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LA ADOLESCENCIA Y LOS
PROBLEMAS DE CONDUCTA
MONOGRAFÍA PRESENTADA POR:
Asignatura: Puericultura
Docente: Mg. Elver Coaguila Valdez Pediatra
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LIMA – PERÚ
2020-I
DEDICATORIA
Este trabajo está dedicado a nuestros padres, a quienes les debemos todo lo
que tenemos en esta vida.
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ÍNDICE
I. INTRODUCCIÓN 4
II. LA ADOLESCENCIA Y LOS PROBLEMAS DE CONDUCTA 5-6
III. FISIOLOGÍA DE LA PUBERTAD7-8
IV. FACTORES DE RIESGO 9-15
Factores Protectores………………………………………………………………………………………14-15
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I. INTRODUCCIÓN
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amenazan con daño físico a otras personas o animales, conductas no
agresivas que causan daño o destrucción de la propiedad, engaño o robo y
transgresión grave de las normas.
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Etapas de la adolescencia: Podemos esquematizar la adolescencia en tres
etapas.
Los estudios no han mostrado diferencia alguna con la emotividad de los niños.
Sí se detecta que, cuanto mayor es el adolescente más negativo es su estado
de ánimo, lo que puede deberse a las obligaciones y responsabilidades
escolares y laborales crecientes.
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“El pensamiento de los adolescentes es irracional e infantil “Desde los
trabajos de Piaget, sabemos que en la adolescencia se pasa del pensamiento
concreto al pensamiento abstracto con proyección de futuro, característico de
la madurez.
Genética El inicio de la pubertad está regulado por una red nodal de genes,
que regula los cambios en los circuitos neuronales del núcleo arcuato del
hipotálamo. Estos cambios son:
• Cambios transinápticos:
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transformador tipo b [TGFb], factor de crecimiento epidérmico [EGF] y factor de
crecimiento similar a la insulina tipo 1 [IGF-1]).
Maduración sexual
Los cambios más llamativos tienen lugar en la esfera sexual y se culminan con
la adquisición de la fertilidad. La edad cronológica tiene poca correlación con la
maduración sexual y el crecimiento puede ser muy variable; por ello, es
necesario conocer en todo adolescente, el índice de maduración sexual, que se
evalúa mediante los estadios de Tanner (1962) y se basa en el desarrollo de
los órganos genitales y caracteres sexuales secundarios. Esto permite
diferenciar la pubertad normal de la patológica (2,
3,4).
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IV. FACTORES DE RIESGO:
Factores biológicos:
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que obligan a las mujeres a tomar ciertas conductas para hacer aceptadas por
la sociedad, por eso las mujeres sobrepasan a los hombres en cuanto a la
aparición de trastornos de conducta. Aunque existen investigaciones que
asocian a las hormonas sexuales con los trastornos de conducta, más que todo
dependen del contexto bioquímico, ambiental e histórico de cada individuo.
Factores personales:
En este caso las relaciones que habrá con los trastornos del comportamiento
se darán con las variables de personalidad, cognitivas, dificultades en las
habilidades sociales y pobre empatía, baja autoestima, bajo rendimiento
escolar y otros trastornos asociados que harán que el comportamiento del
adolescente sea inadecuado. Las variables de personalidad que pueden
influenciar son los siguientes:
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Manifestaciones somáticas de trastornos emocionales: existencia de
quejas sobre dolor de cabeza, cefaleas, abdominalgias, náuseas y
vómitos.
Otros cuadros psiquiátricos definidos: depresión, ideas de suicidio,
drogodependencia y/o abusos de drogas, presencia de
alucinaciones/delirios
Factores familiares:
La familia es el principal apoyo en la vida y desarrollo tanto del niño como del
adolescente, este es el grupo de referencia por excelencia donde se transmite
las normas, valores, actitudes y conductas. Depende de la situación de la
familia conllevara importantes repercusiones para el desarrollo y la salud
integral del niño y del adolescente.
