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Estafas y otras defraudaciones

Estafa genérica

La estafa no está definida por el Código Penal (CP) Consiste en el hecho de defraudar a otro mediante cualquier
ardid o engaño.

Los delitos de hurto y robo atacan la tenencia de las cosas sin intervención de una acción de la víctima, mientras que
en la extorsión la intervención de la actividad de la víctima, por medio de su voluntad viciada por coacción, es
imprescindible para la tipicidad.

En los delitos de estafa también pasa lo mismo, pero en estos la acción de la víctima se origina en su voluntad viciada
por un error suscitado en ella, como también puede ocurrir que ese error induzca a la víctima a omitir conductas,
cuyas omisiones faciliten la actividad ilícita del sujeto activo.

Esta es una regla general mas no absoluta, pues los delitos de defraudación se asemejan al hurto; pero, de cualquier
modo, en todos los casos, el desplazamiento material de los bienes o se produce por obra de la propia víctima o,
cuando menos, por circunstancias que no necesitan la actividad material del agente, quien solo se aprovecha del
desplazamiento ya realizado sin su intervención.

Teoría de la defraudación

De la denominación del capítulo 4.º (estafas y otras defraudaciones) se desprenden dos cuestiones:

1) Que todos los delitos tratados en este capítulo son defraudaciones, y que entre estas defraudaciones figura la
estafa. El género es la defraudación y la especie es la estafa.

2) Que el término de defraudación implica que todas las figuras reunidas en este capítulo tienen como nota común
el perjuicio patrimonial

La defraudación no es un tipo penal, sino una expresión genérica que abarca dos clases de estructuras típicas, a
saber:

a) estafas;

b) abuso de confianza.

El esquema del código incluye dentro de la segunda clase el artículo 173, incisos 2, 7, 11, 12, 13,14 y las restantes en
la primera categoría.

En el derecho comparado hay dos sistemas:

3) Sistema francés: que enumera exhaustivamente las defraudaciones posibles.

4) Sistema austríaco: establece una fórmula genérica.

El Código Penal argentino adopta un sistema mixto: establece una fórmula ejemplificadora de modalidades posibles
de comisión (cualquier otro ardid o engaño), que lo convierte en un tipo penal abierto o numerus apertus.

Tipos de defraudación

Tabla 1: Tipos de defraudación


Art. 172
Figura básica
Art. 173
Inc. 1.º: defraudación en la sustancia, calidad o
cantidad de las cosas.

Inc. 3.º: mediante suscripción de documentos.

Inc. 4.º: por abuso de firma en blanco.

Estafas Inc. 5.º: por sustracción.


Inc. 6.º: mediante el otorgamiento de un contrato simulado o falso recibo.

Inc. 8.º; mediante sustitución, ocultación o mutilación de documento.

Inc. 9.º: estelionato.

Inc. 10.º: mediante supuesta remuneración a


jueces o empleados (venta de humo).
Inc. 15: mediante el uso de tarjeta o el uso de sus datos.

Inc. 16: estafa informática.


Art. 174
Inc. 1.°: de seguro.

Inc. 2.º: explotación de incapaces.

Inc. 3.º: mediante el uso de pesas o medidas


falsas.

Inc. 4.º: materiales de construcción.

Inc. 5.º: a la administración pública.


Art. 175
Inc. 1.º: apropiación de cosa perdida.
Inc. 2.º: apropiación de cosa habida por error o caso fortuito.

Inc. 3.º: apropiación de prenda.

Inc. 4.º: desnaturalización de cheque.


Abusos de Art. 173
confianza Inc. 2.º: retención indebida.

Inc. 7.º: administración fraudulenta.

Inc. 11.º: desbaratamiento de derechos


acordados.

Inc. 12.º: defraudación de derechos.

Inc. 13.º: a) ejecución perjudicial de hipoteca;


b) omisión de recaudos legales.
Inc. 14.º: omisión de consignación de pago en letras hipotecarias.

Art. 174 Inc. 6.º: vaciamiento de empresas.

Se sugiere ampliar en bibliografía obligatoria (Buompadre, 2009, pp. 117 y ss.).

El bien jurídico protegido

La doctrina discute si el bien jurídico que protege estas figuras son el patrimonio en su conjunto o sus elementos
integrantes.

La posición mayoritaria se enrola en la segunda postura. Según esta posición, para la consumación del delito de
estafa, es suficiente para que se concrete la lesión que esta recaiga sobre un elemento del patrimonio,
independientemente de su mayor o menor valor, sin perjuicio de que siempre, la defraudación, importa un
menoscabo a la completividad del patrimonio, afectándolo y produciendo una disminución en su conjunto.

Se sugiere ampliar en bibliografía obligatoria (Buompadre, 2009, pp. 120 y ss.).

Estafa y abuso de confianza. Criterios de distinción

Estafa

“La estafa es una defraudación por fraude, que no ataca simplemente a la tenencia de las cosas, sino a la
completividad del patrimonio”. Ocurrido la estafa siempre se verá disminuido el patrimonio de la víctima “y esa
disminución se produce por el error provocado en una persona que dispone del bien detrayéndolo del patrimonio
afectado, acción que realiza, por lo tanto, desconociendo su significado perjudicial para dicho patrimonio”.

La secuencia causal en la estafa –como toda defraudación– es la siguiente: el agente despliega una actividad
engañosa que induce en error a una persona, quien, en virtud de ese error, realiza una prestación que resulta
perjudicial para su patrimonio. La conducta punible es, pues, la de defraudar por medio de ardid o engaño.

En la estafa hay un fraude inicial: el fraude es determinante del autor y, consiguientemente, anterior a él. La
relación, desde el inicio, es antijurídica. La confianza se obtiene mediante el ardid. El dolo es ex ante y la relación
jurídica es antijurídica y nula, pues la voluntad está viciada. La disposición patrimonial perjudicial consistente en una
entrega es a título traslativo de dominio, posesión o tenencia.

Abuso de confianza

No hay fraude inicial. No hay dolo ex ante, sino ex post. La idea de fraude aparece en un momento posterior a la
relación jurídica. La relación jurídica es válida; no es nula porque no hubo vicio de voluntad. Además, hay una
relación situacional válida, por su origen de verdadera confianza entre las partes. Luego, aparece el abuso.

La disposición patrimonial perjudicial se basa en una entrega a título precario con obligación de restituir o devolver.

Se sugiere ampliar en bibliografía obligatoria.

El tipo penal de estafa: el ardid y el engaño. El error. El acto de disposición. El perjuicio patrimonial
Acción típica

La acción típica consiste en defraudar. Esta entraña un acto de desapoderamiento mediante la inducción a una
disposición patrimonial ajena e injusta lograda mediante ardid o engaño. El vocablo defraudación es una expresión
genérica dentro de la cual está comprendida la estafa misma: estafar es defraudar de una manera determinada.

La estafa se caracteriza porque quien tiene el poder de disponer del bien objeto de la estafa, aunque en virtud del
fraude, dispone voluntariamente de ese bien con arreglo a la intención del sujeto activo. Hay una disposición de
propiedad realizada por una persona, que no conoce su verdadero significado, pecuniariamente perjudicial para ella
o para un tercero.

La disposición de la propiedad se produce cuando la víctima hace u omite algo que lo priva de su propiedad o la de la
del ofendido, en beneficio del autor o de un tercero. Ese “algo” puede ser un simple hecho (Ej. Realizar sin la debida
compensación un trabajo pecuniariamente valioso) o puede ser un acto jurídico de transferencia de propiedad o de
renuncia a ella. La estafa puede recaer sobre bienes tales como la tenencia o la posesión de una cosa mueble, o su
dominio; las ventajas económicas correspondientes a una explotación comercial, el beneficio jubilatorio, el valor de
servicios o alimentos, el valor de un crédito, etc.

Resultado

Es un delito de daño efectivo, pues exige una disposición privativa de propiedad.

La disposición patrimonial debe ser pecuniariamente perjudicial. Por ello, se ha considerado que no concurre este
delito cuando el autor logra que el comerciante venda al precio corriente la cosa que no quería vender; o si alguien,
mediante engaño, logra un préstamo reservado para un limitado círculo de personas, al que el autor no pertenece.
Tampoco en los casos en que el afectado está jurídicamente obligado a realizar la disposición de propiedad
pertinente, por ejemplo, cuando un empleado se retira de la sociedad y se lleva una parte de las utilidades que le
correspondían. En tal sentido, se resolvió que el beneficio que obtiene el autor puede ser cualquier ventaja
susceptible de apreciación patrimonial y su legitimidad consiste en la falta de derecho a la prestación por parte del
agente.

Una cuestión discutida se presenta en los casos en que la lesión al bien jurídico protegido es mínima, por la
insignificancia del valor económico en juego; la aplicación del principio de insignificancia procede cuando la acción
del imputado no afecta al bien jurídico protegido en forma relevante. En ese orden se resolvió que el monto
estafado no es insignificante cuando constituye todo el dinero que tenía encima la víctima, ya que el magro botín no
es el fundamento de la insignificancia y, en este caso, ni siquiera se había acreditado que la supuesta insignificancia
lo fuera para la víctima.

Tampoco es posible aplicar la teoría de la insignificancia si el autor conectó cables a una plaqueta que envía pulsos al
reloj taxímetro y altera su marcha cada vez que se oprime un pulsador, de modo que incrementa el valor del viaje. Se
concluyó que, ante la eventualidad de potenciales damnificados, el daño al bien jurídico protegido no resulta ínfimo.

Se sugiere ampliar en bibliografía obligatoria.

El fraude: ardid o engaño

I. Ardid o engaño

La estafa se caracteriza por el medio por el cual se vale el autor para causar la lesión a la propiedad ajena, es decir, el
fraude. La estafa es la defraudación causada por el autor que se vale de cualquier ardid o engaño.

Ardid es cualquier artificio o medio empleado hábil y mañosamente para el logro de algún intento; engaño es la falta
de verdad en lo que se dice o se hace creer, y exige que un tercero padezca el error, que es su consecuencia. El ardid
requiere artificios o maniobras objetivas, mientras que al engaño le basta la conducta contraria a la verdad.
Tanto el ardid como el engaño deben producir un error en la víctima, de modo de determinar la disposición
patrimonial. La norma exige la presencia de una doble relación causal: y el error, por un lado; entre el error y la
disposición patrimonial, por el otro”.

En esta cuestión aparece el problema de la idoneidad del ardid o engaño, tema en el que las opiniones se han
dividido. Unos exigen que el ardid o engaño sea capaz de causar el error en el tipo medio de personas
correspondientes a la categoría del sujeto pasivo (idoneidad objetiva). Otros entienden que la capacidad del ardid o
engaño debe apreciarse con relación al sujeto pasivo concreto.

Una tercera posición, considera que la ley no presupone el uso de un ardid o engaño de una cierta entidad objetiva,
sino que la eficacia engañosa del medio empleado se determina por su éxito en el caso concreto.

Así, y teniendo en cuenta la falta de idoneidad del medio elegido, se resolvió: que la conducta de quien promovió la
ejecución de una hipoteca que habría sido cancelada por el deudor a la fecha de interposición de la demanda no
configura el delito previsto en el artículo 172 del CP, toda vez que no resulta idónea para inducir al error al engañar
al magistrado actuante; que es atípica la conducta si el medio empleado por el sujeto para perpetración de la
maniobra engañosa –boleto de tren– resultó una grosera adulteración carente de toda idoneidad, dado que, en la
falsedad documental, si el objeto fue burdamente adulterado, se convierte en inidóneo, lo que excluye, asimismo, la
tentativa inútil, pues esta tiene lugar únicamente cuando el medio elegido es inidóneo para lograr su consumación; y
que no basta para la configuración de la estafa que el sujeto pasivo haya caído en error por su propia torpeza, sino
que es necesario que la víctima haya sido inducida a error.

Por otro lado, y asumiendo la teoría del éxito en el caso concreto, se resolvió que, consumado el delito, no puede
dudarse de la idoneidad del ardid o engaño.

Otra cuestión discutida se plantea con el empleo de medios sobrenaturales; en tal sentido, se decidió que encuadra
en la figura de la estafa la acción de la procesada que alega utilizar medios sobrenaturales para procurar de sus
víctimas objetos de oro, alentando sus esperanzas en torno a la desaparición de seres queridos a raíz del conflicto
bélico en el sur.

Dispositivos mecánicos

Se ha discutido si el ardid desplegado frente a un aparato mecánico puede configurar el delito de estafa. Se dejan de
lado los casos en que se emplean tarjetas de compra, crédito o débito, expresamente previstos como defraudación
en el artículo 173, inciso 15 del código penal. Cabe destacar que la posición mayoritaria entendió que no existe
estafa porque el tipo penal exige que el ardid recaiga sobre otro, y ese otro solo puede ser una persona física, no una
máquina, porque esta no puede sufrir el error, que es un estado psicológico. Desde otra perspectiva, se ha aceptado
que el instrumento mecánico representa la voluntad viciada del sujeto pasivo y, en tal sentido, habría estafa.

En tal sentido, se resolvió que el Art. 172 del C.P. admite cualquier ardid, lo que posibilita que el acto de disposición
pueda llevarse a cabo por un mecanismo no humano que no se dirija necesariamente a provocar el acto de entrega
bajo engaño, pero que genere como inmediata y desconocida consecuencia y sin el concurso de la voluntad viciada,
un perjuicio al patrimonio; es que los dispositivos mecánicos o electrónicos ejecutan, al activarse, una voluntad
dispositiva de la que en momento alguno se independizan; es decir, que se produce una disposición patrimonial que
se imputa al titular del aparato mecánico.

