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Convivencia urbana

de los pueblos originarios:


Iztapalapa, Ciudad de México
Marco Antonio Trejo Velázquez

Resumen
La Ciudad de México, complejo conglomerado cultural, acoge en su territorio diversas representaciones cultura-
les, pueblos originarios, migrantes, población urbana; a partir de estos puntos contrastantes, expondremos que
la Delegación Iztapalapa es un espacio de vida cultural, de tradición, de identidad, de redes solidarias, como un
territorio que merece ser visto por trabajadores sociales e investigadores desde los ojos de sus pueblos origina-
rios, que a partir de su cosmovisión y ethos han modificado sus modos y estilos de vida, adaptándose a las trans-
formaciones económicas, políticas y sociales en procesos de convivencia urbana desde los años cincuenta del
siglo pasado. Sin duda, una mirada particular a las estrategias y formas en que los habitantes de los pueblos de
Iztapalapa tratan de hacer vivir cotidianamente su pasado, su presente, su historia e importancia como pueblos
originarios de esta gran urbe, frente a sus avecindados en un ir y devenir de convivencia urbana entre espacios
públicos y privados, entre festividades y tradiciones.
Palabras clave: agricultura, convivencia urbana, cosmovisión, cultura, identidad, espacio público, ethos, Iztapalapa, modos,
estilos de vida, Trabajo Social, otredad, pueblos originarios, urbanización, zona lacustre.

Abstrac
Mexico City complex cultural conglomerate hosts on its territory various cultural performances, indigenous
peoples, migrants, urban population from these contrasting points, we will discuss the Iztapalapa is a space of
culture, tradition, identity, network solidarity, as a territory that deserves to be seen by social workers and re-
searchers from the eyes of its native peoples, who from their worldview and ethos have changed their ways and
lifestyles, adapting to the economic, political and social changes in processes of urban life since the fifties of
the last century. Undoubtedly one particular strategies and ways in which the inhabitants of the towns of Izta-
palapa, try to do daily live their last look, its present, its history and importance as native peoples of this great
city, in front of his resident in a go and future of urban coexistence between public and private spaces, between
festivities and traditions.
Keywords: agriculture, urban coexistence, cosmovision, culture, identity, public space, ethos, Iztapalapa, modes, lifestyles, So-
cial Work, otherness, native peoples, urbanization, lacustrine zone.

Introducción de contradicciones económicas, políticas,


La Ciudad de México, en especial la De- sociales y culturales.
legación Iztapalapa, a inicios de la déca- Hoy en día, en el imaginario colectivo
da de los cincuenta sufrió un crecimiento de los habitantes de la Ciudad de México,
poblacional desproporcionado respec- hablar de Iztapalapa implica referirse in-
to de las demás delegaciones del Distrito mediatamente a violencia, caos, robo, in-
Federal (ahora Ciudad de México), pasan- vasiones de tierras, movimiento urbano
do de ser un territorio agrícola a un con- popular, es decir, lo negativo de esta gran
glomerado urbano desordenado y lleno urbe, que es reforzado por los medios

