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SESION 04

PROCESO DE POSITIVIZACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS

Su consolidación normativa a partir del término de la II Guerra


Mundial.

Desde 1941 hasta 1945 el presidente de Estados Unidos, Franklin


Roosevelt, el primer ministro británico Winston Churchill y el líder soviético
José Stalin celebraron varias conferencias en las que discutieron sus
respectivas estrategias en la II Guerra Mundial. Sus experiencias ayudaron
a elaborar un plan para crear una organización internacional para el
mantenimiento de la paz, para prevenir futuras guerras de la dimensión de
ésta, una atrocidad.

La Carta de la ONU.

En abril de 1945, representantes de 50 países se reunieron en San


Francisco para crear las bases de la organización que posteriormente se
llamó Naciones Unidas: surge la Carta de Naciones Unidas, introduciendo en
este instrumento el término "derechos humanos" dentro del contexto
internacional. Se plasma la iniciativa para fijar la responsabilidad del Estado
frente a la comunidad internacional en materia de protección de los
derechos humanos. El corazón de la Carta está en el capítulo VII (acción en
caso de amenaza contra la paz, de ruptura de la paz y de acto de agresión),
flanqueado por los capítulos VI (sobre el arreglo pacífico de las
desavenencias) y VIII (sobre los acuerdos regionales). Además, con la firma
de la Carta de Naciones Unidas los Estados partes reconocen que los
derechos de las personas dejan de ser, atributo exclusivo y excluyente de la
jurisdicción interna, es decir, pasan a ser parte del Derecho Internacional,
convirtiéndose, en consecuencia, en un deber de carácter jurídico-estatal.
Asimismo, la Carta confiere a las Naciones Unidas la competencia y la
autoridad suficiente para definir y codificar los derechos humanos. Al
precisarse la obligación de los Estados partes para cooperar en la promoción
de los derechos humanos, la Carta creó el marco jurídico que permitió y
justificó la posterior evolución positiva del Derecho Internacional de los
Derechos Humanos. El resultado, como se evidencia, es un amplio cuerpo
de normas legales para su protección. Es importante sumar el hecho de que
con esta Carta se abrió el camino a que la propia Organización estableciera
mecanismos para vigilar el cumplimiento de la obligación de promoción de
los derechos humanos.

En ese mismo año, la Carta de la ONU estableció seis órganos principales:


la Asamblea General, el Consejo de Seguridad, el Consejo Económico y
Social, el Consejo de Tutela o de Administración Fiduciaria, la Secretaría
General y el Tribunal Internacional de Justicia. Este último también conocido
Tribunal Mundial o Tribunal de La Haya, ciudad de los Países Bajos donde
tiene su sede, principal órgano judicial de la Organización de las Naciones
Unidas (ONU). Su principal cometido consiste en resolver asuntos jurídicos
entre naciones; las personas no pueden presentar casos individuales o
privados.

El Preámbulo de la Carta de las Naciones Unidas proclamó "la fe en los


derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona
humana, en la igualdad de los derechos de hombres y mujeres", incorpora
el reconocimiento internacional de los derechos humanos, y establece
jurídicamente las bases del principio de autodeterminación (Capítulo I,
"Propósitos y Principios" y Capítulo IX, "Cooperación internacional
económica y social). Con esa finalidad se propone: "fomentar entre las
naciones relaciones de amistad, basadas en el respeto al principio de la
igualdad de derechos y al de la libre determinación de los pueblos, y tomar
otras medidas adecuadas para fortalecer la paz universal" (Artículo 1,
Párrafo 2).También se agrega que: "con el propósito de crear las
condiciones ... la organización promoverá: [...] c) el respeto universal a los
derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos, sin hacer
distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión [...]" (Artículo 55,
inciso c), para lo cual "todos los miembros se comprometen a tomar
medidas, conjunta o separadamente en cooperación con la organización"
(Artículo 56).

