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SEPTIMA UNIDAD
EL CASUISMO ROMANO
• Respuestas orales que daban los juristas a los consultantes o a sus discípulos y que estos
ú ltimos redactaban.
• Respuestas por carta o escrito a particulares, o a magistrados y jueces.
• Quaestiones o casos hipotéticos planteados con fines didácticos o científicos
• Disputas o controversias sobre decisiones jurídicas que se tenían en los tribunales o
auditorio del jurista
• Libros de reglas o enunciaciones de principios, a los que se llega en el análisis del caso.
Las reglas resultan de un proceso de simplificació n de las circunstancias del caso
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— OBRAS SISTEMÁTICAS: en ellas se sigue un cierto orden o sistema al exponer los casos
y decisiones:
• Digestos: la redacció n se hace siguiendo un orden que se convierte en tradicional a partir
de Celso y de Juliano. La primera parte contiene materias de derecho civil, ordenadas
siguiendo el sistema del edicto; la segunda trata de materias relacionadas con leyes,
senadoconsultos y constituciones imperiales, en las que se sigue un determinado orden.
Los digesta eran tratados completos de derecho civil, que se referían a las instituciones
má s que a las acciones y medios judiciales; en ellos el autor complementaba sus
respuestas con las de otros juristas o con reflexiones má s extensas.
• Monografías: son obras que contienen tratados sobre instituciones especiales
(usucapió n, estipulació n, esponsales, matrimonio, dote, donaciones, peculio, testamento...,
etc.), o sobre determinadas leyes, senadoconsultos o constituciones. Muchas de estas
obras son ediciones separadas de obras jurisprudenciales, elaboradas en época
postclá sica.
— COMENTARIOS: son las obras má s extensas de la literatura jurisprudencial. Podemos
clasificarlos en los siguientes grupos:
• Comentarios al derecho civil, especialmente a los de Q. Mucio Escévola y Sabino.
• Notas y comentarios a las obras de otros juristas.
• Comentarios al edicto del pretor (libri ad edictum) y al edicto de los ediles curules
• Comentarios a leyes y senadoconsultos.
• Comentarios al edicto del gobernador de la provincia.
— OBRAS INSTITUCIONALES Y DIDÁCTICAS: entre ellas destacan las famosas
Instituciones de Gayo, con su sistema innovador de dividir la materia civilística en
personas, cosas y acciones.
— LIBROS DE DEFINICIONES, diferencias, sentencias y opiniones: son obras que se
destinan a la enseñ anza o a la prá ctica del derecho, porque reú nen máximas o principios
derivados de las decisiones jurisprudenciales que facilitaban su cita (recitatio) ante los
tribunales. No siempre son auténticas estas obras, ya que en la época postclá sica existía
gran demanda de ellas y se elaboraban sirviéndose de escritos o fragmentos de los juristas
clá sicos (En la época post clá sica estos textos se elaboraron copiando textos clá sicos)
El sistema u ordenació n de estas obras sigue esquemas simples, como el edictal, que
facilitaba la decisió n sobre las distintas acciones a ejercitar, o los sencillos sistemas de Q.
Mucio y de Sabino. Se ha criticado a los juristas romanos por su falta de capacidad para la
sistemá tica y la dogmá tica jurídica.
