 T D, A 1 T D, tensa .
A 6 A D, C 2C D, C 1 C D, P 3 T D, Si mueven las negras, teniendo la
P 6 D, P 6 A R, P 3 A R, P 2 A R, torre en 5C R, son decisivas las po­
P 2 T R, P 3 T R, P 5 T R, las blancas siciones del rey blanco en 1 D y 3 R ;
dan mate en 1 1 0 j ugadas ; Shinkman si está l a torre e n 4 e R correspon­
repite por décimotercera vez el men­ den para el rey blanco las casillas .

cionado traspaso del « tiempo». 2 D y 3 A; y si la torre se encuentra


El más simple traspaso del «tiem­ en 3 e R, debe estar el rey blanco
po» , basado en la superioridad de en 1 A D, 2 R o 4 A R.
espacio, es el de' la partida Fahrni­ La superioridad del espacio la
Alapin ( igual a la p o si c ió n del Dr. constituye la casilla 2 A D, pues la
E . Lasker en «Common sense in de 1 R no se puede aprovechar por
Chess,, 1896) : B l a n c a s : R 5 A D, A X P +, etc étera.
P 5 T D, P 6 A D; negras : R 2 A D, l. R 3 R, T 5 C ; 2. R 2 R (no 2. R 2 D
P 3 T D; las blancas ganan. l . R 5 D, por T X P +), T 3 C ; 3 . R 2 D , T 4 C ;
R 1 A ! ; 2. R 4 A, R 1 D; 3. R 4 D, 4. R 1 A, T 3 e ; 5. R 2 A ! (aprove-
R 1 A ; 4. R 5 D, R 2 A ; 5. R 5 A ! , . chamien to d e la sup erior idad de es­
y las bl a n cas g an an . pacio pa ra obligar a mover prime­
ro) , T 5 C ( las negr as no tienen
j u g a d a m e j o r) ; 6. R 1 D, T 4 C ;
126 7. R 2D, T ·3 C; ,8. R 2 R, T 5 C ;
O. T. Blath y , Budapest,
9 . R 3 R, . T 4 C; 1 0. R 3 A, T 3 C ;
cVIelzüglge Schachaufgaben • , 1890 1 1 . R 4 A (las blancas forzaron por
primera vez el traspaso del tiempo ), .
P 3 T ; 12. R 3 R, etc. ; y después del
segundo trasp as o d el tiempo se cam­
bia el alfil y las blancas ganan
dan do mate en 31 j ugadas.
.

Las blancas consiguen el traspaso


del tiem po t ambi én por intermedio
de otras j u gadas : T'Or ei.: l. R 3 A,
T 4 C ; 2. R 2R, T 3C ; 3. R1D, T 5 C ;
4. R 2 A, T 3 C ; 5. R 1 A ! , T 5 C;
6 . R 1 D, e tc . , pero la cantidad de
las ] u gadas e s s iempre la m is ma
com o t,ambi én sbn justas las mutuas
posicion es del rey bl anco y de la
Juegan las blan�as y ganan.
tor re negra.
76 FRANTISEK DEDRLE

127 forma común no era posible domi­


Dr. E. Zepler, Evlncson, 3er. premio, nar la idea, y debido a eso se deci­
cSchwelzerlsche Sch,.chzeltuni•, 192<&
dió el autor por una construcción
condicional, en la cual solam ente
Jean de Qucylar, Marsella,
•Wlener Schachzelt.unc», tf.t04

.Jnecan I•s blancas '1 canan.

l. P 7 D, R 2·R; 2. T6 D, R 1 D;
3. P 6 T, T6 T (si en esta posición
las negras jugasen primero, las blan­
cas g anarí r �1 fácilmente. Ni las ne­
gras ni la s blancas tienen j ugadas ambos reyes son móviles y l as de­
buenas, y la lucha del rey blanco más piezas no pueden ni moverse
por el traspaso del tiempo a las ne­ ni tomar. Pero, por lo demás, rigen
gras es original) : 4. R 2 A ! (no los reglamentos de aj edrez.
4.R1A? por T 7 T ! ; 5. R 1 e, P6e; l. R 3 A, R7 T; 2. R2 R, R8 T;
6. R1A, T7 Af- +; tablas. Y si 3. R1A, R7 T; 4. R 1 R , R8T;
4 . R1 C?, sigue T 6 eR !, etc.), 5. R2R, R7e; 6. R2 D, R7T;
T6AR+; 5. R2R ! (no 5.R1 R? 7. R1A, R8 T; 8 . R 2A, R 7C;
por P6e!; y tablas), T6TD; 6.R1R! 9. R2e, R8 T; 10. R3 T, R7 T;
(6.R2D (1 D)? por P6e !) , T6R+; ll. R3 e, R7 C; 12. R 4 e, R 8 T;
7. R 2 D, T6 T D; 8.R 2R ! (las blan­ 13. R4A, R7T; 14. R5A, R8T;
cas ya forzaron la posición después 15. R 6 D, R7e; 16. R5 D, R7T;
de la jugada quinta, pero con el tras­ 17. R5 R, R8 T; 18. R 4 R, R7C;
paso del tiempo), T7 T +; 9.R 1 A!, 19. R4A, R7T; 20. R3A, R8T;
T8 T+; 10.R 2 A !, T6 T; 11.R 2 C 21.R3e, ah og ad o.
(ya está forzada l a posición básica El rey blanco está dominado en
después de la jugada t erc e r a y su gira por el rey negro y desde la
las negras deben mover), T7 T +; mayor distancia, con una justeza
Í2. R3e, T5 T; 13.R4 T, T4e ( 4 AD) ; casi increíble, así que la denomina­
14. P 7T, T 5 T; 15. T 6 T R, R X P; ción -estudio diabólicam�nte opre­
16. T8 T, y las blancas ganan. sivo- queda muy bien y es mere­
cida.
Si el rey blanco no efectuase la
128 jugada justa durante su gira, ten­
La lucha más atrevida del rey dría que volver otra vez hasta la
contra un rey por el traspaso del casilla 1 AR pa r a forzar de nuevo
tiempo la compuso Queylar. En una. el traspaso del tiempo.
FINALES ARTÍSTICOS 77
129 nes mu tuas de los reyes. El camino
T. R. Dawson, Leeds, 29 premio,
hacia la victoria es estrecho como
cThe Chess Amateur•, 1922 el filo de una navaj a y an te cual ­
quier desvío, por in signi ficante que
sea, las negras hacen tablas.
G . Reichhelm,
•The C hieago Tribune•, l!tOI

Jdel'an las blaneas "1 l'anan.

l. R 1 D, R 3A; 2. R 2 D, R 4A;
:l . R 2 R, R 3 A ; 4. R 3 A, R 3 C;
..

5. R 3 R, R 4 A ; 6. R 4 R, R 3 A ; Juegan las blaneas "1 ganan.


7 . R 4D, R 3C; 8. R >.::: P , R 3 A;
9. R 4 D, R 3C; 1 0 . P4A, R 3 A ; l . R 1 e (única « Opos ic i ón » . Con
11 . P 5 A, R 2A ; 12. R 4 A, R 3 A; esta j ugada las negras están desvia­
1 3 . P 3 A, y las blancas ganan. das del equilibrio, y si juegan las
El juego negro tiene como único blancas correctamente, ya no se re­
punto débil la casilla 5 D . Las blan­
nueva) , R 2 C; 2. R 1 A ! (la «Oposi­
cas podrían apoderarse 'del mismo ción» de nuevo) , R 2 A; 3. R 1 D!
en diversas formas, pero .si quieren ( sigue la «Oposición>> ) , R 2 D (1 D) ;
ganar tienen que reservarse la ju­ (las negras no tienen nada mejor ;
gada con el peón 2 A R hasta él m o­ si s e retiran a la columna C D, pier­
mento decisivo, y por eso tienen que den en la casilla 4 T R, y si juegan
ocupar la. casilla 4 D sin la ayuda a 1 A D, decide 4. R 2 D ! ) ; 4. R 2A!
de ese peón. Con eso surge un equi- (un error irreparable sería 4. R 1 R
·

librio poco común y de éste una ó 4. R 2 R) , R 1 A; 5. R 2 D ! , R 2 D;


tirantez original entre ambos reyes, 6. R 3 A ! , R 2 A; 7. R 3 D ! (la últi­
que les exige especiales posiciones; ma «Oposición»; las negras tienen ya
y es interesante observar. que nin­ que decidirse por cuál de ambos
guna de ellas tiene una forma co­ flancos quieren ceder. Si juegan
mún con la llamada «Oposición».
'
R2C (3C) pierden en 4T R y a
cualquier otra j ugada pierden la ca­
s illa 4C D) .
1 30
l . . . . . . , R 1 T; 2. R 2C ! (otra vez
El juego negro tiene dos puntos la «Oposición») , R 1 C; 2. R 2A ! , etc.
débiles: 4 C D y 4 T R. Durante la 2. . . . . . , R2T; 3. R 3C ! , R 3 T;
lucha por el equilibrio sobre ambos 4. R2 A ! , R 3C; 5. R2D ! , R 2A;
puntos se origina una tensión espe­ 6. R 3 D ! , etcétera.
cial, que se manifiesta por posicio- Jugando las negras conservan el
78 FRANTISEK DEDRLE

equilibrio únicamente con l. . . . . . , l! na concepción atl cvida; pero en


R 2 C ó l . . . . . . , R 1 C . A todas la s el detalle de la soluc!Ón te n e m os
demás j ugadas pi e r de n ; por ejem­ q�te confia r en el para con­
au to r
pl o: l. . . . . . , R 3C; 2. R 2C, R3T vencernos acerca b o n d a d de
de la
(las negras consiguieron la opo si ­ todas las va riantes del difuso fin d
ci ón pero es « perdedora >>) ; 3. R 2 A ! , de dos caballos contra un p eón.
R 3 C ( o t r a vez l a oposición ,,perde­
dora ,,) ; 4. R 2 D ! , etcétera. 132
C. D. Lococ'<:,
IH!J2
131 «klritish Chess Magazine»,

A. Troizky, Cernoserje,
cDeutsche Schachzeitung», 191-1

Juegan las blancas y ganan.

Juegan las blancas y ganan.


Tambi én en �ste estudio l as ne­
gras tienen q t�e defe nd er los puntos
Troizky consiguió manifestar una débiles 4 R �- 5 A R. Es el único es­
idea similar por in termedio de un tu dio, segú t1 m is conocimien tos, en
frágil bloqueo de los peones negros. que se h a ce n ·valer dos distintas
Es claro que las blancas tienen que « Op osiciones >>. P o r ej.: en las casi -'
obligar a las negras a jugar con al­ llas negra s re presenta la oposición
gún peón y forzar una pos ición teó­ R 2 e D - R 3 T R (el rectángulo
rica similar a la del N9 III del ar­ 2eD - 2TR - 6TR - 6CD - 2eD
tículo inicial. tiene una cantidad impar d e casillas
El camino de irrupci én de l as 7 X 5 = 35) ; en las casillas blancas
blancas es por l 2. casilla 4 T D o 4C R. existe otra vez una dist inta op os i ­
l. R 3 T, R 4 C ; 2. R 3 C, R 4 T; c ión ; por ej.: R 1 D - R 3 C R (el rec­
3. R 2 A, R 5 C: 4. R 1 D, R 4 A t án gulo 1 D - 1 C R - 6 C R - 6 D - 1 D
(R 6 T ? : 4. C 3AD !, P5 R ; 5. C 5 C+. t ' e n e una cantidad par de cas i l l a s
y 6 . C 4 D, etc.) ; 5. R 1 R, R 3 D ; 4 X 7 = 28).
6. R 2 A, R 3R ; 7. R 3 C . R4A; Las bl a n c 2 s hacen uso de la opo­
8. R 4 T, R 3 A ; 9 . R 4C. R 3 C: sición para conse Q'LÜ. r que l a s negras
10. C 3 A R, R 3 A ; 1 1 . C 3 C, y l:=1s n;P rdan el e q uil i b rio : l . R 1 e !,
blancas ganan, según indicaciones P?.T; 2. R 2 C ! , R 1 C ; 3. R 3 e!,
de la teoría de los finale� R 2 A (las blancas ya han consegui­
8 . . . . .. , R 3 R; 9. R 4C , R3D; do u11 des v í o pronunciado del punto
10. R 5 A, etcétera. 4A:R): 4. R 2 A!, R 2 C ; 5. R 3 A !,
FINALES ARTÍSTICOS '19
R 2 A ; 6. R 2 D, R 3 A (las negras e sté en el tablero, no pueden las
se apoder an tarde de la opo sición) ; blanca s j ugar e l peón libre. Las
7. R 2 R, R 3 e ; 8. R 3 D ! , y las blan - bl a'ncas atacan a la vez ambos pun-
cas ganan. . V. Kosek, Bohumilice, 4� y 5t:' premios
l . . . . . . , R 2 e ; 2. R 1 A ! , R 3 e ; «Stratégie•, 1914

3. R 1 D ! , R 4 e (las negras es­


tán ba stante lej os del punto 4 R) ;
4. R 2 A ! , R 3 T ; 5 . R 2 D ! , R 4 T (otra
Yez un desvío obligado) ; 6 . R 3 A ! ,
R 4 e ( e sta oposición ya no sirve) ;
7. R 4 A ! , R 3 e ; 8. R 3 D, y las blan­
cas [anan.
Si las n e¡::ra s se apoderan de la
«o ¡::o si ción » ju sta, hacen tablas fá­
cilmente, y si j uegan primero y el
rey de l as b lancas se halla en 2 A D ,
hacen tabla :> únicamente moviendo
1. . . . . , R 2 T ! (si l. . . . . , R 2 A ? ;
. .

consiguen tambi én la « Oposición ,,,


pero la pe ··dedora) . Berger afirma Juegan las blancas y &anan.
que a R 2 e ·lJ basta que las negr as
jue guen R 3 A R ?, lo cual es un tos y con eso aparece una tensió n
error, pues la o posición a 3 A R o origi nal en la lucha de los reyes po r
1 AR es perdedora y la contesta­ el espacio. La ·ca silla 3 D (de parte
ción justa a R 2 e D e s R 1 T ! o de las negras) es muy sensible, pues
R3 T! nu nca pueden defenderla desde 2 D
Si e l re y negro se colocara e n por los saltos del caballo 4 e R -

2 T R, l as b kncas n o ganarían, cual­ 5 R + - 3 D y las negras pierden el


quiera que sea el bando que juegue peó n.
primero. El autor consiguió un equilibrio
Las posiciones mutua s de los re­ poco común en el espacio, a pesar de
yes se pueden señalar con los núm e­ la desi gualdad de material . El sen ­
ros i guales, lo que indu jo al Dr. Ta­ dero p ara la victoria es muy estre­
rrasch, a D. Przepiorka y a otros, a cho y original, pues jugando prime­
l.a idea errónea de que los estudios ro las negras consiguen, con R 1 e o
similares se pued en resolver por in­ R 1 A , el equilibrio en el espacio y
termedio de matemáticas ; sin em­ se aseguran las tablas. Por eso las
bargo, el seña lar las correspondien­ b lancas, ya con su primera jugada,
tes ca si llas con números que podría n tienen q ue im pedir a las negras este
llevar también otros signos no tiene equilibrio. l. R 3 D ! , R 3 A (lo mej or,
nada que ver con las matem ática s, pues a R 1 e (1 A) facilitan las ne­
que tampoco pueden aplicarse a las gras al caballo el salto a 3 D despué s
oposiciones perdedor as. de la ju gada d e las blancas R 3 R ) ;
2. R 4 A ! , R 2 e ; 3. R 4 D, R 2 A;
133 4. R 5 D, y ambo s puntos no se pue-
den va defender ; por e j. : 4 . . . . . . ,
La nosición negra tiene dos pun ­ R 2 D ; 5. e 5R +, R 2 A ; 6. e 3 D,
tos d ébiles : la casilla crítica 3 D y A 7 T: 7. R 4R, R 3 A ; 8. R X P, y
el peón 6 A. Mientras el peón 6 A R ganan.
80 FRANTISEK DEDRLE

134 l. D 4 T + , R 7 C ; 2. D 5 C +, R6T ;
J.· Klinc y B. Horwltz, Manc:hester,
3. D6 T + (3. D 1 A ?, T X A +; ta­
cCbess Studles•, 1851 blas) , R 7 C ! ; 4. D 7 C +, RS T ! ;
5. D 8 T +, R 7 C (8 C) ; 6. D X T, y
ganan.
2. . . . . . , R 6A; 3. D 5 R +, R 7 D
(R 6 C ; 4 . D 1 T, y luego D 1A D,
y las blancas ga na ri ) ; 4. D 4 A +
(ame naza nd o 5. D 1A D), R8 D;
5. D 1A R +, y ga nan.

1 35
J. Ber&"er, Graz,
cColumbla �esa Chronlcle•, 1888

Jueran 'las blancas J ranan .

