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Magali Martija-Ochoa El gran libro de las RQUIDEAS Especies y variedades, cultivo y multiplicacion, prevencion y tratamiento de las enfermedades... De Vecchi Qa EL GRAN LIBRO DE LAS ORQUIDEAS A pesar de haber puesto el méximo cuidado en laredaccién de esta obra, el autor oel editor no pueden en modo alguno res ponsabilizarse por ls informaciones (f6rmulas, recetss, técnica, et.) veridas en el texto, Se aconseja, en el easo de probe. nas expecificos a menudo tinicos— de cada lector en particular, que se consult con una persona eualificada para obtener |as informaciones mis completas, mas exactas y lo més actualizadas posible. EDITORIAL DE VECCHL S. A. U. Diseno grifico de la cubierta: © YES, Fotografias de la cubierta: © Mike Hill/Getty lnages. © Editorial De Vecchi, S. A. U. 2007 Balmes, 114 - 08008 Barcelona Depésito Legal: B. 27.793-2007 ISBN: 978-84-315-2968-0 Editorial De Vecchi, S. A. de C. V. Nogal, 16 Col. Sta. Maria Ribera 06400 Delegacién Cuauhtémoc México Reservados todos los derechos. Ni la totalidad ni parte de este libro puede reproducirse o trusmitirse por ningtin proced miento electrénico 0 mecénico, incluyend fotocopia, grabacidn magnética 0 cualquier almacenamiento de infortnactony sis tema de recupetaci6n, sin permiso escrito de EDITORIAL DE VECCHL INDICE CRGUCNGO Bete eee ae eae Pe oa PEQUENA Y GRAN HISTORIA DE LAS ORQUIDEAS . La herencia del pasado: las virtudes de este curioso tubérculo El salep, la nueva panacea . La epopeya de los naturalistas viajeros: descubriendo a las «hijas del aire» Cazadores de orquideas ..... . . Orquideas venenosas... la flor de la neurosis de «fin de siglo» ‘La BOTANICA DE LA ORQUIDEA. , La clasificacién originaria de la flor. . El insecto, la orquidea y el hongo: una historia... de amor . La orquidea, una planta en todo el mundo . EL CULTIVO DE LA ORQUIDEA. . . . . ; Composiciones florales de Ryu Kubota . La correcta adquisicion de una orquidea . . . Una orquidea en casa: un suefo al alcance de todo el mundo. . EL CUIDADO DE LA ORQUIDEA Pardsitos. . Enfermedades criptgamas |__|. . Enfermedades bacterianas y virales. . FICHAS DE LAS VARIEDADES. LA HERBORIZACION EN EL SIGLO XXI, EN BUSCA DE LAS ORQUIDEAS SILVESTRES . . . ANEXOS LA PROTECCION DE LAS ORQUIDEAS . Lista de orquideas terrestres amenazas en Europa . . . DIRECCIONES UTILES Asociaciones Enlaces en Internet . (GECSARIO pune negate ayes ras BIBLIOGRAFIA.......--... INDICE DE ESPECIES . 175 181 181 183 183 183 185 187 189 PROLOGO Cuando, al caer la tarde en el mes de junio, la mirada de mi abuela se iluminaba con un brillo especial al contemplar la llanura, yo entendia que habia llegado el momento. Ella empufiaba el bastén con decidido semblante y, ascendiendo con menor dificultad de lo habitual la cuesta del Pico, reiteraba al que queria escucharla que quizas ese afio se veria alguna abejera (Ophrys apifera). ‘Tampoco existia mejor momento para ella, cuando, encorvada sobre el erial del campo de cultivo, apenas a algunos metros de los ultimos trigales, descubria a pocos centimetros del suelo una orquidea silvestre... Pensativa, contemplaba la flor con emocién: «Mira lo misteriosa que es la naturaleza...». Entonces, teniamos que descender deprisa y regresar con la camara de fotos para inmortalizar el milagro de la naturaleza. ‘Algunos veranos, la maleza permanecfa desesperadamente despoblada de esta flor tan incierta... Entonces regresabamos pensado ya en junio del afto si- guiente. Cuando sus ojos perdieron la nitidez de las cosas, me converti en testi- go ocular de la llegada de las orquideas: mi abuela me esperaba en la entrada del campo y yo me sumergia en el erial lleno de maleza para ver si ese afio una or- quidea silvestre o dos nos honraban con su presencia, Ese campo, que solamente le interesaba a ella, se convirtié por su propio de- cteto en una «reserva de orquideas silvestres» y tuve que prometerle a mi abue- la que, tras su muerte, preservaria esa herencia vegetal Esta frescura espiritual me convencié de la sabiduria de la que hacia gala y, unos afios mas tarde, por la casualidad del destino o del lugar de veraneo, me sorprendié el extrafio placer, aunque compartido, no obstante, con muchos afi- cionados, de la espera de ver florecer las orquideas silvestres. Desde aqui se lo agradezco. I PEQUENA Y GRAN HISTORIA DE LAS ORQUIDEAS Hojas lanceoladas, fruto encapsulado, tun capullo y la flor. Una flor? No, una maravilla Una maravilla dorada, sedosa, y que embriaga hasta dejarnos sin respiracion. Enel ciliz amarillo de oro, tuna estrella prestigiosa de seis pétalos ondulados; el corazén engalanado con suave pelusa, cuyas cabezas brillan como rayos de sol. Emst Lahndorff, Cazador de orguideas, Editorial Hosbeke, 1995 La familia de las orquideas comprende mas de 30.000 especies, 800 géneros te- rrestres 0 epifitos, miles de hibridos, una variedad casi infinita de colores, perfu- mes que «cortan el alientow, formas eter- namente elaboradas y misteriosas... . Claudio Galeno, médico inventor de la conocida medicina galénica, insisti en su famosa obra El libro de los simples sobre las cualidades de esta planta, debi- das, sobre todo, a los indices de hume- dad que tienen los bulbos: «Su rafz bul- bosa y doble tiene una virtud himeda y caliente, y es dulce al paladar. La raiz ma- yor posee, por tanto, una gran humedad excrementosa y ventosa: tomada en bre- baje, incita a la lujuria. La menor tiene una humedad més digesta por la fuerza y operacién de la naturaleza; como su tem- peratura es mas alta y seca, esta raiz no incita a la lujuria, sino que la impide y la amortiza». Un perfume embriagador... El camino labrado asi por nuestros ante- pasados determinara literalmente las vir- tudes de la orquidea en sus bulbos: esta herencia servira de base —equivocada- mente— en todas las investigaciones lle- vadas a cabo para entender esta flor tan enigmatica. Los primeros viajeros descubrieron que, al otro lado del Mediterraneo, en Tinez, por ejemplo, las orquideas, agru- padas bajo el nombre genérico de El mita-El baya («la muerta y la viva»), alu- sién directa a la presencia de los dos tu- bérculos, son también explotados para la preparacion de recetas de brujerfa que favorecen, entre otras cosas, el poder de la reproduccién. P Besnehard’ explica que «se desig- nan con este nombre todas las especies locales. (...) Parece ser que la Himanto- glossum bircinum es, con diferencia, la mas apreciada por su almizclado perfu- me y sus tubérculos particularmente vo- luminosos». Esta es, pues, una receta que se repro- duce en los siguientes términos: «Consiga la planta El mita-El haya; tie- ne dos huevos en forma de testiculos: uno. grande, el otro arrugado y seco. Si le da de comer a un hombre el bulbo seco (E/ mita) sin que se dé cuenta y esconde el otro, este hombre no podrd volver a tener relaciones sexuales con su mujer hasta que no le dé el bulbo que ha escondido». En el centro de las creencias popula- res, la orquidea se revela emisaria de Dios o del diablo. Dactyloriza recibe asi el nombre de Pal- ‘ma christi por alusién a las manos cortadas de Cristo; se le atribuyen virtudes protecto- ras y se usa como amuleto de la buena suerte. No eta raro que el tubérculo se lle- vara colgado como un talisman o que se conservara en un frasco. 4. P Besnehard, El hombre y la orquidea: bistoria de una mirada, tesis inédita, 1990. 13 Cuenta una antigua leyenda cémo un fraile le corté la mano a una estatua mila- rosa para llevarsela a sus hermanos de convento. En el camino de regreso, el fraile no escapé a la sentencia divina; imploré el perdén de Dios, pero tuvo el tiempo jus- to para esconder la mano debajo de la tierra de los helechos. En el mes de junio siguiente, florecid en ese mismo lugar una orquidea cuya raiz tenia la forma de una mano de nifo. Asi nacié la Nigri- @perfumada Maléfica... Ia orquidea se utilizaba para untar el fondo de las calderas y ha- cer que se agotara la leche. PEQUENA Y GRAN HISTORIA DE LAS ORQUIDE Enigmatica... al parecer fue la flor del cosmosandalon...