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El aparato imperialista en Centroamérica Roque Dalton nacié el 14 de mayo de 1985 y fue asesinado el 10 de mayo de 1975 en San Salvador, Fl Salvador. Es, sin duda, uno de los intelectua- les mas interesantes y auclaces del siglo xx en Centroamérica, por sus pro- pPuestas estéticas de ruptura y por su coherencia vital, Dalton, no obstante las reticencias de algunos de sus contemporsineos, se ha conwvertido en el escritor que mas ha influido en las nuevas generaciones, Sa amplia e ine tensa obra literaria atin se encuentra en fase de divulgacién. Desde 1961 hasta 1973 (afto en el que ingres6 de forma clandestina a su pais para fnwtegrarse al incipiente movimiento guerrillero) vivié en Cuba y en Checoslovaquia, y viaj6 a diversos lugares del mundo como México, Francia, Vietnam, Corea del Norte y Chile, estancias que estan expresa- ‘mente registradas en sus escritos. Su poesfa, el género mas conocido y difundido dentro de su creacién Iiteraria, Io ha legitimado como una de Jas voces mis originales de América Latina, Sin embargo, su obra es de amplio espectro: La ventana en el vostro (poesta, 1961); César Vallejo (ensayo, 1963); Taerna yotrs lugares (poesia, 1969); «pRevolucidt en la vevolucin?» y In rion de derecia (ensayo, 1970); Miguel Marmol, Los sucess de 1922 en El Satoador (relat testimonial, 1972); Ceminando y cantando (teatro, 1973); Las historias prides del Pulgarcto (poema-collage, 1974); Pobrecto poeta que era 4yo (novela, 1976), entre otros ttulos Imperialismo y revoluci6n en Centroamérica El aparata imperialista en Centroamérica (Notas y materiales de aproximacién) Roque Dalton La Habana, 1972 tuna editorial latinoamericana Tuono tech ieeradon.Nnguna pore de eta nln puede sr epee, tonvervet on un stro Yononitss on snk fom opr cus meso sd abi cualquier ho, 8 pra sulorzacn dla rary of Congoss Conta Number: 200885721 PUBLICADO POR OCEAN SUR Mario ra do Cacao. 17, C0 El Res, Coyeoein, CP O40, Misi, OF mal ankogocosnn com Tae 82 (8558214165, Cuba: Ema anaoceansur com atador, Crt aeacrGoceenurcar Vonenunat Er vonezsogbooeneurcom ‘Ngptina Cnt Edones 8 A «To 01 £204 696 - Et ergo econo com ar ‘Attala: Oca Prose (1-2) 83722655 E-ma: booeenbokscom.au ota Oca Sur Bava “Ema paiaoreasurcom ‘Ctnadh:Pubetw Gry Canaan Tet 8006636714 rogers. 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Esta prime- ra parse, Elaparato imperialista en Centroaméric, se refiere, como st nombre lo indica, alas estrategias de dominacién neocolonial en la region en su conjunto y, por su cardcter més general, tal vez el autor la dejé ordenada en notes —cincuenta y cuatro en total— con vistas a regresar sobre ellas antes de publicarlas. La segunda parte, El Salvador en Ia revolucién centroamericana, se concentra en la experiencia de su pais, vivida por él con intensidad y sentido genuino de la militancia. Elector puede preguntarse con toda legitimidad por qué pu- blicar ahora un andlisis del imperialismo eserito hace ya més de un cuarto de siglo, 0 hallar razén suficiente en el propésito de compketar la edicién de los ensayos politicos de Roque, posible- mente tan relevantes como su poesia, Sin embargo, este texto, que podria caracterizarse como un estudio de coyuntura, contiene valoteciones ante las que llama la atencién que hayan sido for- Vill Aurelio Alonso ‘muladas tantos afios atrés, pues muchas de ellas preservan una actualicad impresionante, y son indispensables para la compren- sidn de los resortes contempordneos de la dominacién y la bis- queda de horizontes alternativos. La experiencia guerrillera se expandi6 después del triunfo de la Revolucién cubana, y parejamente a ella, la ingenierfa contrain- surgente del impetio como poder de contencién represiva, proba do ya a escala local contra los movimientos liderados por Augusto C. Sandino, Farabundo Marti, Jacobo Arbenz, y otras expresiones de rebeldia en Centroamérica, regién que ha permanecido como su més cercana esfera de influencia dentro de una periferia en plena formacion. El asesinato del Che en Bolivia en 1967 se convirtié en un sigr no de la imposibilidad de reproducir la experiencia guerrillera con éxito en el sur del continente. Que fuese precisamente el Che quien sufriera ese revés devino argumento para aceptar que el camino se habia cerrado, aunque el largo plazo demostraria que lo que se daba por cerrado con é, mucho més alla del uso del fu- sil, su muerte acabaria por abrirlo, También el inesperado movi miento revolucionario de los militares peruanos encabezados por Velasco Alvarado en 1968 se apagaria pocos afios después bajo la conducci6n de su sucesor, Morales Bermeidez; y el Gobierno de Unidad Popular que Salvador Allende trat6 de encauzar desde la presidencia ganada en las urnas fue brutalmente aplastado por el golpe de Pinochet, devenido paradigma de fascismo neocolo- nial bajo la sombrilla de Washington. En el resto del cono sur las. dictaduras militares hicieron pagar con sangre, desde entonces, cualquier sospecha de oposicién. Qued6 demostrado que no se trataba de un problema de invia- bilidad de la lucha armada, sino de que la violencia imperialista se iba a interponer ante cualquier camino alternativo, partiera de Portico editorial Jas amas, de la resistencia pacitica, del interi6r de las fuerzas ar- madas, 0 de la via electoral, Ela década de 1970 el escenario de la confrontacién armada sntlimperialista se logr sostener solamente en la América Cen- ral, donde la victoria alcanzada en 1979 coronaria la larga lucha librada por el Frente Sandinista de Liberaci6n Nacional (FSLN) ‘on Nicaragua, al tiempo que en Guatemala y en El Salvador se aniuvo con intensidad la contienda durante los aftos setenta y ‘ochenta, Mientras tanto, Omar Torrijos hacia emblematica la de- fensa de la soberania panamefia al lograr la firma de los acuerdos de devolucién del Canal, y también moriria poco tiempo después ‘on un sospechoso accidente aéreo. Roque Dalton, que encontré la muerte, como muchos esclare- clos luchadores de la izquierda latinoamericana de entonces, en cl camino de las armas, asesinado, como lo fue el Che, dej6 en esta bra inconclusa una reflexién certera, articulada y enjundiosa de faquella etapa en la regi6n centroamericana. Roque fue sin duda uno de los grandes intelectuales de su generacién, poeta y narra- dor, premio Casa de las Américas de poesia de 1969 con Taberna y otros lugares, autor de, entre muchos otros libros, El turno del ofendi- Jo y Las historias prokibidas del Pulgarcito, y maestro, como pocos, en. ¢} uso de una sutil ironfa como arma para desnudar la injusticia, {a opresion, la maldad y el error. Miembro del Partido Comunista de su pais desde los veintidés afios de edad, conocié desde dentro las vacilaciones, los dogmas y elsectarismo que padecieron todos los partidos comunistas del conlinente, y los enfrent6, como militante, sin claudicar nunca de Jos objetivos revolucionarios. Roque Dalton, como es sabido, no we Lmit6 a la poesia y la narraciOn literaria, sino plasmé su re- flox:6n revolucionaria en la ensayfstica que una muerte temprana Interrumpié. Sus Gltimos libros estén atravesados por una lectura dle l realidad fuertemente arraigada a la linea de pensamiento que X Aurelio Alonso vineula a Lenin con el Che Guevara y con Fidel Castro; més que a lun modelo definido en el plano doctrinal, al pensamiento que se plantea como inseparables la confrontacién con el dominio impe- rialista y la logica det capital, y una critica consistente del reformis. mo en el seno del pensamiento comunista, «Excluimos también la visin exclusivamente tacticista, es decir, politiquera, que en nom- bre del “marxismo prudente” pretende enfrentarse a los hechos de- jando fuera a la revolucién nos dice sin matices, Roque recorre la aventura de dominacién norteamericana des- de las campanas de William Walker, que es sabido que gozaron del patrocinio imperial hasta que se mostraron insostenibles y cl imperio gité hacia la politica de manejo del traspatio de cor- te neocolonial, hechura de Washington, en la cual las oligarquias locales aliadas sirven de enmascaramiento al sistema de domina- cién fordinea, Descarta asi del todo el intento de identificar una burguesia nacional con intereses propios, diferenciados del capital transnacional, con la cual se pudieran establecer alianzas en bus- ca de soberania econémica, Como Gnica diferencia seftala Roque Ja que observa en torno a la distinc n del partner indigena. «Para Jas burguesias nacionales —nos dice— Ios indfgenas son los indt- genas reales, pero para el capital tre tacional los indigenas son las burguesias locales, aunque de indigenas no tengan nada. Y los indigenas reales ni existen», Diferente de su modelo en Puerto Rico o en Filipinas, estas relaciones de poder harian de la intervencién militar un hecho casuistico, supuestamente anémico, forzado por las circunstan- ccias, En efecto, la intervencién solo se utiliza en esta modalidad de dominacién cuando las relaciones de poder se ven en peligro ‘© cuando los dominadores sienten la necesidad de recordar quign. manda, pero no cabe duda de que, como toda relacién de poder, se da siempre en la misma direccién, Pético editorial XI No corresponde al prélogo recorrer todos los vericuetos de un ‘ensayo que, sin ser extenso, es rico en aristas. Después de acudir a vastas glosas, valiosos testimonios y articulos especializados, Roque se concentra en el tratamiento de aspectos econémicos, poiticos, militares e idealgicos de la dominacién, caracteristicos para la regién en su totalidad. Me voy a detener en el tema de la guerra, al cual se dedican muchas paginas en este libro. Roque caracteriza la guerra como un conflicto derivado de la l6gica del propio sistema capitalista centroamericano, desarticu- lado e incapaz de unirse frente a la dominacién imperial. Desde Estados Unidos habia cobrado fuerza, después de la victoria de Ja Revolucién cubana y de la impotencia para revertirla por vias convencionales, el concepto de «guerra especial». Roque la ana- lizé en el contexto centroamericano y también