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ATENCIÓN: Esta historia defini vamente no es apropiada para lectores menores de edad. Si aún no enes 18, mejor GTFO
ahora. Podría decir que esta es mi contribución al SINNER Smut Challenge, aunque prome par cipar con otra pieza ...
esta es más atrac va para mí, simplemente se me escapó de los dedos como si fuera agua. Soy par dario de Jortana
hasta el hueso. El primer capítulo puede ser un poco lento, pero las cosas se pondrán calientes en cues ón de segundos,
con a en mí. Crí cas, sugerencias, comentarios o simplemente lujuria, para ser volcado en la sección de comentarios.
Dame un poco de amor y disfruta de tu estancia.
TOMARME CUANDO ME NECESITE
PARTE I
Esta mujer lo puso ligeramente nervioso por dos razones.
Número uno, ella lo miraba a los ojos con determinación audaz; su brillante mirada azul era lo suficientemente poderosa
para sujetarlo a su silla sin esfuerzo, se dio cuenta. Número dos, ella era la hija menor de la Dra. Catherine Halsey, alguien
a quien nunca le habían presentado formalmente y que nunca había querido conocer. A diferencia de su difunta hermana
Miranda, esta pequeña mujer morena era una alabada informá ca de la UNSC y trabajó en una base de la ONI a miles de
kilómetros de distancia.
El hecho de que nunca se conocieron antes tenía perfecto sen do.

Esta reunión, sin embargo, no lo hizo.
Quizás eso explicaba por qué los ojos de esta mujer lo hacían sen rse acorralado. Podía sen r la fuerza de la Dra. Halsey
dentro de esos alumnos, junto con un indicio de daño oculto. Eso es lo que lo puso nervioso. Él había oído hablar de ella
antes, seguro. El buen doctor mencionó a su hija raramente, cuando surgió algo técnico. Él no sabía su nombre real
porque la gente usaba su nombre en clave para referirse a ella; en SPARTAN-Town era conocida como Cortana,
probablemente debido a su astuta inteligencia. La única evidencia sólida de tal inteligencia que tenía eran las frecuentes
actualizaciones de firmware de los sistemas internos de su MJOLNIR. Su trabajo fue impecable.
Ella se veía impecable también, incluso disfrazada de civil.

Más alta y más llena de figuras que su madre, Cortana tenía unos cinco pies y medio de largo, su corto cabello negro y la
simple ropa que llevaba la hacían ver como cualquier otra chica de la ciudad que se detuvo a tomar una taza de café. un
amigo. Excepto que él estaba en su BDU y ciertamente no se parecía a alguien que pudiera ser amigo de ella.
Nunca había estado en ese café antes. La gente se esforzaba por no mirar, pero su altura y su cons tución inmensamente
fuerte siempre requerían atención no deseada.
"Entonces, ¿Jefe Maestro?" ella comenzó, después de unos minutos de sentarse en la mesa estrecha, justo delante de él.
"Gracias por venir."
Enderezó su postura un poco, las manos mortales se relajaron sobre sus propios muslos. Su sedosa y profunda voz tocó
una fibra muy sensible dentro de él. Mirarla fijamente en una postura tan profesional fue su única respuesta.
"Sé que eres un hombre ocupado, así que voy a reducir el tema de las conversaciones". Sus ojos se encontraron con los
de él otra vez, su aliento ligeramente desigual por alguna razón. Miró su café y con nuó: "Tengo vein séis años. Me
gradué. summa cum laude de cuatro universidades en tres sistemas solares diferentes a lo largo de diez años. Tengo
más premios y logros de los que puedo contar conscientemente. Y la verdad es que me he quedado atascado ... no,
pudriéndome, dentro de una instalación clasificada de ONI sin luz solar real durante más de cuatro años. Estoy harto de
esto. No me malinterprete, me apasiona mi inves gación y mi trabajo, pero no he tenido una relación desde ... bueno, no
puedo recordar, sinceramente. No importa, de todos modos. Lo que pasa es que me encuentro en una situación di cil
ahora mismo, con una gran necesidad que no puedo sa sfacer ".
El Jefe Maestro esperó en silencio a que ella explicara su punto. Hasta ahora, la reunión todavía no tenía ningún sen do.
"No estoy buscando un socio de compromiso largo. No necesito eso". Sus mejillas se sonrojaron un poco. Solo un poco.
"Pero sí quiero tener una familia".
"Supongo que eso es comprensible". Comentó, cuando su silencio de seguimiento se hizo demasiado largo.
Sus palabras parecieron alimentar su determinación. Fue un poco aterrador.
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"Mi madre piensa que estoy loca, que voy a desperdiciar mi carrera porque no puedo controlarme. ¿Lo sabes? A veces
creo que se arrepiente de haber tenido a Miranda o a mí ... tal vez porque nunca entendió realmente cómo ser buena".
Madre o porque nos interpusimos y demoramos su inves gación durante una década. Bueno, no pedimos que nos
concibieran, pero sé exactamente lo que estaba pasando dentro de su mente cuando se quedó embarazada de nosotros
". Su voz tenía un toque de orgullo manchado de culpa. Pero casi podía oler algo más, elevándose dentro de sus entrañas
directamente a sus ojos como una tormenta eléctrica. "Y ella no puede decir que fue un error, porque una mujer no
puede cometer el mismo error dos veces. Lo sé, porque he estado sin éndome igual por un empo".
"Perder…"
"John", ella lo interrumpió de inmediato, esta vez su voz sonaba más feroz. Él entrecerró los ojos un poco. Pocas personas
sabían su nombre de pila, el hecho de que ella lo dijera en voz alta, de manera descuidada, ac vó una alarma. " Quiero un
hijo . Y después de semanas de inves gación, he llegado a la conclusión de que eres la pareja perfecta para la cría".
xxxxx
John empujó el exo-traje desechado dentro de la esco lla de aire adecuada y cerró la tapa gruesa con un ruido sordo. El
ruido sobresaltó a Fred, que se giró de inmediato para mirarlo, mientras que el otro hombre presionó el botón que decía
"eliminación" y lo manchó con una huella rojiza de sangre fresca.
El Jefe Maestro tenía la fama de ser un hombre de pocas palabras, mayormente serio y no faná co de las bromas o
incluso de las sonrisas, pero esto estaba más allá de lo que solía ser. El Equipo Azul percibió a su líder de equipo más
gruñón y, aunque desempeñó todos sus deberes con la misma precisión que nunca, estaba algo distraído. Pasó mucho
empo solo, entrenando o simplemente saliendo del cuartel durante largas horas.
John no era un solitario por naturaleza. Puede que no lo prac que muy a menudo, pero le gustaba apoyarse en sus
compañeros de equipo en busca de apoyo. Esto era extraño.
"Deberías hacerte coser". Fred comentó, más bien casualmente.
"Estoy bien."
Fred se refería a la herida abierta de siete pulgadas del lado izquierdo de John, entre el hueso de la cadera y las cos llas.
Estaba goteando un chorro rojo por su muslo. El Jefe lo parchó rápidamente con pegamento orgánico y algunas bandas
adhesivas y se mantuvo solo, como de costumbre. Bueno, no como siempre. Su frente fruncida estaba más fruncida que
la base regular para reconocerlo, y no era solo porque tenía un cuchillo de combate enemigo atravesando sus entrañas.
El teniente decidió que era hora de hurgar un poco.
"¿Algo en tu mente, Jefe?"

"No." El hombre aludido respondió rápidamente.
Fred lo miró mientras John tomaba otro traje de su casillero y ponía un pie en él.
"Yo llamo tonterías".

"Idioma." John gruñó. El otro pie entró, la parte inferior del traje subió por sus muslos y caderas, recogiendo la sangre. Ni
siquiera le importaba limpiarse a sí mismo.
"No estamos de servicio en este momento. ¿Qué pasa?"
"Nada."
John deslizó sus brazos dentro de las mangas del traje y se levantó, cubriéndose con una capa de material de cuero
resistente a las balas y circuitos integrados. Alcanzando detrás de su espalda, comenzó a cerrar los sellos. El traje
inteligente hizo el resto mientras sus manos se abrieran paso, presionando. Fred siguió mirándolo, la mitad superior de su
propio exo-traje colgando de sus caderas desnudas. A las chicas les gustó cuando hizo eso y él lo sabía, ahora era un
hábito para Fred.
"Pareces demasiado estresado para que no sea nada". El teniente murmuró, al final.
El Jefe Maestro suspiró, un poco molesto. Bien, bien.
"Tengo que tomar una decisión y me ha estado molestando, eso es todo".

"¿Quieres hablar de eso?"
"No."
" Pensé tanto". Fred pensó, pero no estaba enojado. Esta parte, al menos, era la habitual.
"Está bien. Solo ten en cuenta que tengo dos orejas y buen cerebro".
"Lo sé."
"Bueno."
Siguió un incómodo silencio. Sólo el distante zumbido de los motores de la nave lo interrumpió.
" Es tan simple como eso. Necesito semilla viable". Su voz volvió a sonar en su cráneo.
John ajustó el resto de los sellos de exo-traje cuando Fred volvió a cavar dentro de su casillero, cada uno a su propio
negocio ahora. Al Jefe le hubiera gustado más si su amigo hubiera seguido haciendo preguntas que no estaba dispuesto a
responder ... porque los recuerdos desconcertantes volvieron, tan repen namente, después del calor de una pequeña
batalla que logró que se fueran. El café de la base, la pequeña morena, sus brillantes ojos azules, su sangre se enlaza con
la buena doctora Halsey, su idea engañosa, su propio peligro después de escucharla.
" Soy consciente de que muy pronto serás desplegado fuera del mundo por un empo aproximado de seis semanas. Por
favor, tómate ese empo para pensar cuidadosamente en mi propuesta. Sé lo delicados que son los pasos en los que
ambos nos paramos y creemos, "No deseo comprometer tu carrera. No necesito nada más de , sino de tu cooperación en
el transcurso de unos días. Eso es todo. Nadie lo sabrá nunca. Ni siquiera mi madre, si eso te preocupa de alguna
manera".
Poco a poco, a medida que pasaban los segundos y ella explicaba sus razones, su voz sedosa se hizo más fuerte y su
postura, más audaz. Era como si su silencio la alentara.
Sabía por qué lo ponía nervioso ahora. Estaba loca de mierda.
Había estado encerrada en un laboratorio durante tanto empo que había perdido la cabeza. ¿Elegir un SPARTAN para
criar un niño con? ¿Qué mujer humana en sus cinco sen dos consideraría eso? Ella, de todas las personas, debe saber
cuál fue el trato con SPARTANS hasta el más mínimo detalle. Ella dijo que había hecho su inves gación, ¿verdad?
Estaba loca, no había otra respuesta. Y los marines tenían un dicho: no metas tu polla en loca Él no era un faná co de
meter su polla en cualquier lugar, para el caso ...
¿Entonces por qué?
Sólo...
" Por que yo?" Le había preguntado, un poco incómodo.