° ‘Magica, podia ayudar a que naciera el amor en la joven deseada por un hom- bre, si escondia sin ella saberlo la mitad del bulbo del Orchis y guardaba la otra mitad para si. Cultural, en Sudamérica, se utiliza en todas las ceremonias que armonizan la vida religiosa de los seres humanos (bau- tizo, boda y muerte), y tiene nombres que marcan la presencia de la religién ca- t6lica: flor de Jest, flor del Espiritu San- to, flor de los muertos. En Africa, en la cultura zuli, las raices de la Ansellia gigantea constituyen un contraceptivo para la mujer no casada y, en cambio, las hojas de la Ansellia bumi- lis son llevadas en el pecho por los jéve- nes que quieren cortejar a una chica. Finalmente, en la India o en China, al igual que en gran parte del continente americano, las orquideas sirven de ingre- diente en la preparacién de medicamen- tos con virtudes vulnerarias. La enigmatica orquidea manifiesta, a través de la diversidad de nombres que se le atribuyen, la estrecha relacién que esta planta mantiene con el mundo de los dioses, funcién de intercesor o tes- timonio del paso de los dioses por la Tierra. Su utilizacién esta mds cerca de la ma- gia y la brujeria, aunque la medicina le haya atribuido durante varios siglos ca- pacidades de tratamiento médico y de panacea.° Esta capacidad es la misma que se ha otorgado al almizcle, la miel, el ambar atis, el lagarto, la cantaridina, los testicu- los de gallo, el cerebro de gorrién, el vi- telo de ciervo o de toro y otra mandrago- ra en los registros de los brujos. 5. El enigma del cosmrosandalon: en tiempos de la Grecia antigua, esta planta estaba dedicada al culto a Deméter, diosa de la fecundidad. Los cientificos han. uerido ver, desde siempre, una orquidea en esta flor enigmiética. 6, Panacea, remedio universal EI salep, la nueva panacea ‘Aunque los que han hablado del salep estan divididos sobre el tipo al que pertenece esta fécula, todos estan perfectamente de acuerdo sobre sus virtudes terapéuticas y dictéticas El padre Serici dice que el rico indio y el moro utilizan el salep también con eficacia y con el mismo objeto que el chino utiliza el ginseng; Ja masa que se forma con su polvo tiene una virtud eficaz para reponer las fuerzas perdidas debido a una larga enfermedad o Ia edad; esta raiz es muy estomacal, nutritiva; purifica la sangre sin calentarla demasiado; la utilizan mucho los turcos para reponer las fuerzas agotadas. Jounal de médecine, «Leute sut le salep», 1759 En el siglo xviii, la medicina se interesa por todas las plantas que pueden servir en una farmacopea «tazonable»: café, té, tabaco, ginseng, y durante la primera mi- tad del siglo xvi, también por el salep, o salop, o salab de Persia, una «droga» muy en boga, vendida sdlo en Paris, en la ca- lle de la Harpe por el Sr. Andry, tendero- droguero...; pasar atin un tiempo para que se identifique el origen de esta «goma de salem», que se parece, antes de limpiarla, a un higo seco. El salep es, de hecho, la harina que se obtiene des- pués de desecar los bulbos de las orqui- deas. Tarquia era, y sigue siendo, el pri mer productor de salep. Este ingrediente se consideraba a la vez un medicamento (mezclado con otros ingredientes como la miel, el jengi- bre o el ginseng, el salep tenia entonces muchas virtudes terapéuticas: por ejem- plo para luchar contra la epilepsia, la di- senteria, los cdlicos, la diartea, el célera, etc.) y un producto que podia resolver los problemas de hambruna. Pero las or- quideas escapan a todo intento de culti- vo intensivo. Charles de Lécluse lo inten- tara en el mismo momento en que se introdujo la patata. iEn vano! ‘Transportada de Perti por los ingleses, y calificada de «salep de los pobres» por Littré, no fue hasta el siglo xvim cuando aa IS PEQUENA Y GRAN HISTORIA DE LAS ORQUIDEA: W Parmentier redescubrié el tubérculo que sera la hortaliza del pobre. Sus virtudes son muy discutibles, pero el salep queda- 14 inscrito en el cédex hasta principios del siglo xx. Hoy en dia, la recogida de bulbos esta absolutamente prohibida, pero esta prohibicién no cambia la reali- dad: la venta de salep se cuenta atin hoy en dia por decenas de toneladas, y se teme seriamente que las orquideas sil vestres (especialmente en Turquia e Irn) vean, con esta practica, llegar el momen- to de su desaparicién.. La epopeya de los naturalistas viajeros: descubriendo alas «hijas del aire» La conquista del mundo esta en manos de los poderosos; como la Tierra no es esa vasta extensi6n Ilana donde un abis- mo espera al que quiere llegar a sus limi- tes, descubrir lo que se encuentra més alld de los mares conocidos es su patri- monio: ies preciso verlo y conquistarlo todo! Las orquideas, oro vegetal si acaso existe, atrae la mirada de los conquista- dores. Aunque en un principio acudian en busca de oro, los manuscritos de los in- formadores son testigos del efecto que las orquideas epifitas provocaron en esos nuevos conquistadores. Asi, cuando Cristébal Colén desem- bared en Ia isla de Guanahan{, observd «hojas de cinco o seis clases y todas dife- rentes», que eran en realidad orquideas. Siguiendo los pasos de Cortés, Francisco Hernandez, que habia sido enviado, cuando murié Carlos I de Espafia, a ca. talogar todas las riquezas naturales de esos nuevos imperios, ya describié dos vatiedades de orquideas, la Stanbopea ti- grina y la Laelia majalis; y se fijé en la uti- lizacién de una planta singular, el ¢lilxo- Dendrobium thuwaitesti ‘Vietch’ (© Overseas / Farabola- foto) chitl, una orquidea —ique no es otra que la vainilla!— utilizada en la preparacién de una bebida que sitve para poner re- medio al cansancio, las preocupaciones, combate el miedo y fortifica el alma: el chocolate... Al cabo de los afios, los ex- ploradores se animaron: el mundo ya no tenia limites y la esfericidad de la Tierra movi6 a los occidentales a conocer todos los horizontes. Se establecieron entonces las compafias y las colonias: se organiz6 el comercio, las misiones eran cada vez més frecuentes. De todos los rincones del mundo, los botdnicos aportaron her- barios, dibujos, especimenes de orqui- deas que enriquecieron las bases de lo que serian las grandes colecciones. El océano Indico, el archipiélago de las ‘Molucas, Africa, el cabo de Buena Espe- ranza, China, la India... iSi las riquezas naturales constituian la fortuna de las co- Ionias, los naturalistas no iban a la zaga habia orquideas por toda la Tierra! ‘A menudo con el encargo de sus sobe- ranos de verlo todo, describirlo todo y di- bujarlo todo, personajes como Jussieu, Condamine, Humboldt, Bonpland. compilan, exploran e incluso llegan a per- der... el juicio. Es el preludio de una fiebre que pron- to se apoderara de Europa: la orquideo- mania. Asi, en 1731 Collinson regresa de la isla de la Providencia, en el mar Caribe, con una Bletia verecunda. Es la primera orquidea exética viva que se introduce en Europa. Qué es lo que se sabia en esa época de esas flores tan diferentes? Muy poco... Linneo clasificé las orquideas tropicales bajo el género Epidendrum (que significa «plantas que viven en los Arboles») y describié en su obra Species plantarum una escasa veintena de orqui- deas «tropicales». ¢Cémo no pensar, en efecto, que se trataba de plantas parisi- tas, ya que viven en las mismas ramas de los atboles en lo més profundo de los bosques tropicales? Durante un siglo, 7 18 UNA ORQUIDEA DISTINTA A LAS OTRAS. LA VAINILLA, LA FLOR NEGRA | ixochitt Lavainilla fue descubierta en las primeras expediciones del historiador y comentarista Francisco Heinéndez a América, en el siglo xv. En México, Ia vainila se uflizaba junto con otros ingredientes, como el cacao y Ia pimienta, para preparar el chocolat! (por el que el ‘emperador azteca Moctezuma tenia verdadera pasién), Al parecer, os aztecas debian este escubrimiento a off pueblo, os totonacs, que vivian donde actucimente se extiende el estado de Veracruz. Cortés llev6 Ia vainila a Espana y a Europa; mezciada con chocolate, se convirti en el adyuvante de una