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Off Shore
Off Shore
Las sociedades offshore son un vehículo, un instrumento. Las acciones –títulos que
representan la propiedad de la sociedad– son generalmente al portador, el o los
dueños son en realidad quienes tienen los títulos (acciones) en su poder. Pero toda
sociedad debe tener una o varias personas que la administren, que generalmente son
las personas físicas que aparecen creando originalmente las sociedades offshore.
No son los propietarios de ellas, sino los que aparecen en el registro del país que las
inscribe. Los dueños tienen en su poder las acciones, no aparecen en la creación de
la sociedad ni son registrados en los organismos públicos donde se inscriben. El
accionista de la sociedad offshore dispone a través de poderes de los activos de
ellas. Tienen varias ventajas: pueden ser unipersonales –un solo socio dueño–, al
transmitir por endoso los títulos (acciones) se otorga la propiedad de la sociedad,
sus cargas tributarias son bajísimas o nulas ya que en los "países" que las permiten
promocionan su creación mediante esta ventaja. Desarrollan sus actos comerciales
fuera del país en que han sido creadas (de ahí el termino offshore, fuera de la
costa), asegurando secreto en la información de las circunstancias y documentos
que dieron origen legal a su inscripción.
Estas sociedades pueden ser titulares de bienes en cualquier país de mundo, pero
fundamentalmente son utilizadas para la apertura de cuentas bancarias o cajas de
seguridad. Existen países de vieja tradición bancaria (Suiza, Inglaterra, principados
de Europa, etc.) donde se asegura el secreto bancario y la discreción en la
información de sus clientes. La cuenta bancaria suele ser cifrada, esto es
individualizada con un número. El dueño de la cuenta es registrado por el banco
con un nombre y sus datos, pero ese titular es una sociedad offshore, una pantalla
radicada en Panamá, Islas Caimán, Bahamas, Islas Vírgenes Británicas, Hong
Kong, Delaware (este último, pequeño estado de Estados Unidos cuya actividad es
casi exclusivamente prestar servicios offshore o radicación de sociedades con
escasa exigencia fiscal: Coca-Cola, Apple, Walmart, JP Morgan, Google).
Es importante tener claro que las entidades financieras transfieren ese dinero de los
dueños de las sociedades offshore, en la mayoría absoluta de los casos, sin declarar
a las autoridades regulatorias del país, cobrando altas comisiones por " esa
operación de riesgo " que asumen. Se trata generalmente de dinero que no tributa
impuestos o es producto de algún ilícito, incluso del narcotráfico (HSBC, Citi y
otros han recibido multas en Europa y Estados Unidos por lavar miles de millones
de dólares de actividades ilegales, pero jamás se les quitó la matrícula para operar
como bancos). Paradójicamente se inició aquí hace un par de años una causa por
lavado de activos contra el banco HSBC por transferir a decenas de cuentas del
exterior dinero de argentinos sin registrar, investigación que involucraba a otros
bancos, entidades estas que mantenían su documentación en el depósito de la firma
Iron Moutain (Barracas, Ciudad Autónoma de Buenos Aires) que paradójicamente
se incendió por aquella fecha falleciendo diez personas.