•Características de la familia:
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•Patrones educativos familiares: La educación antigua como se sabe es
diferente a la educación o a la manera de criar a los hijos en la actualidad, por
lo tanto, algunos padres mantienen aún problemas de su niñez o adolescencia
que no pudieron solucionar y eso se verá replicado en la manera de educar a
sus hijos.
Factores socioeconómicos:
La economía que tienen los padres y las comodidades que pueden brindarles a
sus hijos influye también en el comportamiento que tienen los niños y
adolescentes. Los padres tienen que cumplir con brindarle un hogar saludable,
educación, alimentación, atención de salud, pero si los padres no cumplen con
estos deberes influye en el comportamiento, personalidad y autoestima de los
adolescentes. Si hay pobreza en un hogar, no habrá una inadecuada vivienda
donde pueda ser habitada y a la vez hay hacinamiento, esto llevara a un mal
ambiente familiar a la vez dependerá también de las personas que viven en tu
distrito. Ya que en la adolescencia se dejan influenciar más por las personas de
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su edad o contemporáneos que escuchar a los mayores, ya que ellos son
“anticuados”.
A parte de la economía que puedan tener los padres, influye la educación que
puedan tener, se enfoca más en la educación en el hogar, es decir los niños o
adolescentes no van a la escuela, sino que reciben clases en casa por parte de
sus padres. Esto también va a influir en su comportamiento ya que no van a
tener contacto con otros niños, no tendrán la facilidad de comunicarse o
expresar sus emociones con alguien, en el caso de no influenciar en su
comportamiento en la adolescencia, en la vida adulta hay probabilidad de que
sufra ciertos trastornos de personalidad. También influye mudarse
continuamente de casa y de ciudad, ya que al mudarse y saber que no estará
por mucho tiempo en un determinado lugar, el adolescente evitara hacer
amistades y esto también es un causante de cambio en su comportamiento ya
que en algún momento reprochara a sus padres el motivo por el cual no tienes
amigos.
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Factores Protectores:
Características Personales:
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Conducta sexual responsable Establecer metas
Respetar los derechos y las educacionales y vocacionales
necesidades de los otros Establecer un sistema de
valores
Características Familiares:
Favorecer el desarrollo de
amistades
Proveer necesidades
Reconocer el cambio de
básicas: comida, hogar, ropa,
papel del adolescente y de
seguridad, etc.
los padres
Entender los cambios
Dar educación sexual
emocionales de la
Estimular la independencia y
adolescencia
la responsabilidad del
Estimular las actividades que
adolescente
favorecen la autoimagen del
Desarrollar equilibrio entre
adolescente
apoyo, tolerancia y límites
Dedicar tiempo al
apropiados
adolescente y hacerle
Apoyar sus metas
sentirse querido
educacionales y vocacionales
Premiar los logros
Proveer un sistema de
valores y modelos
Características de la Comunidad:
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Proveer oportunidades Legislación que proteja a los
educacionales y vocacionales adolescentes
de calidad Ofrecer servicios integrales
Proveer actividades para de salud y educación
adolescentes: recreativas, diferenciados para
educacionales, deportivas y adolescentes
sociales Medioambiente libre de
Dar apoyo a las familias con riesgos (tóxicos, violencia,
necesidades especiales polución, seguridad vial, etc.)
V. TRASTORNOS DE COMPORTAMIENTO
En los últimos años también han aumentado las demandas de ayuda de padres
que presentan dificultades para manejar el comportamiento de sus hijos.
Actualmente los padres suelen decir que están desorientados, desbordados o
perdidos en cómo educar a sus hijos ante los múltiples riesgos y/o
potencialidades que tienen actualmente. Muchos de ellos piensan que llegan
tarde a la petición de ayuda, ya que cuando la realizan, su hijo presenta una
sintomatología grave. Un ejemplo de esta situación se observa de forma
alarmante en nuestro país, donde existe una elevada problemática de
agresividad juvenil, tanto intrafamiliar (hijos que pegan a sus padres), como de
género (chicos que acosan a chicas), agresividad que ha producido un
aumento de un 33% de las denuncias por violencia en las que un 10,5% de los
casos, los agresores son jóvenes menores de 16 años (INE, 2013).