En relación con los medidores de electricidad, se ha sostenido, por un lado, que la sustracción de energía eléctrica
mediante la conexión clandestina de un cable a la red general constituye hurto, mientras que el consumo de energía
sin registro en el aparato medidor constituye estafa por violación del convenio entre el imputado y la empresa. En tal
sentido, se resolvió que la alteración del medidor para evitar el registro del consumo eléctrico constituye el delito de
estafa que configura el ardid y se vulnera una relación de confianza o de buena fe comercial, materializada
circunstancialmente en el medidor, causando un perjuicio económico a la empresa.

Por otro lado, la minoría sostuvo, en cambio, que el error que lleva la lectura del medidor no es determinante de la
entrega de la electricidad, sino que es representativo de su valor a posteriori, de forma tal que se configura el delito
de hurto, agregando que el abuso de las cosas automáticas no configura el delito de estafa.
Compartiendo el criterio mayoritario de este fallo, se decidió que la maniobra detectada en el medidor de
electricidad manifiesta la existencia de un ardid idóneo que genera un error y un desapoderamiento patrimonial,
que trae consecuentemente un perjuicio para registrar un consumo sensiblemente menor. Soler entiende que
cuando un contrato de suministro se rige por las cifras de un medidor o contador, las maniobras que se hagan sobre
este tienen por objeto determinar un error en la factura, sobre la base de falsas cifras del medidor; ello vale tanto
para los medidores de electricidad como para los taxímetros y otros apartaros similares.

Silencio y mentira

El ardid o el engaño también pueden realizarse por acciones u omisiones; ello involucra el problema del silencio
como engaño.

Algunos autores consideran que el silencio no puede constituir engaño y se fundamentan en que la ley enumera
medios positivos, y al decir “valiéndole de cualquier otro ardid o engaño” indica una actividad. Para otros, el silencio
engañoso es un caso de estafa por omisión, por lo que, sólo si el silencio que ha causado el error implica la violación
de un deber jurídico de manifestar lo que se calla, puede imputarse a título de engaño defraudatorio; ese deber
puede surgir de una ley, de una convención o de una conducta precedente.

Es decir, se trata de la aplicación de las reglas de la comisión impropia a este delito de comisión. Si bien la
jurisprudencia no es uniforme respecto del silencio, se puede tomar a modo de ejemplo que se consideró que
configura el delito de estafa, el caso en el que el imputado (médico) ocultó a la damnificada (paciente), no le
manifestó que el centro médico dirigido por él carecía de habilitación para llevar a cabo la prestación médica
contratada; o por ejemplo si el imputado guardó silencio respecto de la quiebra de la empresa locadora. En esos
casos el silencio configuró el ardid al que se refiere el artículo 172 del Código Penal, pues el sujeto pasivo ha caído en
un error.

En cambio, se decidió que el ocultamiento de una deuda por patentes que pesa sobre el automotor vendido no
constituye el ardid necesario para configurar el delito de estafa, pues el silencio o la simple mentira carece de
entidad suficiente como para ser engaño inidóneo requerido por el artículo 172 del CP, por lo que “la suscripción del
boleto de compraventa como ‘libre de todo gravamen’ puede justificar la procedencia de un juicio por
incumplimiento de contrato, pero no configura una conducta delictiva por parte del vendedor”.

Otro ejemplo que se puede extraer de la jurisprudencia, en el que no se constituye estafa, es la conducta del
contratante que omite señalar determinadas irregularidades respecto del estado societario; pues no constituye
fraude el ocultamiento de ciertos datos en el caso de que las presuntas víctimas, por tratarse de empresarios
dedicados al mismo rubro que los encausados, puedan llegar a conocer por la actividad que desarrollan el estado de
la empresa, por lo que el error se imputa a su negligencia.

Respecto de la mentira, que es la manifestación (verbal o escrita) o la expresión contraria a lo que se sabe, cree o
piensa, la opinión dominante no la considera un ardid o engaño, toda vez que, para alcanzar tal carácter, la mentira
debe estar reforzada con hechos exteriores; para otros, sí puede constituir un medio estafatorio, dado que es una
forma de engañar. La jurisprudencia tampoco es uniforme: por ejemplo, se decidió que la simple mentira puede ser
engañosa en el sentido del artículo 172 del CP, ya sea al insertarse en especiales circunstancias de hecho o en
circunstancias propias de la víctima del engaño que el agente conoce y con las que cuenta, “por lo cual no parece
posible establecer reglas a priori que la descarten como medio estafatorio: su carácter dependerá del eco concreto
en que se produzca”.

Por otro lado, se resolvió que las alegaciones mentirosas, inexactas, mandases, temerarias, manifiestamente
exageradas o basadas en hechos inexistentes, no conforman las exigencias típicas objetivas de este delito. Así, no
comete este delito quien inserta en una demanda afirmaciones que no fueron acompañadas de ardid alguno, pues
se decidió que el juez no puede ser engañado simplemente con afirmaciones falsas; caso contrario, toda demanda
patrimonial rechazada o toda plus petitio constituiría al actor civil en autor del delito de estafa procesal o de una
tentativa. A la misma solución se llegó en un caso en el que si bien se pretendía cobrar judicialmente lo que no
correspondía, no se habían acompañado pruebas o elementos espurios que respaldasen la presentación, por lo que
se descartó la existencia de ardid alguno.
II. Es un estado Psicológico provocado por el autor del delito, quien induce a la víctima a la realización de la
disposición patrimonial perjudicial; es un conocimiento viciado de la realidad, un defecto en la representación sobre
los hechos.

El error debe ser causado por el engaño del autor y es el que provoca la colaboración del sujeto pasivo; actúa de
nexo entre aquel y la disposición de propiedad.

Se discute si existe estafa en el caso de una persona que elude la vigilancia y viaja en un medio de transporte sin
pagar el correspondiente boleto, o ingresa a un espectáculo público sin abonar la entrada.

Al efecto, y para deslindar la tipicidad de la conducta, se entendió que cabe analizar si la víctima ni siquiera percibió
la situación; en tal caso, no hay error y, por ende, la conducta es atípica. En cambio, si el autor provoca la errónea
creencia de tener derecho a la utilización del servicio, podría haber estafa; pero, aun en este último caso, existe otro
inconveniente, y es que de todos modos el servicio se presta para un número indeterminado de personas, por lo que
el sujeto activo del engaño no causa disposición patrimonial, sino que se aprovecha de ella, lo que hace difícil la
subsunción de este delito.

Sujetos activos: la estafa es un delito común, es decir que no requiere calidad especial alguna en el autor, por lo que
puede ser cometida por cualquier persona.

Sujeto pasivo: cabe hacer una distinción. La víctima del fraude es la persona que padece el error causado por el
ardid o engaño del autor. “El ofendido por la defraudación es la persona perjudicada en su propiedad a causa de la
disposición patrimonial realizada por la víctima del fraude a raíz de su error”. Ambas calidades pueden caer en la
misma persona o en personas distintas.

Por ejemplo, recaería en personas distintas cuando se engaña a la empleada doméstica y se logra que esta le
entregue con voluntad viciada divisas extranjeras del dueño de casa, el ardid recae sobre la empleada y el perjuicio
recae sobre el dueño de las divisas.

Dado que la estafa exige la presencia de un error en la víctima y una disposición voluntaria, presupone en el sujeto
pasivo la posibilidad psíquica de tener una noción correcta sobre el objeto de que se trata, lo que excluye a los
incapaces. Estos casos deben resolverse a la luz del artículo 174, inciso 2 del CP, pues no habrá error sino
aprovechamiento de la situación.

Pero “no puede descartarse la estafa cuando la acción recae sobre personas que sólo tienen algunas insuficiencias
psíquicas” siempre y cuando cuenten con una suficiente capacidad de disposición que pueda ser objeto de un
engaño, pues es común en este delito que la inmadurez o determinados defectos psíquicos sean utilizados por el
autor como parte de la maniobra engañosa.

III. Acto de disposición y perjuicio patrimonial, consumación y tentativa

Como la estafa es un delito material, su consumación depende de la producción del resultado. Cabe tener en cuenta,
frente a un supuesto de hecho, dos cuestiones: si hubo comienzo de ejecución y si se ha consumado.

En orden a la primera, se ha resuelto que la causalidad material de la estafa empieza con el empleo de artificios o
embustes, por lo que la ejecución solo comienza cuando se haya recurrido, justamente, a algún artificio o embuste
que tenga por finalidad próxima la de inducir a error, y por finalidad mediata y principal, la de obtener un provecho
injusto. Es decir que la persona que “falsifica una escritura no comete un acto ejecutivo de estafa, del mismo modo
que aquella que prepara un veneno o fabrica una llave falsa no comete un acto ejecutivo de homicidio o de hurto”.
Pero quien usa la escritura alterada para inducir a error a la víctima sí realiza un acto ejecutivo de estafa, aunque el
intento fracase.

Asimismo, se ha dicho que hubo comienzo de ejecución del delito de estafa cuando alguien presentó una fotocopia
de documentación adulterada ante un comercio, arrogándose una falsa identidad, porque se constituyó un ardid
suficiente para la tipicidad objetiva del artículo 172 del CP. Se consideran acciones preparatorias y, por lo tanto,
atípicas aquellas actividades que por sí mismas son insuficientes para poner en peligro efectivo al bien jurídico
tutelado, o para demostrar el propósito de ejecutar un delito determinado.
Aún más allá, se decidió que, dado que el artículo 172 del CP se integra con la falsedad o el error como elementos
constitutivos, la sola presentación de un engaño (documento falso), sin el correlativo error en la víctima, solo sería
un acto preparatorio, por cuanto este delito requiere en toda su trama la actividad de ambos sujetos –el activo y el
pasivo–, lo que solo se materializa con la disposición patrimonial.

Con relación a la segunda cuestión, esto es, la consumación del delito de estafa, el delito de estafa no requiere para
su consumación que el autor haya obtenido el beneficio que se había propuesto con su acción, sino que basta que el
sujeto pasivo realice la disposición patrimonial perjudicial, momento en el cual se produce el efectivo perjuicio.

Relación con otras figuras

La estafa se comete en múltiples oportunidades junto a otros delitos, sea que estos configuren el ardid requerido
por aquella, o que se cometa un injusto que permitirá luego configurar la estafa, o que esta se despliegue
conjuntamente a otros hechos ilícitos, por lo que cabe establecer la relación concursal que media en los distintos
casos.

La casuística de la estafa es extensa, asi como las soluciones doctrinarias y jurisprudenciales que pueden resolver un
concurso real, un concurso ideal o directamente la aplicación del tipo delictivo de la estafa excluyendo las demás
figuras.

Al respecto, por ejemplo, se ha resuelto que el delito de falsificación de documento privado concurre formalmente
con el de estafa; la estafa con un cheque concurre idealmente con su falsificación: entre la estafa y la puesta en
circulación de moneda extranjera falsa media un concurso ideal, toda vez que ambas conductas constituyen
aspectos distintos de un mismo hecho, por constituir la segunda el ardid, sin el cual no puede darse la primera.

La presentación al cobro de cheques a la orden mediante la exhibición de cédulas de identificación a las que les
fueron sustituidas las fotografías configura el delito previsto en el artículo 296 del CP en concurso ideal con estafa.
También se ha decidido que “el concurso ideal no exige la plena coincidencia de las acciones requeridas en los tipos
concurrentes... [pues] lo decisivo para la delimitación de los tipos no es su consumación formal, sino su terminación
material”; el uso de un documento privado falso, en sí mismo delictivo, puede constituir uno de los elementos del
delito de estafa (el engaño) si se lo utiliza en perjuicio de otro: la coincidencia será solo parcial porque la estafa
requiere, además del engaño fraudulento, otros elementos como el error en la víctima y el perjuicio patrimonial.

Esa utilización, tratándose de instrumentos privados, es la etapa final que consuma la falsedad, pero, al mismo
tiempo, fue el medio engañoso a través del cual el imputado pretendió consumar la estafa contra la firma comercial,
pues, a sabiendas de su falsedad, los presentó en la entidad bancaria; ambas disposiciones legales se ofrecen,
respecto del único hecho concreto, como dos círculos que se cortan recíprocamente, teniendo una parte en común –
el uso engañoso–.

Sin embargo, la jurisprudencia también ha dicho que el delito que pudiera cometerse con la presentación ante el
Registro de la Propiedad del Automotor de documentación falsa es independiente de la estafa que con dicha
documentación se perpetró contra el particular adquirente del rodado; la falsificación de un documento de un
automotor para su posterior venta es independiente de la estafa perpetrada como consecuencia de aquella; la
falsificación de un documento otorgado por el Registro del Automotor es un delito distinto de la estafa que con tales
elementos pueda perpetrarse; la estafa en perjuicio del adquirente de un automotor es independiente de la
sustitución de chapa patente y de la falsificación de la documentación del vehículo.

Por último, se ha entendido que mediaba concurso aparente en los siguientes casos: quien procura efectivizar un
cheque que halló perdido comete únicamente el delito previsto por el artículo 175 del CP y no en concurso con
tentativa de estafa, pues, tratándose la cosa perdida de un cheque, no se concibe ni se alcanza a imaginar otra forma
de utilización de ese ánimo de señorío que procurar su cobro o utilizarlo como medio de pago.

