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Comparaciones.

Relación con la nuclear:

Las familias nucleares están desarrolladas en el mundo occidental para designar al grupo de
parientes conformado por los progenitores, usualmente el padre, la madre y sus hijos.

La función productiva y económica ha ido perdiendo relevancia, sobre todo con el paso de una
familia extensa a una nuclear dentro de una sociedad industrial donde la tarea económica ha
salido del hogar a la empresa. Aquí, es donde situamos la responsabilidad por parte de las familias
a la hora de elegir el centro educativo en cual desean matricular a sus hijos/as, determinando si el
Proyecto Educativo del Centro, se acerca más o menos a sus intereses y forma de concebir la vida.
Pero no es esa la única función que las familias deben desempeñar dentro de las escuelas.

Relación con las homoparentales:

El estudio de carácter exploratorio que se presenta ha sido emprendido con la finalidad de


conocer, partiendo del testimonio de los padres gays y de las madres lesbianas, como las parejas
homosexuales educan a sus hijos en la diversidad familiar, y cuál es la situación concreta de los
centros escolares en esta materia. De igual modo, se analizan los posibles desequilibrios entre
ambos contextos educativos en esta área detectando, a su vez, las demandas que las parejas
participantes perciben para compensa dichas carencias. En la investigación participaron cuatro
familias homoparentales hijos e hijas en edad escolar. A Través del empleo de entrevistas en
profundidad analizamos sus discursos sobre los temas reseñados. Los resultados obtenidos nos
permiten concluir que existe una clara disfunción entre el contexto educativo familiar y escolar en
materia de educación afectivo- sexual.

Relación con las monoparentales:

Hoy aparece urgente estimular la colaboración entre la familia y la escuela no sólo porque es
deseable que exista coherencia entre ambos sistemas de relaciones que están moldeando la
personalidad del niño y del adolescente sino también porque, en la sociedad actual se están
gestando cambios en el microsistema familiar que requieren de nuevas formas de relacionar el
sistema escolar con el sistema familiar. Es aceptado que los padres son los principales educadores
y que el papel de los profesores es subsidiario de aquellos, no obstante, hoy aparece necesario
que desde la escuela se geste una cultura de colaboración, en vistas a dar un soporte adecuado a
los hijos cuándo el sistema familiar se torna menos eficiente desde el punto de vista educativo.
Hoy aparece urgente estimular la colaboración entre la familia y la escuela no sólo porque es
deseable que exista coherencia entre ambos sistemas de relaciones que están moldeando la
personalidad del niño y del adolescente sino también porque, en la sociedad actual se están
gestando cambios en el microsistema familiar que requieren de nuevas formas de relacionar el
sistema escolar con el sistema familiar. Es aceptado que los padres son los principales educadores
y que el papel de los profesores es subsidiario de aquellos, no obstante, hoy aparece necesario
que desde la escuela se geste una cultura de colaboración, en vistas a dar un soporte adecuado a
los hijos cuándo el sistema familiar se torna menos eficiente desde el punto de vista educativo. Se
señala que los efectos de las dificultades familiares que se interponen en el desarrollo del niño son
de orden inconsciente y se manifiestan a menudo a largo plazo. Para entender el problema es
importante reconocer que en el desarrollo existen tres continuidades relacionadas con: el cuerpo,
lo afectivo y lo social y que las dificultades de las familias monoparentales, por separación o
divorcio entre otras, suelen introducir modificaciones en dos de ellas, la continuidad afectiva y la
continuidad social. Se señala que por lo general los niños no hablan acerca de lo que está
ocurriendo en su familia y esto no porque no posean palabras sino porque, se paraliza su lenguaje
interior por un trastorno profundo de sus emociones (Dolto, F 1989).

Una relación cooperativa o no conflictiva entre los padres está relacionada con resultados
positivos en los niños, y menos contactos o menos calidad de la relación entre ellos está vinculada
con un aumento de problemas de conducta (Bronstein, P.; Frankel Stoll, M.; y otros, 1994).

Relación con las reconstituidas:

Aunque el hogar nuclear completo continúa siendo el ideal familiar para la mayoría de los
psicólogos y sociólogos, fundamentalmente por cuestiones relacionadas con la escuela, se
observan cambios relacionados con los vínculos emocionales y con los derechos de quienes lo
componen (reconocimiento y aceptación de los derechos de la mujer, modificación constante de
los roles debido a las exigencias laborales, rupturas vinculares, entre otros). Con el surgimiento de
nuevas realidades familiares y su reconocimiento por parte del derecho, además de la pérdida de
las funciones a que hoy es sometida la familia, se puede pensar que la familia nuclear conyugal
está llegando a su fin. Con esto no se pretende afirmar que la familia se extinga como institución,
sino que, más bien, se deba fortalecer con la protección de la diversidad de modelos familiares
que actualmente son una realidad.

