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EXP. N.

° 03683-2012-PA/TC
PIURA
LORENA DEL PILAR
CÓRDOVA GUERRERO
 
 
SENTENCIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
 
En Lima, a los 10 días del mes de diciembre de 2012, la Sala Segunda
del Tribunal Constitucional, integrada por los magistrados
Beaumont Callirgos, Mesía Ramírez y Eto Cruz, pronuncia la siguiente
sentencia
 
ASUNTO
 
Recurso de agravio constitucional interpuesto por doña Lorena del Pilar
Córdova Guerrero contra la sentencia expedida por la Segunda Sala
Especializada Civil de la Corte Superior de Justicia de Piura, de fojas 161, su
fecha 16 de julio de 2012, que declaró infundada la demanda de amparo de
autos.
 
ANTECEDENTES
 
Con fecha 9 de marzo de 2012, la recurrente interpone demanda de
amparo contra la Presidencia de la Corte Superior de Justicia de Piura,
solicitando que se deje sin efecto el despido arbitrario producido el 1 de
febrero de 2012, que se declare la desnaturalización de su contrato de trabajo
y se reconozca que el referido contrato laboral es a plazo indeterminado; y
que, por consiguiente, se disponga la protección de su derecho al trabajo, en el
cargo y plaza de especialista judicial del Juzgado de Investigación
Preparatoria del Módulo Básico de Justicia de Catacaos - Piura, con el pago de
los costos del proceso. Manifiesta que ha laborado desde el 22 de marzo hasta
el 31 de diciembre de 2009 bajo la modalidad de contratación administrativa
de servicios, y desde el 1 de enero de 2010 hasta el 31 de enero de 2012,
mediante contratos de trabajo para servicio específico, los cuales se
desnaturalizaron debido a que las labores que desempeñaba eran de naturaleza
permanente. Alega la vulneración de sus derechos constitucionales a la
dignidad, al trabajo, a la protección contra el despido arbitrario, a una
remuneración, de defensa y al debido proceso.
 
El Procurador Público Adjunto del Poder Judicial contesta la demanda
manifestando que se celebró con la actora contratos de trabajo sujetos a la
modalidad de servicio específico, en los cuales se pactó el plazo de vigencia
del contrato, por lo que la misma recurrente era consciente de la temporalidad
su contrato desde el momento de su suscripción, no pudiendo pretender que en
el proceso de amparo, cuya naturaleza es restitutiva de derechos, se declare el
derecho reclamado, máxime si tiene una vía específica para ventilar su
pretensión.
 
El Tercer Juzgado Especializado en lo Civil de Piura, con fecha 19 de
abril de 2012, declaró fundada la demanda, por considerar que las labores de
especialista judicial que desempeñó la actora son de carácter permanente,
motivo por el cual los contratos de trabajo suscritos bajo la modalidad de
servicio específico se han desnaturalizado, convirtiéndose en un contrato
indeterminado.
 
La Sala revisora revoca la apelada  y declara infundada la demanda, por
estimar que la accionante fue contratada temporalmente, bajo la celebración
de contratos sujetos a modalidad, quedando desvirtuado que se haya
producido un despido arbitrario, pues su relación laboral terminó el 31 de
enero de 2012, al vencer el plazo de su contrato.
 
FUNDAMENTOS
 
1.      Delimitación del petitorio
 
La presente demanda tiene por objeto que se ordene la reposición de la
demandante en el cargo que venía desempeñando, por haber sido objeto
de un despido incausado. Alega que los contratos de trabajo sujetos a
modalidad celebrados con la entidad emplazada se han desnaturalizado
y convertido en un contrato de trabajo a plazo indeterminado, de modo
que habiéndose dado por extinguida su relación laboral sin expresión de
una causa justa, se ha configurado un despido arbitrario, lesivo de sus
derechos constitucionales a la dignidad, al trabajo, a la protección
contra el despido arbitrario, a una remuneración, de defensa y al debido
proceso.
 
2. Consideraciones previas
 
2.1.      En atención a los criterios de procedibilidad de las demandas de
amparo relativas a materia laboral individual privada, establecidos en
los fundamentos 7 a 20 de la STC N.º 00206-2005-PA/TC, que
constituyen precedente vinculante, en el presente caso, corresponde
evaluar si la demandante ha sido objeto de un despido incausado.
 
