Estas son las principales características de la flor de pensamiento o también llamados pensamientos: Es una planta bianual, el primer año solo produce hojas y el segundo da flor. Bajo cuidados muy óptimos, puede llegar a volverse perenne. Es comestible. Florece en otoño y en climas cálidos su floración puede extenderse hasta primavera. Funciona muy bien como cobertura natural. Se empezó a cruzar en los años 1820-1830. Flor pensamiento: cuidados A modo de resumen, estos son los cuidados básicos de los pensamientos o flor de pensamiento: Luz: necesita de una buena iluminación natural, pudiendo llegar a tolerar la semisombra. Suelo: precisa suelos con una gran cantidad de nutrientes y materia orgánica. Riego: cada 3 días en el periodo de floración. Clima: aguanta la mayoría de climas no extremos. Si quieres acompañarlas con otras plantas que tengan flores y aguanten las mismas condiciones, algunas de estas 15 plantas de otoño para el jardín que verás en este artículo te pueden gustar. Luz, ubicación y clima Las flores de pensamientos fueron cruzadas inicialmente en Europa del norte, por lo que aguantan un rango muy amplio de temperaturas, desde las bastante cálidas a las heladas no demasiado intensas. Sí es importante ubicarla en una zona muy luminosa, donde reciba una buena cantidad de luz solar. Si el clima es muy cálido o con un sol muy intenso, es recomendable ubicarlas en semisombra, o en algún punto en que estén resguardadas de las horas de influjo más fuerte. Es una planta que habitualmente se ubica en exterior, especialmente por su capacidad de aguantar el frío y de inhibir el crecimiento de malas hierbas, lo que la hace muy recomendable para cubrir espacios del jardín. Riego de la flor pensamiento Lo más importante con esta planta es mantener la tierra siempre relativamente húmeda, pero nunca encharcada. Un riego excesivo o una tierra con un drenaje insuficiente podrían provocar exceso de humedad en sus raíces, y que la planta enferme o se debilite. En época de floración será necesario un riego más frecuente, cada 2 o 3 días según las características concretas del clima y el suelo. En este otro post te explicamos con detalle Cuándo regar las plantas para que puedas saber cuándo les hace falta agua y cuándo no.