La Declaración Universal de los Derechos Humanos.

En diciembre de 1948, la Asamblea General de la ONU, proclamó la


Declaración Universal de los Derechos Humanos, la cual asienta los
derechos personales, civiles, políticos, económicos sociales y culturales del
hombre, los cuales sólo se ven limitados por el reconocimiento de los
derechos y libertades de los demás, así como por los requisitos de
mortalidad, orden público y bienestar general.

Con la Declaración, se afirman los derechos humanos de una manera


universal y positiva. Universal, porque todos los destinatarios son todos los
hombres y no tan sólo los ciudadanos de uno u otro Estado, y positiva,
porque se entiende que emprende un proceso, concluido el cual, los
derechos humanos no sólo serán proclamados, sino protegidos de un modo
material, incluso contra el propio Estado que los viole.

El contenido de los derechos humanos, está fijado con suficiente claridad.


La mayor parte de las legislaciones los reconocen de manera expresa,
aunque con diferente extensión y precisión. Pero no basta con su aceptación
teórica. Es preciso que existan mecanismos efectivos que permitan hacerlos
valer al ciudadano que sufre la violación de cualquiera de ellos, no solo en la
ordenación de derechos internos, sino en el amparo del derecho
internacional.

En este sentido, los derechos humanos se afirman como una reacción ante
la ausencia de libertades. Todas las concepciones contemporáneas ratifican
que, la libertad del futuro no descansa sobre la servidumbre del presente,
que el progreso y la modernización de las sociedades debe realizarse en
democracia con derechos humanos.

Los Pactos internacionales de derechos humanos.

El Comité de Derechos Humanos de la ONU dirigió sus esfuerzos hacia la


incorporación de los principios más fundamentales de la declaración en
varios acuerdos internacionales. Posteriormente, en 1966 la Asamblea
General aprobó los Pactos Internacionales sobre Derechos Civiles y Políticos
y el de Derechos Económicos Sociales y Culturales, así como acuerdos
específicos sobre prevención y penalización del genocidio y sobre la
eliminación de cualquier forma de discriminación racial.

Estos acuerdos fueron firmados por la gran mayoría de los países, entre los
que no se encontraba Estados Unidos, aunque en febrero de 1986 el
Senado de este país respaldó la condena de la ONU en materia de
genocidio.

En 1992, más de 100 jefes de Estado y de gobierno, en la mayor reunión de


dirigentes nacionales de la historia en Río de Janeiro (Brasil) celebraron la
Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo,
mejor conocida como Cumbre de la Tierra ó Cumbre de Río, esto es, lo que
muchos juristas llaman, la tercera generación de los derechos humanos, por
ser los más recientes en cobrar protagonismo ante la esfera internacional.

Progresivamente, la Asamblea General de la ONU (Organización de las


Naciones Unidas) y otros organismos internacionales de carácter universal,
fueron produciendo documentos y se celebraron tratados en los cuales
además de reconocer estos derechos, se crean distintos órganos
encargados de velar por su observancia y cumplimiento por parte de los
países partes en los tratados. Este es el caso de la Declaración Universal de
los Derechos Humanos, que sirve de marco general a tratados,
declaraciones y convenios, así como para la creación de órganos
especializados en la protección de los derechos humanos, en forma general
y específica, según el caso.

Las convenciones regionales.

Pero también la Asamblea General de la ONU conjuntamente con otros


organismos internacionales de índole regional, han dado origen y han
contribuido a materializar, acuerdos y tratados regionales, con implicaciones
especiales sobre el área temática y geográfica sobre la cual tienen su
ámbito de acción. De esta manera, la Declaración Americana de Derechos y
Deberes del Hombre, es ejemplo de ello. El marco general en materia
jurídica que ello escenifica en la región, sirvió de inspiración por decir lo
menos, para la creación de órganos especializados en la protección de los
derechos humanos. Muchos de los principios imperantes en materia de
derechos humanos derivan de las consideraciones formuladas y
desarrolladas por las cortes internacionales regionales, y en ocasiones por
la propia Corte Internacional de Justicia.