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masivos de comunicación, para quienes sus comportamientos en público de ma-
esta demarcación en ocasiones es sinóni- nera recíproca con los demás. Estos pac-
mo de nota roja. tos cotidianos son implícitos, y además no
Ahora bien, Iztapalapa alberga en su te- son fijos, sino dinámicos, se están siempre
rritorio geopolítico instituciones públicas renegociando entre personas y grupos so-
de educación superior como la Facultad ciales con intereses, valores e identidades
de Estudios Superiores Zaragoza de la Uni- diversas y cambiantes. Ninguna normativa
versidad Nacional Autónoma de México, o regulación administrativa puede substi-
la Universidad Autónoma Metropolitana y tuir estas negociaciones; de otra manera,
dos planteles de la Universidad Autónoma el espacio público perdería toda vitalidad.
de la Ciudad de México; museos como el Ex-
convento de Culhuacan, Cabeza de Juárez y Los pueblos de Iztapalapa
del Fuego Nuevo, Archivo Histórico de Izta- La raíz de los pueblos originarios de Iztapa-
palapa, espacios por sí mismos importan- lapa puede ubicarse en momentos antes de
tes como detonadores culturales; de igual la conquista de Tenochtitlan, Boehm (1986)
forma, se encuentra el centro económico y da cuenta de ello al señalar que la impor-
distribuidor de mercancías más importante tancia de estos pueblos estaba dada por su
de la Ciudad de México: la Central de Abas- ubicación estratégica en las márgenes del
tos, y como un hecho particularmente im- lago, así como por su producción agrícola,
portante, sus pueblos originarios. señalando que quien dominara las riberas
Los pueblos originarios de Iztapalapa se y zonas chinamperas del lago sería quien
consideran descendientes de los pueblos ri- ejercería el control hegemónico, por ello los
bereños e isleños de lo que en un pasado mexicas, al llegar a la Cuenca del Valle de
era la península de Iztapalapa; cuando el México, se dieron a la labor de controlar es-
lago de Texcoco cubría la Cuenca del Va- tas zonas.
lle de México. El desarrollo y control de los recursos
A partir de estos puntos contrastantes, agrohidráulicos en la época prehispáni-
los trabajadores sociales pueden conocer de ca permitió el desarrollo de estos pueblos
manera concreta y oportuna los contextos y sobre todo su supervivencia por más de
comunitarios para que su tarea profundice,
500 años de dominación colonial. Fue has-
impacte y trascienda. Hay que tener en cla-
ta el inicio de la desecación de los lagos
ro que la Delegación Iztapalapa también es
que se genera una gran transformación de
un espacio de vida cultural, de tradición, de
los modos de vida de los habitantes de es-
identidad, de redes solidarias; es sin duda
tos pueblos, su equilibrio con el medio am-
un territorio que merece ser visto desde los
biente fue trastocado y por consecuencia
ojos de sus pueblos originarios, así como
se propiciaron procesos de cambios socia-
de sus estrategias para lograr su conviven-
les y culturales que aún continúan.
cia urbana, tal como lo señala Aramburu
La pérdida de tierras de cultivo, chi-
(2008, p. 147), quien explica que la convi-
nampas y espacios de explotación lacus-
vencia o coexistencia en calles y plazas se
tre permitió que especuladores de tierra
sustenta sobre acuerdos tácitos. La gen-
durante las décadas de los cincuenta y
te, a todas horas y en todos lados, ajusta

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sesenta del siglo pasado, trastocaran te- La convivencia urbana
rritorios y con ello el resquebrajamien- La convivencia urbana parte, en concordan-
to de una cultura ancestral que en estos cia con Mockus (2003), de que buena parte
momentos se encuentra en proceso de re- del comportamiento urbano sigue códigos
cuperación en San Juanico Nextipac, San socioculturales adquiridos implícitamen-
Andrés Tetepilco, La Asunción Aculco, San te que llevan a identificar contextos y que
Marcos Mexicaltzingo, Magdalena Atla- cada contexto lo asocian con un repertorio
zolpa, San Francisco Culhuacán, los Reyes de acciones aceptables. Asimismo, Cuesta
Culhuacan, San Andrés y Santa María To- (2010, p. 180) enfatiza que en las calles se
matlán, San Lorenzo Tezonco, Santa Cruz aprenden reglas de comportamiento, se vi-
Meyehualco, San Sebastián Tecoloxtitlan, ven experiencias que determinan decisio-
Santa María Aztahuacán, Santa Martha nes futuras, se comparten saberes con los
Acatitla, Santiago Acahualtepec, San Lo- otros habitantes; en fin, en la calle se van
renzo Xicotencatl e Iztapalapa (con sus constituyendo los ciudadanos: se aprende
ocho barrios: La Asunción, Santa Bárba- cómo hay que actuar, y qué prácticas son
ra, San Ignacio, San Pedro, San Pablo, San mal vistas, transmite tradiciones culturales
José, San Lucas, San Miguel). y da a conocer las nuevas variantes de la
Bell (1990) nos señala que los procesos lengua local. De manera informal, la ciudad
de inclusión a las sociedades mayores de enseña rica cultura.
estas pequeñas culturas están sujetas en Algunos autores también expresan,
primera instancia al alejamiento de los pro- como Jacquinet (2005), que la reestructu-
cesos y pautas comunitarias para abocarse ración pública y las prácticas de desarro-
a individualismo,1 que por supuesto detona llo en esta nueva fase de la realidad urbana
el cambio social, pero en segunda instan- tienen que asentarse sobre los pilares y
cia —y he ahí las contradicciones cultura- prácticas del vecindario, un legado de si-
les—, al generarse los conflictos propios de glos de convivencia.
pérdida de identidad y cultura, se genera Para el caso que nos ocupa, los pueblos
paradójicamente un cambio a la inversa, es originarios y comunidades avecindadas en
decir, los individuos regresan a la colectivi- el contexto de la ciudad para lograr la con-
dad y regeneran sus espacios de conviven- vivencia, deben reconocer a la otredad y su
cia social, comunitario y culturales con el diversidad enmarcadas en los procesos de
objeto de no perder la esencia. interculturalidad para lograr los acuerdos
de convivencia y respeto en el sentido que
señalan Almaguer, Vargas y García (2014,
1
La pérdida de tradiciones y festividades en los s/p), el proceso de convivencia en el que
pueblos a causa de este factor ha desencadena- las personas, grupos e instituciones, con
do consecuencias en pueblos como Mexicaltzingo
y Atlazolpa, en los cuales sus fiestas y tradicio- características culturales y posiciones di-
nes están casi muertas, al existir un desdén y apa- versas, conviven y se relacionan de manera
tía para continuar con mayordomías, y si se suma abierta, horizontal, incluyente, respetuosa y
el embate de la delegación para no dar permisos
para quema de castillos, procesiones y otras acti-
sinérgica en un contexto compartido.
vidades, el futuro es incierto.