Sin embargo, la jurisprudencia romana tenía una técnica peculiar y se valía de unos
procedimientos propios, en la formació n y desarrollo del derecho. No puede afirmarse que
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exista una dogmá tica jurídica en la jurisprudencia romana, ya que ésta nunca elaboró una
ciencia ni una doctrina del derecho que no fuera encaminada directamente a la prá ctica. La
sistematizació n que supone la formació n de categorías, atendiendo a los elementos
comunes que presentan las instituciones, era utilizada por los juristas en la medida en que
servía para encuadrar los problemas concretos y distinguir las reglas y principios,
agrupá ndolos en categorías precisas y homogéneas
2. La técnica de elaboración casuística
El jurisconsulto romano utiliza mú ltiples medios y recursos de técnica jurídica en la
elaboració n casuística, en la inducció n de principios y reglas, y en la adaptació n y creació n
de nuevas instituciones. Para su estudio, es necesario partir del caso concreto, analizando
los elementos o circunstancias que fundamentan las decisiones. De los casos o supuestos
deben distinguirse los casos-guías o «modelos», que ofrecen la base de comparació n para
la solució n de otros aná logos o contrarios. En la exposició n de todos ellos se sigue un
cierto orden o sistema interno, con el objetivo de decidir sobre las acciones y medios
procesales, y centrado en el edicto del pretor. En las decisiones jurisprudenciales,
aparecen íntimamente ligados y fundidos los aspectos procesales o formales, y los
sustanciales o materiales del derecho, que los juristas modernos distinguen.
También se observa que, por encima de las decisiones particulares y de la construcció n de
principios y reglas, está n las antiguas instituciones del ius civile y los principios morales
que inspiran el ordenamiento jurídico (bona fides, aequitas, officium, utilitas).
a) Caso
Supuesto de hecho que el jurista analiza en cada uno de sus pormenores y elementos para
decidir aplicando criterios de justicia y utilidad inmediata. La forma má s usada por los
juristas en la presentació n del caso era: quaesitum est (se cuestiona o se plantea la
cuestió n) donde se exponían los hechos y las dudas que suscitaban. Después la respuesta
del jurista se iniciaba con respondi (respondí). Otra forma frecuente era: quid iuris sit (cuá l
es el derecho aplicable o cuál es la solució n jurídica) seguido de respondi (respondí).
b) Caso-guía
Se trata de determinados casos o supuestos de hecho que, por su extenso á mbito de
aplicació n o por la especial elaboració n técnico-jurídica de que han sido objeto en una o
varias decisiones, se considera como patró n o modelo para la solució n de casos parecidos.
En este ámbito, la jurisprudencia opera principalmente con la técnica de las conexiones, en
la que interviene sobre todo la analogía
c) Reglas y axiomas jurídicos
En ellos comprendemos, no só lo las regulae en sentido técnico, sino también los juicios y
decisiones que los juristas formulan, abstrayéndolos del caso-guía o conjunto de casos en
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B) Jurisprudencia del Principado, referidos a los juristas de la llamada etapa central o alta,
desde Labeó n hasta Salvio Juliano (estratos sabiniano, labenoniano- celsiano y
escevoliano).
C) Juristas de la ú ltima etapa clá sica (estratos papinianeo, ulpianeo y pauliano).
D) Reelaboradores postclá sicos y compiladores justinianos.
4. Las motivaciones y fundamentos de las decisiones jurisprudenciales
En el estudio de las respuestas y elaboraciones casuísticas de los juristas, se encuentran
los motivos y fundamentos que ellos mismos dan de sus decisiones. Ello permite llegar a
conclusiones que sitú an la labor jurisprudencial en una funció n central, respecto a las dos
teorías extremas de considerar a los juristas como dueñ os de una ló gica férrea, semejante
a los matemá ticos, o imputarles un estilo autoritario que los liberaba de fundar sus
decisiones.
Las principales motivaciones que los juristas toman como fundamento de sus decisiones
ló gicas o probabilísticas 29 son las siguientes:
— Argumentaciones de carácter ló gico o gramatical. Los juristas muestran en sus
razonamientos que han tenido una formació n ló gica y es probable que utilizasen
especialmente la proposicional de la filosofía estoica.
— Motivaciones basadas en argumentos ya utilizados por otros juristas y comú nmente
admitidas (ius receptum).
— Fundamentos en reglas jurídicas, entendidas en sentido amplio como formulació n de
los principios aplicados en los casos.
— Motivaciones basadas en opiniones discutidas de otros juristas que dan lugar a
controversias o disputas.
— Interpretaciones de términos del lenguaje comú n o de la voluntad de la persona que
realiza el acto jurídico.
