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UNIDAD ACADÉMICA DE CIENCIAS SOCIALES

CARRERA DE DERECHO

Derecho Colectivo del Trabajo

 Convenio colectivo en el ámbito público y privado

Evolución en especial en los ámbitos públicos

Estefanía Heredia Rea, Boris Idrovo, Gabriel Calle y Byron Guarquila

Dr. Fernando Ochoa

Cuenca, 4 de diciembre de 2019


 CONVENIO COLECTIVO EN EL ÁMBITO PÚBLICO Y PRIVADO

EVOLUCIÓN EN ESPECIAL EN LOS ÁMBITOS PÚBLICOS

Introducción

Es fundamental el reconocimiento de las diferentes formas de contratar en el

ámbito laboral, y así entender las diferentes condiciones que permite el desarrollo de la

legislación laboral y comprender los derechos y las luchas ganadas por la clase

trabajadora, el reconocer el derecho de los trabajadores a su vez genera también ciertas

condiciones que se ven contempladas en la ley, para crear la estructura tuitiva del

derecho laboral y más específicamente lo concerniente al convenio colectivo desde su

naturaleza su constitución, y como parte fundamental desde la perspectiva de lo público

y privado y como esta condición hace que cambie la relación entorno a sus derechos

adquiridos a lo largo del tiempo y como esta condición cambia de perspectiva

dependiendo de su origen, el derecho laboral mediante la convención colectiva a más de

proteger los derechos de los empleados les otorgo derechos que son más difíciles que

demandar de forma individual, otorgando por medio del convenio colectivo las

herramientas necesarias para construir la relación laboral más adecuada; por medio de

este tipo de convención o contrato desde su naturaleza hiso florecer a las diferentes

asociaciones o grupos sindicales que de alguna manera son los mecanismos más

eficaces de protección de los derechos laborales y por medio de los cuales hacen que

efectivo el derecho de los colectivos e individuales de la empleados.


Marco Teórico

Convenio colectivo ámbito público y privado

El primer modelo normativo de relaciones laborales es el que se establece en el

Código del Trabajo de 1931 en adelante, Código de trabajo de 1931, y su vigencia se

prolonga desde la dictación de las primeras leyes sociales, hasta el año 1973, en el que,

con ocasión del golpe militar, se suspende la vigencia de los derechos sindicales y, entre

ellos, el de negociación colectiva.

A pesar de que este sistema cubre cincuenta años y, ciertamente, plantea una

evolución compleja que, por una parte, muestra procesos de involución y de avances,

como es la introducción de modificaciones al modelo normativo a partir del año 1964, y

que, por la otra, plantea la necesidad de efectuar una distinción entre los subsectores del

sistema de relaciones laborales es posible afirmar que dicho sistema tuvo algunas

características fundamentales.

Por una parte, sólo reconoció el derecho de sindicación a los trabajadores del

sector privado y, por el otro, estableció la estructura sindical al fijar el criterio y ámbito

de organización de los sindicatos y, además, las actuaciones permitidas a los mismos

como es la negociación colectiva, derecho que reconoce sólo a algunas organizaciones

sindicales y niega a otras. La misma posición restrictiva de la ley se plantea en otros

planos del derecho colectivo, como es en la necesaria autorización administrativa para

la existencia del sindicato y en la intervención de la autoridad administrativa en

materias de gestión sindical. Sus orígenes se remontan a las primeras décadas del siglo

20, constituyen además el primer reconocimiento formal de las organizaciones de

trabajadores y es previo al establecimiento del derecho de libertad sindical


Se excluyó del derecho de sindicación tanto a los trabajadores del sector público

excepcionando de esta marginación a los trabajadores de las empresas del Estado como

al sector de trabajadores que presentaba en el período en estudio el más alto porcentaje

de población asalariada del sector privado, es decir, de los trabajadores agrícolas

En el último período de vigencia de dicho modelo normativo, es decir entre 1964

y 1973, el mismo tuvo notables modificaciones, como fueron los que se introdujeron

con la Ley n° 16.625, sobre sindicación campesina, que actúa como instrumento de

promoción de la autonomía colectiva, y la Ley n° 17.074, de 1968, sobre comisiones

tripartitas; aunque esta última también puede ser objeto de críticas en la perspectiva de

la promoción de la autonomía colectiva, en cuanto el Estado se configura como un

tercer sujeto de las relaciones laborales.