El principal obstáculo a la protección internacional de los derechos humanos


es el hecho de que la mayoría de los países no aceptan la intervención en
sus asuntos internos, y no reconocen la discriminación de sus propios
ciudadanos. En cierta medida, esta dificultad ha podido ser solventada por
instituciones internacionales de carácter regional como la Comisión y la
Corte Europea de Derechos Humanos, así como la Comisión y la Corte
Interamericana de Derechos Humanos.

Los demás instrumentos internacionales de protección de los


derechos humanos.

En 1946, aparece el Código de Nuremberg, que contiene un conjunto de


normas éticas referentes a investigación en seres humanos. Asimismo, cabe
destacar los cuatro Convenios de Ginebra (1949), de los cuales se destaca
el IV, relativo a la protección de los civiles en tiempo de guerra y donde se
prohíbe los "actos de terrorismo", en general llamados sencillamente
"terrorismo", constituyen solo un par de instrumentos que en el ámbito
internacional, fueron concebidos para la protección de los derechos
humanos.

Pero, es después de la Declaración Universal de los Derechos Humanos,


cuando comienza una positivización de los derechos humanos dentro de las
constituciones nacionales. Un doble movimiento tendiente a que en el
derecho interno y en el internacional se establezcan medios efectivos de
protección, a partir de la cual se adoptó un vasto conjunto de convenciones
y de otros instrumentos internacionales destinados a la protección de los
derechos humanos.
Se destacan entre muchas otras, la Conferencia sobre el Entorno Humano
(1972), la Conferencia sobre Población Mundial (1974), la Conferencia
Mundial del Año Internacional de la Mujer (1975), la Conferencia sobre
Asentamientos Humanos, o sobre el Hábitat (1976), la Conferencia sobre la
Desertización (1977), la Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento (1982)
y la Cumbre Mundial para los Niños (1990), por ejemplo.

Es importante resaltar que, a pesar de todos los avances y desarrollo en


materia de derechos humanos, la mayor parte de los países practican la
discriminación contra extranjeros y otras minorías dentro de sus fronteras.
Esta discriminación puede ser por razones de religión (como la existente
entre protestantes y católicos o entre musulmanes y judíos), por razones de
raza (como la política de apartheid que se practicó en Sudáfrica entre 1948
y 1992) o por razones de sexo (como ocurre en muchos países donde las
mujeres tienen derechos muy limitados). La legislación de cada país debería
ser el medio para combatir la discriminación, pero con frecuencia son
precisamente estas leyes las que, en forma activa o pasiva, alientan las
prácticas discriminatorias. Por lo general se observa que la discriminación
aumenta de forma considerable en periodos de recesión económica, durante
los cuales, la población vuelca su insatisfacción sobre otros grupos étnicos o
religiosos considerados como presuntos causantes de esta situación.

Por ejemplo, la Doctrina de la Seguridad Nacional surgida en la década de


1960 influyó en toda Sudamérica, produciendo permanentes violaciones de
los derechos humanos. Hacia 1973, dos superpotencias constituidas por
Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas y Estados Unidos de América
enfrentadas por lo que se conoció como la Guerra Fría, acordaron una
política de distensión; fue un intento de detener la costosa carrera
armamentista y frenar su competencia política, militar y económica en el
denominado Tercer Mundo. Sin embargo, la distensión duró hasta 1980,
cuando tropas soviéticas invadieron Afganistán para salvar el régimen
marxista gobernante. El recién electo presidente estadounidense Ronald
Reagan, inició una gran concentración de armas y nuevos retos para los
grupos apoyados por los soviéticos en las naciones emergentes.
Después de más de 40 años de debates internacionales, en 1993 se aprobó
la creación de una nueva instancia: el Alto Comisionado para los Derechos
Humanos, nombrado por el Secretario General de la ONU; el comisionado es
responsable de velar por el respeto mundial a los derechos humanos.