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El reconocimiento al otro u otredad como Meyehualco, Nextipac, Tetepilco, Te-
permite de igual forma armonizar las re- zonco y Tecoloxtitlan, en los cuales la gen-
laciones y la convivencia con base en la te propicia formas de organización alterna
identidad; Tamayo y Wildner (2005, pp. para mantener vivas sus tradiciones, sea a
16-21) señalan tres elementos identitarios través de Asociaciones Civiles, grupos cul-
para entender lo anterior: el primer ele- turales, o asociaciones de mayordomos. Al
mento de la identidad es el reconocimien- respecto, Geertz (2001, p. 118) exponía que
to. El segundo elemento de la identidad es el ethos de un pueblo es el tono, el carác-
la pertenencia. El tercer componente de ter y la calidad de su vida, su estilo moral y
la identidad es la permanencia. El cuar- estético, la disposición de su ánimo; se tra-
to componente de la identidad es la vin- ta de la actitud subyacente que un pueblo
culación, la interacción social y simbólica, tiene ante sí mismo y ante el mundo que
la relación intersubjetiva, la formación del la vida refleja. Su cosmovisión es un retra-
nosotros, la solidaridad. to de la manera en que las cosas son en
La convivencia urbana entre las ciu- su pura efectividad; es su concepción de la
dades y pueblos originarios debe ser vista naturaleza, de la persona, de la sociedad. La
no sólo desde los espacios públicos donde cosmovisión contiene las ideas más gene-
las interacciones sociales cumplen diver- rales de orden de ese pueblo.
sas funciones de integración y vinculación Los procesos señalados se ven reflejados
en diversos aspectos de su cotidianidad; en las siguientes pautas: Meyehualco orga-
Aramburu (2008, p. 147) explica que la nizó sus mayordomías en una Asociación y
convivencia o coexistencia en calles y pla- puso en claro sus objetivos para recuperar
zas se sustenta sobre acuerdos tácitos. La algunas festividades que se estaban per-
gente, a todas horas y en todos lados, ajus- diendo, planteó mediante asambleas co-
ta sus comportamientos en público de ma- munitarias la necesidad de fortalecer su
nera recíproca con los demás. Estos pactos cultura, tradición y costumbre, siendo la
cotidianos son implícitos, y además no son mayordomía principal del 3 de mayo la que
fijos, sino dinámicos, se están siempre re- daría directriz a este esfuerzo, al tiempo de
negociando entre personas y grupos so- involucrar a las nuevas generaciones en
ciales con intereses, valores e identidades las actividades de las fiestas para que des-
diversas y cambiantes. Ninguna normativa de la práctica valoren cómo estas festivida-
o regulación administrativa puede substi- des religiosas tenían la función de generar
tuir estas negociaciones; de otra manera, no sólo procesos de intercambio, comuni-
el espacio público perdería toda vitalidad. cación, sino también de reafirmación y for-
Acorde con lo anterior, es precisamen- talecimiento de su cultura, de su familia y
te en ese momento donde los individuos cohesión de su comunidad.
reflexionan sobre su entorno, su cosmo- Sobre ello, el Dr. Pedro Gárces, de la
visión y generan mecanismos de auto- Asociación de Mayordomías de Santa Cruz
control que los llevan a organizarse para Meyehualco, explica:
evitar la pérdida o colapso de sus tradicio-
nes y formas culturales, ejemplo de ello es para ser mayordomo del 3 de mayo, el intere-
lo que está pasando en algunos pueblos sado tiene por fuerza que haber colaborado