" Bueno, podría haber elegido la SPARTAN que quisiera, ya que todos ustedes son magníficos ejemplares. Pero hay algo
acerca de usted. No pude ir más allá de su archivo. Mi ins nto me dijo ... Supongo que tuvo suerte". Ella le sonrió
brevemente y su rostro se iluminó, el Jefe Maestro reconoció la esperanza cuando la vio. "Fuiste tú o Frederic-104 de
todos modos".
John miró rápidamente a Fred, de lado. Sin ó una pizca de calor dentro de su estómago cuando recordó su voz confiada
diciendo que su hermano de combate era su segunda elección. No tuvo ningún po de problema con eso, las chicas le
sonrieron a Fred todo el empo y siempre le devolvió la sonrisa, pero de alguna manera todavía lo hacía sen r ...
No era como si no pudiera rechazar su oferta, ¿verdad?

Él había estado haciendo los cálculos, tratando de entender a Cortana. Ella debe haber sabido a dónde iba el Equipo Azul
después de este compromiso presuntamente clasificado de seis semanas: regresar a la Tierra. Luego, seis meses de
intenso entrenamiento junto al equipo rojo. Se les encargó que se aseguraran de que una compañía de ac vos nuevos de
SPARTAN-IV hiciera crecer un par, y de que lo harían bien. Entonces, estarían en el mismo planeta, ¿verdad?
La mecánica de lo que le estaba pidiendo no era un misterio para él, era la cosa más aburrida y decepcionante en la que
podía pensar, casi sin esfuerzo, pero todo lo demás casi lo era. Tal vez tendría que presentar una solicitud para un permiso
razonable en erra, o ...
Los SPARTANOS no obtuvieron permisos, solo semanas en crio y medallas como recompensa. Nada más.
Desde que era un niño, John había estado inconscientemente complaciendo la creencia de que la Dra. Halsey era una
especie de criatura parecida a un dios: ella siempre sabía todo, era imposible engañarla. Entonces, ¿qué pasaría si
descubriera que su hija quería que uno de sus SPARTANS engendrara un bebé para ella? Apostó que el buen doctor no
sería feliz.
Debería decir simplemente que no y que se acabe.
El mayor disyun vo provino de sus terrenos como soldado, estaba acostumbrado a hacer lo que se le decía desde muy
joven. Cortana le había dado una opción, pero a su cerebro le parecía que no lo había hecho. Él lo había estado pensando
de la manera equivocada todo el empo, solo porque ella usaba la combinación correcta de palabras:
" Sé cómo te suena, Jefe Maestro. Pero pienso que es lo menos que puedo hacer por mí y por la Humanidad". Ella dijo en
ese entonces, todavía mirándolo directamente a los ojos con resolución implacable. "Ya que depende de mí de todos
modos, podría obtener el mejor ADN que pueda encontrar. La idea de que me iré algún día y tal vez no haya ningún
descendiente digno de con nuar con mi legado me aterroriza. Sin mencionar que no quiero ser vieja, amargada y sola
como mi madre ".
Sonaba tan racional. Lo menos que uno podría hacer por sí mismo y por la humanidad ...
"SPARTANS, ¿eres decente?" La voz del comandante Palmer llamó desde el pasillo.
"Sí, señora." ambos dijeron al unísono, y se mantuvieron en pie.

John no había registrado el evento ( imperdonable ), pero Fred estaba completamente ves do y listo para ir y ser
blindado de nuevo, igual que él. El Comandante entró en la habitación y le entregó al Jefe Maestro un tac-pad con
cicatrices de batalla, luego se movió hacia el Teniente y le dio otro, junto con una mirada más complaciente que
úl mamente reservaba para él. La insinuación voló sobre la cabeza de John sin más preocupaciones.
"Mensajes para usted, caballeros. Sea breve, nos vamos para infinito en diez minutos. Quiero que ambos estén
sentados y atados en cinco ".
"Gracias señora." Dijo Fred, una pequeña sonrisa llegó a sus ojos mientras miraba a Palmer.
Aún sin darse cuenta, John miró la pantalla y la pulsó hasta que el disposi vo le pidió su contraseña de autorización.
SPARTANS no recibió muchos mensajes rastreables, y mucho menos correos electrónicos de remitentes extraños como
Escudo y espada-32, El que abrió sin dudarlo. De todos modos, no pasaba nada peligroso a través de los filtros de Black
Box, a decir verdad, así que estaba seguro de que este mensaje, aunque estaba encriptado y aparentemente sin sen do,
era de ella:
Una noche es todo lo que queda, el verano se está calentando
Ella se estaba volviendo más agresiva. No llamarla molesta, por supuesto, pero ...
Decidió en un abrir y cerrar de ojos, sin endo que cuanto antes se deshiciera de esta situación, mejor sería para su
enfoque general en el trabajo por venir. Su respuesta fue breve, aguda y contundente como un mar llo de gravedad:
Te traigo un poco de agua helada pronto
xxxxx
Cortana leyó la breve respuesta una y otra vez, y se dio cuenta de que significaba que sí.
"El aceptó." Ella murmuro
Agua helada , tal vez para calmar. el calor del verano ? Sí, casi sonaba como si estuviera dispuesto a echar una mano con
sus impulsos. Urge . Ella se rió entre dientes. Bueno, ella no tenía una designación adecuada para lo que la había
poseído úl mamente. Ella era consciente de lo problemá co que era esto. A diferencia de sus colegas, ella decidió no ser
esterilizada cuando se le dio la opción al ingresar al UNSC ... ¿y ahora estaba pagando el precio? Su trabajo era demasiado
crí co para dejarlo de lado, esos eran empos de guerra y ONI priorizó su programa sobre el de su madre. La próxima
generación de armaduras MJOLNIR y SPI la mantendría encerrada en otra instalación subterránea que solo Dios sabía
dónde, tal vez, durante diez años más. Fue la cien fica líder en todas las unidades de I + D; ella le suplicó a ONI que su
equipo civil se mudara con sus familias, tanto por protección como por un acto de misericordia hacia ellos y por los largos
años de aislamiento que vendrían. Su personal la amaba por eso.
Y como no tenía apegos, su vida ya no le pertenecería.
Cortana a veces quería creer que come ó un error al perseguir una carrera después de los pasos de su madre, pero ese
no era el problema y, en el fondo, ella lo sabía. Estaba orgullosa de en quién se había conver do, de sus logros y su
posición entre los rangos. Esto tenía raíces más profundas, una llamada que obviamente no todas las mujeres podían, o
querían, escuchar ... una llamada que la había mantenido despierta, tensa e insa sfecha durante varios meses.
117. Una mirada a sus ardientes ojos azules claros y ella supo que ella había elegido bien; La prueba de ADN coincidió con
alguien igualmente impresionante en el exterior.
Él podría darle a ella lo que quería.
Una hija propia, alguien a quien ella podría cuidar, proteger y amar.
Tal vez de esa manera, ella tendría una razón más fuerte para mantener a la Humanidad a salvo de la é ca.
xxxxx
A pesar del hecho de que había estado esperando recibir un mensaje más concreto de Cortana poco después de su
regreso a la Tierra, no sucedió de inmediato. Le alivió un poco. Tal vez su respuesta la asustó y ella decidió suspender
todo el asunto. De cualquier manera, el Equipo Azul estaba bien preparado para comenzar la capacitación de la compañía
S-IV dentro de una semana, por lo que aunque John no se olvidó fácilmente del llamado "compromiso", perdió
importancia. De todos modos, no dependía de él.
Sin embargo, la mayoría de las veces, el recuerdo de su voz y su pequeño marco invadió sus pensamientos. Y lo que ella
había dicho sobre Fred, también. ¿Fue que Cortana eligió descartarlo y proceder a criar al niño que tanto deseaba con su
hermano de combate? No no. Fred habría dicho algo, seguro. El pensamiento ahora no solo hacía que su estómago se
contrajera, sino que también lo hacía un poco molesto.
Cortana . Por alguna razón, no sen a curiosidad por conocer su verdadera iden dad.
No, Cortana le quedaba bien. La había visto en persona solo una vez, pero no podía pensar en un nombre mejor para ella.
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Los horarios cambiaron repen namente cuando el Comandante Palmer anunció que el Equipo Azul no se uniría al Equipo
Rojo, porque tenían otra asignación. Un cambio de planes desde arriba. Hubo órdenes explícitas del comando de la
SECCIÓN III de que varios SPARTANS específicos y todos sus respec vos equipos y pertenencias debían ser transferidos
temporalmente a una instalación de inves gación, la designación y la ubicación fueron redactadas. También se redujo la
can dad de empo que se esperaba que permanecieran en el si o.
El Suboficial Maestro SPARTAN-117 fue designado como líder del equipo.

John acaba de cumplir. Las órdenes eran órdenes.
Pero todo este cambio de planes comenzó a tener más sen do cuando él y su equipo, junto con otros seis SPARTAN-III y
IV descendieron del Pelican que los transportó a los terrenos de su nueva asignación, una instalación for ficada en medio
de una cordillera. John no pudo dis nguir la ubicación, sus sensores estaban bloqueados por el momento. Un grupo de
personas y personal militar los esperaban en la LZ. Vio a Cortana casi de inmediato; ella se presentó como directora de la
instalación y les dio la bienvenida al proyecto MARK IX. Estaban allí para probar el nuevo equipo de combate y las
armaduras en desarrollo, que era algo que el Jefe Maestro encontraba intrigante y ú l.
Sin embargo, no podía esperar para obtener respuestas de Cortana.

En ese momento, las comunicaciones se desbloquearon por fin y la IA de la instalación les dio informes. Después de
algunas recomendaciones más, se ordenó a todos los SPARTANOS que se dirigieran al área en la que se quedarían durante
el empo de las evaluaciones.
Una vez dentro de los cuartos designados, John se quitó el casco y se volvió para mirarla, seguro de que la pequeña
morena con bata de laboratorio lo había seguido todo el empo. La mujer cerró la puerta y tocó una pequeña pantalla en
el puerto de comunicaciones de la pared, desac vándola, luego se acercó a él. De pie, dos pies de altura ante Cortana,
era una montaña que podía dominarla usando solo su dedo meñique ... el Jefe Maestro se dio cuenta de que ella se
estremeció ligeramente cuando sus ojos se deslizaron por encima de su potente armadura blindada, hasta llegar a su
rostro. Su pecho se levantó lentamente, y luego suspiró.
"Bienvenido a SHIELD base". Cortana lo saludó, contenta.
"¿Qué significa esto, señora?" Preguntó bruscamente, confundido.

La mujer le dirigió un ceño fruncido y sonrió con ironía.
"Tuve que hacer algunos arreglos". Ella le explicó, tratando de calmar un genio que él no tenía. "Lo siento, debería
haberte adver do, quizás. Necesitamos sujetos de prueba para el nuevo programa MJOLNIR Mark IX, y eso nos da una
excusa perfecta para estar juntos. Para el resto ... bueno ... te lo prome . nuestro acuerdo no pondría en peligro su
carrera o la mía. El calendario que organicé garan za que nadie nos verá ".
John frunció el ceño, aún más confundido.