en otros textos tuyo ocasion de valorarla en algunas experiencias del sur del con- tinente. No vivi6 para ver la derrota completa del imperialismo cen Vietnam, pero logré reconocer sut fracaso y las sefias de atas- camiento que alli sufrié la «guerra especial». Aitos después, en la Gverra del Golfo, quizs por vez primera, con el uso de «armas inteligentes» aparecia la variante de eguerra sin pérdidas» para la paste del le6n en el conflicto. Para la teoria de la revoluci6n la guerra no era un objetivo en sf misma. Se planteaba en los sesenta y en los setenta la inexistencia de vias legales para el acceso del pueblo al poder en la América La‘ina, Era cierto, no las habia entonces, y lo demostraba la vulne- rabilidad de cualquier gobierno que no se sometiera al disefio de dominacién marcado por los intereses asociados del imperio y los oligarcas locales. Difi mente se pueda citar uno solo que no haya sido desmontado por medio del golpe militar. Roque lo analiza con claridad. Hoy, en un escenario distinto, en el cual el auge democratiza- dor ha demostrado la posibilidad para los pueblos de imponer @ XI Aurelio Alonso sus mandatarios, también se ha creado un clima de contencién de Jos militares, Por tal motivo, el curso que tome el conflicto hondu- retto generado por el derrocamiento militar del presidente Zelaya conduciria, en el peor de los casos, a un retroceso estratégico a ni- vel continental. Fs interesante que el autor haya glosado un articulo de Susanne Jonas publicado en Nacla Newsletter, en el cual recuer- da como en 1963, cuando el golpe militar al Gobierno legalmente electo de Villeda Morales en Honduras, John F, Kennedy decreté Ja suspensién de los programas de ayuda al Gobierno golpista que después logro establecerse. Apenas un mes después del golpe, el 22 de noviembre, Kennedy fue asesinado en Dallas, Texas, Roque deja en estas tineas un andlisis excepcional del contlicto armado de 1970 entre Honduras y El Salvador, que la prensa bau- tiz6, despectivamente tal vez, como «guerra del fitbobs, Advierte que si atendemos a las versiones oficiales de los Gobiernos, en esta guerra, que duré seis dias, no hubo perdedor: «Los Ejércitos ga- naron la guerra, ambos tenian que ganar la guerra para poder se- guir planteando la guerra contra los pueblos», aun si los intereses zonales del imperialismo necesitaban, y obtuvieron, la victoria de El Salvador. Lo necesitaban para prestigiar al Ejército local, ya en conflicto con un movimiento guerrillero que ganaba fuerza. En tanto, analiza Roque, Honduras traducta su debilidad estructural econémica en la debilidad de sus fuerzas armadas (pats poco po- blado, de acentuada pobreza, mal controlado militarmente, monta- fioso, desintegrado en zonas econémicas dispersas, ubicado entre los dos patses donde el conflicto revolucionario habia alcanzado los niveles mas altos: Guatemala y Nicaragua): «una montafia en- tre dos movimientos guerrillerosy, ia llamarfa entonces Roque. De aquel conflicto surge precisamente la coartada del «peligro sal- vvadorefio» para justificar la modernizacién del aparato militar en Honduras de cara al avance del sandinismo. Portico ectorial XML La pobreza en Honduras no ha sido resuelta ni mitigada, pero |n oligarquia hondurefia se afianzs y las fuerzas armadas del pais, wostenidas con el apoyo de Estados Unidos, son mas organizadas, fontrenadas y eficaces en la represion que en los tiempos en que Roque escribie. Otro tema que merece atencién es el de la integracién econé- nica, que recuerda ha sido impuesta como lo que Hama «armazén le explotacién diferenciada». Vista desde finales de la Segunda Guerra Mundial como un esquema subalterno a tos intereses im- perialistas, reporta una larga cadena de frustraciones, que aborda 1 través de la eritica del Mercomiin como instrumento el im- perialismo. La obligacion de las organizaciones revolucionarias centroamericanas «... es plantear a las masas un programa que gnifique una alternativa de desarrollo, contra la dependencia y | actual explotacion clasista [..] En definitiva seré el socialismo sistema que haré posible una integracion auténticamente po- ular». Koque pudo observar los primeros signos de pérdida de peratividad del proyecto del Mercomdn con la complementacién Por otros supuestos instrumentos de integracién, todos los cuales ‘on posterioridad se desvanecieron progresivamente en el curso Ue la implantacion de los esquemas del nuevo pacto del capital \mpuesto dentro del modelo neoliberal, Previ6, a pesar de no lle- jjara vivirl, la involucién de las economias subalternas en el pac \o comercial neoliberal cuando intuy6: sf... ni siquiera desarrollo Jependiente sino enclave: América Central como zona franca», y \e opaso, como propuesta, «una integracién basada en la libera- clon nacional y la perspectiva socialistan Debemos recordar también que en su tiempo las inversiones y los movimientos de capital que se presentaban en la fase de la ‘Jominacién monopolista, constituian el elemento central de Ia ar- ticuleeion de las economias periféricas con el centro imperialista, «tanto la deuda externa no se habia convertido en lo que hoy XIV Aurelio Alonso es, De modo que el andlisis de la realidad de la €poca hace que e caracterice el nivel de dependencia a partir de las inversiones, y esto es correcto en la relacién que prevalecia: no habia llegado todavia la época de la burbuja financiera y los paraisos fiscales, la 6poca en que se hizo posible mover grandes masas de capital sin producir un alfiler, pero no escapaba a su vista lo que tocaria a la América Central en ese mundo por venir. No es posible detenerse, en el prologo, en la totalidad del re- corrido realizado por el autor, que atiende cuidadosamente tam- bién el control de los medios masivos de comunicacién como instrumento de dominacién por parte del imperio y de las oli ‘garquias subalternas. Sobre la prensa plana glosa un estudio de Leonardo Acosta, y sobre la televisién otro de Armand Mattelart, asf como se refiere especialmente a la radio como medio de «im- posicion hegeménica», ya que «no todos pueden leer pero todos pueden oir», bserva tambien desde entonces, en el campo religioso, la di- vision dentro del catolicismo y la influencia positiva de «un clero progresista nacional y extranjero», al tiempo que constata la in- fluencia norteamericana por la via del crecimiento de mormones y de testigos de Jehové: en otras palabras, la religiosidad manipu- lada con propésitos hegemdnicos desde los centros imperialistas, en confrontacién con el mensaje de rebeldia del evangelio que ha- bia comenzado a expandirse en el continente y, en particular, en el contexto centroamericano, En las Iineas finales subraya que ha intentado «f..] una vision [que sabe limitada y parcial] del aparato de dominacién y explota- cin del imperialismo en Centroamérica, y de la propuesta nacional que el imperialismo hace a los pueblos centroamericanos en forma tan instrumentadamente coercitivay, E] subrayado de la propuesta nacional es suyo y con ello advierte al lector contra un relato me- ramente descriptivo. Portico edtorial XV La vision de Ja regién como un todo prevalece en el andlisis \e ln estrategias del imperio, aunque en una de sus notas finales Jara que el manejo de Ja situacién en Panama y en Costa Rica » ha poctido abordar atin y queda pendiente, junto a profun- \Wzaciones necesarias en aspectos econémicos, juridicos y otros Histay lagunas, aunque dan cuenta de que estamos ante una obra nconeliusa, no afectan, sin embargo, el alcance de su perspectiva AURELIO ALONSO La Habana, 2009 (...el monopolio est4 sentado, como un gigante implacable, ala puerta de todos los pobres». Jost Maret Desde .a intervencién filibustera contra Nicaragua, encabezada por el agente esclavista surefo William Walker a mediados del iglo pasado, hasta la intervencién yanqui en El Salvador (reali- vada a través de las secciones guatemalteca y nicaragiiense de las {uereas armadas centroamericanas, reunidas bajo la diteccién del IDECH, organismo de inspiracion norteamericana) del 25 de fe 1972, la historia de la dominacién del imperialismo en Centroamérica es una historia larga, complicada, tan llena de os- curas lagunas y de vacios dificiles de integrar al andlisis, como de crimenes evidentes y aleccionantes, Este mismo entunciado presen- (a ya una dificultad para el centroamericano promedio: a él le han hablado en todos los tonos y por todos los medlios — tradicionales y mode:nos— de la historia de Centroameérica (a partir de la his- toria de! pais centroamericano en que nacié y vive) como de una interminable sucesién de personajes y hechos —buenos y malos ambos— que puede o no incluir al Walker anecdético y puede o no ineluir la noticia, el hecho de que el 25 de marzo de 1972 un golpe militar fue aplastado en San Salvador «por medio de un bombardeo aéreo», pero jamés le han develado las fuerzas sociales que se movieron detrés de esos hombres y esos hechos, los intere- 2 Roque Dalton ses econ6micos y politicos que Hevaron a las situaciones concretas; ni, mucho menos, le ensefiaron la historia de esa fuerza que ha llegado a constituirse en elemento principal de nuestro desarrollo social enajenado: el imperialism. 