2.2.      Asimismo, resulta pertinente precisar que si bien la actora ha alegado
la vulneración de varios derechos constitucionales, a criterio de este
Tribunal sólo resultan pertinentes para dirimir la litis, y por lo tanto
serán materia de análisis, los derechos al trabajo, a la protección contra
el despido arbitrario, de defensa y al debido proceso.
 
 
3.                  Sobre la afectación de los derechos al trabajo y a la protección
adecuada contra el despido arbitrario
 
3.1.      Argumentos de la parte demandante
Afirma que ha sido víctima de un despido sin expresión de causa,
violatorio de sus derechos constitucionales al trabajo y a la protección
adecuada contra el despido arbitrario, debido a que los contratos
modales suscritos con la entidad demandada se han desnaturalizado y
convertido en un contrato de trabajo a plazo indeterminado.
 
3.2.      Argumentos de la parte demandada
 
Argumenta que la actora no fue despedida, pues sus contratos de
trabajo para servicio específico eran de naturaleza temporal. Precisa que
la demandante debe acudir a la vía del proceso laboral para ventilar su
pretensión, pues el proceso constitucional de amparo tiene una
naturaleza restitutiva de derechos y no declarativa.
 
3.3.      Consideraciones del Tribunal Constitucional
 
3.3.1    El derecho al trabajo se encuentra reconocido por el artículo 22º de la
Constitución. Al respecto, este Tribunal estima que el contenido
esencial del referido derecho constitucional implica dos aspectos. El de
acceder a un puesto de trabajo, por una parte y, por otra, el derecho a no
ser despedido sino por causa justa. En el primer caso, el derecho al
trabajo supone la adopción por parte del Estado de una política
orientada a que la población acceda a un puesto de trabajo; si bien hay
que precisar que la satisfacción de este aspecto de este derecho
constitucional implica un desarrollo progresivo y según las
posibilidades del Estado. El segundo aspecto del derecho trata del
derecho al trabajo entendido como proscripción de ser despedido salvo
por causa justa.
 
            Respecto al derecho constitucional a la protección adecuada
contra el despido arbitrario reconocido en el artículo 27º de la
Constitución, se debe señalar que este Tribunal, en la STC N.º 00976-
2001-AA/TC, delimitó su contenido e interpretó qué debe entenderse
por protección adecuada contra el despido arbitrario. Asimismo, el
Tribunal ha reconocido en reiterada jurisprudencia (por todas, la STC
N.º 05650-2009-PA/TC), dos tipos de protección en casos de despido
arbitrario, de carácter excluyente y a elección del trabajador: a)
protección de eficacia resarcitoria, cuando el trabajador opta por
recurrir a la vía ordinaria solicitando el pago de la indemnización por
despido arbitrario; y b) protección de eficacia restitutoria, cuando el
trabajador opta por recurrir a la vía constitucional a través del proceso
de amparo constitucional, siempre y cuando el despido se haya
producido, entre otros supuestos, de manera incausada, es decir,
ejecutado de manera verbal o mediante comunicación escrita, sin
expresión de causa alguna relacionada con la conducta o el desempeño
laboral del trabajador que la justifique.
 
3.3.2        De las instrumentales que obran en autos se desprende que la
demandante brindó sus servicios desde el 22 de marzo hasta el 31 de
diciembre de 2009, mediante un contrato administrativo de servicios (f.
11) y a partir del 1 de enero de 2010 mediante contratos de trabajo para
servicio específico, regulados por el Decreto Supremo N.º 003-97-TR,
dentro de régimen laboral de la actividad privada (f. 13 a 24). Por tanto,
habida cuenta que conforme a lo establecido por este Tribunal la
modalidad de contratación administrativa de servicios, por la cual fue
contratada inicialmente la recurrente, es acorde con la Constitución
(SSTC N.os 00002-2010-PI/TC y 03818-2009-PA/TC, y RTC N.º
00002-2010-PI/TC) y además fue suscrita conforme a ley, para
dilucidar la presente controversia sólo se evaluará el último período
laborado por la recurrente, que va desde el 1 de enero de 2010 hasta el
31 de enero de 2012, por cuanto el despido alegado por la demandante
se habría producido en este periodo.
 