"¿Míranos?" el Repi ó.
"Sí, ya sabes ..." ella bajó la voz. "Usted se va de mi habitación, yo de la suya. O lo que sea. Tomará por lo menos una
semana, tal vez dos; estaré en mi punto máximo de fer lidad en aproximadamente diez días. No debemos desperdiciar
ningún cambio".
El Jefe Maestro levantó una mano, cortándola.

"Señora, como en endo los términos de esto Acuerdo , lo que tengo que proporcionar son muestras de material
reproduc vo. Lo que vas a hacer con él después depende completamente de y no necesito saber los detalles ".
Sus palabras fueron educadas pero frías. Tan frío.
Sin ó ese estremecimiento una vez más, esta vez la frialdad se deslizó bajo su carne. Tan horrible, casi se sen a como si
él la hubiera abofeteado en la cara. Pero no fue su culpa, se dio cuenta. Sus ojos se abrieron tanto como su boca, ya que
entendió lo que él acababa de decir:
"Oh." Cortana susurró. "Usted pensó ... mire, aunque esta instalación ene un centro médico de primera línea, no está
diseñada para ningún po de obstetricia. Tampoco puedo solicitar este po de equipo, porque no tengo necesidad de
hacerlo con la inves gación que hacemos". Haciendo esto, sería completamente sospechoso. Aquí hacemos armaduras ".
Su voz se suavizó un poco, cuando una de sus manos se posó en su antebrazo blindado. Él no se re ró. "Debería haber
mencionado antes que no solo necesito su esperma para este procedimiento, sino que también necesito que haga su
parte para garan zar la concepción. La única forma en que puedo hacerlo es hacer que se vea tan natural como posible."
Las palabras se hundieron por unos segundos ...
"En otras palabras, me quieres dormir con go ".

Sus mejillas se sonrojaron un poco. Solo un poco. "Sí, por supuesto."
John se quedó allí en silencio, solo mirándose a los ojos mientras ella lentamente cedía a la inquietud. Cuanto más empo
pasaba tranquilo, más se sen a a la deriva a su merced. Y no era algo asqueroso de sen r, Cortana llegó a comprender.
Estaba empezando a reconocer el poder que este extraño tenía sobre ella, aunque solo se habían encontrado una vez
antes.
Este hombre tenía algo que ella quería. Varias cosas, de hecho.
Por su parte, el Jefe Maestro no estaba enojado.
No, él no estaba enojado en absoluto.
No sabía por qué, pero se dio cuenta de que Fred había sido borrado de la foto y se sen a bien. Él podría averiguar el
resto más tarde.
CONTINUARÁ
Bueno, este fue el capítulo uno! Me gusta como salió ^^
TOMARME CUANDO LO NECESITE será una historia corta (de 5 a 6 capítulos a lo sumo), quiero sacar las ideas de mi mente
y escribir algo alucinante. De todos modos, nos vemos pronto, no puedo decir que actualizaré mañana o la próxima
semana, pero va y espero que estén interesados. Como puede ver, los detalles sobre los personajes permanecerán como
están en el canon y otros se han descuidado / modificado a propósito. No quiero que nadie se queje sobre el deseo sexual
de SPARTAN o su falta, por favor. Solo sigue y disfruta, me conoces y sabes que me gusta escribir cosas con un propósito.
ACERCA DE RECOMPOSE: Una actualización llegará antes de fin de mes, no se preocupe. He estado tratando de forzarme
a terminar esa historia y no me fue bien. La cues ón es que Halo 5 literalmente me hizo considerar que ya no escribo
sobre Halo en general, seré sincero con go. Pero no es justo para todos los que siguieron ese fanfic; al estar tan cerca de
su final, merece obtener lo que estaba esperando (y apoyó con tanto entusiasmo). Lo siento si te causé alguna angus a o
preocupación.
Si no quieres perderte las actualizaciones de esta historia, síguela y / o la favorece, pero, por favor ... ¡no olvides
escribirme y decirme lo que piensas! :RE
De acuerdo Aquí está la siguiente parte de este ... monstruo travieso. Recuerde dos cosas: es una especie de AU, así que
no espere demasiada precisión de canon más allá de los detalles generales; y si no enes al menos 18 años, GTFO porque
el capítulo de hoy es NSFW. ¡Nos vemos de nuevo al final, disfrutad!
PARTE II
Cortana resopló, se cansó y abrió la ducha.
Estaba empapada en una capa negra de una sustancia espesa y grasa y se sen a como una mierda. De vuelta en el
laboratorio, la manguera hidráulica de una plataforma elevadora se había rendido y explotó, casi en su cara. Fue hace casi
una hora, pero aún podía saborear el aceite quemado, porque, por supuesto, su boca se abrió para gritar cuando ocurrió
el fuerte estallido.
Su ropa y su cabello estaban arruinados. Le picaban los ojos.

¿Riesgo laboral, o simplemente mala suerte?
Afortunadamente, la base se hizo con fines cien ficos sobre usos militares. Era una persona muy privada y siempre
prefería tener su propia vivienda equipada con todos los elementos esenciales, y se aseguraba de que su personal y sus
familias tuvieran adaptaciones similares. No era necesariamente más eficiente, cierto, pero era justo. El personal no
militar y sus hijos no tenían que vivir la vida de los soldados.
Y a ella le gustaban sus pequeños lujos, eso también era cierto.

Cortana gimió, sin endo el agua bia acariciar su piel.
Tomó un puñado de champú del dispensador de la pared y se lo puso en el pelo; Con movimientos suaves y relajantes,
sus dedos masajearon su cuero cabelludo y comenzó a relajarse. Acostada de espaldas contra la pared fría, sin éndose
segura en el vapor brumoso, dejó ir su mente y se olvidó momentáneamente de fórmulas, líneas de código y mecánica ...
Paz, por unos minutos.

Las úl mas dos semanas habían estado ocupadas para ella. Estaba ocupada hasta el punto de obligarse a reprogramar sus
planes para reunirse en privado con el Jefe Maestro, a quien tenía que ver durante quince horas seguidas cada dos días.
Era di cil reconocer que los deseos tenían que esperar. Estaba decepcionada y frustrada.
Menos mal que todavía no estaba desesperada.
O tal vez ella era. Tal vez lo suficientemente desesperado para llegar a tal esquema.
Ella quería a su bebé, cierto; pero ella también quería sexo. Ella podría haber tenido relaciones sexuales con cualquier
hombre de cualquier otra instalación en la que hubiera estado trabajando, con cualquiera de ellos , pero en el momento
en que lo vio ... todo cambió, por razones que ni siquiera podía comenzar a explicar. Ella no sabía por qué, solo sabía que
su interior rugía cada vez que pensaba en él. Par do perfecto, pero también un hombre peligroso. Arriesgado y
emocionante sonaba bien, pero ella realmente quería peligroso añadido a la mezcla? ¿Alguien a quien ella no conocía?
A follar a un completo desconocido , quedar embarazada y no volver a verlo nunca más?
Cortana accidentalmente dejó caer el jabón y maldijo en voz baja.

Mientras se agachaba para levantar la barra, una imagen inquietante y desconcertante cruzó por su mente: estaba de
rodillas, mirando hacia arriba, y él la estaba mirando fijamente. SPARTAN-117. Juan. Sus ojos duros y claros casi brillaron
en la oscuridad, esperando que ella hiciera lo que debía hacer. Luego su mirada se deslizó por su torso, más allá de su
musculoso abdomen y justo allí, delante de sus labios, había un bulto ...
Agarró el jabón y se levantó. Hormonas estúpidas. Estaba a punto de entrar en sus días fér les y su emoción se disparó
sin sen do. Las drogas estaban fuera de la mesa si quería quedar embarazada lo antes posible, pero vivir así se estaba
convir endo en una carga. Trabajar con él lo hizo aún peor. Tenía que verlo medio desnudo, tenía que tocar su piel,
respirar su aroma almizclado y masculino y soportar el sonido de su voz profunda y ronca. Siente su calor natural, tan
cerca y atrayente. Y él parecía muy interesado en mirarla más a menudo que no, o seguirla en cada movimiento.
Cortana tragó un gemido, echando la cabeza hacia atrás. Tal ejemplar.

Para evocar la imagen de los rasgos robustos de SPARTAN-117 y el marco alto, ancho y fuerte, se agitaron demonios
dentro de ella, pequeños demonios que viajaban desde su vientre hasta su carne caliente y ...
"Cristo, no ahora". Ella susurró, molesta. "¿No puedes esperar un poco más?"
Esto era tan ridículo. E inmoral.