bebida «reab. Se atribuyen a esta planta muchas virtudes medicinales (digestivas, affodisiacas...) y pronto llegaré a la farmacopea europea, adoptands el estatus de droga esencial, al mismo nivel que eljengibte, Ic pimienta y la canela. Verdadera panacea, entra en ja. composicin de numerosos remedios y elites. Su Groma y su perfurne embrujarén Europa. Un edicto real impone en 1692 un monopolio sobre la venta de vainilla que figuraré en el cédex hasta 1949. En 1658 Piso le dio el nombre que convertiia la planta en especie, a partir de la palabra vaina, ya que esta planta cromética tiene una cGscara o vaina. El término sera recogido por muchos, otdnicos y misioneros (padre Plumier, Piton de Tourefort y Linneo) y el género sera. definitivamente aprobado por Schwartz en 1799. Sintesis calmante del més all, el perfume de Ia vainilla ‘A partir del siglo xvt la vainilla és transportada para ser cultivada en Europa, pero la sorpresa: fue mayliscula cuando los cultivadores se dieron cuenta de que los esquejes de la vainilla json estétiles! En efecto, los europeos habian plantado esquejes de vainilla en los primeros invernaderos de Europa, y especialmente un esqueje madre en el jardin de las plantas en la i310 Borb6n, Ja actual Reunién, pero no poaian hacer que fructificase. Debemos a Edmond Albius, un joven esclavo en a plantacién, el secreto de la fecundacién manual de Ia vainilla, ya que Gnicamente Ia abeja melipona (sin aguijén), que sélo vive en América, puede fecundaria naturalmente! PEQUENA ¥ GRAN WISTORIA DE LAS onouipEas@ Las onguideastropicale fescnaron a los europeos que babian partido a la conguita de nuevos neundos. La Epidendrum fue una de las primeras orquideas que floreco on las sardines de Kew, en Inglaterra, a partir de fmales del siglo XV Oppripedium, Cattleya, Dendrobium, Van- da, etc. fueron importadas a Europa. Es- tas flores tuvieron un éxito fulminante: eran raras y, pot tanto, muy apreciadas y su cultivo era dificil. Mejor aun: eran enigmaticas. Europa no se pudo resistir a las «hijas del aire»... Decenas de miles de libras esterlinas por una tinica flor... Este era el precio de esas «hijas del aire». ‘Algunas zonas del planeta se convirtie- ron en «fabricas de orquideas», provo- cando la desaparicién definitiva de algu- nas especies. Las orquideas eran simbolo de lujo y se prendian en los vestidos de las mujeres durante los bailes y recepciones: «Vimos en un baile a una dama que habia adomado sus cabellos con un ra- millete de Phalaenopsis amabilis, y todo el mundo coincidi6 en admirar el extremo buen gusto de ese peinado. La fina cris- talizacion de las flores brillaba bajo la luz y parecia salpicada de diamantes; ilas flo- res se mantuvieron frescas durante toda laveladal»’ Cajas enteras de esas flores «poco co- munes» fueron llevadas a Europa y los horticultores s6lo pensaban en una cosa: 1. Lindenia, compilacién del siglo x1, de la tesis de ©. Besnehatd, op. ct PEQUENRA Y GRAN HISTORIA DE LAS onouinea : La Phalaenopsis: las orquideas exéticassuscitarom una verdadera pasién en la alta sociedad occidental en el siglo XIX (invern ero del Senado) en aclimatarlas. Se constrayeron grandes jaulas de cristal, los invernaderos, pero las técnicas eran todavia vacilantes. No se entendia bien el cultivo de las orqui- deas; los invernaderos estaban sobreca- lentados y eran demasiado oscuros: las orquideas se ahogaban. Sin embargo, la pasion que provoca- ban esas flores era més fuerte que todo es0, y asi comenzé entonces un verdade- 10 genocidio vegetal. Cazadores de orquideas Cortaremos, penetraremos de nuevo en el sertio en busca de esas curiosas flores que sélo se abren enlos encendidos aires vibrantes, esos seres hibridos, intermediarios entre las plantas y los animales, esas flores cuyas fantésticas formas golpean mis suefos febriles, que estrechan mi garganta con pérfidas hojas de serpiente, y envenenan con sus efluvios el aire que respiro, esas terribles flores de una tierra podtida... iA, pero qué bellas son! Me posee de nuevo el ansia de encontrar més, més horrorosas y més maravillosamente formadas, Emnst Lahndorff, Cazador de orquédeas, Editions Hoabeke, 1995 A pesar de los esfuerzos mantenidos en los viveros, el cultivo de orquideas pare- cia imposible: la multiplicacién por siem- bra era muy aleatoria y, para responder a la demanda creciente, era preciso impor- tar nuevas plantas sin cesar La casa Witch fue la primera que re- clut6 a cazadores de orquideas enviados a todos los rincones del mundo para re- coger flores, que se vendian a precio de EL CHAL DIVINO: DAUN PETOLA ‘Alser parte integrante de mitos, usos y costumbres, las orquideas llevan en sus flores mitos universales. Blume, boténico, contaré con estas palabras la leyenda de Ia orquidea Petola (nombre latino: ‘Macodes petola) de la isla de Java: «En tiempos muy remotos, apareci6 en la costa de Java una divinidad del impo indio que se ‘mostré ci los hombres vestida con un chal de un telido admirable; desconocida y persequida por los habitantes de esos parajes, la divinidad desaparecié, tefugiindose en los bosques inaccesibles de las montafias, pero al alejarse dejé ver entre las rocas su chal celeste, que se convitié en el Daun petola. »Cuando la noticia de la aparicién de esta planta milagrosa empez6 a extenderse, los habitantes de las mesetas se dirigieron en masa hacia las montafias; en presencia de tal maravilla, fueton presa de Ia codicia y algunos, con mano scerlega, intentaron llevarsela a su P's, tras haber destruido hasta la ditima planta que no habfan podido llevarse de las montafas. Este sacriegio fue castigado: en efecto, a pesar de fodos los esfuerzos por ‘conservar el precioso botin: Ia divina planta se marchité y acabé por desaparecer. Pero la proteccién de Ia divinidad hizo revivir los gérmenes que habian permanecido entre los montarieses». oro. Muchos de ellos lo pagaron con su Un afortunado amante de las plantas vida. La aventura era peligrosa, sembra- exéticas, William Cattley, recibié un dia da de trampas, y los comanditarios eran _un lote de Brasil, enviado por Swainson, muy exigentes. iNo se podia regresar a __Intrigado por las hojas secas que servian Europa sin flores! (Una orquidea podia_ _de envoltorio a los cactus, supuso que alcanzar perfectamente el valor actual eran esquejes de orquideas. .. ide 8.000 euros!) Puso la planta en una maceta y al cabo Ademés, los cazadores de orquideas _—_de algunos meses obtuvo una enorme carecian a menudo de escripulos y diez- flor de color lavanda moteada de purpu- maron bosques enteros para complacera__ra. Habja nacido la Cattleya... y desenca- los aristécratas. Con un gran espiritu denaria una pasi6n sin igual entre los competitivo, los cazadores destru‘an las aristécratas de todos los paises europeos. orquideas que no podian recoger para En 1821, el boténico Lindley deseribi6 perjudicar a sus competidores. la orquidea de W. Cattley: Cattleya labia- Empez6 entonces un verdadero geno- ta. Por otra parte, fue él también quien cidio vegetal. intenté clasificar las orquideas exética: Las flores se conservaban mal, se se describieron asi cerca de dos mil espe- transportaban por miles en pésimas con- cies en el Genera and Species of Orchida- diciones y las pérdidas eran inmensas. ceous. Su obra mas célebre sigue siendo En ese gran frenesi, se descubrieron, no _el Sertum orchidacée, ilustrado por miss obstante, mas de diez mil especies. Algu- Drake. En cuanto a la Horticultural So- nas desaparecieron definitivamente de ciety, reunié en los invernaderos mas de nuestro patrimonio vegetal. 