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ARTÍCULO 21.- La vida humana es inviolable.

“La Sala reconoce, como parte del Derecho de la Constitución, un derecho fundamental al
agua potable, derivado de los derechos fundamentales a la salud, la vida, al medio ambiente
sano, a la alimentación y la vivienda digna, entre otros, tal como ha sido reconocido
también en instrumentos internacionales sobre Derechos Humanos aplicables en Costa
Rica”. Sentencia 16995-18

 “en materia de suministro de agua potable, se ha dirigido fundamentalmente a la


protección del derecho a la vida y a la salud de las personas físicas. Esos derechos implican
la posibilidad de exigir del Estado ciertas prestaciones, ámbito en el cual el Estado se ve
obligado a proporcionar algunos servicios públicos, sobre todo los que resultan esenciales
para mantener condiciones sanitarias favorables a la preservación de la vida y la salud de
las personas”. Sentencia 17713-18

"...La Constitución Política establece en el artículo 21 que la vida humana es inviolable y


es a partir de dicho enunciado que se ha derivado el derecho a la salud de toda persona,
siendo en definitiva el Estado el encargado de velar por su tutela efectiva. La
preponderancia de la vida y de la salud, como valores supremos de las personas, está
presente y señalada como de obligada tutela para el Estado, no sólo en la Constitución
Política sino también en diversos instrumentos internacionales suscritos por el país..."
Sentencia 18793-17

“El derecho a la salud ha sido desarrollado por esta Sala a partir de la protección
constitucional a la vida, según se define en el artículo 21 de la Constitución Política, puesto
que la vida resulta inconcebible si no se le garantiza a la persona humana condiciones
mínimas para un adecuado y armónico equilibrio psíquico, físico y ambiental. La
preponderancia de la vida y de la salud, como valores supremos de las personas, está
presente y señalada como de obligada tutela para el Estado, no sólo en la Constitución
Política, sino también en diversos instrumentos internacionales suscritos por el país como la
Declaración Universal de Derechos Humanos, la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre y el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos”. 16279-15

“La Constitución Política establece en el artículo 21 que la vida humana es inviolable y es a


partir de dicho enunciado que se ha derivado el derecho a la salud de toda persona, siendo en
definitiva el Estado el encargado de velar por su tutela efectiva. La preponderancia de la vida y
de la salud, como valores supremos de las personas, está presente y señalada como de obligada
tutela para el Estado, no sólo en la Constitución Política sino también en diversos instrumentos
internacionales suscritos por el país como la Declaración Universal de Derechos Humanos, la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, de la Declaración Americana de los
Derechos y Deberes del Hombre y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Por
ende, el régimen de seguridad social es también un pilar fundamental del sistema democrático
nacional, al encontrar su sustento en el artículo 73 de la Constitución Política” Sentencia
5493-15

“La Sala reitera que la protección que el ordenamiento jurídico otorga a la salud animal es
derivable de la propia dignidad humana. Sin duda, la existencia de un nexo vital e inexorable
entre el ser humano y la naturaleza lleva a la necesidad de conservar el ambiente, pues en él se
encuentra inmanente la supervivencia misma de la raza humana. Sin embargo, el resguardo de
un ambiente sano y ecológicamente equilibrado (artículo 50 de la Constitución Política)
también implica una relación armoniosa entre la sociedad y el ambiente en el cual ella se
encuentra inevitablemente inmersa.” Sentencia 17188-14
“Sobre el derecho a gozar de un ambiente  sano y ecológicamente  equilibrado en los
Centros de Educación.- El derecho a la salud reconocido en los artículos 21 de la 
Constitución Política, 1 y 11 de la Declaración Americana de  los Derechos y Deberes del
Hombre, 4  de la Convención  Americana  sobre  Derechos  Humanos  y 10  del  Protocolo
Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos  en Materia  de Derechos,
se encuentra  íntimamente ligado al  derecho a vivir en un ambiente sano y equilibrado,
consagrado en el artículo 50 constitucional. La calidad ambiental  es un  parámetro
fundamental de la calidad de vida; al igual que la salud, alimentación, trabajo, vivienda,
educación, entre otros. En consecuencia, el Estado tiene la obligación de procurar una 
protección adecuada al ambiente, para lo cual debe tomar las medidas  necesarias  a  fin  de 
que  el  medio  esté  libre  de contaminación, y que las alteraciones producidas tanto por el
hombre como por la naturaleza, en el entorno próximo o lejano, no constituyan  una lesión
al ambiente ni a la salud  de las personas que en él habitan.  Se reconoce especialmente 
este derecho cuando está asociado a otros derechos fundamentales, como lo sería el derecho
a la educación. Este último se configura como un derecho fundamental, el cual se traduce
en el servicio público que brinda el Estado en los distintos centros educativos del país. Por
lo tanto, lo menos que puede hacer el Estado es que al brindar   la prestación   de   este  
servicio público no lesione otros derechos fundamentales, como sería el derecho a la salud
y a un ambiente  sano, tanto de los estudiantes   como del personal docente  y
administrativo de la institución educativa.” Sentencias 8915-12 y 2021-12

en este caso concreto estamos en presencia de una persona en condición de máxima


vulnerabilidad, debido a que sufre retardo mental severo, se encuentra enfermo - presenta
un cáncer y actualmente recibe quimioterapia-; y la prescripción médica fue otorgada
dentro de un plazo razonable. Por lo anterior, se estima que la licencia corresponde
otorgarla de conformidad con el derecho convencional citado, durante el tiempo en que se
aplique la quimioterapia al paciente según prescripción del médico tratante, en este caso por
lo que resta del plazo prescrito, licencia que podrá prorrogarse a criterio del mismo, durante
el plazo que éste determine de acuerdo a las necesidades de atención a la salud del paciente.
Ante el cuadro fáctico analizado, se hace necesario traer a colación el principio de equidad.
Sentencia 20592-17
Uno de los servicios públicos de mayor relevancia, es el del suministro de agua potable,
pues la relación que tiene con la protección del derecho a la salud y a la vida de las
personas, es incuestionable. De este modo, existe una obligación por parte del Estado de
garantizar la pureza del líquido para consumo humano, así como la continuidad en el
suministro de éste, como elementos esenciales de la prestación del servicio público, todo
ello con el fin de proteger la integridad de los usuarios (sentencia número 2012-009352 de
las 14:30 hrs. del 18 de julio del 2012). Sentencia 15421-17