Las figuras de robo, hurto, estafa y encubrimiento, cuando recaen sobre un mismo objeto, tienen una relación de
alternatividad y, por consiguiente, de exclusión; son calificaciones legales alternativas que corresponde asignar a un
único suceso, por lo que no pueden dictarse resoluciones de signo contrario respecto de un mismo objeto procesal
sobre la base de diferentes encuadres típicos, por cuanto se podría violar el principio non bis in ídem. La venta a un
tercero de una cosa obtenida con engaño o por abuso de confianza –en el caso, un automotor– no configura un
nuevo delito, pues no se produce perjuicio patrimonial al adquirente, ya que el bien no es reivindicable3 –art. 2767
del Código Civil, hoy encontrándose en el art.2260 del nuevo Código Civil y Comercial.

Se sugiere ampliar en bibliografía obligatoria (Buompadre, 2009, pp. 128 y ss.).

Estafa procesal

La estafa procesal se deriva de las tantas modalidades fraudulentas previstas genéricamente en el artículo 172 del
Código Penal. La figura carece de tipificación autónoma.

Siguiendo a Cerezo Mir (Buompadre, 2009) se puede definir a la estafa procesal como:

aquella que se produce cuando una parte con su conducta engañosa, realizada con ánimo de lucro, induce a error al
Juez y éste, como consecuencia del error, dicta una sentencia injusta que causa un perjuicio patrimonial a la parte
contraria o a un tercero.

En este caso siempre la víctima del error debe ser un juez. No pueden ser víctimas otros funcionarios, como un fiscal,
asesor, etcétera, porque solo el juez tiene facultades para resolver dispositivamente. Hasta las medidas cautelares el
fiscal debe pedirlas al juez.

La figura se caracteriza por presentar una triangulación, en donde la víctima del fraude (juez) dispone sobre los
bienes del ofendido penal (demandado).

Hay estafa procesal cuando una parte con su conducta engañosa y realizada con ánimo de lucro induce a error a un
juez y éste, como consecuencia del error dicta una sentencia injusta que causa un perjuicio patrimonial a la parte
contraria o a un tercero.

Si bien toda estafa procesal consiste en una deformación de la verdad, no toda deformación de la verdad en un juicio
es estafa procesal.

Ciertas conductas temerarias o maliciosas de la parte no son fraudulentas. Alegaciones mentirosas, demandas
injustas, ocultamientos maliciosos no son delito. La estafa procesal solo existe cuando se empleen medios de prueba
fraudulentos; tiene que tener aptitud legal para inducir a error al juez, es decir, fuerza probatoria capaz de vencer el
contralor judicial.

Se sugiere ampliar en bibliografía obligatoria (Buompadre, 2009, pp. 177 y ss.).

Estafas de servicios o alimentos


Petardismo o gorronería: modalidad defraudatoria no prevista expresamente en el CP. Surge del artículo 172 y lo
interpreta la doctrina. El delito lo comete quien consume bebidas o alimentos en establecimientos que ejercen el
comercio, o cuando alguien se hiciera prestar o utilizar un servicio cualquiera de pago inmediato y no lo abonara al
ser requerido. Casos análogos: el pasajero de taxi, el pasajero de hotel.

Se sugiere ampliar en bibliografía obligatoria (Buompadre, 2009, pp. 184 y ss.).

Estafa mediante procedimientos mecánicos, automatizados o mecánicos

Las conductas ilícitas pueden recaer sobre:

1.- Expendedora de bebidas: tomar una cosa de un aparato automático mediante el empleo de una moneda falsa u
otro medio engañoso. No es estafa, sino hurto, porque aunque hay maniobra, no hay mente errada.

2.- Aparato automático electrónico de servicio (video, música): es atípico. No es hurto porque el servicio no es cosa
mueble. No hay estafa porque no hay “otro” a quien defraudar.

3.- Aparato automático de servicio domiciliario (gas, agua): es estafa porque la maniobra para alterar el medidor
induce a error al proveedor, que cobra menos. Si se cuelgan los ganchos de la luz, hay hurto o robo, según el caso.

4.- Transferencia electrónica de fondos: hay tres soluciones:

a) es hurto porque el apoderamiento lo hace el autor manejando el sistema informático. El dinero no lo entrega
el banco por error.

b) Es estafa porque no hay apoderamiento conforme el artículo 162. El autor retira el dinero como si fuera
suyo, pero porque antes hizo ciertas maniobras (tomar dinero ajeno y hacer creer que es de él); no se apodera del
dinero, sino que lo retira, porque se lo entrega el cajero, convencido de que le pertenece. No es, entonces, la
computadora la engañada, sino el banco a través del cajero.

c) Es atípico. No es hurto porque la moneda de giro no es cosa mueble y no es estafa porque no se engaña a
otros puesto que es una máquina. La estafa solo será apreciable si el ordenador no es nada más que un medio
auxiliar. Si es como la mayoría de los casos, un sistema que realiza operaciones sin intervención de personas, no hay
estafa.

Se sugiere ampliar en bibliografía obligatoria.


Tipos de fraude del artículo 172. Modalidades defraudatorias

Tabla 2: Tipos de fraude

Estafas Fraudes relativos a la

persona del autor

Nombre supuesto

Calidad simulada

Falsos títulos

Fraudes relativos a relaciones personales del autor con terceros Apariencia de comisión

Influencia mentida

Fraudes relativos al abuso de relación personal del autor con la víctima Abuso de confianza

Fraudes relativos a la capacidad o actividad económica del autos Apariencia de bienes, crédito,
empresa o negociación

Fuente: elaboración propia.

Modalidades comisivas

1) Nombre supuesto: es el nombre fingido, que no es propio del autor. Puede ser un nombre falso (que no
existe o es imaginario) o verdadero pero ajeno. Puede ser seudónimo u homónimo. Lo fundamental es que el
nombre falso se utilice para aparentar ser una persona distinta y su uso debe ser determinante a la prestación. Por
ejemplo, si el autor utilizó un nombre falso, pero lo que persuadió a la víctima fue el uso de otro ardid (cheque), no
se da el caso.

2) Calidad simulada: calidad es el conjunto de condiciones que distinguen a una persona (estado civil, situación
familiar, condiciones jurídicas o sociales). Se trata de una atribución actualmente falsa que puede obedecer a una
simulación total (sin invocar un cargo que no se tiene) o la invocación de una calidad que se ha tenido, pero ya no se
tiene, o que se va a tener, pero todavía no se tiene. Debe ser determinante de la prestación.

3) Falsos títulos: es una variante del anterior. El título es una calidad que habilita para determinadas funciones
y que contiene ciertos honores. El título puede ser otorgado por el Estado (título profesional), por universidades
(grados académicos), o puede ser cultural (distinciones honoríficas) o de costumbre (título de nobleza). Si también
implica uso público, concursa con el artículo 247.

4) Influencia mentida: todo poder o valimiento que se tenga entre personas o grupos y que no sea real. Si es
real, podrá ser estafa, pero no mediante este medio.
5) Abuso de confianza: la confianza es la seguridad que se tiene en una persona con respeto a la cual se omiten
los cuidados o precauciones habituales. Puede referirse tanto a confianza como el resultado intencionalmente
procurado para abusar de ella, como la confianza preexistente”. Vale aclarar que no es el abuso de confianza como
estructura típica de la defraudación, sino una modalidad de ardid de la estafa.

6) Apariencia de bienes, crédito, comisión, empresa o negociación: aparenta que muestra algo que no es tal
como lo muestra. La mayoría de la doctrina exige que la conducta tenga entidad objetiva, que vaya acompañada de
ciertos hechos exteriores; no basta la simple mentira.

• Aparenta bienes el que muestra que tiene cosas o derechos que no están en su patrimonio.

• Aparenta crédito el que simula la obtención de un respaldo económico de terceros.

• Aparenta empresa quien simula la existencia de una organización destinada a la producción económica
lucrativa.

• Aparenta negociación el que simula la existencia de una transacción, que se realiza o se va a realizar, o
muestra características distintas de una transacción que se está llevando a cabo.

• Aparenta comisión el que simula cualquier especie de representación de un tercero para realizar un acto o
recibe una extensión de esa representación distinta de la otorgada. (Se sugiere ampliar en bibliografía obligatoria).

Tipo subjetivo

Admite solo dolo directo, que implica el conocimiento del carácter perjudicial de la disposición de la víctima y la
voluntad de usar ardid o engaño para inducirla a error.

El dolo debe concurrir al momento de la realización del tipo y carece de relevancia el que se verifica antes o después
de ella.

El error, el desconocimiento o la ignorancia sobre alguno de los elementos del tipo objetivo importan la concreción
de un error de tipo que conducen a la atipicidad y consecuentemente a la impunidad.

En el presente ilícito, la imprudencia y el dolo eventual conducen a la atipicidad.

Se sugiere ampliar en bibliografía obligatoria (Buompadre, 2009, pp. 209 y ss.).

Consumación y tentativa

Se consuman cuando se realiza la disposición patrimonial perjudicial, sin que interese que ella se transforme en
beneficio para el autor o para un tercero. La tentativa comienza con el despliegue del procedimiento ardidoso.

La estafa es un delito material y de resultado. Por ser un delito instantáneo y no de peligro, el ilícito se verifica al
momento en el cual el sujeto pasivo se desprende del bien objeto de la maniobra, es decir, cuando se produce el
perjuicio patrimonial. Carece de relevancia a los fines consumativos la reparación posterior al delito.

El ilícito se perfecciona cuando el autor logra el desplazamiento del bien en poder de la víctima a la esfera del sujeto
activo o un tercero y que tiene frente a ella la posibilidad de disposición. La tentativa es admisible.
Se sugiere ampliar en bibliografía obligatoria (Buompadre, 2009, pp. 214 y ss.).

Sujetos

Autor: puede ser cualquier persona.

Sujeto pasivo: solo será alguien con capacidad psíquica para tener una noción correcta con capacidad psíquica. No
pueden serlo los incapaces o los menores de edad. Además de tener la capacidad para disponer patrimonialmente.

Si el sujeto pasivo del fraude no es el titular del patrimonio ofendido, este es el perjudicado, pero aquel es el sujeto
pasivo de la estafa, quien debe reunir las características propias de esa figura.

Debe disponer materialmente del objeto que constituye la prestación o debe poder decidir sobre ella (por ejemplo,
el juez).

LECTURA 2  

Defraudaciones especiales

Tipos especiales de estafas

“Artículo 173. Sin perjuicio de la disposición general del artículo precedente, se considerarán casos especiales de
defraudación y sufrirán la pena que él establece” :

Estafa en la sustancia, calidad o cantidad de las cosas (inc. 1.º)

“El que defraudare a otro en la sustancia, calidad o cantidad de las cosas que le entregue en virtud de contrato o de
un título obligatorio” .

No se trata simplemente de la entrega de una cosa distinta a la pactada (incumplimiento civil), sino que la víctima
abona un precio por una cosa en la falsa creencia del que recibe lo debido.

Soler (año) sostiene que habrá estafa en la medida en que se den dos presupuestos:

a) cuando en operaciones ordinarias el vendedor ha efectuado alguna maniobra tendiente a inducir


positivamente en error al comprador diligente; y

b) cuando la ley estableció especiales obligaciones de carácter positivo al vendedor, de manera que la
mercadería debe ser genuina por expresa exigencia del contralor oficial. El ardid debe recaer sobre la sustancia de
una cosa (su naturaleza o esencia, p. ej., oro por latón), sobre su calidad (modo de ser mejor o peor, características
que la diferencian de otra cosa de la misma especie) o sobre su cantidad, que hace referencia al número, peso y
medida.

La entrega de la cosa debe hacerse en virtud de un contrato, definido como acto jurídico en el art. 1137 del Código
Civil (hoy en día corresponde al art. 957 del nuevo código civil y comercial) o de un título obligatorio (compraventa,
permuta, arrendamiento); debe tratarse de un negocio jurídico válido, que obligue a entregar la cosa y que sea
oneroso.

La cosa definida como tal en el art. 2311 del Código Civil (hoy en día corresponde al nuevo código civil y comercial a
los art. art. 16 – art. 1883) puede ser mueble o inmueble.

La consumación se produce con la entrega de la cosa y el pago de precio. No es ardid la propaganda exagerada.

Retención indebida (inc. 2.º)

El que con perjuicio de otro se negare a restituir o no restituyere a su debido tiempo, dinero, efectos o cualquier otra
cosa mueble que se le haya dado en depósito, comisión, administración u otro título que produzca obligación de
entregar o devolver.

El tipo delictivo se estructura sobre la base de dos acciones típicas: negarse a restituir o no restituir a su debido
tiempo.

Se han dado dos criterios diferenciados a la hora de interpretar estas conductas:

Una postura entiende que la materialidad del delito no reside en la negativa en sí de devolver la cosa, sino que se
apoya en la idea de apropiación. El sujeto que retiene la cosa realizaría de un acto de disposición sobre la cosa como
si fuera su propietario.

La otra postura se basa en una interpretación literal del texto legal. Se concibe al delito como una omisión, que se
verifica en la negativa a restituir o no restituir a su debido tiempo. Los actos de apoderamiento no forman parte de la
estructura típica objetiva, ni son exigidos como requisito subjetivo del tipo.

El delito exige como presupuesto la existencia de una relación jurídica o de hecho entre el autor de la retención y el
dueño de la cosa (tenencia legítima). La relación jurídica se pone de manifiesto cuando existe un título (depósito,
comisión, administración, etc.), que produce la obligación de entregar o devolver la cosa.