Hoy día, algunas organizaciones independientes, como Amnistía


Internacional y Human Rights Watch, entre otras, trabajan por la protección
de los derechos humanos y contra la discriminación en todo el mundo.

Luego de 1960, los procesos de independencia política de los países de


Africa (descolonización), produce una original concepción de los derechos
humanos, dentro de una relaciones internacionales cada vez más
complejas. Hoy el terrorismo y el tráfico de drogas producen un singular
desafío a los derechos humanos y al futuro de la democracia. El futuro de la
democracia y los derechos humanos también está unido al futuro de la
tecnología que debe ser compatible y articulada a la dimensión humana
sustentable. La política y la economía influyen en los cambios sociales,
mucho de estos factores inciden a lo largo de la historia para que el derecho
de los derechos humanos alcance la autonomía la cual hoy goza y del
terreno que en el ámbito internacional ha ganado.

Los acontecimientos históricos siguen marcando su influencia en la


evolución de los derechos humanos, el arribo de un nuevo milenio, el
fenómeno conocido como la globalización, el cual surge como consecuencia
de la internacionalización cada vez más acentuada de los procesos
económicos, los conflictos sociales y los fenómenos político-culturales. En
todos los países crece un movimiento cada vez más marcado por la
actuación de la sociedad civil, en favor de la creación de un tribunal
internacional, validado para juzgar los delitos contra los derechos humanos,
como el genocidio, el terrorismo y la persecución política, religiosa, étnica o
social.

Los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, a las torres del World
Trade Center en New York, EEUU, conmocionaron al mundo, ante lo que nos
preguntamos… ¿que pasará con los avances en materia de derechos
humanos?. Si el período después de 1945 fue el marco para una nueva era,
la de la reconstrucción y consolidación de los derechos humanos, el período
después del 2001 parece surgir como un nuevo marco divisorio en la
historia de la humanidad. Existe una acometida de políticas y leyes anti-
terroristas, donde el ciudadano cede libertades a favor del Estado,
influenciada por el temor a ser víctima de actos terroristas. En cuanto a la
realización de las leyes antiterroristas, es válido resaltar que la norma
jurídica no debe confundirse con los motivos del que la dicta, los cuales no
siempre serán morales sino que con mucha frecuencia, eminentemente
políticos y pragmáticos.

La restricción de los derechos, la suspensión de las garantías, las


persecuciones, las detenciones arbitrarias, la xenofobia y la falta de
tolerancia de unos con otros, especialmente con los de origen árabe podrían
dilapidar y comprometer el patrimonio histórico de los derechos humanos.

En fin, en palabras del Dr. Héctor Faúndez Ledesma:

"A nuestro juicio, el Derecho de los derechos humanos constituye,


por sus características, un Derecho nuevo, aún en formación, el cual
se está desarrollando sobre la de que tanto el estado como el derecho
mismo deben estar al servicio del hombre, y que ellos no pueden
convertirse en instrumentos para someterlo o subyugarlo.".
LOS DERECHOS HUMANOS EN EL PERÚ.