Relación con las adoptivas:

Tal y como se ha ido tratando, la relación de la familia y la escuela es importante. Por ello, se
deben implementar acciones entre ambos agentes de socialización que generan el apoyo afectivo-
emocional adecuado para realizar buenas prácticas educativas. Según la Consejería de Educación
de la Junta de Andalucía, una buena práctica educativa es la Comunidad de aprendizaje, ya que, en
esta, participan tanto familia como escuela, por tantos se produce una relación directa entre
ambas. Esa práctica se basa en un proyecto de transformación social y cultural de un centro
educativo y de su entorno, encaminados a la mejora de los resultados de todo el alumnado. Se
trata de ser un centro abierto a todos los miembros de la comunidad, dentro del horario escolar, la
participación acordada y activa de las familias, asociaciones y voluntariado tanto en los procesos
de gestión del centro, como en el desarrollo del aprendizaje del alumnado. Numerosos centros
escolares contemplan esta buena práctica, como el CDP Cardenal Spínola o el IES Santa Engracia,
ambos de la provincia de Jaén, o e CEIP Cristóbal Colón de El Puerto de Santa María, entre otros.
No obstante, nos centraremos en el CEIP Mosaico, situado en Santiponce (Sevilla). El centro en
cuestión participa en esta práctica educativa haciendo uso del aprendizaje dialógico, con la
apertura a familias.

Relación con las acogidas:

Construir esta relación no es fácil. Por una parte, nos encontramos con padres y apoderados
extremadamente ocupados en sus trabajos y, por ende, sin mucho tiempo extra. Por otra parte,
nos encontramos con profesores que simplemente no quieren lidiar con tener padres y
apoderados opinando sobre su labor docente y se niegan a crear instancias más allá de las
formales y obligatorias.

A pesar de lo complejo de la tarea, debemos entender los beneficios que esta relación conlleva. Si
somos capaces de involucrar a las familias y hacerlas participantes activas de la educación de sus
hijos, los beneficiados directos serán nuestros niños y niñas. Como educadores, debemos
comprender que cada familia representa el contexto de cada estudiante y son parte fundamental
de sus vidas y de quienes son como persona. La familia, cualquiera sea la definición o tipo que ésta
tenga, es el recurso más preciado que tenemos para conocer mejor a los niños y niñas que
estamos educando.

Para comenzar esta tarea es importante mandar una señal clara desde el inicio de la jornada
escolar: nuestra sala de clases tiene que ser un espacio abierto, que no sólo acoja al niño o niña,
sino que le abra las puertas y le dé la bienvenida a todo su entorno. Esta señal no siempre ocurre,
en muchos centros educativos se fomenta una despedida rápida entre padres o apoderados y el
niño o niña que asiste al establecimiento. La justificación por parte de los profesores y directivos
es que así se disminuye la angustia de la separación y aumenta la autonomía del niño. Sin
embargo, la ansiedad de la separación no sólo la vive el niño, sino que hay una familia completa
que está viviendo una experiencia nueva y hacer una despedida rápida, sólo soluciona la angustia
del momento, pero no busca darle solución al problema de fondo.

Cambiar este concepto de “despedida rápida” por una “acogida” nos permitirá generar una
instancia diaria donde los padres y apoderados puedan involucrarse en el proceso educativo.
Podemos comenzar por dejar 30 minutos de acogida cada mañana, para que cada familia tenga la
posibilidad de comenzar la jornada con una transición paulatina, pausada y planificada. Para
muchos padres, tíos, abuelos o quien sea que lleve al niño a la escuela, estos treinta minutos
pueden ser los únicos que pasen juntos durante el día. Es importante anticiparnos a este momento
y planificar actividades, como por ejemplo, lectura de cuentos en la alfombra, juegos en las mesas,
exposiciones de artes, etc. Además, si sabemos que alguno de nuestros niños le cuesta decir adiós,
hay que tener un plan a seguir en conjunto con la persona que los lleva al colegio. Se puede
escribir una carta cuando la persona se va, o tener acceso a un juguete traído de la casa que ayude
a calmar la ansiedad.

Relación con las sin hijos:

a relación creada y establecida entre la escuela y la familia es de enorme importancia para la


pequeña infancia y la influencia que esta relación puede ejercer en su desarrollo es más
significativa y trascendental de lo que se suele creer.