las razones que mediaron para la adopción de la medida, corresponden a asuntos de salud,
siendo que la ubicación de las citadas oficinas facilitan el traslado de la amparada a la
Clínica de Control del Dolor y Cuidados Paliativos en Cariari de Guápiles, contrario a lo
que sucede si la recurrente debe trasladarse a la escuela El Progreso. Las autoridades del
ministerio recurrido tenían conocimiento sobre tales circunstancias, lo cual consta a partir
de las múltiples prórrogas en la readecuación de funciones y de reubicación. De tal forma,
la imposición de un requisito, como el de aportar un documento en el cual manifestara el
Centro Educativo o Departamento en el cuál deseaba ejercer funciones como servidora
readecuada, así como carta de aceptación del Director del Centro Educativo o Jefe de
Departamento donde desea ser readecuada y la falta de la valoración de la condición
particular de salud de la recurrente, resulta irrazonable. Así, este Tribunal estima que en la
ponderación de los bienes jurídicos en discusión, se impune la tutela del derecho a la salud.
Sentencia 11417-17

“Este Tribunal tiene por acreditado que el Hospital ha dejado de practicar los
trasplantes con donante cadavérico, en virtud de las discrepancias administrativas
suscitadas entre la Administración del Hospital y los médicos especialistas respecto del
Modelo de Pago para Trasplante de Órganos de Donante Cadavérico, situación que no
debe, bajo ninguna circunstancia, impactar en la esfera jurídica del tutelado, a saber su
derecho a la salud y por ende su derecho a la vida, ni éste está en la obligación de
soportarlo. De igual forma, se desprende de la prueba aportada, que no se tomaron las
previsiones requeridas para que se continuará con el programa de trasplantes, de forma
efectiva y eficaz, aprovechando los órganos de los donantes cadavéricos disponibles,
lo cual hubiese impactado de forma significativa no sólo sobre el tutelado sino también
sobre aquellos pacientes en similares condiciones. Aún, cuando la Gerencia Médica ha
tomado algunas decisiones a fin de lograr que entre el Hospital y los médicos
especialistas se logre un acuerdo sobre el Modelo de Pago, no menos cierto es que a la
fecha se sigue evidenciando la falta de atención del tutelado y del resto de los usuarios
del Servicio de Nefrología. Ante tal disyuntiva, la última orden superior emanada y
que tiene conocimiento este Tribunal en relación con esta situación, es que mediante
oficio GM-ADJ-21080-2017 de fecha 04 de abril del 2017, la Gerencia Médica,
instruyó a los especialistas continuar con el programa y realizar los procedimientos de
trasplante cadavérico bajo la modalidad de “Disponibilidad Médica”, directriz que fue
remitida a las jefaturas médicas por la Dirección General del Hospital San Juan de
Dios, mediante oficio DG-2406-2017 de fecha 19 de abril del 2017. Así las cosas, la
Sala considera que la omisión de las autoridades por resolver esta situación
oportunamente, ha lesionado el derecho a la atención del tutelado” SENTENCIA
8955-17

El derecho a la salud ha sido desarrollado por esta Sala a partir de la protección


constitucional a la vida, según se define en el artículo 21 de la Constitución Política,
puesto que la vida resulta inconcebible si no se le garantiza a la persona humana
condiciones mínimas para un adecuado y armónico equilibrio psíquico, físico y
ambiental. La preponderancia de la vida y de la salud, como valores supremos de las
personas, está presente y señalada como de obligada tutela para el Estado, no sólo en la
Constitución Política, sino también en diversos instrumentos internacionales suscritos
por el país como la Declaración Universal de Derechos Humanos, la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, de la Declaración Americana de los Derechos y
Deberes del Hombre y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. De tal
forma, el régimen de seguridad social es también un pilar fundamental del sistema
democrático nacional, al encontrar su sustento en el artículo 73 de la Constitución
Política. De conformidad con dicho ordinal es la Caja Costarricense de Seguro Social
la institución llamada a brindar tal servicio público, debiendo instrumentar planes de
salud, crear centros asistenciales, suministrar medicamentos, dar atención a pacientes
entre otras cosas, para lo cual cuenta no solo con el apoyo del Estado, sino además con
el aporte económico que realiza una gran parte de la población. Sentencia 15516-16

“el tema del control publicitario de bebidas alcohólicas es de salud pública, (…)la
protección de las personas menores de edad deberá primar en el ejercicio de dicho
control”.Sentencia 007123-16

“el que se exija información financiera relativa a los gastos del asegurado directo y de
la persona que pretende acceder a la protección del seguro social como beneficiario
familiar, no resulta ni irrazonable ni desproporcionado, ni implica –en específico- una
infracción al artículo 24 constitucional, sino que, supone una medida
constitucionalmente válida para determinar, de forma idónea y adecuada, la existencia
de una dependencia económica que justifique otorgar el aseguramiento pretendido. A
lo que se añade el deber de la administración de resguardar, con estricta
confidencialidad, la información personal o sensible brindada por los administrados,
con lo que se preserva su intimidad y privacidad. Tampoco puede estimarse que con
esto se infrinja el ordinal 21 de la Constitución Política -que el accionante se limita a
citar-, por cuanto, el requerimiento de tal información no supone, per se, impedir u
obstaculizar, de forma indebida, el acceso a la seguridad social o a la atención médica
y, por el contrario, constituye únicamente –y como ya se indicó- una medida
razonable y proporcionada para determinar la existencia de una dependencia
económica que justifique otorgar la protección del seguro de salud mediante beneficio
familiar”. SENTENCIA 5250-16

