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LA EDUCACIÓN SUPERIOR EN TIEMPOS DE COVID-19;

KAREN DANIELA PARRA SUA

ENSAYO
PRESENTADO A:
JAIRO CENTENO

UNIVERSIDAD
UNTROPICO
CONTADURIA PUBLICA
YOPAL CASANARE
2020
INTRODUCCIÓN

La pandemia de COVID-19 ha impactado directamente los sistemas educativos de todos los

países de la región, afectando a estudiantes, hogares, ministerios, secretarías, centros educativos,

docentes y directivos.

La Organización Mundial de la Salud elevó el pasado 11 de marzo de 2020 la situación de

emergencia de salud pública ocasionada por el COVID-19 a pandemia internacional. Para

entonces muchos países ya habían comenzado a adoptar medidas para intentar frenar la

diseminación del virus, entre ellas el cierre de los centros educativos. Una iniciativa que ha

demostrado su efectividad en el pasado. Se trata, por tanto, de una de las tantas medidas

extraordinarias que se han debido adoptar como consecuencia de esta grave crisis sanitaria, para

contener la progresión de la enfermedad y ayudar de este modo a evitar el colapso de nuestros

sistemas sanitarios. Aunque no resulta ni remotamente comparable, sí es necesario reconocer que

estas circunstancias excepcionales también están poniendo a prueba nuestros sistemas educativos,

que se enfrentan al reto de continuar la formación de millones de escolares confinados en sus

domicilios.
LA EDUCACIÓN SUPERIOR EN TIEMPOS DE COVID-19;

La suspensión de las clases tanto en universidades como en colegios fue una de las primeras

medidas implementadas en los países donde la pandemia del coronavirus llegó. Si bien niños y

jóvenes no suelen presentar mayores complicaciones como portadores, según la literatura global,

sí son potenciales transmisores del virus. Una forma evidente de prevenir y contener el contagio

del COVID-19 es evitar que niños, niñas y jóvenes vayan a guarderías, colegios y universidades.

Pero en Colombia esta medida supone varios desafíos que se han vuelto apremiantes tras la

llegada del virus. Uno de ellos quizás el principal es que veinte millones de personas no tienen

conexión a internet, y muchos de los que sí la tienen, acceden únicamente a través de celulares.

Esto ocurre, sobre todo, en las zonas rurales.

Analizar el impacto de la crisis en el sistema educativo colombiano es evidenciar sus

deficiencias y los retos para volcar su quehacer hacia la virtualidad. De acuerdo con cifras del

Mintic, cerca de 20 millones de colombianos no cuentan con banda ancha, un aprovechamiento

efectivo de las tecnologías en los procesos de enseñanza y aprendizaje requiere tres cosas:

disponibilidad de las herramientas y los equipos, un uso competente de estos por parte de sus

usuarios y que los mismos tengan una actitud positiva hacia el cambio o la transformación.

Para que la educación virtual sea un éxito se necesitan los equipos en el centro educativo y en

la casa de los estudiantes. Así mismo es necesario que educadores y estudiantes aprendan las

metodologías y habilidades para el aprendizaje por fuera del aula.


En el corto plazo, la primera cuestión a plantearse es el efecto que se está presentando en el

aprendizaje de los alumnos la sustitución de las clases presenciales por la formación on-line y a

distancia.

Ciertamente, estamos ante una nueva generación de alumnos que, en general, está

vinculada con la tecnología digital, lo cual ha modificado sus formas de aprender, sus intereses y

sus habilidades. Sin embargo, esto no significa que puedan aprender con la tecnología; saben

usarla para comunicarse, para las redes sociales, pero no necesariamente la emplean como un

recurso de aprendizaje.

Cabe señalar a este respecto que en la educación presencial ya se utilizan las Tics como

medio para individualizar la formación de los alumnos y tratar de atender las necesidades de

cada uno de ellos. Un efecto que en las actuales circunstancias se podría potenciar. Por otra

parte, profesores de universidades importantes del mundo señalan que la enseñanza virtual

puede ser incluso mejor que la presencial. El problema es que tener el curso grabado hace que

nos confiemos en que “ya veremos la clase”, el resultado puede ser diferente.

La educación a distancia exige un mayor grado de compromiso y disciplina. Si éstos se

alcanzan, el rendimiento académico, podría ser incluso mejor en los formatos online. Hay que

aprovechar las ventajas de la educación online como la posibilidad de personalizar la formación

y reforzar los puntos débiles de cada alumno.

La calidad de la plataforma digital, la facilidad y reiteración de la interacción entre alumnos o

la evaluación continuada de los conocimientos. Se recomienda, cuando sea posible la

interacción, pero se concluyendo que es importante tanto si se hace de forma sincrónica como
asincrónica, en clase interactiva o descargando contenidos, lo relevante es que se haga en dos

aspectos claves al revisar la literatura: la formación del profesorado en el uso de las

metodologías online, en caso, la interacción de los profesores en el aprendizaje y el uso de una

metodología práctica que atraiga más a los alumnos.