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en alguna mayordomía menor... ahora ya concluir la pastorela, los Fiscales de la Igle-
tenemos mayordomos para todas las ma- sia católica compartieron 9 piñatas para la
yordomías pequeñas, y la mayor hasta el comunidad.
2025. Tecoloxtitlan organiza un carnavali-
to para los niños, donde ellos se apropian
Nextipac se organizó en asociación ci- de esta tradición y la puedan reproducir
vil y pretende recuperar sus tradiciones, cuando tengan la edad de participar en el
vigorizar las que aún perviven, involu- gran carnaval.
crar a los avecindados que a lo largo de Lo interesante de los casos presenta-
cincuenta años han llegado a habitar de dos es que los habitantes de los pueblos en
diferentes partes del país, en lo que an- general apoyan estas iniciativas, les con-
tiguamente eran sus tierras de cultivo, y ceden la autoridad moral para que estas
recobrar sus espacios de convivencia tra- tareas sean realizadas, es decir, las legiti-
dicional; Tetepilco reaviva tradiciones y man, como lo señala Fábregas (1986, p.57);
adopta nuevas, como el carnaval, median- la construcción de una tradición cultural
te una asociación. es parte de la historia social y del contras-
Tezonco intentó congregar en una aso- te entre la invención social.
ciación a todos los grupos tradicionales La convivencia urbana de los pue-
para poder hacer un frente común ante la blos de Iztapalapa se ha mantenido gra-
política delegacional y poder reforzar sus cias a varios mecanismos de adaptación
tradiciones de una manera conjunta y no a la sociedad mayor urbana, en este sen-
tido, Touraine (1997, p. 90) señala que la
aislada, un dato relevante es que en este
identidad del sujeto sólo puede construirse
esfuerzo de la comunidad también se in-
por la complementariedad de tres fuerzas:
cluyó a otros grupos religiosos como los
el deseo personal de salvaguardar la uni-
evangelistas, el cual es conformado por fa-
dad de la personalidad, desgarrada entre el
milias nativas de la comunidad y quienes
mundo instrumental y el mundo comuni-
han luchado por un reconocimiento igual
tario; la lucha colectiva y personal contra
al que se le da a los nativos católicos, como
los poderes que transforman la cultura en
ejemplo importante, en diciembre de 2009
comunidad y el trabajo en mercancía; y el
organizaron un evento cultural en la pla-
reconocimiento interpersonal, pero tam-
za del pueblo —una pastorela—, en el que
bién institucional, del otro como sujeto.
se invitó a participar a toda la comunidad Continuando con Touraine (1997, p.
—nativos y avecindados— para reforzar sus 165), éste expone que no lograremos vi-
lazos comunitarios y su convivencia urba- vir juntos más que si reconocemos que
na; la respuesta sobrepaso las expectativas nuestra tarea común consiste en combi-
(mil asistentes y cerca de 100 participan- nar acción instrumental e identidad cultu-
tes), se integraron al evento sonideros, ral, por tanto, sólo si cada uno de nosotros
club de baile, danza, grupos musicales y se construye como sujeto y nos damos le-
otros más. La pastorela fue integrada por yes, instituciones y formas de organización
jóvenes católicos y evangelistas —los en- social, cuya meta principal sea proteger
sayos se realizaron en ambos templos—, al nuestra demanda de vivir como sujetos de