La reforma modificó la ley anterior, que especificaba el término apropiare, reemplazándolo por el de negarse a
restituir.
La esencia del delito consiste en el quebrantamiento por parte del autor, que abusando de la confianza depositada
en él por el dador de la cosa, en cuanto a la obligación que le imponía el título de entrega del objeto, de devolver o
entregarlo en su individualidad.

El contrato de depósito puede ser regular o irregular y se define y caracteriza en los artículos 2187, código civil y
2188 (hoy en día corresponde a los art. 1356, art. 1367, art. 1368 del nuevo código civil y comercial)

La acción de no restituir o no restituir a su debido tiempo, es decir, en el plazo fijado en el negocio jurídico inicial, si
no hay plazo, se aplica el artículo 509 de Código Civil (hoy en día corresponde a los art. 886, 887, 888 del nuevo
código civil y comercial) y se debe intimar. La intimación no es sacramental, basta que sea fehaciente.

Que la retención debe ser ilegítima, significa que el agente no tenga derecho a retener la cosa, art. 510, 2218 y 3939
del código civil, (hoy corresponde a los art. 2587, art. 2588, del nuevo código civil y comercial)

Objetos del delito son las cosas muebles. Los inmuebles están protegidos a través de la figura de la usurpación.

Se sugiere ampliar en bibliografía obligatoria.

Estafa mediante suscripción de documentos (inc. 3.º)

“El que defraudare, haciendo suscribir con engaño algún documento”

El delito consiste en defraudar a otro al suscribir mediante engaño algún documento, causando un daño de
naturaleza patrimonial: sin lesión pecuniaria no hay delito.

Viendo de esta manera la cuestión, tiene especial trascendencia la determinación del momento consumativo (la
doctrina se encuentra dividida).

Doctrina vieja: considera que el momento consumativo se produce en el instante en que el autor se hace suscribir el
documento por parte de la víctima. Con este criterio, de un delito de resultado de daño pasamos a un delito de
peligro (Moreno, González, Roura, Gómez, Molinari, Malgarrita; citados por Buompadre, 2009)

Doctrina actual: entiende que el momento consumativo se produce con el daño patrimonial, interpretación que
comulga con las exigencias y características del tipo penal (Núñez, Soler, Jiménez de Asúa, Fontán Balestra, Creus;
citados por Buompadre, 2009)

No obstante, hay que hacer una distinción: si se trata de documentos de carácter dispositivos, por ejemplo,
documentos endosados, la cesión de un título, valor o crédito, escritura traslativa de dominio, etcétera, el daño se
produce con la suscripción por la naturaleza misma de los efectos que conlleva cada uno de estos documentos.

Se sugiere ampliar en bibliografía obligatoria.


Estafa por abuso de firma en blanco (inc. 4.º)

“El que cometiere alguna defraudación abusando de firma en blanco, extendiendo con ella algún documento en
perjuicio del mismo que la dio o de tercero” .

La particularidad de esta estafa consiste en que se lleva a cabo a través del abuso de una firma que ha sido otorgada
en blanco.

El abuso consiste en el uso indebido del mandato dado por el otorgante para extender sobre el documento, un texto
escrito según sus propias instrucciones, por ejemplo escribir sobre el papel, un texto distinto en perjuicio del
otorgante, es hacer algo más allá de los límites del mandato.

La entrega del documento debe ser voluntaria para extender sobre él la escritura; por lo tanto, la tenencia del
documento es legítima.

La consumación se verifica en el momento del perjuicio real efectivo. Se discute en la doctrina si se trata de una
estafa o un abuso de confianza.

Puede ser un documento total o parcialmente en blanco. Lo importante es que los espacios en blanco tengan
contenido patrimonial. No es típico el documento que se ha dejado en custodia sin autorización para utilizarlo o el
documento completo que contiene espacios en blanco llenados ardidosamente sin autorización.

Estafa por sustracción: hurto impropio (inc. 5.º)

“El dueño de una cosa mueble que la sustrajere de quien la tenga legítimamente en su poder, con perjuicio del
mismo o de tercero” .

Esta especie de defraudación tiene varias denominaciones en doctrina, una de ellas es el hurto impropio.

El delito consiste en sustraer una cosa mueble propia que se encuentra legítimamente en poder de un tercero. Es
presupuesto de la figura que la cosa sea tenida legítimamente por un tercero, quien viene a ser el sujeto pasivo del
delito.

Sujeto activo solo puede ser el dueño de la totalidad de la cosa. No es posible el condominio, ya que estaríamos en la
presencia de un hurto.

El sujeto pasivo no entrega la cosa voluntariamente, sino que le es tomada por el autor, sin violencia ni engaño, sino
furtivamente, sin su permiso, sin su anuencia. Pero no se trata de un hurto, pues no es cosa ajena, sino una
defraudación, porque frustra el derecho que legítimamente ejerce el ofendido.

La tenencia legítima debe proceder de un título válido, que sin transferir el dominio de la cosa otorgue su tenencia
en cualquier carácter, siempre que importe la concesión de un derecho sobre ella.
El título puede originarse en un convenio de partes, como un acto de autoridad (embargo) o ejercicio de un derecho
(derecho de retención). Puede ser oneroso o gratuito, ya que el perjuicio no consiste en una disposición patrimonial
del tenedor, sino en la frustración del derecho que está ejerciendo.

Estafa mediante el otorgamiento de un contrato simulado o falso recibo (inc. 6.º)

“El que otorgare en perjuicio de otro, un contrato simulado o falsos recibos”

El delito consiste en otorgar o suscribir un contrato simulado o un falso recibo en perjuicio de otro. Se trata de un
caso de codelincuencia en el que dos personas fingen un acto para perjudicar a otra. Es estafa, ya que la simulación
es el medio engañoso para lograr que la víctima realice voluntariamente un acto dispositivo que la perjudica
económicamente.

Un contrato es simulado cuando aparenta un acto jurídico que no es real o no es el verdadero (art. 955 del Código
Civil).

La simulación tiene lugar cuando se encubre el carácter jurídico de un acto bajo la apariencia de otro, o cuando el
acto contiene cláusulas que no son sinceras, o fechas que no son verdaderas, o cuando por él se constituyen o
transmiten derechos a personas interpuestas, que no son aquellas para quienes en realidad se constituyen o
transmiten.

En tanto, el artículo 957 dice: “La simulación no es reprobada por la ley cuando a nadie perjudica ni tiene un fin
ilícito”.

Y el artículo 959 establece que: Los que hubieren simulado un acto con el fin de violar las leyes o de perjudicar a un
tercero, no pueden ejercer acción alguna el uno contra el otro, sobre la simulación, salvo que la acción tenga por
objeto dejar sin efecto el acto y las partes no puedan obtener ningún beneficio de la anulación. (Corresponden a los
art. art. 333 a 337, del nuevo Código civil y comercial).

El recibo es falso cuando contiene una constancia de la entrega de algo (cosas, valores o dinero) que no responde a
la realidad.

Tratándose de un delito de actividad bilateral, los codelincuentes deben ser conscientes no solo de la falsedad del
instrumento, sino de su destino engañoso.

Administración fraudulenta (inc. 7.º)

Tipo delictivo

El que, por disposición de la ley, de la autoridad o por un acto jurídico, tuviera a su cargo el manejo, la
administración o el cuidado de bienes o intereses pecuniarios ajenos, y con el fin de procurar para sí o para un
tercero un lucro indebido o para causar daño, violando sus deberes perjudicare los intereses confiados u obligare
abusivamente al titular de éstos.8

Honorable Congreso de la Nación Argentina. Recuperado de http://bit.ly/2KZ5KuR


8 Art. 173, inc. 7, Ley N.º 11179. (1921). Código Penal de la Nación Argentina [Su aprobación. T. o. 1984].

1.- Sujetos del delito

Sujeto activo solo puede ser la persona a quien se le ha confiado el manejo, administración o el cuidado de bienes o
intereses pecuniarios ajenos y sobre los que ejerce un poder de disposición, según las fuentes que enumera la ley. Es
decir, el autor demanda una cualidad específica, solo puede ser realizado por quienes se encuentran en una posición
determinada, posición de garante con respecto al bien jurídico tutelado.

La posición de garante puede provenir de la ley, de la autoridad o por un acto jurídico.

• La ley: es el derecho positivo, por ejemplo, patria potestad, tutela testamentaria, curatela, albaceas.

• La autoridad: es el Estado (nacional, provincial o municipal) que confiere la facultad de administrar bienes
ajenos que no pertenecen al fisco (ya que estaríamos en el art. 174, inc. 5). Ejemplos: intervención judicial de una
sociedad, autorización para administrar una herencia, etcétera.

• Acto jurídico: puede ser el mandatario, apoderado, comisionista, consignatario, etcétera.

• La ley dice el sujeto activo es aquel que tiene a su cargo el manejo, administración o cuidado de los bienes
por lo que, abarca tres hipótesis.

• Administración: implica el gobierno y dirección de la totalidad del patrimonio ajeno.

• Manejo: se trata de la gestión particularizada a uno o más negocios individualmente considerados. Por
ejemplo: mandatario especial.

• Cuidado: consiste en la conservación, guarda o protección de intereses ajenos. Se trata de una situación
pasiva de mera vigilancia ya que el sujeto no tiene poder de disposición sobre los bienes solo vigila su
conservación

• Sujeto pasivo: es la persona física o jurídica cuyo patrimonio está a cargo del autor.

• Acción típica: el tipo describe las clases de acciones punibles denominadas tipo de infidelidad y tipo de
abuso. Se trata de un delito mixto alternativo dado que basta con que se consume cualquiera de las modalidades
para verificarse el ilícito.

a) Tipo de abuso: el agente se excede, se extralimita en el ejercicio del cargo encomendado (viola sus deberes),
comprometiendo los intereses confiados más allá de lo tolerable, necesario o normal en relación con el movimiento
económico financiero de su gestión. Implica siempre una actuación en el marco de un negocio jurídico o acto jurídico
(venta, locación, etc.).

El autor obra abusivamente apartándose intencionalmente de sus deberes para obtener un lucro indebido o para
causar daño.
Existe una exterioridad de la conducta fuera de la relación mandatariomandante y hacia terceros, donde se hace
necesario el poder de representación.

b) Quebrantamiento de fidelidad: hace más a la relación interna entre quien tiene a su cargo la tutela de los
bines ajenos (agente) y el titular del patrimonio (representado). El agente no necesita tener facultad de
representación; solo hace falta que el agente, contraviniendo la fidelidad y cuidado de lo ajeno, perjudique los
intereses. Bastan acciones jurídicas o de hecho. La infidelidad es residual del abuso.

Perjuicio: debe ser real, concreto, efectivo y de contenido económico.

Elemento subjetivo

Además del dolo directo (se excluye el dolo eventual y la culpa), requiere ánimo de lucro o intención de daño
patrimonial, para evitar que se incriminen conductas que solo son incumplimientos de obligaciones contractuales.
Esta exigencia subjetiva importa la incorporación al tipo de un elemento subjetivo del injusto (dolo específico) que
acompaña al dolo.

Estafa mediante sustitución, ocultación o mutilación del documento (inc.

8.º)

“El que cometiere defraudación, sustituyendo, ocultando o mutilando algún proceso, expediente, documento u otro
papel importante” .

Acción típica

El delito consiste en defraudar a otro mediante la substitución, ocultación o mutilación de un proceso, expediente,
documento u otro papel importante.

Puede cometerse por acción u omisión impropia.

Por acción: substitución o mutilación; el ocultamiento es susceptible de realizar por los modos comisivos.

Substituye: el que cambia o reemplaza una cosa por otra de distinto significado.

Oculta: el que esconde.

Mutila: el que quita, arranca, separa, altera o destruye, total o parcialmente esa cosa.

En todos los casos, debe tratarse de un elemento que tenga valor probatorio y con significado patrimonial.

Es un delito con estructura de un tipo penal abierto; así lo indica la expresión “u otro papel importante”, por lo cual
la enunciación es solo ejemplificativa.
Las acciones, en sentido amplio, deben recaer en:

Proceso: es el conjunto de actuaciones de naturaleza judicial.

Expediente: se refiere a actuaciones labradas por autoridad pública no judicial.

Documento: tiene que ser importante y productor de efectos jurídicopatrimoniales.

Si la finalidad del autor no es inducir a error a la víctima para lograr la disposición patrimonial perjudicial, estaremos
ante el ilícito previsto en el artículo 255 del Código Penal, referido a la violación de sellos y documentos. Dice:

Será reprimido con prisión de un (1) mes a cuatro (4) años, el que sustrajere, alterare, ocultare, destruyere o
inutilizare en todo o en parte objetos destinados a servir de prueba ante la autoridad competente, registros o
documentos confiados a la custodia de un funcionario público o de otra persona en el interés del servicio público. Si
el autor fuere el mismo depositario, sufrirá además inhabilitación especial por doble tiempo.

Si el hecho se cometiere por imprudencia o negligencia del depositario, éste será reprimido con multa de pesos
setecientos cincuenta ($ 750) a pesos doce mil quinientos ($ 12.500).

Tipo subjetivo

El delito exige dolo directo, sin que sea necesario que exista otro elemento subjetivo especial.

Consumación y tentativa

El delito se consuma con el perjuicio patrimonial como consecuencia de las conductas típicas lesivas a la propiedad
ajena. Es un delito materia y admite tentativa.

Se sugiere ampliar en bibliografía obligatoria.