— Motivaciones basadas en la analogía o en argumentos ló gicos, como la reducció n al
absurdo, el argumento contrario, las extensiones y las equiparaciones, etc.
— Motivaciones basadas en los principios inspiradores del orden jurídico, como la iustitia,
la aequitas y la bona fides. Como consecuencia del apego de los juristas a la casuística, no
se han encontrado motivaciones basadas en la aplicació n o deducció n de conceptos en las
instituciones jurídicas
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OCTAVA UNIDAD
El ejercicio de las acciones se halla sujeto normas de derecho. El conjunto de esas normas
constituye el procedimiento civil. Del ejercicio de las acciones o procedimientos resulta la
acció n civil.
1. ORGANIZACIÓN JUDICIAL
Desde los primeros tiempos del derecho romano hasta la época de DIOCLECIANO, la
organizació n judicial romana se caracterizó por la intervenció n de dos clases de
funcionarios en los procesos judiciales: los magistrados y los jueces;
consiguientemente, el proceso civil e dividía en dos etapas:
2. LOS MAGISTRADOS
Bajo Diocleciano se dividió el Imperio en cuatro prefecturas, cada una de las cuales era
gobernada por un funcionario llamado prefecto del pretorio, el cual ejercía igualmente
la magistratura. Cada una de estas prefecturas se subdividía en provincias que eran
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3. LOS JUECES
Entre los jueces los que eran escogidos para cada proceso. Y los que funcionan
permanentemente formados en corporaciones; así tenemos:
Judex.- era el que tenía que fallar en estricto derecho, sin que le fuese permitido
conciliar las pretensiones de las partes.
Cuando el juez debía escogerse para cada proceso era seleccionado de una lista
numerosa formada por el magistrado y que se exhibía en el Foro. Dicha lista se llamaba
album judio. Había ademá s jueces permanentes que funcionaban en corporaciones o
tribunales, llamados:
Este sistema fue instituido por le Ley de las Doce Tablas y rigió hasta la época de
Augusto. Se caracterizó por su extremado formalismo y por la ausencia de
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representació n judicial de una persona por otra, la marcha del proceso tenía lugar
así: el demandante tomaba la iniciativa citando al demandado a comparecer ante el
magistrado. Esta citació n era un acto privado del demandante, es decir, sin
intervenció n de la autoridad, y se denominaba in jus vocatio. Presentes las partes
ante el magistrado, debían cumplirse ante él todas las formulas y ritualidades
propias de cada acció n, que generalmente eran orales, sin que pudieran cambiarse
un vocablo por otro. Era el régimen de los términos sacramentales. Cumplida la
plenitud de aquellas ritualidades, dentro de las cuales el magistrado se informaba
plenamente del objeto y de todos los elementos de la, las partes ponían testigos de
lo actuado y se producía lo que se llamó la litis contestatio, expresió n derivada de
litis cum testatio, que significa litis con testimonio.
e) Manus iniectio.- era una acció n ejecutiva dirigida no solo contra los bienes sino
contra la persona misma del deudor, a quien el acreedor podía aprisionar o
encadenar reduciéndolo así a una especie de semi esclavitud de hecho
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Las tres primeras se aplicaban para los casos de controversia, esto es, en que se
discutiera la existencia de un derecho. Las dos ú ltimas eran procedimientos de
ejecució n, que son los que se dirigen a hacer cumplir coercitivamente una
obligació n cuya existencia no se discute.
El sistema de las legis acciones fue debilitá ndose lentamente hasta llegar a su
completa abolició n por medio de las leyes llamadas iuliae iudiciarae bajo el
imperio de Augusto, en que se estableció el sistema formulario que sustituyó
completamente al de las legis acciones
Bajo este sistema tuvo lugar la institució n del apoderado o procurador por medio
del cual podían actuar las partes en el proceso.
c) Vías de Ejecució n.- las vías de ejecució n de la sentencia firme, bajo el sistema
formulario, fueron:
NOVENA UNIDAD
LAS COSAS Y LOS DERECHOS REALES
La palabra res (cosa) tenía en el derecho romano su significado má s amplio. Con ella
designaba a todo lo que pudiera ser objeto de derechos. Pero había cosas que no podían
ser objeto de derecho privado; que no podían pertenecer al patrimonio particular de los
hombres. De ahí la primitiva divisió n de: cosas en al patrimonio y cosas fuera del
patrimonio de que se da cuenta en las Instituciones de Justiniano.