A primera vis ta parece que da­


ma y alfil contra torre y peón ga­
nan fácilmente. Sin embargo, si ob­
servamos más minuciosamente la
posición nos damos cuenta de que
las negras tienen esperanzas de ha­
cer tablas. Con el alfil no se puede
tomar e l peón ; está clavado y las
bla ncas no tie nen tiempo para de s­
clavarlo, a causa de T X.A y tablas.
La dama tampoco pued e co nqu �tar Jueran · las blancas J ranan.

el peón y las negras no tienen que


temer la p érdida de la torre, porque Las negras se esfuerzan para li­
en ese momento coronarían el peón berar el juego por medio del jaque
y tablas. Analizando así, llegamos a en la diagonal 1A D 6T R; el modo
-

la conclusión de que las blancas no como la dama blanca trata de impo­


pueden en n ingún caso forzar la sibilitar el desarrollo , ej erciendo la
victoria. Y analizando minuciosa­ presión sobre los punto s débiles ri­
mente descubrimos en la posición vales 2 C R y 2 T R, es sumamente
negra un nuevo punto débil: la ca­ interesante.
s illa 8A D. Si consigue la dama ocu­ l. D 8 C ! (inmoviliza al alfil 8 C) ,
parlo, fácilmente desclavan las blan­ A 5A ! (otras jugadas acortan la so­
cas su alf il y ganan. Con la presión lución, como se ve por la continua­
a J a vez en los dos puntos críticos, ción) ; 2. D 5 R ! (i mpide.A 3 R +),
1A D y 2 C R, fuerza la dama el A 3 T ! (si 2 . . . . , ABA; sigue
. .

acceso a la casilla 1A D o consigue 3. R 3 C ; a 2 . . . . . . , A 6 D; gan a


tomar la torre en tal situación que 3. D 5 C R, y a 2. . . . . ., A 7 T; d e-
el peón negro en 7 A D está cl avado c ide 3. D4 R) ; 3. D7A, A 4 C!;
por el alfil o por la dama y no pu e­ 4. D 1 A ! (amenaza 5. R 3 C y
de coronarse. 6. D 6 T +, lo cual no se impide co n
FI NALES ARTÍSTICOS 81
A 2 D +), A 8 A! ( para liberar al 137
alfil 8 e); 5. D 4 A R ( amenaza
5. D4eR), A 7 R ! ; 6. D5e!, A6A! l. T 2 e R +, R 1A; ·2 . R 5 e +.
(a 6. . . . . . , ASA; 7 . D3e, e tc.); R 2 e ; 3. R 4 A+. R 3 A (si entra en
7. D 1 A !, y contra la amenaza l a columna de torre sigue T 1 T R+,
8. R 3 e, no hay posi b i l id ad de de­
H. Rinck, Barcelona,
fenderse. «La Stratégie•, 1017
Es un estudio muy i ngen ioso.

136
l . A 8 T ! , e X P ; 2 . R 7 e, e 8 D;
3. R 7A +, e 7 e; 4. R 6 A, e 8 D;
5. R 6 R +, e 7e; 6. R5 R, e 8 D;
7 . R 5D +, e 7 e; 8. R 4 D, e 8 D;
W. Holzhausen, Trier,
•Armee Zeltunr•. 1904

Jueran las bl an cas y ganan.

etc.) ; 4. R 3e +. R 4 e; 5. R 2 A +.
R 4 A ; 6. R 1 e+. R 3 R; 7. T 2 R +,
y las blancas ganan.
Una interesante trasposición del
material de torres:

138
Juegan lal blancas '1 canan. K. Traxler, Dub,
cDeutscbe Scbacbzeltuag•, 1912

9. R 4 A+, e 7 e +; 10. R 3 :A,


e BD + ; 11. R3e+, e7C; 12. Axe,
mate.
L a idea no es original, pues ya se
ocuparon de ella Kling y Horwitz y
después muchos otros m ás .
C. G. Gavrilov, «Sachmatny Zur­
nal», 1897, usó este mismo tema así:
Blancas : R 2 T D, A 1 T D, A 1 e D,
P 7 T R; negras : R 1 T R, e 2 e R; las
blancas ganan. l . R 2e, etcétera.
La posición de Holzhausen m e pa­
rece más expresiva y no la mej o­
raron trabaj os realizados posterior­
mente. Juegan la!'l. hlancas y g an an .
82 FHANTISEK DEDRLE

l. A 7A, R 2 R +; 2 . A 8 R +. rr.m�,m e d i a n t e u na maniobra final,

R 1 D ! ; 3 . AXP, R2A+; 4. A B A +, en superioridad ma t er ial. T iene esta


R 1 e; 5. A 7 e, y las blancas ganan. obra su antecedente en e l estudio
Una idea original. NY XX de Pcnziani, pero es más
3 . . . . . . , A 2 T; 4. R X A, D 5 R +; perfecto el de Laske r.
5. p6 e, y ganan.
2. . . . , R 1 A; 3 . A 5 '.F, A 2 T;
A. T 7 A+, R 1 R; 5. R 7 e, etcéter a. 140
2. . .. . . , R X A; 3. T8 e+. R 2 A; J. Moravec, Pr aga .
1908
4. P 6 e+, A X P; 5. T X D, etc. «Casopis Ceskoslov. Sachhtu • ,

l. . : . . . , D 3 A ; 2. A 5 T, D X P A ;
3 . T X P, A 3 A; 4. T 7 A D, D 4 T;
5. T X P, D 4 A; 6. T 7 T, D 4 T ;
7 . P 7 T, y ganan .
Bonita expresión de la ide a.

139
Dr. Emanuel Laaker, Eerlín,
cDeutsches Wochenschach•, 11190

Jueg a n las blancas y ganan.

l. R 1 e, T 7 A R, (7 R, 7 D);
2. T4A, T7 T; 3. P4 T , T7 A R;
4. T 5 A, T 7 T ; !J. P 5 T, T 7 A R ;
6. T 6 A, T 7 T; 7 . P 6 T, T 7 A R;
8. P 7 T, T 7 T ; 9. T 6 T D, R 2 e ;
1 0. T 8 T, y las blancas ganan.
Una buena construcción ; el auto r
demostró la firmeza de su forma m e­
Juegan las blancas y ganan.
dian te un dia grama especial, traspa­
sando el rey blanco a 1 e D y arri­
l . R 8 e, T 7 e+ ; 2. R 8 T, T 7 A D; bando a una posición de tablas :
l. R 2 T, T 7 A R; 2. T 4 A, T 6A;
3 . T6T+, R4T ! ; 4. R 7e, T 7eD+;
5. R 7 T, T 7 A D; 6. T 5 T+, R 5 T !; 3. P 4 T, T 6 e D !; 4. R 1 e, T 4 C!,
7. R 7 e, T 7 C D+; 8. R 6 T, T 7 A D; y las negras ganaron el « tiempo»
9. T4T+, R6T ! ; 10. R6e, T 7eD+ necesario para para r defin itivamen­
(la s negras se hallan en apuros por te al peón T R. ·
la falta de espacio y no tienen me­
jor ju 2:ada) : 1 1. R 5 T, T 7 e D ; 141
12. T 3 T+. R 7 T (7 e); 13. T X P ! , ·

y las blancas ganan. 1 T8TR--+-, T7D+; 2. R1A, T8D+;


Es interesan te ver cómo las blan­ 3. R 2 R, T 8 e R; 4. T X P +, R 6 C;
cas aumentan su super ioridad de 5. T 1 T R !, T 7 e+; 6. R 3 R, R 4 e:
espacio y últimamente la trans for- 7. T2T ! , T6e+; 8. R2A, T6AR + ;
. .
FINALES ARTÍSTICOS 83
A. S . Selesnle\', Trlberg,
cWosslsche Zeltun¡¡•, IIJU
las bl an cc.s coronan la dama en 8 A
lo hacen también las negras en 8 e
y no pueden tem er 5. D 5 A R+ por
R 7 R ! ; y si 6. D X D, aho ¿ado. Pero
las blancas tienen u n a j ugcda mas
ingeniosa: 4. P 8 A= A ! ! , y ganan.
Con un estudio si milar, pero cie
forma primitiva, c oncurr b A. F.
Mackenzie a la c ompe ten cb de «Bri­
tish Chess Magazine», 1900: Blan­
ca s: R 4 R, A 5 T D, A 3 D, P6 T R ;
ne gra s: R 6 C D, P 7 T D ; las blancas·
ganan. l. A 3 A, R X A; 2. P 7 T ,.
P·8 T = D ; 3. P 8 T =A +.
Segunda solución: l . A 4 A+!,
R. X A ; 2. A 3 A, R X A ; 3. P 7 T,
R 7C; 4 . P 8 T = D + acercando me­
9. R1 C, y las blancas logran ganar. diante los j aques la dama a 3 AD y
luego el rey blanco a 3D.
142 Al mismo tiempo publicaron los
hermanos Platov, con su trabajo nú­
V . y M . Pla.!ov, Moscú-Rlga,
cDeutsche Schachzeltung», 1906 mero 142, u n estudio �emelo : Blan­
ca s : R 7 A R, P 2 D, P 6 T R ; negras :
R 4 C D, A l C D, P 5 C D, P 4 A D ;
las blancas ganan. l. R 6 R, P 6 C ;·
2. P 7 T, _A 4 R ! ; 3 . R X A, P 7 C �
4. P 8 T = T ! , y ga nan . Coronar la
da rrr> T'" "irve n8r 4 . . P8C = D ;
. . . .

5 . D 7 C D +, R 5 A ; 6. D X D , aho-·
ga do.

143
A. Troiz-�y. Cernoserj�.
«Eskilstuna K uriren » , 1916

Juegan las blancas y ganan.

La victoria de las blancas parece


fácil ; los peones libres coronan y con
D 5 A R ganan la dama negra en
8 C D. Pero esta opinión superficial
consiguió refutarla ingeniosamente
el autor. l. P6 A, P6 C ; 2. P 7 A ,
A 6 C + ! ! (una sutil defensa, que
debe asegurar a las negras la coro­
nación de su peón) ; 3. RX A, P 7 C; y
las negras están convencidas de que
Juegan las blancas y canan.
se acercaron a la salvación, pues si
84 FRANTISEK DEDRLE

l . P 6 R, A 3 A !; 2. A X A, C 4 A; vedra descubrió un inte resa n te pro ­


3. A 8 D + !, R3 T !; 4. P7 R, C 4 D ; cedimie ñto para ganar : l . P 7 A ,
5 . P 8 R T ! Con esto está refutad a
= T 3 D +; 2. R 5 C , T 4 D + ; 3 . � 4 C,
la co mbinación de ahogado, que las T 5 D +; 4. R 3 A, T 8 p ! (impide el
negras iniciaron con el sac rificio del avance del peón blanco) ; 5 . R2 A,
alfil en 3 A y la cual debía culminar T 5 D ! (una defensa sutil ; si1 coro­
en la j ugada quinta • con C 2 A+, si nan las blancas la dama, fuerzan
las blancas hubieran coronado dama. las negras con 6 . . . .. . , T 5 A D + ;
Después de 5. P 8 R T, no · tienen
= 7. D X T, ahogado) ; 6. P 8 A = T !,
las negras una contestación satisfac­ y ganan, pues amenaza 7. T 8 TD,
toria. mate, y a la única defensa 6. . . . . . ,
Un trabaj o magistral en una cons­ 5 T D; sigue 7. R 3 C !, y no s e pue­
trucción perfecta, que significa un de impedir a la vez el mate o la
nuevo eslabón de valor para el des­ pérdida de la torre.
envolvimiento de ideas en las com­ A pe sar de que e sta p o s ic ión ha
binaciones de ahogado, terminadas surg ido de una partida, no consti­
con el sacrificio de un caballo. tuye un f inal, sino un estudio con
Tiempo después publicó H. Rinck forma pura y de absoluta firmeza.
en «British Chess Magazine», 1916, Es un trabaj o eterno y sobresale de
el si guien te estudio : Blancas : R8CD, otros simil ares anteriores o poste­
C 6 C D, P 6 A R ; negras : R 5 C D, ' riores.
T 3 C R, P 3 TD; las blanc as gan a n. E. B. Cook: Blancas : R 1 C D,
· l. C 5 D +, R 4 T!; 2. P7 A, T 3 R! P7 AD; negras : R 6 TD, T 7 T D ;
(amenaza después de 3. P 8 A= D , . las negras j uegan y hacen tablas.
T 1 R + ! ; 4 . D X T, ahogado) ; 3. R 2 C, l. . . . . . T 7 C D + ; 2. R 1 A, T 5C !;
.

T 1 R ! ; 4. P X T = T ! , y las blancas 3. P 8 A =D, T 5 A D +; 4. D X T,


· •

ganan. a hogado .
Frank Helay: Blancas : R 1 C R,
144
P 5 TD, P 6AR; n egr as : R 6 T R,
Rev. S. Saavedra, cGlasgov
Weekly Citizlen•, 1895
T 7 TR; j uegan las blancas y ganan.
l. P 7 A , T 7 C R +; 2. R 1 A, T 5 C ;
3. P 8 A = T.
Samuel Lloyd, «American Chess
JournaL>, 1878: Blancas : R 1 A R,
P6AD, P7AR; negras : R6TR, T5TD ;
l as bla ncas ganan. l. P 8 A =T.
V. y M. Platov, « Deutsche Schach­
zeitung», 1908: Blancas : R 3 A D ,
A2 TR, P 5 A D, P 5 T R ; negras:
R 8 T D, T 8 A R ; las blancas ga nan :
l. R4C, T4A; 2. P 6 A, T X P ;
3. P7 A , T5T+; 4. R 5 C, T 4 T + ;
5. R6C, T3T+; 6. A6D!, T X A +;
7. R 5 C , e tcétera .
Juegan las b lancas y ganan.
Todos éstos v muchos o tros traba­
j os sólo comprueban que a un com ­
En esta posición se suspend�ó un a plej o de i d e as firmes no se puede
partida de Potter con tra Fenton, y a gr e gar nada, y que tam b ién es per­
fue dada tablas. Sin emb argo, Saa- judici al cambiarlo.
FINALES ARTÍSTICOS 85
145 El estudio constituye un co m plej o
A. Troizky, Cernoserje,
vivaz, con dos sutiles ataques y de­
cCaso;.is Ceskoslov, Sachistu•, 1923. fensas.
M. Platov publicó en cSachmaty�,

A. W. Daniel, Brldgend.
<Una reproducción)

. Jueran las blancas y g a nan .

l . P 7 R, e7e+; 2. R 5 T (2. R 4e '?,


e 6 R +; 3 .' R 5 T, T 1 T ; 4. e 7 A+,
n 2 T ! ; 5. e 8 D, e 4 A ! ; tablas), Juegan Ias blan�as y h acen tablas.

T 1 T ; 3 . e 7 A +, R 2 T ; 4. e 8 D,
.

e5A+; 5. R5C, T x e ; 6 . · PX T = A ! , 1924, la siguiente posición: Blan­


y ganan, pues el caballo negro será cas:. R 8 T R, T 4 T R, e 1 R ; ne gra s:
conquist�do ; por ·ej.: 6. . . .. , C X P;
· R 1 R, A 8 D, P 7 T D ; las blancas ha­
7. R 4C, C7A + ; 8. R 3 A ! , e 6T cen tablas. l. T4R+, R2 A; 2. C2A,
(e8D; 9. C 4T) ; 9. e 3 D ! , R 3 e ; A X e; 3. T 1 R, etc., como en el es­
lO. R4e, ese; 11. e4 A+ y. 12. A6e. tudio de A. W. Daniel.
O bien: 7. . . , C8e; 8. e 3 D,
. . .

e7R; 9.A6A, R 3 e ; 10.A2 e, etc.


· Si las blancas coronaran en la ju­ fl 147
gada sexta una dama o una torre, E. B. Cook, Hoboken.
conseguirían las negras, después de (Una reproducción)

6.. . .. . , e 3 R +; 7.e X e, ahogado,


y si piden caballo, esta pieza no es
suficiente para ganar.

146
l. T X P ! , A 7 A; 2. R 8 T ! , P 7 T ;
3 . T 1 R ! (un error sería 3 . T 5 R ?
por P 8 T T ! ; y. las blancas no
=

pueden defenderse contra las ame­


nazas de mate) , A 8 C ; 4. T 5R!,
P 8T = T (el único intento de las
negras para ganar, pues no pueden
pedir dama por ahogado) ; 5. T5TD ! ,
A 7 T; 6. T 7 T + . etc., tablas. Juecan las b la nca s y hacen tabla•.
_
8Q FRANTISEK DEDRLE

l. R7R, e3e +; 2. R 6D, R 6 T ; Blatt», 1922: Blancas: R5D, e8eD,


3. R 5 A, e 4R! (un hábil y muy A B A D ; negras: R1D, P2TD, P2D;
fuerte ataque) ; 4. P 8 A = e! (la las blancas ganan.
única salvación del amenazado peón Parece que las negras hacen ta­
7 A) , e6D +: 5. R 4 A, R X P; blas, pues las blancas tienen que
6. e7D, P 6e; 7 . .ese, P7e; salvar las dQS piézas, o en caso de
8. e 4 T ! , tablas. Ahora otra vez las perder una, forzar con la segunda un
negras tienen que coronar un caba­ mate. l. A7e ! ! (amenaza 2. e6 T),
llo, por la amenaza 9. e3 A +. etc. R 2 A ; 2. A 6T ! , R :X e; 3. R6D,
También el intento 7 . . .. . , e4R+; R 1 T ; 4. R 7 A y 5. A 7e, mate.
fracasa por 8. R 5D, e 2 D; 9. e 4 A, l. A 6T?, R 2 A ! ; y las blancas
e 3e+; 10. e xe, P7e; n. e 4 T !, no ganan más; y si l. A X P, R 2 A ! ;
tablas. y tablas.
Un trabajo viejo, pero no po!' ello
me:-: os- excelertte.
1 49
A. Trclzky, Cernooerje, dedleado a F. Amelunc,
148 cDeutsche Schachzeltunc•," 1808

A ; Trobll:y, Cemoserje,
cNoyoje Vrem.Ja•, 1186

Juecan lai blan c as 1 hacen tablas.