“en materia de regulación de derechos fundamentales, el ámbito de acción del Poder


Ejecutivo es sumamente restringido y secundario, marco que ha sido transgredido por
el reglamento cuestionado. Si bien la técnica de la Fecundación in Vitro no involucra
la violación del derecho a la vida con respecto al embrión fecundado, según lo resuelto
por la CIDH en el caso Artavia Murillo y otros vs. Costa Rica, la inconstitucionalidad
del reglamento de cita persiste, ya que constituye una regulación de derechos
fundamentales más allá del simple establecimiento de requisitos y condiciones para su
ejercicio, pues la normativa que contiene incide en el contenido del derecho a la vida y
la salud de la mujer y los embriones implantados, en los términos fijados por la CIDH,
así como el derecho a la dignidad humana”. SENTENCIA 1692-16

En reiteradas ocasiones, se ha señalado que de lo dispuesto en los artículos 21 y 40 de


la Constitución Política se desprende la obligación objetiva que tiene el Estado
costarricense de garantizar la vida de sus habitantes. La seguridad peatonal también es
un asunto de interés local que las municipalidades no pueden soslayar, por lo que estas
deben actuar -dentro de sus respectivos ámbitos de competencia- para garantizar a los
munícipes un tránsito seguro; en particular, a los menores y a los adultos mayores.
Sentencia 15828-15

“se encuentra acreditado en autos el quebranto al derecho a la salud, a un ambiente


sano y al trabajo en condiciones dignas de la conserje aquí recurrente, pues dichas
funcionarias no refutan los hechos descritos por la tutelada y solamente describen los
intentos y gestiones que han realizado para reforzar el personal y variar las
condiciones laborales de ésta. Al respecto, considera este Tribunal Constitucional que
pese a que las autoridades del Ministerio de Educación Pública tienen conocimiento de
las condiciones bajo las cuales labora ésta trabajadora, según así se ha aceptado, no se
han adoptado medidas efectivas para corregir dicha problemática, circunstancia que
llevó a la interposición del presente amparo y la consecuente declaratoria de la
violación del derecho a un trabajo en condiciones dignas. La Sala estima, en los
términos expuestos en el considerado anterior de esta resolución, que para obtener la
tutela efectiva de la salud de los trabajadores y a la vez garantizar el derecho a la salud
y a un ambiente sano, tanto de los estudiantes como del personal docente y
administrativo de la institución educativa, debe el Ministerio de Educación Pública
ejecutar todos las acciones necesarias que guarden relación con la actividad laboral de
la recurrente. Por lo tanto, se declara parcialmente con lugar el recurso por violación a
los artículos 21, 50 y 56 de la Constitución Política”. SENTENCIA 12023-15

“…el Estado y/o patrono no puede negarle a sus empleados el derecho a una licencia
con goce de salario, para dar atención a la salud de un menor dependiente de ellos,
dado que necesita de su apoyo, para su recuperación. Para ello, es necesario que: a) La
salud de un menor se encuentre en riesgo; b) Exista un dictamen médico, en el sentido
de que la presencia de la madre/padre es indispensable para la recuperación del menor;
y, c) La licencia sea por un período razonable. En nuestro país, como Estado Social y
Democrático de Derecho, el legislador puede a futuro, basándose en otro tipo de
parámetros objetivos, regular con más precisión el derecho a una licencia y un subsidio
económico, para la persona trabajadora responsable del cuidado de un niño con alguna
enfermedad grave que requiera atención continua, permanente y directa, con el
objetivo de que esos cuidados se le puedan brindar al menor y a la vez, que la persona
encargada no pierda por ello su ingreso monetario. Dentro de dicho proceso, la parte
económica también tiene un peso significativo, ya que deben suplirse las necesidades
del resto de la familia y a la vez costear los gastos generados por causa de la
enfermedad. De lo anteriormente señalado, se desprende que todo menor de edad de la
República, tiene el derecho a que el Estado le garantice la salud en sus distintos
ámbitos, incluyendo, para el caso que nos ocupa, que sus padres o encargados les
otorguen el acompañamiento y cuidados respectivos de la enfermedad padecida y, a su
vez, éstos reciban algún tipo de permiso laboral y beneficio económico, para que
puedan cuidar al infante, quien requiere atención continua, permanente y directa, y sin
tener la preocupación de sufrir una disminución económica o pérdida del empleo…
Con fundamento en lo expuesto, se colige que en virtud del principio superior de
protección a los menores, cuando su salud se encuentra en riesgo, tienen el derecho
indispensable a la presencia de la madre/padre, o de las personas que los sustituyan,
para su recuperación, permanencia en el hospital y demás tratamientos médicos. Sin
embargo, la "incapacidad por enfermedad", de alguno de los padres trabajadores, no es
el mecanismo jurídicamente viable, para regular este tipo de situación; de ahí que, el
problema no es un asunto de inconstitucionalidad, tal y como está planteada la acción,
sino de un vacío legal al respecto. Por ello, la prohibición de entregar incapacidades a
los trabajadores para el cuido de niños enfermos, contenida en el último párrafo, del
artículo 48, del citado Reglamento, no resulta discriminatoria, irrazonable, ni viola el
derecho de salud de los menores…” Sentencia 11036-15

“resulta inexcusable para el Ministerio de Educación Pública que no garantice el


control y la seguridad que requieren los menores de una Escuela, tal como el centro
educativo recurrido, que se ubica en una zona tan peligrosa por su densidad vehicular y
donde acuden niños desde temprana edad, cuyo descuido puede ser fatal y producir
lesiones irreparables”. SENTENCIA 8623-15