A través de la historia de las constituciones puede verse el siguiente


análisis: En La Constitución de 1823, dictada por Ley de 12 de noviembre
de 1823, en su ordenamiento positivo, sanciona dicho texto En el nombre
de Dios, por cuyo poder se instituyen todas las sociedades y cuya sabiduría
inspira justicia a los legisladores. El mismo que en su Sección primera. De la
Nación, en el Capítulo primero De la Nación peruana. Artículo 4.- Si la
nación no conserva o protege los derechos legítimos de todos los individuos
que la componen, ataca el pacto social: así como se extrae de la
salvaguardia de este pacto cualquiera que viole alguna de las leyes
fundamentales. Esto hace prever que en su afán proteccionista legislativo,
trata de fundar la razón del estado y gobierno en el respeto de las
personas, que debió ser entendida como implícita y por ende con total
reconocimiento de la libertad y justicia que a cada personas como ser
humano le es inherente. En el Artículo 5.- La nación no tiene facultad para
decretar leyes que atienten a los derechos individuales.- garantiza de
alguna manera sin entrar en detalle o la forma de protección de los
derechos personales, por tanto, dogmáticamente se encuentra reconocidos
todos los derechos humanos.
Asimismo en la Constitución de 1920, Dictada por la Asamblea Nacional de
1919 por el Entonces presidente AUGUSTO B. LEGUÍA. En su Título III.
Respecto a las Garantías individuales.- afirma en su Artículo 22.- No hay ni
puede haber esclavos en la República. Nadie podrá ser obligado a prestar
trabajo personal sin su libre consentimiento y sin la debida retribución. La
ley no reconoce pacto ni disposición alguna que prive de la libertad
individual. Esto nos da a entender que muy a pesar de la dación de una
carta magna dictada primigeniamente brindando todos los derechos y
libertades, pueda se objeto de una modificación y aberración en cuanto a la
abolición de la esclavitud. Que se estimaba existía en ese entonces.
Esto por citar algunas constituciones que trascendieron en dicho
ordenamiento internacional.
Empero, los derechos humanos fueron reconocidos y aprobados por el
gobierno peruano, mediante tres pactos incorporados al derecho interno
Peruano sobre Derechos Humanos son:
a) La CADH (Convención Americana sobre Derechos Humanos). Cuyo
preámbulo establece: “Los estados americanos signatarios de la presente
Convención, reafirmando se propósito de consolidar en este continente,
dentro del cuadro de las instituciones democráticas, un régimen de libertad
personal y de justicia social, fundado en el respeto de los derechos
esenciales del hombre.”
Este tratado reconoce en el art. 2 la competencia de la Comisión
Interamericana de derechos humanos por tiempo indefinido y de la Corte
Interamericana de derechos humanos.
Reconoce que los derechos esenciales del hombre no nacen del hecho de
ser nacional de determinado estado, sino que tienen como fundamento los
atributos de la persona humana, razón por la cual justifican una protección
internacional.
La Convención Americana sobre Derechos Humanos, es considerado como
el Pacto de San José de Costa Rica, que fue Suscrita en San José, Costa
Rica, el 22 de noviembre de 1969, en la Conferencia Especializada
Interamericana sobre Derechos Humanos. Entrada en vigor el 18 de julio de
1978, conforme al artículo 74.2 de la Convención.
Aprobada por Decreto Ley Nº 22231 del 11 de julio de 1978. bajo la
Presidencia del General de División EP, Francisco Morales Bermudez
Cerrutti. Ratificada por la Décimo Sexta Disposición Final y Transitoria de la
Constitución Política de 1979. El Instrumento de Ratificación por el Perú fue
de 1978. Reiterado en 1980 y vigente para el Perú desde 1981.
El Protocolo Adicional a la Convención Americana Sobre Derechos Humanos
en Materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, "Protocolo de
San Salvador", que se suscribió además en la ciudad de San Salvador el 17
de noviembre de 1988 en el Décimo Octavo Período Ordinario de Sesiones
de la Asamblea General.- Aprobado mediante Resolución Legislativa
Nº 26448, cuyo PREAMBULO afirma:
Los Estados Partes en la Convención Americana sobre Derechos Humanos
"Pacto de San José de Costa Rica";
Reafirmando su propósito de consolidar en este Continente, dentro del
cuadro de las instituciones democráticas un régimen de libertad personal y
de justicia social, fundado en el respeto de los derechos humanos esenciales
del hombre;
Reconociendo que los derechos esenciales del hombre no nacen del hecho
de ser nacional de determinado Estado, sino que tienen como fundamento
los atributos de la persona humana, razón por la cual justifican una
protección internacional, de naturaleza convencional coadyuvante o
complementaria de la que ofrece el derecho interno de los Estados
Americanos;
Considerando la estrecha relación que existe entre la vigencia de los
derechos económicos, sociales y culturales y la de los derechos civiles y
políticos, por cuanto las diferentes categorías de derechos constituyen un
todo indisoluble que encuentra su base en el reconocimiento de la dignidad
de la persona humana, por lo cual exigen una tutela y promoción
permanente con el objeto de lograr su vigencia plena, sin que jamás pueda
justificarse la violación de unos en aras de la realización de otros;
Reconociendo los beneficios que derivan del fomento y desarrollo de la
cooperación entre los Estados y de las relaciones internacionales;
Recordando que, con arreglo a la Declaración Universal de los Derechos
Humanos y a la Convención Americana sobre Derechos Humanos, sólo
puede realizarse el ideal del ser humano libre, exento del temor y de la
miseria, si se crean condiciones que permitan a cada persona gozar de sus
derechos económicos, sociales y culturales, tanto como de sus derechos
civiles y políticos;
Teniendo presente que si bien los derechos económicos, sociales y
culturales fundamentales han sido reconocidos en anteriores instrumentos
internacionales, tanto de ámbito universal como regional, resulta de tanta
importancia que éstos sean reafirmados, desarrollados, perfeccionados y
protegidos en función de consolidar en América, sobre la base del respeto
integral a los derechos de la persona, el régimen democrático
representativo de gobierno, así como el derecho de sus pueblos al
desarrollo, a la libre determinación y a disponer libremente de sus riquezas
y recursos naturales; y,
Considerando que la Convención Americana sobre Derechos Humanos
establece que pueden someterse a la consideración de los Estados Partes
reunidos con ocasión de la Asamblea General de la Organización de los
Estados Americanos proyectos de protocolos adicionales a esa Convención
con la finalidad de incluir progresivamente en el régimen de protección de la
misma otros derechos y libertades;
Han convenido en el siguiente Protocolo Adicional a la Convención
Americana sobre Derechos Humanos "Protocolo de San Salvador".