180 especies exdticas. LA BOGA HORTICOLA Enel siglo xx. Ia horficultura estaba de moda y los viveros tenfan un gran éxito y crecian cerca de aristécratas y burgueses. Por fin, las plantas exéticas salon de los jardines exoticos jpero a qué precio! En Francia, fue Joséphine de Beauharnais quien introdujo la moda del cultivo de las orquideas. En os jardines de la Malmaison, deseaba con fervor recrear los paraisos perdidos de sus Antilas natoles. Bonpland se converfiria en uno de sus suministradores y jardineros. Le harfa llegar hasta su muerte cajas de muestras de &rboles frutales, cactus, orquideas. GRAN LIBRO DE LAS ORQUIDEAS Orguideas venenosas... la flor de la neurosis de afin de siglo» ‘Aunque las orquideas se prenden en los ojales de los trajes masculinos, en los to- cados femeninos o en la solapa, exquisi- tas, perfumadas, deliciosas, multicolores, constituyen una encarnacién febril del sexo femenino, en lo més vertiginoso y orgénico, dispensador de placeres casi maléficos. Mitad planta y mitad mujer, la orqu‘- dea se convierte en el imaginario colecti- vo ¢ incluso en el literario de finales del siglo XIX en una maravillosa «criatura» que inspira a escritores como Huysmans, Maupassant o Zola una embriaguez o una tentacién mérbida que nunca esta muy alejada del amor. «Me gustan las flores, no como flores, sino como seres materiales y deliciosos; me paso los dias y las noches en los in- vernaderos donde las escondo, al igual que a las mujeres de los harenes. »€Quién conoce, salvo yo, la dulzura, la perturbacién, el éxtasis tembloroso, carnal, ideal, sobrehumano de esa ternu- ta; y esos besos en una piel rosada, en la carne roja, en una piel blanca milagrosa- mente distinta, delicada, rara, fina, un- tuosa de esa flor admirable? »Poseo invernaderos donde sélo entro. yo y el que las cuida. »Entro alli como quien se desliza en un lugar de ocultos placeres. En la alta galeria de cristal, paso primero entre dos multitudes de corolas cerradas, entrea- biertas o abiertas que se elevan desde el suelo hasta el techo. La gran moda de las orguideas, durante la Belle Epoque, en a tas flores, pureza que las aemeja a joyas: los Bombres las ronda en ss soles las gees us ocado para dar tn toque sublime a sus peinados. Hoy en dia, (a joys extrae su inspiracion de la flor... Joya creada por Lorenzo Luciani (© IGioielli di Rossana) »Es el primer beso que me envian. »Estas mismas flores, las que engala- nan el vestibulo de mis misteriosas pasio- nes, son mis servidoras y no mis favo- titas. »Me saludan al paso con su brillo cambiante y sus frescas exhalaciones. »Son graciosas y coquetas, dispuestas en ocho filas a la derecha y en ocho filas ala izquierda, y tan apretadas que pare- cen dos jardines que llegan a mis pies. »Mi corazén late, mi mirada se ilumi- na cuando las ve, mi sangre se altera en mis venas, mi alma se exalta, y mis manos ya se estremecen con el deseo de tocar- las. Entro. Tres puertas estén cerradas al fondo de esta alta galeria. »Puedo escoger. Tengo tres harenes. »Pero entro a menudo en el de las or- quideas, mis embaucadoras preferidas. Su habitacién es baja, ahogante. »E] aire htimedo y célido me humede- ce la piel, me hacer jadear la garganta y temblar los dedos. Estas hijas curiosas llegan de paises pantanosos, ardientes y malsanos. »Atraen como como el veneno, admirablemente ra- , iritante Algur i pable y de la s! mundo, imo no sentir aqui el descoimpetuoso del bomisre por la lor frei protegida por el capallobtimedo del invernadero, que tan bien describe Maupassant? (Phalaenopsis sp. © Overseas /Farabolajoto) »Si, tienen alas, y ojos, y matices que ningin pintor podria imitar... y todos los encantos, todas las gracias, todas las for- mas con que se puede sofiar. »Los extrafios dibujos de sus peque- fos cuerpos sumergen el espiritu grisa- ceo en el paraiso de las imagenes y vo- luptuosidades ideales. »Tiemblan sobre sus tallos como si quisieran volar... éVolaran y vendrén ha- cia mi... No, es mi corazén el que vuela sobre ellas, como un ser mistico y tortu- rado de amor. i un ala de una criatura las puede rozat. »Estamos solos, ellas y yo, en la clara prision que les he construido. Las miro, las contemplo y las adoro una por una. >iSon gruesas, profundas, rosas, de un rosa que moja mis labios de deseo! »iCuanto las amo! El borde de su cé- liz esta rizado, mas palido que su gargan- ta, yla corola esta oculta en él como mis- teriosa boca, atractiva, azucarada bajo la lengua, mostrando y desenvolviendo los rganos delicados, admirables y sagrados de estas pequefias y divinas criaturas, que sienten y no hablan... >A veces he experimentado por algu- nas de ellas una pasion tan fugaz como su existencia, algunos dias, algunas no- ches. »>Cojo a la preferida, la saco de la ga- lerfa comin, la encierro en un bonito gabinete de cristal, donde susurra un hilo de agua por un lecho de césped tro- pical traido de las islas del Pacifico. »Y me quedo alli, junto a ella, ardien- te, febril, atormentado, sabiendo de su préxima muerte, contemplando cémo marchita mientras la poseo, aspiro y bebo su corta vida con una suprema ca- tricia». Maupassant, «Un caso de divorcio», en Contes et nouvelles _y LA BOTANICA DE LA ORQUI{DEA La clasificacién originaria de la flor El final del bulbo afrodisiaco Paulatinamente, el ser humano fue en- tendiendo el funcionamiento de las or- quideas. Las antiguas creencias fueron dificiles de erradicar y, hasta el final de la Edad Media, las orquideas justificaban su existencia con mucho misticismo, bru- jeria y magia: en realidad, no se produce ruptura entre la Antigitedad y la Edad Media en lo que respecta a la botdnica de la orquidea. Paracelso (1493-1541), al inventar la medicina espagitica’, utiliza atin los prin- cipios definidos en la Antigiedad: selec- ciona plantas gracias a las relaciones ana- l6gicas instauradas entre las partes del cuerpo y las del mundo vegetal. Tragus y mis tarde Kircher desarrollaron a su vez enel siglo xvut la no menos famosa teoria dela panspermia, en la que se afirma que Ja materia inerte (la tierra, por ejemplo) puede ser fecundada por la simiente ani- mal: as{ pues, las orquideas serian puros productos panspérmicos. E] botanico John Parkinson, inspirdndose en los es- tudios de ‘Tragus, confirmara la tesis por Ia que la simiente del macho cabrio (por 8. Medicina espagirica: medicina que utiliza la quin: tuesencia de las plantas, el principio activo ext por destilacién de la materia inerte. analogia con la forma de los bulbos) fe- cund6 la tierra y originé la Himantoglos- sum bircinum (Sprengel). El nacimiento de la botanica El reino vegetal, y antes de este las orqui- deas, se emancipara progresivamente de las creencias misticas y sobrenaturales gra- cias a los trabajos de algunos cientificos. Asi, Leonhart Fuchs de Tibingen, autor de una de las primeras historias na. turales (Historia stirpium, 1551), fue q zAs el primero en establecer una clasifica- cién de las plantas descubiertas por un species, es decir, un conjunto de rasgos ca- racteristicos, entre los que se describen: — Ia forma de la planta; — su habitat; — el periodo de floracién; — los diferentes nombres que la designan; — el temperamento de la planta (princi- pios galénicos del calor, frio, hume- dad y sequia); — sus propiedades. La preocupacién de esos nuevos «in- vestigadotes» es, ante todo, identificar nuevas plantas apoyando sus descripcio- nes en un tnico motivo de observacién: esta naciendo la boténica. Estos nuevos sabios también deseaban identificar las nuevas variedades de plantas: Jean Bauhin ‘Zygopetalum Artbur elle’ invemaderos del Senado) distingui6 de ese modo 40 especies de Or. chis de las que utilizamos, todavia hoy, los nombres (Orchis militaris, Dactylorbiza vi- ridis, Himantoglossum hircinum), Piton de Tournefort describié la familia de las orquideas occidentales en 6 géneros: Or- his, Helleborine, Calceolus, Limodorum, Ophrys, Nidus-Avis. Se pasa pagina sobre las creencias medievales. Las aproximacio- nes botdnicas se concentran en la repro- duccién sexual de las plantas, tema hasta cntonces apartado por los taxonomistas. Konrad Sprengel fue quien describié la es- tructura de dos orquideas europeas, una Epicpactis y una Listera, y demostré el pa- pelindispensable de los insectos para libe- rat las masas polinicas. G. E. Rumpf (1627-1702) describio las primeras orquideas del sudeste asiati- co y fue uno de los primeros en afirmar la presencia de un polen en las flores de las orquideas. Van Rheede (1636-1691) re- conocié, a su vez, una quincena de or- quideas indias... El insecto, la orquidea y el hongo: una historia... de amor A pesar de los esfuerzos de investigacién, las orquideas encerraban un enigma, y asi se mantuvieron los esfuerzos de los boténicos en efervescencia durante va- tios siglos. En efecto, écémo se reprodu- cen estas flores? En el siglo xvu, el aleman Camerarius, director del Jardin Boténico, descubri6 el secreto de la reproduccién de estas flo- res: la flor es un 6rgano sexual en el que algunas partes son masculinas y otras fe- meninas. Y sin la intervenci6n de insec- tos, la polinizacién no es posible. Por fin: el secreto de las orquideas ya esta casi al descubierto. En 1862, tres afios después de la pu- blicacién de Del origen de las especies Darwin publicé un optisculo extraordi- nario que tendria mucha resonancia: So- bre la fecundacion cruzada de las orqut- deas, extraido de sus observaciones en el campo de Kent y de las orquideas tropi- cales. Darwin establecié la interdepen- dencia de las especies vegetales y ani- males. Sin embargo, fueron los trabajos de Noél Bernard los que pusieron fin a la opacidad que envolvia el misterio de a germinacién de las orquideas. MORFOLOGIA DE LA FLOR DE ORQUIDEA En las orquideas monopodiales, las flores nacen en la axilla de las hojas. En las orquideas con rizoma, las inflorescencias nacen en la base de los pssudobulbes 0 a lo largo del fallo a la attura de los nucos. Su falla puede ser muy variable: desde el tamafio de una cabeza de aguja a més de 45m. La flor es Unica 0 en espiga: la espiga puede tener varias formas: cilindrica, estérica, pirarical co espiral. La flor, zigomorfa (siméirica respecto a un plano), esté compuesta por seis partes: + tres sépalos, que protegen los érganos reproductores del viento; + tres pétalos: dos laterales e idénticos; el tercero se distingue de los otros dos por su forma y su color, que confieren a la orquidea toda su originalidad. Se llama labelo y puede ser entero o estar dividido por escotaduras y moteado con manchas, jaspeados o atigracos muy. espectaculares, con formas que recuerdan a los insectos. = pétalos COMO INTERVIENE EL INSECTO EN LA POLINIZACION Elinsecto lia la flor se sittia sobre el labelo, que es una auténtica pista de aterrizaje. Atraido Por el olor del néctar situado en la trompa del espol6n, se pega a la antera y los polinios se Pegan sobre su cabeza, Cuando el insecto levanta el vuelo de nuevo, se lleva los polinios. El insecto ira a continuacién a libar otra orquidea, y gracias a la absoluta perfecci6n de la Naturaleza, los pedicelos de los polinios, todavia fijados en su cabeza, se mueven: los polinios se situardn sobre el estigma, el receptéculo femenino. Después, el polen entra en la cavidad estigmatica, el pediinculo se agranda. El fruto es una CGpsula que tarda bastante en madurar (de 12 a 18 meses). Esta capsula, dehiscente por seis hendiduras, libera entonces en su madurez un numero extraordinarlo de semillas. Contrariamente a las ideas recibidas y ai los vanes intentos de los horticuttores del siglo xx hoy en dia se sabe que las semillas pueden germinar. nar después del servicio militar. Una afortunada casualidad le permite, no obstante, realizar uno de los descubri: jes en _mientos mas importantes para la orqui- Los trabajos de Noél Bernard: simbiosis y virulencia Catedratico de Ciencias Natu al Su- 1898, alumno de la Escuela Norm perior, Noél Bernard prepara, bajo la direccién del profesor Costantin, su te sis sobre las orquideas, que debe termi- deologia: en el transcurso de un paseo no muy lejos de la caserna en la que esta destinado, descubre varios centenares de semillas de Neotia nidus avis en ger- minacién. Recogeré varias muestras y asi descubrira el proceso de germina- cién y simbiosis de los que Link habia establecido la primera base (en efecto, descubrié la existencia de grupos en la corteza de tubérculos que no pertene- cian a la planta madre). Lo que difiere en las orquideas de las demés plantas es la constante presencia de hongos en sus raices. Las orquideas tienen semillas muy pequeiias (scobifor- ‘mes, que en griego significa «serrin»), y cada una contiene un germen. Noél Bernard examiné esas semillas en el microscopio y constaté que no ha- bia ningtin hongo. No obstante, en el es- tadio de pléntulas, ya estan invadidas por hongos. Asi pues, plante6 la hipétesis de que las semillas de orquideas eran invadidas por el hongo cuando getminaban en el suelo, Concluyendo que ninguna orquidea escapa a este fendmeno, dedujo que el en- cuentro entre el hongo y la semilla era ne- cesario para el desarrollo de las orquideas. LA BOTANICA DE LA onguiona : Entonces aislé los grupos de hongos después de extraerlos de las células de orquideas y las cultivé en medio estéril sobre una gelatina (nutriente) y paralela- mente llevé a cabo varios experimentos: — un cultivo de semillas sin hongos: cons- tat6 que las semillas no germinaban, los embriones verdecian y se estancaban durante varios meses sin evolucién; — un cultivo de semillas con un grupo de hongos: la semilla de orquidea se de- sarrollaba muy facilmente y con regu- laridad, También observé que el hongo hacia germinar indiferentemente semillas de Copripedium 0 de Cattleya. Mostré sus descubrimientos a los hor- ticultores, pero no le prestaron atencién. Al menos pudo hacer germinar semi- las de Odontoglossum, Phalaenopsis 0 Vanda, Estas orquideas son micorrizadas por un hongo especifico; procedié del mismo modo que en sus primeros expe- rimentos y el éxito fue total. CONJUNTOS DE HONGOS SEGUN N. BERNARD ss Phalaenopsis (invemnaderos Lecoufle) Odontoglossum (invernaderos del Senado) 7 ee Mis tarde surgirian las dudas, cuando algunos horticultores desesperados al no poder hacer germinar sus semillas recu- rrieron a él, Este les envi6 varias cepas de hongos que le habian servido durante sus primeros experimentos de micorriza. Sin embargo... el fracaso fue sonoro, N. Bernard concluyé que las cepas de hongos en cultivo estaban agotadas. Hizo referencia a los estudios de Pas. teur sobre la virulencia de algunos micro- bios, emiti6 la hipstesis de que la germi- nacién de las semillas resultaba de una virulencia del hongo en presencia de una se- milla de orquidea. Dos afios de investiga- cién y experiencia confirmaron su hipo- tesis. Asi es como procedié — realizé una primera siembra con pe- lotones de hongos inactivos; las semi- Ilas no germinaron, pero los embrio- nes fueron micorrizados; — de ese tubo de ensayo recogié peloto- nes que, en contacto con Ia semilla, adquirian una nueva virulencia, y constaté que cuanto mas largo habia Gracias alos trabajos de Not Bemard y después alos descubrimientos de Georges Morel sobre el meristem, abora ya es posible ‘conseyuir que las orguideas crezcan en masa... para placer de los amantes de todo el mundo (invernaderos del Senado) sido el contacto entre el hongo y la planta, més fuerte era la virulencia; — concluyé también, para responder a las inquietudes de los horticultores, que si las semillas fracasaban en el in- vernadero no era por la ausencia de hongos, sino por la ausencia o ate- nuaci6n de su virulencia Knudson, después de Noél Bernart, se interes6 por esta via simbidtica y logré sustituir la inoculacion del hongo por in- cubacién de semillas de orquideas en una solucién muy rica en aziicares, gelatina, féculas y levaduras. No fue hasta esta eclosién cuando puso las pléntulas en contacto con Rhizoctonia, el hongo, luego los planté con un sustrato compuesto por una mezcla de polipodos y Sphagnum, lo que le permitié obtener muchas semillas, Cultivo por meristemo En los aitos cincuenta, el descubrimiento de Georges Morel provocé una revolu- cién en el mundo de la orquideofilia, En efecto, realiz6 una serie de experimentos a partir del meristemo de las orquideas, es decir, un montén de células indiferen- ciadas recogidas tanto a la altura del 4pi- ce como de las raices. Este meristemo puesto en una sustancia nutritiva se de- sarrolla con la misma identidad que toda