3.3.3        Según el artículo 4.º del Decreto Supremo N.º 003-97-TR, “En toda
prestación personal de servicios remunerados y subordinados, se
presume la existencia de un contrato de trabajo a plazo indeterminado.
El contrato individual de trabajo puede celebrarse libremente por
tiempo indeterminado o sujeto a modalidad. El primero podrá
celebrarse en forma verbal o escrita y el segundo en los casos y con los
requisitos que la presente Ley establece”.
 
Del artículo transcrito puede señalarse que en el régimen laboral
peruano el principio de continuidad opera como un límite a la
contratación laboral por tiempo determinado. Por ello este Tribunal, en
la STC N.º 01874-2002-AA/TC, precisó que hay una preferencia por la
contratación laboral por tiempo indefinido respecto de la de duración
determinada, la que tiene carácter excepcional y procede únicamente
cuando las labores que se van a prestar (objeto del contrato) son de
naturaleza temporal o accidental.
 
Como resultado de dicho carácter excepcional, la ley establece
formalidades, requisitos, condiciones y plazos especiales para este tipo
de contratos, e incluso sanciones cuando, a través de estos, utilizando la
simulación o el fraude, se pretende evadir la contratación laboral por
tiempo indeterminado.
 
En este sentido, el artículo 4.º de la referida norma legal opera como un
límite a la contratación temporal, ya que sólo los empleadores podrán
contratar trabajadores con contratos de trabajo sujetos a modalidad “en
los casos y con los requisitos que la presente Ley establece”. Es decir,
que los contratos de trabajo señalados en el Título II del Decreto
Supremo N.º 003-97-TR constituyen un listado cerrado y taxativo de
supuestos de contratación temporal y, por ende, son los únicos tipos
contractuales que el empleador puede utilizar para contratar un
trabajador por plazo determinado, pues en caso contrario el contrato de
trabajo celebrado será considerado como uno de duración
indeterminada.
 
3.3.4        La cuestión controvertida se circunscribe a determinar si los contratos
de trabajo de la recurrente han sido desnaturalizados por la causal
prevista en el inciso d) del artículo 77º del Decreto Supremo N.º 003-
97-TR, que establece que los contratos a modalidad se desnaturalizan y
convierten en indeterminados cuando el trabajador demuestra que hubo
simulación o fraude a las normas legales establecidas en el 
mencionado decreto supremo.
 
3.3.5        Del contrato de trabajo en la modalidad de servicio específico que obra
a fojas 13, vigente del 1 de enero al 30 de abril de 2010, se aprecia que
no se ha cumplido con la exigencia legal de precisar en qué consiste,
justamente, el servicio para el cual fue contratado la demandante. En
efecto, en la cláusula primera de los citados contratos se consigna: “EL
EMPLEADOR, debido a la implementación del Nuevo Código
Procesal Penal, tiene vacante para concurso la plaza de
ESPECIALISTA JUDICIAL DE JUZGADO y con el objeto de brindar
un eficiente servicio de Administración de Justicia en beneficio de los
justiciables para garantizar el normal desarrollo de la actividad
jurisdiccional, requiere cubrir dicha plaza vacante, contratando
temporalmente a una persona que reúna los requisitos para el puesto
requerido hasta que sea cubierta mediante concurso público
respectivo”. Asimismo, en la cláusula segunda se señala: “Para el logro
del objeto, materia de la cláusula anterior, EL PODER JUDICIAL
contrata a el (la) TRABAJADOR (A) para que realice labores de
ESPECIALISTA JUDICIAL DE JUZGADO, el mismo que deben
someterse al cumplimiento estricto de las funciones”. De las cláusulas
transcritas puede concluirse que en los contratos mencionados se ha
omitido consignar la causa objetiva específica que autorizó la
contratación temporal de la demandante, pues se  señala de manera
genérica que su labor era la de “especialista judicial”, sin precisar
cuáles eran específicamente las labores a realizar en dicho cargo. Por
otro lado, sin perjuicio que por mandato legal se tiene que señalar la
causa objetiva de la contratación, se debe tener en consideración que un
especialista judicial realiza labores propias y ordinarias del Poder
Judicial, por lo que no se justifica la contratación temporal para prestar
un servicio específico de la demandante.
 