Juecan lao blancao y hacen tablas. l. A 4 R, A 7 A !; 2. A X A, P 7 T ·

(un intento para ganar, pues las


l. P 6 A, A 5 C; 2. P 7 A, e 2 C; negras hubieran podido hacer tablas
3. P8 A = e !, A X e; 4. R6 e !, con 2. . . . . . , P 8 e= D; 3. A X D,
e3D; 5. R 7 A !, y una de las piezas P 7 T ; 4. A X P T D ahogado) ;
está perdida. 3. A 1 e ! (bonita y úpica defensa,
l. . . . . . , e3 R; 2. R6e, A5e; junto con el ataque de mate con
3. P 7 A, e 5 o ; 4. R 2 e, e 4 e; P 6 e - 7 e - 8 e= D), P8 T = A ! ,
5. P8 A = e !, tablas. ahogado ; una vez más la única sal­
En ambas v a r i a n t e s tienen las vación.
·
blancas que coronar un caballo, pues A pesar de que este trabajo no
en otro caso ·perderían. tiene el carácter de un estudio usual
Una ingeniosa lucha del rey con­ y constituye más bien una fantasía
tra dos piezas menores la ofrece el con variaciones románticas, merece
estudio de J. Gunst, «Das Illustr. estar incluido en esta colección.
FIN ALES ARTÍSTICOS 87
150 ta jar a la dama, pues si las b lanca :;
K. Traxler y F r . Dedrle,
hubieran elegido e n la tercera ju ga­
cCasopis Ceskoslov. Sachlstu•, 1909 da la dam a, las neg ras ganarían con
3 . . . . . . , T X e; 4. D X T , D X D ·h
etcéte ra.
K. A. L. Kub b e l publicó en «Ri­
gaer Ta geblatt», 1 9 1 1 , una idea simi­
lar : Blancas : R5TD, A5D, P4TD,
P6TD, P6R; neg ras: R6D, T7TR,
e 7 T D, P2 T D; las blancas hacen
tablas. l. P 7 R, T 4 T; 2. P 8 R =A!,
T X A +; 3. A 5 e +, R muev e;
ahogado. Si las . blancas coronaba n
dama hubiera n perdido por 2. ..... ,
T X A+; 3. D5e, R5D; 4. DXT+,
R X D; y las negras ganan.
También .Vancura utilizó hábil­
Juegan las blancas y hacen tablas. , mente en la defensa la coronación
del alfil ; «28 Rijen», 192 4 : Blanca s:
l. T 2 T + , R X T; 2. A X P+, R 8 T R, A 8 e R, P 6 e R, P 7 e R;
D X A; 3. P 8 e =A!!, tablas. n egras: H 8 C D, T 1 A D, e 3 e D,
2 . . . . . , R mueve ; 3. A X T, tablas. e 3 R, P 3 T R. P 2 T R; l as blan­
La variante principal contiene una cas h1�en t ab l2s. l. P X,P, e 1 D;
interesante paradoj a : que el alfil 2. A 2 T +. R X A; 3. P 8 e= A+ !,
también en la defen sa puede aven- C 3 R: tablas (ahogado) .
T E R e E R .A· p A R T E

El FINAl DE PEONES

I de enseñanza son sólo consecuencias


naturales de tal hecho. Constituy�
REY Y PEON CONTRA REY gran mérito para Jan Drtina que
fuese él el primero en notar la falta
(La teoría de Drtina) de valor real de la oposición y colo­
cara también la teoría de los peones
El desenvolvimiento de la teoría en su lugar j usto. Su teoría rey y
del ajedrez en la partida contempo­ peón contra rey solo, publicada en e l
ránea ha llegado casi a su cumbre. segundo tomo de l a revista de aj e­
Jugando ambos contrincantes co­ drez c heca, «Casopis Ceskych Sachts­_
rrectamente, ya en la apertura la tU>> ( 1 9 07) , se apoya en los puntos
luc ha se conv ierte en acc iones po­ déb iles de la p osic ión a dversar ia que
s ic ionales. Descubr ir los puntos dé­ ha denom ina do casillas críticas.
biles en la posición del adversario Si colocamos, por ejemplo, el peón
y apx:ovecharlos bien no es . sola­
l
mente· e arte de j ugar al �Jedrez 1

sino quizá el principal secreto del


éxito. Al adversario que tiene una
posición perdida sólo le restan en
el medio j ue g o l o s i n ten tos de ses­
pera dos, pero tales sueños d ifí c i�­
men te llegan a real iza rse. No es fa­
cil compren der por qué causa el fi­
nal de peones fue separa do de esos
princ ip ios, únicamente j ustos de la
luc ha aj e drecís tica, y lleva do a una
base errónea llam a da op os ic ión .

Una teoría p ier de inme diatamen­


te s u valor, des de el punto de -v ista
ci en t íf ico, en cuan to se presen ta un
solo caso en qu e falla. La « Oposic ión ,
fracasa en gran parte de los casos, y en 2 A D (N9 1 ), las casillas críticas
frecuentes errores y objetivas equi­ de l mismo son: 4 C D, 4 A D y 4 D .
voc a c iones en los más grandes libros Constituyen los puntos m á s déb iles
HNALES ARTÍSTICOS 89
2
5eD, 5 A D y 5 D del j ue go de
las negr as , y un icam e nt e estas tres
casillas deciden el resultado de la
partida. Si las blancas ocupan cual­
quiera de esas tres casillas (natu­
ralmente sin perder el peón ) , ya
tien en desde ese momento asegura­
da la coronación de su peón aun
teniendo el tablero mil casillas en
lugar de sesenta y cuatro . El r ey
negro en vano buscaría una casilla
que le proporcionara una esperanza
de tablas, y es indiferente quién
tenga la oposición o j uegue prime­
ro. En cambio, si las blancas no
consiguen ahora ocupar con su rey
una de esas casillas críticas (4 e D,
S
4 A D, 4 D) es vana la esperanza de
que quizá en el futuro lo lograrán,
y la partida, desde este instante, se
halla ya irr emediablem ente en una
posición que lleva a la nulidad . De
lo anteriormente e xpuesto se des­
prende que en este final luchan los
reyes sólo por las casillas críticas,
que son el objetivo concreto y pue­
de decirse su meta. La «Oposición»
· constituye aquí una cosa completa­
mente casual y por tanto sin valor.
El mérito de la teoría de Drtina pue­
de verse en eso , ya que ambas par­
tes, con una mirada a las casillas
críticas, pueden inmediatamente y
con seguridad apreciar si e l j uego
es tablas o termina con la inevitable
derrota de la parte débil.
Si el peón avanza, avanzan tam­
bién sus cas illas c rítica s { n úm er os 2
y 3) . S i pasa el peón más allá de la
cuarta línea del tablero, está su­
friendo ya el rey de la parte más
·

débil esc ase z de espacio, lo que


constituye la ventaja de la p a r te
más fuerte; a las t r es casillas nor­
males se agregan tres nuevas casi­
llas críticas (N9 4, casillas 6 e D,
6 A D y 6 D). A · causa de que esto
últi mo es de extraordinaria i mpor­
tancia, doy a conocer las posiciones
90 FRANTISEK DEDRLE

prin cipales en los diagramas Nros. 5


a 9. Las blancas tienen ya en todos
los casos ocupada la casilla crítica;
la l ucha se halla decidida y carece
5

Las blancas ganan aunque no muevan primero.

Las blancas ganan aunque no mueyan primero.

de importancia quién j uega prime­


ro. Las negras pierden con la opo­
s:ción y t ambién sin ella. Estoy se­
guro d e que aun el j ugador menos
exneri1'Y1entad o encont;:ará en todos
estos casos el camino para la victo­
ria, j ugando las blancas o las n egras
'primero, porque las casillas críticas
le aseguran la posibilidad de ganar.
La oposición no garantiza nada.
To::la l a filosofía de la teoría de Las blanc:J.J ganan auñque no muevan primero ..
FINALES ARTÍSTICOS 91

Drtina cons iste en asegu rarse las En la N'·' 1 1 , s i las blanca s jue­
cas ill as crít icas. El ún ico e irrepa­ gan, pu eden a vanza r inmed iatamen­
rable error que puede cometer la te c::.n el peón, pue s las negras t ie ­
parte más fuerte .es un precipitado nen que i.ibe ra r e n seguida una de
avance del peón. Mient ras no cons i­ las futu ras cas illas crít icas (5 e D o
gamos a segurarnos la futu ra cas illa 5 D). Tamb ién en l as N r es. 13 y 14
crít ka (la casilla que se conv ierte podcrr.os mo ve r el peón 2 A una ca ­
en la crítica después de la jugada d el sil la. En l a s números 1 0 y 12 sería
peén ) , n o podemos mover el ·p eó n. el ava nce del pe ón un erro :r irre pa­
rabl e, .�imila r al d e las Nros. 12, 13 y
10

12

Las blancas g.!.nan aunque n o muevan primero.

l,as blancas ganan aunque no muevan primero.


Pre sento cinc o pos ic iones bá sicas y
juz go innecesar io a gre gar las solu­ I:l
cion es, pero acon sej o a los jugad o­
res de poca exper iencia e studiar
minuc io samente y aprender l as po­
sic :ones Nros . 5 a 14.
ll

Las blancas ganan aunqt:e no �nevan primero.

14, la jugada l. P 4 A; por ej emplo :


en la N<? 10: l. P 3 A ?, R 3 A (las
p iezas re gras ase guran así las tres
Las blancas ganaD aunque no muevan primero. cas illas críticas) ; 2. R 4 e, R 3 e;
92 FRANTISEK DEDRLE

ligro de ahogado. Si comparamos


esta posición con la N9· 9, fácilmente
nos damos cuenta de que las negras
están perdidas, jueguen lo que j ue­
guen, puesto qu e el rey blanco tie­
ne ocupada la casilla crítica 6 A. Si
j uegan las blancas : l. R 7 A, R 1 T;
2. R 6 e ! (no 2 . P 6'C, ahogado) ,
R 1 e ; 3. R6T, R 1 T; 4 . R7 A, R 2 T;
5. P 6 e + . R 1 T; 6. P7 e + . etc.
Un error sería l. P6 e + ? por
R 1 T ! , tablas.
Para evidenciar la diferencia en­
tre las consideraciones a base de las
casillas y la oposición, doy a conti­
Las b b . ncas g a n a n aunque no muevan primero. nuación algunos ej emplos .
El ej emplo escolar de Lolli (nú­
3. P 4 A (las blancas no tienen
mero 15) , del año 1763, aproximada-
nada m ej o r) , R 3 A (las casillas crí­
ticas están definitivamente perdidas 15 ( Lolll)
para las blancas) ; 4. P 5 A, R 2 A
(R 2 e ) ; 5. R 5 e, R 2 e (R 2 A) ;
6. P 6 A + , R 1 A ! ( ¡ única ! ESta ju­
gada es para la parte más débil ex­
traordinariamente importante, pues
si 6 . . . . . . , R 1 e ? ; sigue 7. R 6 e, y
las blancas ganarían [véase N9 7
después de la j ugada l . P 6 A] ) ;
7. R 6 e, R 1 e ; 8 . P 7 A + , R 1 A ;
9. R 6 A , ahogado.
Si el peón está en la columna e D
o e R [véase N9 8 a ) ] , gana con más
dificultad, puesto que las blancas
tienen q u e tener presente el pe-
!) a )

mente, es casi una propiedad inven-­


taria de la mayoría de los libros de
enseñanza ; pero no he leído todavía
una forma concreta de resolverlo.
Basándonos e n la teoría de Drtina,.
la solución es simple. Las blancas,
para no perder, tienen que ocupar
con el rey (sin que j uegue el peón)
alguna de las casillas críticas 4 D,
4 R ó 4 A R. El solucionista fácil­
men t e saca la cuenta de que j ugan­
do las negras conquistarán sin lu­
cha cualquiera de esas tres casillas·
y por eso ganarán. Jugando las blan-
FINALES ARTÍSTICOS 93
cas de fen derán con la jugada l. R2D, r:; b)

l . R 2 R ó l . R 2 A sus tres puntos


débiles y harán tabl a s .
Si examinamos desde qué casi-.
llas, jugando las blancas, todavía
hacen tablas, llegamos al diagrama
N9 15 a ) . Esas 15 posiciones del rey
15 a)

casillas ocupadas por el rey no tie­


nen el mismo valor y que la pirá­
mide de Berger (él mismo la llama
así ) es una presunción errónea que
puede fácilmente originar iguales
conclusiones. Berger divagó y dij o
incorrectamente, en la página 40,
que en el N? 15, si les corresponde
blanco son mutuamente i gual e s ; so­ j ugar a las negras, ganan aunque el
lamente la perspectiva aj edrecística peón estuviera en 6 R. No puede,
·
nos induce a la errónea opinión de ante esta circunstancia , sorprender
que el rey blanco en 6 A D está qui­ que en cada página del capítulo so­
zá mej or colocado que en 1 A D o bre los peones se halle un error en
hasta en 1 C R. Si el rey negro está dicho tratado.
en cualquier casilla fuera de este En el diagrama N9 16 los cultores
rectángulo, 6 A D - 1AD - 1CR -
Hi
6 C R, pierde, j uegue quien j uegue. J . D rtin � .
Por ta l causa se ve claro que no se c C a s op i s Ce skych Sachistu•, 1908

puede estar conforme con la j ugada


l. R 2 R, c om o única solución, a pe­
sar de que muchos libros de ense­
ñanza lo sostienen, agregándole un
signo de admiración. (Si el rey blan­
co está, p o r ej emplo, en 3 A D, h ace
tablas jugando : l . R 4 D, l. R 3 D ó
l. R 2 D, etcétera. )
Ber9er, e n su «Theorie und Pra­
xis » , del año 1922, intentó también,
basado en la oposición, esquemati­
zar la posición blanca y llegó al dia­
grama N9 15 b) .
C ual q u iera se puede convencer
muy fácilmente · de que esas nueve J u '! g a n las b l a ncas y g a n a n .
94 FRANTISEK DEDRLE"

de la teoría de la oposición se halla­ ambos reyes entre sí ; en consecuen­


rían en un aprieto ; no es fácil ver cia · tampoco cambian la soluc i ón y
quién obtendrá al final la oposición. el prbcedimiento mental. Empero, si
Berger hasta esta fecha conoce sólo tra táramos en todos estos ej emplos
la oposición lineal (vertical, diago­ de apoderarnos de la o pos i c ión y
nal y h o r iz onta l ) . Con ésta no se c on tar en ellos los rectángulos de
llega a ningún obj eto. Marco tiene Marco, pasaríamos por un laberinto
más conocimientos sobre la oposi­ d e raz ones contrarias, y a pesar de
ción, y en «St. Petersburger Zei­ eso no ganaríam"o s, por cuanto con
tung » , de 1903, formula ya la oposi­ la única j ugada j us ta l. R 2 A ! ,
ción de plano : «Si quiere$ conseguir abandonamos desde e l p r i n c i p i o
la oposición coloca tu rey de tal mo­ cualquier oposición.
do que el rectángulo en los rincones T<:mbién en el ej emplo N9 17
en que están los reyes tenga una 17
cantidad impar de casillas » . Apli­
cándolo a la posición N9 16, se debe
j ugar únicamente l. R 2 D (el rec­
tángulo 2 D 2 A R 8 A R 8 D
- - - -