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- Comportamiento agresivo que causa daño físico o amenaza con él a otras
personas o animales.
- Fraudes o robos.
- Accesos de cólera.
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Para calificar el TND, los comportamientos deben aparecer con más frecuencia
de la típicamente observada en sujetos de edad y nivel de desarrollo
comparables, y deben producir deterioro significativo de la actividad social,
académica o laboral. Aproximadamente entre un 3 y un 8% de los niños tienen
TND, siendo entre dos y tres veces más frecuente en niños que en niñas.
- La impulsividad.
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producen por la necesidad de la obtención inmediata de la sustancia. Otras
veces debido al efecto de las drogas, que puede ser agudo o a las alteraciones
mentales que produce su consumo a largo plazo. El ambiente disocial que
envuelve al mundo de las drogas es un factor negativo añadido al propio
problema.
1. La edad de inicio. Los niños que desarrollan síntomas antes de los 6 años
tienen mayor riesgo.
2. La amplitud del problema, con peor evolución cuando los síntomas aparecen
en varios contextos.
VII. DIAGNÓSTICO
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A. Un patrón de enfado/irritabilidad, discusiones/actitud desafiante o vengativa
que dura por lo menos 6 meses, que se manifiesta por lo menos con cuatro
síntomas de cualquiera de las categorías siguientes y que se exhibe
durante la interacción por lo menos con un individuo que no sea un
hermano.
Enfado/irritabilidad
1. A menudo pierde la calma.
2. A menudo está susceptible o se molesta con facilidad.
3. A menudo está enfadado o resentido.
Discusiones/actitud desafiante
4. Discute a menudo con la autoridad o con los adultos, en el caso de los
niños y los adolescentes.
5. A menudo desafía activamente o rechaza satisfacer la petición por parte
de figuras de autoridad o normas.
6. A menudo molesta a los demás deliberadamente.
7. A menudo culpa a los demás por sus errores o su mal comportamiento.
Vengativo
8. Ha sido rencoroso o vengativo por lo menos dos veces en los últimos
seis meses.
B. Este trastorno del comportamiento va asociado a un malestar en el
individuo o en otras personas de su entorno social inmediato (es decir,
familia, grupo de amigos, compañeros de trabajo), o tiene un impacto
negativo en las áreas: social, educativa, profesional y otras importantes.
C. Los comportamientos no aparecen exclusivamente en el transcurso de: un
trastorno psicótico, un trastorno por consumo de sustancias, un trastorno
depresivo o uno bipolar. Además, no se cumplen los criterios de un
trastorno de desregulación disruptiva del estado de ánimo.
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- Grave: algunos síntomas aparecen en tres o más entornos.
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13. A menudo sale por la noche a pesar de la prohibición de sus padres,
empezando antes de los 13 años.
14. Ha pasado una noche fuera de casa sin permiso, mientras vivía con
sus padres o en un hogar de acogida, por lo menos dos veces o una vez
sí estuvo ausente durante un tiempo prolongado.
Especificar si:
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C. Si se sospecha un trastorno epiléptico es necesario realizar un
electroencefalograma (EEG).
D. Si se sospecha una lesión cerebral es necesario realizar una Tomografía
Axial Computerizada (TAC) o escáner, o una Resonancia Magnética
(RM) cerebral.
E. En caso de sospecha de un trastorno genético, se debe realizar un
cariotipo y un análisis genético.
VIII. TRATAMIENTO
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medicamento con mayor documentación de tratamientos exitosos en estudios
controlados (dosis 0.5 a 2.1 g al día). Existen tres estudios controlados con
antipsicóticos típicos haloperidol con dosis de 1 a 6mgs al día y dos con
atípicos donde se han disminuido los síntomas. Los psicofármacos que han
mostrado efectividad son los neurolépticos, los psicoestimulantes, la
atomoxetina, los antiepilépticos y el litio. dependiendo del tipo de conductas
perturbadoras y de los trastornos psiquiátricos subyacentes. Los riesgos de los
neurolépticos pueden sobrepasar su utilidad en el tratamiento de la agresividad
en el TC y es necesario considerarlos cuidadosamente antes de su uso.