Evolución en lo público

En el 2012 las ventajas que ofrecía un convenio colectivo propio de empresa,

con garantías de aplicación, permitió a algunas empresas concesionarias y contratistas

presentarse, a las ofertas públicas, con bajas tarifas, calculadas sobre salarios inferiores

a los establecidos en los convenios sectoriales. Las Administraciones Públicas, con

exigencias de control de gasto y racionalización de recursos, terminaron en ocasiones

adjudicando a este tipo de empresas los contratos públicos, originando este tipo de

tensiones y desajustes. A más de la determinación de tenemos en nuestra legislación

dentro de la LOSEP y la misma constitución de la republica tenemos que comprender la

todo el desarrollo que llego a comprender todas estas características que tenemos en la

actualidad con la convención pública.

Entra en vigor el 11 de agosto de 1983, en su artículo 2, establece que a efectos

del presente Convenio “la expresión negociación colectiva comprende todas las
negociaciones que tienen lugar entre un empleador, un grupo de empleadores

organizaciones de empleadores, por una parte, y una organización o varias

organizaciones de trabajadores. El 31 de octubre de 2014, la Corte Constitucional emitió

el dictamen favorable para que 16 de las 17 enmiendas constitucionales presentadas por

el bloque oficialista del Legislativo, se tramitaran mediante lo dispuesto en el 441

numeral 2 de la Constitución de la República, es decir vía enmienda constitucional. En

lo concerniente a las enmiendas que unifican el régimen laboral en el sector público, en

su motivación para dar paso a dicho cambio la Corte Constitucional determinaba entre

otras cosas que: “La distinción histórica entre el trabajo físico y el intelectual dentro del

servicio público, genera a priori la creación de una distinción normativa no justificada y

criterios discriminatorios en cuanto a la aplicación de la ley, atentando además la

igualdad de oportunidades de un determinado grupo por el hecho de realizar una

determinada actividad, lo que además atenta contra el principio de generalidad de las

normas frente a destinatarios similares

Constitucionalización de la negociación colectiva y las garantías de la negociación

colectiva

Uno de las temáticas que con absoluta pertinencia incorpora en su texto la

Constitución, es la referida a la introducción del derecho a la negociación colectiva,

como parte componente de su capítulo quinto destinada a tratar el derecho al trabajo y al

empleo asumido como derecho fundamental ciudadano.

La negociación colectiva, aceptada como un instrumento que viabiliza básicos

entendimientos en las tareas de producción, es parte de un escenario mayor que tiene

que ver con el diálogo social y permanentes procesos de concertación.


El diálogo social, asumido como un mecanismo de entendimiento democrático,

significa un proceso de negociación estable y continuo entre los principales actores

productivos, es decir Estado, trabajadores y empleadores, sobre temas que guardan

relación con políticas socio-económicas buscando como objetivo final, diseñar las

mismas sobre la base de la concertación y el consenso.

Por sus propios alcances el diálogo respecto a políticas socio laborales, involucra

el tratamiento de temas referidos a empleo, seguridad industrial, salario, condiciones

cotidianas de trabajo, seguridad social y a todo el ámbito en el que se desarrollan las

relaciones de trabajo.

Por ello la importancia de su formulación, porque cualitativamente significa una

sustancial reforma al tradicional relacionamiento establecido entre Estado y sociedad.

En ese marco, supone en su procesamiento una articulación de factores políticos,

expresados en una renovada forma de apreciar la democracia participativa, porque en

problemáticas tan sensibles como las relaciones laborales, el logro de determinados

objetivos son trazados con la plena participación de los sectores interesados,

permitiendo que decisiones de gobierno antes solo coyunturales pasen a constituirse en

políticas de Estado socialmente convalidadas.