Estelionato (inc. 9.º)

“El que vendiere o gravare como bienes libres, los que fueren litigiosos o estuvieren embargados o gravados; y el
que vendiere, gravare o arrendare como propios, bienes ajenos” .

Acción típica

El delito puede cometerse de dos maneras:

• vendiendo o gravando como bienes libres los que fueran litigiosos o estuvieran gravados o embargados;

• vendiendo, gravando o arrendando como propios, bienes ajenos.


El engaño consiste en invocar una condición relativa al bien “como libre o como propio” cuando no lo es, no lo
posee.

La ley reprime únicamente la venta, el gravamen o el arrendamiento del bien; por consiguiente, todo otro tipo de
negocio jurídico está excluido.

La venta se define por el Código Civil en el artículo 1323. Habrá compra y venta cuando una de las partes se obligue a
transferir a la otra la propiedad de una cosa, y ésta se obligue a recibirla y a pagar por ella un precio cierto en dinero.
(Corresponde al art. 1123 del nuevo Código civil y comercial)

Vende: el que se obliga a transferir a otro una cosa por un precio. La simple promesa de venta no es jurídicamente
una venta (boleto); no es típica porque la venta no se ha perfeccionado y no da lugar al delito.

Grava: quien constituye sobre una cosa o bien un derecho real de garantía afectándolo (hipoteca, prenda, anticresis),
pero no quien constituye una obligación personal sobre la cosa (pacto de retroventa).

Arrienda: el que concede a otro el uso o goce de una cosa o sobre un bien (mueble o inmueble) por un precio (art.
1493, CC).

En todos los casos, la ley exige que el bien sea litigioso, esté embargado o gravado, o que sea ajeno.

Objeto del delito son aquellas cosas muebles o inmuebles la ley requiere que estén embargadas o gravadas.

En el supuesto que estén embargadas (tiene que estar efectivamente trabado el embargo), es decir cuando por un
acto jurisdiccional ha sido individualizadamente afectado el bien al pago de un crédito.

En el supuesto que estén gravadas significa que pesa sobre el bien un derecho real de garantía legalmente
constituido.

El ardid: el estelionato es una de las formas de estafa. Para su configuración, es necesaria la concurrencia de un ardid
inicial. Confirma esta postura la expresión legal de vender o gravar como libres/propios.

Con relación al contenido del ardid, hay que preguntarse si basta la simple afirmación de libertad o propiedad del
bien o es necesaria la concurrencia de otra maniobra objetiva (la jurisprudencia y doctrina se encuentran divididas).
Núñez (citado por Buompadre, 2009), sostiene que el fraude que exige este inciso es compatible con el simple
engaño e incluso el silencio calificado sin necesidad de ningún otro ardid.

El autor dice que el engaño está en la simulación o apariencia de que el bien es propio o de que está libre y en este
consiste el medio inherente al estelionato.

El perjuicio: daño efectivo. Su consumación exige una disposición de propiedad pecuniariamente perjudicial para la
víctima. El delito se consuma en el momento en que el sujeto pasivo efectúa su prestación.
Estafa mediante supuesta remuneración a jueces o empleados (inc. 10.º)

“El que defraudare, con pretexto de supuesta remuneración a los jueces u otros empleos públicos” .

Este delito tiene una cercanía con el cohecho, el cohecho es un delito contra la administración pública pero la
influencia que se hace valer es verdadera, para que un funcionario haga o deje de hacer) y también tiene cercanía
con la influencia mentida pero esta es un supuesto del art. 172 y se resuelve con estafa genérica, lo que es falso es la
influencia que se tiene o se invoca esta es inexistente.

En el caso que estamos analizando, el pretexto al que el autor apela para lograr el provecho patrimonial injusto no
está relacionado con ninguna influencia, real o simulada, sino con una supuesta inexistente remuneración que se
abonara a un juez u otro funcionario.

El ardid: es el pretexto, la afirmación falsa de remuneración para obtener el acto esperado.

La remuneración: debe ser de contenido patrimonial y debe ser fingida. Si se la realiza, caemos en el cohecho.

Desbaratamiento de derechos acordados (inc. 11.º)

El que tornare imposible, incierto o litigioso el derecho sobre un bien o el cumplimiento, en las condiciones
pactadas, de una obligación referente al mismo, sea mediante cualquier acto jurídico relativo al mismo bien, aunque
no importe enajenación, sea removiéndolo, reteniéndolo, ocultándolo o dañándolo, siempre que el derecho o la
obligación hubieran sido acordados a otro por un precio o como garantía.

El tipo delictivo tiene como presupuesto la existencia de una relación jurídica entre el autor y la víctima, a través de
la cual se haya acordado un derecho sobre un bien, o la afectación del bien a la garantía una obligación.

Es decir, se trata de un negocio jurídico válido (legítimo, que excluye todo ardid o engaño inicial) y oneroso.

Sujetos del delito: sujeto activo, generalmente, es el deudor y el pasivo, el acreedor, es decir, la persona beneficiaria
del acuerdo incumplido.

Al tratarse de un delito que propone fases, las cuales son acumulativas, se hace necesario que primero se haya
acordado un derecho y luego se lo desbarate.

Se presentan entonces dos momentos de la acción típica:

a) relación jurídica lícita por la cual se acuerda un derecho o una obligación sobre un bien;

b) llevar a cabo un acto jurídico relativo a ese bien por el que se otorga a un tercero un derecho mejor del que
se tenía.

Tornar significa mudar la condición jurídica de ese bien.


Tornar imposible: es cuando se crea la imposibilidad de que se pueda ejecutar o cumplir el derecho acordado.

Incierto: cuando la existencia del derecho se torna jurídicamente dudosa.

Litigioso: cuando la continuación del ejercicio del derecho queda supeditada a un litigio jurisdiccional con un tercero.

Se sugiere ampliar en bibliografía obligatoria.

Tipos especiales incorporados por la Ley 24441

Esta ley se la llama del financiamiento de la vivienda y la construcción, y data del año 1995, incorporada al código
penal con los incisos 12, 13 y 14 del artículo 173, como nuevos delitos contra la propiedad, todos estos supuestos
poseen las características de los abusos de confianza.

Defraudaciones de derechos (inc. 12. )

El titular fiduciario, el administrador de fondos comunes de inversión o el dador de un contrato de leasing, que en
beneficio propio o de un tercero dispusiere, gravare o perjudicare los bienes y de esta manera defraudare los
derechos de los cocontratantes.

Sujeto activo: (persona física o jurídica) solo puede ser el titular fiduciario, el administrador de fondos comunes de
inversión y el dador de un contrato de leasing.

Sujeto pasivo: (persona física o jurídica) consecuentemente, solo pueden serlo el fiduciante o fideicomitente, el
beneficiario, los inversores del fondo común y le tomador del contrato de leasing.

Fideicomiso: hay fideicomiso cuando una persona (fiduciante) transmita la propiedad fiduciaria de bienes
determinados a otra (fiduciario) quien se obliga a ejercerla en beneficio de quien se designe en el contrato
(beneficiario) y a transmitirla al cumplimiento de un plazo o condición al fiduciante, al beneficiario o al
fideicomisario. (art. 1, Ley 24441).

En el caso del titular fiduciario, este puede, por imperio del artículo 17 de la Ley 24441, disponer de los bienes, aun
sin el consentimiento del fiduciante o el beneficiario; pero como el dominio es imperfecto y limitado, cualquier
operación que realice no puede ser perjudicial para los derechos de los cocontratantes.

NOTA: la Ley 24441 fue derogada. Por la Ley 26994, el fideicomiso se incorpora al Código Civil y Comercial en los art.
1671 al 1689.

Los medios comisivos del tipo delictivo pueden consistir en: en disponer, vender, ceder, donar, gravar, someter a
embargo, prenda, hipoteca, etcétera, perjudicar, dañar, ocultar, hacer desaparecer, destruir, etcétera, los bienes
recibidos.
Los bienes pueden ser inmuebles, muebles fungibles o no, bienes inmateriales susceptibles de valor económico.

El dolo directo requiere de un elemento subjetivo especial “obrar en provecho propio o de un tercero”

Fondo común de inversión. Ley 24083, modificada por Ley 27440

Múltiples personas reales o ideales, sin conformar una sociedad, son copropietarios de un patrimonio integrado por
ciertas clases de bienes cuyo número e identidad pueden variar constantemente. A diferencia del condominio, la
identidad de los condóminos puede variar constantemente, así como la composición misma del patrimonio.

Este mecanismo de canalización del ahorro es útil porque permite diversificar el destino de la inversión y con ello
disminuir el riesgo de pérdida.

Intervienen obligadamente dos personas jurídicas: 1) sociedad gerente del fondo; 2) sociedad depositaria de los
bienes.

Sujeto activo: el administrador del FCI (fondo común de inversión) administra y representa, en virtud de contrato o
por disposición de la ley.

Sujeto pasivo: beneficiarios o copropietarios indivisos (cuotapartistas).

Contrato de leasing: es un contrato de locación de cosas al que se le agrega la opción de compra a ejercer por el
tomador.

Sujeto activo: en el leasing financiero son bancos de inversión, compañías financieras, bancos comerciales o una
sociedad que tenga por objeto este tipo de contratos.

Sujeto pasivo: el tomador de contrato.

Objeto del delito: muebles individualizados, inmuebles de propiedad del dador, etcétera; quedan excluidos los
objetos que tengan otro destino, por ejemplo, accesorios del hogar, artículos suntuarios, etcétera.

Se sugiere ampliar en bibliografía obligatoria.

Ejecución perjudicial de hipoteca (inc. 13 )

El que encontrándose autorizado para ejecutar extrajudicialmente un inmueble lo ejecutara en perjuicio del deudor,
a sabiendas de que el mismo no se encuentra en mora, o maliciosamente omitiera cumplimentar los recaudos
establecidos para la subasta mediante dicho procedimiento especial.

Con el propósito de canalizar el ahorro de la comunidad hacia la inversión a largo plazo y especialmente con el fin de
captar recursos del exterior mediante la emisión de títulos inmobiliarios, la Ley 24441(modificada por Ley 27440). Se
implementó la cedularización de deudas hipotecarias.
La ley ha previsto la sanción de dos tipos delictivos para evitar abusos en los cuales podría incurrir el acreedor
hipotecario, a saber: la ejecución perjudicial hipotecaria y la omisión de recaudos legales.

1- Ejecución perjudicial hipotecaria

Se delinque cuando se ejecuta a quien no está en mora o fuera del procedimiento especial fijado por los artículos 52
y ss. (Ley 24441 modificada por ley 27440).

Es ejecutar extrajudicialmente el inmueble afectado, a sabiendas (dolo directo) de que no hay mora en el pago de la
obligación.

Sujeto activo: solo el acreedor hipotecario; delito especial propio.

Sujeto pasivo: el deudor.

2.- Omisión de recaudos legales

El ilícito consiste en omitir el cumplimiento de los recaudos establecidos, expresamente determinados en los
artículos 57 a 59 de la Ley 24441, a saber:

a) la verificación del inmueble vía notarial;

b) venta extrajudicial;

c) la publicidad de la subasta, tipo edictos judiciales;

d) condiciones de venta o base económica del remante;

e) la notificación fehaciente al deudor de la fecha del remate.

En consecuencia, el delito se configura cuando el acreedor lleva adelante la ejecución sin cumplir con los recaudos
legales (delito propio de omisión simple).

Además, se trata de un delito de peligro de pura actividad, es decir, de consumación anticipada, un adelanto de la
barrera tutelar, pues lo que se trata de evitar es precisamente que se lleve a cabo el remate del inmueble. 3)
Omisión de consignación de pago de letras hipotecarias (inc. 14.º)

“El tenedor de letras hipotecarias que en perjuicio del deudor o de terceros omitiera consignar en el título los pagos
recibidos” .

La mecánica de este tipo de operaciones de naturaleza comercial consiste en que, cuando el deudor realiza una
cancelación total o parcial de su obligación, esta por ley debe ser asentada, ya sea en el mismo cuerpo de la letra de
cambio cuando no tienen cupones.

En consecuencia, el delito consiste en omitir consignar en el título los pagos recibidos. Es decir que el delito solo es
concebible en letras que no tienen cupones, ya que solo en estos casos existe la obligación de consignar.
Sujeto activo: tenedor de la letra, que es el acreedor.

Sujeto pasivo: el deudor de la obligación.

Es una infracción dolosa de omisión, y el momento consumativo no es con la simple omisión, sino que se exige el
perjuicio real y efectivo.

Defraudación con tarjeta de crédito (inc. 15.º)

El que defraudare mediante el uso de una tarjeta de compra, crédito o débito, cuando la misma hubiere sido
falsificada, adulterada, hurtada, robada, perdida u obtenida del legítimo emisor mediante ardid o engaño, o
mediante el uso no autorizado de sus datos, aunque lo hiciere por medio de una operación automática.

La ley prevé dos conductas típicas:

1) la de defraudar mediante el uso de una tarjeta de compra, crédito o débito, cuando ella hubiere sido
falsificada, adulterada, hurtada, robada, perdida u obtenida del legítimo emisor mediante ardid o engaño;

2) la de defraudar mediante el uso no autorizado de los datos contenidos en la tarjeta.

La acción de defraudar consiste en una maniobra destinada a emplear el fraude (engaño) para generar en el sujeto
pasivo un error determinante destinado a realizar una disposición patrimonial perjudicial.