b) El PIDCP (Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos), Los


estados partes en el presente pacto, tienen por base el reconocimiento de la
dignidad inherente a todos los miembros de la familia humana y de sus
derechos iguales e inalienables. Reconoce que estos derechos derivan de la
dignidad inherente a la persona humana.
El Pacto Internacional originado en la ONU, fue aprobado por Decreto Ley
Nº 22128, por el Gobierno Revolucionario del General de División E.P.
FRANCISCO MORALES BERMUDEZ CERRUTTI, Presidente de la República.
En Lima, 28 de marzo de 1978.

c) El PIDESC (Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y


Culturales). Este tratado también reconoce los derechos como inherentes a
la persona humana.
El Pacto Internacional originado en la ONU, es aprobado, por Decreto Ley
Nº 22129, durante el Gobierno Revolucionario, del General de División E.P.
FRANCISCO MORALES BERMUDEZ CERRUTTI, como Presidente de la
República. En Lima, 28 de marzo de 1978.
Asimismo, “En Perú, el mecanismo de protección de las comunicaciones o
peticiones individuales, adquirió rango constitucional en la Norma
Fundamental de 1979 y se mantiene en la de 1993”1.
Por estos considerandos se puede establecer que hoy en día los
derechos humanos tienen garantía y protección tanto en el derecho
interno, al otorgarles el rango implícito de derecho constitucional, por
el modo de interpretación y la cuarta disposición transitoria y final de
la constitución, además de los organismos internacionales ya
referidos.

1
CASTAÑEDA OTSU, Susana. Derecho Procesal Constitucional. Editores Jurista. Lima 2003. Pag. 484.

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