Sabemos que la familia es el primer contexto de socialización, donde niños y niñas participan y se
desarrollan activamente. También sabemos que, además, en un determinado momento la familia
decide que ya puede abrirse a un nuevo contexto: la escuela, confiando la complementación de su
educación a su profesorado. Cuando esto sucede, la criatura no es un ser pasivo y, como
constructora activa de sus relaciones personales, atraviesa una fase de autorización y de
construcción de lazos privilegiados con los adultos con los que se relaciona habitualmente en la
escuela.
Relación con la de abuelos:

Es incuestionable que las relaciones que abuelos y nietos establecen tienen como condicionante
principal las características de cada uno de ellos. Aunque, un tercer elemento de este engranaje es
precisamente el sistema familiar que envuelve a ambos (Rico, Serra y Viguer, 1996). Cuestiones
como la propia estructura familiar, las relaciones trabajo-familia, la convivencia bajo el mismo
techo o la cantidad y calidad de las relaciones, en otras muchas cuestiones, se convierten, sin duda
alguna, en argumentos que han de ser tenidos en cuenta. Como ya señalaron Sáez, Rubio y Dosal
(1996) la red familiar se basa en un sistema de intercambios interpersonales de carácter
voluntario, que van desde el apoyo emocional hasta las más diversas formas de ayuda. También
Rico, Serra y Viguer (2001) señalaron que la relación intergeneracional entre padres y abuelos
constituye un vínculo de doble direccionalidad. Cuando hablamos de esa doble direccionalidad
también nos estamos refiriendo al abuelo como parte integrante de la red social del niño y al niño
formando también parte del tejido de relaciones de sus abuelos. De cualquier modo, cuando se
trata de relaciones, no podemos olvidar, el arte de la comunicación, la importancia del lenguaje, la
escucha activa, que permiten el entendimiento del complejo mundo emocional del niño (Voli,
2009). Además, debemos tener presente las posibles diferencias en las relaciones del abuelo y de
abuela con sus nietos. Ella se relaciona a su modo y él, al suyo. Del mismo modo que un
condicionante determinante de la relación es la personalidad por la influencia que ésta tiene en las
formas de comunicarse. En esta cuestión se engloban cuestiones referidas a lo afectivo, lo
intelectual, lo moral o lo social, pero también a lo físico o lo estético. Según cómo sea la
personalidad, se establecerá un tipo u otro de relación o comunicación con los nietos. Quizá, uno
de los aspectos más importantes que se presentan en las relaciones entre abuelos y nietos sea la
denominada transmisión intergeneracional. La transferencia de información, el traspaso de la
tradición, la socialización tanto individual como social, lo que podríamos denominar la “memoria
histórica,” hay que añadir la transmisión de los saberes de la experiencia, así como los contenidos
y valores de la tradición cultural familiar. Otra de las claves de la interacción entre abuelos y nietos
es el aprendizaje de comportamientos, que pueden llegar a ser tanto positivos como negativos. La
“abuelidad consciente” a la que se refiere (Voli, 2009: 120) se concreta en un sistema de
relaciones donde los abuelos pueden y deben actuar como un modelo complementario de
conductas que orienten el aprender a ser del niño. Kennedy (1992) ya determinó los elementos
que pueden estar presentes en la calidad de la relación.

Relación con padres separados:

l divorcio o la separación entre padres de hijos en edad escolar o de hijos mayores que aún no han
finalizado sus estudios, supone tener que tomar decisiones que se incluyen dentro del ejercicio de
la patria potestad. Dicha potestad normalmente se ejerce por ambos progenitores y, de forma
excepcional, se puede ejercer solo por uno de los padres. Estos suelen suceder cuando hay una
sentencia como consecuencia del desinterés de uno de los padres o porque uno de ellos vive fuera
del país.

Respecto a los temas vinculados a los estudios de sus hijos, los padres deben ponerse de acuerdo,
por ejemplo, en la elección del centro escolar, la realización o no de actividades extraescolares, el
permiso para realizar excursiones o viajes, la inscripción en casales o campamentos o las clases de
repaso.
Relación con la matrifocal:

A lo largo de la historia la educación ha sufrido modificaciones al igual que la sociedad, la política,


la economía y la familia. La familia ha pasado de ser patriarcal o matriarcal formados por abuelos,
matrimonios, tíos/as, hijos, nietos y donde la mujer no trabajaba si no era la encargada del hogar,
la educación y cuidado de los hijo/as y los padres eran lo que trabajaban y enseñaban la profesión
a sus hijos; a una familia nuclear totalmente industrializada, que vive en la ciudad y compuesta por
un matrimonio o parejas ya sea del mismo sexo o diferentes sexos y no tantos hijos como antes y 3
además la mujer trabaja fuera de casa y los abuelos no suelen vivir con la familia y algo importan
es la escuela la encargada de la educación de los niños/as junto con la educación dada en casa por
los padres. Al igual que se han producido estos cambios en la familia también se han producido en
la escuela y la educación, pasando de ser una institución que se encargaba de proporcionar un
contexto social más amplio a la vez que trasmitía las pautas culturales propias del entorno social
del niño/a; a una escuela se le pide que adquiera más roles y donde la educación es obligatoria
para todos hasta los dieciséis años. Pero a pesar de todos estos cambios sociales las familias
siguen siendo un núcleo de personas en el que se dan relaciones, se comparten vivencias e
interacciones personales.

Relación con las comunales:

El sistema educativo, transita hacia la construcción del modelo de la nueva república, donde el
estado ejerce la acción de máxima rectoría, garantiza el acceso a los derechos esenciales como
principio ético y político. Refundar la república significa construir ese nuevo modelo de sociedad
plasmada en la constitución de la república; y un pilar fundamental para lograr la educación de
todos los ciudadanos La Educación se define como un proceso político y socializador que se genera
de las relaciones entre escuela, familia y comunidad; la interculturalidad, la práctica del trabajo
liberador y el contexto histórico - social. Y para el desarrollo integral del nuevo ser social,
humanista y ambientalista se fundamenta en los postulados del pensamiento Robinsoniano, y
zamorano, estableciendo cuatro pilares fundamentales: Aprender a crear, Aprender a convivir y
participar, Aprender a valorar y Aprender a reflexionar. Al respecto esta Educación es ejercida en
los siguientes subsistemas.

Relación con las unipersonales:

Los cambios en la estructura familiar y de hogares no han sido uniformes; dependen de una serie
de factores, entre los que se encuentran los económicos y culturales. Los principios de la sociedad
moderna han legitimado e incidido en torno a un cambio de roles tradicionales, amparados bajo
los principios de los derechos individuales, en los que se encuentran: el derecho a la libertad que
legitima las diferentes opciones para conformar relaciones de pareja, la libre opción a la
maternidad, la libertad de conformar diferentes familias a las tradicionales o también optar por
vivir solos y solas, entre otras. Las nuevas generaciones han construido otras subjetividades que
no se adaptan a parámetros tradicionales en que se establece especialmente el precepto del
derecho a tener derechos, sinónimo de independencia, autonomía, emancipación y liberación.
Éste ha tenido efectos no sólo en la esfera pública, sino especialmente en la esfera de lo privado.
Como ejemplos de las posibilidades que plantea la libertad, se encuentra la libertad de elegir la
pareja, carrera, ser o no padre o madre, pertenecer a una organización o a un grupo particular. El
precepto del derecho a tener derechos establece y contribuye al desarrollo de nuevas
organizaciones y grupos generacionales, étnicos y de género; crea resistencias que se convierten
en sus campos de interacción social privilegiados; relega a las instituciones tradicionales.

Relaciones con las mascotas:

Los niños tienen un hermoso vínculo con los animales, los beneficios que aportan los perros y los
gatos a los niños son innumerables. En general, la compañía de una animal mejora la calidad de
vida de todo ser humano; aumenta la longevidad, preserva el equilibrio físico y mental, facilita la
recreación, reduce el estrés y disminuye el índice de depresión en general. Pero en los niños juega
un rol aún más importante porque contribuye en el desarrollo educativo y social; los obliga a
asumir responsabilidades y a aprender valores como el respeto por los demás, aumenta su
autoestima y mejora su integración en la familia. Además, los animales desarrollan la capacidad en
los niños de cuidar de alguien y fomentan el sentimiento de competencia y seguridad: los dos
indispensables a desarrollar en el primer ciclo de la vida del niño para conseguir su correcto
equilibrio emocional. La compañía de los perros también ayuda a hacer menos difíciles los
primeros días de escuela. La Fundación Afinita ha demostrado, con su iniciativa pionera en la
Escola Lleó XII), que es posible gracias a los perros de terapia crear una experiencia única para los
niños en su primer día de escuela. Los niños se olvidan de la tristeza que produce la separación
con sus familiares, porque encuentran en la puerta del centro educativo a los perros entrenados
para aportarles tranquilidad y cambiar su estado de ánimo.

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