En el caso que nos ocupa, el engaño o el engaño y el error, de acuerdo con cada caso, son sustituidos por el uso
ilegítimo de una tarjeta magnética o de la información en ella contenida para provocar el perjuicio lesivo al
patrimonio de la víctima o de un tercero. El uso ilegítimo de la tarjeta magnética constituye el engaño típico de la
defraudación.

La ley contempla la posibilidad de que la maniobra recaiga sobre otra persona de existencia física, como así también
sobre una máquina automática (cajeros). Es decir que el desplazamiento de la cosa lo puede hacer una persona o
una máquina.

Son elementos normativos del tipo la tarjeta de compra, débito o crédito, que debe ser usada por el autor para
satisfacer la figura delictiva. Estos instrumentos no están definidos por el Código Penal, por lo que nos debemos
remitir para su definición al ordenamiento extrapenal.

Tarjeta de crédito es un instrumento por medio del cual su titular puede adquirir bienes con su simple presentación
a los comercios adheridos al sistema mediante la firma de un cupón. Reemplaza al dinero para la compra.
Tarjeta de compra: es similar a la anterior, solo que su uso se encuentra acotado al comercio que la proporciona, es
decir que queda limitada al uso en un determinado comercio.

Tarjeta de débito: es un instrumento que proporciona un banco emisor mediante el cual su titular puede adquirir
bienes en los comercios adheridos, cuyo importe se debitará automáticamente de su cuenta corriente bancaria o
caja de ahorros.

Existen diferentes posibilidades de defraudación con el uso de las tarjetas magnéticas, a saber:

• uso de una tarjeta verdadera;

• uso de una tarjeta verdadera obtenida mediante ardid o engaño del legítimo titular;

• uso de una tarjeta falsificada o adulterada;

• uso de una tarjeta hurtada o robada;

• uso de una tarjeta perdida;

• uso de una tarjeta verdadera por su titular una vez agotado su crédito;

• uso de una tarjeta verdadera por parte de un tercero autorizado una vez agotado el crédito concedido;

• uso de una tarjeta verdadera cancelada o caducada;

• uso de una tarjeta verdadera por una persona no autorizada; • uso de una tarjeta codificada o instrumento
similar provisto de banda magnética;

• uso de los datos contenidos en una tarjeta magnética.

Sujetos del delito

Se trata de un delito de titularidad indiferenciada, por lo que el sujeto activo puede ser cualquier persona, mientras
que el sujeto pasivo solo puede ser el titular de la tarjeta.

Tipo subjetivo

El delito es doloso y requiere dolo directo. Si bien el autor con su conducta persigue un logro de contenido
patrimonial, el tipo subjetivo no lo exige.

Consumación y tentativa

Es un delito de resultado material, consecuentemente la consumación se verifica con el perjuicio patrimonial de la


víctima. Admite tentativa.
Defraudación por medios informáticos (inc. 16.º)

La Ley 26388 del año 2008 introdujo el inciso 16 al artículo 173, que reza: “El que defraudare a otro mediante
cualquier técnica de manipulación informática que altere el normal funcionamiento de un sistema informático o la
transmisión de dato” .

Con esta disposición el legislador ha llenado un vacío legal que no pocos inconvenientes acarreaba, dado que había
conductas que no podían ser atrapadas por la estafa genérica ni especiales, y consecuentemente quedaban impunes,
como era el caso en que el autor empleando medios informáticos, lograba ventajas económicas perjudicando el
patrimonio de uno o varios sujetos pasivos pero no se podía imputar como estafa el hecho porque no se presentaba
la secuencia propia de la estafa para que esta se configure; es decir: el ardid o engaño, error y disposición
patrimonial.

Acción típica

Como en los otros casos, la acción típica consiste en defraudar a otro. La diferencia con las otras figuras radica en
que en el presente caso no se verifica el ardid o engaño requerido en ellas contra otra persona de existencia física,
sino que este es reemplazado por la manipulación informática. No se puede defraudar a una máquina.

Medios típicos

La figura requiere que el autor utilice para cometer el ilícito una técnica de manipulación informática, esto es,
cualquier modificación del resultado de un proceso de datos, sea que se produzca a través de nuevos datos o por
alteración de los existentes, independientemente de las etapas de procesamiento en las que se produzca.

Sujetos del delito

Cualquier persona puede ser sujeto activo del ilícito, esté o no autorizada a utilizar el sistema informático, en la
medida en que haya utilizado una técnica de manipulación informática.

Sujeto pasivo es el titular del patrimonio afectado por la maniobra del autor. El ofendido penal puede ser una
persona física o jurídica, y ante la diversidad de situaciones que podrían plantearse, hay que distinguir
concretamente a la víctima de la maniobra, como damnificado directo de esta, como podría ser la compañía de
seguros, la entidad bancaria, o la gerenciadora de la tarjeta de crédito, quienes abonan finalmente al cliente el
importe defraudado.

Disposición patrimonial

La disposición patrimonial perjudicial se verifica cuando el sujeto pasivo es privado del bien objeto de la maniobra,
reduciendo su patrimonio (p. ej., manipulación informática en compras realizadas por Internet).
En las operaciones informáticas en las que no necesariamente intervienen personas físicas, como víctimas del
engaño y error, sino únicamente una máquina, o en transferencias electrónicas de fondos de manera automática, la
disposición patrimonial se produce con el traspaso contable del dinero de una cuenta hacia la otra.

Tipo subjetivo

Se trata de un delito doloso que admite únicamente dolo directo. No admite dolo eventual ni las formas culposas.

Consumación y tentativa

El delito se consuma con el perjuicio patrimonial, obra de la manipulación informática. Es un delito de resultado
material.

LECTURA 3 

Defraudaciones agravadas

Estafa de seguro o préstamo a la gruesa

Préstamo a la gruesa: ocurre cuando una persona presta a otra cierta cantidad sobre objetos expuestos a riesgos
marítimos bajo la condición de que, pereciendo esos objetos, pierda el dador la suma prestada, y llegando a buen
puerto la mercadería, devuelva el dador la suma con un premio estipulado. (Quevedo Coronado, 2004,
https://bit.ly/2Kv3r2p).

Artículo 174 Código Penal. Sufrirá prisión de dos a seis años:

1.º1. El que para procurarse a sí mismo o procurar a otro un provecho ilegal en perjuicio de un asegurador o de un
dador de préstamo a la gruesa, incendiare o destruyere una cosa asegurada o una nave asegurada o cuya carga o
flete estén asegurados o sobre la cual se haya efectuado un préstamo a la gruesa.

La denominación habitual es la de estafa de seguro, donde el engaño inicial reside en la propia destrucción de la cosa
asegurada, pues con ella se procura hacer caer en error al asegurador, quien cree en la causación fortuita del hecho.

La acción material (destrucción o incendio) coincide con el momento consumativo del delito, sin que sea necesario el
intento del cobro del seguro.
Las acciones típicas se caracterizan porque llevan en sí mismas una dirección subjetiva especial, cuya ausencia
desplaza el hecho a los tipos de incendio o de daño. Este elemento subjetivo reside en la expresión legal para
procurarse a sí mismo o procurar a otro un provecho ilegal. El provecho es el cobro de la indemnización o prima del
seguro, o la pérdida de la suma prestada por el dador.

Los objetos sobre los que puede recaer el delito son todos los que pueden ser asegurados de acuerdo con la ley
mercantil. Cualquier vicio esencial que cause la nulidad del contrato excluye el delito.

Se sugiere ampliar en bibliografía obligatoria (Buompadre, 2009, pp. 327 y ss.).

Defraudación a menores o incapaces

El inciso 2. º del artículo 174 Código penal prevé la figura de la siguiente manera:

El que abusare de las necesidades, pasiones o inexperiencia de un menor o de un incapaz, declarado o no declarado
tal, para hacerle firmar un documento que importe cualquier efecto jurídico, en daño de él o de otro, aunque el acto
sea civilmente nulo.

Sujeto activo: puede ser cualquier persona.

Sujeto pasivo: puede ser solo un menor o un incapaz.

El otro al que alude la ley es a quien puede también recaer el daño que la acción de firmar el documento importa; es
el damnificado del delito, por ejemplo, heredero legítimo o testamentario en razón de la disminución del acervo
hereditario.

La acción típica consiste en abusar, por ejemplo, explotar, aprovechar, obtener una ventaja, etcétera, de las
necesidades, pasiones o inexperiencia del menor o incapaz.

El abuso puede provenir de una situación previa en la cual se encontraba la víctima y es aprovechada o puede
también ser provocada.

Lo importante es que es indiferente que el autor haya o no empleado fraude para determinar a firmar a la víctima.

Necesidad: es todo aquello que la víctima considere indispensable, aunque no lo sea o no alcance un grado extremo.
Pasiones: apetitos o afecciones vehementes, intensidad del entusiasmo.

Inexperiencia: es la falta de experiencia de los conocimientos que proporciona la vida cotidiana.

En suma, es necesario que el autor explote la situación en la cual se encuentra la víctima para hacerla suscribir el
documento.

Se sugiere ampliar en bibliografía obligatoria (Buompadre, 2009, pp. 331 y ss.).

Defraudación por el uso de pesas o medidas falsas

Está previsto en el artículo 174, inciso 3.º Código penal. “El que defraudare usando de pesas o medidas falsas” .

Es una subespecie de defraudación del artículo 173, inciso 1, del Código Penal. Es una figura agravada porque su
comisión implica para la victima una atención y diligencia poco comunes en razón de los medios del cual se vale el
autor.

Las pesas y medidas son aquellas que se utilizan para las operaciones de entrega de cosas y se encuentran
adulteradas dolosamente.

Lo que castiga la norma es defraudar por este medio, es decir, obrar engañosamente haciendo caer en error a la
víctima y no el simple uso de estos medios (contravención).

El autor puede ser tanto el que entrega como el que recibe. En el primer caso, es entregar menor cantidad de cosas;
en el segundo, recibir mayor cantidad.

Se sugiere ampliar en bibliografía obligatoria (Buompadre, 2009, pp. 339 y ss.).

Defraudación con materiales de construcción

Está previsto en el inciso 4.º del artículo 174 . Se trata del empresario o constructor de una obra cualquiera o el
vendedor de materiales de construcción que cometiere, en la ejecución de la obra o en la entrega de los materiales,
un acto fraudulento capaz de poner en peligro la seguridad de las personas, de los bienes o del Estado.

También es una subespecie del artículo 173, inciso 1, y el motivo de la agravación no es ya la mera sustitución de los
materiales para la construcción, sino que la inferior calidad o cantidad es susceptible de provocar un peligro para la
seguridad de las personas y bienes.
Entonces, además de todos los requisitos de la estafa, es decir, un obrar fraudulento (usar fraude en relación con los
elementos de la construcción) de una inferior cantidad o calidad susceptibles de provocar un peligro. En
consecuencia, el acto fraudulento debe haber provocado el daño patrimonial efecto de la estafa y poner en peligro
las personas o bienes individuales o del Estado. Si no concurre este peligro, nos quedamos en la figura básica.

Sujeto activo: el empresario o el constructor de una obra o el vendedor de los materiales.

Sujeto pasivo: cuando es empresario o constructor, lo será el propietario de la obra; cuando el autor es el vendedor,
puede ser el empresario o el propietario.

Se sugiere ampliar en bibliografía obligatoria (Buompadre, 2009, pp. 340 y ss.).

Fraude en perjuicio de la Administración Pública

Está previsto en el inciso 5.º del artículo 174 del Código Penal. “El que cometiere fraude en perjuicio de alguna
administración pública” .

“En los casos de los tres incisos precedentes, el culpable, si fuere funcionario o empleado público, sufrirá además
inhabilitación especial perpetua” .

El delito consiste en cometer fraude mediante cualquiera de las acciones descriptas en los artículos 172, 173 y 174
del Código Penal (CP).

Es decir que cuando las acciones defraudatorias han afectado los intereses económicos del Estado-fisco, la pena por
aplicar será del delito de que se trate. Ahora, si el sujeto pasivo es el Estado, se califica por esta razón aplicándose al
agravante.

Se sugiere ampliar en bibliografía obligatoria (Buompadre, 2009, pp. 342 y ss.).

Vaciamiento de empresa

Nace en el año 2002 por Ley 25602 y ha recibido una fuerte crítica doctrinaria.

El artículo 174, inciso 6 .º del Código Penal reprime a quien: maliciosamente afectare el normal desenvolvimiento de
un establecimiento o explotación comercial, industrial, agropecuaria, minera o destinado a la prestación de servicios;
destruyere, dañare, hiciere desaparecer; ocultare o fraudulentamente disminuyere el valor de materias primas,
productos de cualquier naturaleza, máquinas, equipos u otros bienes de capital.

Bien jurídico protegido


El bien jurídico protegido es la propiedad ajena, cuyo menoscabo se produce como consecuencia del obrar
defraudatorio característico del vaciamiento empresarial. Se trata de un ilícito que afecta bienes jurídicos
individuales.

La propiedad ajena entendida como

el derecho que tienen los acreedores a percibir sus legítimas acreencias, evaluables económicamente, en relación
con el patrimonio de la empresa que ha sido afectado por las conductas típicas de vaciamiento. Se trata del típico
delito patrimonial, en el que, como en la generalidad de las defraudaciones, el lucro y el patrimonio juegan un rol
fundamental en la estructuración del injusto penal, aun cuando las conductas típicas se lleven a cabo en el marco de
una organización empresarial. (Buompadre, 2009, p. 347).

Presupuestos

1- La existencia de una empresa.