No, ella ¡Estaba siendo ridículo! ¡Concéntrate en la ventaja prác ca!
Frustrada, Cortana decidió por millonésima vez que si iba a hacer esto, podría disfrutarlo tanto como pudiera. ¿A quién le
importaría, de todos modos? Procedió a deslizar ambas manos por su piel húmeda, acariciando sus curvas naturales con
deleite deliberado hasta que sus dedos alcanzaron el vér ce de sus piernas y el calor perturbador se anidó en lo profundo
de su núcleo ...
Su liberación llegó increíblemente rápido y la dejó temblando, apenas de pie contra el mosaico mojado. Se sin ó bien,
bueno e intenso, pero no lo suficiente. Ya no era suficiente. El calor no iba a desaparecer tan fácilmente.
Cortana salió de la ducha y miró la hora: 11:22 PM.
Su primer encuentro estaba a punto de ocurrir, y ahora ella estaba nerviosa. Muy nervioso.
De pie frente a un pequeño espejo que colocó sobre su escritorio, Cortana abrió los pliegues de su toalla y observó su
propio reflejo. ¿Le gustaría esto? ¿Le gustaría a ella? ¿La falda que escogió para la ocasión, para facilitar las cosas? Sabía
que era bonita, pero había una diferencia entre ser sexy y sen rse sexy por completo.
Otro pensamiento imprac cable. ¿Por qué no podía estar segura de sí misma, como solía ser Miranda?
Ella pensó que de todos modos no le importaría. Cortana había elegido un SPARTAN para criar a su hijo porque sabía que
su rango de apego emocional era limitado y que era la opción más segura. SPARTANS formó grupos opera vos apretados
en el campo de batalla, pero había demostrado ser desastroso en las habilidades sociales o emocionales en general. Se
parecían un poco a los animales (se habían hecho de esa manera), no se llevaban muy bien con otros fuera de sus
equipos y eso encajaba bien con sus propósitos. No hay necesidad de tratar con un padre que exige derechos sobre su
hijo o hija, porque tal padre ene mayores posibilidades de morir en algún lugar lejos de ella antes de que ella pueda dar
a luz.
Se sen a como una perra ingrata por pensar así, pero era un buen razonamiento. Era el mejor razonamiento que podía
encontrar.
Prác co, tal como le gustaba a su madre.
Sin ataduras no significaba ningún problema, la pequeña familia de Cortana sería solo suya .
xxxxx
John leyó el horario que Cortana le había dado dos veces.
Ella era bastante obsesiva con su trabajo, realmente, una verdadera perfeccionista. El documento fue su mayor evidencia,
tanto impresionante como casi demencial: cada fecha tenía un pequeño mapa adjunto, y se suponía que solo se
encontraría con ella siguiendo la ruta exacta que se muestra en los mapas. Ella dijo que si lo hiciera bien, nadie lo sabría
, y asumió que ella se había ocupado de todas las cámaras, micrófonos, sensores de calor y personal de patrullaje. Quizás
la caracterís ca más impresionante de este retorcido plan fue el hecho de que ella le dio una carpeta llena de hojas
impresas que tuvo que memorizar y quemar después.
Papel de verdad Poseía algunos libros, reliquias recolectadas de mundos muertos, pero esto ...
Era a la vez un lujo y un absurdo.
Cuando finalmente logró superar la parte de papel real, John se centró en cada detalle del horario y lo memorizó, tal
como ella le ordenó. Hizo todas las asociaciones que solo una mente educada y entrenada para la guerra podía hacer sin
siquiera pensarlo. Nunca la misma ruta dos veces. Debían tener ocho encuentros durante los siguientes catorce días, cada
uno en una ubicación diferente y en un momento diferente. No se usó el lugar ni el empo dos veces. En ningún lugar
cerca de cualquier vivienda. Quince minutos como máximo.
No necesitaba, o quería, saber por qué, solo tenía que cumplir.
Evidentemente, una explicación coherente estaba fuera de su capacidad para procesarla, pero su mente seguía
insis éndole para que la intentara y la entendiera.
Durante los úl mos días, mientras esa momia sobre las pruebas de armadura estaba en marcha (era algo real, pero no
podía evitarlo y pensar que era solo un espectáculo para mantener las apariencias), la estudió con atención. Cortana
pudo o no haberlo notado. Él la atrapó en la forma en que ella ataba su pelo corto en un moño pequeño, exponiendo la
parte posterior de su cuello justo por encima del cuello limpio de su bata de laboratorio. Sobre cómo estaba a su lado,
con los brazos cruzados y pensa vos cada vez que sucedía algo inesperado con el equipo. Cómo mordió y mordió las
pajitas que usaba en sus bebidas. No se perdió la forma en que ella lo miró, o cómo se lamió el labio inferior antes de
hablar con él. El suave toque de sus dedos. Su dulce pero algo dominante voz.
Y ciertamente no se perdió la forma en que Cortana se inclinaba sobre los escritorios y las bandejas de herramientas
robó cas para agarrar cosas, la mayoría de las veces ... ella tenía algunas caderas bonitas, está bien. El parto no sería un
problema, pero probablemente ella ya lo sabía.
Había pasado demasiado empo desde Parisa y la úl ma vez que pasó un empo de calidad con una mujer. Como para
empezar, nunca se preocupó realmente por ese aspecto de su vida, no sabía muy bien dónde culpar a la persona por su
intensa necesidad de pensar demasiado en esta situación con la hija del Dr. Halsey. Él no tenía un lado travieso, que
realmente conocía.
O lo hizo?
Una sonrisa muy pequeña, casi irónica, se impuso en los labios del Jefe Maestro.
Apenas hablaron entre sí, aparte de los cues onarios de simulación, es cierto, pero John se dio cuenta de que ella era
propensa a hablarle más de lo que le había dicho a Fred, y eso fue agradable. No había respuestas evidentes allí y, para
ser honesto, no estaba completamente consciente de lo que significaba; pero su ins nto más profundo lo sabía muy bien.
Ella estaba interesada en él, mucho.
Hasta que se realizó la verificación diaria de la realidad, justo a empo:

"Ella realmente no te quiere " .
Por supuesto. Él sabía lo que ella quería.
Estaba de acuerdo con eso, al menos, con su parte del trabajo. Eso fue fácil.
Él no era el hombre de las damas, ese era Fred; y esta era una misión y tenía un procedimiento a seguir. John tomó una
decisión y ró la carpeta con todas esas bonitas páginas impresas en la boca abierta del incinerador del laboratorio,
cerrando la compuerta de aire justo cuando se incendiaba el papel. Fase uno, cumplida. Ahora era el momento de pasar a
la fase dos, para reunirse con Cortana en la primera ubicación especificada. Pedazo de pastel.
Mientras tanto, solo tenía que pensar que esta mujer lo había elegido a él antes que a Fred para sen r la sangre
corriendo hacia donde más se necesitaba, muy rápidamente. Mejor en forma
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Conocía bien su perfil psíquico, por lo que no estaba preocupada por una deserción.
Lo que ella no esperaba era verlo salir de las sombras sin una sola advertencia, tan silencioso y rápido como un
depredador. Bueno, el poder en esa área se había desviado a propósito, ¿qué esperaba ella? ¿Una llamada? Estaban
rodeados por el resplandor ámbar de las luces de emergencia, ella apenas podía verlo. Fue perfecto, una especie de
paté camente román co. Cortana tragó saliva y se aclaró la garganta para hablar, su corazón la a rápidamente en su
pecho, pero el Jefe Maestro se puso un dedo sobre sus propios labios. Tranquila .
Ella entendió. Después de una breve vacilación, se acercó, tan cerca que su calor se irradió sobre ella; Cortana sin ó sus
mejillas en llamas.
Reunirse en uno de los vestuarios de los gimnasios para tener relaciones sexuales se sin ó tan estúpido. Tan infan l. Era
la cien fica jefe de la base SHIELD, probablemente la persona más poderosa de este lado de esta galaxia, comandante de
toda la instalación ...
No se sin ó tan estúpido cuando sus ojos se encontraron y después de una breve pausa, asin eron al mismo empo
reconociendo la aprobación del otro.
Aquí estoy. Vamos a ir al grano.
Estaba sucediendo rápido. Demasiado rápido, ella no había esperado que él fuera tan sencillo. No recordaba haber leído
sobre los indicadores de este po de comportamiento, pero tampoco iba a quejarse. Cortana hizo el primer movimiento
tenta vo y extendió la mano para presionar las puntas de sus dedos sobre su pecho, sin endo la sencilla camiseta blanca.
Hizo lo que parecía más natural y colocó sus dos grandes manos en sus caderas, acercándola más a ella. Para un forastero,
era bastante evidente que la habían pillado por sorpresa, pero Cortana apartó todo el orgullo, los prejuicios y la moral en
un abrir y cerrar de ojos y se apresuró a apretar su cuerpo contra el suyo. Roca dura y tan caliente, incluso a través de
esas capas de tela.
Las palmas de John subieron por su cuerpo y ella sin ó sus pulgares dibujando la parte inferior de sus senos, desde el
centro de su pecho hasta el exterior. Contuvo un gemido e intentó mantenerse enfocada, pero su mente se quedó en
blanco.
El deseo y el calor palpitante entre sus piernas se hicieron cargo.
Se sen a bien. Se sen a tan bien, tan bien.

Sus respiraciones se hicieron pesadas, sus manos desesperadas. Ella agarró el dobladillo de su camiseta y se levantó, el
Jefe Maestro obedeció y se lo quitó con un movimiento rápido. Cortana se mordió el labio inferior cuando sus palmas
recorrieron la superficie endurecida de su abdomen, bajando hacia la cintura de sus pantalones gris oscuro, deshaciendo
la mosca. Él no se movió cuando ella deslizó una mano dentro, más abajo, y agarró lo que quería con fuerza.
Bueno, sí. Él se estremeció un poco. A nadie le gustaba ser tan vulnerable.
Cortana lo miró a la cara y sonrió. No se encuentra ropa interior.

"Chico listo." Ella dijo, con una voz que no parecía la suya.
Tan cálido. No completamente duro aún, está bien, pero prometedor.
Muy prometedor.
Unos pocos trazos suaves de su mano fueron suficientes para cambiar la expresión de su cara y eso la complació. Cortana
conocía muy bien cada cen metro de su impresionante fisiología, los archivos de su madre sobre la SPARTAN viva más
reconocida eran extremadamente ... algunos dirían inquietantemente detallados, pero finalmente tener el placer de verlo
todo y sen rlo solo estaba haciendo que se mareara . Se sin ó un poco borracha. Fue mejor así, ¿verdad? Para apagar al
cien fico por unos minutos.
Dejar ir y ser solo una mujer en posesión de un hombre.
... o fue ese el único significado detrás de esto, detrás de su elección y su plan?
Perdió el rastro de sus propios pensamientos cuando la carne que estaba bajo su control respondió con un c, y él gruñó
por lo bajo. Las manos de John se movieron hacia sus hombros y empujaron hacia atrás, obligando a la mujer a alejarse
de él. Cortana se quedó sin aliento y sus ojos se agrandaron cuando su culo chocó contra el fregadero de acero inoxidable
de veinte pies de largo pegado a la pared. Tragó un pequeño grito cuando John la agarró por la cintura y la levantó hasta
que su culo estuvo descansando sobre el fregadero, la distancia entre sus ojos ahora se acortó unos diez cen metros. Ella
extendió sus piernas sin más solicitud y cuando él tomó su lugar entre ellos, Cortana ya estaba bajando su ropa.
Bendito fregadero, estaba a la altura perfecta. Ella no podría haberlo diseñado mejor ella misma.
Cuando las manos de John arañaron sus caderas, cuidando de no las mar su carne, ella ya estaba trabajando en él. Las
dificultades de su aliento le pateaban la adrenalina a Cortana como nunca lo había hecho. Estaba tan emocionada ahora,
tan ansiosa por ver que la presa se rompía, que su propio cuerpo casi no podía soportarlo más.
¿Quién diría que la an cipación la despertaría tanto?
En un movimiento apresurado, el Jefe Maestro se inclinó hacia ella, apuntando a su cara.

Cortana se echó hacia atrás inmediatamente, golpeando la parte posterior de su cabeza con el espejo.
"No." dijo ella, en un áspero susurro. "Eso no está permi do".
El frío azul de sus ojos parecía parpadear bajo las luces ámbar.
"Elaborar." exigió, aunque sabía que no tenía derecho a cues onar a una OC.
Ella inmediatamente colocó ambas manos sobre su pecho, como si fuera a detenerlo; Su rostro se convir ó en un
pedregoso reflejo de moles a.
"No quiero que me beses. Eso no es parte del trato, solo quiero que ..."
"Quieres que te folle ". completó la frase cuando su voz se apagó.
Cortana tragó saliva, tratando de ignorar el rayo de deseo que corría por su espina dorsal ante el sonido de esas palabras
ásperas y ásperas. Ella sin ó cómo su propia respuesta tácita lo afectó en la forma en que John se me ó las manos debajo
de la falda hasta los muslos temblorosos. Sin ropa interior tampoco, estaba bien preparada. El contacto de sus dedos
callosos sobre su bonita piel de porcelana fue es mulante.
Ella había sido criada entre bolas de algodón, nunca un solo rasguño; creció para tomar el des no en sus manos y morir
tratando de hacer que el Universo sea más seguro. Tan poderosa imagen de virilidad y orgullo.
Sí, ella quería que él fuera el que la follara, tanto. Tan malditamente mucho.
"Sí, si prefieres términos más simples, esa es la esencia de ..."
El Jefe Maestro hizo una pequeña mueca. "Puedo olerlo en ".

