Lo que más recuerdo de los aprendizajes ancestrales de algunos de mis familiares fueron el
tratamientos para el alivio de ciertos malestares que pudiera tener los cuales eran aliviados con plantas medicinales, como por ejemplo para el dolor de estómago que se trata con una infusión de agua de manzanilla con gotas de limón, para desparasitar se daba a tomar paico, para el estreñimiento con extracto de ciruelas pasas. Como olvidar la cura de espanto y el ojo seco, la persona al que padecía esto era llevado de inmediato al curandero el mismo que descubría el ojo pasando un huevo por el cuerpo y a la vez rezaba el padre nuestro y haciéndole cruces luego partía el huevo y lo colocaba en un vaso con agua y donde se hacían unas velas era por que estaba ojead y para ser liberados de este mal el curandero se metía alcohol en la boca y lo chispeaba a la persona y lo golpeaba con unas hojas de ortiga para ser curado. La preparación de los alimentos en leña o en carbón, también se usaban las famosas ollas de barros, que daban a los alimentos un sabor inexplicable.