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Enl@ce: Revista Venezolana de Información,

Tecnología y Conocimiento
ISSN: 1690-7515
revistaenlace@gmail.com
Universidad del Zulia
Venezuela

Finol, José Enrique


Semiótica y epistemología: diferenciaq, significación y conocimiento
Enl@ce: Revista Venezolana de Información, Tecnología y Conocimiento, vol. 1, núm. 2, mayo-
agosto, 2004, pp. 22-32
Universidad del Zulia
Maracaibo, Venezuela

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Enl@ce: Revista Venezolana de Información,
Tecnología y Conocimiento
LUZ-SAILUZ. ISSN: 1690-7515
Depósito legal pp 200402ZU1624
Año 1: No. 2, Mayo-Agosto 2004, pp. 22-32

Semiótica y epistemología: diferencia, significación y conocimiento

“Toda la realidad es un signo, un proceso dinámico de significados.


La semiosis infinita no es una propiedad exclusiva del conocer,
sino además, y al mismo tiempo, una propiedad de lo real”
Charles S. Peirce
José Enrique Finol

Resumen

La presente investigación teórica tiene por objetivo demostrar la hipótesis; según la cual, el análisis de
los procesos de información y significación, objeto de las investigaciones semióticas actuales, es fundamental
para el análisis de los procesos cognitivos. Tales procesos, en su estructura profunda, tienen como base
operaciones semióticas que determinan la representación del objeto de conocimiento y la organización de los
métodos de conocimiento. Para argumentar esa hipótesis, se parte de los aportes de la Teoría Matemática de
la Información y de la Lingüística Estructural y en particular, de la Semiótica de C. S. Peirce.
Palabras clave: Información, conocimiento, significación, semiosis, signo, epistemología.

Recibido: 04-7-06 Aceptado: 04-7-26

1 Investigador-fundador del Laboratorio de Investigaciones Semióticas y Antropológicas de la Universidad del Zulia.


Doctor en Ciencias de la Información y de la Comunicación (Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales, Fran-
cia). Postdoctorado en Semiótica y Antropología (Universidad de Indiana, EE.UU.). Presidente de la Federación La-
tinoamericana de Semiótica. Web: www.jefinol.esmartweb.com e-mail: joseenriquefinol@cantv.net

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Semiotics and Epistemology: Difference, Signification and Knowledge


Abstract

The objective of this theoretical research is to demonstrate a hypothesis according to which the informatics
and signification processes, which are object of current semiotic research, are basic to the analysis of cognitive pro-
cesses. Such processes, in their profound structure, are based on semiotic operations which determine the repre-
sentation of the object of knowledge, and the organization of methods of knowledge. In order to argue this
hypothesis we base it on the mathematical theory of information, and on structural linguistics, particularly on the
semiotics of C. S. Peirce.
Key words: Information, knowledge, signification, semiosis, sign, epistemology.

Introducción

El ser humano vive en un continuo proceso de conocimiento. Desde todos los ámbitos donde
el hombre se encuentra recibe un flujo ininterrumpido de señales2 que sobresaturan sus capacida-
des perceptivas. Sin cesar, desde su nacimiento hasta su muerte, en todas las horas del día, incluso
en el sueño, el ser humano recibe una compleja, incesante, simultánea y avasallante serie de seña-
les visuales, olfativas, táctiles, auditivas y gustativas de las cuales, a menudo, le es imposible esca-
par. Peirce, en su teoría pansemiótica, afirmaba que “this universe is perfused with signs, if it is not
composed exclusively of signs” (1905-1906: 5.448). Ahora bien, ¿cómo operan esos procesos de in-
formación y significación y cómo discriminamos lo que vemos u oímos, lo que gustamos, olemos o
palpamos? ¿Cómo enfrentamos, sin perecer en el intento, ese caudal de información que nos viene
tanto del mundo interior como del mundo exterior? ¿Cuáles son los mecanismos semióticos que ri-
gen la constitución de significaciones, creencias y conocimientos? No nos interesan en esta investi-
gación teórica los procesos psicológicos que subyacen en los procesos cognoscitivos, aunque será
ineludible referirnos a ellos constantemente. Nos interesan, por el contrario, los procesos semióti-
cos en los que, según nuestra hipótesis, los procesos cognoscitivos se fundamentan.