3.3.6        Por tanto, al no haberse especificado con detalle la causa objetiva de
contratación, el referido contrato de trabajo ha sido desnaturalizado, por
haberse producido el supuesto previsto en el inciso d) del artículo 77º
del Decreto Supremo N.º 003-97-TR, debiendo ser considerado,
entonces, como un contrato de trabajo a plazo indeterminado. Siendo
así, los contratos de trabajo suscritos por las partes con posterioridad
carecen de eficacia jurídica pues mediante ellos se pretendió encubrir la
existencia de una relación laboral a plazo indeterminado.
 
3.3.7        Siendo que la relación laboral era de duración indeterminada, la
demandante solamente podía ser despedida por una causa justa
relacionada con su conducta o capacidad laboral, lo que no ha sucedido
en el presente caso, razón por la cual ha sido objeto de un despido
arbitrario.
 
3.3.8        Por lo expuesto, este Tribunal declara que en el presente caso se ha
configurado un despido incausado, violatorio de los derechos
constitucionales al trabajo y a la protección contra el despido arbitrario
de la demandante, reconocidos en los artículos 22º y 27º de la
Constitución.
 
4.                  Sobre la afectación de los derechos de defensa y al debido proceso
 
4.1       Argumentos de la parte demandante
 
La recurrente también afirma que su despido sin expresión de causa
resulta violatorio de su derecho constitucional al debido proceso, pues
no ha podido ejercer su derecho de defensa.
 
4.2       Argumentos de la parte demandada
 
Al respecto, el Procurador Público Adjunto del Poder Judicial sostiene
que la actora no fue despedida, pues su contrato de trabajo estaba sujeto
a la modalidad de servicio específico, y concluyó al vencer el plazo de
vigencia pactado por las partes.
 
4.3       Consideraciones del Tribunal Constitucional
 
4.3.1    Como este Tribunal tiene fijado, el derecho fundamental al debido
proceso, consagrado en el artículo 139º, numeral 3), de la Constitución,
comprende una serie de garantías, formales y materiales, de muy
distinta naturaleza, cuyo cumplimiento efectivo garantiza que el
procedimiento o proceso en el cual se encuentre inmersa una persona,
pueda considerarse justo (STC N.º 10490-2006-AA, fundamento 2). De
ahí que este Tribunal haya destacado que el ámbito de irradiación de
este derecho continente no abarca exclusivamente al ámbito judicial,
sino que se proyecta también al ámbito de los procesos administrativos
(STC N.º 07569-2006-AA/TC, fundamento 6).
 
También este Tribunal ha establecido en reiterada jurisprudencia (STC
N.º 03359-2006-PA/TC, por todas) “que el debido proceso –y los derechos que
lo conforman, p. e. el derecho de defensa– resultan aplicables al interior de la actividad
institucional de cualquier persona jurídica, máxime si ha previsto la posibilidad de
imponer una sanción tan grave como la expulsión. En tal sentido, si el emplazado
consideraba que el actor cometió alguna falta, debieron comunicarle, previamente y por
escrito, los cargos imputados, acompañando el correspondiente sustento probatorio, y
otorgarle un plazo prudencial a efectos de que –mediante la expresión de los descargos
correspondientes– pueda ejercer cabalmente su legítimo derecho de defensa”.
 
Por su parte, el derecho de defensa se encuentra reconocido
expresamente por el artículo 139º, numeral 14, de nuestra Constitución,
y constituye un elemento del derecho al debido proceso. Según lo ha
precisado la jurisprudencia de este Tribunal, el contenido esencial del
derecho de defensa queda afectado cuando, en el seno de un proceso
judicial, cualquiera de las partes resulta impedida, por concretos actos
de los órganos judiciales, de ejercer los medios necesarios, suficientes y
eficaces para defender sus derechos e intereses legítimos [STC 1231-
2002-HC/TC]. Es así que el derecho de defensa (de naturaleza procesal)
se constituye como fundamental y conforma el ámbito del debido
proceso, siendo presupuesto para reconocer la garantía de este último.
Por ello, en tanto derecho fundamental, se proyecta como principio de
interdicción para afrontar cualquier indefensión y como principio de
contradicción de los actos procesales que pudieran repercutir en la
situación jurídica de algunas de las partes, sea en un proceso o
procedimiento, o en el caso de un tercero con interés.
 
4.3.2.   En el caso de autos, la controversia constitucional radica en determinar
si la entidad demandada, al dar por culminado el vínculo laboral con la
actora, lo hizo observando el debido proceso, o si, por el contrario, lo
lesionó. Efectuada esta  precisión, debe comenzarse por evaluar la
supuesta lesión del derecho de defensa, toda vez que forma parte del
derecho al debido proceso.
 