TERAPIA PSICOLÓGICA
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La terapia psicológica que ha mostrado efectividad es la que combina
estrategias conductuales y cognitivas.
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• Técnica de la economía de fichas: consiste en registrar las conductas
positivas del niño y, cuando se consiga un número de registros pactado entre el
registrador y el niño, asociar un reforzador positivo.
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3. No existen programas de intervención universales. Hay que evaluar los
problemas del niño de manera individual, priorizando las actuaciones sobre
aquellos problemas más importantes. Programas iguales aplicados sobre niños
con síntomas similares pueden producir efectos contrarios, por lo que hay que
reevaluar de manera periódica la efectividad de la intervención.
4. La frecuencia.
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• Corrección verbal y física: Para que la corrección verbal sea efectiva, se
debe procurar un estilo comunicativo en los padres y los educadores basado en
el lenguaje propositivo, esto es, evitando las frases con negaciones. Por
ejemplo, en lugar de decir “no le pegues a tu hermano”, decir “trata bien a tu
hermano”. Esto permite guardar el “no” para los momentos especialmente
disruptivos. Cuando se produce ese momento, se le da al niño la instrucción
con un “no” antepuesto, con un tono de voz firme y enérgica. Por ejemplo,
cuando el comportamiento sobrepasa una pelea normal entre hermanos, se
puede decir: “¡No! ¡Quieto!”. A la corrección verbal se le puede acompañar una
corrección física. Consiste en utilizar cierta fuerza para eliminar la conducta, sin
dañar ni causar dolor al niño. Por ejemplo, en el caso anterior, a la vez que
decimos “¡No. ¡Quieto!”, debemos utilizar nuestra mayor fuerza física para
interponernos entre los niños que pelean, separándolos con firmeza, pero sin
agredirlos.
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niño puede llegar a pensar que sus padres no le quieren o que nunca le hacen
caso).
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está produciendo. Para ello hay que establecer un “contrato” entre el niño y sus
padres o profesores, que incluso puede ser escrito y firmado por ambas partes
donde se especifique lo que se consigue por realizar la conducta requerida. Se
puede emplear en niños mayores y adolescentes, incluso con problemas
disociales graves.
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niño es pequeño no suele comentar espontáneamente dichos pensamientos
erróneos, por lo que hay que ayudar con una serie de preguntas preparadas.
Por ejemplo: ¿crees que pegando a tu compañero las cosas van a ir mejor?
Al concluir las tres fases se ha logrado que el niño sea consciente de las
conductas y que los pensamientos que las acompañan se encuentren en la
superficie de los procesos mentales. Entonces es más fácil poder actuar sobre
ellos. A partir de este momento, se puede trabajar sobre las conductas que
ocasionan problemas y sobre las alternativas que existen para que
desaparezcan.
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ejecución y que el niño tenga una edad suficiente para que establezca la
adecuada conexión cognitiva con el terapeuta. A pesar de ello, sus directrices
generales se pueden utilizar como una estrategia más para utilizar en la
relación profesor-alumno.