2 Utilizaremos el concepto de señal como materialidad básica del signo y, en consecuencia, diferente de lo que
Saussure (1965:129) denominaba significante, constituido por la forma material del signo. El significante, por su
parte, se opone a lo que mismo autor denominó significado o forma conceptual.

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Discriminar, separar, segregar lenguajes primarios, creados por el hombre


con el explícito propósito de comunicar (len-
Ciertamente el caudal de informaciones guaje verbal, gestos, escritura), hasta los len-
que recibimos es superior a nuestra capaci- guajes secundarios, cuya función
dad para percibirlas, analizarlas e interpretar- comunicativa es vicaria (vestimenta, arquitec-
las. La información se origina en complejos tura, objetos). Se trata de un mundo de seña-
procesos de percepción que deben enfrentar les artificiales, creadas por el hombre para
un espectro enorme de sensaciones; que van, ser articuladas, de manera convencional, con
desde las sensaciones simples conocidas significados, suerte de “unidades culturales”
como los qualia (Edelman y Tononi, 2000), (Eco, 1968), que constituyen unidades de in-
que tienen que ver con “los aspectos cualita- formación semiótica y socialmente codifica-
tivos de nuestros estados mentales, tales das. En tercer lugar, desde nuestro propio
como las sensaciones cromáticas” (Franklin, cuerpo nos llegan señales que de modo cons-
1999:32), hasta complejos sinestésicos don- tante nos indican, desde su funcionamiento
de la sensación subjetiva, generada en un fisiológico hasta su condición estética. Ellas
sentido, está determinada por una sensación comprenden, no sólo los síntomas y todos
anterior, originada en otro sentido diferente. aquellos procesos de naturaleza bioquímica
Las señales provienen desde tres fuen- que el cerebro registra, sino también, los sím-
tes fundamentales. En primer lugar, desde el bolos oníricos que vienen desde los niveles
mundo natural, cuyas señales van desde la inconscientes de la mente.
temperatura ambiente, con sus efectos de Ese caudal de información, esas
calor y frío, hasta los fenómenos climáticos, semiosis infinitas, nos obligan constante-
como la lluvia y el viento, pasando por las mente a discriminar y decidir cuáles señales y
señales del mundo animal. El entorno natu- cuáles informaciones queremos o podemos
ral, constituye una fuente permanente de se- recibir. De manera que, la primera estrategia
ñales de distinto orden que el hombre trata para enfrentar esa “agresión informativa” es
de descifrar. Esas señales, una vez codifica- de orden selectivo: de modo sistemático,
das, forman esa clase de signos que Peirce de- consciente o inconscientemente, poco im-
nominaba índices, es decir un signo que porta a los fines de este análisis, continua-
“forzosamente dirige la atención hacia un ob- mente decidimos centrar nuestra atención en
jeto particular sin que se describa” (Merrel, ciertas fuentes de información y desconocer
1998:76). En segundo lugar, otro importante otras; es decir, discriminamos entre aquella
grupo de señales proviene desde el mundo información que deseamos recibir y aquella
humano, las cuales incluyen las propias de los que deseamos ignorar. Por supuesto, no

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siempre logramos nuestro propósito, pues a de los significantes o de las combinaciones


menudo las señales del mundo interior o del inesperadas, es decir no-frecuentes, de éstos,
mundo exterior violentan nuestros marcos como a menudo ocurre en la publicidad y
perceptivos y se imponen sobre ellos. Una ex- también en la poesía.
plosión inesperada, por ejemplo, puede ha- La segunda estrategia que utilizamos,
cer cambiar nuestra selección del foco una vez que decidimos prestar atención a un
perceptivo, porque tal vez ella se relacione conjunto de señales, es la de descartar aque-
con nuestra seguridad personal o con la de llas en las que no reconocemos un carácter
un ser querido. significante, es decir, señales que no pertene-
Ahora bien, una vez que decidimos a cen a un código. Es a ese tipo de señales, que
cuál conjunto de señales vamos a prestar podemos llamar ruido, pues no forman parte,
nuestra atención, realizamos sucesivas ope- al menos en su primeridad3, de un sistema
raciones de jerarquización que se fundamen- aprendido4, capaz de articularse en un nivel
tan en nuestros intereses y necesidades; así de complejidad mayor, con un significado.
como también, en la organización misma de No obstante, también el ruido es una infor-
las señales y en su capacidad de impactarnos. mación, si definimos ésta en el sentido que le
Una de las estrategias semióticas fundamen- otorgaban, ya en 1947, Shannon y Weaver:
tales de ese conjunto de señales tiene que ver una selección binaria, que la teoría matemáti-
con leyes específicas de la Teoría de la Infor- ca de la información denomina bit (binary di-
mación, una de las cuales, por ejemplo, esta- git). Esa información se genera en la
blece que a mayor frecuencia menor diferencia entre /ruido/ y /no-ruido/ y usual-
información. En consecuencia, los emisores mente ha sido definida como “la medida de
del mundo humano a menudo recurren a téc- improbabilidad de un mensaje. La señal ines-
nicas y estrategias semióticas que tienen perada y rara es la que transmite más infor-
como propósito potenciar la capacidad de in- mación” (Nöth, 1990:135), mientras que la
formación, a través de la novedad del mensa- unidad de información se define como “la
je. Ello requiere de una constante renovación cantidad de información transmitida por una