En condiciones de operación normal del sistema educativo se esperaría que los hogares

jugaran un papel complementario en los aprendizajes de los alumnos, reforzando las lecciones

obtenidas por los alumnos en sus salones de clase. Pero sabemos que ésta no es la realidad

preponderante en muchos hogares. Ahora el desafío es aún mayor porque, ante el cierre de los

salones de clase, los hogares enfrentan expectativas poco alcanzables, ser el motor principal

para impulsar el aprendizaje de los alumnos. Hay amplia evidencia de que el ausentismo escolar

mina el aprendizaje; los costos serán previsiblemente mayores para los estudiantes sin los

recursos para acceder educación en línea o a distancia, y/o con padres con carencias educativas

que dificultan aún más que sean aliados para dar continuidad a sus lecciones.

Como se ha señalado anteriormente, resulta fundamental que los padres sean los primeros

comprometidos con la educación de sus hijos en estas circunstancias extraordinarias, y les

ayuden a adaptarse a la educación a distancia. Es realmente importante que los padres se

involucren ahora más en la formación de sus hijos, independientemente de su nivel educativo.

Una de las claves del éxito es el compromiso de los padres en la mejora educativa de sus hijos,

independientemente de su nivel educativo. No obstante, hay que reconocer que los estudiantes

de familias menos acomodadas tienen menos probabilidades de tener apoyo académico de sus

padres. Tampoco hay garantías de que los alumnos rezagados reciban el refuerzo personal e

individualizado que necesitan. Además, y aunque cada vez con menos intensidad, no todas las
familias tienen un buen acceso a internet y algunos ordenadores pueden ser obsoletos. Por

último, la situación económica y laboral en los hogares más afectados por esta crisis sanitaria

también se transmite a la capacidad de estudio y concentración. Situaciones difíciles desde el

punto de vista económico y de estrés de los padres afectan negativamente al rendimiento

académico de los alumnos.

la crisis nos ha llevado a una nueva dinámica social, donde los docentes y las familias han

terminado por repensar lo que están haciendo para aportarle al sector educativo. Se están

generando nuevas experiencias de aprendizaje y pensando nuevas maneras para involucrar a

los padres en los procesos de formación de los niños y jóvenes. Más allá del uso de la

tecnología, esta transformación, que representa un gran reto, puede superar la innovación

educativa y convertirse en una gran innovación social.

Y por último UNESCO alerta del posible incremento del abandono escolar como consecuencia

del cierre de las escuelas. Puede ser difícil lograr que algunos jóvenes regresen a la escuela y

permanezcan en el sistema cuando los centros escolares vuelvan a abrir.


CONCLUSIONES

La pandemia provocada por el coronavirus ha impactado en todos los ámbitos de la actividad

social, económica y, por supuesto, educativa. Los niños y adolescentes pueden ser vectores de

contagio del virus y todos los países afectados han optado por el cierre de las instituciones

educativas. Ante este cierre, nuestro documento pretende dar respuesta a tres preguntas

fundamentales: cuáles pueden ser los efectos académicos del cierre de los colegios, cómo

afecta al abandono educativo, y qué medidas son necesarias para reducir el impacto. El análisis

de la investigación nos permite dar respuesta a estas preguntas y, sobre todo, plantear

recomendaciones para tratar de evitar los efectos más perjudiciales. Son medidas que no sólo

recaen en los responsables políticos o en los profesores y directores de los centros escolares,

sino también en los propios padres. Lo que demuestra que, igual que la lucha contra el COVID-

19, es una responsabilidad compartida. También organismos muy importantes como la OEI que,

pese al confinamiento, sigue trabajando para las comunidades en la promoción de la educación,

la ciencia y la cultura.

La formación del profesorado en el uso de las metodologías online y su interacción en el

aprendizaje son claves para el éxito. Tienen que saber cómo se hace la docencia en línea,

aprender metodologías adecuadas, personalizar la docencia a sus alumnos, e, incluso, crear sus

propios recursos educativos.


Hay que aprovechar las ventajas de la educación online como la posibilidad de personalizar la

formación y reforzar los puntos débiles de cada alumno.

BIBLIOGRAFIA

⮚ https://twitter.com/cabralestweet/status/1242359098630459392.

⮚ www.brookings.edu/blog/brown-center-chalkboard/2020/03/11/using-federal-stimulus-to-

getschools-through-the-coronavirus-crisis-the-case-for-summer-school-and-summer-

teacher-pay/.

⮚ https://www.economist.com/international/2020/03/19/how-covid-19-is-interrupting-

childrens-education.

⮚ https://es.unesco.org/covid19/educationresponse

⮚ https://forbes.co/2020/04/30/actualidad/asi-ha-afectado-el-covid-19-la-educacion-en-

colombia/

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