El la do de su corazón se aceleró. Sí, ella sabía que él podía. Los sen dos mejorados.
"¿Qué hueles, Jefe Maestro?" ella empujó un poco hacia adelante, balanceando su peso sobre el borde del fregadero de
acero.
Él demostró su punto al deslizar su pulgar entre los pliegues hinchados y húmedos ocultos en la ar culación de sus
piernas abiertas. Cortana volvió a morderse el labio inferior, esta vez a un nivel doloroso, solo para evitar gritar su nombre
por accidente. ¿Poder? ¿Sobre ella? Sí claro.
"No quieres que te tomen a la ligera". el observo "De lo contrario, no habrías elegido a alguien como yo".
"Como estoy seguro de que lo dije antes, prefiero el ADN a prueba de fuego. El suyo es el mejor. Pensé que ya habíamos
revisado esto, Jefe".
Su mirada ahora tenía un toque de humor en ella. Su pulgar, sin embargo, no dejó de moverse.
No estaba segura de cuánto más podría soportar, y disfrutar, de las atenciones.
"Por supuesto." Gruñó, después de unos segundos. "¿Listo?"

"No sé lo que te está demorando tanto, en realidad". Ella le susurró, con amargura.
Esa respuesta pareció irritarlo, Cortana sin ó que los músculos de su pecho se tensaban bajo su toque. Su corazón dio un
vuelco, lo úl mo que quería era hacer enojar a un SPARTAN, había un gran recuerdo de razones por las que uno nunca
debería hacer eso a menos que tuviera un deseo de muerte. Bueno, fue su culpa, ¿cómo se atreve a tratarla así? Él
debería saberlo mejor, ella lo superó por muchas, muchas estrellas sin estar necesariamente en la nómina militar.
Ese pensamiento la hizo sen r como una perra ingrata nuevamente, por alguna razón.
"Está bien, señora". Él obedeció, no le hizo gracia.
El Jefe Maestro tomó la inicia va por ella, deslizando dos dedos muy seguros a lo largo de su núcleo para tomar algo de
su humedad que gotea.
Cortana tomó una respiración rápida y apresurada. Tan bueno.
Ella tembló cuando sus manos se deslizaron desde sus caderas hacia su espalda y empujaron su parte inferior del cuerpo
hacia adelante, hasta que sin ó el inesperado calor de su virilidad justo donde más lo necesitaba. Presionó y frotó la
punta contra su entrada unas cuantas veces, ella luchó por mantener su cordura bajo control pero sus ojos amenazaron
con rodar hacia la parte posterior de su cráneo. Esas sacudidas de placer estaban locas, casi no podía esperar a que el
resto viniera. Por un segundo, Cortana no supo qué hacer con sus piernas, pero su primer ins nto fue guiarlo dentro de
ella, por lo que sus propias manos se apresuraron a encontrar su polla.
Cuando finalmente lo empujó, sus ojos nunca dejaron su rostro para estudiar su reacción, ella dejó de respirar por unos
segundos. Para congelar ese momento en el empo, para recordarlo más tarde cuando el trato terminó ...
Sí, tal vez valdría la pena recordar.
Con cierto cuidado, él movió sus brazos para descansar sobre sus anchos hombros y la sostuvo lo más cerca posible. Las
manos de Cortana inmediatamente sujetaron la nuca de su cuello, los dedos que picaban y rascaron el corto y oscuro
cabello al alcance. Cuando su cuerpo dejó de retorcerse alrededor de su eje, John empujó hasta el fondo, enterrándose a
sí mismo dentro de las profundidades de su núcleo húmedo y caliente, y ella ahogó un grito ocultando su rostro en su
pecho. Cortana recuperó el control de sus pulmones solo para inhalar el olor de su piel, haciendo que su cabeza sea aún
más ligera.
"Muévete. Por favor, muévete. Necesito que ..." ella comenzó, su voz se rompió al final.
El Jefe Maestro intentó re rarse, pero ...
Ella estaba tan tensa, sus entrañas ya estaban temblando un poco.
Ella no duraría mucho. No estaba seguro de cuánto duraría, de hecho, rodeado por el aroma embriagador de esta hembra
en celo. La sola idea de cuánto más apretada se volvería en unos pocos minutos, casi envió a John al límite, emocionado
por la idea de una misión cumplida con éxito.
Bueno, algunas cosas eran más fáciles de manejar cuando se hacían simples. Paso a paso.
Se inclinó sobre ella, con cuidado de no acercarse más a su cara para que ella no retrocediera, y pasó un brazo alrededor
de su cuerpo para mantenerla en su lugar. La otra mano fue hacia una de sus piernas, y ahora estaba un poco más
relajada. John trató de dejarla de nuevo y esta vez se deslizó con facilidad, solo para bombearse lentamente pero
aumentando la velocidad con cada empuje.
Tenía la intención de mantenerlo tranquilo, pero era demasiado di cil de soportar.

Cortana escondió su rostro en su cuello, presionando su boca fuertemente contra su garganta para evitar gritar en voz
alta, pero realmente estaba sucediendo. Ella podía sen rlo, la circunferencia y la longitud de su virilidad entrando y
saliendo. La invasión que permi a tan feliz se sen a increíble. Su cuerpo se es ró naturalmente para recibirlo, su
miembro golpeó las profundidades de su matriz, la deliciosa fricción y los golpes de carne contra carne, esa sensación de
hormigueo que se hizo más profunda en el nido de nervios muy sensibles. El lanzamiento estaba cada vez más cerca cada
vez que sus caderas chocaban con las de ella.
"Sí." ella gimió, sus dientes rozando peligrosamente su garganta. "¡Si si si!"
Sus gritos de placer no tardaron en emerger, y escucharla inflar las palabras y los ruidos sensuales tan cerca de su oído
solo empeoró las cosas para el Jefe Maestro. A este ritmo él tendría un orgasmo antes que ella y ...
¿Y eso fue un fracaso de la misión o no? Él no podía decirlo. Muy confuso.
John soltó a la mujer y agarró los bordes del fregadero de acero para encontrar un mejor ángulo y golpear más profundo
dentro de ella. Cortana gritó algo ininteligible y su agarre en su cuello se apretó, sus piernas ahora estaban alrededor de
su cintura. Lo estaba disfrutando hasta ahora, era mejor de lo previsto. Cada cen metro de ella gritaba por esa liberación
que ansiaba con tanta desesperación. El sudor los empapó a ambos, con la potencia desviada de esa área, el único
sistema ac vo restante era el soporte vital y no el aire acondicionado.
El lío de fluidos entre sus cuerpos comenzó a gotear en el suelo.
"¡Vamos, jefe!" ella gimió de nuevo, su voz áspera. "Estoy tan cerca, así que ...!"
Ella debería haberlo mantenido en silencio.

Después de esas palabras acaloradas, no pudo soportarlo más. La mitad de su cuerpo se congeló y la otra mitad siguió
moviéndose, golpeando y apretando contra su entrada expuesta. Sus caderas se doblaron cuando su semilla se derramó
en ella, su miembro se retorció y palpitó durante largos segundos hasta que se drenó, y la sensación volvió a sus nervios.
Estaba demasiado perdida en su propio disfrute para darse cuenta de lo que acababa de pasar, hasta que él gimió y
suspiró un largo suspiro.
La cabeza de John colgaba sobre el pecho de la mujer, sin tocarla.
Cortana relajó un poco las piernas, pero no lo dejó ir. Ella estaba mirando al hombre sudoroso todavía atrapado en las
garras de su cuerpo con los ojos abiertos y confundidos.
"Usted vino." ella dijo, como una cues ón de hecho.
Él asin ó, sin levantar la vista. "Está hecho."
Cortana estaba furiosa. ¿Hecho?

¿HECHO? No, no se hizo, ella ni siquiera ...!
Los puños que ella había apretado sin darse cuenta se relajaron cuando comprendió que esto tampoco era culpa suya.
Ella le había encomendado un trabajo, él obedecía. Él acaba de dar su semilla para criar un niño. Uno más uno es igual a
dos, y ella debería haber sabido que esto podría suceder. ¿Por qué esperaba la empa a de un sujeto que tenía un
historial de deficiencia en esa área, al igual que el resto de sus compañeros?
John todavía no se movía, aunque su respiración casi había vuelto a la normalidad.

Se sin ó decepcionada, está bien, pero mirando hacia el lado oscuro ...
"Bien, ahora vete, por favor." Ella dijo, fría pero educada.
"Solo un minuto." Jadeó, todavía sin mirar hacia arriba.

Cortana le acarició la nuca, distraídamente, durante unos dos minutos más. El Jefe Maestro enderezó su postura y la
agarró de las caderas otra vez, causándole otra de esas puntas de placer que quedaría insa sfecha por el momento, y dio
un paso lejos de ella. La sensación de su semen ahora goteando fuera de su cuerpo la hizo considerar esto no como un
fracaso, sino como un resultado aceptable.
Se obligó a sonreír y calculó que todo había durado menos de doce minutos. También dentro de límites aceptables.
Espera, ¿fue ...? ¿Se sin ó presionado por el horario?

Eso era algo que tenía que mirar, tal vez.
Ya estaba ves do otra vez y la ayudó a bajar del fregadero, no antes de que doblara la longitud de su falda entre sus
piernas para evitar el goteo no deseado. La bata de laboratorio era lo suficientemente larga para cubrirla y ella caminaba
de forma diver da hasta llegar a su habitación, esta parte del procedimiento también necesitaba un poco de
refinamiento, pero era lo mejor que podía hacer en esas circunstancias.
Cortana se perdió en sus pensamientos cuando comenzó a separarse de él.

"Señora." El Jefe Maestro llamó antes de que ella fuera demasiado lejos.
La mujer le dirigió una mirada curiosa por encima del hombro.

"No hay interrogatorio?" Preguntó, ligeramente confundido.
Ella se aclaró la garganta. "No es necesario, Jefe. Lo hizo bien. Pasemos a la siguiente etapa, ¿recuerda el calendario?"
Levantó la barbilla, orgulloso.