2 Un presupuesto bésico, indispensable, para que el imperialis- mo norteamericano pueda ejercer su dominacién y su explota- ci6n neocolonialistas sobre nuestros pueblos, es la ocultacién de Ja naturaleza extranjera y antinacional de su sistema: trabaja so- bre naciones con independencia politica formal y con una historia transcurrida, con bandera, simbolos, mitos y personalidad nacio- rales, y debe usar — por lo tanto— instrumentos que parezcan na- ionales: Gobierno, Administracién, Policia, Ejército, programas ideologicos, medios masivos de comunicacién, estilo local. Sin duda, una gran parte de la fuerza del imperialismo norteamerica- no en Centroamérica esta en su capacidad de ocultarse en la ma- rafla de su aparataje local. Cada vez que el imperialismo aparece directamente en el escenario local de la lucha de clases (Vietnam, Santo Domingo, etcétera) es porque ha sido obligado a ello por la fuerza popular, o sea, porque ha perdido ya una parte de la bas talla. No resulta entonces extraiio saber que uno de los objetivos principales. de Ia estrategia imperialista para Centroamérica sea ccumplir con la necesidad de ocultarse perennemente en su calidad de enemigo principal de nuestros pueblos, ni tampoco que una de las necesidades principales de la estrategia y la téctica revolucio- narias de los pueblos centroamericanos sea la de ubicar inequivo- camente a ese enemigo principal, sus formas dle actuacién, sus bases sociales de actuaci6n en nuestra zona, El aparsto imperialist en Centroamérica 3 3 Diefinir a las clases dominantes locales a partir del imperialis- 4\0 9 una tarea que los revolucionarios salvadorefios y centroa- icanos no hemos cumplido atin cabalmente. Muchas veces, nombre de la formacién del «amplio frente antiimperialista», Jolinimos como sectores democratico-nacionalistas a capas que procisamente las bases locales de sustentacién del sistema ex- jlotodcr antinacional, Hay que aceptar que en cada pats centroa~ Jworicano tenemos nuestros propios y muy complejos problemas Jo (ormacion social y de desarrollo hist6rico, pero ello no es obs- (oul para intercambiar experiencias en este terreno. Una sinte- Wo snuy felizmente lograda de este problema en Panama podria \lovarnas en El Salvador a tentaciones de simplismo; pero con el Jebido cuidado ante las posibles transposiciones mecénicas po- Jjomos enriquecernes mutuamente. En ello pensamos cuando lel- | ltimo parrafo del articulo de Nils Castro «Panamé: entre )ligarquia y Ia dignidad nacional» (Casa de las Américas, mayo- \o, La Habana, 1972): La historia posterior a 1903 —dice— que actualmente ha lle- ado a su expresién més alta, se sustanci6 en la renovacién, una y otra vez, de las mismas condiciones: un pueblo explo- vo frente al yanqui, cuyas grandes luchas son mediatizadas por una oligarquia entreguista, incapaz de sostenerse por si misma, razo politico del imperialismo. Hasta el momento ‘en que el Gobierno actual desplaz6 de posiciones decisivas «esa oligarqufa y empez6 a dar algunas muesiras de digni- dad nacional, los grancles momentos de la nacionalidad y de In lucha contra la explotacién de clases han sido los mismos: 1925, cuando frente a las primeras manifestaciones propiamen- te sociales —Ia «lucha inguilinaria»— la oligarquia solicité la intervencién de las tropas norteamericanas; 1947, cuando las 4 Roque Dalton grandes movilizaciones populares contra la entrega de nue- vas porciones del territorio nacional para bases norteamerica- nas; las grandes «siembras» de banderas panamefias por las ‘masas en la llamada Zona del Canal, en 1958 y 1959; y sobre todo las heroicas y trégicas jomadas del 9, 10 y 11 de enero de 11964, cuando un pueblo inerme se enfrent6 a los carros blinda- ddos del imperialismo —lavandose en sangre y Tuto, pero po- rniendo contra la pared a sus enemigos en el foro mundial—, ppara ser, al cabo de los meses, lenta sibilinamente, traicionado de nuevo por su propia oligarquia —més comercial que pana~ mefia— ante la mesa de negociaciones del imperialismo (pro- yecios de los tres trataclos, desenmascarads ante los hombres de la tierra por Floyd Britton en la Conferencia Tricontinental de La Habana). Todo demuestra que la oligarqufa ha cumplido la nefanda misin historica de enajenar, frustzar y pervert la independencia y la nacionalidad hasta un limite que llegé a ser intolerable hasta para los propios militares. La tercera y verda- deta indepestenivia tendrd un eardcter popular: LA LUCHA CON: ‘TRA FL IMPERIALISMO Y LA LUCHA CONTRA LA OLIGARQUIA SON UNASOLA Y A LAPLENA DIGNIDADSOLO SE LLEGARA PROFUNDI- ZANDO EL PROCESO REVOLUCIONARIO. Todavia, el enemigo no solo esta en el Norte, sino dentro de la propia casa, La forma de apropiacién imperialista con respecto a la nacién salvadorena ha sido distinta: el «canal de Panama» salvadorefio tune ottos mares, los de la agroexportacién y los del «desarrollo» dependiente, y por ello «nuestra» oligarquia ha bailado con otro ritmo y otros trajes. Pero un hecho fundamental nos hermana a panamefios y salvadorefios: nuestra nacionalidad se define en términos antiimperialistas, Para llegar a ser salvadorenos y pa- namenos plenos debemos partir de la lucha de liberacién nacional antiimperialista, pero es evidente que ella tiene que comenzarse dlentro de la propia casa, eliminando a la oligarquia como base de sustentacion de la antipatria y de la explotacién clasista. El ene= El aparato imperalisia en Centroamérica 5 {igo iamediato es simplemente la avanzada local, «nacionaby, del enomigo principal. 4 Comencemos a insistir en aspectos como este: el «canal de Panama» de El Salvador es ta produccién y el comercio exterior \iol cafe los transportes aéreos y maritimos desde y hacia el pats, » ferrocarriles, la importacion de maquinaria y bienes de con- \umo, las inversiones directas en la industria, sobre todo a través las llamadas empresas de capital mixto, los medios masivos communicacién (prensa, radio, TV) y el aparataje de penetra- jon cultural, la Hamada industria turistica (hoteles, centros de liversiones), empresas de seguros, bancos, niicleos financieros \ocales manipulados, etcétera, etcétera. En todos esos lugares es: Jin los yanquis presentes, dominando. Ello quiere decir, hablas slo en ol mismo lenguaje, que hay también un «canal de Panama» ‘) Guxtemala, en Nicaragua, en Honduras y en Costa Rica, ¥ la Intogracién Econémica Centroamericana es un gran canal yangui \jue atraviesa de largo a largo el istmo. Como el verdadero canal tie Param, todos estos «canales» tienen un gobierno al lado, fuer 9s ormadas, administradores, etcétera, un puftado de explotado- jos y tn horizonte de explotados. 5 Cuando Centroamérica se independiz6 de Espaita, la situacién Jol capitalismo en el mundo era tal que la potencia imperialista ints podierosa, Inglaterra, no estaba en capacidad de sustituir a Hspatia en el terreno de la dominacién colonial. Bl sistema capi- 6 Roque Dalton talista mundial incorporé a Centroamérica por medio del comer- cio, Fl anil y el cacao centroamericanos, que eran antes objetos del monopolio espaiiol, pasaron a ser objetos, luego sustituidos por el café, del mercado mundial en desarrollo. Y Centroameérica, como conjunto de produccién econémico-social, pasé a ser campo de batalla de los intereses encontrados de los varios imperialis- ‘mos en ascenso que dominaban el panorama mundial junto con Inglaterra, Esta, asi como Alemania, Francia y los jévenes Estados Unidos, pugné con diferentes fuerzas y con diversos medios a lo largo del siglo pasado y a principios de este siglo por la he- gemonia en la zona. Mientras tanto, en derredor de los centros turbanos por medio de los cuales la metr6poli espaftola habia go- bernado las provincias del Reino de Guatemala (Cartago, Leén de Nicaragua, Comayagua de Honduras, San Salvador, Villa de Santa Ana, Guatemala, Quetzaltenango, eteétera) los propictarios y beneficiarios de la agroexportaci6n y del comercio se convertian en nucleos burgueses concentrados (los gérmenes de las actuales oligarquias centroamericanas) que, al mismo tiempo que explo- taban al resto de la sociedad, entraban en contradiccién con los otros nticleos (en tanto concurrian como competidores al mismo mercado internacional) y se aliaban con una u otra fuerza impe- rialista, Esta situacién —en los términos mas generales y, desde luego, sin tomar en cuenta los variadisimos zigzag y recomposi- ciones de cada historia local— impuso un rumbo separatista ala historia centroamericana, que se fragments en una historia gua temalteca, una historia salvadorefta, una historia hondurefia, una historia nicaragilense y una historia costarricense. En la historia de las luchas interimperialistas en Centroamérica y Ia historia del desarrollo y la consolidacién de las oligarquias agroexportadoras, Jos muertos y los sufrimientos, la produccién de las riquezas y el trabajo diario, fueron puestos por los pueblos de la patria grande hecha pedazos. El aparato imperialisa en Centroamérica 7 6 Fistacos Unidos surgio como potencia hegeménica indiscutida en el campo imperialista al finalizar la Segunda Guerra Mundial; pro para lo que a Centroamérica respecta, el imperialismo nor- \eomericano habia desalojado ya en lo fundamental los intereses slemanes, ingleses, franceses, etcétera, desde el final de la década Jo les treinta, En el perfodo de la Segunda Guerra Mundial la palabra de orden para el sometimiento de nuestros paises sona- ho muy bien por su temporal sonido antifascista: «Las Américas, lunicas, unidas vencerdm». Pero en la misma consigna subyacta la Doctrina Monroe y, sobre todo, las sefiales de una relacién absor- onte para el futuro inmediato, en el que ya el imperialismo nor- \eamericano podria explotarnos sin la premura de aquella lucha ) muerte contra el imperialismo nazi-fascista alemén. Cuando los Inonopolios yanquis comenzaron a ejercer su hegemonia sobre Cont-oamériea, se encontraron con tina formacién historica, social y econémica compleja que no podia ser desconocida mecénica- nente: la realidad de una Centroamérica separada, fragmentada 1) Vorias erepubliquetas» —como despectivamente le han llama- 1 nuestros paises los propios especialistas del imperio—. El im- erialismo enfrent6 esa realidad tal como se presentaba y trazé \uha politica para cada pais, una linea de dependencia para cada omfa «nacional. Su propia situacién en el mundo no le acon- wjaby en esta zona proyectos inmediatos de gran envergadura, Al Jorminar la guerra, el imperiatismo norteamericano debié dar pi weft a su labor de penetracién en Europa y en Asia y el centro de \estrategia agresiva pas6 a ser el anticomunismo, con las carac- Jwristicas de lo que se lamé «la guerra fria» (basada en el mono- jpolle del arma nuclear y las ventajas de entonces en lo referente al \loea-rollo militar: aviacion estratégica, flota, etcétera). La situacion plitica latinoamericana no conistituia en general una amenaza 8 Roque Dalton directa a los intereses