Diálogo social y concertación, por su propia concepción doctrinal y por los

elementos formales que le acompañan, constituyen una realidad institucional distinta al

simple diálogo social coyuntural y momentáneo.

Su mayor virtud es buscar el consenso posible entre los diferentes intereses

expresivos del Estado y los de las representaciones colectivas, cuyas expectativas las

más de las veces son siempre contradictorias con la visión estatal.


En ese ámbito negociador son fundamentales actores, el Estado, los sindicatos y

los empresarios.

El Estado, como representante del interés colectivo, tiene en su intervención un

carácter imprescindible por el doble efecto que esta genera.

Por una parte le significa incrementar su legitimidad y reconocimiento en los

sectores sociales, en la medida en la que la construcción de consensos que se producen,

son logrados bajo una nueva práctica democrática, pese a que corre el riesgo de

disminuir su autoridad y poder limitado por los acuerdos concertados que suscribe.

Por otra, de interventor frontal y definitivo pasa a desempeñar roles de regulador

de los acuerdos sociales, permitiendo que la sociedad civil pueda encontrar sus propios

equilibrios en fases más autónomas de comportamiento.

En el caso de los sindicatos, estos como representación organizada de los

trabajadores y como válido interlocutor social, son fundamentales actores del proceso de

concertación, dado que sus propias reivindicaciones tienden a salir del marco limitado

de su formulación, para más bien por su importancia pasar a constituirse en objetivos

nacionales de mediano y largo alcance, hecho que sin duda les confiere de un renovado

poder político, pese al transitorio repliegue que pueda producirse en la consecución de

algunos de sus objetivos.

Los empresarios representan el tercer pilar de todo proceso de diálogo social,

porque expresan al capital, entendido como generador de riqueza y de progreso

económico.
Su participación en todo esfuerzo de negociación y diálogo, tiene el mérito de

reflejar los múltiples y no siempre homogéneos intereses que supone la actividad

empresarial, intereses que varían desde la pequeña y mediana empresa hasta la grande y

multinacional.

El resultado final de su participación, debe traducirse en una renovada forma de

valorar los procesos productivos e incluso el papel del mercado, por cuanto la

concertación como resultado de la negociación, les permite entender su propio rol, al

comprender que constituyen un factor más en las relaciones económicas que establece la

sociedad.

De manera específica, la negociación colectiva como pilar imprescindible del

Derecho Colectivo del Trabajo, respecto a sus antecedentes, empieza a expandirse en

América Latina a mediados de los años cincuenta del pasado siglo, pero en espacios aun

notoriamente limitados por la concepción de un sistema de relaciones laborales asentado

en vínculo contractual de carácter individual.

Según el tratadista Efrén Córdova consultor de la OIT, "el sistema

latinoamericano de relaciones laborales, se caracterizó por una combinación entre

legalismo e intervención estatal, por la acentuación del conflicto y por la vigencia de un

modelo descentralizado de negociaciones". Por esas características un cuadro más

favorable para la negociación colectiva corrió el riesgo de diluirse, agravado este

escenario además por la escasa predisposición patronal para aceptar el diálogo como

mecanismo de acuerdo y por las visiones maximalistas del movimiento sindical.

En definitiva, el conflicto tendió a imponerse como el único mecanismo de

tratamiento de las siempre complejas relaciones laborales, razón por la cual la


conciliación y el arbitraje constituyeron insuficientes mecanismos de solución. Pese a la

imposición de la lógica del conflicto, la negociación colectiva tiene cada vez mayor

dosis de aceptación, al ser admitida como un procedimiento estable y periódico de

tratamiento de la problemática laboral.