No existe una sola medida que pueda prevenir todos los trastornos del
comportamiento; y hay factores causales que no se pueden prevenir (por
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ejemplo, el sexo o la edad) por lo que no existe la prevención total. Hay dos
medidas muy importantes que se pueden y se deben tomar: la atención precoz
a los síntomas, y la inclusión de la familia y la escuela en el tratamiento. Hay
que prestar atención a las características de la vida del niño y del ambiente que
le rodea. Es posible que el niño violento, disruptivo y agresivo esté
reproduciendo conflictos y vivencias cotidianas de su medio familiar o social. La
prevención de los trastornos del comportamiento comienza en la primera
infancia. No son excepcionales los padres de niños preescolares que refieren
que “no pueden con él”. Hay que diferenciar los comportamientos normales
para la edad (a los 2-3 años el niño aprende a decir “no” y va explorando su
voluntad y sus capacidades), de las rabietas y los estallidos que utiliza para
conseguir lo que quiere y salirse con la suya. Es muy importante establecer
límites claros y normas de disciplina coherentes y estables, ajustadas a la
realidad y capacidad del niño, desde muy temprano. Tanto la ausencia de estas
normas como su excesiva rigidez pueden propiciar los problemas de
comportamiento.
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que hacen bien y sólo les prestamos atención cuando no hacen lo correcto,
estamos reforzando que se comporten mal.
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problemas conductuales, o ayuda a resolverlos. Si este contacto estrecho se ha
mantenido desde la infancia, la crisis de la adolescencia tiene un menor
impacto negativo. Un adolescente con problemas conductuales escucha
muchas reprimendas al día, en diferentes ambientes: Familia, colegio… No
espera gran cosa de conversar con adultos, más bien intenta evitar tales
ocasiones de ser sermoneado. Restablecer la comunicación no es fácil. Implica
recordar que esta persona es más que sus problemas o sus síntomas. Es
importante interesarse por lo que le gusta y le importa, y establecer una actitud
de escucha, para que pueda confiar lo suficiente como para animarse a
hablar. Hay que encontrar algún terreno libre de conflicto, valorar cualidades y
aptitudes del niño o adolescente que estén fuera de las áreas problemáticas, y,
especialmente en la familia, no focalizar toda la vida familiar y la relación con el
adolescente en torno a su trastorno. Todo esto no puede improvisarse, necesita
comenzarse muy pronto, y cultivarse. Es en el marco de una buena relación
cuando se posibilita el desarrollo de la inteligencia emocional: Conocer y
comprender las emociones propias y ajenas y controlar su expresión e impacto
para establecer relaciones asertivas y significativas con los demás.
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constituyen una adecuada medida de prevención de los problemas del
comportamiento. También los profesores deberían contar con apoyo y
asesoramiento técnico y emocional, pues su formación no suele contemplar el
abordaje de estas dificultades, ni estrategias para afrontar el estrés que
conlleva trabajar con estos alumnos.
X. RECOMENDACIONES:
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Escucha antes de aconsejar, o de reprochar, prestar atención, con
expresiones neutrales (ajá, ya veo, entiendo, etc.), con actitud propicia,
esperando que el menor exprese todo lo que necesita, además explore
sus ideas.
¿Realiza preguntas, de cómo sería él si estuviera en tu lugar como
padre, como haría con un hijo como él? (utiliza tono de voz neutral sin
amenaza ni reclamo), pídele que explique. Guarda silencio así no estés
de acuerdo con lo que expresa.
Discúlpate y reconoce tus errores con el menor, en un momento
personal, de manera pausada.
Reconoce tu permisividad o carencias cometidas y señálale como ello
no es útil para una vida favorable. Y que juntos lo modificaran.
Dile que confías en él o ella para realizar situaciones en conjunto. Dejen
claras las responsabilidades individuales y establezcan reglas.
Recuerda que la autoridad se gana con admiración no temor.
Es fácil querer a una persona perfecta, pero aceptar a tu hijo(a), con sus
imperfecciones o diferencias, ello es el verdadero amor que necesitan.
Si has realizado una crianza sin límites y normas, tendrás que hacerte
cargo de reparar lo que sea necesario, para ayudarlo.
Déjalo crecer, ayúdalo a que asuma las consecuencias de sus
conductas inadecuadas.
Con paciencia y constancias se modificarán los problemas de conducta,
no es un cambio inmediato.
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XI. CONCLUSIÓN
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XII. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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9. Ausubel D.P, Sullivan E. El desarrollo infantil 2. El desarrollo de la personalidad
. Paidós 1983.
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