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nuestra propia existencia. Sin ese principio Los testimonios dan cuenta de ese pa-
central y mediador, la combinación de las sado y de cómo explotaban el lago, la cié-
dos caras de nuestra existencia es tan im- nega y ribera con estrategias y técnicas
posible de realizar como la cuadratura de que les permitían mantener un equilibrio
un círculo. con el medio ambiente, es decir, que rea-
Considerando lo anterior, el traba- lizaban esta explotación considerando las
jador social, para lograr una mayor inci- temporadas climáticas, por ejemplo, la ya
dencia en su actuar en las comunidades y conocida caza de patos (armadas), o la
pueblos urbanos, deberá efectuar una re- pisca de hierbas comestibles (xoconost-
flexión amplia sobre sí mismo, de dónde le, xocoyole —lengua de vaca—, verdola-
proviene, de dónde es, a dónde pertene- gas, tlayocol, quelites, nopales, epazote), la
ce, es decir, reconocerse como parte de pesca de charales, ranas, así como el culti-
una familia, de una comunidad, para con vo de ahuautle y demás fauna nativa.
ello poder entender al otro; posteriormen- Las zonas chinamperas eran de suma
te, tendría que agregar a esta reflexión lo importancia para el sostenimiento econó-
expuesto por Tamayo y Wildner (2005, p. mico de estos pueblos, pero a consecuencia
29) sobre reconocer, de entrada, dos nive- de la desecación se fueron perdiendo, y si
les para definir el espacio urbano: el con- se suma a ello las expropiaciones e invasio-
creto o material de la experiencia, de la nes, tenemos un cambio radical en la vida
práctica cotidiana, de la percepción, de la económica de la región, así como en los
modos y estilos de vida de sus habitantes.
apropiación que de él hace la gente; y el
En el imaginario de las nuevas genera-
resultado de su representación en ideas e
ciones, las chinampas de Iztapalapa eran
imágenes, pensado en un contexto históri-
tierras improductivas, basureros, porque
co. Lo anterior permite que se mire la con-
así lo manejó el gobierno en su campa-
vivencia urbana de forma sincrónica entre
ña para poder mermar la oposición de los
todos y cada uno de los actores que en-
campesinos dueños de esos espacios his-
tienden a su ciudad de maneras distintas,
tóricos y salvaguardas de una tecnología
es decir, cosmovisiones que confluyen y
agrícola altamente productiva2 y poder
dan dinamismo a las relaciones sociales.
llevar a cabo expropiaciones, quedando en
Estos actores, por supuesto, tienen pro-
el olvido las zonas chinamperas que algu-
cesos identitarios, cultura, tradiciones y na vez fueron sustento de familias de los
costumbres. pueblos.
Otro aspecto importante y del cual se Actualmente, por un afán conservacio-
ha dado cuenta en esta investigación, fue nista y de profundo apego a la tierra, los
la explotación lacustre y chinampera de la últimos campesinos de Iztapalapa se nie-
zona, ya que su recuerdo es memoria viva gan a dejar morir estos espacios, conservan
de los habitantes de esta región —penínsu-
la de Iztapalapa— puesto que no hace más Karl Marx, en sus notas etnológicas recuperadas
2

de 60 años aún vivían de la explotación de por Laurence Krader lo señala, igual que Karl Witt­
fogel en su modo asiático de producción al com-
los recursos lacustres. parar esta tecnología con la implementada en
China, Egipto y Persia.