2D =3 X 7 = 2 1 casillas) . Con cual­


quier otra jugada se forma un rec­
tángulo de reyes con una cantidad
par de casillas y se abandona la opo­
sición de reyes. Sin embargo, espe­
cialment e en la posición N9 16, la
j ugada l. R 2 D ? es un incorregible
error (la llamada oposición perj u­
dicial) .
La instrucción de Drtina es muy
sencilla. Las casillas críticas son Juegan las blancas y ganan.
5 C D, 6 A D y 5 D. La menos defen­
dida es la casilla 5 C D, y p o r eso es fracasa la oposición completamente.
la meta más apta para el ataque: Las · negras tienen su decisiva de­
l . R 2 A ! (sin reparar en la oposi­ fensa con la j u g a d a P 6T. Si las
ción) , R 2 R ; 2. R 3 C, R 3 D ; 3. R 4 C blancas aceptan el sacrificio, no ga­
(las blancas están amenazando ya nan, y si j uega n P 3 C mueven j un­
la casilla 5 C D) , R 3 A; 4. R 4 A, y to con este peón también las casillas
las blancas atacan las tres casillas críticas a 5 T D, 5 C D y 5 A D. Re­
críticas de tal modo que ya en la flexionando sobre eso nos · damos
j ugada próxima conquistan una de cuenta de que las bl a nca s tienen el
ellas y ganan fácilmente. camino más corto para el ataque de
Que aquí no se trata de una opo­ las futuras casillas críticas única­
sición ni de cualquier otra mutua mente pasando por 1 C D ! S i se
posición de los reyes, sino sól o de dej an arrastrar por cualquier causa
una sencilla conquista de las casillas que sea por la nebulosa oposición y
críticas, nos convencemos fácilmen­ hacen otra j ugada pierden p o r lo
te pasando al rey negro desde 1 A R menos un tiempo y no gan an más ;
p or 2 A R hasta 6 A R. En estas seis por ei emplo : l. R 3 A ? , P 6 T ! ;
posiciones no se cambian n i las ca­ 2. P 3 C, y a las blancas n o les queda
sillas críti cas ni las distancias de 6trO remedio que volver por 1 e D
F'INALES ARTÍSTICOS 95
para conquistar al peón negro, lo de una lucha instructiva, especial�
que constituye tanta p é r d i d a de mente con este motivo : l . PT X P+
tiempo que no ganan más. (P A X P pierde) , R 4 T; 2 . P 6 C ! ,
i.. a solución j usta es l. R 1 C ! , P X P (si las negras tomasen con el
P 6 T ! (obligado) ; 2. P 3 C ! , R 4 R ; rey, defenderían las blancas el peón
3 . R 2 T, R 4 D ; 4 . R X P , R 4 A ; · de 4 A); 3. P 5 A ! (quien conoce las
5. R 4 T, y las blancas ganan. casillas críticas, comprende bien este
La posición N9 18 es tablas jue- segundo sacrificio ; las negras ame­
nazaban R 5 C, por ej . : 3. R 2 T ?,
18
R 5 C; 4. P 5 A, R X P ! , no P X P ? ;
o 3 . R 2 C ? , R 5 C ; 4. P 5 A, P X P ! ;
no R X P ? ) , P X P (con lo cual
está alcanzada la posición de tablas
del diagrama N'.> 1 8); 4. R 1 C ! � .
tablas.
Los finales de peones son difíci­
les ; se debe estudiar cada uno ais­
ladamente y no se puede dar una
enseñanza universal. Como ocasio­
nales pruebas de eso doy a conocer
dos estudios con las j ugadas inicia­
les paradój icas. N9 20 : l. R 1 R ! !.
20
J. Beh t l n g .
T ablas. ( {; na rep roducc i ó n )

gue quien j uegue. Si j uegan las ne­


gras a,seguran para sí las casillas
críticas únicamente con l. . . . . . ,
R 3 A ! Con cualquier otra jugada las
desperdician y pi é rden. El estudio
de Mattison, N9 19, termina después
19
H. Mattlson,
cDeutsches Wocbenscba c h • , 1 9 1 8

Juegan l a s blancas y ganan.

R 7 C (R 7 T ?; 2. R 2 A !) ; 2. P � C,
R X P; 3. P 5 A, P 6 C ; 4. P 6 A ! ,
P X P; 5. P 6 T, P 4 A; 6 . P 7 T,
P 5 A ; 7. P 8 T = D, y ganan.
Si las blancas hubieran comenza­
do con l. R 2 R ? , harían las negras
tablas con 7 . . . . . . , P 6 A+, etc. Si
l. R 2 A ?, sigue R 7 T ; etcétera.
96 FRANTISEK DEDRLE

También el N'-' 21 tiene la primera las casillas críticas de los peones así
.; ugada sorpresiva : l. R lA ! ! , R 5 D ; b lo quea dos . Si conquista el rey blan­
2 . R 2 A . R 4 A ; 3 . P 4 R ! , y i a s blan- co, por ej emplo, la casilla 5 R, con
eso tam b ié n captura el peón 5 e D,
21
J . Crum.
que pertenece a esa casilla crítica.
< U n a reproducci ó n ) Tampoco aquí tiene valor la oposi­
ción o cualquier posición mutua de
l os reyes ; aquí deciden s im p l emen­
te las distancias mecánicas a las
más s e n s i b l es y decisivas ca sillas .
La s b lan c a s , d es p ué s de tres j uga­
das están en la zona de influencia
de la casilla 4 R, pero las negras sólo
han lle�ado a 3 D y así, d e s ou és de
4. R 4 D, cae la casilla 5 A D o 5 R
y con ella también el peón 5 e D. De
esto se desprende que en la posición
N9 22 el rey blanco conquistará al
peón negro siempre, no importando
dónde se halle inicialmente dicho
J aeg � n l as b : a n c as y ganan.
rey, salvo que esté en l a columna
torre dama (1 T D, 2 T D, o 3 T D)
ca> ganan. El intento l. R 1 D ?, falla y que el rey negro tenga realmente
por R 5 D ; 2. R 2 D, R 4 A ; y la s b la n­ una pos ici ón muy desventaj osa (en
rac; n o p u ed en j ugar 3. P 4 R, por 1 e R e st aría mej or y defendería al
H 5 D ! ; y 3 . P 3 R, es una pér d i d a peón, no obstante j ugar primero las
de tiempo y no g a n a n . Si n em b a rgo , b lanca s ) . Por eso no nos e quivoca­
existen muchos casos en los cuales rr.os por la o pos i c ió n ni por una
la cl a ra y e s t ricta teoría de Drtina 22
.facilita mucho y acorta los cálculos,
Jo cual no se puede afirmar de la
op8sición .

II
LA TEORIA DE LOS PEONES
BLOQUE'A DOS ENTRE SI

Si están los peones mutuamente


bloqueados ( como en el N'� 22) , se
J:'Ueden resolver t am b i én tales fi n a­
les a bas e de las casillas críticas,
disti ntas de las q ue descu brió Drti­
na . Si el rey blanco consigue llegar
Jugando p r i m e r o l as blancas conquistarán
a las casi llas 5 A D . 5 D o 5 R, e l a l peón de 4 C D.
peón negro 4e está perd i d o . De l a
misma manera caerá e l neón blan­ especial g e omet ría del tablero. Las
co si el rey n egro pu e d e llegar a las verdaderas «chanceS >> se fij an de
casillas 5 A D , 5 D o 5 R . Esas son m a n era j u sta y mecá nica , midiendo
FINALES ARTÍSTICOS 97
la distancia de los reyes a la zona narán. Si las negras no toman el
de su influencia decisiva. Quien se caballo, por ej emplo : l . e 6 e + .
halle más cerca ataca y el otro se R2 e; 2. e 4 A, las blancas ganan
defiende. fácilmente. El intento l . e 7 R ?,
En l a posición N'� 23 las blancas, falla por R2 e; 2. e 5 D, P 3 A ! ,
tablas. .
Por qué no ganarían las negras si
se trasl ada la posición N<.> 24 una
casilla hacia abaj o lo explica el dia­
grama N'-' 22 .
24

Jueran l a s blancas y ranan.

jugando primero, conquistarán a la


vez, con el P 3 e D, también la casi­
lla crítica d e Drtina, y las negras
Jue1an las blancas y &'&Dan.
están irremisiblemente perdidas. Las
blancas ganarán, no i m p o r t a n d o
dónde esté ubicado su rey, salvo en Los diagramas N ros. 23 y24 arro­
las casillas T D o en las casillas de j an una luz interesante en el final
la línea 1 T D a 1 T R. Basándose en de torre y peón contra dama.
la oposición no se puede calcular ni La torre y peón en la casilla ini-
este sencillo caso escolar .
Muy instructivo es el estudio nú­
mero 24, de un autor desconocido.
El rey blanco está, al parecer, muy
fuera de j uego y, contrariamente, el
negro tiene en apariencia una po­
sición tan ventaj osa que la victoria
de las blancas, a primera vista, es
muy dudosa. Sin embargo, quien es­
tudie el diagrama 23 comprender;)
fácilmente la interesante solución :
l. e 6 e +, P X e ; y de golpe la
situación ha cambiado. Ahora deci­
de la casilla 6 R y las blancas, ju­
gando primero, llegan antes a la
zona de influencia de la casilla 5 R
que las negras a 2 R, y por eso ga- Las blancas gan an . 1. D 6 A.
98 FRANTISEK DEDRLE

cial (salvo la de torre) hacen tablas sacrificios de la dama en 6 C D en


si la torre se halla defendida por el el N9 27 y en 6 R en el N9 28 . son
peón y éste por el rey (de distinta fácilmente comprensibles por la teo­
manera se ve eso en los diagramas ría de los peones libres. Esos cuatro
N ros. 25 a 28) . El peón blanco apa­
28
rentemente no cambia mucho aquí ;
sin embargo, si recordamos el dia­
grama 23, nos damos cuenta fácíl­
mente de que en el N'·' 25 siempre
podemos sacrificar la dama en 6 A D
en el momento en que el rey negro
entre a 1 A D.

Las blancas ganan. J. D 6 R.

sacrificios decisivos de la dama, en


distintas casillas, reducen esencial­
mente la esperanza del más débil ·
para tablas. No puedo en estas líneas
tratar detenidamente ese final, pero
29
La s blancas ganan. J . D x T + · Fr. Dedrle, «28. Rije n • ,
1 0 de enero d e 1923

Igualmente en � 1 N9 26 podemos
cambiar en 6 D la dama por la torre,
y si el rey blanco está en 5 A D. Los

27

Juegan las blancas y hacen tablas.

los tres diagramas Nros. 29 a 31 ex­


ponen casi toda la materia y ense­
ñan a ambas partes sobre las ven­
Las blancas ganan. 1 . f) ,_. T +. taj as y desventaj as de la situación.
FI NALES ARTÍSTICOS 99
En las posiciones 29 y 30 el rey de está ubicado d es v e n t a j osa m ente ; sin
la parte más débil se halla colocado embargo, puesto que toda la posi­
ventaj osamente, por cuya causa no ción está pasada demasiado a la
se puede forzar ninguna de las po­
:l l
siciones ganadoras (N°5 · 25 a 2 8 ) . Fr. Dedrle, «2K. Rije n » ,
2..¡ de e n e r o de I H2;;
:w
Fr. Dedrle, «2M. Rlje n » ,
1 7 d e enero d e HJ2;;

Juegan las blancas y ganan.

Juegan las blancas y hacen tablas. derecha, no se puede sacrificar la


dama en 6 T R, por T X D ; tablas.
N<? 29. l. T 3 T D ! , tablas. A cual­ Aquí e"iste otro camino para ga­
quier otra j ugada las blancas pier­ nar : l. D 8 e D ! , T 3 e R (única) ;
den ; por ej em plo : l. T 3 e, D 4 T + ; 2. D 4 e + . R 1 R (si T 3 D sigue
2. R 2 D ( R 1 R ) (si 2. R 1 A ?, deci­ 3. D 5 A, R 2 D ; 4. R 4 e, R 3 R ;
de en seguida D 6 A ! [véase N<? 25] ) , [las blancas amenazaban 5. R 5 A] ;
D 4 T + ; y l a s n e g r a s g a n a n . Si 5. R 4 A, y las blancas ganan, pues la
l. T 3 R ? , D 4 T + ; 2. R 1 R, D 4 T + ; torre no puede jugar por D 8 A R) ;
3. R 1 A, D 5 e D + ; 4. R 1 R (si 3. D 4 R +. T 3 R (a cualquier re-
4. R 1 e o R 2 e, gana D 6 D ! [véase
N<:> 28] ) , D 5 e + ; 5. R 1 A, D 5 A + ; 32

6. R 1 R (si 6 . T 2 R , R 4 A o R 4 D,
y las blancas pierden en s eguida) ,
D 8 A + ; 7. R 2 R, D X T + ; y las
negras ganan.
En la posición inicial no se puede
mover el rey por D 8 A R !
N<:> 30. l . R1 R ! , tablas. Si l . R1A?,
sigue D 6A ! ; y las negras ganan
.(véase N<:> 25) . Si l. T 3 T D ?, sigue
D4 CD +; y las negras ganan.
A l. T 3 C ?, D 4 T R + ; 2 . R 1 R,
D 4 T +; y las negras ganan. A
1 . T 3 R ? , D 4 e D + . y las negras
ganan .
En la posición N<:> 3 1 , el rey negro Tablas.
100 FRANTISEK DEDRLE

tirada d el rey decide 4. D X T) ; las negras puedan salvarse con el


4. D X T +, y las blancas ganan . ahogado. (Por ej emplo, si pasamos
Las posiciones con la ventaj a de los peones de modo que el negro se
un peón son motivos teóricamente colocase en 2 T D, 3 T D o 2 e D ) , o
muy importantes. si toda la posici ó n está demasiado
El N9 32 es tablas j uegue quien j ue­ abaj o (el peón negro en 6 T D o
gue primero. La más sensible casilla 6 e D ) , puesto que aquí el rey blan­
del juego de las negras, 5 R, está co no puede internarse en el campo
asegurada y el peón 2 T no se puede adversario sin P, ermitir el contra­
hacer valer en ninguna situación. ataque a sus propios peones.
Esta posición, si la trasladamos ha­
cia arriba por las columnas a nues­ 34
N . G rigoriev, Moscú,
tra voluntad, es tablas igualmente. c l zvestia• , 27 d e noviembre de 1924:

33

Juegan las blancas y hacen tablas.

G a n a n l a s blancas. El estudio de Grigoriev, N9 34, de­


muestra claramente que no se trata
El N9 33 significa la pérdida para aquí de una oposición, sino que se
las negras, no importando quién jue­ lucha solamente por las casillas crí­
ga primero. Los peones blancos son ticas, o por lo menos por la entrada
invulnerables, y debido a eso el rey de los reyes en las zonas de influen­
negro no puede atreverse a atacar­ cia de ellas.
los estando el rey blanco en cual­ l. R 6 A ! Es_o constituye la única
quier parte. El peón libre 4 A influ ­ entrada en la « O posición , , y esa
ye de tal modo en el espacio de las mutua posición de los reyes es pa­
negras, que a las blancas les basta tente durante toda la solución ; si
entrar en la zona de influencia ( a las blancas la abandonan, y entran
3 D o 3 R) y las negras ya están en cualquier momento en la oposi­
perd idas ; p o r e j e m p l o : l . :-- . . . . , ción de B erger, están inmediatamen­
R 4 A ; 2. R 2 A, R 5 D ; 3. R 2 D, te perdidas ; por ej emplo : l . R 3 D ?
R 5 R ; 4. R 2 R, R 5 D ; 5. R 3 A, (la oposición de B erger) , R 1 R ;
y las negras no tienen defensa . 2 . R6A, R l A ; y l a s negras ganan ;
En una situación similar pued e el o 2. R 5 R, R 2 D ; y las negras entra­
más débil hacer tablas únicamente ron en la zona de influenc i a , y eso,
si los peones están tan arriba que en este caso, basta para ganar. En -
FINALES ARTÍSTICOS 101
tonces l o justo es : l . I� 6 A ! , R 1 R ; N'·' 32, pero teniendo las blancas en
2. R6 D !, R 1 A; 3 . R 5 R , R 1 C ; cualquier momento a su disposición
4. R 4 A, R 1 T ; 5 . R 4 e ! ! , R 2 T ; la j ugada con este peón, pueden con
6. R 5 e , R 1 C ; 7 . R 4 A etc. Si las
,

ar.
negras intentasen ganar con l. . .,
. . .
J. Kling.
R 1 A ; sigue 2 . R 6 D ! , y tienen que • C h ronicle•, 1848

volver para no permitir el contra­


ataque a su peón 2 A R. El inte­
resante estudio de Grigoriev aclara
teóricamente, de la mej or manera ,
la ventaj a del peón , y constituye en
esta situación el único ej emplo de
tablas en el cual el peón de la parte
más débil está ubicado hasta en l a
columna del alfil. Si esta posición la
trasladamos a voluntad en dirección
abajo, las blancas pierden, no im­
portando quién juega primero.
311

Jaer;an las blancas y ganan.

