Wright Mills, C., (1999), La imaginación Sociológica, Madrid, España: Fondo
de cultura Económica. -Capitulo 1. La promesa (23-30) Lo que los hombres corrientes saben directamente y lo que tratan de hacer está limitado por las orbitas privadas en que viven; sus visiones y sus facultades se limitan al habitual escenario del trabajo, de la familia, de la vecindad; en otros medios, se mueven por sustitución y son espectadores. Y cuanta más cuenta se dan de las ambiciones y de las amenazas que trascienden de su ambiente inmediato, más atrapados parecen sentirse. Por debajo de esa sensación de estar atrapados se encuentran cambios aparentemente impersonales de la estructura de sociedades de dimensiones continentales. Los hechos de la historia contemporánea son también hechos relativos al triunfo y al fracaso de los seres humanos individualmente. Ni la vida de un individuo ni la historia de una sociedad pueden entenderse sin entender ambas cosas. No poseemos la cualidad mental esencial para darnos cuenta de la relación mutua de nosotros con la; sociedad, historia, la biografía y el mundo. No podemos encargarnos de nuestros problemas personales sin provocar transformaciones estructurales. Cabe destacar que no se recuerda una época en la que el hombre este expuesto a tantos cambios en tan poco periodo de tiempo, la historia que hoy en día afecta a todos los hombres es considerada la HISTORIA DEL MUNDO. Ahora se ha “despertado” toda la humanidad, todos han pasado a ser modernos, avanzados y hasta temibles. Hoy podemos decir que existen revoluciones, la democracia está limitada a una porción muy pequeña del mundo, muchas sociedades capitalistas se han transformado en un “aparato industrial”, se dejan antiguos estilos de vida, y las expectativas se transformaron en una demanda urgente. Y es en donde existe la humanidad misma, mientras las otras superaciones se preparan para una posible 3er guerra mundial. La historia está rebasando al hombre en su orientación de acuerdo a sus valores. El hombre avisa que sus viejos modos de pensar se han ido abajo por este comienzo que muchas veces conlleva a producir hasta una parálisis moral. Lo que necesita el hombre es tener una cualidad mental para que les ayude a usar la información y a desarrollar la razón para conseguir un “resumen” lucido de lo que ocurre en el mundo y de lo que quizás esté ocurriendo dentro de ellos. Esa cualidad es precisamente la imaginación sociológica. La tarea y promesa de la “imaginación sociológica” es captar la historia y la biografía, además de su relación dentro de la sociedad. Es decir que le permite al hombre comprender el escenario histórico de una manera más amplia en cuanto a el significado que este tiene para la vida interior y para la trayectoria exterior de los individuos. Además de permitirle el tener en cuenta como las personas en la revuelta de su experiencia cotidiana, no son frecuentemente consientes de la posición social que ocupan. En aquel revuelto de personas se busca la trama de la sociedad moderna, y dentro de esta se formula la psicología de una diversidad de hombres y mujeres. El primer fruto que nos da la imaginación sociológica y su primera lección es que el individuo sólo puede comprender su propia experiencia y evaluar su propio destino localizándose a sí mismo en su época; de que puede conocer sus propias posibilidades en la vida, de si conoce las de todos los individuos que se hallan en sus circunstancias. El hombre vive de generación en generación, en una sociedad que vive de una biografía y de una sucesión historia y por este hecho es que cuando se vive se contribuye a una pequeñísima medida que le da forma a esa sociedad y al curso de su historia. Cuando el individuo tiene una imaginación sociológica, se debe de plantear preguntas como: ¿Cuál es la estructura de esta sociedad particular en su conjunto? / ¿Qué lugar ocupa esta sociedad en la historia humana? / ¿Cuáles son sus modos característicos de hacer historia? / ¿Cómo afecta todo rasgo particular que estamos examinando al periodo histórico en que tiene lugar y como es afectado por él? / ¿Cuál es el significado de la “naturaleza humana” de todos y cada uno de los rasgos de la sociedad que examinamos? / Entre otras. Estas preguntas fueron elaboradas por los mejores analistas sociales, y son sin duda las que formula una persona cuando posee la capacidad de una imaginación sociológica. Cuando hablamos de capacidad hacemos referencia ha; lograr pasar de una perspectiva a otra, pasar de las transformaciones más impersonales y remotas existentes a las características más íntimas del “yo humano.” Como mencionamos anteriormente, es necesario saber el significado social e histórico del individuo en la sociedad. A esto es que se debe que los individuos esperan a captar por medio de su imaginación sociológica, lo que está ocurriendo en el mundo y lograr comprenden lo que está pasando en ellos mismo como puntos diminutos de intersección de la biografía y de la histórica dentro de la sociedad. La conciencia que de sí mismo tiene el hombre contemporáneo es que descansa sobre la comprensión de su atención frente a la relatividad social y del poder transformador de la historia. La imaginación sociológica les da un modo nuevo de adquirir capacidad de asombro, un modo nuevo de pensar, experimentar un trastrueque de valores, comprender el sentido cultural de las ciencias sociales. La imaginación sociológica tiene dos distenciones, a las que se le considera un instrumento esencial de toda obra clásica en ciencia social: 1- “Las inquietudes personales del medio”. Una inquietud es un asunto privado, son los valores apreciados por el individuo le parecen a este que están amenazados. 2- “Los problemas públicos de la estructura social”. Un problema es un asunto público, se advierte que está amenazado un valor apreciado por la sociedad. Además, que en muchos casos implica una crisis en las instituciones. Ejemplos:En una ciudad de 100.000 habitantes solo 1 no tiene empleo, esto constituye a una inquietud personal, y para intentar solucionarla buscamos un trabajo adecuado a sus capacidades y oportunidades inmediatas. En una nación de 50.000.000 millones de habitantes, unos 15.000.000 se encuentran en desempleo, esto es un problema público y no podemos esperar a encontrarle una solución dentro de un margen de oportunidades abiertas a un solo individuo.
Tanto el enunciado correcto como el margen de oportunidades nos obliga a
considerar las instituciones económicas y políticas de la sociedad y no meramente de la situación y el carácter personal de individuos. Si una economía está organizada de manera que haya crisis, el problema del desempleo no admite una solución personal. ¿Cómo formular problemas e inquietudes?, pues debemos de preguntarnos qué valores son preferidos, pero a la vez amenazados y cuáles son los preferidos pero apoyados por las tendencias características de nuestro tiempo. Cuando la sociedad estima una tabla de valores y no advierte ninguna amenaza contra ellos, experimenta bienestar. Cuando se estiman valores y se advierte que están amenazados, experimenta una crisis. Y si ello afecta a todos sus valores, experimenta la amenaza total del pánico. Pero supongamos que la sociedad no siente estimación por ningún valor ni percibe ninguna amenaza, esta experiencia de indiferencia, la cual, si parece afectar a todos los valores, se convierte en apatía. Supongamos, en fin, que no siente estimación por ningún valor, pero que, no obstante, perciba agudamente una amenaza. Esta experiencia del malestar de la ansiedad, la cual, si es suficientemente total, se convierte en una indisposición mortal no especifica.