norteamericanos bien consolidados y, en todo caso, no se perfilaba tan siquiera una amenaza global, de conjun- to, sino, a lo més, situaciones politicas dificiles © complejas en tal © cual pais, que recibfan en su momento la atencién adecuada. En Centroamérica la situaci6n se desarrollaba de pafs a pais con ca- racteristicas propias, aunque hubo en esos momentos un fenéme- no politico (de carécter incluso latinoamericane) que hizo marchar al unisono por lo menos las esperanzas de nuestros pueblos: el fe- némeno de la cafda de las dictaduras tradicionales que casi abarc6 Ja totalidad del istmo. Con las excepciones de Costa Rica, donde no existfa una dictadura, y de Nicaragua, donde la dictadura de Somoza se mantuvo merced a una serie de maniobras politicas y la concurrencia de factores particulares que es importante es tudiar por la actualidad que cobra ese momento para la lucha de hoy, las dictaduras de Centroamérica (cuyas veleidades profascis- tas habian sido notorias) cayeron estrepitosamente en el centro de verdaderas situaciones revolucionarias, finalmente frustradas por elescaso nivel de experiencia politica de los pueblos y, sobre todo, por la inexistencia de organizaciones populares revolucionarias (€asos de El Salvador y Honduras) 0 en el inicio de un proceso de- mocratizador que se prolongarfa varios afios (caso de Guatemala) Y que constituiria una situacion especial para el mismo imperia- lismo, Sin embargo, a pesar de esa variedad situacional unificada momenténeamente 0, més bien, presiida por la caida de las dicta- duras tradicionales, habian surgido ya los elementos bésicos de ‘una «unidad centroamericana de nuevo tipo», «unidad» de térmi- nos generales que presuponia incluso las diferencias nacionales que habia impuesto la historia del separatismo. No la unidad, des- de luego, por la que peleara tanto don Francisco Morazén en el siglo pasado, ni la unidad que nuestros pueblos mantienen como tradicién progresista, como tendencia hacia un futuro ideal més © menos ut6pico. Habian surgido los elementos de la «unidad» Elaparato imperiaista on Centroamérica ten troamericana, enajenada con respecto al imperialismo nortea- snoricano, Esos elementos eran los mismos que han operado en el Josto de América Latina, pero su importancia se acrecentaba de Jhancra terminante en el istmo centroamericano por las caracte- Flutieas histéricas, sociales, econémicas y hasta geogréficas de este. {i] primer elemento por el cual es posible definir esa nueva unidad precisamente el explotador tinico en lo fundamental: todos los pai- w:centroamericanos habian comenzado a ser explotados princi- jpalmente por el imperialismo de Estados Unidos. El otro factor es \n via de desarrollo econémico escogida por las clases dominantes locales en cada pais (y determinada, desde luego, por la presencia \o} explotador tnico}: la via capitalista-dependiente de Estados Unidos. Estos factores y el hecho de la simultaneidad relativa del proceso politico en los paises dl istmo, mayor que en otras zonas tle América Latina, unida a los aspectos comunes heredados de la olorizacién espaftola unitaria —lengua, religion, mezcla étnica predominante, costumbres, etcétera—, serfan la base real, ubjeti- va, sobre la que posteriormente el imperialismo norteamericano (después de incorporar a su modo de produccién a las oligarquias locales y a las burguesias incipientes que se nucleaban a su alre- Jor, y que perdieron asi la posiblidad, le capacidad de llegar ) ver cburguesias nacionales») habria de impulsar el nuevo apa- fotaje de 1a unidad centroamericana enajenada que comenz6 con Jo tan desprestigiada Organizacién de Estados Centroamericanos (ODECA) y que se concrets en la llamada Integracién Econémica dle Controamérica y el Mercado Comin Centroamericano, instru- mental del llamado @desarrollo econémico dé Ta zorm, que tiene u_aseguramiento militar en las fuerzas armadas centroameri- canas comandadas por el Consejo Centroamericano de Defensa (CONDECA). 0 Roque Dalton 7 Desde su incorporacién por Espafa al sistema mercantil-capi- talista, el area centroamericana, al igual que el resto de Amé- rica Latina, desempefia un rol subordinado a las necesidades e intereses de los centros hegeménicos en el marco del sistema internacional capitalista. En forma contraria a la que comin ‘mente se sostiene, el subdesarrollo actual de la regién latinoa- mericana constituye un subproducto histérico del desarrollo de los paises occidentales-capitalistas hoy industrializados, Es decir, que estos titimos alcanzaron su desarrollo y contindan superando sus niveles de vida, sobre la base del subdesarro- o progresivo de las reas o regiones primero «colonizadas» y luego «imperializadas». Se conformé asf Ia actual estructu- ra internacional del desarrollo-subdesarrollo 0 del «centro- Periferia». Ella permite comprender y caracterizar a los pafses centroamericanos como sociedades capitalistas subdesarrolla- das y dependientes. En este marco global es posible situar los rasgos basicos que definen el modelo de integracién e indus- trializacion centroamericanos, la estructura de dominacién y demas procesos sociopoliticos que tienen lugar en la region [. La idea mas importante asociada a la integracién centroameri- cana ha sido la de acelerar el proceso de desarrollo socioecond- ‘ico del dea. Se penso que automaticamente la integracién y el mercado comin creaban las condiciones necesarias que fal- taban antes para un répido desarrollo, prineipalmente porque se centraban en la industrializacién. Subyacente a este plantea- miento se encontraba la tesis de que el «desarrollo» se puede alcanzar a través de la libre empresa capitalista en un marco «proteccionista», pero siempre dentro de la estructura actual de dominacién-dependencia que caracteriza a la sociedad cen troamericana. Esta tesis constituye lo que se ha dado en lamar «el desarrollismo», que toma en cuenta los aspectos técnico- El aparato imperialista en Centroamérica 11 economicos, relegando la consiceracién de las estructuras de poder y dominaci6n social y politica. Pero como quiera que sin trunsformacién no puede haber desarrollo real, zcusl es la sig- nifieacién de un proceso de crecimiento econdmico estructural inv un cambio cualitativo de la sociedad, en un contexto no modificado 0 en un statu quo no alterado? La industrializacion y Ia integracion se realizan en el marco de la antigua estructu- 1 agraria, caya modificacion aparece como condicién sine qua non del desarrollo, pero que en Centroamérica permanece lnmévil, y aun més, se garantiza que ast sea, configuréndose tuna contradiecién en la mecénica integracionista que repercu- te continuamente en toda la marcha del proceso. De esta forma la industria se introduce y expande de manera superpuesta a Jn estructura latifundista tradicional, del enclave bananero ¥ de las haciendas cafetalero-algodoneras, en las que coexisten relaciones capitalistas y precapitalistas de produccién y dife- rentes modos de dominacién social, contribuyendo a una ma- yor desarticulacién del sistema productivo. Es una industria insertada en una matriz. productiva atrasada, a la que no mo- difiea y sobre la que no ejerce presién favorable una reforma agraria que reordene la propiedad y redistribuya el ingreso en campo, Por el contrario, esta industrializacién o seudoindus- triolizacion se apoya en dicha estructura y se limita a realizar tun proceso de que campeaba en la izquierda latinoameri- yn antes de la Revolucion cubana; pero aun en este contexto ese Jpuntode vista podria haberse acercadio mas escrutadoramente ala \nluireleza de la «nueva industria salvadorenian, surgida del modus ywndi y de las investigaciones directas del imperialismo (y ya shiomos cudles son los alcances de esas winversiones directas»), y Jol caoital agrario en busea de la diversificacién limitada de sus lividadles, en el seno de una econom‘a que seguiré siendo bési- sipente agraria por mucho tiempo. Ademés, se pasaba por alto 1) hecho que habria resultado evidente desde entonces para un \jolis'a cuidadoso: la burguesta centroamericana en su conjun- Jo habia optado ya por la linea del imperialism, la del desarrollo typitaista dependiente, y de esa linea (sobre todo cuando advi- 00 la Revolucién cubana y la otra alternation real comenz6 a ser (1) ruestros paises el socialisme) no la desviarfan las declara- ins © menos liricas de las organizaciones de izquierda ni, lusive, la evidencia de que el imperialismo es un socio rapaz « N0 se conforma con levarse la parte del leén sino que suele x Ie 46 Roque Dalton engullirse a los partners indfgenas/ que pasan en dltimo térmi- no a ser simples duefios del capital acumulado que las empresas yanquis harén pasar, biel pronto y en uso de los més diversos ‘medios, a sus bolsillos, y que invertirén y reinvertirn en la misma y otras zonas después de sacar las ganancias anuales del caso. Burguesias nacionales nonatas son como los rebafios enloqueci- dos que no advierten ni al lobo real que las persigue ni el des- pefiadero real al que corren; sin embargo, lograron deslumbrar hasta a algunos Partidos Comunistas con sus falsas posibilidades. Pero independientemente de estos enfoques que podrian repetir- se en lo fundamental desde cada pais, la Integracién Econémica Centroamericana resultaba un absurdo econémico para nuestros paises, que solamente favoreceria al imperialismo norteamericano (y a los socios de este en las empresas multinacionales que ven- drian después: Japon, la RFA, Israel, eteétera): nos referimos a la integracion de economias ni siquiera verdaderamente integradas cen el Ambito nacional del que se partia, de economias dificilmente integrables por sus exportaciones basicas competitivas, eteétera, De ahi que coincidamos plenamente con el enfoque que hiciera en Granma, érgano oficial del Comité Central del Partido Comunista dde Cuba, el comentarista R. Pérez Pereira, el30 de julio de 1963: EI Mercado Comén Centroamericano, impuesto por Estados Unidos a estos paises a contrapelo de sus realidades economi= cas y sociales, se asent6 sobre una base completamente