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pequeñas chinampas como memoria de su de los procesos rituales, representaciones
pasado, de su cultura e identidad.3 simbólicas, dependían de la explotación la-
Estos cambios generados por los planes custre y del campo. Los mayordomos, por
de urbanización de la ciudad dieron pau- ejemplo, solían subir a los cerros a cortar
ta a que iniciaran procesos de fracciona- leña para la comida, asistían en comitiva a
miento que extendieron la mancha urbana fortalecer sus lazos de identidad y solida-
y provocaron la desaparición de la zona ridad para llevar a buen término su com-
agrícola y lacustre de Iztapalapa. Ello, por promiso con su santo patrono o patrona,
supuesto, no contó con un plan apropia- en este proceso eran acompañados por las
do para el saneamiento del suelo, estas tie- imágenes de sus divinidades.
rras permanecieron salitrosas debido a que Para la celebración de las bodas, se iba
esta parte del lago de Texcoco contenía al- al campo para traer ramas de pirul y armar
tos niveles de salinidad. Las consecuen- el Chical o enramada. Esa estructura mon-
cias palpables de este error lo recienten tada en el patio de las casas servía de som-
las unidades habitacionales de Santa Cruz bra en una primera parte de la fiesta para
Meyehualco y Ejército de Oriente, sólo por las cocineras, ahí éstas preparaban los ali-
mencionar algunas, reflejados en el salitre mentos que compartirían con los invitados
y debilitamiento de la cimentación y mu- al día siguiente y ya en la celebración los
ros, hundimientos e inundaciones. invitados ocuparían ese lugar para com-
A consecuencia de este proceso, los ha-
partir los alimentos y participar en los ri-
bitantes de los pueblos tuvieron que cam-
tuales correspondientes, como el baile del
biar radicalmente su forma de vida y sus
guajolote o el de las escobas. Estos ejem-
medios de producción al pasar de una eco-
plos muestran nuevamente el vínculo que
nomía agrícola a una de mercado urbano,
existía entre la comunidad con su entorno
muchas familias sufrieron la desintegra-
ecológico, y se puede explicar de acuer-
ción al tener que migrar a otras zonas de la
do con Figueroa (1994, p. 298) porque los
ciudad o estados circunvecinos, otras te-
símbolos rituales (dominantes) poseen un
nían que trasladarse todos los días al cen-
polo ideológico en el que se encuentra un
tro de la ciudad o colonias de clase media
conjunto de significados referidos al or-
y alta para alquilarse como jardineros,
mozos, sirvientas, y los menos, dedicar- den moral y social, y en consecuencia, a las
se al comercio y/u otras actividades eco- normas y valores inherentes a las relacio-
nómicas. Quienes contaban con recursos nes estructurales de la sociedad, asimismo,
vendían sus tierras y se asociaban en em- reafirma que el significado de los símbo-
presas camioneras, tabiqueras, entre otras. los no estriba únicamente, como lo señala
Lo ocurrido por los cambios del modo Geertz, en ser vehículos de concepciones.
de producción también tocó las membra- Su significado es la concepción misma y
nas de la organización tradicional. Muchos ella no puede desvincularse de las actitu-
des hacía ellos, se trata, en consecuencia,
de que los significados de los símbolos es-
3
Existen algunas chinampas productivas como la
de eje 6 sur —frente a la Central de Abastos— y en
tén en relación con las normas y con los
Tetepilco. valores sociales y es así que los sistemas de

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símbolos son esquemas o modelos cultu- interacciones entre vecinos, nativos, ave-
rales que pueden caracterizarse como: se- cindados y gente que día a día transita y
rie de relaciones entre entidades, procesos hace uso de ellos en diferentes horarios y
o cualquier sistema físico, orgánico, so- en diferentes formas de organizar su coti-
cial o psicológico al formar relaciones con dianidad, al participar en fiestas patronales
ellos, al limitarlos o al simularlos. —simbólicas—, cívicas (carnavales, desfiles
Por lo expuesto en líneas anteriores, el de primavera, independencia, entre otras);
lograr entender la convivencia urbana en- en este sentido, Cuesta (2010, p. 181) afirma
tre la ciudad y sus pueblos, a partir de éstos que en la ciudad existen diferentes cosmo-
y otros contrastes más permitirá generar visiones, determinadas, entre otras cosas,
aportes al Trabajo Social y su práctica con- por las perspectivas generacionales, las
creta como proceso educativo formativo fronteras económicas, las tradiciones ba-
entre los investigadores, estudiantes, co- rriales, los saberes culturales. Es impor-
munidad y actores sociales. tante que el ciudadano tome la ciudad
La pedagogía urbana explora a la ciudad como un objeto de estudio, como un gran
y sus pueblos con visiones que permiten texto (tejido) que debe conocer y analizar,
recuperar sus saberes, formas organizati- de tal manera que sobrepase los límites de
vas, para entender sus identidades y cultu- su barrio y comprenda que la subjetividad
ras, con el objeto de permitir la planeación del vendedor ambulante es diferente a la
del conductor del taxi, a la del celador y
de proyectos con metodología de inter-
a la del bohemio que recorre las calles de
vención para contribuir al conocimiento y
noche.
a la transformación de los procesos socia-
Los trabajadores sociales e investiga-
les, los cuales deberán incidir en la partici-
dores de campo deben entender a los pue-
pación ciudadana o social, así como en el
blos de las ciudades como un objeto de
desarrollo social e intervenciones con un
aprendizaje, que muestra diversas reali-
conocimiento profundo de las comunida-
dades locales que a partir de contextos
des de trabajo; al respecto, Cuesta (2010,
particulares se van adaptando mediante
p. 181) señala que la ciudad, gracias a
diversas dinámicas culturales y sociales a
su compleja dinámica, es un gran maes-
las nuevas condiciones que el desarrollo de
tro que guía a sus estudiantes, presentán- la ciudad va imponiéndoles.
dole diferentes puntos de vista y diversas Iztapalapa, como se va apreciando,
formas de entender la vida. En últimas pa- no sólo es el Vía Crucis de Semana Santa,
labras, aprender de la ciudad significa en- es fiesta y tradición profunda; a lo largo
tender que ella enseña, socializa, y lo hace del año se celebran fiestas tanto religio-
a través de los elementos que la compo- sas como paganas, entre estas últimas se
nen (parques, calles, monumentos, plazas, encuentra el carnaval que año con año
entre otros) y de la tupida red de relacio- muestra máscaras de cera, botargas, trajes
nes humanas que existen e interactúan en de charro multicolores con bordados que
los espacios que ésta brinda. evocan un pasado glorioso y un presente
Es precisamente en esos espacios pú- inmediato (caballos, gallos, la guadalupa-
blicos donde se desarrolla parte de las na y hasta personajes de anime japonés),