2- La empresa debe encontrarse operando normalmente.

3- La existencia de una relación jurídica crediticia válidamente constituida entre el deudor y el acreedor.

Acción típica

La figura se caracteriza por cuanto la acción típica recae sobre cosas, bienes, productos o valores económicos de una
empresa de pertenencia del sujeto activo, sea individual o colectivo.

La norma penal establece dos modalidades típicas:

1) “afectare el normal desenvolvimiento de un establecimiento o explotación comercial, industrial,


agropecuaria, minera o destinado a la prestación de servicios” ;

2) “destruyere, dañare, hiciere desaparecer; ocultare o fraudulentamente disminuyere el valor de materias


primas, productos de cualquier naturaleza, máquinas, equipos u otros bienes de capital” .

Medios de comisión

• Materiales o físicos (p. ej. destruir o esconder la cosa).

• Jurídicos (p. ej. transferencia dolosa a un tercero del derecho sobre la cosa).
• Los medios comisivos producen la disminución de los bienes de capital y esta disminución debe ser
fraudulenta, esto se debe realizar a través de acciones engañosas o simuladoras respecto de la situación jurídica del
bien.

Objeto del delito

Está constituido por la empresa misma y los bienes que integran el activo de la organización, quedando
comprendidos los bienes muebles e inmuebles, créditos, derechos o valores (materiales e inmateriales).

En la hipótesis prevista para el primer párrafo del precepto legal, la acción debe afectar el normal desenvolvimiento
de la empresa, sin que sea necesaria la alteración de la cosa objeto del delito o la disminución de su valor. De igual
modo, en la acción prevista en el segundo párrafo, el efecto de aquella podrá derivar en la eliminación o menoscabo
de la cosa o en la disminución de su valor como bien de capital, pero no será necesario que se altere o perturbe el
normal desarrollo de la actividad de la empresa. (Buompadre, 2009, p. 352).

Sujetos del delito

Se trata de un delito especial propio. Por lo tanto, el autor debe ser el titular del patrimonio empresarial afectado o
miembro jerarquizado de la organización (director, gerente etc.).

Sujeto pasivo puede ser una persona de existencia física o jurídica. La víctima es el acreedor de la empresa, titular
del bien jurídico protegido.

Tipo subjetivo

La figura requiere dolo directo. No admite dolo eventual ni culpa.

Consumación y tentativa

La consumación se produce con el perjuicio patrimonial del sujeto pasivo, que se verifica en oportunidad de verse
frustrados sus derechos patrimoniales frente al vaciamiento de la empresa como consecuencia del obrar malicioso
del autor.

Admite tentativa y todas las formas de participación criminal.

Se sugiere ampliar en bibliografía obligatoria (Buompadre, 2009, pp. 345 y ss.).


Punibilidad de los empleados públicos

Está prevista en el último párrafo del artículo 174 del Código Penal, al establecer “que en los casos de los tres incisos
precedentes, el culpable, si fuere funcionario o empleado público, sufrirá además inhabilitación especial perpetua” .

La norma agrava la pena en el caso de los ilícitos denominados estafa en los materiales de construcción (174 inc.
4.º), fraude a la administración pública (174 inc. 5.º) y vaciamiento de empresa (174 inc. 6.º) cuando su autor es un
funcionario o empleado público.

Funcionario o empleado público es todo aquel que participa accidental o permanentemente del ejercicio de la
función pública, sea por elección popular o por nombramiento de autoridad competente, de conformidad con lo
establecido en el artículo 77 del Código Penal.

No resulta necesario para la aplicación del agravante que el autor esté al momento del hecho ejerciendo funciones
públicas, ni que realice las respectivas acciones típicas abusando del cargo que ostenta. El tipo se satisface
simplemente con que el autor sea empleado o funcionario público.

Se sugiere ampliar en bibliografía obligatoria (Buompadre, 2009, pp. 354 y ss.).

Estafas atenuadas

Apropiación ilícita de cosas perdidas o tesoros

El artículo 175 del Código Penal reprime al que “encontrare perdida una cosa que no le pertenezca o un tesoro y se
apropiare la cosa o la parte del tesoro correspondiente al propietario del suelo, sin observar las prescripciones del
Código Civil” .

Acción típica

La acción típica consiste en apropiarse. Se trata de una acción material punible que el autor manifiesta en
comportamientos demostrativos que obra como su dueño (usándola, sirviéndose de ella, vendiéndola, etc.) o
reteniéndola por un tiempo indefinido, aunque no haya habido uso o aprovechamiento, puesto que la doctrina
entiende que la retención por un término mayor a lo prudencial y la negativa a restituir son formas de apropiación.

Cabe aclarar que no toda inobservancia de las normas civiles implica necesariamente la apropiación. Puede darse
simplemente la primera sin necesidad de la segunda, de conformidad con lo establecido en el artículo 2531 del
Código Civil, que considera depositario a quien hallare una cosa perdida. (Corresponde a los art. 1955-1956 del
nuevo Código civil y comercial).

Objeto del delito. Cosa perdida y tesoro


Cosa perdida es:

Toda cosa mueble, con valor económico, que ha salido involuntariamente de la tenencia del propietario o de quien
la tenía, sin que sepa dónde está o, sabiéndolo, no pueda llegar a ella (Ej. se encuentra en el fondo del mar) y sin que
otro se haya apoderado de ella. (Buompadre, año, p. 360).

Tesoro es:

Todo objeto que no tiene dueño conocido, y que está oculto o enterrado en un inmueble, sea de creación antigua o
reciente, con excepción de los objetos que se encuentren en los sepulcros, o en los lugares públicos, destinados a la
sepultura de los muertos. (Art. 2551 del Código Civil, hoy art.

1951 Código Civil y Comercial)

Sujetos del delito

Autor es el que se “apropia” de la cosa perdida o del tesoro, independientemente de que lo haya encontrado o
descubierto. Puede ocurrir que quien lo encuentra o descubre no se apropie, simplemente lo tome y lo abandone.

Tipo subjetivo

Requiere dolo que comprenda la situación en que se encuentra la cosa y la voluntad de apropiarse de ella. Admite
dolo eventual.

Consumación y tentativa

El delito se consuma cuando el autor que ha encontrado perdida una cosa o parte de un tesoro exterioriza
inequívocamente la intención de apropiarse de ella. Esto se materializa cuando el autor, tras el hallazgo, deja de
cumplir con las normas civiles.

Se sugiere ampliar en bibliografía obligatoria (Buompadre, año, pp. 357 y ss.).

Apropiación de cosa habida por error o caso fortuito

Está previsto en el artículo 175, inciso 2.º, del Código Penal, que reprime a quien “se apropiare una cosa ajena, en
cuya tenencia hubiese entrado a consecuencia de un error o de un caso fortuito” .

Acción típica
El delito consiste en apropiarse de la cosa mueble ajena. A diferencia del inciso anterior, aquí la cosa entra en su
propio ámbito de tenencia y el autor se la apropia.

El delito se perfecciona cuando la cosa entra en el ámbito de posición del autor y se apropia de ella, por lo que no
admite la posibilidad de apropiamiento violento o furtivo de la cosa o empleando fraude. La causa debe provenir de
un error o un caso fortuito.

Tipo subjetivo

Se trata de un delito doloso. Para que se configure el ilícito, es necesario que el autor sepa de la situación de la cosa
y de la intención de apropiarse de ella.

Cuando el autor duda de la ajenidad de la cosa, puede darse el dolo eventual.

Consumación y tentativa

El delito se verifica con la apropiación de la cosa.

Respecto del momento consumativo, se puede decir que no necesariamente coincide con el momento en el que el
autor adquiere la tenencia de la cosa. Si el autor inicialmente entra en posesión de la cosa dolosamente, la
consumación coincide con ese momento, pues es allí cuando el autor exterioriza la intención de apropiarse, mientras
que si entra en posesión de buena fe y luego se apropia, el momento consumativo coincidirá con este último.

Se sugiere ampliar en bibliografía obligatoria (Buompadre, 2009, pp. 363 y ss.).

Apropiación de prenda

Se encuentra previsto en el artículo 175, inciso 3.º, del Código Penal, que reprime a quien “vendiere la prenda sobre
que prestó dinero o se la apropiare o dispusiere de ella, sin las formalidades legales” .

Acción típica

Para que se verifique la figura, es necesario que previamente exista un contrato de prenda válido, de conformidad
con el artículo 3204 del Código Civil, que reza: “habrá constitución de prenda cuando el deudor, por una obligación
cierta o condicional, presente o futura, entregue al acreedor una cosa mueble o un crédito en seguridad de la
deuda”. (Corresponde al art.

2224, del nuevo Código civil y comercial)

Las acciones típicas son:


• vendar la prenda; • apropiarse de la prenda; • disponer de la prenda.

El presupuesto del ilícito es que debe existir una relación jurídica entre deudor y acreedor. El primero sigue siendo
dueño de la cosa a pesar de que la ha entregado al acreedor (como garantía). Este último debe respetar los
procedimientos civiles determinados para poder satisfacer el crédito impago.

Sujetos del delito

Es un delito especial propio. Sujeto activo solo puede ser quien prestó dinero sobre la prenda (acreedor prendario).
Sujeto pasivo es el deudor de la obligación contractual.

Tipo subjetivo

El delito es doloso y exige dolo directo.

Consumación y tentativa

El delito se consuma con la materialización de las conductas típicas (venta de la prenda, su apropiación o su
disposición), oportunidad a partir de la cual el sujeto pasivo ve frustrada la posibilidad de que se le restituya la cosa
cuando satisfaga la obligación.

Es un delito de resultado material que admite tentativa.

Desnaturalización del cheque

El artículo 175, inciso 4.º, del Código Penal reprime al “acreedor que a sabiendas exija o acepte de su deudor, a título
de documento, crédito o garantía por una obligación no vencida, un cheque o giro de fecha posterior o en blanco” .

Esta figura fue creada con la finalidad de impedir que los usureros, para garantizar el cobro del dinero prestado,
extorsionaran a los deudores con denunciarlos penalmente si al finalizar la obligación no pagaban lo debido. Con
esta modalidad, el usurero se garantizaba el cobro por dos vías: la civil y la penal.

Acción típica

Las acciones típicas son exigir o aceptar.

La figura requiere que el autor exija o acepte del sujeto pasivo (deudor) a título de documento, crédito o garantía, un
cheque o giro de fecha posterior o en blanco por una obligación no vencida.
Para la doctrina, giro o cheque son equivalentes.

La figura exige que se trate de un cheque común y no de pago diferido. En caso de que se acepte o exija un cheque
de pago diferido, la conducta no queda atrapada por esta figura. Esta conducta es atípica, dado que se trata de un
pagaré y el propio inciso 1.º del artículo 302 del Código Penal lo excluye, por lo que pierde efecto extorsivo, puesto
que no genera ningún peligro penal para el librador.

Sujeto de delito

Es un delito especial propio. Sujeto activo solo puede ser el titular del crédito. Sujeto pasivo es el deudor de la
obligación.

Tipo subjetivo

El tipo es doloso y requiere dolo directo. No admite dolo eventual.

Consumación y tentativa

Se trata de un delito de peligro para la completitud del patrimonio del deudor. Se consuma cuando el autor recibe el
documento del deudor.

LECTURA 4  

Quebrados y otros deudores punibles

Bien jurídico protegido

Los ilícitos contenidos en el Capítulo V del Título VI del Código Penal protegen la incolumidad del patrimonio como
prenda común de los acreedores. La ley pretende que los acreedores puedan ejecutar sus créditos sobre los bienes
que componen el patrimonio, en igualdad de condiciones.

Quiebra fraudulenta

El artículo 176 del Código Penal establece:

Será reprimido, como quebrado fraudulento, con prisión de dos a seis años e inhabilitación especial de tres a diez
años, el comerciante declarado en quiebra que, en fraude de sus acreedores, hubiera incurrido en alguno de los
hechos siguientes:
1) Simular o suponer deudas, enajenaciones, gastos o pérdidas.

2) No justificar la salida o existencia de bienes que debiera tener; sustraer u ocultar alguna cosa que
correspondiere a la masa.

3) Conceder ventajas indebidas a cualquier acreedor.

Sujeto del delito

Es un delito especial propio. Sujeto activo solo puede ser el comerciante declarado en quiebra. La ley exige que el
autor tenga o haya tenido calidad de comerciante.

El concepto de comerciante se encontraba contemplado en el artículo 1.º del Código de Comercio (derogado por el
nuevo Código Civil y Comercial de la nación) , que establecía: “la ley declara comerciante a todos los individuos que,
teniendo capacidad legal para contratar, ejercen de cuenta propia actos de comercio, haciendo ello profesión
habitual”.

El nuevo Código Civil y Comercial de la Nación, no obstante su denominación, ningún capítulo destina a la materia
“Comercial”, ni hace referencia alguna al “acto de comercio”, ni al “comerciante”, ni a las “obligaciones de los
comerciantes”, ni a los “agentes auxiliares de comercio”, ni tampoco a la “jurisdicción mercantil”.

El Código Civil y Comercial considera a las “personas” en forma unificada y las clasifica como “personas humanas” o
como “personas jurídicas” sin diferenciar entre sujetos “comerciales” y “civiles”. También en el nuevo Código
desaparece la diferencia entre contratos “civiles” y contratos “comerciales”.