falsa al invertir el proceso de desarrollo, forzando un programa muiltinacional que buscaba ampliar los mercados y facilitar las inversiones extranjeras, lo que, lejos de ser un factor de intex gracién, lo ha sido en realidad de disolucién, agudizando las contradicciones entre los paises miembros. Las exigencias de Ja integracién tuvieron, en consecuencia, el efecto de obligar a los intereses econémicos de cada pais a tomar medidas de proteccién contra los demas. Resulta totalmente absurdo pres El aparato imperialist en Centroamérica 17 lender crear un mercado comdn de paises econdmicamente uubdesarrollados, cuyo comercio depende casi exclusivamen- te de productos basicos primarios similares que, lejos de ser objeto de intercambio, provocan una feroz competencia entre ddichos paises por lograr los necesarios mercados, La re\ The Economist de Londees, por ejemplo, recordaba que «las portaciones de las distintos paises de la zona son competitivas en vex de ser complementarias: en las exportaciones de café, HI Salvador, Guatemala, Nicaragua, Honduras y Costa Rica -en este orden— participan, todos de manera notable; en las exportaciones de algodén concurren en cantidades similares Guatemala y EI Salvador, con Nicaragua destacada al frente; Honduras y Costa Rica son, los das, importantes exportadores dde bananas; en el sector de la carne, Nicaragua y Costa Rica coneurren con Guatemala; y los tres participan por valores si- milares eras exportaciones de azticar», Como consecuencia de esta politica econémica irreal y disolvente los monopolios nor- teamericanos radicados en Centroamérica obtuvieron grandes beneficios, por ejemplo, en la eliminacién de impuestos para has importaciones con vistas al fomento de nuevas empresas de 14 conveniencia, en la obtencién de la mano de obra barata y de menores costos de elaboracién de sus productos. Pero para Jos paises centroamericanos, en cambio, los resultados, como era de esperar, han side muy distintos. EI MCCA, con su eli- minacién de barreras arancelarias entre los patses de la zona, dio lugar a una verdadlera guerra por los mercados, limitados por cierto, grandemente, por el bajo poder adquisitivo en los, «cinco paises, Se llegé a casos extremos, demostrativos de cémo 1 Mercado Comin agravaba situaciones ya de por si desespe- rads y Hlevaba a los paises integrantes a una verdadera guerra «de intereses, Honduras import6 camisas belgas a las que puso ln etiqueta de «Ffecho en Honduras» y las lanz6 a precios com- petitivas al resto del area, Nicaragua respondié cerrando la entrada al pais de las confecciones honclureftas, mientras que Costa Rica, agobiada por los excedentes de arroz (exceden- 48 Roque Dalton tes en el concepto capitalista, porque en ese pais, como en los otros, el nivel de alimentacién es bajfsimo), cerr6 el paso a las Importaciones salvadorefias de ese grano, y El Salvador, por su. parte, respondi6 suspendiendo las compras de lacteos de Costa Rica, lo que imité Nicaragua, que extendid la prohibicion al {iol y el matz, Hace justamente un afo la situacion se hizo tan critica que el entonces presidente de Estados Unidos, Lyndon Johnson, visité Centroamérica y se reuni6 con los jefes de los cinco Gobiernos para salvar el Mercomdn y hacer entrega de 65 millones de dlares que serian prorrateados entre los distin= tos paises como compensacién por las reducciones de ingresog a consecuencia de la integracsn, Hasta aqui la cita de Pérez Pereira. Agreguemos por nuestra par te, casi cuatro aftos después, que en el seno de aquella integracion falaz ha resultado poco sorprendente que los problemas econémi- os, politicos y sociales de cada pais se agravaran hasta el grado de apresurar la agudlizaci6n de diversos conflictos en todos los n= veles, incluido el de la guerra entre El Salvador y Honduras. Con. haber sido este conflicto uno de los mas graves planteados hasta la fecha por el sistema capitalista dependiente en Centroamérica, los antecedentes hacen prever nuevos conflictos (de similar y de istinto tipo) entre nuestros paises, cuya unidad fraternal inspi- rara las luchas de Francisco Morazan. Y debemos decir, antes de terminar este numeral, que nos hacemos cargo de estar reiterane do conceptos harto conocidos, pero preferimos machacar sobre su elementalidad, pues nos dirigimos a una comprensién politi- ca de conjunto del problema centroamericano y no a buscar no- vedades sociolégicas, academicistas, que hablan de a influencia, imperialista incluso en el método de investigar nuestros procesos sociales. Por eso hemos excluido aqui las visiones que nos Iegan, a través de los alumnos de la escuela sociol6gica norteamericana, tradicional (que ya han producido buena cantidad de materiales El aparato imperialsta en Centcamérica 19 nantes desde los dias del nacimiento del Mercomsn), como |vimos también la vision extremadamente tacticista, es decir, politiquera, que en nombre del «marxismo prudente» pretende eplrentarse a los hechos dejando fuera a la revolucién. 9 (iando hablamos de la Integracién Centroamericana y caemos 4) 6! mundo de las instituciones, los nombres y las sigles que ts cominmente se barajan son: el Banco Centroamericano de \iiogracién Econémica (BCIE), la Secretaria Permanente del Trata- Ji) General de Integracion Econémica Centroamericana (SIECA), \n Crganizacion de Estados Centroamericanos (ODECA, que ol organisme juridico basico, cuyos principales érganos son el «0 Supremo, formado por los cinco presidentes de las rept- Iijens: el Consejo de Defensa [CONDECA], por los cinco ministros lp Delensa; el Consejo Legislativo, compuesto por quince diputa- Jos, ts por cada Estado miembro; la Corte Suprema de Justicia Contecamericana; el Consejo Econsmico, para regular el Mercomén jjanismo que ha perdido operatividad en presencia de la SIECA, ‘o¢tera}; el Consejo Cultural y Educativo; la reunién de Ministros Relaciones Exteriores; y la Secretaria General). Pero esta trama insiituciones, muchas de ellas, como Ia ODECA propiamente meramente formales y de cobertura, no nos dice nada claro si ho agregamos los nombre y las siglas a través de las cuales el impe- Fialismo ejerce el dominio real: entre otras, la Agencia Internacional tle Desarrollo de Estados Unidos (USAID), que tiene en la zona su ‘ieine regional (ROCA: AID Regional Office for Central America vid Panama), y el Banco Interamericano de Desarrollo. Esto, in- \lopencientemente de la penetraciOn directa de los organismos orteamericanos en las instituciones locales de la Integracion y de )yochos organizacionales como el que evidencia que el CONDECA. 20 Roque Dalton no depende de la ODECA en Ia realidad, sino del Departamento de Defensa de Estados Unidos, como lo veremos en un organigra- ma posterior. Hay que agregar las siglas de la CIA en la labor de uunificar bajo su mando a las Policias y cuerpos de seguridad «na- cionales» de Centroamérica «para prover seguridad al sistema de integracion», 10 Para los salvadorefios (y centroamericanos) que atin crean que la CIA sexiste peto no tanto» y que sus agentes son entes abstrac- tos, personajes de pelicula, actuantes en ditimo caso en Estados: Unidos y Europa y contendientes tinicamente en el seno de los problemas mundiales definitorios: choque EE.UU.-URSS, grandes operaciones de la actividad revolucionaria como Ia del Che, et= cetera, y yue pietdlen de vists por ly tanto que la CIA acta entre nosotros diariamente, desde su fundacién, ramificadamente, a tra- vvés de muchos agentes yanquis y «natives», en todos los ambitos de la vida nacional, demos algunos datos que aunque reveladores 1no son sino hechos coneretos y muy aislados en el seno de la gran. conspiracién imperialista y antinacional Por ejemplo, he aqui algunos nombres de oficiales de la Agen« cia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos que han operado en San Salvador de manera oficial, 0 sea, adscritos a Ia embejada norteamericana en San Salvador o en programas oficias les del Gobierno de Estados Unidos, independientemente de los «clandestinos» THOMAS JOSEPH AHERN, nacido el 12 de abril de 1940. De 1963 a 1965 fue analista del Servicio de Inteligencia Militar del Departamento de Defensa; desde 1965 trabaja para la CIA en el Departamento de Estado. En San Salvador ha sido agregado asistente en la embajada, El aparato imperialista en Centroamérica 24 PAUL A. ARSENAUILT, nacido e121 de agosto ce 1926, De 1944 1946 estuvo en la Marina, desde 1956 trabaja para la CIA nel Departamento de Estado. Ademas de en San Salvador, ha operado en Maracaibo, Asuncion y Argentina (fue cén- sul en Cordoba), JAMES A. BROOKE, nacido el 30 de marzo de 1934. Entre 1956 y 1962 fue primer teniente del Servicio de Inteligencia Mili- tar del Departamento del Ejército. Desde 1964 trabaja en la AID y la CIA. Ha operado en San Salvador como oficial de seguridad, CECIL RAYMOND BUMS, nacido el 22 de julio de 1907. De 1930 «1942 fue capitan de policia. De 1942 a 1963 fue comandante cen el Ejército, Desde 1963 trabajé en la CIA-AID. En San Sal- vador ha ejercido como oficial de seguridad, Jontn B. Cavan, nacido el7 de mayo de 1913. Fue analista dol FBI y de! Departamento de Justicia. De 1941 a 1946 estu- vo en la Infanteria cle Marina, 1952-1955 integr6 el Cuerpo «de Contrainteligencia del Ejército. Desde 1955 ha estado in- volucrado en la CLA-Departamento de Estado. Fue agregado cen la embajada estadounidense en San Salvador y en Santia- go de Chile. EpwARD GLION Curns Jk. En 1957 fue oficial encargado de Asuntos Interamericanos de Seguridad Militar en el Depar- tamento de Estado, donde trabajé desde 1935. Desde 1961 tra- baja parala CIA. Fuecénsul general en San Salvador. Naci6el 8 de septiembre de 1908. WALTER HERMANN DUSTMANN JR, nacié el 9 de febrero de 1916, De origen aleman. Ha sido teniente coronel del Ser- vicio de Inteligencia Militar del Departamento de Defensa, oficial de Prensa y oficial de Inteligencia en la Oficina de Asuntos Alemanes del Departamento de Estado. Operé en. San Salvador y fue oficial politico en Guatemala. 22 Rogue Dalton ALVA REVISTA FITCH, nacié el 19 de septiembre de 1907, 1930 1942; estuvo en el ejército estadounidense en Filipinas. 