3 Según la teoría peirceana del signo, la primeridad (firstness) se define como “el modo de significación de lo que es
tal como es, sin referencia a otra cosa (i.e. es una cualidad, una sensación, un sentimiento, la mera posibilidad de la
conciencia de algo aparte del ‘yo’”) (Merrel, 1998:52).
4 Los ruidos físicos, en primera aproximación, no constituyen un código sistemático por dos razones fundamenta-
les. En primer lugar no son creados con un deliberado propósito comunicativo y, en segundo lugar, no están regi-
dos por reglas. No obstante, en una segunda aproximación, es innegable que la experiencia acumulada del
individuo le permite reconocer el origen de los ruidos y, en consecuencia, pueden aportarle significación.

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unidad de un sistema que se compone de dos Como puede deducirse, estos tres pro-
unidades con la misma probabilidad” (Marti- cesos, /percepción/, /información/ y /significa-
net, 1970:227). Sin embargo, es importante ción/, correlativos a /señales/, /significantes/ y
distinguir aquí entre información y significado. /signi-ficados/, constituyen las bases de los
Así, como dice Martinet (1970), si bien en la procesos cognitivos, pues ellos determinan
expresión “Antonio está e…” el grafema “e” las sucesivas operaciones intelectuales de
no comunica un significado, sí transmite, por simplificación, acumulación, abstracción,
el contrario, una información, en cuanto que análisis e interpretación. Por supuesto, los
permite deducir que el sujeto “Antonio” no procesos cognitivos no son procesos lineales
está, por ejemplo, “durmiendo”, “rezando” o ni simples, como tampoco lo son los
“trabajando”, pues el grafema inicial “e” au- procesos semióticos que tienen como carac-
tomáticamente excluye estas posibilidades. terística, entre otras, una disruptiva capaci-
Así, “es portador de información todo lo que dad polisémica. Esa capacidad polisémica,
tiene por efecto reducir la incertidumbre eli- como ha explicado la filosofía analítica, es
minando ciertas posibilidades” (Martinet, una de las limitantes fundamentales del len-
1970: 227). guaje verbal, para ser utilizado como lengua-
En tercer lugar, en ese continuo proceso je de las ciencias, aquel que tiene como
de evaluación de la multitud de señales que propósito describir e interpretar el conoci-
recibimos, una vez que éstas pasan nuestras miento. No obstante, salvo en el caso de los
fronteras perceptivas, decidimos, gracias a lenguajes de la matemática, la química y la fí-
nuestros códigos aprendidos, qué es perti- sica, y aún en tales casos de modo parcial, el
nente y qué no lo es5. De este modo se pro- lenguaje verbal es la base sobre la cual, a pe-
duce, en nuestros procesos perceptivos, un sar de las limitaciones y deficiencias, se cons-
cambio cualitativo, ya que se pasa del nivel truyen los metalenguajes científicos. La
de la materia física (señales) y de las formas fí- diferencia entre los signos del lenguaje ver-
sicas (significantes) a un nivel de las formas bal y los del metalenguaje puede representar-
conceptuales, los significados. se así:

5 El concepto de pertinencia fue creado por la Lingüística Estructural. Greimas la define como “una regla de la des-
cripción científica, según la cual no deben tomarse en consideración, entre las numerosas determinaciones
posibles de un objeto, sino aquellas que son necesarias y suficientes para agotar su definición” (1979:276). En una
definición más simple, los fonólogos de la Escuela de Praga definen la pertinencia como la capacidad que tiene un
rasgo de la señal para producir un consecuente cambio en el significado.