Las personas humanas “empresarias” y “cuasi empresarias”

Conforme con el art. 320 del Código Civil y Comercial de la Nación se somete, entre otros sujetos y entes, a ciertas
personas humanas a una obligación especial: la de llevar contabilidad, si las mismas “…realizan una actividad
económica organizada o son titulares de una empresa o establecimiento comercial, industrial o de servicios”.

De ello se sigue que el Código, no obstante la unificación anunciada, admite dos categorías de “personas humanas”,
una general y otra “especial”, en tanto sujeta a obligaciones contables que, su vez, necesariamente, estarán sujetas
también a practicar una inscripción de antecedentes (publicidad).

Esta categoría “especial” está compuesta por dos clases de personas humanas:

a) Las que realizan una actividad económica organizada, y

b) Las que son “empresarios”, en el sentido de ser titulares de una empresa o de un establecimiento Comercial,
industrial o de servicios.
De ambas categorías resulta que no solo los empresarios integran esta categoría especial de personas humanas sino
también quienes no siéndolo, realizan una actividad económica organizada que no llega a configurar una empresa, a
los que denominaremos “cuasi-empresarios”.

Declaración en quiebra

El tipo delictivo exige que el comerciante sea declarado en quiebra. Esto significa que un juez, mediante una
sentencia, haya resuelto declarar su estado falencia conforme a las normas que regulan la materia. Esa resolución
debe estar firme.

La declaración en quiebra es un elemento normativo del tipo penal. La ausencia de este elemento excluye la
tipicidad.

Acciones típicas:

1) Simular o suponer deudas.

2) No justificar la salida o existencia de bienes que debería tener (no demostrar o explicar debidamente el
destino de los bienes que debieron estar a disposición de la masa de acreedores).

3) Sustraer u ocultar alguna cosa que correspondiere a la masa de acreedores.

4) Conceder ventajas indebidas a cualquier acreedor.

Tipo subjetivo

La figura exige que el hecho sea cometido en fraude de sus acreedores. Por ello, el tipo requiere dolo directo. La
conducta del autor debe estar dirigida a menoscabar el patrimonio del concurso. Debe existir un resultado dañoso
consistente en una disminución del patrimonio, prenda común de los acreedores, sin necesidad de que
efectivamente estos vean afectados sus acreencias.

Consumación y tentativa

Si se trata de hechos realizados con anterioridad a la declaración judicial de la quiebra, su declaración determina el
momento consumativo. Si se trata de hechos realizados con posterioridad a la declaración judicial de la quiebra, el
momento consumativo estará dado por cada una de las conductas típicas.
En relación con la tentativa del ilícito en cuestión, la doctrina no es pacífica en tal sentido; algunos consideran que no
admite tentativa y otros, que sí es posible la tentativa, aunque solo se podría dar con posterioridad a la declaración
judicial de la quiebra.

Se sugiere ampliar en bibliografía obligatoria (Buompadre, 2009, pp. 392 y ss.).

Quiebra culposa

Está prevista en el artículo 177 del Código Penal, que establece:

Será reprimido, como quebrado culpable, con prisión de un mes a un año e inhabilitación especial de dos a cinco
años, el comerciante que hubiere causado su propia quiebra y perjudicado a sus acreedores, por sus gastos excesivos
con relación al capital y al número de personas de su familia, especulaciones ruinosas, juego, abandono de sus
negocios o cualquier otro acto de negligencia o imprudencia manifiesta.

Tipo objetivo

El autor debe ser un comerciante declarado en quiebra, igual que en la figura anterior. La declaración de quiebra
debe obedecer a una conducta culposa que genere en el sujeto pasivo un perjuicio real a la masa de acreedores.

El tipo requiere que el autor se declare su propia quiebra, que llegue a un verdadero estado de insolvencia debido a
su obrar negligente o imprudente. Además, estas acciones deben ser manifiestas.

Tipo subjetivo

Se trata de un delito culposo (negligencia e imprudencia). La norma (art. 177) menciona a modo ejemplificativo
algunas de las conductas culposas que llevan al autor a insolventarse, a saber:

1- “gastos excesivos con relación al capital y al número de personas de su familia;

2- especulaciones ruinosas;
3- juego;

4- abandono de sus negocios”.

El ilícito se consuma cuando la resolución judicial que declara la quiebra se encuentra firme. No admite tentativa.

Se sugiere ampliar en bibliografía obligatoria (Buompadre, 2009, pp. 397 y ss.).

Quiebra de persona jurídica

El artículo 178 del Código Civil establece:

Cuando se tratare de la quiebra de una sociedad Comercial o de una persona jurídica que ejerza el comercio, o se
hubiere abierto el procedimiento de liquidación sin quiebra de un banco u otra entidad financiera, todo director;
síndico, administrador; miembro de la comisión fiscalizadora o gerente de la sociedad o establecimiento fallido o del
banco o entidad financiera en liquidación sin quiebra, o contador o tenedor de libros de los mismo, que hubiere
cooperado a la ejecución de alguno de los actos a que se refieren los artículos anteriores, será reprimido don la pena
de la quiebra fraudulenta o culpable, en su caso. Con la misma pena será reprimido el miembro del consejo de
administración o directorio, síndico, miembro de la junta fiscalizadora o de vigilancia, o gerente, tratándose de una
sociedad cooperativa o mutual.

Acción típica

La acción típica consiste en haber cooperado en alguno de los actos de la quiebra fraudulenta o culposa.

La norma se refiere a las sociedades Comerciales y a las personas jurídicas que ejerzan el comercio, a los bancos o
entidades financieras, y a las sociedades cooperativas y mutuales.

Sujetos activos

Se trata de un delito especial propio, puesto que solo pueden ser autores los sujetos enunciados en la norma. Los
sujetos que participaren pero que no sean los que ejercen algunas de las funciones mencionadas podrán ser punibles
en calidad de partícipes.

La disposición legal menciona a: “todo director; síndico, administrador; miembro de la comisión fiscalizadora o
gerente de la sociedad o establecimiento fallido o del banco o entidad financiera en liquidación sin quiebra, o
contador o tenedor de libros de los mismo, que hubiere cooperado…”

Se sugiere ampliar en bibliografía obligatoria (Buompadre, 2009, pp. 400 y ss.).


Concurso Civil fraudulento

Se encuentra previsto en el artículo 179 del Código Penal, que establece: “será reprimido con prisión de uno a cuatro
años, el deudor no comerciante concursado Civilmente que, para defraudar a sus acreedores, hubiere cometido o
cometiere alguno de los actos mencionados en el art. 176”

Autor solo puede ser el deudor no comerciante concursado Civilmente. La norma no comprende a las personas
jurídicas ni a sus representantes o asesores.

Necesariamente, el deudor debe haber sido declarado en concurso en un proceso Civil. Se trata de un elemento
normativo que implica su atipicidad en caso de su inexistencia y, consecuentemente, su impunidad Penal.

El delito requiere que el autor haya cometido alguna de las conductas reprimidas en la figura de la quiebra
fraudulenta del art. 176 del Código Penal.

Se sugiere ampliar en bibliografía obligatoria (Buompadre, 2009, pp.402 y ss.).

Insolvencia fraudulenta

Se encuentra prevista en el párrafo 2.º del artículo 179 del Código Penal, el que establece:

Será reprimido con prisión de seis meses a tres años, el que durante el curso de un proceso o después de una
sentencia condenatoria, maliciosamente destruyere, inutilizare, dañare, ocultare o hiciere desaparecer bienes de su
patrimonio o fraudulentamente disminuyere su valor, y de esta manera frustrare, en todo o en parte, el
cumplimiento de las correspondientes obligaciones Civiles.

Acción típica

La acción típica consiste en frustrar total o parcialmente el incumplimiento de una obligación Civil. La frustración de
la obligación se produce cuando el acreedor ve cercenada la posibilidad de satisfacer su acreencia.

Sujetos del delito

Se trata de un delito especial propio, por lo que solo puede ser cometido por el demandado. El tipo requiere que el
deudor se encuentre Civilmente demandado en juicio por parte del acreedor para satisfacer el cobro de una
obligación anterior. Sin proceso judicial en marcha, no puede haber delito.

Medios típicos

Son medios típicos los taxativamente enunciados en la disposición legal, a saber: “destruyere, inutilizare, dañare,
ocultare o hiciere desaparecer bienes de su patrimonio o fraudulentamente disminuyere su valor…” . Se trata de
actos materiales que imposibilitan, total o parcialmente, el cumplimiento de la sentencia judicial condenatoria.
Quedan comprendidas en la norma la enajenación fraudulenta y la simulada.

Son bienes sobre los que puede recaer la conducta: cosas (muebles o inmuebles), créditos o derechos.

El delito puede cometerse de las más variadas formas; por ejemplo, por la cesión fraudulenta o simulada que la
sociedad demanda, por el sometimiento de un bien inmueble a un gravamen simulado (Vg. Hipoteca), ya que
disminuye su valor en una futura venta judicial, dañando un campo, quemándolo o dejando morir de hambre la
hacienda; la venta de un automotor cuyo remate fue ordenado judicialmente; la no restitución de un inmueble y su
gravamen posterior que fue ejecutado; la transferencia de cuotas societarias ejecutada en juicio laboral, entre otros.
(Buompadre, 2009, p. 405 y ss.

La insolvencia del autor debe ser un resultado querido de su parte, es decir, debe ser buscado por el sujeto activo a
través de los medios taxativamente enumerados en el tipo Penal. La insolvencia debe darse durante la sustanciación
de un juicio o luego de una sentencia judicial en su contra. Si el autor se insolventa con anterioridad al proceso
judicial, la conducta, por mas dañosa e intencional que fuera, no queda atrapada por la figura Penal.

El pago de la obligación

Resulta una cuestión debatida doctrinariamente si el pago de la obligación por parte del deudor o el logro de la toma
de razón de medidas cautelares que garanticen el crédito excluyen el delito.

Los que se inclinan por la postura positiva argumentan que la finalidad de la ley ha sido resguardar los legítimos
derechos del acreedor, que al verse garantizados con la medida cautelar o satisfecho con el pago, no ve frustrado
derecho alguno.

Por su parte, más razonable parece ser la posición contraria, que sostiene que el delito subsiste, según Núñez,
(citado por Buompadre, 2009) por cuanto:

Siempre se estaría en el ámbito de una posible o efectiva reparación del perjuicio causado por el delito, por lo que
una vez consumado el delito, él es tal cual es y ya no es posible mudar su naturaleza y sus condiciones. (Buompadre,
2009, p. 407 y ss.)

Sostener la primera postura implicaría dejar en manos de particulares la existencia o no del delito, cuestión riesgosa
a la luz de considerar que se trata de un ilícito de acción pública. El pago posterior simplemente satisface la
indemnización por el perjuicio causado y no lo libera de responsabilidad Penal si previamente se verifican las
conductas típicas.

Elemento temporal:

1) Durante el curso de un proceso.

2) Después de una sentencia condenatoria.

Tipo subjetivo

La figura es solo compatible con dolo directo. No admite dolo eventual. El tipo requiere que el autor obre
maliciosamente para frustrar los derechos del acreedor.

Consumación y tentativa

El delito se consuma con la insatisfacción del crédito del sujeto pasivo por la frustrada ejecución judicial, es decir,
cuando se verifica el perjuicio patrimonial. Admite tentativa y la participación criminal se rige por las reglas comunes.

Se sugiere ampliar en bibliografía obligatoria (Buompadre, 2009, pp. 403 y ss.).

Se encuentra previsto en el artículo 180 del Código Penal, que reprime:

El acreedor que consintiere en un concordato, convenio o transacción judicial, en virtud de una connivencia con el
deudor o con un tercero, por la cual hubiere estipulado ventajas especiales para el caso de aceptación del
concordato, convenio o transacción.

La misma pena sufrirá, en su caso, todo deudor o director, gerente o administrador de una sociedad anónima o
cooperativa o de una persona jurídica de otra índole, en estado de quiebra o de concurso judicial de bienes, que
concluyere un convenio de este género.

Conveniencia del acreedor. Acción típica

La acción típica radica en consentir. Ello ocurre cuando las partes, acreedor y deudor, convienen en que el primero
consienta votar el acuerdo a cambio de ventajas especiales. La connivencia es un acuerdo fraudulento destinado a
impedir –a espaldas de los demás acreedores– la continuación del juicio concursal o a extinguir sus efectos
ejecutivos.
Las ventajas especiales pueden consistir en la cancelación total o parcial del crédito de manera desigual respecto a
los otros acreedores y en desmedro de sus acreencias.

Sujetos del delito

Sujetos activos del delito pueden ser:

• el acreedor (comerciante o no);

• el deudor (comerciante o no);

• el director, gerente o administrador de una sociedad anónima o cooperativa o de una persona jurídica de
otra naturaleza.

Tipo subjetivo

Es un delito doloso, compatible solo con dolo directo.

Consumación y tentativa

La doctrina mayoritaria entiende que el ilícito se consuma cuando el acreedor consiente el concordato, convenio o
transacción judicial. Ello sucede cuando el acreedor vota de manera favorable por ellos en el correspondiente acto
procesal y es en ese momento cuando se produce la consumación.

Connivencia del deudor y representante de una persona jurídica

El delito consiste en concluir el convenio en el cual se pacta la emisión del voto por parte del acreedor favorable al
acuerdo, convenio o transacción judicial.

Pueden ser autores tanto el deudor como los representantes de la persona jurídica. La conclusión (celebración) del
convenio marca el momento consumativo del delito.

Se sugiere ampliar en bibliografía obligatoria (Buompadre, 2009, pp. 414 y ss.).

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