Sin embargo para efectos didá cticos preferimos la clasificació n dada por los textos
romanos de la época clá sica:
Que se regían por el derecho divino; las mismas que se subdividían en:
a) Res sacrae (cosa sagrada).- eran las consagradas al culto. Así para los
paganos eran los terrenos, edificios y objetos consagrados a los dioses por una ley
o por un senadoconsulto o constitució n imperial; y para los cristianos, las iglesias y
objetos consagrados al culto por los obispos.
b) Res sanctae.- eran las cosas que estaban protegidas contra los atentados de
los hombres, asimilá ndolas para ese efecto a las cosas divini iuris. Tales eran los
muros y las puertas de las ciudades, cuya violació n se castigaba con las penas má s
severas.
a) Res comunes.- eran las cosas cuya propiedad no pertenecía a nadie y su uso era
comú n a toda la humanidad, era por tanto, insusceptibles de apropiació n
individual: tales eran el aire y el mar.
b) Res publicae.- eran también las cosas cuyo uso era comú n a todos, pero limitado al
pueblo romano, con exclusió n de los otros pueblos, tales eran las vías pretorianas o
consulares, los puertos, las corrientes de agua que nunca llegaban a secarse
(flumina perennia).
c) Res universitais.- eran las pertenecientes a ciertas personas morales, como las
ciudades y las corporaciones, que por su destino pú blico no eran objeto de
propiedad particular o individual. Tales eran los teatros, las plazas, los bañ os
pú blicos.
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a) Res mancipi y resc nec mancipi.- esta fue una clasificació n propia y
exclusiva del derecho romano. Res mancipi eran las cosas cuya propiedad podía
ser adquirida ú nicamente por la mancipatio y, en general, por lo medio propios
del derecho civil. Tales eran los fundos rurales itá licos, las servidumbres rurales,
los esclavos, las bestias de carga y tiro, etc.
La resc nec mancipi era todas las demá s cosas. Su adquisició n podía efectuarse
por simple tradició n y, en general por los medios de adquirir segú n el ius
gentium.
b) Cosas corporales y cosas incorporales.- son corporales todas las cosas del
mundo exterior que caen bajo los sentidos, tiene una composició n material y
pueden ser objeto de derechos (Son corporales los que se pueden palpar); son
incorporales los derechos que sobre tales cosas se tienen: como lo son aquellas
que consisten en un derecho, como la herencia, el usufructo.
c) Res mó viles y res inmó viles.- Esta clasificació n tradicional de las cosas no
aparece consagrada en los textos del derecho romano, pero muchas instituciones
jurídicas se refieren de manera diferente a unas o a otras.
Cosas muebles son las que se pueden mover materialmente, ya por si mismas
como los seres animados, ya por la mano del hombre. Inmuebles son los fundos,
los edificios y en general las que por su naturaleza u otra causa no pueden ser
transportadas de un lugar a otro.
4. Cosas Incorporales.-
a) Derechos Reales o Ius In re. Son los que se tienen sobre las cosas de manera
directa, sin respecto a determinada persona. Los derechos reales, segú n el derecho
romana se dividían en:
5. LA PROPIEDAD:
Es el má ximo derecho que puede tenerse sobre una cosa. Segú n los romanos, se
compone de tres atributos:
Si una persona reunía en si los tres atributos de la propiedad sobre una cosa
determinada, se decía tener la propiedad plena, pues en ciertos casos la propiedad se
hallaba desmembrada en sus elementos, como sucedía en el usufructus, en que una
persona tenía el usus y el fructus, y otra distinta el abusus.
