Está en la página 1de 1

*** w15 1/3 pág. 4 ¿De qué nos sirve la muerte y resurrección de Jesús?

***
Cree en el Señor Jesús y serás salvo.” (Hechos 16:31)
Esas inolvidables palabras son del apóstol Pablo y de Silas, y fueron dirigidas a un
carcelero de la ciudad macedonia de Filipos. A fin de entender qué relación hay entre
la fe en Jesús y la salvación de la muerte, primero debemos entender por qué
morimos. Veamos lo que dice la Biblia sobre el tema.

El ser humano no fue hecho para morir


“Jehová Dios procedió a tomar al hombre y a establecerlo en el jardín de Edén para
que lo cultivara y lo cuidara. Y también impuso Jehová Dios este mandato al hombre:
‘De todo árbol del jardín puedes comer hasta quedar satisfecho. Pero en cuanto al
árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo, no debes comer de él, porque en el día
que comas de él, positivamente morirás’.” (Génesis 2:15-17.)
Dios puso al primer hombre, Adán, en el jardín de Edén, un hermoso paraíso terrenal lleno de
animales y plantas. Adán estaba rodeado de árboles frutales y podía alimentarse de cualquiera de
ellos. Sin embargo, Jehová le había dicho que había un árbol específico del cual no podía comer.
Dios le advirtió que si comía de ese árbol, moriría.
¿Qué entendió Adán con esa prohibición? Él sabía lo que era la muerte, pues había visto morir
animales. Si Adán hubiera sido creado igual que ellos, la advertencia de Dios no habría tenido
mucho sentido, pues de todos modos le esperaba la muerte. No; el primer hombre entendió que si
obedecía a Dios y respetaba aquel árbol, viviría para siempre.
Hay quienes piensan que el árbol es un símbolo de las relaciones sexuales, pero se equivocan,
pues Jehová les dijo a Adán y a Eva: “Sean fructíferos y háganse muchos y llenen la tierra y
sojúzguenla” (Génesis 1:28). Se trataba de un árbol real. Jehová lo llamó “el árbol del conocimiento
de lo bueno y lo malo” debido a que representaba su derecho a determinar lo que es bueno y lo
que es malo para el hombre. Si Adán no hubiera comido el fruto de ese árbol, hubiera demostrado
no solo su obediencia, sino también su agradecimiento con el Creador por las muchas cosas
buenas que había recibido de él.

También podría gustarte