Los incas dirigieron un imperio que se extendía por el área central
andina desde Ecuador hasta Chile. Ellos se autodenominaban tahuantinsuyo, y el nombre de incas significaba en quechua ‘señor’ o ‘alteza’. Al igual que los aztecas, su legado cultural elaborado en metales preciosos fue saqueado, desaparecido, fundido en lingotes, y llevado a Europa. Sin embargo gracias a que los españoles entablaron contacto directo con este pueblo americano, la suya es la civilización de Sudamérica que mejor se conoce actualmente.
Era un pueblo guerrero del altiplano, cuyo arte y arquitectura se
caracteriza por la simplicidad de formas, la escasa decoración y la funcionalidad, lo cual se evidencia en sus edificaciones construidas con aparejo de piedra, trabajada y engastada con gran precisión pero sin ninguna decoración posterior, sus puertas y ventanas con forma trapezoidal.
Los incas fueron grandes textileros y metalúrgicos sus productos eran
de alta calidad en el diseño y la ejecución.
Los incas produjeron las figurillas de
metal y las pequeñas vasijas de piedra ceremoniales con representaciones animales (llamas y alpacas). La cerámica, era de baja calidad y se producía mediante moldes, la pieza más características fueron el Kero (especie de vasija) y el aríbalo (recipiente policromado para transportar líquidos)