la planta: son los clones vegetales....; gra- cias a este procedimiento de multiplica- cin por meristemo se pudo desarrollar considerablemente el cultivo en masa de orquideas destinadas a la venta. El microesqueje fue experimentado en las orquideas por Vacherot y Lecoufle en al- gunas variedades hibridas de Cattleya (Poti- nara), absolutamente idénticas al original. Esta técnica ha permitido salvar espe- cies en vias de desaparicién (Epidendrum ilense, Catasetum imperial). Lemboglossum cordatum (invernaderos del Senado) La orquidea, una planta en todo el mundo Las orquideas son monocotiledéneas, es decir, sus semillas s6lo poseen u hoja en estado embrionario que se llama cotiledon, y se organizan seguin una es- tructura ternaria. Vivaces, las orquideas son plantas con capacidad de adaptaci6n climatica, ya que se han desarrollado en toda la super- ficie del planeta, salvo en las zonas pola- a tinica ~ ae Pychoy papilio kramerianum res, aunque crecen sobre todo en las zona tropicales de América, Asia y Aftica (un 90 % de las orquideas crece, en efec- to, en zonas tropicales o subtropicales). Sus semillas extremadamente finas y reunidas por cientos de miles en una sola «capsula» son llevadas por el viento, a veces depositadas en las ramas de los ar- boles, y muestran una capacidad de adaptaci6n ejemplar, Asi pues, se puede esbozar un inicio de clasificacién segiin el lugar donde se desarrollan. Las orquideas epifitas En las zonas tropicales y subtropicales, los bosques son, a menudo, muy densos y sombrios para que las orquideas pue- dan desartollarse en el mismo suelo, alli donde crecen habitualmente las plantas. Las epifitas eligieron asf su domicilio en los atboles (y por eso durante un tiempo se crey6 que eran plantas pardsitas) para estar mas cerca del cielo... y de la luz. Se alimentan tnicamente de lo que las ro- dea: detritus acumulados en las ramas, excrementos de pajaros, y son regadas por las aguas de Iluvia, ya que el arbol constituye sélo un soporte. Las orqui- deas no son las tinicas que crecen de este modo (las bromeliceas y los musgos si en la misma adaptacién). Por ello se abren particularmente bien en las pluri- silvas y los bosques nubosos, donde la hi- grometria es elevada. En cambio, pue- den crecer a altitudes y a temperaturas muy variables. El aficionado debera siempre informarse mucho sobre el bio- topo original de la orquidea que ha ad- quirido para recrear lo mejor posible las condiciones climéticas de la planta. LA ESTRUCTURA DE LAS ORQUIDEAS EPIFITAS Estas orquideas crecen en los troncos, las ramas 0 en la copa de los Arboles que les Las ratces de las orquédeas epfitas som aéreas y absorben li umedad del aire sirven de apoyo, més cerca de la luz y el aire. Las raices son aéreas y absorben la humedad del aire (sdlo grandes epifitas, como la Grammatopbyllum speciosum, pueden poner en peligro el arbol en el que crecen, ya que, al alcanzar los 5 m de largo, rodean literalmente con sus raices el tronco del arbol). Las flores de las or- quideas epifitas son muy diversificadas y sorprendentes, tanto por su aspecto como por sus colores. 41 Cada una de ellas, para asegurar su propia supervivencia, se ha adaptado para ser polinizada por un solo insecto Por regla general, estas flores crecen en las zonas suficientemente célidas y hi- medas para que su sistema radicular no se hiele Las orquideas tropicales cultivadas en invernadero 0 en nuestros climas son la mayoria de las veces orquideas epifitas. Su crecimiento esta organizado en dos principales sistemas. * Orquideas de crecimiento simpodial — las flores se desarrollan a partir de un tallo horizontal y rastrero que se lla- ma rizoma; — la mayoria producen pseudobulbos. En realidad, no son bulbos, sino tallos ‘CRECIMIENTO DE UNA ORQUIDEA ‘SIMPODIAL 44 hinchados cuya funcién es almacenar agua Un pseudobulbo vive 5 0 6 afios. Su tamafio y sus formas son muy variables segiin la especie de orqui- dea (cénica, alargada, redonda, aca nalada), Son unas auténticas reservas nutritivas para las hojas y las raices sirven como punto de salida de las hojas. Cuando no tienen hojas, se con- vierten en un organo de reserva y ali- mentan a los jovenes pseudobulbos que toman el «relevo» de los viejos cuando estos mueren; — las hojas son muy variadas en sus for mas (largas y estrechas, mas o menos redondas) y ntimero; — las rafces pueden ser fibrosas, finas 0 nosas: se agrupan con el nombre de cabellera, conjunto de raices, y al- canzan hasta 1 m de largo. Algunos ejemplos de orquideas simpo- diales: Paphiopedilum, Dendrobium, Stan- hopea ‘CRECIMIENTO DE UNA ORQUIDEA MONOPODIAL 10s de Auteuil) Se obser perfectamente el velamen, un velo blanco que cubre las rates aéreas para protegerlas de la desbidratacion (invernade- © Orquideas de crecimiento monopodial — las hojas se desarrollan alternativa- mente en el tallo que crece vertical; — las flores proceden de las raices aéreas las cuales crecen en la axila de las hojas. e€COMO VIVEN EN ESTADO NATURAL? Estas orquideas adoptan el modo de vida de los arboles en los que se instalan: al principio de la estacién seca sus raices dejan de crecer y se cubren con un velo blanco (el velamen) que las protegera de la deshidratacion y de eventuales dafios. Resisten tambien en la estacion seca, gra- cias al agua contenida en los pseudobul- bos. Luego llega la estacién de las lluvias: nuevos brotes, nuevas raices que absor- ben la humedad para Ilenar de nuevo los pseudobulbos. La vida de las orquideas puede prolongarse asf decenas y decenas de afios, mientras su anfitri6n siga con vida. Las orquideas litéfitas Son las orquideas que crecen y se desa- rrollan en suclos rocosos y en condiciones climaticas a menudo extremas (acantila- dos cretaceos al borde del mar); sus rai- ces se desarrollan a menudo bajo el mus- go que cubre las rocas que colonizan, Su comportamiento es bastante pare- cido al de las orquideas epifitas; también necesitan tener una estacién de lluvias y una higrometria més bien importantes. Presentan, no obstante, una maravillosa resistencia a la sequia desarrollando un follaje mas espeso. Algunas orquideas lit6fitas tienen pre- dileceién por las rocas calcéreas (algunas Paphiopedilum, pot ejemplo). Las orquideas terrestres Las orquideas terrestres también estn ampliamente repartidas por el planeta, desde el desierto australiano hasta casi el circulo polar; la mas boreal es la Calypso bulbosa (71° de latitud norte). En Espa- fia existen mas de un centenat. Se trata también de plantas vivaces. Su sistema radicular es subterrdneo y se desarrolla en forma de tubérculo, de ti- zoma 0 de pseudobulbo, o incluso en forma de raices mas finas. Conocen un ‘Thunia marshalliana (© Overseas / Farabolafoto) LA BOTANICA DE LA ORQUIDEA petiodo de latencia durante el que todos los rganos aéreos desaparecen, y con- servan sdlo bajo tierra los bulbos, autén- ticos érganos de reserva. Enel caso de una orquidea con bulbos, uno de estos se «recarga» por completo durante el periodo de vegetacién. Asi, se puede observar que, en los dos bulbos, uno ya estara marchito y seco, mientras que él otro, liso y relleno, esta repleto de sustancias nutritivas. Segtin las especies, la forma de estos bulbos ser muy distin. ta: ovoide, globulosa, digital Un tallo, anual en las orquideas euro- peas, prolonga los tubérculos subterra- neos, en realidad el pedinculo que co- necta la espiga floral con la planta entamada. Puede set simple, cilindrica 0 més angulosa. Las orquideas terrestres son imprevisi- bles en su floracién. Ausentes durante muchos afios, pueden cubrir campos en- teros sin aviso previo, y no volver a resur- gir hasta al cabo de unos afios. Crecen en la tierra (humus de los bos- ques, prados); algunas de ellas tienen in- cluso la osadia de crecer y florecer ibajo tierra, como las Rhizantella australianas! Las orquideas sapréfitas Contrariamente a sus hermanas més «aéreas», algunas orquideas se han adap- tado a la oscuridad de los bosques, ali- menténdose de materia orgénica en d composicién, asimilando los nutrientes