“De una interpretación armónica de los artículos 21 y 56, de la Constitución Política;


1, 11 y 14, de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre; 4, de
la Convención Americana sobre Derechos Humanos; y 10, del Protocolo Adicional a
la Convención Americana sobre Derechos Humanos en Materia de Derechos, se
concluye que el trabajador tiene derecho a ejecutar las funciones que le competen en
un ambiente apropiado, cuyas condiciones garanticen la protección de su derecho a la
salud”. SENTENCIA 4862-15

“ha existido contaminación por arsénico de las fuentes de abastecimiento de agua de


comunidades de Bagaces y Cañas, así como de algunas comunidades de la zona norte
de Alajuela, situación que además se comprobó en el recurso de amparo tramitado en
el expediente No. 13-004193-0007-CO, en el cual se emitió la resolución No. 2013-
007598 de las 14:30 hrs. del 5 de junio de 2013. Tal y como se delimitó en el
considerando anterior, la situación con respecto a la contaminación no es objeto de
conocimiento para el presente caso, sin embargo, constituye un importante precedente
pues en ese asunto se determinó la responsabilidad de las autoridades accionadas y se
giraron una serie de órdenes a efectos de reivindicar los derechos fundamentales de las
personas de las comunidades afectadas por la contaminación”. SENTENCIA 2740-15

“Si bien es cierto que el derecho a la salud ha sido derivado del derecho a la vida y a
un ambiente saludable y ecológicamente equilibrado por su interrelación con esos
derechos, no podemos dejar de lado que este derecho fundamental es un derecho
autónomo y con su propio contenido esencial. Basta sólo con consultar el Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, en su numeral 12, para
percatarnos de lo que venimos afirmando. (…) el derecho a la salud comprende la
disponibilidad de servicios y programas de salud en cantidad suficiente para los 
usuarios de estos servicios y destinatarios de estos programas. Por otra  parte, el
derecho a la salud también conlleva la accesibilidad a estos servicios y programas,
cuya cuatro dimensiones son la no discriminación en el acceso a los servicios de salud,
la accesibilidad física –particularmente por parte de los más vulnerables-, la
accesibilidad económica –que conlleva la equidad y el carácter asequible de los bienes
y servicios sanitarios- y la accesibilidad a la información. No menos importante es que
los servicios y programas de salud sean aceptables, es decir, respetuosos con la ética
médica, culturalmente apropiados, dirigidos a la mejora de la salud de los pacientes,
confidenciales, etc. Por último, y no menos significativo, el derecho a la salud implica
servicios y programas de calidad, lo que significa que tales servicios deben ser
científica y médicamente apropiados”. SENTENCIA 1827-15

“…la Sala no podría ordenar la realización de una cesárea a falta de un criterio técnico
que así lo respalde. Sin embargo, atendiendo al criterio integral de salud que como se
dijo incluye, no solo el aspecto físico sino emocional y psicológico y a los deberes del
Estado en materia de prestaciones sanitarias a las mujeres, considera este Tribunal que
el amparo sí resulta procedente conforme se dirá. La recurrente ha manifestado el
dolor y el estrés emocional que ha sufrido con su situación y la de su bebé; por su
parte, las autoridades recurridas, aunque no han definido la vía de parto aún, sí han
indicado que lo ideal sería un parto vaginal tomando en cuenta los tres partos previos
de la paciente por esa vía. Esa manifestación pone de manifiesto que lo determinante
en la decisión radica es el estado físico de la paciente, sin atender a su estado
emocional y psicológico conforme un criterio amplio de salud. Además, según las
recomendaciones supra trascritas, para garantizar un servicio de salud adecuado y
aceptable a las mujeres, debe respetarse la dignidad humana de la paciente, sus
necesidades y perspectivas. No puede obviarse que la situación de la paciente es
sumamente difícil no solo por sus patologías de fondo sino por el estado de su bebé—
ambas debidamente acreditadas en autos—,factores que, indudablemente, pueden
influir en forma negativa en su salud emocional y mental. En las condiciones en que se
encuentra la recurrente debe ofrecérsele una vía de parto que no comprometa su salud
integral y que sea lo más humanizado posible. En este caso, no se observa que se
hubiere garantizado un acompañamiento psicológico a la recurrente. En consecuencia,
aunque por las razones expuestas no puede ordenarse la realización de la cesárea, sí
resulta pertinente que la amparada sea valorada por un especialista en Psicología del
propio centro médico para que determine si, atendiendo a sus circunstancias tan
particulares, está en la capacidad emocional de tener un parto vaginal o, si por el
contrario, requiere de una cesárea electiva para evitar un daño a su integridad…”
Sentencia 1127-15

“De los autos no se desprende que exista una prescripción de un médico institucional
tratante de un procedimiento quirúrgico como el reclamado en este proceso, por lo que,
como se ha dicho en anteriores oportunidades, no corresponde mediante la vía sumaria
del amparo determinar cuál  debe  ser  el  procedimiento  o  tratamiento  más adecuado
para un paciente pues se trata de un aspecto técnico, en el que ha primado el criterio
del médico tratante. (…) Sin embargo, atendiendo al criterio integral de salud que
como se dijo incluye, no solo el aspecto físico sino emocional y psicológico y a los
deberes del Estado en materia de prestaciones sanitarias a las mujeres, considera este
Tribunal que el amparo sí resulta procedente (…) En las condiciones en que se
encuentra la recurrente debe ofrecérsele una vía de parto que no comprometa su salud
integral y que sea lo más humanizado posible. En este caso, no se observa que se
hubiere garantizado un acompañamiento psicológico a la recurrente. En consecuencia,
aunque por las razones expuestas no puede ordenarse la realización de la cesárea, sí
resulta pertinente que la amparada sea valorada por un especialista en Psicología del
propio centro médico para que determine si, atendiendo a sus circunstancias tan
particulares, está en la capacidad emocional  de tener un parto vaginal o, si por el
contrario, requiere de una cesárea electiva para evitar un daño a su integridad. Así, una
vez considerando el estado físico y emocional de la paciente, se definirá la vía de parto
que mejor se adecue”. SENTENCIA 1127-15