"Sí, señora."
"Bien. Entonces te veré allí."
CONTINUARÁ
Bueno, eso fue rápido, ¿no? No me tomó una eternidad juntarlos esta vez LOL, pero espera ... esto no significa que no
habrá quema lenta para lo que vendrá. No te preocupes, solo sé paciente. Las cosas se van a calentar; esto fue solo la
primera ronda, enen otras siete sesiones para mejorar ... si capta mi deriva * wink-wink * y Cortana sin duda ene
muchas ideas para aprovechar al máximo su experiencia. No estoy seguro de cuándo podré actualizar esta historia de
nuevo, así que, ¡síguela o agréguela si no quiere perderse nada!
Aún trabajando con RECOMPOSE, sin embargo. Dije 5-6 o 7 capítulos restantes, que todavía están en pie; Estoy tratando
de hacerlos todos a la vez para poder publicarlos semanalmente hasta el final, como solía ser. Creo que es la opción más
justa para que no tengas que soportarlo por tanto empo otra vez. Espero que esto esté bien, es lo que funciona para mí
ahora.
De todos modos, ¡no seas mido y di algo! ¡Tu feedback hace mi día! * ronroneos *
¡Hola gente! ¡Parece que tenemos algunos interesados en esta historia! Eso me hace feliz ... a menos que tengan menos
de 18 años, en cuyo caso me enfadaré mucho. Ya sabes, si no enes al menos 18 años, GTFO porque esta historia, aparte
de ser una especie de AU, no es apropiada para lectores menores de edad. Nos vemos al final por más locos, ahora
disfruten!

PARTE III
Sus respiraciones pesadas se mezclaban, sus bocas a unos pocos milímetros de distancia entre sí. Se sin ó tentada a
inclinarse y rozar sus labios sobre los de él, por un breve momento. Tal vez incluso morderlo, hacerlo despertar y atacar.
Su piel repen namente floreció en la piel de gallina. No. No besos , no importa cuán apetecible parezca la idea. Su
cabeza se disparó inmediatamente hacia atrás lo suficiente como para vislumbrar sus acerados ojos azules y estudiar su
seria expresión; Parecía perdido en sus pensamientos.
El Jefe Maestro movió sus caderas contra las de ella por úl ma vez, empujando profundamente.
Cortana tragó un gemido. Eso se sin ó tan bien, pero fue tan tarde.
Él vino y ella no volvió, una vez más. Ella consideraba inú l enojarse en este punto.
Sus piernas, abiertas y relajadas, descansaban enredadas alrededor de su cintura mientras montaba las úl mas olas de su
propia liberación, sus manos firmemente presionadas sobre la mesa para que no la aplastara con su peso colosal. Las
manos de Cortana se frotaban arriba y abajo de sus cos llas y la parte posterior de su cuello, tan suaves como el toque de
las mariposas. Ahora ella también estaba perdida en sus propios pensamientos, tratando de averiguar qué estaba
pasando por su mente.
Defini vamente una máquina, no había emoción allí.
Él la jodió casi mecánicamente, ni siquiera un sonido aparte de su respiración entrecortada.
Bueno, eso fue bueno, ¿verdad? Los individuos masculinos no tenían que estar limitados por las emociones para ejecutar
sus funciones reproduc vas: si se les ofreciera, cumplirían. Los individuos femeninos a veces se convencían falsamente
por la idea de que necesitaban estar conectados de alguna manera con sus parejas para par cipar en ac vidades
sexuales. Cortana tenía esos pensamientos de vez en cuando, pero cuando se trataba de su bebé, había logrado
distanciarse de cualquier po de necesidades román cas.
Ella no necesitaba amor, necesitaba sexo para quedar embarazada. Fue muy simple.
Sus ojos se encontraron por un breve momento antes de que él saliera para ponerse de pie.
"Gracias." Ella dijo, su voz cautelosa. "Eso sería todo, Jefe Maestro".
Cortana mantuvo su mirada fija, pero él apartó la mirada casi de inmediato y asin ó.
"Señora." gruñó, aclarando su garganta.

Ella cerró las piernas mientras él se ponía la camiseta. Está hecho.
Y se sen a tan vacío, tal vez incluso sórdido , como las dos reuniones anteriores.
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NOTAS DEL PROYECTO - APR. 7, 2558
ETAPA UNO, TERCERA SESIÓN
El obje vo primario no se ha cumplido todavía.

Obje vo secundario cumplido dentro de lo previsto. No hay irregularidades.
NOTAS: Ninguna mejora tampoco. Parecía distraído.
"Casi me siento avergonzado". pensó, deteniendo bruscamente la danza de sus dedos sobre el teclado. Sus labios se
tensaron, obligándose a reconocer la verdad. "No. En realidad, me hace sen r avergonzado".
Cortana se recostó en su silla y suspiró.
La primera vez que ella lo aceptó dentro de la lógica y trató de seguir planificando desde allí, creyendo que todavía podía
salir por su cuenta. La segunda vez se engañó pensando que estaba mejor preparada y falló de todos modos. Ahora, la
tercera vez hizo más evidente que no estaba dando las direcciones correctas, por mucho que odiaba admi r que se había
equivocado. Su silencio la hizo querer gritar. En este punto, unas pocas horas después, cuando su cabeza estaba lo
suficientemente fría, su ins nto le retorcía metafóricamente el brazo detrás de la espalda, obligándola a dejar el orgullo y
admi rlo:
Esto no era lo que ella quería.

Esta vergüenza que ella sen a era una prueba evidente de su lucha interior.
Pero ¿qué lucha?
Sí, cumplió con el deber que ella le había encomendado. Dijo incluso menos que las dos primeras veces. La conoció a
empo, esperó a su aprobación y luego la apoyó en una mesa, la tocó de tal forma que la hizo sen r que una o dos cosas
podrían haber cambiado, la folló, luego la dejó sola cuando ella lo despidió . Decidió no confiar completamente en el Jefe
Maestro y se ocupó del asunto con sus propias manos, pero sus dedos no fueron lo suficientemente rápidos. El hechizo se
rompió justo antes de que ella pudiera manejar algo, luego se soltó y liberó la preciosa semilla que ella finalmente quería
...
Verlo así le hizo temblar y retorcerse el interior, anhelando ese placer.
Muy decepcionante. Tan insa sfactorio.
Ella había estado durmiendo terriblemente. Sin pesadillas ni sueños calientes, solo sueño inquieto.
Su cuerpo necesitaba la liberación, pero no solo el orgasmo, que en cualquier caso podía manejarse bien, en cualquier
caso; Necesitaba la química explosiva de su carne combinada. Le daba miedo comprender que había estado sola durante
tanto empo que probablemente anhelaba la sensación de estar con este hombre más que cualquier otra cosa. Tal vez
ella lo deseaba aún más que este bebé que tanto deseaba concebir.
Entonces, ¿esta fue su lucha? ¿Lo estaba usando porque se sen a sola ?
¡Ridículo, no había ningún apego entre ellos!

El pensamiento la hizo par cularmente irritable como una manera de disimular la vergüenza que la invadió, de nuevo. No
fue gracioso en absoluto ser desgarrado de esta manera: amargos sen mientos de sa sfacción, ya que sus obje vos se
estaban acercando; y un deseo repugnante de golpear al Jefe Maestro en la cara por dejarla así, sin alivio. En cualquier
caso, ella había llegado a comprender que dependía de ella conseguir lo que quería, incluso si eso significaba admi rle
que había come do un error. La estaba matando por dentro. Ni siquiera sabía por dónde empezar.
Ella tampoco se detuvo a considerar que probablemente ni siquiera le importaba este problema.
"Tengo que hablar con él". Cortana decidió, mientras desconectaba su computadora encriptada, se puso su bata blanca
de laboratorio y tomó su llave digital. Luego salió de sus habitaciones y cerró la puerta, dirigiéndose hacia el tranvía que
debía llevarla al taller. Un largo día por delante y su mente se estaba deslizando rápidamente hacia temas relacionados
con el trabajo, mejor hacer una elección antes de que todo el buen espacio en sus pensamientos estuviera ocupado con
cálculos y esas cosas. "No ene que besarme, pero puede hacer tantas otras cosas que me harían sen r ..."
Solo ... solo siento. Eso fue todo.
Ella frunció el ceño y suspiró de nuevo, caminando más rápido ahora.
Unos minutos antes de sentarse a tomar notas, había realizado en su orina una prueba de embarazo muy básica, que
resultó nega va. Cortana sabía que era demasiado pronto para obtener buenos resultados, pero la ansiedad la atrapó
primero. Tal vez, porque si el obje vo principal se cumpliera temprano, ella no tendría que sen rse así por quererlo tanto.
Guau. Parecía que hacía mucho empo, cuando ella estaba tan segura y emocionada con su plan.
Ahora una parte de ella estaba considerando seriamente dejar de fumar ...
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Siempre fue un inmenso placer ver a los espartanos en acción. Fueron rápidos y precisos, su coordinación tácita y su
eficiencia brutal combinadas con la experiencia de cada uno de sus movimientos fueron fascinantes. A los ojos de los
civiles, no parecían humanos; pero para el ojo entrenado de quienes los crearon y los vis eron con sus trajes de batalla,
los espartanos fueron mucho más que una increíble demostración de poder y voluntad de hierro; La culminación de
muchas esperanzas y sueños. Eran la encarnación del orgullo y la esperanza.
Ella disfrutó de estos ejercicios, hasta cierto punto.
Cortana estaba muy orgullosa de su trabajo y entendió por qué su madre pensaba que esos espartanos eran sus propios
hijos, el fruto de su mente, de una manera retorcida. A Cortana también le gustaba ver su trabajo en acción.
Ella sorbió perezosamente la pajilla de su bebida y luego se detuvo para hacer una nota rápida, observando con paciencia
los ejercicios en el piso de entrenamiento, debajo de su cubierta. La simulación llegó a su fin y restableció todo el
escenario mientras los Spartans volvían a sus posiciones originales. El Jefe Maestro estaba liderando la manada, como de
costumbre. Su lugar era ser el primero, y esa idea complacía a Cortana porque respaldaba su elección aún más. Esta vez,
la prueba consis ó en secuencias de combate sin guión, tanto armadas como desarmadas, des nadas a medir la
respuesta de las prótesis espinales que algún día se conver ría en la columna vertebral de todo el MJOLNIR Mark IX.
Hasta ahora, iba bien. Los implantes neurales de Spartan parecían comunicarse bien con las prótesis espinales bien por
ahora, pero esta no era una situación de estrés extremo. Eso vendría después.
Los ojos de Cortana siguieron la espalda de John todo el empo, pensando mucho. Y tratando de no pensar en otras
cosas calientes. Chico, ella estaba tan distraída. Ella no reconoció a Veta Lopis que estaba de pie a su lado hasta que habló
la mujer morena:
"Tu madre seguro que ene buen ojo".

Sorprendida, Cortana casi gritó.
"Agente Lopis. Buenos días".
"Mañana." dijo el opera vo de la ONI, sorbiendo de su taza desechable medio café. "¿Cómo están nuestros ac vos hoy?"
Pensando rápido, Cortana se centró en un tema al azar: "Bueno, Sierra-104 está teniendo un rendimiento
extremadamente bueno, como siempre. Los comandos SPARTAN-II son lo mejor que podemos obtener para esta prueba,
sujetos perfectos. Ningún opera vo de otra generación de SPARTANS hace tan bien como ellos, yo diría que ni siquiera los
III ". Ella se aclaró la garganta, actuando de forma natural. "¿Supongo que a eso te referías cuando dijiste que mi madre
ene buen ojo?"
Lopis sonrió con suspicacia. "Entre otras cosas."