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- Signo verbal: Significante1 ® / Significado1/ raría todo el aparato sensorial, lo que podría
® / Significado2/ llevarlo al extremo de generar un stress inso-
® / Significado3/… portable. Por el otro, la información recibida
y, a un nivel de complejidad mayor, los signi-
- Metalenguaje: Significante1 ® / Significado1/
ficados construidos, implicarían un excesivo
esfuerzo memorístico, tanto en memoria ac-
Como puede verse, el signo verbal tiene tiva como en memoria pasiva.
como naturaleza propia la plurivocidad se- Las razones anteriores explican los su-
mántica (Sdo.1, Sdo.2, Sdo.3, …), mientras cesivos y continuos procesos de simplifica-
que el signo en los metalenguajes tiene como ción de la información (condensación,
propiedad la relación unívoca entre signifi- asociación, etc.); así como también, los pro-
cante y significado. Lo contrario dificultaría cesos de olvido deliberado que, en cierto
enormemente la comunicación exacta y pre- modo, contribuyen a liberar “espacio” en
cisa del mensaje científico. Los metalengua- nuestra capacidad cerebral. Esos mecanis-
jes de las llamadas ciencias sociales y mos de ahorro de energía son los mismos
humanas sufren en mayor grado la carencia que fundamentan el funcionamiento del
de univocidad significativa, si se las compara sistema de la lengua, principio que permite
con los metalenguajes de la Física, la Química que sistemas extremadamente complejos
o la Matemática. operen a partir de estructuras relativamen-
te simples. En el caso de las lenguas, por
El principio de economía ejemplo, la estructura fonológica, como de-
mostró la Escuela Lingüística de Praga, es
Estas continuas y sucesivas operaciones de una simplicidad asombrosa, pues con la
de selección perceptiva, analítica e interpre- combinación de un número muy reducido
tativa, se fundamentan en un principio de de fonemas es posible construir casi un nú-
economía. El cerebro, incapaz de manejar un mero infinito de enunciados. Los llamados
cúmulo tan enorme de informaciones, se ve rasgos distintivos de esos fonemas, funda-
obligado a ignorar buena parte de ellas, lo mentados en el modo y en el punto de arti-
que le permite una importante economía de culación y en la vibración o no vibración de
energía física y mental, pues el manejo de las cuerdas vocales, permite elevar expo-
tanta información y de los procesos que de nencialmente las posibilidades combinato-
ella se derivan consumiría un esfuerzo enor- rias, capaces de crear diferencias que, a su
me. Por un lado, el esfuerzo perceptivo satu- vez, generan significación.

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Significación y diferencia configurar lo que la Lingüística llama unida-


des discretas.
Ahora bien ¿cómo se crea significado?
¿Cómo funciona la significación? Greimas ha Diferencia y conocimiento
explicado, a través de una definición minima-
lista, cómo funcionan, a nivel profundo, to- Es este mismo mecanismo semiótico el
dos los tipos de semiosis. Para ese autor, la que, según nuestra hipótesis, subyace en los
significación es un proceso que se genera en procesos cognoscitivos, pues también, en és-
las relaciones entre elementos: “La significa- tos como en las semiosis, es necesario otor-
tion présuppose l’existence de la relation: garle sentido a las sensaciones del mundo
c’est l’apparition de la relation entre les ter- exterior e interior. Irremediablemente con-
mes qui est la condition nécessaire de la sig- denado a semiotizar el mundo, es decir, a
nification» (Greimas, 1966: 19). Es finalmente darle sentido a todo lo que lo rodea, incluido
en esas relaciones donde se realiza la diferen- su propio cuerpo, el hombre recurre sin cesar
cia: “Nous percevons des différences et, a una segmentación de ese mundo, en la cual,
grâce à cette perception, le monde ‘prend por el mismo principio de economía de ener-
forme’ devant nous et pour nous” (Greimas, gía antes mencionado, establece unidades
1966:19). Es la diferencia entre los femas /vi- discretas, clasifica y organiza. En un espacio y
bración/ y /no-vibración/ de las cuerdas voca- en un tiempo específico, el hombre genera
les en los fonemas /p/ y /b/ lo que permite así, una acumulación de información que
generar la diferencia de significado entre transforma en significados, cuya acumulación
“pala” y “bala”. Del mismo modo que, a nivel social no es otra cosa que la cultura colectiva.
semántico, es la diferencia entre los semas La cultura así creada, a su vez, no es otra
/masculino/ y /femenino/ lo que genera los cosa, que un mapa donde están las rutas a se-
significados diferentes entre “niño” y “niña”, guir para relacionarse con el mundo y tam-
así como también entre “hijo” e “hija”, “ma- bién consigo mismo. Ese mapa está
dre” y “padre”. sembrado de los conocimientos adquiridos,
Ahora bien, para que las diferencias acumulados y transmitidos a sus descendien-
sean percibidas y en consecuencia puedan tes, de modo que le den homogeneidad y
generar significación, es necesaria la existen- continuidad social a la especie.
cia de discontinuidades en el continuum Los complejos procesos semióticos y
semántico, de modo que ellas den identidad cognoscitivos, aquí delineados de manera
a los elementos que integran las relaciones. simple, son, a su vez, el fundamento del co-
Son esas discontinuidades las que permiten nocimiento científico, el cual supone opera-

