El problema nace en lo estructural y se refleja en la urgencia
El problema estructural responde a más de 10 años de malas negociaciones del gremio-
fas, no solo por no haber encontrado el camino para salirse de la jornalización( y haber agregado una escala de días trabajados que castiga por partida doble a los trabajadores )o por los graves problemas de explotación que arrastramos desde hace años con impacto directo sobre nuestra propina, sino además, por la eficacia de esta desdibujada gestión al momento de precarizar nuestros ingresos, principalmente por dos motivos: primero haber permitido desde el año 2008 el incremento del decreto 1431 en un 5.085%, en desmedro de nuestro básico que solo aumentó un 1.213%, lo que significó la caída sistemática de nuestro sueldo básico(asignación de la categoría) hoy en $8.800, monto sobre el cual se calculan los adicionales particulares y que determina la precarización de toda la estructura salarial¿ cuál sería hoy nuestro salario con un devenir de negociación inverso? Segundo porque lejos de cumplir con la humanización del trabajo, cargaron las espaldas de los compañeros de horas extras, sobre todo en tigre donde hoy los trabajadores pierden solo en este concepto, un piso de alrededor de $15.000 mensuales. Este paliativo salarial(horas extras), segmenta al no llegar a todos por igual, es efímero por qué depende de las necesidades de servicio, atenta contra la calidad de laboral y no atiende las cuestiones estructurales y fundamentales de nuestros ingresos. Es por ello, que el contexto actual nos encuentra con una estructura de cartón y nos golpea fuerte.
Lo urgente y esperable es que los trabajadores de casinos recibamos de parte del
ejecutivo provincial el mismo tratamiento que los demás sectores de trabajadores, sobre todo teniendo en cuenta que nuestra merma económica supera el 50%. Esto es términos a las necesidades y urgencias del corto plazo. Pero el desafío va a ser- sin dudas- el mediano plazo, donde vamos a tener que trabajar duro en la recuperación del tiempo y el terreno perdido, en la construcción sólida y estructural de nuestro salario, el contexto actual lo desnudo totalmente, el escenario que nuestra actividad tiene por delante, así lo requiere.