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carros alegóricos, reinas de carnaval, es comunitarias se centre en estos últimos
una festividad en donde todos son igua- espacios.
les y no hay diferencias, todos se divierten, Por último, Aguilar (2005, p. 154) seña-
son uno solo. El fotógrafo Bulmaro Villa- la que hay que pensar a la ciudad no como
roel Velasco externa que en “…el carnaval un conjunto de espacios vividos y apropia-
nada es privado, todo es público, nada es dos, sino como un sistema de interaccio-
impedido y nadie es más o menos. Todos nes sociales que sólo podrían ocurrir de
son máscaras y tras la máscara todos son una manera determinada, en un contex-
iguales”. to que en forma ineludible oscila entre lo
En cuanto a sus celebraciones religio- anónimo de los encuentros y lo previsible
sas, todos los pueblos aún conservan parte de la situación.
de esta tradición, en ellas profundizan su
identidad, su autoreconocimiento, su te- Reflexiones finales
rritorio. Las procesiones religiosas enmar- Es importante hacer hincapié en los proce-
can los límites tradicionales de su pueblo sos que se dieron con el crecimiento de la
y barrios que se trasladan en algunas oca- mancha urbana, ésta se considera como un
siones a colonias vecinas, que sin embar- gran factor en la destrucción y desapari-
go, no hace mucho tiempo éstas formaban ción de procesos culturales, y que al tiempo
parte de ellos y que por disposiciones de puede crear otros, como los que mencio-
geopolítica delegacional se les disminu- na Levario (1998). La urbanización ayudó
yó su territorio al fraccionarse a través de a que los nativos de la Magdalena Contre-
decretos de expropiación y/o invasión de ras fundaran una de las fiestas menores,
terrenos, como lo comenta el señor Félix i) ésta tuvo sus inicios con la procesión de
Peña de San Juanico Nextipac: la imagen de San José por los nuevos asen-
tamientos del pueblo, en donde residían
…la delegación cortó nuestro territorio, eran nuevos habitantes “avecindados”; ii) con
parte de Nextipac las colonias el Sifón, am- esto, los nativos de la comunidad lograron
pliación Sifón, el Triunfo, Ampliación el tejer nuevas redes solidarias, iii) se estable-
Triunfo, parte de Apatlaco y las unidades ha- ce una nueva festividad religiosa como es
bitacionales, pero bueno, pensamos que ya la fiesta menor, o de manera política por-
no se puede hacer nada, pero sí agregarles que van creando nuevas normatividades
el apellido a estas colonias, como por ejem- para los avecindados creando una partici-
plo colonia Sifón de Nextipac. pación restringida en algunas actividades
socioculturales teniendo el cuidado de no
Festividades y celebraciones se desarro- perder el control sobre su comunidad.
llan en espacios públicos y privados, el uso A pesar de lo expuesto en líneas ante-
de sus plazas contribuye de igual modo a riores, no todo lo que brilla es oro, como
fortalecer sus lazos de identidad, son espa- dijeran los abuelos; sin lugar a duda, a pe-
cios de convivencia, de fortalecimiento de sar de esta atmósfera existen conflictos al
su cultura, de reconocimiento de su his- interior de los pueblos de carácter político,
toricidad; por ello es entendible que gran económico, social y cultural, y se suman
parte de sus actividades y festividades igualmente los conflictos con sus vecinos