In iure cessio.- era un medio solemne y simbó lico- las dos partes
enajenante y adquiriente, comparecían ante el magistrado
figurando un juicio de reivindicació n de la cosa cuyo dominio
pretendía adquirirse. Si la cosa era mueble, debía ser llevada
ante el magistrado. Si era inmueble, parece haberse admitido el
llevarse un fragmento de ella. El adquiriente, tocando la cosa,
afirmaba, que la cosa era suya, segú n el derecho civil. El
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6. LA POSESION.-
Segú n expresan los textos es la tenencia de una cosa con á nimo de señ or o dueñ o. Pero
si bien es lo comú n y ordinario que quien ejerce la posesió n es dueñ o de la cosa,
sucede muchas veces que el poseedor no detente la propiedad. Consecuentemente
puede existir un propietario quien no sea poseedor.
Por lo que; la posesió n se perdía con la falta de alguno de sus dos elementos o de uno
de ellos.
a) Con violencia: cuando se había ejercido este contra las personas o las
cosas para hacerse a la posesió n.
6.1.2 Possessio bonae fidei y malae fidei.- posesión de buena fe era la que se
adquiría con la convicción de no violarse en ella derecho ajeno, esto es, en la
creencia de ser legítima.
Los derechos reales sobre la cosa ajena, que implican que una persona tenga un
derecho real sobre una cosa que pertenece a otro, se clasifican:
- Mancipatio
- In iure cessio
- Por reserva, cuando se vendían un inmueble y el vendedor se
reservaba una servidumbre sobre él, a favor de otro inmueble que
le pertenecía.
- Por legado
- Por adiudicatio
- Por usucapio
- Por convenio entre los interesados
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C. Servidumbres personales:
Estas son:
7.1.2 La enfiteusis
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7.1.3 La superficie
Nota: Este derecho real se extingue por la pérdida de la cosa o bien por
haber llegado a su vencimiento del término fijado.
Esta institució n era a todas luces perjudicial para el deudor puesto que se
veía disminuido en sus facultades de disponibilidad de un bien de su
patrimonio , por lo que poco a poco cayó en desuso y dio lugar a todos los
derechos reales que nos ocupan .
- Por contrato
- Por testamento
- Por decisió n judicial
- Por la ley en forma directa, como es el caso de la hipoteca que el
pupilo tiene sobre los bienes del tutor, o la mujer sobre los bienes
del marido para garantizar la devolució n de la dote.
DECIMA UNIDAD
NEGOCIO JURIDICOS
1. HECHO JURÍDICO:
El derecho regula todos los actos de nuestra existencia y cualquier acto, acció n,
omisió n, o suceso puede engendrar una modificació n en todo un conjunto de
relaciones y aportes jurídicos.
Los hechos jurídicos pueden ser consecuencia de la actividad del hombre o producirse
por motivo independiente y ajeno a su voluntad. Así, por ejemplo, el nacimiento de la
persona o el matrimonio, producen consecuencias jurídicas por el motivo de
adquirirse algunos derechos. Una enfermedad, y sobre todo una enfermedad mental,
puede dar lugar a un hecho jurídico porque puede determinar una interdicció n; un
terremoto, un incendio que destruye un edificio, hace perder un derecho de propiedad,
o de usufructo; cuando damos una limosna a un pobre, hacemos un acto de donació n;
sí dejamos voluntariamente el perió dico en el tren, hacemos un acto de renuncia de
propiedad. El mismo transcurso del tiempo puede constituir un hecho jurídico
importante porque de él dependen la adquisició n o la pérdida de un derecho.
Los negocios jurídicos son también hechos jurídicos, pero en ellos intervienen la
voluntad individual del individuo, y es necesaria la manifestació n de la voluntad
dirigida a una finalidad practica protegida por el ordenamiento jurídico, también
negocio jurídico es una manifestació n de voluntad del partícula idó nea a crear,
extinguir o modificar reacciones jurídicas.