Para esa creciente importancia, se dan varias razones explicativas. Primero,

como consecuencia de una mayor demanda de participación social, los sectores

laborales y empresariales, exigen ser actores directos en el análisis y discusión de los

efectos cotidianos emergentes de las relaciones de trabajo. La delegación

extremadamente centralizada de su representación, resultó una lejana mediación poco

expresiva de sus más directas expectativas.

Una segunda razón, tiene que ver con las limitaciones de la legislación laboral

para cubrir toda la problemática emergente de las relaciones laborales, problemática

insuficientemente tratada por la normatividad del trabajo, sobre todo por su

obsolescencia e incluso su dispersión. Por ese factor, la negociación colectiva se

constituyó en el instrumento más pertinente para superar los vacíos legales que se

planteaban como efecto de los periódicos cambios en las tareas productivas.

Un tercer factor que guarda relación con el tema anterior, surge como efecto de

los procesos de desmasificación existentes en las relaciones laborales, expresadas en el

surgimiento de formas atípicas de producción de bienes y servicios, como es el caso del

trabajo a domicilio, la microempresa o la subcontratación entre otras, las mismas que

precisaban de renovados marcos legales a objeto de lograr una adecuada protección de

los derechos laborales ya no tratados de manera aislada, sino bajo criterios colectivos en

la perspectiva de lograr también un mayor beneficio común.


En nuestro país, el conjunto de normas que configuran la legislación laboral,

básicamente código laboral, por el contexto histórico en el que fueron elaboradas,

inciden centralmente en los límites impuestos por las relaciones individuales del trabajo.

Por eso resulta en la actualidad imprescindible configurar un renovado escenario

jurídico, compatible con la nueva previsión constitucional que reconoce a la

negociación colectiva como un derecho inmanente a los actores sociales.

Negociación colectiva, convenios y contratos colectivos, constituyen necesarios

referentes de una visión más actualizada y moderna de las relaciones laborales.

Artículo 220 del código laboral.

Garantías de la negociación colectiva

La Constitución del Ecuador en el Capítulo “Trabajo y Producción”, señala en su

artículo 325 lo siguiente:

“Art. 325.- El Estado garantizará el derecho al trabajo. Se reconocen todas las

modalidades de trabajo, en relación de dependencia o autónomas, con inclusión de

labores de auto sustento y cuidado humano; y como actores sociales productivos, a

todas las trabajadoras y trabajadores” (Constitución del Ecuador, 2008).

Así mismo en su artículo 326 dispone:

“Art. 326.- El derecho al trabajo se sustenta en los siguientes principios: (…)

7. Se garantizará el derecho y la libertad de organización de las personas trabajadoras,

sin autorización previa. Este derecho comprende el de formar sindicatos, gremios,

asociaciones y otras formas de organización, afiliarse a las de su elección y desafiliarse

libremente. De igual forma, se garantizará la organización de los empleadores.


8. El Estado estimulará la creación de organizaciones de las trabajadoras y trabajadores,

y empleadoras y empleadores, de acuerdo con la ley; y promoverá su funcionamiento

democrático, participativo y

9. Para todos los efectos de la relación laboral en las instituciones del Estado, el sector

laboral estará representado por una sola organización.

10. Se adoptará el diálogo social para la solución de conflictos de trabajo y formulación

de acuerdos.

11. Será válida la transacción en materia laboral siempre que no implique renuncia de

derechos y se celebre ante autoridad administrativa o juez competente.

12. Los conflictos colectivos de trabajo, en todas sus instancias, serán sometidos a

tribunales de conciliación y arbitraje.

13. Se garantizará la contratación colectiva entre personas trabajadoras y empleadoras,

con las excepciones que establezca la ley.

14. Se reconocerá el derecho de las personas trabajadoras y sus organizaciones

sindicales a la huelga. Los representantes gremiales gozarán de las garantías necesarias

en estos casos. Las personas empleadoras tendrán derecho al paro de acuerdo con la ley.