"¿Como?"
"El teniente es un poco lindo".
Cortana hizo una mueca. "Agente Lopis ..."

"Un verdadero encanto, también."
"Veta". La advertencia de Cortana sonó bastante aser va esta vez. Ella colocó su taza en la consola, con cuidado. "Eso es
muy poco profesional".
No profesional de un fantasma ONI, quería decir. Veta percibió muy bien el subtexto y decidió dejarlo ir. Han estado
trabajando juntos durante casi ocho meses, pero Cortana no la conocía tan bien, después de todo.
El agente se encogió de hombros. "No me arrepiento de nada. Tú tampoco deberías."
"¿Qué quieres decir ahora?" Cortana puso los ojos en blanco.
Esta mañana el problema no fue con el equipo o los resultados de las pruebas, que fueron todos más que perfectos; fue
ella. Era oficial: estaba tan frustrada que se desprendía de sus modales generalmente muy profesionales y educados.
Cortana podría pensar que mantener su enfoque en el trabajo hizo que su insa sfacción desapareciera, pero realmente
no fue así.
"Sierra-117 no es mi po, pero muchacho, puedo ver totalmente por qué estás tan interesado en él". La sonrisa irónica de
Lopis se deslizó por las comisuras de su boca, sin vergüenza. Escandalizada, Cortana quería hablar pero las palabras no
salieron, así que el agente agregó: "Oh, por favor. No me mires con inocencia, apuesto a que todos saben sobre el gran
enamoramiento que enes de él. No puedo culparte a tampoco ".
Aunque la cara de Cortana se había vuelto blanca, en su interior sin ó una oleada de alivio. Crush, ¿eh? ¿Cuánto costaría
mantener en silencio a un agente de ONI si alguien descubriera su experimento sucio? Pero no, Lopis no tenía idea de lo
que realmente estaba sucediendo, aparentemente. Si el chantaje hubiera sido el verdadero obje vo, ella no habría sido
tan indiferente y pública al respecto. Quizás el agente solo estaba bromeando.
Así Cortana siguió adelante:

"Oh." Ella se aclaró la garganta, con dureza. "Bueno eso es…"
Lopis arqueó una ceja, mirando hacia abajo. "No es guapo como el LT, seamos sinceros. Pero estoy seguro de que es muy
interesante de otras maneras".
Cortana suspiró.
"Por supuesto que lo es. Es una leyenda".
"Oh, así que realmente estás en él". Lopis se echó a reír y golpeó a Cortana en el brazo, muy suavemente, pero con una
complicidad que a Cortana no le gustaba. Veta y ella no eran amigos. Ella no tenía amigos. Ella no tenía amigos en
absoluto , para el caso. Período. "Quiero decir, lo en endo. Tú mismo lo dijiste, el hombre es una leyenda. Su récord dice
mucho sobre la calidad del guerrero que es, eso es un gran cambio. Pero no te preocupes, te prometo que no lo haré".
ponte en tu camino; me gustan mis hombres de las cavernas un poco más enérgicos ... "el agente notó la cortante mirada
de moles a de Cortana y se calló, luego frunció el ceño. "Oh, por favor, no lo tomes como algo personal, solo estoy
jugando con go. Siempre estás tan tenso ..."
Cortana reprimió la expresión impaciente.
"Supongo que sí, ¿eh?" Ella dijo, al final.

Lopis le dio una sonrisa radiante y culpable. "No quise ofenderla, señorita Halsey".
"No lo hiciste, puedo tomar una broma". Cortana recogió su cuaderno de datos y señaló hacia el piso de entrenamiento,
con una mano muy abierta e invitadora. "Ya que estás tan interesado en el teniente, ¿te gustaría unirte a mí y echarle un
vistazo más de cerca? Podría presentarte a ambos, si quieres. Es bastante ... animado, como acabas de decir."
Ahora fue el turno de Lopis de sen r que la sangre huye de su rostro y luego se apresura hacia atrás, haciéndola
sonrojarse y sen rse muy caliente, pero lo escondió bien. Se quedó quieta y parpadeó rápido unas cuantas veces, muy
sorprendida. Una broma fue una broma, está bien, pero también fue suficiente. Enderezó su pose y negó con la cabeza.
"No creo que tenga permiso para eso".
Cortana dibujó una sonrisa demasiado suave en sus labios.

"Oh, pero lo hago. Puedo conseguirte un pase de visitante para el piso de entrenamiento. La hidráulica claramente
necesita algunos ajustes, y bueno, siempre puedo usar un par de manos adicionales. Ya sabes, para sostener las
herramientas para mí. Usted dice, agente Lopis?
"Te refieres...?"
Cortana asin ó. "Lo digo en serio. Sígame".

xxxxx
El Jefe Maestro había notado que algo no estaba bien.
Probablemente no estaba muy educado acerca de las respuestas emocionales, pero tampoco era tan estúpido; algo
estaba pasando con Cortana. Lo notó especialmente en la forma en que ella evitó el contacto visual con él durante el
desayuno, prác camente desde la noche anterior cuando se encontraron en un área recrea va aislada. Su tercera sesión
había sido tan exitosa como las otras, desde su punto de vista.
Entonces, ¿debería estar preocupado por este cambio repen no en su ac tud?
¿Por qué debería él, de todos modos? Él estaba siguiendo sus órdenes.
Las órdenes con las que estaba cada vez más dispuesto a seguir cumpliendo, se dio cuenta.
Ahora estaba cruzando el piso junto con una mujer morena pequeña y pequeña que había visto antes en los terrenos de
la base, una agente especial de la ONI, Veta Lopis. Todos sabían que ONI significaba vigilancia y que esta mujer Lopis
probablemente fue enviada por la SECCIÓN III para vigilar a los preciosos espartanos. A él no le importaba eso. Sus ojos
siguieron a Cortana mientras caminaba hacia el otro extremo de la arena de simulación, donde conoció a Fred y Linda,
que estaban en el equipo "enemigo" para este ejercicio no programado. Cortana tenía un panel de datos, pero ella no
estaba trabajando, obviamente. Ella solo estaba charlando con Fred.
Cortana señaló a Lopis y Fred saludó, luego le ofreció su mano; La mujer de la ONI recibió su saludo muy rápidamente,
pero parecía algo preocupada. Linda hizo lo mismo, reconociendo la presencia del agente con un saludo agudo, pero no
intercambiaron otros saludos. Lopis se olvidó de Linda casi de inmediato, sus inteligentes ojos marrones y su sonrisa
ligeramente astuta se centraron en Fred.
John sin ó un poco la necesidad de poner los ojos en blanco, pero no lo hizo.
Sin embargo, sí notó la forma en que Cortana sonrió cuando Fred dijo algo, probablemente algo gracioso (tenía talento
para tratar con las personas, especialmente con las mujeres). Un momento después, Cortana habló, Fred le dio la espalda
y ella pasó unos minutos jugando con sus prótesis espinales. Linda se quedó allí, quieta como una estatua. Fred debió
haber dicho otra cosa graciosa porque esta vez Lopis se rió discretamente. Cortana emergió de detrás de la espalda de
Fred y le dirigió una gran sonrisa radiante y cálida mientras ella le daba una palmadita en su musculoso brazo.
John frunció un poco el ceño.
Ella miró hacia él, y por casualidad sus ojos se encontraron. Su mirada se enfrió.
Luego Cortana se excusó y comenzó a trabajar en las prótesis de Linda, mientras Lopis y Fred seguían charlando. John
imitó las acciones de Kelly cuando notó que estaba revisando su tac-pad, leyendo las estadís cas de rendimiento del
ejercicio anterior.
Pretendió estar centrado en los datos, pero cuando el dulce aroma de Cortana de jabón y hembra estándar en calor se
desvió hacia él, John sin ó que cada músculo de su cuerpo se tensaba como una cuerda torcida. Le eché un vistazo rápido
y el Jefe Maestro inmediatamente se dio cuenta de que Fred ahora hablaba en serio y también miraba a Cortana,
mientras la mujer estaba ocupada recogiendo herramientas de espaldas a él. Eso envió una ola de calor desagradable a la
columna vertebral del Jefe, porque Veta Lopis estaba hablando pero Fred no le prestaba atención. Era como si la corta
morena ONI de repente hubiera dejado de exis r.
"¿Hueles eso?" Kelly murmuró, distraídamente.

"Huele que?" Espetó John, mientras vigilaba el otro lado del piso de entrenamiento.
"No importa, quizás sea solo el olor de los civiles. Nunca he estado rodeado por tantos de ellos, me confunde".
John solo gruñó algo.

En lugar de mirar hacia otro lado, el Jefe Maestro siguió mirando cuando Cortana se dirigió hacia él.
Oh Dios. Ella se estaba alejando de Fred. Por alguna razón, se sen a mejor.
Pero fue entonces cuando finalmente ocurrió la tragedia tardía que Cortana advir ó a los técnicos. Después de una fuerte
explosión, una fina lluvia de aceite negro y apestoso comenzó a caer desde el alto techo de la instalación. Luego hubo un
chillido ensordecedor de metal. Hace unos días, una de las plataformas hidráulicas tenía una falla de funcionamiento que
causó que una manguera se rompiera y rociara a un grupo de personas, incluida Cortana, con líquido. Esa misma
plataforma estaba arreglada, está bien, pero aparentemente ya tenía la edad suficiente para ser dado de baja, porque
otras dos mangueras no podían soportar la presión y se rindieron bajo los pesos pesados que se levantaban unos treinta
pies sobre el piso de entrenamiento ...
John sabía que nunca sería lo suficientemente rápido para protegerla.
Sus ojos se agrandaron cuando la enorme masa de metal y las cajas se derrumbaron, directamente sobre Cortana. Se
detuvo en seco y gritó, paralizada de miedo. Veta Lopis, Fred y Linda corrieron directamente hacia ella, estaban más cerca
en este momento. Fred se lanzó hacia adelante, desinteresadamente. John y Kelly hicieron lo mismo, el úl mo corriendo
tan rápido como pudo; luego se dejó caer sobre una rodilla y resbaló el resto del camino hasta que atrapó a Cortana.
Sería inú l de todos modos, desde la perspec va de John. Fue muy tarde.
El Jefe Maestro luchó por detenerse, su ins nto lo obligó a evitar ser aplastado.
El impacto hizo eco a través de la planta baja, golpeando la arena lo suficientemente fuerte y fuerte como para ser
confundido con una pequeña bomba. Luego hubo muchos gritos, otros técnicos, muy probablemente, y una sirena
comenzó a sonar, las luces se atenuaron a un amarillo repugnante y pulsaron al unísono con la sirena. John no dejó que el
miedo se apoderara de él, corrió hacia el montón de cajas rotas y metal retorcido, luchando por moverse hacia adelante a
través del creciente charco de aceite. Rápidamente encontró una abertura entre los hierros doblados y sin ó que las
prótesis vertebrales se tensaban contra su piel y hueso, haciendo lo que debían hacer. El Jefe Maestro tomó una barra y
se detuvo, sin siquiera darse cuenta de que estaba tratando de mover varias toneladas de escombros.
Se movió . Podía sen r y escuchar a sus hermanos de combate respirar pesadamente, en algún lugar.
Estaban vivos. ¡Estaban vivos!