4.3.3.   De acuerdo con lo previsto por el artículo 31° del Decreto Supremo
N.° 003-97-TR, el empleador no podrá despedir a un trabajador por
causa relacionada con su conducta laboral, sin antes otorgarle por
escrito un plazo razonable no menor de seis días naturales para que
pueda defenderse por escrito de los cargos que se le formulen; es decir,
el despido se inicia con una carta de imputación de cargos para que el
trabajador pueda ejercer su derecho de defensa, efectuando su descargo
en la forma que considere conveniente a su derecho.
 
4.3.4.   En el presente caso ya ha quedado determinado que la recurrente
mantenía con la entidad demandada una relación laboral a plazo
indeterminado, la cual se dio por terminada sin expresarse causal
alguna; es decir, la actora fue despedida por su empleador sin que éste
le haya remitido previamente una carta de imputación de faltas graves.
 
4.3.5.   Por lo expuesto, este Tribunal declara que en el presente caso la
entidad demandada también ha vulnerado el derecho al debido proceso
de la recurrente; específicamente, su derecho de defensa.
 
5.                  Efectos de la sentencia
 
5.1.      En la medida en que en este caso se ha acreditado que la entidad
demandada ha vulnerado los derechos constitucionales al trabajo, a la
protección contra el despido arbitrario y al debido proceso, corresponde
ordenar la reposición de la demandante como trabajadora a plazo
indeterminado en el cargo que venía desempeñando o en otro de similar
categoría o nivel, en el plazo de dos días, bajo apercibimiento de que el
juez de ejecución imponga las medidas coercitivas previstas en los
artículos 22º y 59º del Código Procesal Constitucional.
 
5.2.      Asimismo, de conformidad con el artículo 56º del Código Procesal
Constitucional, la entidad emplazada debe asumir los costos procesales,
los cuales deberán ser liquidados en la etapa de ejecución de la presente
sentencia.
 
5.3.                  Finalmente, teniendo presente que existen reiterados casos en los que se
estima la demanda de amparo por haberse comprobado la existencia de un
despido arbitrario, este Tribunal estima pertinente señalar que cuando se
interponga y admita una demanda de amparo contra la Administración Pública
que tenga por finalidad la reposición de la parte demandante, ello tiene que
registrarse como una posible contingencia económica que tiene que preverse en
el presupuesto, con la finalidad de que la plaza que se ocupaba se mantenga
presupuestada para, de ser el caso, poder actuar o ejecutar en forma inmediata la
sentencia estimativa.
 
En estos casos la Administración Pública, para justificar el mantenimiento de la
plaza presupuestada, tendrá que tener presente que el artículo 7º del CPConst.
dispone que “El Procurador Público, antes de que el proceso sea resuelto en primer
grado, está facultado para poner en conocimiento del titular de la entidad su opinión
profesional motivada cuando considere que se afecta el derecho constitucional
invocado”.
 
Con la opinión del Procurador Público puede evitarse y preverse gastos fiscales,
ya que la Administración Pública puede allanarse a la demanda (si es que la
pretensión según la jurisprudencia y los precedentes del Tribunal Constitucional
es estimable) o proseguir con el proceso.
 
Por estos fundamentos, el Tribunal Constitucional, con la autoridad que
le confiere la Constitución Política del Perú
 
 
HA RESUELTO
 
1.        Declarar FUNDADA la demanda en lo que respecta a la afectación de los
derechos al trabajo, a la protección contra el despido arbitrario y al debido
proceso; en consecuencia, NULO el despido de que ha sido objeto la
demandante.
 
2.        ORDENAR que la Presidencia de la Corte Superior de Justicia de
Piura reponga a doña Lorena del Pilar Córdova Guerrero como
trabajadora a plazo indeterminado en el puesto de trabajo que tenía antes
del cese o en otro de igual o similar nivel, en el plazo de dos días, bajo
apercibimiento de que el juez de ejecución aplique las medidas coercitivas
prescritas en los artículos 22.° y 59.º del Código Procesal Constitucional,
con el abono de los costos procesales.
 
Publíquese y notifíquese.
 
 
SS.
 
BEAUMONT CALLIRGOS 
MESÍA RAMÍREZ 
ETO CRUZ
 

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