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ciones mucho más complejas que el simple sis propias de los lenguajes de la vida cotidia-
conocimiento cotidiano como captación de na, las de las meras creencias, se transforman
información, interpretación, acumulación y en semiosis del lenguaje de las ciencias para
transmisión. En el Gráfico 1 se presenta un crear las condiciones del conocimiento cien-
bosquejo, de manera muy limitada, algunos tífico.
de los componentes del proceso cognosciti- Para transformar creencias en co-
vos, vistos desde una perspectiva semiótica nocimiento, es necesario cumplir con comple-
(Finol, 2004). Allí se hace énfasis, siguiendo a jos conceptos y sucesivas operaciones
Peirce (1958), en la dinámica semiótica que intelectuales (inducción, abducción, deduc-
caracteriza todo el largo y complejo proceso ción), capaces de validar un cúmulo de infor-
que va desde las sensaciones físicas hasta las mación y de significaciones que, al pasar por el
operaciones de abstracción y abducción. filtro de esas operaciones, en esa dialéctica de
Cuando el mundo exterior produce sensacio- “conjeturas y refutaciones” a las que se refiere
nes en el sujeto éste las organiza, en función Popper, se convierten en saber6. Ahora bien,
de sus órganos perceptivos y las estructura esos conceptos y esas operaciones son tam-
según códigos aprendidos, esas sensaciones, bién semióticos. ¿En qué sentido? En el senti-
producidas por señales físicas generadoras do de que unos y otros son lenguajes y, como
de información, se transforman en significan- tales, funcionan con los mismos principios de
tes; es decir, en elementos capaces de crear pertinencia y articulación significativa con los
significaciones más complejas que confor- que funcionan todas las semiosis.
man lo que Greimas (1979:197) y Eco
(1986:189) denominan isotopías, es decir, un Semiótica del discurso científico
conjunto de semas redundantes que garanti-
zan la homogeneidad del texto y facilitan una
¿Cuál es la especificidad del discurso
lectura común al reducir la ambigüedad. Son
científico? Ya hemos asomado previamente
esas isotopías las que articulan y configuran
una hipótesis que, grosso modo, puede partir
esos microconjuntos que llamamos experien-
de una definición del signo en el metalengua-
cia, los cuales implican ya no sólo acumula-
je científico, como aquel que se acerca más a
ción de información y de significado, sino
la relación de univocidad, es decir, aquel para
también incluyen elementos emocionales e
el cual, en un contexto específico, a un /signi-
ideológicos. Es a este nivel donde las semio-
ficante1/ corresponde un /significado1/. Si
6 Peirce va, incluso, más allá de Popper, al afirmar que “Debemos conquistar la verdad adivinando, o de ningún
modo”.