“existe un puente de estructura metálica que presenta un importante estado de


corrosión, pues tiene muchos años de no recibir mantenimiento. En relación con este
alegato, el CONAVI informa que dentro del Plan Operativo Institucional se tiene
programado el mejoramiento (asfaltado) de la Ruta Nacional Nº 707, sección
“Intersección Ruta Nº 27-San Pablo de Turrubares”, proyecto que comprende entre
otras obras, la construcción del puente sobre el Río Grande de Tárcoles. De
conformidad con lo aclarado bajo juramento, dicho proyecto se encuentra actualmente
en proceso de diseño a cargo de la Gerencia de Contratación de Vías y Puentes. Sin
embargo, la Sala extraña que el CONAVI no sea más explícito en este punto, pues no
ahonda en los detalles de este proyecto, como por ejemplo los plazos aproximados que
requerirá para poner en operación este nuevo puente. Tampoco demuestra que la
estructura que actualmente existe en ese lugar todavía cuente con alguna vida útil, o
bien, cuánto sería el tiempo máximo que dicha estructura podría soportar. Bajo esa
inteligencia, lo pertinente es acoger el amparo únicamente en cuanto a este extremo,
con el propósito de que el CONAVI evalúe la condición actual del puente señalado por
los recurrentes y les informe a estos los resultados de dicha valoración, tomando
posteriormente las medidas necesarias para garantizar el tránsito seguro por dicha
estructura (sea, realizando las mejoras necesarias a la infraestructura existente, o bien,
iniciando la construcción de un nuevo puente, según las recomendaciones técnicas que
se produzcan luego de la evaluación de cita). Solo así se garantizaría la señalada
obligación objetiva del Estado de tutelar la vida humana y, en consecuencia, asegurar
que la infraestructura vial cuente con condiciones óptimas para su utilización, de tal
forma que el riesgo atribuible a la integridad se reduzca al mínimo”. SENTENCIA
197-15

“…De ello se deriva el principio de la inviolabilidad de la vida humana, de modo que


es deber de la sociedad y el Estado su protección.  Es el más elemental y fundamental
de los derechos humanos y del cual se despliegan todos los demás. El derecho a la vida
demanda condiciones de salud en su más amplio sentido, de forma que el derecho a la
salud, sin perder su autonomía, casi viene a presentarse como un aspecto del derecho a
la vida. Doctrina y Filosofía a través de todos los tiempos han definido a la vida como
el bien más grande que pueda y deba ser tutelado por las leyes, y se le ha dado el rango
de valor principal dentro de la escala de los derechos del hombre, lo cual tiene su razón
de ser pues sin ella todos los demás derechos resultarían inútiles, y precisamente en esa
media es que debe ser especialmente protegida por el Ordenamiento Jurídico. En
nuestro caso particular, la Constitución Política en su artículo 21 establece que la vida
humana es inviolable, y a partir de ahí se ha derivado el derecho a la salud que tiene
todo ciudadano. Tampoco debe perderse de vista, que existen disposiciones normativas
en diversos instrumentos internacionales de Derecho, citadas en considerandos
anteriores -que el Estado costarricense se ha comprometido a honrar-, que establecen
que el trabajador tiene derecho a ejecutar las funciones que le competen en un
ambiente apropiado, cuyas condiciones garanticen la protección de su derecho a la
salud, lo que evidentemente se echa de menos en el caso de los amparados. De
conformidad con lo expuesto, el recurso resulta parcialmente procedente, por violación
a los artículos 21 y 56, de la Constitución Política, debido a se tiene por acreditado que
la situación actual que vienen soportando los empleados y las demás personas que a
diario frecuentan la Asamblea Legislativa –que se estiman en más de mil diarios- pone
en peligro su derecho a la vida y a la salud, debido a  los problemas estructurales e
inundaciones que presentan los edificios que albergan al Congreso…” Sentencia
19782-14

“…el Estado Costarricense está obligado a resguardar el derecho constitucional a la


salud de los privados de libertad y a que estos sean tratados humanamente. Tal
obligación supra legal implica que incluso en los procesos de extradición, el bien
constitucional salud deba ser contemplado cuando con base en criterios técnicos
calificados, como en este caso el dictamen de Medicina Legal del Organismo de
Investigación Judicial, se concluya, luego de verificar los padecimientos del amparado
(en el sub judice hepatitis autoinmune con lupus eritematoso sistémico con alto riesgo
de descompensación de su hepatitis y fallo hepático fulminante o sobreinfectante), que
si bien el amparado puede estar privado de libertad, ello requiere que en el centro de
reclusión respectivo se atiendan la dieta y las indicaciones señaladas por el médico
tratante, al tutelado se le someta a controles médicos periódicos, cuente con
condiciones mínimas de aseo y disponga de un acceso fácil al sistema de atención
médica. Como se dijo, la circunstancia de que la Ley de Extradición no contemple el
derecho a la salud no excusa su resguardo, toda vez que normas de mayor rango (la
Constitución Política y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos adoptado
por la Asamblea General de las Naciones Unidas) y otros instrumentos del derecho
internacional de los derechos humanos de la mayor significación (Declaración
Universal de los Derechos Humanos) sí lo hacen…”Sentencia 18408-14