éxito en un momento oportuno re­


forzar el ataque de su rey a las ca­
siltas críticas. Además , las blancas
amenazan pasar a una situación con­
veniente con su peón 2 T a 4 T y 5 T,
llegando a la posición N<? 35. Espe­
cialmente esta posibilidad de un
ataque combinado forma la base de
los hermosos y deslumbrantes «tiem­
pos» del rey blanco. A esto nada
tiene que decir la oposición ; tampo­
co puede aclarar algo ella y favo­
Ganan las blancas. recerá al aj edrecista si olvida du- .
rante la solución todo lo que sabe
El N<? 35 se halla perdido para las de la oposición. Las blancas se em­
negras, no importando dónde esté el peñan en la conquista de la casilla
rey blanco, ya que el ataque a los crítica 5 D con su rey, o de poder
peones blancos· es imposible y las ne­ entrar en 3 e R en un momento tal
gras no pueden defender la casilla que puedan pasar su peón por 4 T
crítica 4 R, pues se encuentra ya a 5 T. Entonces, inician el ataque
fuera 'del conocido cuadro del peón en el flanco dama para . romper
libre, a saber, 4 T D - 1 T D - 1 D - 4 D. en el flaJlCO de rey. t. R 3 R, R 4 D ;
El estudio N<? 36 de Kling, a pri­ 2 . R 2 A ! ! (una hermosa marcha
mera vista inocente, es pr o fundo y del rey a 3 C R) , R 3 R (lo mej or,
traidor como un oscuro pantano. Si pues a R 5 R, o R 5 D, o R 3 D, de­
el peón 2 T estuviese en 3 T R, sería cide en seguida 3. R 3 e y P 4 T ! ;
eso un simple motivo de tablas del y a 2. . . . . . , R 4 R ; sigue 3. R 3 A,
102 FRANTISEK DEDRLE

R 4 D ; 4. R 3 e, etc ) ; 3. R 2 e ! (un dama si consigue avanzar a 7 A D ;


nuevo espléndido ataque) , R 3 A (si por ej empfo, e n l a posición R 3 e R
3 . . . . . . , R 4 R ; 4. R 3 A, y si entra a (blancas) , y R 4 R (negras) , las ne­
la columna de dama, sigue 4. R 3 e, gras hacen tablas aunque jueguen
y a las demás retiradas cae la primero y tengan que abandonar l a
casilla 4 D) ; 4. R 3 e ! (la última oposición ; l . . . . . , R 5 R ; 2. R 2 A !
.

y decisiva acometida) , R 4 R (3 R) ; (2. R 4 e, R 6 D ! ; tablas) , R 5 A ! , ta.;.


5 . P 4 T ! , y las blancas ganan fácil­ bias ; ahora no bastaría R 6 D ? por
mente. Si las negras j uegan de otra 3. P 5 e ! , R X P ; 4. R 3 R o R 2 R ! , y
manera, sigue 5. R 3 A, y pierden la las blancas ganarían.
casilla 4 D. Las blancas no conquistarán las
E's interesante destacar que este casillas críticas aunque combinen el
magnífico estudio, que pasó muchas ataque a la casilla 4 A R con el ata-.
veces por el mundo aj edrecístico y que a 4 T D ; y el peón libre 4 e D
está incluido tal vez en las más im­ tampoco se puede valorizar cuando
portantes colecciones, tiene una do­ esté todavía el peón negro en el ta­
ble solución que descubrió después blero. B erger analiza esta posición
de 80 años de su primera publicación de los peones muy extensamente, a
el excelente solucionista checo M. base de la oposición, y llega a con­
Fila : l. R 3 e (amenaza 2. P 4 T ! ) , clusiones completamente erróneas.
R 3 A ; 2. R 2 A, R 3 R ; 3. R 2 e, etc., Recomienda especialmente una opo­
como en la solución del autor. sición << larga » , a pesar de que nos
podemos convencer fácilmente que
!�7
ni las blancas ni las negras no la
pueden aquí utilizar con ventaj a
en ninguna de estas situaciones.
Berger, además, afirma en sus más
grandes libros de enseñanza que
las negras tienen que oponerse en
las diagonales si el rey blanco está
atacando en el flanco de rey (por
ej emplo : a 2. R 2 e R, se opone con
R 5 R o R 3 R) . Esos son los errores
teóricos, aun si las blancas aban­
donaran el contraata que a los peo­
nes blancos, pues 2. . . . . . , R 5 A o
R 3 A asegura a las negras de la
misma manera tablas. Berger se
Tablas. enorgullece con sus teóricamen te
erróneas expliéacion es, afirmando lo
El N9 37 es tablas, pues las negras siguiente: <<Esta exacta representa­
tienen asegurada la más sensible ción de la situación del asunto no
casilla 5 A R, y tampoco las blancas se ha publicado aún hasta la fecha» .
pueden conquistar la casilla 4 T D Es cierto, por suerte.
y, además, pueden las negras em­ El N'·' 38 se distingue esencialmen­
prender un ataque contra los p eo­ te del similar N9 37. Pasando la po­
n·es blancos en caso de que el rey sición por una casilla hacia la iz­
los dej e, porque el peón de 5 A D quierda, desapareció la casilla crítica
hace tablas también contra una 4 T D. pero las negras no tienen la
FINALES ARTÍSTICOS 103
esperanza de un contraataque, pues pasa por la casilla del medio t;s la
el peón negro 5 e pierde contra la principal para el ataque ; aquí es
dama, aun llegando a 7 C . Es a s son l a línea cuarta de parte de las ne­
gras. La forma del ataque coincide,
38
39

Tablas.
Ganan.

las dos diferencias capitales de la en este caso, únicamente con la opo­


situación. El sector de las casillas sición horizontal ; las demás oposi­
débiles no se alteró y tampoco aquí ciones son inútiles. En el N<? 39 las
se puede teóricamente romper, pues negras podrían hacer tablas sola­
la casilla 3 A D es para las blancas mente si colocaran su rey en seguida
inaccesible. Las blancas, no teniendo
que cuidar sus peones, pueden apar­ 39 a )

tarse a su voluntad de ellas, y bus­


car nuevos blancos para sus ataques.
Los constituye la parte de la colum­
na de rey 4 R, 5 R, 6 R y 7 R. Tam­
bién esas casillas son decisivas y
críticas, pues si colocamos al rey
blanco en cualquiera de ellas, el rey
negro ya no encontrará en todo el
tablero ni una casilla desde la cua�
haría todavía tablas, no importando
quién j uega primero . Voy a esque­
matizar primero cómo se conquistan
esas casillas teóricamente, sin tomar
en cuenta la posición de los peones.
En las posiciones 39 y 39 a) las
casillas 3 R, 4 R, 5 R son decisivas
para las negras (perdedoras) , pues en 5 C D, .5 D, o 5 A R ; en 3 T R,
tienen que defenderlas, porque cons­ 3 A R, 7 A R y 7 T R tienen también
tituyen la entrada en su zona de una oposición que, sin embargo, ca­
influencia. De otro modo el espacio rece de valor. De eso ya se despren­
y los reyes son libres. La línea que de que en el N<? 39 las negras pierden
104 FRANTISEK DEDRLE

si están ubicadas en las líneas terce- las casillas críticas ni la línea prin­
ra o segunda, no importando quién cipal, y en consecuencia las negras
juega o si tienen una oposición corta no necesitan interesarse por las mu­
o larga. En el N9 39 el rey blanco tuas oposiciones de los reyes y mue­
ataca debaj o de la línea y las negras ven su rey por las casillas 5 D y 5 R
ya no pueden defender las casillas o 3 D y 3 R. D e esa reserva expec­
débiles 5 R y 3 R; eso significa que tante no estorba a las negras nin­
no conseguirán el equilibrio en la guna oposición, ni las jugadas del
línea principaL , rey blanco, si no pasa los límites del
En el N9 39 a) las blancas no ga- mencionado rectángulo. Cualquier
nan, pues cuando intenten dominar oposición es casual - y para ambas
la línea principal y entren a la cuar- partes sin valor y la puede reco­
ta línea perderán el ataque porque mendar sólo la persona que no en­
las negras, colocándose en oposición tiende lo esencial de la situación.
horizontal, consiguen un equilibrio Al afirmar Berger que en la situa­
duradero. ciórí N9 40 pueden las negras j ugar
·

En el sector vertical decisivo del sólo por excepción R 5 D, y que se


N9 38 constit uyen las casillas 5 R, debe j ugar R 3 D, está en un gra-
6 R y 7 R un sistema de ataque si- ve error teórico, pues sabemos que
milar al de la línea pri nc ipal de l a tambiéQ las jugadas R 5 R o R 3 R
sexta fila. Por otra p ar te , las negras son de igual valor y aseguran a las
deben tener en cuenta el conocido negras tablas. Son muchos los erro­
cuadrante del peón 4 T D de las res parecidos en el libro de ense­
bl¡mcas, pues cuando lo abandonan ñanza de Berger , y con la oposición
pierden. Además, la casilla 5 A D es suya se confunden no solo los prin­
para ellas inaccesible y con ello c i p i a ntes, sino también los j ugadores
disminuye el espacio para la defen- fuertes. Así, el conocido compositor
sa, por lo cua� las casillas decisivas de problemas y distinguido autor de
resultan para las negras más sen- l os libros de e nseñanza J. Kotrc fué
sibles.
Si el rey blanco en el N9 40 se
mueve eri el rectángulo 2 T D -
2 TR - 1 T R - 1 T i no amenaza � i ·

40

víctima de esos confusos preceptos


y publicó en su libro « Die Schach­
J u e g a n l a s n e g" r a s . partie » ( 1 920) , al N9 4 1 , la siguiente
FINALES ARTÍSTICOS 105
reflexión teórica : << El j uego, para el ataque como en la defensa, es
conservar la oposición, es muy fino variable, lo que demuestro con los
y a la vez difícil. Se trata aquí de tres diagramas que siguen, en los
la tal llamada oposición a larga dis­ cuales traslado la misma (oblicua)
tancia. Estando el rey blanco en oposición siempre por Úna casilla
1 A R podrían las negras también hacia arriba.
conseguir la oposición larga con 42
R 4 A; sin embargo, se apartarían
demasiado del peón 4 T D blanco y
en consecuencia tienen que elegir
la única casilla sobrante, a saber
4 D >> . Sin embargo, considerando teó­
ricamente la posición del rey blanco
en 1 A R, nos damos cuenta de que
las negras hacen tablas, no impor­
tando quién juega, si el rey negro
está en cu alquier casilla del cuadra­
do 2 A D 2 R 4 R 4 A D o en las
- - -

casillas 5 D y 5 R (en total 11 casi­


llas del mismo valor) , no estando
suj eto solámente a la casilla: 4 D.
¿ No es este ej emplo por sí mismo
una rotunda crítica a las confusas Tablas.

opiniones de Berger sobre la opo­ En el N9 42 existe una aparente


sición ? (casual) oposición, y en consecuen­
Cuando el rey blanco irrumpe en cia no tiene valor para las blancas
la tercera línea comienza el ataque o las negras. Una posición del mis­
a la línea vertical y entra en la es­ mo valor teórico surge si las negras
fera de la tensión y de las mutuas están ubicadas en 5 D, 3 D o 3 R, o
posiciones de los reyes. Si entra, por si las blancas se hallan en algún lu­
ejemplo, a 3 T R, la única contesta­ gar de la primera o segunda línea.
ción de las negras es R 4 D ; a - R 3 C ; En la posición N9 43 es la formación
R 4 R ; a R 3 A, R 4 D . En consecuen­
43
cia, este ataque inicial resulta para
las negras peligroso, pues las blan- .
cas atacan a la vez l a principal línea
vertical de acornetida en la columna
de dama, que desde la casilla 3 I)
hacia arriba está en el espacio libre
y por eso importante. En · tal cru- ·

c e de las líneas principales resulta


cada opos i ción de Marco (véanse las
explicaciones del diagrama N9 16)
útil (véase N9 70) , p uesto que el ata­
que vertical puede convertirse en ·

horizontal y viceversa. Sin embargo,


tampoco en esta zona la oposición
por sí sola tiene poder p ara forzar
el juego y el efecto de ella, tanto en Juegan las negras y pierden .
106 FRANTISEK DEDRLE

de los reyes la única solución de la En el N9 45, si las negras quieren


tirantez existente. Si las negras la hacer tablas, no deben engañarse
abandonan (eso significa que deben por ninguna de las oposiciones y
j ugar l . . . . . , R 3 D ! , tablas.
.

4t

45

Ganan las blancas.

J u egan las negras y hacen tablas.

j ugar) pierden ; de otro modo hu­


bieran hecho tablas . En el N9 44 se Si el rey blanco penetra �n la
halla una oposición aparentemente cuarta línea (4 A R, 4 e R, 4 T R) ,
perdedora, pues las blancas no la las negras tienen que defenderse
necesitan ya, y las negras se hallan sólo con la oposición horizOntal.
perdidas con oposición o sin ella, Berge1· recomienda especialmente la
no importando quién j uega primero oposición larga, porque, según él,
(véase N9 39) . Del mismo modo se se adapta mej or al espacio aj edr e­
puede examinar la variedad de la cístico. · Sin embargo, nos convence­
fuerza de cualquier otra formación mos fácilmente de que las negras
de los reyes. Sin embargo, en los tres salvan sus casillas críticas sólo con
diagramas quedan sin variar las ca­ una o p o sició n corta (la importante
sillas críticas y sus líneas principales casilla 5 AD es para ellas inaccesi­
de ataque y son ellas la única guía ble) , y hasta que el rey b lanc o se
segura para la solución. alej e hacia la columna torre rey bas­
El N9 45 es un interesante ej emplo ta la oposición larga, pues la corta
de la llamada oposición dañina. Si cae ya fuera del cuadrado del peón
las negras j uegan y obedecieran la libre 4 T. Por cierto todo esto no se
instrucción teórica de B erger, que necesita explicar a quien c on o c e la
enseña que deben oponerse en el forma original del dia gra ma N9 39.
flanco de rey, en las diagonales, En el diagrama N9 46 las negras
pierden : l. . . . . , R 3 A ? ? (las ne­
. pierden no importando qu ién juega,
gras han conseguido, «Según precep­ aunque tengan la oposición larga, a
to » , la oposición larga, pero eso sig­ pesar de que si tuvieran la corta se
nifica un error irreparable) ; 2. R3e!, salvarían .
R 4 A (en las circunstancias lo me­ A la posición de los peones en el
j or) ; 3. R 4 e ! , y las negras pierden diagrama N9 38 hay que añadir que
en seguida. aquí también e s decisivo el sect or
FI NALES ARTÍSTICOS 107
negro deben caer. Se puede estable­
cer con a n t erioridad quién se halla
en el ataque y q uié n en la defensa.
48

Ganan las blancas.

entre 7 R y 7 T D, que por casuali­


dad no tiene su importancia, por
faltar al rey blanco un espacio li­ Las blancas pl•rden.

bre y satisfactorio para atacar.


Los peones en las columnas m e­ En la posición N<? 47 son las «Chan­
dias (del rey y de la dama) tienen ces » sólo aparentemente de i gu al
cada uno seis casillas críticas. Por valor. Estudiándolas detenidamente
ej emplo : el peón blanco 4 D tiene nos damos cuenta de que el rey ne­
las casillas críticas 4 T D, 4 C D , gro ya se halla en las casillas crí­
4 A D y 4 R , 4 A R, 4 C R. Las casillas ticas ; al contrario, el rey blanco está
4 T D y 4 C R, por supuesto, son las todavía fuera de la zona de influen­
más sensibles. Si maniobran ambos cia. Esta desventaj a posicional de
reyes en flancos distintos (Nros. 47 las blancas resulta tan grande que
y 48) , entonces no hay posibili dad pierden su peón si les toca mover.
de tablas, pues los peones blanco o Entonces las negras atacan y las
blancas se defienden. Las blancas
47 deben inmediatamente darse cuen­
ta de esto, y abandonar el ataque,
porque sólo con la j ugada l. R 3 C
o R 3 A todavía hacen tablas. Con
cualquier otra j ugada pierden . En la
posición N? 48 no tienen las blan­
cas remedio y el peón blanco cae y
con él también la casilla crítica de
Drtina.
El N<? 49 es un importante diagra­
ma de «chanceS>> iguales. Las blancas
y las negras se hallan tan empeñadas
en el ataque, q u e las tablas están eli­
minadas. Si sacamos cualquier pa­
rej a de reyes sobrantes (por ej em­
Las blancas pierden el peón aunque les toc a jug ar.
plo R 6 A y R 5 C) , que dará siempre
108 FRANTISEK DEDRLE

una pos1c10n de «Chances » iguales, blancas ganan (véase el diagrama


lo cual quiere decir que quien j ue­ número 48) .
gue primero gana. Es indispensable También en el N9 5 1 se halla el
49 51
Fr. Dedrle,
•Kalendar Ceskych. Saehlst u • , 1919

dominar bien este diagrama si que­ J ueg-a n l a s n eg ra s ; l as blancas g a n a n .


remos considerar en forma j usta las
posiciones de peones bloqueados. peón 4 R negro perdido aun cuando
En la posición N9 50 nos damos jueguen primero las negras : l . . . . . ,
R 3 e ; 2. R 7 e , R 4 C ; 3. R 6 A, R 3 C
!)0
Fr. Dedrle, (las negras no deben atacar más,
cKalen d a r C e sky c h. S a ch i s t u » , 1 !1 1 9 porque si no ganan las blancas con
el peón de 4 R) ; 4. R 6 D, R 3 A ;
5. R 5 D, R 2 A ; 6. R X P, R 2 R ;
7 . R5D ! , R2D (esta posición la fuer­
zan siempre las blancas, no impar-
112
Fr. Dedrle,
• Ka le nd a r Ceskyeh .
Saehlstu•, 1919

Juegan l a s negras ; l a s blancas ganan.

cuenta de que las negras están en el


flanco de dama perdidas, y el dia­
grama N9 49 nos enseña que están
perdidas tam bién en el flanco de
rey aun j ugando primero l . . . . . , .

R 2 A ; 2. R 7 e , R 3 e ; 3. R 6 A, ·y las Juegan las negras ; las blancas hacen· tablas.