que necesitan gracias a la presencia de los miiltiples hongos con los que viven. Estos son algunos ejemplos de orqui- deas saprofitas: Neottia nidus-avi, Lino- dorum abortivum... oe, EL CULTIVO DE LA ORQUIDEA Cuando dos seres estén unidos en la intimidad de su corazén, rompen incluso la dureza del hierro y del bronce; y cuando dos seres se entienden totalmente en la intimidad de su corazén, sus palabras son dulces y fuertes como el perfume de la orquidea Extraido del I Ching, el Libro de las mutaciones Phalacnopsis (invernaderos Lecoufle) Dos mil afios antes de nuestra era, los chinos y los japoneses ya cultivaban las orquideas por la belleza de sus flores. Aunque todas las plantas tienen un sim bolismo muy fuerte en el Extremo Oriente, las orquideas expresan el refina- miento, la amistad, la perfeccion, la no- bleza, la feminidad y la elegancia, En el primer manuscrito dedicado por completo a la boténica, escrito por Ki- Han durante la dinastia de los Chin (290-307 d. de C.), se describen dos or- quideas: la Cymbidium ensifolium y la Dendrobium monoliforme. El Cymbidium sera el centro de las re- presentaciones en las obras de arte del Extremo Oriente. En el Extremo Oriente, fa orguidea es venerada desde cin, Abajo, Bletilla 'Yokobama’ (invernaderos del S ce sgl Relacionadas con los seres humanos por un impulso espiritual, las orquideas se han Ilenado de un valor simblico muy fuerte. Lo Chi, gobernador en la dinastia Song, escribio: «Trato los lan (orquidea en chino) como mis més virtuosos y dignos amigos. Por la mafiana, recibo el favor de sus per- leva intrénsecos los simbolos del refinamiento y de la perfec- Et curtivo pr 1a orquipea @] icionesfloales del St. Ryu Kubot EL ARTE FLORAL DEL RYU KUBOTA: UN ENCUENTRO ENTRE ASIA Y OCCIDENTE Ryu Kubota abandoné Japén en 1991 para aprender el arte floral occidental. Antes de instalarse y abrir su tienda en Francia, viajé por Europa haciendo escaia especialmente en ‘Alemania, Bélgica y luego en los Paises Bajos. Al principio, este entusiosta de las orquideas no deseaba quedarse en Europa. Un poco por casualidad, en diciembre de 1994 encontré un local en Francia, spor un precio diez veces inferior al que habria encontrado en Japén», asegura. Habia adauirido una dilataca experiencia trabajando en muchas floristerfas japonesas. «A diferencia de Europa, en Japén sélo se juzga a la gente por su experiencia practica. En mi pais, los diplomas no siven para nado». ‘Su deseo: fusionar las tradiciones artisticas japonesas con todo lo que ha aprendido en su periplo occidental. Esteta, a Ryu Kubota le gusta cambiar constanterente de estio, segtin las estaciones que ‘armonizan a vida de sus rnusas, las orquideas. «Algunos estilos squen a pesar de todo. Pero, en general, cambio la casi totalidad de mis composiciones cuatro veces al afo», asegura. Si se pudiera caracterizar el estilo de este arte orquideal seria una mezcia entre las principales figuras japonesas y los toques mas occidentales y mas contemporaneos. Premiado en muchos concursos artisticos regionales en Japén, hoy en dia participa como jurado en muchos actos. fumes. Por la noche, disfruto de la belle- za de sus flores, »Con mi libro y mi vino, leemos y be- bemos juntos». En Japon, la orquidea, o ran, era el sim- bolo de la virtud, de la simplicidad, del encanto, de la gracia femenina acabada. También era costumbre que cada clase social estableciera una preferencia por tun género: los comerciantes y las clases sociales acomodadas mostraban asi una inclinaci6n particular por las Cymbidium, la aristocracia imperial se reconocia en la Dendrobium monoliforme (sekkoku en ja- ponés) que, traducido literalmente, sig- nifica «la orquidea que hace la vida de los hombres més larga». Los samurdis, sefiores feudales, no du- daban en desplazarse con sus orquideas durante sus periplos.. GRAN LIBRO DE LAS ORQUIDEAS Composiciones florales de Ryu Kubota A continuacién, presentamos dos composiciones florales. En general, este tipo de com- posiciones aguanta en perfectas condiciones unas dos semanas. COMPOSICION 1 1 Seatade al agua del recipiente una cucharadita de axticar y otra de una mezcla de agua y lejia 2-3, Se-cubren los bordes del recipiente con ramas de Salix tortuosa 2 ms “ — 4, Se coloca wna gran hoja de Philomons 5-6, El toque final, una rama de Pha a COMPOSICION 2 cymbidium Den "Yl @ EL ORAN LIBRO DE Las ORQUIDEAS. La correcta adquisicion de una orquidea Las orquideas ya no son plantas as. Muchas floristerias 0 grandes superticies las ofrecen a todos los precios, y hoy en dia todo el mundo puede adquirir t a Phalaenopsis, una Cymbidium o una Paphio, © incluso, por qué no, una orquidea més Fs demas de los modelos mas co: rrientes propuestos en las floristerias, puede conseguir especimenes mucho mas interesantes en tiendas especializa: das (véase el capitulo «Direcciones titi- EL GRAN LIBRO DE LAS OROUIDEAS La correcta adquisicion de una orquidea Las orquideas ya no son plantas raras. Muchas floristerias 0 grandes superficies las ofrecen a todos los precios, y hoy en dia todo el mundo puede adquirir una Phalaenopsis, una Cymbidium o una Pa 0 incluso, por qué no, una orquidea mas rara. Ademés de los modelos mas co: rrientes propuestos en las floristerfas, puede conseguir especimenes mucho mas interesantes en tiendas especializa das (véase el capitulo «Direcciones titi- phio, EL CULTIVO DE LA orouives @ REGLAS PARA LA ADQUISICION DE UNA ORQUIDEA + iNo se deje llevar por los flechazos! Por lo menos, en su justa medida; antes de comprar una corquides, reflexione bien. por ejemplo. sobre la exposicién de su vivienda. y compruebe que la luminosidad 9 insolacién seran suficientes para que su nuevo huésped pueda vivir en las TOMA RA DIRT ID IRTHD. + Dé prioridad a plantas adultas, a punto de florecer, + Compruebe: —lashojas, que deben estar exentas de defectos, sin manchas. Interésese por su color: las hojas verde palo o rojizas deben ponerle en alerta; los capullos de las flores, que no presagian nada buene, sison amarilentos ‘orojzos; las raices, que en un medio natural son hilos generalmente bastante finos que permiten las orquideas fijarse en una rama. Tienen un fuerte poder adhesivo. Estin fecubiertas por un velo blanco llamado velamen, que deja pasar el extremo de las raices. El velamen permite también almacenar la humedad para que la orquidea puede resistir sin sutrir graves danos durante los periodos de sequia, Cuanto mas ‘espeso es, Mas podra espaciarse el riego. les», pag. 183). Sepa que las orquideas viajan muy bien por correo. Una orquidea en casa: un suefio al alcance de todo el mundo A pesar de las ideas preconcebidas en tor- no a estas plantas, las orquideas no nece- sitan cuidados constantes, y su cultivo es sencillamente asequible. Existen solo al- gunos consejos basicos que deben respe- tarse y no debe nunca perderse de vista que se trata de plantas exoticas cuyo me- dio natural de vida es muy diferente al de un apartamento 0 una terraza, En cierto modo, es necesario ayudarlas a adaptarse En una habitacién fresca (15 °C), es mejor tener Paphiopedilum u Oncidium nitoniopsis. En las habitaciones mas célidas (don- de la temperatura se acerca bastante a los 18 0 20 °C), es decir, las salas de la casa donde se vive (habitacién, salén, co- Cina...), las Phalaenopsis, Cattleya, Onci- dium de invernaderos célidos encontra- ran su lugar y su bienestar. Las condiciones idéneas A continuacion le indicamos algunas re- ferencias. tomando buena conciencia de sus necesi- ‘TEMPERATURA dades y anticipar, en el momento de coger la orquidea, la buena adecuacién ——_-Debe ser: entre sus exigencias y lo que podemos aportarle, La mayoria de orquideas vive bien en tun apartamento o en una casa, donde la unica condicién necesaria es tener habi- taciones con temperaturas sin grandes variaciones. — de 18 a 30°C de dia, y de 16a 25°C por la noche en climas calidos; — de 18 a 25°C de dia, y de 13 a 16°C por la noche en climas templados; — de 15 a 20°C de dia, y de 8 a 14°C por la noche en climas fros. 69 