“…En reiteradas ocasiones se ha señalado que de lo dispuesto en los artículos 21 y 40


de la Constitución Política se desprende la obligación objetiva que tiene el Estado
costarricense de garantizar la vida de sus habitantes. Se imponen al Estado diversas
conductas positivas tendentes a regular las áreas de la ida social en las que pueden
surgir peligros para la existencia física de los habitantes de su territorio. Así, se
establece el deber ineludible de velar y garantizar en forma pronta y cumplida por la
tutela de tales derechos fundamentales. En el caso de la seguridad vial debe cumplir su
obligación objetiva de proteger la vida humana, al construir soluciones viales tomando
en consideración la seguridad peatonal, de manera que por la omisión de las
autoridades competentes no se incurra en una inercia ilegítima que atente contra la
vida de los transeúntes. Por ello, el Estado se ve obligado a adoptar de manera
oportuna todas aquellas medidas preventivas necesarias para enfrentar peligros
inherentes a la vida en sociedad, reduciéndolos al mínimo posible. Al ser el tránsito
una actividad necesaria de alto riesgo, el Estado tiene el deber de regular la circulación
de peatones, animales y vehículos por las vías públicas y por las privadas que estén
abiertas al uso y aprovechamiento común, de manera tal que se pueda garantizar un
tránsito terrestre, vehicular y peatonal con el mínimo de peligro para la vida (véase el
Voto No. 2011-012261 de las 11:02 hrs del 9 de setiembre del 2011). La seguridad
peatonal también es un asunto de interés local que las municipalidades no puede
soslayar, por lo que éstas deben actuar -dentro de sus respectivos ámbitos de
competencia- para garantizar a los munícipes un tránsito seguro; en particular, a los
menores y a los adultos mayores (véase sentencia Nº 2006-11263, de las 9:29 horas del
1 de agosto del 2006)…” Sentencia 1257-14

“…En ese sentido, la pesca de camarón con redes de arrastre deviene violatoria de los
derechos a la vida y la salud consagrados en el ordinal 21 constitucional, toda vez que
la evidencia científica, aportada por los organismos internacionales encargados de la
materia y los órganos de investigación universitarios, demuestra que esa técnica no
selectiva compromete los ecosistemas marinos, la sostenibilidad del recurso marino y
atenta directamente contra la seguridad alimentaria de la población y su supervivencia
futura, razón por la que debe ser declarada inconstitucional mientras no se cuenta con
dispositivos para la disminución de la captura incidental (Bycatch Reduction Devices)
que significativamente disminuyan la captura incidental (no todos tienen la misma
efectividad y no basta con los que salvan a las tortugas)…” Sentencia 10540-13

“…Es por esta razón que, bajo la directriz interpretativa constitucional de lograr la
máxima funcionalidad del sistema democrático, esta Sala considera oportuno y
necesario generar una directiva constitucional para que en materia de salud se proceda
de manera paulatina, pero seria y decidida, a erradicar las listas de espera irrazonables
que actualmente exhibe el sistema de seguridad social costarricense. Para ello, deberá
la Caja Costarricense de Seguro Social, como entidad rectora en el ámbito de la
prestación de los servicios de salud, avocarse de forma inmediata a partir de la
notificación de esta sentencia, a realizar los estudios técnicos pertinentes que le
permitan elaborar un plan remedial dentro de los doce meses siguientes a la
notificación de esta sentencia, que permita reducir las listas de espera que
actualmente se encuentran en cada una de las especialidades de los diferentes
centros de prestación de servicios sanitarios del país. En dicho plan, además, deben
definirse los plazos de espera razonables por patología o grupos relacionados de
diagnóstico de acuerdo con la sintomatología, el nivel de urgencia y las condiciones
del paciente, así como los criterios objetivos para precisar la inclusión y ubicación de
un paciente en las listas de espera. Asimismo, se deberá fijar un cronograma de
avance, y las medidas administrativas o técnicas para cumplir con las metas del plan.
Lo anterior para que una vez aprobado el plan dentro de esos doce meses, en el plazo
máximo de doce meses siguientes a la aprobación del mismo, las listas de espera que
existan contemplen plazos de espera razonables de acuerdo a la especialidad médica y
el diagnóstico que corresponda. Todo lo anterior sin perjuicio de las decisiones y
medidas que pueda adoptar la Sala en el conocimiento de casos concretos para
garantizar la debida prestación de los servicios de salud…” Sentencia 4621-13

“El derecho a la vida reconocido en el numeral 21 de la Constitución es la piedra


angular sobre la cual descansan el resto de los derechos fundamentales de los
habitantes de la república. De igual forma, en ese ordinal de la carta política encuentra
asidero el derecho a la salud, puesto que, la vida resulta inconcebible si no se le
garantizan… Dentro de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y
en la Estrategia Mundial sobre Alimentación Saludable, Actividad Física y Salud de la
OMS se insta a los gobiernos a adoptar políticas que apoyen un régimen alimentario
saludable en los entornos educativos, ya que las instituciones educativas son
establecimientos privilegiados, donde se debe potenciar el bienestar de la
población estudiantil en su etapa formativa y en un período clave de su desarrollo,
donde se puede instruir a la población estudiantil en sus decisiones con la selección de
los alimentos saludables, con base en la importancia de desarrollar hábitos y actitudes
que promuevan la salud y prevengan su deterioro. De esta manera, el Estado y sus
instituciones, en este caso el Ministerio de Salud y el Ministerio de Educación por
medio de un conjunto de acciones se han avocado a promover una vida saludable en
las niñas, niños y adolescentes que asisten al sistema educativo. De lo citado se colige
la obligación de las autoridades del Ministerio de Salud de velar por la salud de la
población, las potestades de las cuales dispone para dictar reglamentos en esta materia,
y la obligación de toda persona natural o jurídica de acatar dichas normas…”
Sentencia 7897-12