FINALES ARTÍSTICOS 109

tando de qué manera jueguen las ne- gan primero, a pesar de que la su­
gras) ; 8. R 4 A, y las blancas ganan. perioridad posicional de las blancas
Sin conocimientos sobre las casi- no es visible.
llas críticas no se puede comprender E'n la posición NV 54 tienen las
bien que en la posición N'-' 52 el rey
ra
blanco está situado peor en 2 R que,
por ej emplo, en 8 T D. Las negras
atacan, y l zs blancas se salvan de
una catástrofe sólo conociendo bien
el diagrama N9 49. l. . . . . . , R 3 e ;
2. R 3 D ! (a cualquier otra j ugada
las blancas pierden) , R 4 e ; 3 . R 4 A ! ,
R 5 e ! (obligado, pues a 3 . . . . . . ,
R 5 A ? ; sigue 4. R 5 D ! , y las blan­
cas ganan ) ; 4. R 3 e, R 5 A ; tablas.
Un interesante efec t o de los peo­
nes bloqueacl_os lo de mu es tr a el dia-
53
Fr. Dedrle, c28. Rljen•,
H de marzo de 1925

Juegan l a s blancas y g a n a n .

blancas un peón de más, pero la vic­


toria no es fácil. Las negras llevan
el ataque y si las blancas no apro­
vechan las enseñanzas del diagra­
ma N9 49, fácilmente dej an escapar
la victoria. l. R 2 e ! (si l. R 3 e ? ,
pierden después de ,R 5 D en seguida
el peón 4 A, y si prueban defender­
lo con 2. P 3 R +, perderían ambos
peones) , R 5 R; 2. R 3 T ! , R 5 D ;
3. R 3 e, R 6 R ; 4. R 4 T, y las blancas
ganan. El intento de hacer valer
Juegan las blancas y g an a n . directamente su peón libre fracasa
solamente por ser el peón negro de
grama N9 53. Después de la j ugada alfil. l. P 3 R ? , R 5 R; 2 . R 2 D , R 4 A;
l. p 3 e, el peón negro de 3 e s e 3 . R 1 D, R 4 R ; 4. R 1 R, R 4 A;
halla perdido. Si las negras lo de­ 5. R 2 A, R 5 R ; 6. R 2 R (esta opo­
fienden avanzándolo a 4 e , aceleran sición la pueden las blancas forzar,
su pérdida por 2. R 5 T ! Si j uegan aunque las negras j ugaran de otra
l . . . . . . , R 3 A; decide en seguida manera) , R 4 A ! ; 7. R 3 A, R 4 R ;
2. p 4 e ! ; entonces no resta a las 8. P 4 R, R 5 D ; 9. R 4 A, R X P A ;
negras otro camino que abandonar 1 0 . P 5 R, R 6 e ! ; tablas.
el peón de 3 e después de la primera Menciono es t a variante sólo por­
jugada y bus-;:ar con l. . . . . . , R 5 R ; que aq u í la oposición tiene un papel
una compensación en el flanco dama. cómico. Si las negras buscaran la
Sin em ba r go , llegan tarde. También salvación únicamente en la oposi­
se hallan perdidas las negras si jue- ción (y Berger en cada oportunidad
110 FRAN TISEK DEDRLE

la recomienda) , j ugando 6. . . . . y las blancas pierden el peón de


R 4 R ? ; 7. R 3 A, R 4 A ; para con­ 4 R irremediablemente, y si inten�
seguir la o p o s i c i ó n , pierden por tan defenderlo pierden ambos peo­
8. P 4 R +, etcétera. nes ; por ej emplo : 5. R 3 A ? , R 5 D ;
Que la oposición en los finales 6 . P 3 A + ? ( 6 . R 2 R e s lo j usto) ,
verdaderamente entorpece y enga­ R X P ; 7. R 4 C, R 6 D ! ; y el peón
ña lo veremos en un ej emplo más blanco de 4 R se halla perdido ;
8. R 3 A ! , tablas (si 8. R 5 A ?, si­
gue R 5 D y las blancas pierden) .
Entonces, si las negra.s en el N9 55
quieren hacer tablas sin preocupar­
se por la oposición oblicua, tienen
que seguir e n el ataque y j ugar en
seguida : 3. . . . . . , R 5 A ! ; porque
j ugando de otra manera se retardan
en el contraataque y pier d en. Si en
la posición N9 55 el rey n egro con­
sigue llegar a 6 A D, conquista am­
bos peones, no importando quién
j uega primero.
56
K l i n g y Horwltz ( 1851 )

Juegan las negras y h acen tablas.

serio, N9 55 ; B erger analiza en el


libro de enseñanzas sobre aperturas
y finales intitulado « Bilguer» , en la
página 1014 esta situación, después
de la tercera jugada de las blancas, y
recomienda con un signo de admira­
ción a las negras el siguiente error :
3 . . . . . . , R 4 A ! ( ? ?) . Eso es una vi-
sible consecuencia de su desmedi­
da ansia por la oposición ; después
de este grave error, las negras pier­
den en seguida un final tablas, pues Juegan l a s blancas y ganan.
sigue 4. R 2 A ! (también R 3 D bas­
ta para ganar, puesto que el peón Analizando la posición N9 56 afir­
negro 4 R no es un peón de alfil) . ma B e rger en su libro « Theorie und
Para que las negras puedan hacer PraxiS>> , en la página 545, que aquel
tablas aquí, recomienda B erger esta peón doblado gana sólo excepcional­
vez un nuevo error a las blancas : mente. En la página 41 otra vez
4. R 2 R ( ? ? ) , después de lo cual subestima peones doblados contra el
R 5 A o R 5 D ya hace tablas, n o rey solo, considerándolos solamente
porque se trata de una oposición un poco más fuertes que un único
casual, sino porque, c o m o ya lo sa­ peón. .

bemos por el diagrama N•:• 49, l as Lo contrario es verdad, pues el


negras pasaron a un contraataque, peón doblado hace tablas contra el
FINALES ARTÍSTICOS 111
rey sólo por excepción (por ej em- (N'-' 56) o en 2 e D o 2 A R (N\' 58) .
plo, si están ambos peones ya tan Si recordamos el diagrama N'·' 49 fá­
pasados que ni con el sacrificio del cilmente nos convencemos de que las
más sensibles casillas de aquel peón
F. J. Frokop, Praga, « 2 M . Rijen » , 4 R negro, son las 3 D y 3 A R, y las
l .J de febrero d e 1 !)2;)
más sensibles del peón 4 R blanco,
las de 3 D y 3 A R. Aplicando este
concepto a la posición N'! 56 (des­
pués de la primera j ugada l . P 6 D)
o al diagrama N'i 58, nos damos
cuenta de que las negras tienen sus
puntos más débiles permanentemen­
te descubiertos, y que al contrario
ambos puntos más débiles del pri­
mer peón los cubre el segundo peón,
haciendo así la posición de las blan­
cas invulnerable. En este hecho hay
que ver la profunda importancia teó­
rica del segundo peón, y no sólo por­
que las blancas a su debido tiempo
Jue:;an las bl�J,neas y ganan. puedan avanzar con él.
N9 56 : l. P 6 D, R 1 A; 2 . R 4 R (no
primero se puede impedir el aho­ está claro por qué Berger agrega a
gado ; de otro modo gana el más esa j ugada un signo de admiración,
fuerte, siempre si consigue conser­ si 2. R 4 A y hasta 2. R 3 R ! , también
var ambos peones doblados) . Dos o gana y en el N9 56 se gana con dos
tres peones doblados en la línea de variantes) .
torre, por supuesto no ganan. En una posición hábil, presenta
El segundo peón en las posiciones el estudio de KUng y Horwitz el
58
compositor checo Prokop (N9 57) :
l . R 3 D, R 1 D ; 2. R 4 R, R 1 R ;
3. R 3 R ! , R 1 D ; 4 . R 4 A, etcétera.
-
3 . . . . . . , R 1 A; 4. R 4 D, etcétera.
En la posición N9 58 (y si la tras­
ladamos a voluntad hacia arriba o
a la columna rey) las blancas ganan
f á c i l m e n t e , no importando quién
j uega primero. Esa es una posición
tan anormalmente fuerte, que las
negras pierden s iempre aunque ubi­
quen su rey en cualquier lugar. N o
se puede decir lo mismo sobre las
similares y aparentemente más fuer­
tes posiciones de los Nos. 54 y 55. En
realidad ésas son para las blancas
L a s blancas g a n a n siempre.
más desventaj osas, pues las negras
Nros . 56 y 58 es anormalmente fuer­ pueden atacar con éxito al peón li­
te, hasta más fuerte que si fuera un bre blanco 2 R o 2 A D, respectiva­
peón libre de más en 4 e D o 4 A R mente. En el N9 54 las negras hacen
112 FRANTISEK DEDRLE

tablas si colocan su rey en 5 R. Si c u e n t r a s u r e y . l. H 4 C, R 1 R ;


estuviera ya en 6 R, tendría tanta 2 . R 5 T, R 1 A ; 3. R 5 C ! , R 1 C (obli­
superioridad p o s i e i o n a 1 (consigue gado, pues a las negras les falta es­
conquistar ambos peones) que real­ pacio y tienen que defender la casi­
mente las blancas necesitarían pre­ lla 2 T R) ; 4. R 5 A (ll egando a la
ocuparse para hacer tablas. En el casilla 7 A) , R 2 T ; 5. R 4 R ! , y las
N9 58 no basta a las negras · para b l a n c a s g a n a n ; 4. . . . . . , R 1 A ;
hacer tablas ninguna otra posición 5. R 5 R, R 1 R ; 6 . R 6 D, R 1 D ;
de su rey. Concedamos que las ne­ 7 . P 5 A , y las blancas ganan.
gras han entrado ya a 6 C D .(lo Si c o m i e n z a n las n e g r a s con
mismo sería a 6 A R) : l. R 2 R (no l. . . . . . , R 1 R ; 2. R 5 C, R 1 A ;
l. R 3 R ?, por R 5 A ! ; y tablas) , 3. R 5 T ! , R 1 C ; 4. R 6 T ! , R 1 T
R 5 A ; 2. R 3 R, R 6 C ; 3. R 4 A, R 5 C ; (una «Oposición>> obligada que, sin
4. R 5 A, R 4 C ( R 6 C ) ; 5 . R 6R, embargo, en seguida pierde en el
R 5 A ; 6. R 5 R, y ganan ; l . . . . . . . , flanco d am a ) ; 5. R 5 C, etc ét er a .
R 5 C ; 2. R 3 A ! , R 5 A ; 3. R 3 R, etc. Similar al estudio N9 4 de .l a co­
E'l ataque de las negras se halla lección y a l N9 34 de este artículo,
completamente imposibilitado por el d e b e el más débil t r ata r de evitar
peón 2 D blanco, y las blancas fuer­ la entrada en la oposición de Berger,
za n fácilmente la victoria, sin nece­ que significa para él la pérdida.
sidad de j ugar P 3 D. Un poco para­ 60
dój ica resulta en el N9 58 la realidad
teórica de que el rey negro 'está to­
davía mej or en 8 D . Sin embargo,
las blancas también ganan fácilmen­
te en esa posición : l. R 3 A (basta
también R 3 R) , . R 7 R ; 2. · A 4 C ! ,
R 6 D ! ; 3 . R 5 A, R 5 R ; 4. P 3 D + ,
y ganan. Aqu í las blancas no gana­
rían sin la j ugada del segundo peón.
Las negras pierden en la posición
N9 59 no impo r tan do dónde se en-

59

N9 60 : es tablas j u gan d o c u al quie­


ra : l. R 3 C, R 2 R; 2. R 4 T, R 2 A ;
3. R 4 C , R 1 A ! ; tablas, o s i co­
mienzan las negras l. . . . . . , R 2 R ;
2 . R 4 C , R 2 A ; 3. R 4 T, R 1 C !
(R 1 A) ; tablas. Un error sería 3 . . . . .. ,
R 2 C ? ; por 4. R 5 T ! , R 2 T (la opo­
sición de Berger) ; 5. R 4 C, etc., y
las negras pierden .
Si trasladamos la posición una ca­
silla hacia abaj o, las negras hacen
G a n an las blancas. también tablas fáci lment e .
FINALES ARTÍSTICOS 1 13
También algunos ej emplos de las La posición NV 6 3 es un ej emplo
partidas vivas sobre el aprovecha­ típico, pues las blancas pueden mi­
miento de las casillas críticas pue­ nar los peones negros j ugando P 4 C -
den interesar al lector.
fi:{
Buch wald
61
J� Braeh

A. Halda.

VI. Berrer.
P 5 C. Si trasladamos la posición ha­
Cuando las blancas, en la posición cia arriba ganan las blancas también
N9 61, han ocupado con su rey l a sin el peón en el flanco de rey.
casilla 6 C D , han asegurado su vic­ La posición N9 64 se halla frecuen-
toria, pues las negras agotan sus 64
movidas de peones, debido a que ! Match I KlK)
LOwenthal
las blancas poseen las j ugadas R 7 C
y R 6 C, después de lo cual las ne­
gras tienen que abandonar su peón
3 R y pierden. De igual manera ga­
nan las blancas en el N9 62.
82

Morphy.

temente en los libros de enseñanza


como un instructivo ej emplo de la
manera de aprovechar la oposición.
Quien estudia el diagrama N9 22
�·· blaneas ranan. entiende que si las negras deben
1 14 FRANTISEK DEDRLE

jugar� pierden en seguida su peon horizontal y principal línea de ata-


4 R y la partida. Entonces, las blan- que. , E'stas entradas en las posi­
cas se hallan un poco mej or, pero dones débiles pueden ser puestas
no pueden forzar el traspaso del análogamente en forma horizontal,
«tiempo » y tampoco pueden atacar y entonces el choque es vertical.
con éxito al débil peón de 4 A de Las casillas críticas producen una
las negras, pues. éstas no tienen más tensión que puede resolverse por
lej os la casilla 3 A D, que las blan- medio de ciertas y determinadas
cas la de 4 A D. Resulta la partida, formaciones de los reyes que son
después de R 4 T - R 4 C - R 4 ·T, irre- trasladables en un espacio comple­
mediablemente tablas. Morphy no se tamente libre . En los Nros. 65 y 66 lo
dió cuenta de que existe en la posi- constituye únicamente la oposición
ción una manera de minarla, similar vertical, que pasada a la línea prin­
a la del diagrama N9 · 64,' y j u gó cipal (aquí la columna A R) asegu-
47. R 3 A ?, R 3 A; 48. R 2 A ?, R 2 A ; r a a l más fuerte l a victoria y a l más
4 9 . R 3 C, R 2 C ; 50. R 2 A ? , R3 A ; débil tablas. Cualquier otra forma-
5 1 . R 1 C ? ? (por fin encontró Mor- ción de los reyes, es para ambas
phy una j ugada que pierde ; Maro(:� partes sin valor. En el N9 65 están
zy 1¡¡. llama un suicidio, pues una
jugada también débil, 5 1. R 1 A, hu­ G5

biera tal vez hecho tablas : 5 1 . . . . . . , ·

R 4 C ; 52. R 2 R, R 5 A ; 53. R 2 D,
P 5 A ; 54. P X P , R X P ; 55. R 3 A,
etcétera) , R 4 C ! (es sólo casuali­
dad que Lowenthal con este úni­
co acceso entra en la op osición) ;
52. R 2 C (tampoco resulta R 2 A) ,
R 5 A ! (a Lowenthal no le interesa
la oposición) ; 53. R 2 A, P 5 A ! ; y
las negras ganan.
·

Berger utiliza una página entera


para explicar el . muy débil j uego de
Morphy, diCiendo que incita.bp. a lás
negras a entrar en su campo , · para
poder eventualmente ganar, después Ganan las blancas.
de una j ugada débil de parte de .
las negras, por ej empl o : 5 1 . . . . . . , · los puntos débiles de las negras per­
-

