NO, no lo es, el Perú se caracteriza por estar subordinado al capitalismo o modelo
neoliberal y semifeudal, en donde que las clases dominantes y terrateniente del Perú, la derecha o los de arriba, son los intermediarios del imperialismo norteamericano, pues los intereses de la derecha peruana están en total relación al de los del norte, a pesar de que el discurso por parte de los gobernantes, de los presidentes -títeres de la burguesía- y su aparato burocrático militar, el Estado, aseguren ser una nación independiente, soberana, democrática, pues es la manipulación de términos para poder ocultar la sumisión, subyugación de la nación a poderes hegemónicos y por supuesto del control, dominio, manipulación por parte de la clase dominante, para seguir depredando, saqueando, el erario nacional, imperando sus únicos intereses solipsistas. Ya que los medios de producción, los medios de comunicación, la educación y todos los instrumentos de la sociedad constituyen la parafernalia -que están en función y al servicio- de la burguesía burocrática, mientras que el pueblo es engañado, obnubilado, alienado, asesinado y olvidado, y esto desde 1532 primero con España luego con Inglaterra y ahora bajo los Estados Unidos, bajo el capitalismo en su fase –como dijo Lenin- superior y final, el imperialismo. Se miente con creces, se engaña con descaro, ¿Será democracia aquella que solamente sirve al grupo minoritario, enriquecido y quienes tienen el control de nuestra nación? ¿Los medios de comunicación serán realmente imparciales en una sociedad con antagonismos de clase? Tales cuestiones dan mucho por reflexionar y en son de ello profundizar en lecturas anexadas a la realidad cuyas respuestas nacerán y entenderemos la importancia de su consecuencia. Las lágrimas de este valle abusado fluyen bajo banderas extranjeras, lágrimas que se convierten en fortalezas. “La Educación no se resuelve mediante un método sino mediante el conocimiento de la cultura, de las costumbres de cada pueblo, porque somos un país muy mezclado, un país mestizo en cuanto a creencias, en cuanto a concepciones morales, políticas; en fin, somos un país que todavía no ha escritos y reflexiones de Arguedas, indisolubles de nuestra realidad peruana