“Ahora bien, los medicamentos que se encuentran en fase experimental constituyen


una esperanza para la persona que está viviendo una situación como la descrita. En
este sentido, si se cumplen los requisitos que establecen la Ley general de salud para
estos casos, en especial aquellos que se encuentran en los numerales 64 al 68, no existe
razón alguna para que el Estado le impida el uso de esos medicamentos que,
probablemente, es el último recurso para evitar la muerte o que su salud llegue a un
estado tal, que se afecte de forma severa su calidad de vida… No obstante, bajo una
mejor ponderación, el Tribunal estima que, al menos en el caso concreto, sí es factible
la aprobación del uso de medicamentos en fase experimental, siempre y cuando se
cumplan los requisitos que a continuación se señalarán, y que se derivan de las normas
antes mencionadas: a) Que la recurrente aporte prueba idónea que demuestre que
recibía el tratamiento en el extranjero; b) Que el tratamiento que se pretende utilizar,
se encuentre dentro de los supuestos establecidos por el numeral 108 de la Ley de
Salud; c) Que el tratamiento sea suministrado por un profesional médico
especialmente calificado, en los términos del artículo 65 de la Ley de Salud, y que
cumpla con los requerimientos establecidos por el numeral 64 de dicha ley; d) Que
exista un Protocolo Médico riguroso para el uso del tratamiento en cuestión: e) Que
el tratamiento cumpla con lo dispuesto por el Código Moral Médica, conforme lo
señalado por el artículo 66 de la Ley de Salud; f) Que el tratamiento a aplicar cuente
con antecedentes en los términos del artículo 68 de la Ley de Salud,  y g) Que exista
el consentimiento informado y autorización por parte de la paciente, según lo
dispuesto por los artículos 25 y 67 de la Ley de Salud.” Sentencia 5970-12

“Lo anterior significa, ni más ni menos, la prevención y el tratamiento efectivo de


enfermedades, así como la creación de condiciones que aseguren a todos la
asistencia médica y servicios médicos de calidad en caso de enfermedad. Dicho lo
anterior, el derecho a la salud comprende la disponibilidad de servicios y programas
de salud en cantidad suficiente para los usuarios de estos servicios y destinatarios de
estos programas. Por otra parte, el derecho a la salud también conlleva la
accesibilidad a estos servicios y programas, cuya cuatro dimensiones son la no
discriminación en el acceso a los servicios de salud, la accesibilidad física
-particularmente por parte de los más vulnerables-, la accesibilidad económica ±que
conlleva la equidad y el carácter asequible de los bienes y servicios sanitarios- y la
accesibilidad a la información. No menos importante es que los servicios y programas
de salud sean aceptables, es decir, respetuosos con la ética médica, culturalmente
apropiados, dirigidos a la mejora de la salud de los pacientes, confidenciales, etc. Por
último, y no por ello de menor relevancia, el derecho a la salud implica servicios y
programas de calidad, lo que significa que tales servicios deben ser científica y
médicamente apropiados.” Sentencia 4222-12

“…los estudios de equivalencia terapéutica (bioquivalencia) son parte integrante del


derecho a la salud de los costarricenses… tal disposición jurídica debe anularse por
inconstitucional pues tal suspensión es un riesgo para la salud de las personas que
utilizan los medicamentos genéricos, peligro que justamente es obligación del Estado
eliminar o al menos minimizar a través del ejercicio de sus deberes y potestades.- A
esto añade que esta Sala entiende que al declarar como lo hace la inconstitucionalidad
del Decreto número 36068-S, la situación jurídica se retrotrae al momento de su
promulgación, con lo que se quiere dejar claro que subsiste la prohibición de
realización de estudios de bioequivalencia en el país, en los términos de la sentencia de
esta Sala número 2010-001668 de las quince horas doce minutos del veintisiete de
enero de dos mil diez; igualmente, se deja indicado que nada de lo dicho en tal
pronunciamiento o ahora en éste, debe entenderse en el sentido de restarle validez a los
estudios de bioequivalencia realizados en el extranjero extranjero y validados por un
organismo internacional o nacional competente para llevar a cabo ese tipo de
convalidaciones, de modo que puedan hacerse valer a lo interno y puedan ser
aportados como parte indispensable del proceso de registro sanitario de
medicamentos…debe señalarse que forma parte de la obligación constitucional del
Estado costarricense la protección del derecho a la salud de los costarricenses, a través
del mayor aseguramiento posible de la calidad en los medicamentos genéricos que se
registran para su uso en el país y ello significa concretamente la necesidad de contar
con los estudios de equivalencia terapéutica como parte indispensable para dicho
proceso de registro.- De tal forma, al suspender la normativa impugnada esa
obligación de presentación de estudios de bioequivalencia dentro del trámite de
registro de medicamentos genéricos, se arriesga la salud de los costarricenses y con
ello se afecta de manera ilegítima e innecesaria su derecho constitucional a la salud…”
Sentencia 352-12

“Los derechos de la persona, en su dimensión vital, se refieren a la manifestación


primigenia del ser humano: la vida. Sin la existencia humana es un sinsentido hablar
de derechos y libertades, por lo que el ser humano es la referencia última de la
imputación de derechos y libertades fundamentales. Para el ser humano, la vida no
sólo es un hecho empíricamente comprobable, sino que es un derecho que le pertenece
precisamente por estar vivo. El ser humano es titular de un derecho a no ser privado de
su vida ni a sufrir ataques ilegítimos por parte del Estado o de particulares, pero no
sólo eso: el poder público y la sociedad civil deben ayudarlo a defenderse de los
peligros para su vida (sean naturales o sociales), tales como la insalubridad y el
hambre, sólo por poner dos ejemplos.” Sentencia 1668-10

la protección del derecho a la vida en los Pactos Internacionales, la Constitución