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Los elementos esenciales del negocio jurídico son el sujeto, objeto, voluntad y la forma;
y son considerados esenciales porque si uno de ellos faltara el negocio jurídico no es
vá lido:
b) Objeto.- es la RES, cosa, propiedad, etc. El objeto debía ser determinado o por los
menos determinable, sino el acto carecía de valor, tenían que tratarse de cosa de
comercio y disponible, no pudiendo ser una cosa o propiedad sagrada o de
pertenencia del culto.
c) Voluntad.-
- Mortis causa.- son los negocios cuya finalidad es regular la suerte del
patrimonio al momento de la muerte (testamento, legado).
3. Manifestación de la Voluntad
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No puede existir un negocio jurídico sin una vá lida manifestació n de la voluntad del
sujeto. Cuando se trata de negocios bilaterales o plurilaterales en que tienen que
coincidir varias voluntades, se habla de consentimiento “consensu”.
La voluntad falta o difiere también en el caso de simulació n, que puede ser absoluta o
relativa. La simulació n es absoluta cuando se aparenta hacer un contrato, mientras en
la realidad no se desea hacerlo. Es el caso del deudor, que para substraer sus bienes a
un embargo, simula una venta a un amigo, pero en realidad no quiere vender en tal
caso es nula por falta de voluntad.
4. VICIOS DE LA VOLUNTAD:
a) Error.- el derecho romano no formuló una doctrina general acerca del error, sino
trató los casos independientes, teniendo en cuenta sus caracteres. Los
jurisconsultos establecieron cuatro clases de errores:
a) Condición (conditio).- era una declaració n por la cual se hacía depender o derivar
los efectos de un negocio jurídico, del advenimiento de un hecho futuro o incierto.
Así por ejemplo: si llega el cargamento de trigo de Á frica te compro la casa por
1000 ases. La condició n para ser vá lida tenía que ser lícita, realizable y no reñ ida
con las buenas costumbres. Las condiciones se subdividían en:
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c) Casual.- la condició n dependía del azar o de la voluntad de la parte que recibía una
ventaja o beneficio.
e) Término (dies).- era otra de las modificaciones que hacían las partes
voluntariamente, del contenido de un negocio jurídico. Consistía en la señ alizació n
de una fecha determinada a partir de la cual debía iniciar o cesar los efectos de un
negocio. Por ejemplo: el día 06 de julio del presente añ o me comprometo a pagarte
los 10 ases que me prestaste. El término se diferencia de la condició n, en cuanto
indica igualmente un tiempo, pero un tiempo cierto y determinado.
f) Modo (modus).- era una clá usula propia de los actos de liberalidad. Consistía en
una carga impuesta a la persona beneficiada, así por ejemplo: Marcus dona una
suma de dinero Titus para que con una parte de ella construya una escuela. El que
aceptaba el beneficio estaba obligado a cumplir, con tal que no se tratara de algo
imposible o amoral y para asegurar su cumplimiento se le exigía una caució n.
Posteriormente el derecho Justiniano elevo el Modus a obligació n jurídica,
identificá ndola con las donaciones especiales.
El acto jurídico es invá lido cuando está viciado en un elemento esencial (sujeto, objeto,
voluntad o forma) o cuando es contrario a la moral o cuando la Ley no reconoce efecto
alguno. La invalidez puede ser de dos tipos:
6.1 Actos nulos.- es nulo el negocio jurídico que carece de un elemento esencial o
que adolece de un vicio tal que lo priva de sus efectos cuando es contrario a ley.
En tal caso la nulidad subsiste. “ipso iure” como si el negocio no hubiera sido
estipulado y por tanto no se requiere acció n alguna para declarar su nulidad. Así
por ejemplo, es nulo el contrato con un menor de edad porque adolece de la
capacidad de contratar.
6.2 Actos anulables.- un acto o un negocio jurídico es anulable cuando a pesar de que
tiene todos los elementos esenciales, alguno de estos es defectuoso. La invalidez
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c) Por ratificació n tácita, que consiste en una actitud pasiva que se interpreta
como reconocimiento de la eficacia de un negocio.