La rabia desatada en el país tras la muerte el lunes en Minneapolis de este hombre negro de
46 años a manos de un policía blanco se extendió rápidamente a todo el país, desde Miami hasta las cercanías de la Casa Blanca en Washington.
Miles de soldados de la Guardia Nacional fueron desplegados en 15 estados y en
Washington, y se dispuso el toque de queda en varias ciudades, entre ellas Houston, Los Ángeles y la capital.
En Saint Paul, ciudad contigua a Minneapolis, epicentro del movimiento, miles de
personas se manifestaron en la tarde del domingo contra el racismo y en reclamo de que todos los policías implicados en la muerte de Floyd rindan cuentas ante la justicia.