1948+ 1950: fue agregado militar en San Salvador, En 1951 fue jefe de la Seccién Latinoamericana del G-2 en el Departamen- to del Ejército. En 1952-1953 estuvo en Corea con el noveno cuerpo de artilleria. Fn 1966 fue teniente general del Ejér- cito y director representante de la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA) del Pentégono. Ha trabajado en las aca demias y en el Colegio de la Guerra en la preparacién del personal extranjero. Estuvo relacionado con el ex presidente salvadoreno Fidel Sanchez Hernandez. Comer WILFY GILSTRAP, naci6 el 6 agosto de 1926, 1950-1955; trabajé en el G-2 del Departamento del Bjército y desde 1956 enel Departamento de Estado para la CIA. Fue agregado en Ja embajada en San Salvador. Operé en Quito, en Rio y en Montevideo. JOHN W. HENNESSY, naci6 el 29 de mayo de 1926. Fue vice- consul en San Salvador. JACK R. JOHNSTONE, nacié el 3 de septiembre de 1914. Desde 11954 trabajé en la CIA. Fue consejero de Asuntos Econémi- cos en Amman. Opers en La Habana y en Manila después de haber operado en San Salvador. 1 En ocasiones el «aparataje secreto» del imperialismo en Cen- troamérica deja ver los colmillos mas o menos claramente, in- clusive a través de los medios masivos pablicos de difusién. El siguiente aviso apareci6 en La Prensa Grifica de San Salvador en. varias ocasiones entre 1970 y 1971 y, por su texto, es de suponer que aparecié también en otros diarios centroamericanos: El aparato imperialista en Centroamérica 23 GLTIMA opoRTUNIDAD XCELENTE REMUNERACION A ASESORES Y COLABORADORES. INVESTIGACION SOBRE LA EXTREMA IZQUIERDA EN (CENTROAMERICA, Un prestigioso grupo de investigadores cientificos esta termi nando u estudio definitivo del comunismo y sus causas y de otros movimientos de extrema izquierda en Centroamérica. Forman la base de este estudio las contribuciones de informa- cién y el asesoramiento de miembros actuales y ex miembros dle estos grupos izquierdistas. Esta es la tltima oportunidad dle participar. ‘Como hemos anunciado en previos avisos, cada ayuda seré recompensada generosamente segiin el valor de la informa- cidn y el asesoramiento recibidos, y cada respuesta a este aviso quedaré en la més estricta confidencia, Los interesados en colaborar en el estudio necesitan ser ge- rnuimamente vinculados con los partidos comunistas en otros grupos de extrema izquierda en Centroamérica. Podrén man- tener su anonimidad hasta poder confirmar por si mismos la honestidad y garantfas que caracterizan la labor del grupo in- vestigador. En tal caso, para que podamos respetar sus deseos de se- guridad personal, sfrvanse incorporar en su primera contesta- ci6n las instrucciones y medidas especiales de proteccién que cestimen convenientes. Valiéndonos de esto, seguiremos paso a paso sus instrucciones hasta arreglar las condiciones adecua~ das para una relaciGn fructifera, Dirigirse a INSTITUTO DE INVESTIGACIONESSOCLALES APARTADO POSTAL 2043 Ciudad de Guatemala, Guatemala, CA. 24 Roque Dalton 12 Los compafieros del Partido Comunista de Honduras (sector agrupado en derredor del periédlico Unidad después de la division del PCH original) examinan en los documentos del V Pleno de su Comité Central el problema de la penetracién imperialista en la estructura econémica hondurefa. Aunque discrepamos con ellos en el uso de algunos conceptos (lo «feudal», por ejemplo, a pesar de que ellos tratan de hacerlo especifico para su pats), el enfoque del problema imperialista y los datos que aportan hacen valiosa la transcripcién de los siguientes parrafos: Después de 1821 —afirman— Honduras dejé de ser una co- Jonia pero continué siendo feudal, aunque conviene sefalar que la sociedad feudal hondurefia defiere en muchos aspectos de la sociedad feudal de los pafses europeos 0 asiaiticos, por ejemplo, donde ella alcanzo un desarrollo mas alto, en condicio- nes hist6ricas diferentes. Hoy podemos afirmar que somos un, pafs menos feudal pero més dependiente, Veamos: Honduras. ‘es un pais eminentemente agricola, la mayoria de la poblacién, cl 66,7%, trabaja en la agricultura; de cada 100 hondurefios, 53 son campesinos. La mayor parte de las mejores tierras estan, acaparadas por unos pocos grandes terrateniente. Los duefos de los grandes latifundios (1 923 fincas), con una extension to- tal de 1 328 206 manzanas, poseen tres veces més tierras que los miles de campesinos mas pobres (120 441 latifundios) que cuentan con solo 427 463 manzanas. Segiin célculos, hay aproximadamente 250 000 campesinos sin tierra. Los campest= nos pagan altas rentas por la tierra que alquilan para trabajar, En zonas como la costa norte y otras estas rentas generalmente: se pagan en dinero efectivo, pero hay zonas donde se cubren. con parte de la cosecha 0 con trabajo personal en las fincas de los propietarios de la tierra. En algunas regiones del pais atin El aparato imperialista en Centroamérica 25 subsisten en el campo relaciones de servidumbre. La técnica empleada por los campesinos en sus cultivos es extremada- mente atrasada, no tienen eréditos ni ninguna ayuda estatal, tienen poco acceso a los mercados de venta por fata de vias de comunicacin. Exceptuando los renglones bananeroy algodo- nero, laagricultura aporta apenes e! 29% del producto nacional bruto, tiene una procuctividad de 700.00 lempiras por persona (1 lempira: medio délat) El ingreso anwal per eépita del cam- pesino es de 7000 lempiras, sno de los ms bajos del mundo. La mayor parte de la produccién agricola, cerca del 90%, es consumida por los mismos prodictores,aungue en los dltimos tiempos se observa tn incremento de las relacones mercanti- les. Los principals ecaparadares de ierras son las compara nortea- smericonas ue han emp al pais por la sen det monoctivo. La Tela Railroad Co. y la Standard Frit Co. se han aduefiado de 286 000 manzanas de las mejores tierras labrantas en los de~ partamentos de Atlintida, Cortés, Colén y Yoro, Ulkimamente sehan io apoderando de grandes extensiones de erras en los dlepartamentos de Morazan, Olancho y Choluteca. La penetra- cign imperialist cercen6 el desarrollo apitalista auténomo en cuya via habia entrado Honduras desde el siglo pasado, coexi tiendo con las formas yrelacionesfeudalescaducas;y si bien es cierto impuls6algin desarrollo de las nuevas fuerzas productivas se combinan en una medida con labares de dicho Instituto y funcionarios del Mi- nisterio imparten clases junto con los instructores yanquis y de otras nacionalidades que sostiene el ADSL y que son agentes 30 Roque Dalton directos de la CIA, El Ministerio de Trabajo «salvadorefio» hal puesto a disposicién del LADSL, para la organizacion de cursi ios yseminarios, algunos de ls balnearios y casas de descanso (Conchalto, Coatepeque, La Palma) que controla como orga rnismo del Estado. Alli, ala par ce la bandera de Bl Salvador durante tales cursillos ondea retadora la bandera de Estados Unidos, como un simbolo inequsvoco del rumbo neocolonialiss ta que el Instituto esta tratando de imprimir a nuestro pais, El IADSL tiene un campo de accién en nuestro pais mucho mas: amplio que el ce la ORIT, Su esfera de actividades abarca no solo la Confederacién General de Sindicatos (CGS), sino que se extiende a la Central de Trabajadores Organizados Salvado= refios (CIOS) y a algunos sindicatos neutrales. Sin embargo, es de notar que por las dificultades habidas con la CGS (par el excesivo apadrinamiento gubernamental que ha legado @ ‘«quemarla) el IADSL ha adoptado como su campo principal de operaciones ala CTOS y, en el seno de ella, la FESINCONS- TRANS. Entre los directivos de esa central, cada vez se apoya mas en Felipe Antonio Zaldivar y René Barrios Amaya. Estos estén sustituyendo de manera ereciente a los dirigentes de la CGS en la confianza de los jefes del Instituto: los monopolios ylacla. Para aclarar més atin el cuadro ofrecido por Carpio, hay que decir que, ademas de las uniones mencionadas, existen en Bl Salvador Ja Unién Nacional de Obreros Cristianos (UNOO), de orien: tacién democristiana, y la Federacién Unitaria Sindical (FUS: FESTIAVISCES), de orientacién progresista, en cuyo seno estat integrados los sectores sindicalizados revolucionatios. El aperato imperialsta en Centroamérica 31 15 Py pnal oficiatmente autorizado de los Grupos Consultives de Sivioncia Militar (MAAGS), Misiones Militares y Grupos Mili- le Ustadlos Unidos en pafses centroamericanos (datos del se julio, 1971 Costa Rica Salvador Guatemala Nicoregua l{ras solamente incluyen al personal con nombramiento indo en el seno de las fuerzas armadas del pais en 16 Ps dominacion supone una sideologia de la dominaciény, una Ho login que tas clases dominantes imponen a las clases domi- Pobvs De alli que el imperialismo yanqui desarrolle una intensa J Perinanente labor de agresién ideolégica contra nuestros pue- 1 porn asimitarios y para hacer pasar su sistema de explota- /Y eono algo connatural, como el mejor de los mundos posibles, J) Wubrir el cardcter extranjero y antinacional del sistema de Fh) tapltalista-dependiente. Y, modernamente, una «ideologia FH bs lominacion» supone un aparato difusor y transmisor de H Wika. En Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua y / 9h) Rica funciona en Ja actualidad ese aparato, baséndose en 32 Roque Dalton las facilidades que ofrece la tecnologia moderna encarnada en loi amados «medios masivos de comunicacién», que en su activi: dad deformadora totalizante estén absorbiendo inclusive campol antes independientes como funcién estatal, como es la educaci6il pliblica. Una lista completa de los componentes de ese aparataje al servicio de la cultura imperialista en un pais centroamericang podria ser la siguiente: + Medios masivos de comunicacién (prensa diaria, radio, cin# y televisién, industria editorial mayormente de importay i6n). En este terreno el dominio imperialista se caracteriza porque se ejerce a nivel global centroamericano en form coordinada y, en la mayoria de los casos (prensa y TV, pot ejemplo), en forma précticamente monopélica Aparato de educacion