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al negar éstos su festividad, formas de or- con las familias troncales, así como parti-
ganización y formas de ver al mundo —su cipar en las diferentes organizaciones co-
cosmovisión y ethos. munitarias, tanto las de carácter religioso
Fuentes (1998) exponía que los habi- como las relacionadas con la política.
tantes de pueblo se pueden clasificar en En este sentido, Tamayo y Wildner
dos tipos; los nativos, como originarios (2005, p. 28) consideran que la ciudad no
del pueblo y descendientes de los antiguos sólo es el cascarón físico de relaciones o
aztecas, y los avecindados, personas que de ambientes. Es ante todo producto de la
por X motivo tuvieron que cambiar su lu- intención humana, resultado de la acción
gar de residencia a este pueblo. La dicoto- social, escenario de conflictos sociales y
mía entre nativos y avecindados ha puesto derivación de manifestaciones culturales.
en problemas algunos rasgos característi- Es producto de la historia. Continuando
cos de la tradición y de la costumbre local, con Tamayo y Wildner (2005, p. 29), la ciu-
por ejemplo, para la realización de la fiesta dad es por consiguiente espacio estratégi-
patronal, tal vez el mayor signo de identi- co de interrelación entre la estructura de
dad local, los nativos han encontrado a úl- la globalización y la experiencia de lo lo-
timas fechas una serie de obstáculos por cal. Se desenvuelve entre una práctica cos-
parte de la delegación para la organización mopolita o universalista y una interacción
y realización de este festejo. La mayoría de particular; se constituye por espacios pú-
esas trabas son en parte fundadas por los
blicos y privados; se manifiestan en ella la
avecindados, a los que no les importan
modernidad y la tradición, la calle pública
mucho las tradiciones y costumbres loca-
y la casa particular.
les y luchan porque las erradiquen. Ade-
Por lo anterior, es necesario considerar
más de esta situación, las fricciones entre
todos los elementos que den cuenta de la
nativos y avecindados son muy esporádi-
convivencia urbana y al tiempo generar es-
cas. No existe entre estos grupos una se-
pacios de convivencia real en la que todos
gregación territorial en lo que se refiere al
y cada uno de los actores de esta gran ciu-
espacio del pueblo, puesto que cualquier
dad puedan reconocerse e identificar sus
persona puede deambular por todo el pue-
aportes culturales particulares y desenca-
blo sin ninguna restricción.
Medina (2007, p. 21), sin contravenir denar procesos de intercambio y construir
lo señalado por Fuentes (1998), considera identidades, para ver a la ciudad e Izta-
que una de las características que destaca palapa desde otra visión, como un espa-
a los miembros de los pueblos originarios cio cultural y con gran tradición, es decir,
en el marco de la megalópolis es una po- como un imaginario de memoria viva.
derosa cultura y conciencia comunitarias, Este universo es una mirada particular
al grado de que bien podemos reconocer a las estrategias y formas en que los habi-
aquí una doble ciudadanía. La condición tantes de los pueblos de Iztapalapa tratan
de originario se valida a través de requeri- de hacer vivir cotidianamente su pasado,
mientos relacionados con la condición cor- presente, su historia e importancia como
porada de la comunidad, es decir, el haber pueblo originario de esta gran urbe, convi-
nacido en su territorio y estar emparentado viendo con la gran ciudad.

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Finalmente, con lo expuesto a lo lar- realidades concretas de las comunidades
go del texto, los trabajadores sociales, o pueblos.
para lograr cumplir y trascender con su Posteriormente, a partir del intercambio
tarea, deberán reconocerse como perso- y diálogo de saberes con las comunidades y
nas con identidad, historicidad, sentido de pueblos, los trabajadores sociales desarro-
pertenencia a una familia, a una comuni- llarán propuestas de intervención construi-
dad o a un grupo cultural para entender das o deconstruidas en, con, para y desde
al otro, a los otros; lo anterior les permi- los grupos con los que llevan a cabo sus
tirá interdisciplinariamente construir nue- actividades y proyectos para lograr tener el
vos conocimientos y saberes acordes a las impacto e incidencia considerados.

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Marco Antonio Trejo Velázquez


Maestrante en Docencia. Profesor Investigador de la Universi-
dad Autónoma de la Ciudad de México, responsable del Grupo
de Trabajo Vinculación Interinstitucional y Cooperación Comu-
nitaria de la UACM, asesor académico de la Fundación Indíge-
nas Unidos por una Comunidad Mejor, A. C. Correo electrónico:
marco.antonio.trejo@uacm.edu.mx

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