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Gráfico 1 nos muestra que su función predominante es


Componentes del Proceso Cognoscitivo de carácter referencial (Jakobson, 1973), por
desde la perspectiva semiótica oposición a las otras cinco funciones: poéti-
ca, fáctica, metalingüística, emotiva y conati-
va. En efecto, el discurso científico,
necesitado de la precisión y exactitud para
referirse a aquello de lo que habla, está obli-
gado a no perder de vista ese referente que
designa, describe, analiza e interpreta. La re-
ferencialidad de las proposiciones que inte-
gran el discurso científico hace que éste se
construya, sintáctica y semánticamente,
como un lenguaje cerrado antes que abierto,
sintético antes que expansivo, concreto an-
tes que general.
Por supuesto, sería erróneo pensar que
el discurso científico es mecánicamente
Fuente: Finol, 2004. puro, semánticamente transparente, un ins-
trumento donde el emisor puede escapar a la
bien este no es un logro absoluto, pues todo historicidad del sujeto, del objeto de estudio
metalenguaje está siempre en riesgo de y del discurso mismo. De lo que se trata es de
“contaminarse” semánticamente, no es me- un discurso que tiene como vocación lo que
nos cierto que, comparado con el otro extre- podríamos llamar la economía de la significa-
mo del espectro, la poesía, por ejemplo, el ción: la información que se quiere transmitir
signo científico es unívoco (en el sentido de debe ser lo más precisa y menos ambigua po-
que en matemática, por ejemplo, el signo sible, a diferencia del discurso poético donde
“+”, en la expresión “4 + 5 = 9”) significa la multivocidad semántica no es un defecto
“adición” y sólo “adición”, y en consecuencia engorroso sino una condición buscada, pues
nadie podría confundirlo con “sustracción” o de ella depende su riqueza para significar
“igualdad”. algo distinto a cada lector a través del tiempo
Pero, además de esa primera caracte- y en diferentes circunstancias.
rística, la semiótica del discurso científico

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Conclusiones: Semiótica, Epistemología “…semiosis (…) would establish nothing


y Ciencias less than a new framework and foundation for
the whole of human knowledge. This new fra-
Como puede deducirse de las reflexio- mework and foundation would embrace not
nes anteriores, los procesos cognoscitivos only the so-called human and social sciences
tienen como base fundamental procesos se- (…) but also the so-called “hard” or natural
mióticos, es decir, procesos que, de un modo sciences, precisely as they, too, arise from
u otro, operan, por sucesivas etapas, hacia la within and depend in their development upon
construcción de significados basados en có- experience and the processes of anthropose-
digos. Desde un nivel primario, meramente miosis generally” (Delhi, 1990:31).
sensitivo, en el cual las señales físicas-sono- Bachelard, por su parte, señalaba que
ras, visuales, olfativas, gustativas, táctiles, in- “para un espíritu científico cualquier co-
troducen una diferencia fundamental basada nocimiento es una respuesta a una pregunta.
en su /presencia/ o /ausencia/, hasta los más Si no ha habido pregunta no puede haber co-
complejos procesos de la abstracción, el aná- nocimiento científico” (1971:189). Esa hermo-
lisis y la interpretación propios del conoci- sa frase nos recuerda, sin pretender reducir
miento científico, el ser humano vive con ello el conocimiento a sólo lenguaje, la
irremediablemente inserto en una suerte de conveniencia de notar que tanto la pregunta
Semiosfera (Lotman, 1990), dentro de la cual como la respuesta científica se construyen
actúa e interactúa, y desde la cual decodifica siempre en un lenguaje, cualquiera que ese
e interpreta la información del medio, gracias lenguaje sea. En consecuencia, el conocimien-
a complejos procesos de selección y combi- to de los mecanismos y procesos de las estruc-
nación de señales, significantes y signi- turas del lenguaje siempre constituirán bases
ficados. En la actividad cognoscitiva, más allá fundamentales de los procesos cognitivos.
de la comunicación e interacción cotidianas,
esos procesos son mucho más profundos y Finalmente, pues, creemos que tanto para
complejos y requieren que el lenguaje de la el conocimiento de los procesos cognoscitivos
comunicación coloquial se convierta en un y del conocimiento acumulado, como para el
metalenguaje científico, capaz de dar cuenta, análisis de los metalenguajes que facilitan la
de la manera más objetiva posible, de los ob- inteligibilidad de los fenómenos y objetos que
jetos y experiencias de los distintos mundos estudian las ciencias, el análisis semiótico resul-
donde el ser humano participa. ta de una utilidad heurística y operativa nada
desdeñable. Ese análisis contribuirá a descubrir
En tal sentido, la Semiótica establece cómo se articula la información y la signi-
unas nuevas coordenadas para el análisis del ficación, la experiencia y el conocimiento.
conocimiento y de la experiencia humana:

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Semiótica y epistemología: diferencia, significación y conocimiento
José Enrique Finol

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