preprimaria, primaria, secund ria y técnica, educacion militar y administrativa, sindical, educacién de adultos, alfabetizacién, TV educativa, educa cién agropecuaria, eteétera, de los Estados, al servicio de los intereses fundamentales del capitalismo dependiente de Estados Unidos. En algunos terrenos el imperialismd orienta directamente los lineamientos de contenido y I canales de la educacion: textos oficiales centroamerical de lectura de la ROCAP; reforma educacional «salvador fia» confeccionada «de punta a cabo» por los expertos di la Universidad de Stanford, Estados Unidos; orientaci de programas universitarios mediante la financiacion parte de las fundaciones yanquis, etcétera. En este terre el imperialismo ha encontrado oposicién nacional de em ¢gadura, sobre todo a partir de: a) movimiento estudianth universitario e intelectualidad progresista de origen unl versitario; b) movimientos de maestros que, a partir de s uchas por reivindicaciones econémicas, se han radicaliza El aparato imperialista en Centoamérica 33, (0 politicamente y levantan banderas de reinvidicaciones jolitico-ideol6gicas de tipo progresista y antiimperialista nel terreno de educacién. La contrarrespuesta imperialis- lu no ha sido ya «ideolégica», sino militar: represién contra, los movimientos magisteriales de Guatemala, El Salvador y Honduras; ocupaciones militares de las universidades de Guatemala, El Salvador, Nicaragua, etcétera. Uso del aparataje ideol6gico-religioso de las diversas igle- Jas actuantes en la zona, principalmente de la Iglesia cat6- \ica. Ultimamente la instrumentalizacién tradicional de este onal para el mensaje imperialista se ha visto limitado por la lucha ideologica surgida en el seno de la Iglesia catélica y In actividad de sectores progresistas del clero nacional y extranjero, Hay diversas iglesias de origen norteamericano, sin embargo, como la de los Mormones y los Testigos de Johové, que siguen surtiendo de cobertura a los agentes de campo de la CIA, Aparato propio de difusion y propaganda y de guerra y ‘operaciones psicol6gicas del Gobierno dle Estados Unidos en cada pais centroamericano. Penetracién por les medios culturales en el sentido restrin- ijido del término: arte, literatura, intercambi Wiveremos sobre estos aspectos en las proximas paginas 17 Wilénes son nuestros enemigos?» —se pregunta Orlando Fer- 1 en su trabajo «Situacién y perspectivas del movimiento Jonario guatemalteco». Y responde: 34 Roque Dalton La oligarquia (terratenientes y burgueses), el imperialis yanqui y todos sus agentes conscientes, (Es necesario hacer! ferencia entre los que sirven al imperialismo y a sus laca nconscientemente, como es el caso de muchos soldados y pal clas, y Jos que son sus agentes con plena conciencia, porque primeros pueden rectficar cuando comprenden la situac pero los segundos son los peores enemigos nuestros). La olga quia es el enemigo inmadiato (ya nos estamos enfrentando leno contra é), pero los yanquis son el enemigo principal ( su ayuda ningin Gobierno de la oligarquia aguantarsa mul tiompo). Expliquemos mas esto, Los imperialistas yanquis, principio de su expansién a fines del siglo pasado, en vez colonizarnos directamente como lo hicieron con Puerto Rica Filipinas, aprovecharon las debilidades del raquitico, conv £0 y embrionario proceso de formacién nacional que sig a nuestra ridicula independencia de Espana, para infra cen nuestro pais por medio de tratados, etcétor, y ast, apo rindose de las arterias vitales de nuestra economta, comen6 someternos econ6mica y politicamente. Su penetracin, jus ficada juridicamente por Ia Doctrina Monroe, paralizé el dé impulso revolucionario burgaés y forz6 una cierta coexisten (ro exenta de esporddicos choques, rivalidades y alternatiy ‘en el poder) entre los terratenientes feudales y la embriona ‘urguesia (comercial y burocratica), dando lugara la formad del bloque oligarquico. (Por eso Ubico, que goberné en nom delosliberales,representaba también los inereses fundementl de los conservadores), De esta manera el imperialismo yan logeé ir apzetando su garra de dominacién econémica y pi tica sin aparecer direclamente. El Estado y la economia pa dirigidos completamente por la cligarquia crolla, através di Gobierno de turno, en sus diferentes matices politicos. Son representantes los que aparocen administrando el pai, aplican el régimen de explotacién que agobia a nuestro pueblo y, consiguiente, constituyen ellos el exemiga visible, Pero za qh El aparato imperialista en Centrosmérica 35 olsllos, a qué bando van parar las tiquezas producidas con | sudlor del pueblo guatemalteco y por la tierra guatemalteca? lenpre, al final, paran ent las manos de fos yanguis. Los yanquis ys que mas ganancias sacan del trabajo de nuestro pueblo y: con la complicidad de sus lacayos de la oligarquia que les sir- oy de administradores e intermediarios, su dominacién sobre uontea patria eumenta cada dia mus sin que el pueblo vea clara- ine el rostro del verdugo principal. ;Cudles son los intereses unquis en nuestra patria? Los intereses econsnticos aparente- mente no son muy grandes porque la United Fruit Co. y la In- Jornational Railroads of Central America (IRCA), as{ como los monopolies navieros (es decir, los monstruos antediluvianos Jo la penetracién yanqui), han perdido importancia relativa, pero en esencia esos intereses son muy considerables porque Jus inversiones yanquis estén cobrando forma (incluyendo los Yiejos monopotios) de empresas capitalistas agricolas comer- es, o industriales de caracter mixto; porque Guatemala es | pals mas poblado del istmo centroamericano y pur lo tanto constituye el mercado de consume mas grande en el seno del Mercomtin, de indiscutible interés yangui; y porque nuestra patria es el asiento de una gran reserva estratégica de petréleo ‘materiales pesados (plomo, mercurio y posiblemente uranio), § intereses politicos, la contradiceion imperialismo-socia- Hiumo entrelazada con la lucha activa de liberacién nacional, amente existe en dos regiones del globo: Sudeste del Asia (Vietnam-China) y en el rea del Caribe (Cuba, Venezuela, Guatemala). El hecho de que la coyuntura Cuba-Venezuela- ‘Guatemala se dé en la zona geogratica considerada como tras- patio del imperialismo, el mismo continente americano, hace purticularmente peligroso para los yanquis el desarrollo de luna guerra popular en esta regidn, hecho que quedé demos- nado con la premura y celeridad con que actuaron en el caso tle la Repablica Dominicana, A esta situacién regional hay que njtegar que Guatemala es el pais del drea donde la estructura de 36 Roque Dalton las clases dominantes es més débi (Ia permanente inestabilid politica), donde la influencia politica e ideolégica del imperi lismo es menor en relacién con el conjunto de la poblacién (il presencia de las grandes masas indigenas),y donde las conm@s clones politicas recientes han sido mas profundas (1a revo ‘in democrético-burguesa de 1944-1954). Todo lo cual hace nuestro pats un punto vital y erftico para la estrategia contin tal yanqui. Aun teniendo considerables intereses econdmi en el pais en contubernio con los oligarcas, ls intereses polit -yanquis prevnlecen sobre los econémicos por la importancia que Guatemala tiene para la zona geogratica. En un momento d terminado el imperialismo no vacilard en sumir a nuestro pall enuna guerra de grandes proporciones, sacrificando sus inte ‘econsmicos inmediatos (y por supuesto, los de sus lacayos}, pa defender sus «intereses politicos». Conclusién: nuestros enem 'g08 son la oligarquia y el imperialismo yanqui: la primera «el enemigo mas inmediato y visible, pero el imperialismo es: principal y el mas potente. El imperialismo tlene considerab) intereses politicos prevalecientes. Guatemala es por sus cond ciones concretas a la vez, un punto de importancia y debited es ‘ica en el sistema imperialista continental, lo cual supone dk cosas: 1) condiciones objetivas para desarrollar la revolu 2) choque inevitable en su desarrollo con la intervencin, recta y abierta de la fuerza militar yanqui. Por lo tant, para revolucionarios guatemaltecos la intervencién yanqui constituye etapa estratégien ce nuestra guerra revolucionaria, Ninguna man\ bra tactica puede eludirla. Ninguna actitud de «moderacio cen el programa de transformaciones economicas podra evil que los yanquis, para garantizar lo que consideran «sus int reses politicos», intervengan con la fuerza. Toda maniobra q con el pretexto de «evitar» la intervencion yanqui detenga’ frene en la préctica el desarrollo de nuestra guerra, escon\ en su fondo una actitud claudicante. En la presente etapa del mos empezar a atacar intereses y organismos ligados al imperialist El aparato imperialsta en Centoamérica 37 wongui, sin temor de que esto pueda influir o nom su interven- clon directa, Ella ya esta determinada y se realat escalonada- mente en defensa de sus intereses y de su estrakgia, Nosotros ebemos tomar la iniciativa para profundizar Ta onciencia de u- ‘lw antiinsperiatista de nuestro pueblo, No podemos sperar a que sea Ia que nos obligue a hacerlo tardiamente (17). 