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Río Cauca: como el río Bogotá, el hecho de cruzar por zonas con alta concentración de habitantes causa

que sea tratado como un basurero. Sin embargo, otros factores como la minería ilegal y el vertimiento
de aguas residuales lo convierten en uno de los más contaminados, al punto que, según el IRCA, en
algunos municipios del Cauca su agua no es apta para el consumo.

Río Magdalena: la artería hidrográfica del país también es víctima de las personas. Un reporte de la
Procuraduría demostró que 9 de cada 10 municipios ribereños del Magdalena arrojan su basura
al afluente. Esto sumado a procesos de invasión en algunos de sus brazos en ciudades del norte del país
ha contribuido a generar un daño grave al río

Río Nechí: este es un afluente altamente contaminado por la minería ilegal. El problema de este tipo de
contaminación es que envenena al río con sustancias muy tóxicas como el mercurio, arsénico y plomo.
Todos estos son los restos de la explotación de oro por grupos ilegales.
El río Nechí es un río del nor-occidente de Colombia que vierte sus aguas al río Cauca y es su
tributario más importante.

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