15. Se prohíbe la paralización de los servicios públicos de salud y saneamiento

ambiental, educación, justicia, bomberos, seguridad social, energía eléctrica, agua

potable y alcantarillado, producción hidrocarburífera, procesamiento, transporte y

distribución de combustibles, transportación pública, correos y telecomunicaciones. La

ley establecerá límites que aseguren el funcionamiento de dichos servicios.

16. En las instituciones del Estado y en las entidades de derecho privado en las que haya

participación mayoritaria de recursos públicos, quienes cumplan actividades de


representación, directivas, administrativas o profesionales y demás servidores públicos,

se sujetarán a las leyes que regulan la administración pública. Bajo este régimen, los

servidores públicos tendrán derecho a la organización para la defensa de sus derechos,

para la mejora en la prestación de servicios públicos, y a la huelga de conformidad con

la Constitución y la Ley. En virtud de que el Estado y la administración pública tienen

la obligación de velar por el interés general, solo habrá contratación colectiva para el

sector privado” (Constitución del Ecuador, 2008).

En este último artículo traemos a consideración los numerales que tienen

relación directa con el objeto de este trabajo, pues si bien la enmienda a la Carta Magna

plantea unificar el régimen laboral en el sector público, no hay aún disposición legal

alguna que se oriente a hacer efectivo ese mandato.

¿Deberían celebrarse contratos colectivos en el sector público?

Como ya se ha demostrado en líneas anteriores, el contrato colectivo en el

ámbito privado se encuentra regulado a partir del artículo 220 del Código del Trabajo,

generándose una interrogante en cuanto al contrato colectivo en el sector público. En

relación a esta cuestión sirve de fundamento la enmienda constitucional del artículo 326

numeral 16 cuyo texto precisa lo siguiente:

En el artículo 326 numeral 16, luego de las palabras "o


profesionales" inclúyanse las palabras "y demás servidores públicos" y
sustitúyase la frase: "Aquellos que no se incluyen en esta categorización
estarán amparados por el Código del Trabajo." por el siguiente texto: "Bajo
este régimen, los servidores públicos tendrán derecho a la organización para
la defensa de sus derechos, para la mejora en la prestación de servicios
públicos, y a la huelga de conformidad con la Constitución y la ley. En virtud
de que el Estado y la administración pública tienen la obligación de velar por
el interés general, sólo habrá contratación colectiva para el sector privado."
(Asamblea Nacional. Enmiendas Constitucionales. 2015)

En este sentido, se puede colegir que no existiría este tipo de contratación en el

ámbito público debido a que el Estado mediante la Ley Orgánica del Servicio Público

pretende proteger y garantizar los derechos de los servidores públicos, es decir al


permitirse la contratación colectiva en este ámbito, se propendería a una ampliación

innecesaria de los beneficios de este grupo puesto que las leyes vigentes ya buscan

satisfacer las necesidades relativas a las exigencias que pueden ser planteadas en el

contrato colectivo.

Prebenda en el ámbito Público

La palabra prebenda tiene varias acepciones, sin embargo en el presente trabajo

nos enfocaremos en una sola, de esta manera tomamos a la prebenda como el oficio

remunerado de una manera cuantiosa, sin haber sido trabajosa su labor.

En el ámbito público las prebendas se han llevado a cabo fuera del marco de la

Ley, debido a la naturaleza misma de esta figura, es de entender que sea utilizada con la

finalidad de administrar de manera dañosa los recursos con los que cuenta el propio

estado, ya que si bien en el ámbito privado ser beneficiario de una prebenda sería

motivo de júbilo, debido a que en el plano real todos y cada uno de nosotros nos

gustaría encontrarnos en una situación parecida.

El panorama cambia en cuanto nos encontramos con el dilema de que los

recursos con los que cuenta la administración pública, son limitados, esto debido a que

todos los años por ley se elabora un presupuesto general en el que se establecen los

activos con los que contarán las dependencias del poder central, por lo que podemos

inferir que no es factible para el correcto uso de los recursos del estado. Esto quiere

decir que la autoridad nominadora no cuenta con la potestad para ejercer este tipo de

contratos y pagos, tanto a personas naturales y jurídicas del derecho privado.