18 J Yule hemos hablado, algunas paginas atras, del saparato ideo- Hohe» dot imperialismo en Centroamérica, seftalamos expresa- Hie el aparato propio, oficial, del Gobierno de Etados Unidos ‘Penulo en nuestros paises abiertamente, En élse destaca la yperin de Informacion de Estados Unidos (USIA} que actéa en 1} sayoria de los paises con el nombre de Servicio & Informacion 1 Welados Unidos (1151S). Frum artical publicads en la revis- 1 FLAE, la periodista cubana Juana Carrasco mis hace saber, Sporto a estos oxganismos imperialistas y su conpleja labor, 1o Haier a propaganda oficial norteamericana es difundida en el mun- Jia través de un arganismo especialmente creado para este {inv la United States Information Agency (USIA) o United Sta- Js Information Service (USIS), como es conocido en los paises NN que acta. La USIA o USIS, indistintamentepuede llamér- volo de ambas formas, es el principal brazo dela propaganda jeamericana en América Latina, es la voz ofiial del Gobier- io de Estados Unidos en ultramar. El funcionario de relaciones Jplblicas dela USIS acttia como agente de prensadel embajador, el «andnimo» vacero de la embajada, La tarea de la USIS, vino lo declara su escudo, ¢s «contar al mundo la historia de América». Y para ellos Estados Unidos es América. Se creé la (5A en 1953 bajo el mandato de Eisenhower; y hablando téc- 38 Roque Dalton nicamente la podriamos definir como of buré de planifiacién logisticn de todas las operaciones gubernamientales nortearwericane relacionadas con la estrategia psicoligica, Para hacerlo mas ent ible, sus 200 agencias en el extranjero constituyen la avanzadh de penetracién del «american way of lifes, la vitrina que I ‘muestra este a las masas, que les vierte el estimulo «correc ante sus ojos y oidos: ese estimulo puede ser un carro ulti ‘modelo, un televisor a colores, el Apolo XII, el marine yang] , H Gintemala; «La Mano» y «La Pirdmides, y Ia semioficial SHDN)», de El Salvador; «La Mancha Brava», de Honduras; y el Movimiento Costa Rica Libre», de Costa Rica: bandas fascistas, Jejyndas bien por criminales o fanaticos del anticomunismo, 0 fo Wnlividuos de las capas més atrasadas del pais, entrenados ‘seve operaciones especiales y la accién directa; fuerzas de choque ymiten a Jos Gobiernos que los auspician (bajo la direccién ‘porialista y basados en la experiencia internacional de Estados {allow en tareas de represion antipopular), cometer las més atro- “o llegaliclades sin que los organismos represivos del Estado apa- sen como responsables directos. Sobre todo en Guatemala la ‘ Vividad de estas bandas de asesinos anticomunistas ha sido es- Jpeelalmente feroz, tanto en las ciudades como en la zonas rurales, Jpoiy on todos los paises centroamericanos estén ya organizados, ino u otro nivel, estos cuerpos represivos especiales que tan rotratan el cardcter antihumano y (en el fondo) antilegal del a capitalista dependiente. 20 {) esamen mas superficial de la lamada «prensa seria» salvadorenia pobre todo la de mayor circulacién: La Prensa Grifica o El Diario de Shy por ejemplo, cada uno de los cuales tira unos 70 000 ejempla- ios y unos 100 000 los domingos) puede dar a toda persona vila una idea bastante aproximada del nivel de dependencia, de 42, Roque Dalton norteamericanizacién de los diarios que se leen en Centroamérieé no digamos ya un examen analitico permanente, en uso de los dios y métodos modernos que nos ofrecen las ciencias sociales ¥ bajo la orientacion de un criterio marxista-leninista ‘Tomemos un ejemplo normal, de un dia normal de La Pret Grafica (propiedad de la familia Dutriz, que posee intereses el toda la gama del negocio de impresion y artes graficas, publiel dad y la banca). Bajo el mismo nombre del diario se nos dice q) ‘¢s miembro de la tristemente célebre Sociedad Interamericana, Prensa (SIP), la vieja SIP de los grandes diarios oligérquicos y ya fallecido coronel de la CIA Jules Dubois. A Ia par del titulo, informa que la circulacién esta «certificada» por el Audit Burea of Circulation (ABC) de Estados Unidos. ‘Teniendo un poco de paciencia, en el ejemplar escogido al aza de fecha sabado 18 de agosto de 1973, compuesto por sesenta dos paginas en tamafto tabloide (en determinados dias de de minadas épocas del aiio las paginas ce este diario pueden pas de 100), podemos comprobar que trae 111 noticias. De ellas, ci cuenta y cinco son nacionales y cincuenta y seis internacional De estas tltimas, cincuenta y cuatro son noticias elaboradas por UPTy la AP norteamericanas, una por la agencia italiana ANS y una por un llamado «Servicio de Informacion de la SIP». Nue noticias nacionales se refieren a sucesos directamente atingentes las relaciones Estados Unidos-El Salvador o a actividades del a rato imperialista en Bl Salvador. Todas las fotografia sobre su sos internacionales son de agencias yanquis, En la pagina editorial, entre once materiales, hay dos elab rados por agencias norteamericanas y obtenidos por La Pre Grifica a través de los servicios correspondientes: una columna, «chispazos y anéedotas» titulada «Esprit», y un articulo contra Gobierno del presidente Allende, de Chile, Completan la pagi dos columnitas «nacionales» sobre noticias de hace cincuenta El aparato imperialista en Centroamérica 43 » aitos, entre las cuales se destaca en esta ocasién «un ‘onocimiento que se dio el 18 de agosto de 1948 al ma- Nobert K, Horton, de nacionalidad norteamericana, jefe del Py ivlo Cooperativo Interamericano de Salud Péblica, que regro- Aparecen en el resto del diario las siguientes secciones fijas de jijen norteamericano: «Consejos Médicos, por el Dr. TR. Van Hollen, danina seccién seudocientifica que generaliza consultas J #90» coneretos de enfermedades; «Amor es...», dibujo de una ) coracteristica que ilustra una frase diaria sobre los valores lourgueses de la vida en comin, generalmente en forma J» propaganda velada al «consumo de medios de conforts; «El Hino Pablo responde», banales respuestas con base biblica a Hobe y supuestas consultas de lectores de todo el continente; «Su Pofieopov; «Actualidades desde San Francisco»: crénicas escritas $4 in miembro de la familia propietaria del diario sobre cues- He colidianas de aquella ciudad californiana; «El espejo del $e por John Conwell: muy dana cotumna de consejos seu- Hyeteologicos; «Aunque Ud. no lo crea», por Ripley, curiosidades, /ovlnn; «Crucigramay; etcétera, {Ws lugar especial entre las secciones fijas merecen las cintas Hhujos, emuitequitos» 0 comics que en La Prensa Grificeilegan PMYlwnente al némero de quince. Todas estas historietas son pro- }Pionadas por empresas norteamericanas como el KFS (King Pies Syndicate), NEA, etcétera, y todas transmiten, més 0 Hh voladamente, la ideologia de la dependencia con respecto J Pivloe Unidos. Algunas de ellas, como «Dick Tracyn, «Agente PP Ml0 9 y otras, son rabiosamente reaccionarias y glorifican 1 sparatos cepresivos norteamericanos. (Hay que seftalar que la HH Ue los domingos de La Prensa Grafica trae muchas otras fone» norteamericanas que van desde las recetas de cocina y Hy fiwejos de belleza hasta la seleccién de los «mejores» crime- 44 Roque Dalton nes que acaecen en Estados Unidos, y, asimismo, un supleme) to de varias paginas (entre dieciséis y veinte) con «munequit a colores. La propaganda cinematogrética y de television cubre cit paginas y media. Profusamente ilustrada, insiste en dos lines basicas: el sexo y la violencia. Sobre un mimero de setenta y di peliculas anunciadas, cincuenta y una son norteamericanas, la TV la proporcion de materiales yanquis es atin mayor y se fleja elocuentemente en los simples titulos de las programacio del dia La publicidad comercial merece, aun en el caso de esta répi y superficial mirada, una atencién mayor. Hay que decir que que vemos en las paginas del diario es el resultado final de ut elaboracién que ha pasado por el tupido engranaje de las agenel de publicidad (extranjeras, «mixtas» y nacionales), cuyo horizon esta dominado por algunas pocas grandes agencias publicitat norteamericanas como es el caso de la McCann Erickson, Los dios masivos (prensa, radio y TV) suelen actuar asimismo cor empresas publicitarias y, en definitiva, significan cierta cobertul ppara las agencias de publicidad propiamente dichas (sobre to en el caso de las agencias yanquis), ya que el anuncio apai como anuncio del érgano de difusién, La Prensa Grifice en el que examinamos, En el ejemplar aludido resaltan los anuncios Ja tienda yanqui Sears Roebuck (cuatro inserciones), de Chev (General Motors) y productos yanquis importados o elabora pot plantas locales de la industria «mixta» o subsidiarias de monopolios norteamericanos en las ramas de farmacologfa cosmetologia, industria del vestido, alimentos, discos, fertil ‘es, aparatos electrodomésticos, etcétera, El estilo es violents te norteamericanizante: «compre el Bush Jean Lino's»; «pruebe tinico sorbete americano con dos sabores simulténeosy; «gane nero mientras aprende, en California Aircraft Institute»; los éxil Et aparato imperialista en Centroamérica 45 Wiens det momentos: Papa rons @ Roling Stone, Jesus is just all 1) Movtc Mtn, etcetera. Hay una joya en la pagina 30: un anun- Contro El Salvador-Estados Unidos, promocionando cursos Wylde cle siete semanas (ana hora diaria) a unos diecisiete d6- 1 boo el siguiente encabezamiento: «El que sabe inglés... Vale Ho) todo o cual no le impide ala direccién de La Prensa Gréfca /Pevior un pequetio anuineio ilustrado, bajo «El espejo del alman, 1/000 ‘Rip Kirby», «Mandrake el Mago» y «E1 Dr. Kildare», sefta- Wolo que se trata de una «campania dl diario, El anuncio mues- W)\s bondera salvadorefa (por cierto, sin el escitdo nacional, ya \ lo largo de la franja blanca central se lee en grandes letras 1, Union, Libertad) y una leyenda: «SALVADORENO: La Patria #9} primero. Guta tus pasos con la devocién del civismo. Respeta J sinbolos de tu nacionalidad wila verdaderamente muy itil que el lector salvadoreno y cen- jericano (pues La Prensa Gréfica no es sino uno de los nume- ‘90 representantes dela prensa imperilista en el istmo) tomara H tuenta, cada vez que va a leer «st» diario, esta descripcién ‘iiica de las imagenes que trata de crear la prensa imperialis- 118104 publico, y que nos ofrece Leonardo Acosta en su trabajo Sollon masivos e ideologia imperialistax: Imo padre hist6rico de los medios masives —dice Acosta— | prensa escrita es probablemente el mas prestigioso de ellos, Segtin admite Bernard Berelson, director de la Division de Clencias del Comportamiento de la Fundacién Ford, la pren- W0 diaria offece una serie de ventajas, como san: a) la como- idad de una lectura breve que permite, o produce, la ilusién tle sestar informado», 0 «al dfa» sobre la actualidad mundial; }) Ia creacién de un habito de lectura que Hega a hacerse com- Pulsivo; d el reforzamiento del sentimiento de seguridad del lector al darle opiniones «autorizadas» para evaluar un suce- 60 0 situacién; d) la ilusion de que transfiere al lector ciertos

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