HIGROMETRIA Una vivienda en invierno bien calentada tiene un indice de humedad del 15 %. Las necesidades minimas de una orqui dea son del 50 % iy més! Luz Es la condicion sine qua non para que las flores de las orquideas epifitas se abran. Hijas del aire y de la luz, la mayoria de orquideas tiene necesidad de mucha luz. Y si no dispone ni de invernadero ni de terraza, sepa que existen variedades t bridas que se adaptan perfectamente a la vida en un piso Si carece por completo de luz, la s lucién que le ayudara es una ilumina- cién artificial con la utilizacién conjunta de tubos fluorescentes de luz fria y luz fluorescente de luz célida para reconsti- tuir al maximo el espectro de luz natu- ral, Los tubos fluorescentes se situaran sobre las orquideas, a una altura de aproximadamente 40 cm. Se puede uti- lizar luz artificial de 12 a 14 horas al dia © como simple complemento de la luz natural, Aunque lo mas adecuado y pre- ferible es situar las orquideas delante de la ventana, LOS TRUCOS DEL ORQUIDEOFILO Las orquideas conviven perfectamente con otras plantas verdes. Concretamente con el Ficus benjamina; se da el caso de que esta planta presenta las mismnas necesidades de luz que las corquideas. Alli donde el ficus esta a gusto, jla orquidea también estard a gusto! Las onquideas se acomodan perfectamente a la presencia de otra plantas verdes. Algznas tienen a menudo las mismas ne cesidades ORIENTACION * Norte Es la orientacion menos favorable, ya gue la luminosidad sera demasiado dé bil. No obstante, es una exposicién que puede ser suficiente para algunas Paphio- pedilur. * Este Orientacién que puede ser muy satisfac- toria, ya que la insolacién de la mafiana evita problemas debidos a eventuales golpes de sol durante una exposicién in- 6 tensa. * Oeste y sur Estas orientaciones son idéneas desde el punto de vista de la luminosidad; deberdn evitarse, sin embargo, los famosos «golpes de sol», que pueden provocar quemadu ras irremediables. Por tanto, sera necesario instalar en las ventanas un sistema de per- sianas 0 de estores para proteger las flores expuestas. Una flor «quemada» presenta necrosis de pardas a negras en las hojas ESABIA QUE...? ‘Aumentaré la luminosidad de la habitaci6n pintando las paredes de blanco. Cuidados basicos AGUA El agua que utilice para regar las orqui deas debe ser lo mas pura posible. Tiene distintas opciones: — agua de lluvia si vive en una zona ale- jada de la nunca beneficiosa contami- nacién urbana: agua filtrada; a de manantial embotellada (pre- ferible con bajo contenido en calcio): — agua osmotizada. El agua del grifo debe prohibirse, salvo para las Paphiopedilum y las Cymbidium, con la condicion, sin embargo, de que se deje que el cloro se evapore (de| en reposo 24 horas). El agua desminerali- zada también debe rechazarse, ya que por definicién carece de todo complemento mineral. La cantidad de agua de cada rie- ond GRAN LIBRO DE LAS ORQUIDEAS go depende enormemente de la mezcla con la que la orquidea esta plantada, ya que el sustrato en el que vive la planta sit- ve principalmente para mantener un cier- to grado de humedad. Las mezclas mas corrientes se hacen a base de: — corteza de pino (en distintas granulo- metrias); — trozos de poliestireno; — bolas de arcilla. El agua de riego debe estar a tempera- tura ambiente: para regar conveniente- mente una orquidea, vierta el valor del vo- lumen de la maceta en el sustrato con una regadora equipada con una pera suave. zSABIA QUE...? La Paphiopediium es una de las pocas orquideas a las que les gusta el agua calcarea, LOS TRUCOS DEL ORQUIDEOFILO Para evitar el exceso de agua, icompruebe antes del lego el grado de humedad del sustrato! No actde nunca sistomaticamente y tomese su tiempo ara conocer y observar las orquideas. COMO DETERMINAR EL PERIODO DE LATENCIA. En nuestra latitud, el periodo de latencia © reposo de las orquideos se sittia generalmente en invierno, cuando los dias son cortos. En ese momento, su crecimiento disminuye. ‘También puede regar la orquidea su- mergiéndola en una cubeta con dos ter- cios de agua de 10 a 25 minutos. Cuidado, todas las orquideas necesi- tan un periodo de reposo durante el que debera disminuir los riegos. MANTENIMIENTO DE UNA HIGROMETRIA SUFICIENTE Dispone de varios medios para recrear un ambiente «tropical»: — pulverizaciones ligeras sobre el sus- trato y el reverso de las hojas. Cuida- do, la pulverizacién debe ser extre- madamente suave; — instalar las plantas en una cubeta con agua; — siestos sistemas no bastan, un humidi- ficador y difusor de agua en forma de fina niebla aliviard de inmediato a las orquideas de la sequia de su vivienda. MANTENIMIENTO DE LA HUMEDAD cubeta de fotografia de 3a4.cmde agua 80. bolas de arcilla Eve sitema permite ata planta aseguroraprosinmadamente el 60 % de a bumedad Un bigrémetro le permitnd saber con sequridad si su casa pasee la humedad necesaria para que sus orquideas vivan samas MACETAS. cubeta de plastico llena de agua maceta vacia y del revés ‘Las macetas de cultivo estén stuadas sobre macetas vactas 81 Muchas orqut 9s exiticascrecen en los bosques tropicales. Soporres Las flores de porte caido de algunas e: pecies (como las Stanhopea 0 Gongora) necesitan una suspensi6n. También pue- den instalarse estas orquideas en cestas suspendidas 0 trozos de corcho. En este tiltimo caso, no obstante, proceda con cuidado, ya que la higrometria debers e tar controlada con mucha regularidad, puesto que las raices estén en contacto directo con la atmésfera ambiente ZA FAVOR O EN CONTRA DE LAS MACETAS DE TIERRA? La polémica esté servida entre los orguidestios, Aigunos son muy aficionados a las macetas de barro, cuyas cuclidades en materia de aireacién, porosidad, estabilidad y estética no son muy satisfactorias. Otros prefieren las macetas de plstico, ya que son més faciles de limpiar y desinfectar. Permiten espaciar los riegos (la evaporacién no es tan rGpida) jy sobre todo no son tan fraglles! Informese bien, antes de su adguisicion, sobre el origen geoeréfico babitacin en [a que la quiera poner deberé aprosimarse a la del biotopo de la plan eas son epifitas, es decir, que en estado mat Muchas ongu ral crecem en Tos troncos o las ramas de los drboles para estar ‘mds cerca de la luz. For tanto, no dude en crear en su casa entorno similar al del biotopo de su orgui constantemente la Bigrometria. Aqul, el sopor h + GRAN LIBRO DE LAS ORQUIDEAS a SOPORTE DE PLACA DE CORCHO. ABONO En un medio artificialmente compuesto, el aporte de abono compensa la pobreza del sustrato y del agua. Se distinguen tres componentes prin- cipales: — el nitrogeno (N), que permite acele- rar el crecimiento de las plantas y fa- vorece la vegetacién; — el fosforo (P), que regula la nutricién y favorece la formacién de los esca- pos florales; — el potasio (K), que refuerza la planta y le permite mejorar sus defensas. Tiene un papel clave en la fabricacién dela clorofila y en el proceso de la fo- tosintesis. A estos componentes cabe afiadir los elementos minerales (magnesio, azufre, A numerosas orquideas les gusta mucho wn t oligoclementos, etc.), en general, presen- tes en el agua en cantidad infinitesimal. © €Qué abono se debe utilizar? No existen abonos especiales para orqui- deas, pero, en cambio, puede utilizar un abono «especial para planta verde», con proporciones NPK equilibradas (por ejemplo N = 10, P = 10, K = 10, cuya anotaci6n es 10-10-10), durante todo el periodo en que la orquidea desarrolla su follaje (para las orquideas monopodiales, el crecimiento de la vegetacién se concre- ta con la Ilegada de una nueva hoja; para las simpodiales, orquideas de rizoma, se constata la salida de la vegetacién, cuan- do un nuevo brote emerge en la base de Ia planta); y puede alternarlo con los abo- nos «especiales para plantas con flor», menos ricos en nitrégeno (por ejemplo, N = 6,P = 12,K = 18, cuya anotacion ¢s 6-12-18), desde el momento en que chopsis papilio (im termina el crecimiento foliar y aparece el tallo floral +

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