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PRIMER ACTO
Bartolomeo: ¿Estás seguro de que no hay nada que puedas hacer? ¿Qué dicen los médicos?
Bartolomeo: No digas eso, debes conservar la fe. Tu tienes un gran talento con el violín y
estoy seguro de que Dios no te abandonará en estos momentos tan difíciles.
SEGUNDO ACTO
Mauricio: ¿Qué sentido tiene vivir si no puedo dedicarme a lo que más amo? Ni siquiera
soy capaz de escuchar mi propia voz. La vida es muy injusta.
Mauricio: ¿Insistir? Yo no quiero sentirme así, pero no es justo que este perdiendo el oído.
La música es lo que más amo en el mundo y ahora, nunca más tendré oportunidad de
triunfar con esta nueva discapacidad.
Jesús: ¿De verdad eso piensas? Si tuvieras más fe en tu padre celestial, sabrías que él no te
ha abandonado nunca. Aun puedes cumplir tu sueño.
Jesús: Puedes sentirla a través de tu piel, de las plantas de tus pies. Deja de enfocarte en tus
limitaciones y pon atención a lo que todavía te queda, pues solo así serás una mejor
persona. Dios quiere que seas feliz, Mauricio. Y puedes serlo aun con esta dura prueba.
TERCER ACTO
De vuelta en la escuela de música, Mauricio toca el violín con renovadas energías mientras
Bartolomeo lo observa impresionado.
Bartolomeo: Mauricio, es increíble, ¡tu habilidad con el violín es incluso mejor que antes!
Mauricio: Es porque ahora puedo sentir la música. Pensé que mi condición era un
obstáculo, pero alguien me hizo entender que Dios no nos manda ninguna prueba que no
podamos superar.
Bartolomeo: Me alegro mucho por ti. Habría sido una pena que se desperdiciara todo ese
talento que tienes.
FIN