R 5 C ; 52. R 2 C, R 5 A ; 53. R 2 A; . didos, no importando quién j uega


R 5 C ? ? Eso constituy-e, por cierto, primero. Las blancas atacan la co­
una fantasía sobre la oposición.
·

lumna C R y cuando las negras, de­


fendiéndose en la línea principal d e
A R, las desaloj an con un ataque a
III · 1a izquierda _ o a la derecha de esta
FORMAC IONES DE REYES QlJE línea principal, las blancas avanzan
SE PUEDEN TRASLADAR por la columna libre de R o C R. Si
POR EL ESPACIO las negras se quedan en la línea
principal aceleran su derrota.
En los Nros. 3 9 y 3 9 a ) están seña­ En el N9 66 las blancas siempre
ladas las casillas decisivas por vna pi erden el ataque si intentan entrar .
FI NALES ARTÍSTICOS 115
a l a col u mna d e e R y apoderarse de negras mueven simplemente su rey
la línea principal A R, y por eso la por las casillas 3 A R y 3 C R, y n o
posición es tablas. Un ataque en la se preocupan por el hecho de que
las blancas entren · en la oposición
66 o ataquen sin ella. Si las n egras no
tienen otros puntos perdedores, na­
die las puede sacar de esta coloca­
ción y el N'i 65 (con la inaccesible
casilla 5 R para las blancas) es in­
cuestionablemente tablas. La misma
reserva segura la constituyen las
casillas 1 A R y 1 e R de las negras,
y aun cuando las blancas entrasen
a 5 A R ó 5 e R, impedirán las ne­
gras, por medio de la oposición ver­
tical, el acceso a las casillas críticas.
Se deduce de esto, y es evidente,
que las casillas 2 A R y 2 e R son
las menos seguras para el rey negro,
Tablas.
porque j ustamente en ellas puede
ser atacado por las blancas desde
columna T R no tiene valor porque las casillas 5 A R ó 5 e R.
en ella no se halla ninguna de De la misma manera puede estar
las casillas perdedoras, y cuando las obstruido el espacio necesario para
blancas penetran en la columna e R la defensa, por lo cual se ve dificul­
consiguen las negras en seguida un tada la misma para el más débil.
equilibrio duradero, entrando en Debido a tal causa, la parte amena­
una oposición vertica_L zada es más sensible (véase Nros. 38
Este es el sistema más simple y ó 71 hasta 74) que la teóricamente
fácil de las casillas críticas (la teó­ normal.
rica forma del ataque y de la de­ Por estos ej emplos puramente teó­
fensa) ; tiene gran importancia y ricos se comprende que el ataque
hay que dominarlo bien si quere­ y la defensa no coinciden con cual­
mos en forma segura y rápida con­ quier oposición y que no se debe
siderar estas situaciones. aceptar cada oposición por su medio
Si el espacio necesario para el adecuado ni para un ataque ni para
ataque se halla obstruido e inacce­ una defensa. La forma de ella de­
sible a la parte más fuerte , entonces pende de la colocación de las casillas
la línea del ataque no tiene su teó­ críticas . En los finales verdaderos
rico efecto : por ej emplo, admitamos tiene más influencia en la forma de
en el N9 65 que la casilla 5 R para ataque (o de la defensa) la diversa
las blancas es inaccesible (véase el sensibilidad de las casillas críticas,
N9 67) . En este caso, la parte de la y existen muchos ej emplos en los
línea de 1 A R hasta 4 A R es inser­ cuales una exitosa «Oposición» no
vible; y sólo desde 5 A R hacia arri­ tiene forma de una oposición (véan�
ba pueden las blancas utilizarla. Eso se los estudios de Reichhelem, Kling,
significa que las blancas en un es­ Locock, Dawson, Grigoriev, etc . ) . De
pacio obstruido no ganan, no im­ los diagramas Nros. 42, 43 y 44 sabe­
portando quién j uega primero. Las mos que la oposición en sí misma,
116 FRANTISEK DEDRLE

ni aun en el mismo final, tiene una en el N9 65, con '!US líneas principa­
constante fuerza decisiva en el ata- les en las col ur.nc,as e D y A R y la
que, ni es resistente en la defensa, solución resulta ya fácil : l. R 2 e
y por eso comprendemos fácilmente (bastaría también l. R 1 e, pero sig­
que hablar sobre cualquier oposi- nifica una pérdida de tiempo) , y
ción sin las casillas críticas es sólo ahora las blancas avanzan en la co­
moverse a oscuras ; y todas las con- lumna e R, hasta que las negras no
· clusiones que se logren, basadas en se puedan oponer ; es decir, cuando
las oposiciones erróneas, tienen que se quedan con la columna de rey y
terminar con inexactitudes teóricas. no entran en la columna A R ; l.....,
R 1 A (R3 A) ; 2. R 2 A (acometida) ;
117 las negras no pueden quedarse en la
columna A R porque las blancas
avanzarían en esa línea principal y
se aceleraría la derrota de las ne­
gras ; a la derecha (a la columna
e R) las negras no deben desviarse
sin perder en seguida el poder so­
bre la casilla 3 T D, y no resta más
que retirarse a la columna de rey ;
2 . . . . . . , R 2 R (R 1 R) ; . 3. R 3 e,
R 2 A ; 4. R 3 A (otra vez una aco­
metida) , · R 2 R (R 1 R) ; 5. . R 4 e,
R 3 A ; 6. R 4 A (la última acometi­
da) . Las negras no pueden guardar
el equilibrio en ambos flancos y tie­
, Jue�ran las blancas 7 &'&DaD. nen que decidir ya cuál de ellos sa­
crificar. Si se retiran a la columna
En el N<? 67 vemos sólo una varie­ e R, pierden la casilla 3 T D, y a
dad teórica del N9 65. El sector deci­ otras jugadas pierden rápidamente
sivo, desde 6 R hasta 6 e R, no se en el flanco rey.
puede quebrar teóricamente, por no Un error irreparable sería l. R1R?
ser accesible para las blancas la ca­ ó l . R 2 R ?, ya que con esa oposi­
silla 5 R. Si no tomamos en cuenta ción dañina perderían para siempre
las columnas T D y C D, entonces el ataque las blancas, pues si en
basta a las negras una reserva ex­ cualquier momento intentan domi­
pectante en 3 A R, 3 e R, ó 1 A R y nar las principales líneas e D o A R,
1 e R, y las blancas, para ganar, no las negras, por medio de una oposi­
son ayudadas por ninguna forma­ ción vertical, consiguen un duradero
ción, ni por una oposición vertical. equilibrio.
Puesto que también en el flanco de Un camino análogo para la victo­
dama existe un sector decisivo, des­ ria se presenta también en la colum­
de 3 T D hasta 3 A D de las negras, y na e D en la posición R 1 e D (blan­
por el cual éstas deben preocuparse, cas) y R 2 A D (negras) : l. R 2 T,
se presenta al mismo tiempo la si­ etc., con la única . diferencia .de que
tuación de una manera distinta. Las después de l . . . . , R 3 e ; 2. R 4 e,
. .

casillas más sensibles, desde 6 T D R 3 T ; las blancas ganan simplemen­


hasta 6AD ( d e parte de -las blancas) , te con 3. P 5 A ! A.ún hay que agre­
forman un sistema, como lo vemos gar que en la posiciór. R 3 T D (blan-
FIN ALES ARTÍSTI COS 117
cas) y R 4 T D (negras ) , pierden las 1 907-8, q u e fue más tarde mej orado
n egras, aunque j ueguen primero . El y ampliado por Dedrle. La propia
peón 4 A D blanco desintegra el es­ « Teoría ,, de Drtina niega la ense­
pacio y las negras pierden a pesar ñanza de la oposición y especialmen­
de la oposición vertical. Del mismo te de la oposición larga, y n iega su
modo se hallan perdidas, a causa de valor. Ella quiere dar a conocer a un
la imposibilidad de entrar las ne­ j ugador, por medio de dibuj os exte­
gras en la casilla 3 R, las posiciones riores, qué contiene una posición.
R 3 e R (blancas) , y R 4 C R (ne­ Así, por ej emplo, la posición VII
gras) , R 3 A R y R 4 A R, o R 3 R y (nuestra N'.> 6 7 ) señalada con estre­
R 4 R. Si las negras entran en esta llas en las casillas 6 T D hasta 6 A D,
oposición, pierden . y 6 R hasta 6 e R, y en la cual las
De que no se trata en el N� 67 de blancas, j ugando, deben ganar. Pues­
una oposición, sino de las casillas to que el j ugador no lo reconoce, y
críticas, lo comprobamos fácilmente el señor Dedrle no envió la prueba
si trasladamos toda la posición una de cómo debe ganarse, en la nota­
casilla hacia la izquierda ; aparente­ ción alemana, no hemos podido po­
mente no cambió mucho ; sin embar­ ner la nueva enseñanza en nuestro
go, desapareció la casilla más sensi­ libro » .
ble (6 T D de parte de las blancas) Por qué e l j ugador práctico de
y con eso la esperanza de ganar. Berger no pudo seguir el camino de
Be rg e r no pudo entender esta so­ la victoria en el N9 67 es cuestión
lución ni la diferencia entre el N9 67 que, sólo podría resolverse por in­
y la misma .posición trasladada una termedio de un concurso público de
casilla hacia la izquierda, y sin cesar soluciones, después de efectuar Ber­
se refería a diversas páginas . de sus ger estas publicaciones. Se llevó a
libros de enseñanza, y afirmaba que cabo en « Deutsches W o ch e nsch ach >>
la posición N9 67 era también tablas. en 1 923 . A pesar de que ctorgué u n ,
No lo he convencido ni con mi ar·­ plazo de un año, no reclamaron el
tículo en «Deutsche Wochenschach» derecho al premio, ni B e r g er ni �ros
(octubre 30 de 1921 ) , al cual con­ solucionistas. En consecuencia, ten­
testó con un· artículo en la misma go derecho a creer que Berger com­
revista (agosto 27 de 1922) , dicien­ prendió por fin la solución y la di­
do : «Las cruces (en 6 T D y 6 eR) ferencia.
en la posición N9 VII (nuestra nú­ El estudio de Reichhelm, N9 130,
mero 67) deben signi f icar que las es parecido al motivo del N9 67 ; sólo
blancas tienen dos lugares de irrup­ la forma del ataque por la distinta
ción (casillas críticas) , y debido a sen sibilidad de las casillas críticas
eso tienen que ganar, lo que en la varía. No es la oposición vertical de
posición N9 VIII (N9 67 trasladada Berger, ni la plana de Marco; es un
una casilla hacia la izquierda) no rectángulo vertical con una cantidad
exist e . Sin embargo, sé qué VII par de casillas (2 X 7 ; 2 X 5; 2 X 3) .
(N9 67) es también tablas . . . » Y al Para esta forma de «Oposición » no
final de ese año, publicó en su libro existe todavía una denominación. Si
« Theorie un d Praxis der Endspiele » , afirma B erqer en el << Bilguer,, que
en la pág. 530, el siguiente certifica­ en el estudio de Reichhelm las ne­
do: «El Sr. Fr. Dedrle nos advirtió gras pierden por falta de espacio en
en un tratado de J. Drtina, en la re­ la columna de dama, es lo mismo
vist a « Casopis Ce sk y c h Sachistu .. , qu e afirmar que en el N9 67 pierden
1 18 FRA :'ii T ISEK DEDRLE

las negras por falta de lugar en la den en seguida en 3 e D, y a otra


columna de rey. defensa cualquiera llega el rey blan­
La posición N9 68 es muy pared - co a 5 e R ; 2 . R 4 e ( 2 . P 5 R + ? ,
R 2 A ! , tablas) , R 2 e ( R 3 e ? ;
f)8 3 . P 5 R, etc., como en el N 9 67) ;
3. R 5 e , R 2 A ; 4. R 6 T, R 3 A ;
5. P 5 R +, y las blancas ganan.
En esta solución se ve claramente
que las blancas ganan en el flanco
de rey (a saber, en el flanco en el
cual no tienen peón de más) , sólo
por la presión de la casilla crítica
6 e D . . Si desaparece esta casilla (pa­
sando toda la posición hacia la i z­
quierda, tanto hasta que la casilla
crítica quede fuera del tablero) , en­
tonces las blancas no ganan.
De otro modo se presenta la si­
tuación en el flanco en el cual la
Las blancas ganan. parte más fuerte tiene la suprema­
cía de un peón ; por ej emplo, R 4 A D
da a la 67. Para las blancas es más (blanco) ; R 3 A D (negro) . Si jue­
ventaj osa y fácilmente ganadora, no gan las blancas ganan en seguida :
importando quién j uega primero. l . P 5 R, R 3 e (única) ; 2. P 5 D, etc.
Las negras nunca deben atreverse a Si juegan las negras : l. . . . . . , R 3 e ;
jugar P 4 R, porque después de P 5 D 2. R 4 e , R 3 A ; 3 . R 5 T, y ahora las
de las blancas pierden en seguida negras están obligadas a defenderse
(véase el N9 33) ; sólo en la posición con 3 . . . . . . , P 4 R ; y con 4. P 5 D + ,
R 4 A R (blancas) y R 3 A R (ne­ las blancas ganan .
gras) las negras j ugando hacen ta­ Si 3 . . . . . . , R 2 e ; sigue 4. R 5 e,
blas con P 4 R; sin embargo, las ne­ R 2 A ; 5. R 5 A, R 2 D ; 6. R 6 e, R 3 D ;
gras no podrán forzar nunca esta 7. R 7 e (también basta P 5 R + ) , y
situación . Por otra parte, las blancas las blancas ganan.
pueden provocar siempre, en un mo­ Se ve por esta solución claramen­
mento oportuno con P 5 R , una ten ­ te que en el flanco en el cual existe
sión de las formaciones mutuas d e supremacía d e un peón (en el N9 68
los reyes (N9 67 ) . en el flanco de dama) , gana el más
Las casillas 6 e D y 6 T R indican fuerte sin aprovechar el otro flanco,
también aquí el camino d e l a victo­ y por eso más fácilmente.
ria, claramente. De estas maniobras se desprende
Entonces, si el rey blanco entra qu e toda l a posición se puede correr
a 4 A R (después de las j ugadas dos casillas hacia la derecha y sólo
del rey blanco a su voluntad, pues una hacia la izquierda .
aquí todavía cada j ugada con el rey La posición N9 69, publicada por
gana ) , tienen su mej or con testación Berger en su « Th e orie und Praxis » ,
las negras con l. . . . . . , R 3 A ; no en la página 540, e s descripta como
tal vez por el hecho de que consti­ tablas. Eso constituye un error, pues
tuya eso una o p os i ción , sino porque si j u egan las blancas ganan en se­
a 3 e R no deben j ugar porque pier- guida después de l. P 3 C, R 5 D ;
FINALES ARTÍSTICOS 119
2 . P 3 A ( P 4 A ) , y si j uegan las ne­ caso combinado d e los Nros. 39 y 65.
gras l. . . . . . , R 5 D; sigue 2 . P 4 A ! , Para el sector 3 T D - 3 A D , la prin­
P X P ( P 6 e ? ; 3. R 3 A , etc. ; y si cipal línea de ataque es la columna
2. . . . . , rey mueve ; 3 . P 3 e , etc . ) ;
.

3 . R X P, y las blancas ganan.


69

e D ; en el sector 3 A D - 1 A D (ne- .
Las blancas ganan. gras) atacan las blancas a las casi­
llas (le la séptima línea. El ataque
Si consideramos la posición N'> 69 y la defensa coinciden aquí con la
como típica, y la pasamos en bloque oposición plana de Marco { u n rec­
por el tablero, entonces podemos tángulo o un cuadrado, con una can­
esquematizar las «ChanceS» del si­ tidad siempre impar de casillas) .
guient e modo : Las negras pierden Las negras, j ugando primero pier­
siempre si se encuentra su peón en den, por ej emplo : l . . . . . . , R 3 e ;
cualquier casilla de las .columnas (R 1 e) ; 2. R 2 T ! , etc. ; l . . . . . , .

