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En el siglo XIV operaban diversas instituciones escolásticas en Roma, sin que

todavía hubiese una entidad suficientemente reconocida que fuese al mismo tiempo
ajena a la corte papal. Así nace, a través de la bula de Bonifacio VIII In
supraemae praeminentia Dignitatis del 20 de abril de 1303 la primera universidad de
Roma, Studium urbis. Los fondos iniciales llegaron de los impuestos al vino
extranjero, además de las donaciones de nobles romanos. La gestión de la
Universidad se dejó al Municipio de Roma, cuando la sede pontificia fue trasladada
a Aviñón. Con la bula del papa Eugenio IV In supremae del 10 de octubre de 1431.

Durante todo el período del Renacimiento fueron incrementadas por diversos papas
las diferentes enseñanzas, con la introducción de nuevas cátedras. Fueron
adquiridos entre otros algunos edificios en el rione San Eustaquio, donde se
construyó la nueva sede, a voluntad de Alejandro VII, fundador entre otras de la
misma Biblioteca alejandrina, todavía entonces en plena actividad; la sede se
instituyó al lado del Palazzo della Sapienza. De hecho, sólo hace diez años de la
conversión de Sapienza en nombre oficial. Después de algunos años Francesco
Borromini construía la iglesia de Sant'Ivo. En el portón principal, de hecho, se
encuentra escrito: «Initium sapientae timor Domini».

Diversas fueron las reformas que se sucedieron: aquellas de Benedicto XIV en 1748 y
de la República Romana en 1798 fueron las más notables, pero de fundamental
importancia fue la que introdujeron los franceses conforme a la legislación
imperial francesa y la sede fue trasladada al Palazzo del Collegio Romano, por
voluntad del rector Giovanni Ferride Saint-Constant (1811–1815).

Durante la fase de paso entre el Estado Pontificio y el Reino de Italia el director


de la universidad fue Terenzio Mamiani della Róvere, que seculariza la universidad
separándola definitivamente de la administración papal, manteniendo su alta
eficiencia y su prestigiosa tradición cultural.

La Sapienza sufrió varias crisis durante los años de la Primera Guerra Mundial, a
causa de los desencuentros entre los partidarios del intervencionismo y de la
neutralidad. En el período fascista, exactamente en octubre de 1931, fue obligada a
jurar fidelidad al Duce por parte de todos los docentes universitarios: tres de
ellos se negaron y perdieron su cátedra (Ernesto Bonaiuti, de Historia del
Cristianismo; Giorgio Levi della Vida, de Estudios Orientales; y Gaetano de
Sanctis, de Historia Antigua). En 1935 se inaugura la nueva ciudad universitaria,
planificada por el arquitecto racionalista Marcello Piacentini, con la presencia de
los reyes.

Tras el segundo conflicto mundial la universidad reemprende rápidamente su


actividad. El 27 de abril de 1966 activistas neofascistas del reagrupamiento
Caravella provocaron incidentes violentos en el interior de la Facultad de
Filosofía y Letras con ocasión de la renovación del organismo de representación
estudiantil (ORUM). En la reyerta resultó herido Paolo Rossi, estudiante de
arquitectura inscrito al PSI, que, sintiéndose mal, se precipitó del muro que
delimitaba de la parte derecha la parte superior de la escalinata de la Facultad de
Letras, falleciendo la misma noche. Después de algunos días, el 2 de mayo de 1966,
a la vista de la situación, el rector Ugo Papi pide la dimisión, caso único en la
historia plurisecular de La Sapienza. Más de treinta años después se produce un
nuevo caso de sangre: la joven estudiante Marta Russo es asesinada el 9 de mayo de
1997 en el callejón situado tras la Facultad de Derecho, Ciencias Políticas y
Ciencias Estadísticas por algunos colegas.

A partir de noviembre de 2006 La Sapienza adoptará un nuevo sistema de identidad


visible: una interpretación contemporánea del querubín y con la pérdida del
artículo «la» en el nombre, que queda como Sapienza. Universidad de Roma.

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