Política y el ordenamiento jurídico interno rige a partir de la concepción, razón por la
cual esta Sala no podría, en aras de proteger la integridad mental de la madre,
desproteger el derecho a la vida del menor en gestación, aún cuando sus posibilidades
de vida post parto sean remotas o nulas, pues no otra cosa implicaría acceder a lo
pretendido en el recurso. Sentencia 8760-08

la protección del derecho a la vida en los Pactos Internacionales, la Constitución


Política y el ordenamiento jurídico interno rige a partir de la concepción, razón por la
cual esta Sala no podría, en aras de proteger la integridad mental de la madre,
desproteger el derecho a la vida del menor en gestación, aún cuando sus posibilidades
de vida post parto sean remotas o nulas, pues no otra cosa implicaría acceder a lo
pretendido en el recurso. Sentencia 7958-07

La eutanasia es inconstitucional porque el artículo 21 de la Constitución establece que


la vida humana es inviolable. Entonces sería inconstitucional acceder a la petición de
eutanasia de un enfermo, aunque administrativamente sea más barato terminar ya con
la vida de un paciente en estado terminal, y no tener que hacer mayores gastos médicos
en él, para dedicar esos recursos a otros pacientes con mejores expectativas de vida,
eso sería violatorio del derecho a la vida del enfermo y no es de recibo que criterios
administrativos de conveniencia o de oportunidad incidan en la salud humana. Esa
forma de actuar violenta la dignidad humana porque pone fin a la vida, antes de que
suceda naturalmente, por una decisión humana basada en razones de índole económico
(ver además sentencias 1729-92, 1915-92 y 2679-04 de la Sala Constitucional).
Sentencia 5662-07

Ya esta Sala, cuanto se refirió a la fertilización in vitro, señaló que existe vida desde el
momento de la concepción, por lo que condenó al mal uso que de embriones
fecundados se pueda dar en ese proceso. De allí que no pueda compartir la posición de
las autoridades recurridas en cuanto a la concepción de que el feto es feto hasta que
compruebe su capacidad de sobrevivencia, y mientras tanto deba ser tratado como un
objeto Sentencia 6685-01

“Para el ser humano, la vida no sólo es un hecho empíricamente comprobable, sino


que es un derecho que le pertenece precisamente por estar vivo. El ser humano es
titular de un derecho a no ser privado de su vida ni a sufrir ataques ilegítimos por parte
del Estado o de particulares, pero no sólo eso: el poder público y la sociedad civil
deben ayudarlo a defenderse de los peligros para su vida (sean naturales o sociales),
tales como la insalubridad y el hambre, sólo por poner dos ejemplos. La pregunta
¿cuándo comienza la vida humana? tiene trascendental importancia…”La aplicación
de la Técnica de Fecundación In Vitro y Transferencia Embrionaria, en la forma en
que se desarrolla en la actualidad, atenta contra la vida humana”… “El ser humano
tiene derecho a que nadie atente contra su vida, a que no se le prive de ella —
formulación negativa-, pero también a exigir de otras conductas positivas para
conservarla. Esta conducta puede ser reclamada a profesionales o instituciones
dedicadas al cuidado de la salud y a quien tenga incluso un deber genérico de
asistencia” Sentencia 2306-00

“La preponderancia de la vida y de la salud, como valores supremos de las personas,


está presente y señalada como de obligada tutela para el Estado, no sólo en la
Constitución Política, sino también en diversos instrumentos internacionales suscritos
por el país como la Declaración Universal de Derechos Humanos, la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, de la Declaración Americana de los Derechos y
Deberes del Hombre y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Debe
quedar claro no sólo la relevancia de los valores para los cuales el actor reclama tutela,
sino también el grado de compromiso que el Estado costarricense ha adquirido en
cuanto a acudir de manera incuestionable e incondicional en su defensa.” Sentencia
1954-00

“Doctrina y Filosofía a través de todos los tiempos han definido a la vida como el bien
más grande que pueda y deba ser tutelado por las leyes, y se le ha dado el rango de
valor principal dentro de la escala de los derechos del hombre, lo cual tiene su razón de
ser pues sin ella todos los demás derechos resultarían inútiles, y precisamente en esa
media es que debe ser especialmente protegida por el Ordenamiento Jurídico.”
Sentencia 5130-94

“El más inmediato derecho vinculado al derecho a la vida es sin duda alguna, el
derecho a la integridad física y psíquica. Este derecho demanda condiciones de salud
en su más amplio sentido, de forma que el derecho a la salud, sin perder su autonomía,
casi viene a presentarse como un aspecto del derecho a la vida, según se desprende del
numeral 21 de la Constitución Política. Así, la relación vida-salud está en la vida
misma y en el tratamiento que cada sociedad dé a la persona, según la prioridad que
asigne a su protección.” Sentencia 1405-94

“La protección del derecho a la vida garantiza, dentro de su marco de tutela, la


posibilidad de desarrollo de la existencia misma en condiciones de bienestar, lo que
requiere del disfrute de servicios básicos como el de electricidad para la habitación. Lo
anterior determina que la Administración Pública pueda denegar la solicitud de estos
servicios únicamente por razones objetivas que obedezcan a una necesidad real de
protección de los mismos derechos o intereses de los administrados.” Sentencia 752-
94

“El derecho a la vida demanda condiciones de salud en su más amplio sentido, de


forma que el derecho a la salud, sin perder su autonomía, casi viene a presentarse
como un aspecto del derecho a la vida. Así, la relación vida-salud está en la vida
misma y en el tratamiento que cada sociedad dé a la persona, según la prioridad que
asigne a su protección.” Sentencia 4423-93

“La vida humana sólo es posible en solidaridad con la naturaleza que nos sustenta y
nos sostiene, no sólo para alimento físico, sino también como bienestar psíquico:
constituye el derecho que todos los ciudadanos tenemos a vivir en un ambiente libre de
contaminación, que es la base de una sociedad justa y productiva.” Sentencia 3705-93

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