D, R, A R y e R -únicamente en la R 2 A (R 2 T) ; 2. R 1 G ! , etc. l . . . . . . ,
casilla 4 A R hacen tablas, si j ue­ R mueve ; 2. R 2 e ! , etc. En este ata­
gan: l. .. ., R 5 A !- (véase el es­
. . que las blancas pasan por el espacio
tudio N9 4) . Si el peón negro está libre hasta llegar a la línea vertical
en 2 T R o en 5 T R, resulta indiS­ u horizontal d e ataque · principal,
cutiblemente tablas, y si está en y ocupan con su rey las casillas
3 T R o 4 T R, las blancas ganan · 6 T D u 8 A D, ganando.
solamente en el caso de que j ueguen Si juegan primero las blancas, ·
primero las negras. Si está el peón sólo hacen tablas, pues no censi­
en 2 A D, pierden : l . R 4 e, R 2 C ; guen conquistar las casill as críticas:
2. R 4 A, R 1 A ; 3. R 5 D, R 2 D ; l . R 1 e, .R2 A (R 2 T) ; etc. l. R 2 T,
4 . R 5 e , R 2 R ; 5. R 5 A , R 2 A ; R 3 e (R 1 e) ; etc. l . R 2 e, R 3 A
6. p 6 e, y las blancas ganan. (R 1 T; R 3 T, R 1 A) , etc., tablas.
Si en el N9 70 las casillas críticas La solución de este esquema tiene
son 3 T D, 2 e D y 1 A D (de parte sólo un valor idealmente teóric(),
de las negras) , entonces nos conven­ porque los peones siempre quie­
cemos fácilmente de que también bran el plano libre del tablero en
las casillas 3 e D, 3 A D y 2 A D son favor o en contra d e una y . o tr a
críticas y qu e esto es realmente u n parte, que tiene su importancia para
120 FRANTISEK DEDRLE

el ataque y la defensa. El estudio una oposición horizontal, pero pier­


N9 132 de Locock es el que más se de a causa de que la casilla 3 A R
acerca a esa solución. En las casillas se halla inaccesi ble para las blancas.
blancas resultan los rectángulos de Si t r<:sl adamos este estudio al es-
una cantidad par de casillas .
Cuando mencioné en el « A lmana­ 7:!
t· r. UP.drle.
que de los Ajedrecistas Checos >> , de cc ('asopls Ceskoslov. Sachistu • , I U2 1

1919, el estudio Neustadtl (núme­


ro 7 1 ) , que pasó tal vez por todo
71
Dr. H. Neustadtl.
«lnt. Chess Magazine • , umo

J � egan las blancas y ganan.

pacio libre del tablero (N9 72 hasta


74) pod remos estudiar mej or -la lu­
cha por medio de las formaciones
Juegan las blancas y hacen tablas. mutuas de los reyes. En los Nros. 72
. y 73 son las casillas críticas 3 D, 4 D
el mundo aj edrecístico, opinaba to­ y 5 D (de parte de las negras ) ; eso
davía que peones mutuamente blo­ significa que si el rey blanco se co­
'
queados de este modo carecen de loca en 6 D, el rey negro no encon­
:casillas críticas. Aquí también he trará en todo el ta blero una sola ca­
descubierto, por medio del camino silla que le asegure tablas, · no im-­
puramente teórico, un sistema de portando quién juega primero (s al­
casillas críticas, del cual el estudio vo, por supuesto, si las negra'5 al
de Neustadtl es solamente una par­ j ugar tomaran el peón ; esta posi­
te insignificant e y dej a realmente ción no puedeñ forzar las negras.
de ser un estudio para transformar ­ Si las blancas están en 5 D , pueden
se en una unidad te6rica. A un ata­ 1as negras tomar cualquiera · de los
que o defensa horizontal, las casi­ peones) . Cualquier otra casilla fue-
llas críticas tienen que hallarse ver­ , ra de aquellas tres tiene siempre en
ticalmente [véase N ros. 39 y 39 a) ] , el tablero una opuesta , desde la cual
y puesto que el prindpal ataque las n egras logran hacer tablas .
tiene luga r en la línea 2 A D hasta La solución es igual en el esque­
2 T D en la segunda fila, de parte ma N<? 39, sólo con la d i fer encia de
de las blancas, compren deremos fá­ que en estas posiciones ,una de las
cilmente que las casillas 1 A R, 2 A R casillas críticas (5 D) se l!J lla ocu­
y 3 A R. son críticas . La solución es pada oor el propio peón de la parte
l . R. l T, etc. 1 . · R 1 A ? , es también más débil , y por ello resulta la lu-
FINA LES ARTÍSTI COS 121

eh a más difícil para las negras, · por irreparable ) , R 5 e ( es verdad que


intermedio de las mutuas formacio­ aquí las negras tienen la oposición
nes. Esa desventaj a de la parte más de Marco, pero carente de valor
débil parece como una ventaj a para [véase N"' 39] ) ; 4. R 6 R ! (a nos­
el más fuerte, en tal sentido que otros sólo nos interesa la casi lla 6 D.
en los números 7 2 y 73, aparte del 4. R 5 R ?, sería un error irreparable
a causa de R 4 A ! ) , R 4 A ( obliga­
73
Fr. Dedrle,
do, pues constituye la única defensa
c C a sopis Ceskoslov. Sacbist u • , 1921 de la casilla 3 D ) ; 5. R 5 R, R 5 A ;
6 . R 6 D , y las blancas ganan .
E'n el N9 73 el rey blanco se ha­
lla más cercano, y en consecuencia
parece su posición mej or que en
el N9 72 ; sin embargo, en realidad
se halla ubicado desventajüsamen­
te. Las blancas con cada jugada
abandonan el ataque y por eso no
ganan. l. R 8 A, R 3 e (la defensa
3 X 5 = 1 5 ) ; 2 . R 8 R, R 3 A (l� de­
fensa 3 X 3 :- 9) ; 3 . R 8 D ?, R 3 D ;
y las blancas no consiguen salir de
la octava línea, 4. R 7 R, R 2 A ; etc,
tablas ; 3. R 7 A, R 2 e ! (R 2 D ? se­
Jue¡an lao blanca• 7 hacen taiÍ iiu. ría, por supuesto, un error que per­
dería) ; etc . , tablas. l. R 7 e , R 2 T
ataque horizontal hace valer tam­ o R 4 A ; etc. l . R 7 A, R 2 e o R 4 e ;
bién el ataque plano (la oposición tablas.
de Marco) . Que el papel más impor­ Si se encontrara en la posición
tante lo tiene aquí también la lí­ N'? 7 1 , por ej emplo, el rey negro en
nea de ataque principal, 5 T D hasta 6 A D, y el blanco en 1 T R o 1 e R,
5 T R (la fila quinta de parte de las estarían las blancas fuera de la lí­
blancas ) , lo sabemos por el N'? 38 ; nea del ataque principal (2 A D has­
l. R 8 e (el ataque plano 6 T D - ta 2 T R) , y las negras ganarían, no
6C R - 8 e R - A T D = 3 X 7 = 2 1 ) , importando quién juegue primero
R 3 e ; 2. R 8 A (acometida) , R 3 A ; (o que entonces tenga cualquiera 13
3. R 8 R , R 3 D { ataque) ; 4 . R 7 A ! ! oposición de Marco ) . .
(nosotros no tenemos interés por la También nos damos cuenta clara­
oposición en 8 D) R 2 D; 5. R 6 A, mente en estas posiciones de que la
R 3 D; 6. R 5 A, R 4 D ; 7. R 4 A, R 3 D fuerza de la oposición es aquí muy
(no existe nada mej or, pues la ca­ variable y que puede conducir fre­
silla 5 D· es para las negras inaccesi­ cuentemente a una j ugada errónea,
ble) ; 8. R 4 R, R 4 A ; 9. R 5 R, R 5 A ; y que el único valor constante son
10. R 6 D , y las blancas ganan. las casillas críticas y la línea prin­
l. . . . .
. . R 4 T; 2 . R 7 e (arreme­ cipal.
tida) , R 5 T (las blancas se desvia­ De la soludón del N9 72 se ve
ron baj o la línea de ataque princi­ que las blancas , por medio de una
pal) ; 3. R 6A ! (R6e ? : un at::¡que por presión, obligan a las negras a en­
intermedio de la oposición mecáni­ trar en la columna inconveniente
ca de Marco sería ahora un error d�; dama (con la casilla inaccesible
122 FRANTISEK DEDRLE

5 D) o las obligan a desviarse d e hábil. E n el fla n c o de d a m a , el j u ego


la línea del at a qu e principal 4 T D - blanco está y a bloqueado ; por tal
4 T R y fuerzan la entrada a la po- causa B lack burne trata de cambiar
sición negra (conquistarán la casi- el peón de T R por el de C R, y pa­
lla crítica 6 D) . ralizar así más el flanco de rey, para
En el N<? 73, las blancas no pue- estabilizar sus puntos débiles . Lo
den ej ercer esa presión, y debido a fuerza por medio de una fina pre­
ello sólo consiguen tablas . sión : l . R 2 T, R 3 A ; 2. R 2 C, R 3 e ;
E n l a posición N <? 74, las n egras 3. R 2 T, P 5 T ! ; 4. R 3 T, P X P ;
5. R X P, R 4 A ; 6. R 2 A ? (aquí fa­
74
Fr. Dedrle,
cilitó Teichmann la victoria a su
•Casopls Ceskoslov. Saehlstu• , . 1921 adversario ; sin embargo, también
6. R 2 C ! pierde, pues sigue R 5 A ;
7. R 2 A, P 4 A ; 8. R 2 R, R 6 e ;
9. R 3 R, y ahora aparecen ya las
casillas críticas 1 A R, 2 A R y 3 A R
de parte de las blancas ) [véase el
N<? 7 1 ] , R 3 T ! La única contestación
suficiente sería ahora 10. R 3 D,
pero a causa de que esa casilla se
hace inaccesible para las blancas,
desaparece el equilibrio en la línea
principal 2 A D - 2 T R y pierden rá­
pidamente, porque al peón bloquea­
do de 3 A R no es posible salvarlo,
y el peón 4 C R negro resulta una
Juegan las negras y hacen tablas.
compensación insuficiente ; 10. R 2 D
(R 2 A) , R 7 T ; etc. ; 10 . . . . . . , R 4 R
se hallan en la inconveniente co­ (R 2 R) , R 7 C ; y las negras ganan.
lumna de A D (la casilla 5 A D) y Que Blackburne ha visto este cami­
fuera de ella pierden con cada ju­ no difícil para la victoria lo prueba
gada la oposición ; sin embargo, si
75
conocen las casillas críticas, se sal­ Torneo de Berlín ( 1 897)

van fácilmente. l. . . . . . , R 3 A (a Blackburne

cualquier otra jugada las negras


pierden) ; 2 . R 6 C, R 4 A; 3. R 5 e,
R 5 C (R 5 D) , tablas.
l . . . . . , R 1 A ? ; 2. R 6 A (R 6 e o
.

R 6 T) y las blancas ganan. l . . . . . .


, ,

R 2 C (R 2 D ) ? ; 2. R 7 A, etc. l . . . . . ,
R 3 C (R 3 D) ? ; 2. R 6 A, y las blan­
cas ganan.
En la posición Teichmann-Black­
burne (N<? 75) , se dibuj an ya los
puntos débiles del juego blanco.
Cuando dura todavía en el tablero
una lucha móvil, se pueden reforzar
los puntos débiles o hacerlos desapa­
recer por medio de una maniobra Teichmann.
F I N A LES ARTÍSTICOS 123

la fina manera de c o n d ucirlo . Si los l i bros d e e nseñanza del conti­


toda la posición del N'.> 75 estuviera n ente europeo con equivocaciones
una casilla hacia abaj o , caería la ca­ teóricas en la parte que trata del
silla más sensible del j u ego blanco final del peó n .
(1 A R) fuera del tablero, y el ca­ El maestro s u i z o D r . Erwin Voell­
mino para la victoria se presentaría my ha sido el que primero uti lizó
en seguida i ntransitable. l a teoría de Drtina en su libro de
Supongo haber diseñado en sus enseñanza publicado en el año 1923,
rasgos principales la diferencia en­ y en la página 45 pone la siguiente
tre la errónea posición y el concep­ nota : « Berger, rechazando l a simple
to teórico de Drtina, . y tengo dere­ teoría de Drtina, sólo se perj udica a
cho a afirmar que Berger inundó sí mismo » .

F I N

DE

FINALES ARTISTICOS
INDICE

Las cifras indican los números de las páginas

A mel un g B . 1 2 - 1 9 - 4 2 Havel M. 2 1 - 32-60


B ehti n g C. 1 9 -4 8 Helay F. 8 4
Behting J . 1 9 - 25 - 9 5 Holm E . 1 9 - 2 7 - 5 6 - 70 - 74
Berger J. 1 8 - 26 - 4 1 -49 - 7 3 - 80 - 9 3 - 1 00- 1 0 2- Holzhausen W. 6 1 - 8 1
1 04- 1 0 5 - 1 06 - 1 0 7 - 1 1 0 - 1 1 2- 1 1 4 - 1 1 7 - 1 1 8 Horwitz B. 1 8-65
Bernhardt G . 4 7 Horwitz B. y Kling J. 1 8- 5 0 - 6 5 - 6 6 - 80 - 1 1 0
Blathy O. T. 5 6 - 7 5 Howell C. A. 68
Cook E. B. 84-85 Hus J. 5
Coster C . H. 6 8 J espersen J. 30
Cozio C. 1 6 - 1 7 Joseph D. 44
Cumpe J. 2 0 Karstedt M. 25-44-49 - 6 7
Crum J. 96 Kautsky V. 6
Damiano 14 Kling J. 40- 1 0 1
Daniel A. W . 85 Kling J . y Horwitz B . 1 8- 50-65-66-80-
Dawson T. R. 77 110
Dedrle Fr. 5 - 2 4 - 3 8 - 4 1 - 9 8 - 99 :- 1 0 8 - 1 09- Kondelik K . 20
1 1 7 - 1 1 8 - 1 20 - 1 2 1 - 1 22 Konig E . y Mandler Dr. A . 44-59
Dedrle Fr. y Traxler K. 8 7 Kosek V. 1 9 - 6 5 - 7 2 - 7 9
Dehler O. 52 Kotrc J. 2 0 - 1 04
Del Río E. 16 Kramer-Ruttgen 27-28
Drtina J. 1 8 - 8 8 - 9 2 - 9 3 - 96 - 1 1 7 Krej cik J. 27
Duras O . 1 0 - 2 0 - 2 3 - 26 - 3 5 - 6 4 - 6 7 Kubbel K. A. L. 1 9 - 2 3 - 3 2 - 3 3 -3 1 - 3 5 - 3 7 -
Fahrni H. 27-56 46-54-55 - 5 6 - 6 3 - 6 6 - 8 7
Fila M. 102 Lasker Em. 82
Flir W. 7 Lazard F. 1 9 - 29-47 - 7 1
Galicky A. W. 6 Lewitt M . 2 7
Gavrilov C. G. 8 1 Locock C . D. 78- 1 20
Grigoriev N . 1 0 0 Lolli G. 1 6 - 1 7-92
Guarinus P. 1 3 Lloyd S. 8 4
Gunst J . 8 6 Lucena 10
Guretzky- Cornitz 1 1 Mackenzie A. F. 83
Haida A . 1 1 3 Maendl J . 48
Hasek J. 2 1 - 6 2 Mandler Dr. A. y Konig E . 4 4 - 5 9
Hasse P. 4 3 Marco 94- 1 1 9 - 1 20
126 Í.:-; DICE
Mattison H . 2 8 - 3 6 - 7 2 - 9 5 Salvio A. 14
Mazel E. 18 Sehwers J . 1 9 - 3 9 - 4 7 - 54
Meyer H . F. L . 13 Sclcsniev A . S . 1 9 - 3 5 -4 5 - 6 8 - 8 3
Moller J . 1 4 - 4 2 Scy both 3 5
Moravec J . 20-40-64-82 Shinkman W. A. 74
Neustadl Dr. H . 5 0 - 73 - 1 20 S h i n kman W . A . y Würzburg O . 4 0
Otten H. 73 S m utny J . 2 0
Platov M. 46-85 Stamma F . 1 5
Platov V. y M . 1 9 - 2 8 - 30 - 3 1 - 3 3 - 3 4 - 3 7 - 3 8 -
St i tn y T . d e 5
39-43-46 - 5 1 -6 2 - 6 3 - 6 6 - 6 8 - 7 1 - 8 3 - 84 - 8 5
Tattersall C. E. C. 1 9
PHinning E. 43
Traxler K. 2 0 - 8 1
Polj anec F. 65
Traxler K. y Dedrle F r . 87
Ponziani D. L. 1 7 - 2 9
Trcala S . 20
Prokes L. 2 0 - 2 2- 5 1 -63
T r o i z k y A. 1 9 - 2 5 - 2 7 - 29 a 3 3 - 3 7 - 3 9-46 a
Prokop F. J. 2 1 -35-50-51 -55-56-58-70-
4 8 - 5 2- 54 - 6 2 - 6 7 - 7 1 - 7 2 - 7 4 - 7 8 - 8 3 - 8 5 - 86
1 10- 1 1 1
Vancura J. 2 2 -4 1 - 8 7
Przepiorka D . 53
Villeneuve-Esclapon J. d e 1 9 -45
Queylar J. de 76
Vlk L . 22-68
Reichhelm G. 7 7 - 1 1 7
Voelmy E . 1 23
Reti R . 2 3 - 5 3 - 6 7 - 6 8
W e en i n k H. 3 8
R i n c k H . 1 9 - 2 1 - 24 - 26 - 29 a 3 7 - 3 9 - 4 2 - 4 5 -
48-5 1 - 54 a 5 9 - 7 0 - 7 3 - 74 - 8 1 - 84 W hite A. 6
Richter R. 4 1 Würzburg O. y S h i n k m an W. A. 40

Saavedra S. 84 Zedek F. 21-61

Sackmann F. 5 3 - 54 - 7 1 Zepler D r . E . 7 6
Salkind L. B . 4 7 Z n o sko - B o r ovsk y 3 3
P OS I C I O N ES D E PARTI DAS

Berger Vl.-Brach o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o . o o o o o o 1 13

Chigorin -Schlech ter 29

Fahrni-Alapin 75

Friedl-Haida o o o o o o . o . o . o o . o o o o o o o o . o o . o o o o o o o o o o o o o o o o . o o o o o o o • • • • o . . 42

Haida-Buchwald o • • o o o o o o o • o o o o o o o o o o o o o o o o o o o . o • o • o • o o o o • o o o o o • o o • • • 1 13

M or phy- LO wen thal o • • o o o 113

Schallopp -Blackburne o . o • • • o o . o o o o . o o o • • o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o o • • o . o o o o 41

Schlechter-Wolf o . o o . . 26

Stahl-Schroeder-Kupffer o o . o o o . o • • o o . o o . o . o o . o o . o o o o o o . o o o o o o o o o o o o . - 43

Teichmann-Blackburne o o . • o _ o o o o o o o o o o o . _ o o o o o o o o o o o o o o o o . o o o o o o o 1 22- 1 23

Znosko-Borovsky-Salwe _ o o o _ o o _ o o o _ . o o . o . . 34
Esta e d i c i ó n >de 3. 000 ejempl ares
se term i n ó d� I m pri m i r el 24 de
mayo d e 1 974 en ARTES · G RAF I CAS
PAP I ROS S.A.C. I . - Erezcano 31 56
Buenos A i res - Hepúbl ica Argent i n a .

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