Imposibilitando de esta manera la celebración de un contrato o títulos de crédito

con estas características debido a que de hacerlo, y más aún si es que esto se lo hace
bajo el contexto del derecho laboral colectivo se estaría despilfarrando y haciendo un

uso irresponsable de los recursos otorgados por el propio el estado.

Caso famoso

Carlos Ochoa ex superintendente de comunicaciones fue destituido de su cargo

por la predeterminación de responsabilidades administrativas y civiles culposas, debido

a que en su época al frente de Gama tv, la Contraloría General del Estado logró

determinar una serie de valores extra que le fueron adjudicados a Ochoa por razón de

transmisión de fútbol entre otras actividades, además de la compra de un vehículo de la

empresa exclusivamente para su movilidad.

Conclusiones

Como es de conocimiento público, la vida social del ser humano tiende siempre a

desarrollar relaciones cada vez más complejas, esto como producto de los avances y

descubrimientos que tienen lugar en otros ámbitos de la vida humana, independiente de

las relaciones sociales y laborales propiamente dichas, dichos avances y cambios vienen

de la mano con la tecnología y con la mejora en los campos de producción industrial

entre otros. Estos cambios provocan que existan algunos vacíos dentro del marco legal,

debido a que la sociedad y en particular las relaciones laborales, cambian de manera

espontánea, lo contrario ocurre con la ley y el Derecho en general, pues es bien sabido

que el mismo cambia y se adapta a la sociedad de manera gradual.

Como se señaló con anterioridad dentro del presente trabajo en la actualidad existen

nuevas modalidades de empleo y de relación laboral las cuales deben ser reguladas de

manera más precisa y para ello la negociación colectiva es el mejor de los caminos

debido a que estamos hablando de trabajadores que dentro de la ley, debido a sus

condiciones de trabajo, no encuentran amparo. Cabe destacar que es un porcentaje cada


vez mayor de personas las que se dedican a este tipo de empleos que a simple vista se

encuentran en relacione dependencia. Sin embargo las mismas no cuentan con los

beneficios que de una relación laboral individual derivan, por ello es de vital

importancia la inclusión de la negociación colectiva con el fin de velar por los derechos

y la dignidad de quienes se encuentran en una modalidad de empleo no amparada por

las leyes concernientes a la relación laboral, y debido a que muchas veces son varias las

personas que se dedican a este tipo de “trabajos” es necesario que todas y cada una de

ellas se encuentran en igualdad de condiciones ya que se dedican al mismo rubro.

Como señala la misma Constitución de la república, la negociación colectiva es un

mecanismo legalmente reconocido como una forma de conciliación entre las partes

además de ser una herramienta íntimamente relacionada con la democracia

participativa, también a criterio grupal esta sería una herramienta eficaz a la hora de

evitar las prebendas dentro del sector público, ya que la creación de un convenio

colectivo generaría iguales derechos y obligaciones para todos los intervinientes

evitando así una malversación de fondos, sin embargo si se aplica un convenio colectivo

dentro del ámbito público se deberá evitar por todos los medios posibles la ampliación

innecesaria de beneficios de las y los trabajadores.

Bibliografía
Miño, I. r. (2007). LAS REFORlAS LABORALES AL MODELO NORMATIVO DE
NEGOCIACIÓN COLECTIVA DEL PLAN LABORAL. scielo .

Asamblea Nacional. Código del Trabajo (2005). Registro Oficial Suplemento N 167.
Publicado el 16 de diciembre de 2005.

Asamblea Nacional. Ley Orgánica de Servicio Público (2010). Registro Oficial


Suplemento N 294. Publicado el 6 de octubre de 2010.

Asamblea Constituyente. Constitución de la República del Ecuador (2008). Registro


Oficial N 449. Publicado el 20 de octubre de 2008.

Asamblea Nacional. Enmiendas Constitucionales (2005).

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