Él también olfateaba sangre. Su corazón la a con fuerza en sus oídos, fuera de control. John se detuvo de nuevo,
rechinando los dientes hasta que oyó crujir sus dientes, y la pila finalmente se movió. Se las arregló para ver algo a través
de una abertura entre dos cajas rotas: Fred estaba de rodillas protegiendo a Cortana y al agente Lopis con su cuerpo,
soportando el peso de la plataforma sobre sus hombros y espalda ... también vio las fuertes piernas de Kelly, levantadas
Entre los hombros de Fred para ayudarlo a mantenerse en posición.
"Fred!" el jefe ladró "¡Háblame!"
"¡Estamos bien!" El teniente respondió. "¡Podríamos necesitar ayuda!"

"¡Cuelga ahí!"
Había una manera de sacarlos. El jefe ró mientras el resto de los espartanos atrapados empujaban, trabajando juntos
lograron mover los escombros tanto como para romper una abertura lo suficientemente grande como para que Linda
pudiera arrastrarse, arrastrando al agente de la ONI y al cien fico con ella. Tanto Lopis como Cortana estaban
inconscientes, esta úl ma tenía sangre en la cara y se veía muy pálida. El corazón de john saltó un Pocos golpes cuando
sus ojos cayeron sobre ella. Sen a miedo, pero no tenía nada que ver con la posibilidad de fallarle a su misión si esta
mujer moría. Entre el sonido ensordecedor de la alarma y su desesperación inadver da, el Jefe Maestro no vio acercarse
al personal médico hasta que se llevaron a las mujeres heridas. Simplemente sin ó que el cuerpo de Linda se calentaba
cuando ella se deslizó de nuevo en el agujero y usó uno de sus fuertes hombros para empujarse, apoyándose entre sus
manos apretadas. Gracias a su ayuda, John pudo cambiar de posición y deslizar su propio hombro debajo de las varillas
también, para presionar el peso masivo al lado de su hermana de combate.
"Uno de ellos no lo logrará". ella jadeó "Los escombros se derrumbarán y matarán a quien se quede atrás. Es demasiado
pesado".
"Estarán bien". El jefe juró, enojado. "En mi marca!"

Comenzó a contar, pero la alarma dejó de sonar y la luz volvió a ser blanca. Desorientado, John miró a su alrededor. La
ruidosa sirena fue reemplazada por fuertes ruidos robó cos que se acercaban rápidamente, hasta que una gran silueta
ar culada se rompió entre las luces casi cegadoras del piso de entrenamiento.
Linda suspiró y se rió aliviada, pero su fuerza no flaqueó.
Uno de los técnicos había comprado en uno de los servicios públicos de Man s, para salvar el día.
xxxxx
Las ac vidades en ese sector de la base fueron suspendidas por el resto del día.
Había un equipo que limpiaba la escena destrozada y Spartans 117, 104, 087 y 058 fueron despedidos para recuperarse
de sus múl ples contusiones y lesiones leves. John, Linda y Kelly hicieron una parada rápida en la oficina del Oficial
Médico en Jefe, estaban prác camente en una pieza, a diferencia de Fred, quien tuvo que permanecer en observación
durante cuarenta y ocho horas debido a varios esguince de músculos. Él no volvería a entrenar o hacer pruebas por un
empo y, sin embargo, no parecía afectarlo. La agente Veta Lopis solo tuvo un golpe en la cabeza, por lo que fue
despedida después de algunas pruebas ... pero al final decidió quedarse y hacer compañía a Fred. John deseaba poder
entender lo que estaba pasando allí. Estaba bastante seguro de que tenía algo que ver con la sonrisa un tanto idiota de
Fred.
El estado de Cortana, sin embargo, no permi a a ningún visitante.
Es por eso que el Jefe Maestro estaba tan sorprendido cuando fue convocado para verla. John estaba cenando con Linda
y Kelly en ese momento. Si Cortana estaba lo suficientemente bien como para enviar mensajes, probablemente no estaba
tan herida.
Cuando la puerta automá ca se cerró detrás de él, el Jefe encontró algo de alivio.
Cortana estaba acostada en una cama blanca, dentro de una habitación blanca y su rostro se veía casi tan blanco como las
sábanas; Su cabello oscuro contrastaba con el brillo de las paredes. Sus brillantes ojos azules lo encontraron y le dirigió
una suave sonrisa, lo segundo que John notó fue el pequeño parche de vendaje en su frente.
"Jefe principal." Ella lo saludó, su voz era un poco ronca.
"Señora." Saludó con respeto. "Querías verme."

"Sí. Por favor, acércate". Cortana lo invitó y él obedeció, caminando junto a su cama. Estaba lo suficientemente cerca para
es rar un poco los dedos y agarrar su mano. El pensamiento lo hizo querer hacerlo, pero su disciplina fue ejemplar y
resis ó este extraño impulso. La mujer tocó el panel de datos que estaba en el estante junto a la cama, desac vó los
sensores de la habitación y luego dijo: "Estos eventos recientes son defini vamente un contra empo para el programa. Lo
llamé para hablar sobre eso".
Pensó que tenía algo que ver con sus ac vidades secretas, sí. Había estado pensando en eso.
"¿Cuánto empo permanecerá bajo atención médica?"
"Unos días, a lo sumo; estoy bien, pero no tan bien como para volver a trabajar de inmediato". Ella dijo, su hermoso
rostro era una máscara pálida de seriedad. "Entonces, la próxima reunión programado para mañana por la noche es
obviamente cancelado. Y de hecho, después de pensar un poco, he decidido que todo el calendario quedará en espera
hasta nuevo aviso ".
Eso lo tomó por sorpresa. ¿Poner el horario en stand-by?
John quiso preguntar por qué, pero optó por no hacerlo. Sin ó que Cortana le daría una explicación de todos modos.
"Necesito revisar los puntos vitales del procedimiento". Ella terminó diciendo, en un apuro. "Después de todo, diseñé
este experimento en base a varias suposiciones que están demostrando ser incorrectas. Prueba y error, ya sabes cómo es
esto. Tomé algunas malas decisiones, más o menos hablando".
Las opciones Malas elecciones, ¿eh?
Espere. Espere...
¿Quiso decir que ella tomó la decisión equivocada con él ?
Confundido, John comenzó: "¿Es ...?"
"No ene nada que ver con tu actuación". Ella escupió, rápidamente.
Sin ó que ella estaba min endo y profundamente en el fondo de su mente, una pequeña alarma se ac vó. Había una
cosa que el Jefe Maestro temía más que el Diluvio, esa amenaza alienígena parásita que estaba diezmando los rincones
más lejanos de la galaxia, y era el fracaso . No podía concebir el fracaso, había sido entrenado para tener éxito a cualquier
costo. Si hubiera esperanza y un camino, tendría éxito. Spartan-117 estaba listo para renunciar a su vida por la misión, y
aunque esta pequeña misión no tenía nada que ver con un peligro que amenazara su vida, la perspec va de fracasar lo
perturbó. Profundamente.
Casi inmediatamente, todo cayó en su lugar. El accidente . Por supuesto. Fred había salvado a Cortana y al agente Lopis de
una posible muerte segura, principalmente porque estaba más cerca de ellos de lo que estaba el propio John. Sí, Linda y
Kelly también ayudaron, pero Fred era un hombre espartano sano, no ellos. Fred había sido desde el principio la segunda
elección de Cortana para un compañero de cría si John rechazaba su propuesta.
Y al protegerla con tanta eficacia, Fred había demostrado ser una mejor pareja.
No era de su incumbencia, pero ...
"Jefe, ¿reconoces lo que acabo de decir?"
Parecía que su silencio y su mirada en blanco la estaban angus ando.

John asin ó y se enderezó, como haría cualquier soldado competente.
"Sí, señora." Fue lo único que dijo, antes de abandonar los aposentos.
CONTINUARÁ
Ho-ho-hooooly mierda! ¡Este po de Fred seguro es una amenaza! Pobre John, parece que no en ende los celos y ahora
está viendo una amenaza donde no hay ninguno. Creo que Fred está más interesado en el pequeño agente Lopis,
huehuehue. Además, Cortana, ¿por qué no dices algo? Las mujeres son tan jodidamente complicadas. Siento que toda
esta situación terminará en un explosivo sexo enojado muy pronto, si estos dos no se deciden ... ¿quién está conmigo? *
sonrisa increíblemente malvada * Oh, no te enfades. Me lleva un empo actualizar, pero viene lento y constante, y lleno
de vapor. Hmmm Puedo prometerte que el próximo capítulo te dejará boquiabierto, tanto literal como figura vamente.
¡No olvide dejar algunas reflexiones sobre la actualización de hoy y, por favor, siga / favorezca la historia si no quiere
perderse las actualizaciones! Hasta pronto: D
PD: no revisé la ortogra a ni la gramá ca, así que si hay algún error, a la mierda. ¡Disfrutar!
¡Hola a todos! Episodio alucinante que tenemos para hoy, ¡abróchate los cinturones de seguridad! Pero no te preocupes si
no enes por lo menos 18 años, ya sabes, NSFW las cosas por delante. GTFO inmediatamente si eres menor de edad, no
seré e quetado como un perver do debido a tus mentes curiosas ... Puedo ser un perver do adulto por mi propio logro.
¡Ahora disfruta de la actualización de hoy y deja algunos pensamientos cuando hayas terminado! * sonrisa malvada *
PARTE IV
CUATRO DIAS DESPUÉS DEL ACCIDENTE
Poner el 'experimento' en stand-by había sido un terrible error.
Porque, bueno ... ahora ella estaba en sus días fér les y se odiaba a sí misma.
Cortana no tuvo que mirar el horario para sen rlo, las hormonas corrían sin piedad en su torrente sanguíneo y los apenas
percep bles cambios en la temperatura de su cuerpo hablaban volúmenes. Se había quitado y puesto su bata de
laboratorio unas cien veces ya. Le dolía la piel. Sus pezones eran tan sensibles que la mera fricción de las telas hacía
temblar. Terminó descartando el sostén porque no podía soportarlo, y esta fue la tercera vez que se cambió la ropa
interior ese día. Por si no fuera suficiente, aún le quedaban seis horas más de trabajo por delante. Seis horas más de
pruebas de pantalla de casco aburridas, repe vas y fuera de alcance solo con HIM en el piso de entrenamiento casi
restaurado.
Ella no estaba solo en sus días fér les. Estaba tan madura y lista que dolía .
Cortana sin ó a punto de estallar. Llegaba al punto en el que solo quería que la tomaran por sorpresa, la agarraran y la
sujetaran, la devastaran, la disfrutaran y la sembraran tan mal que todo po de imágenes eró cas cruzaban su mente al
azar cada minuto. ¡Incluso las estadís cas en las pantallas parecían estar divir éndose, por el amor de Dios! Si supiera de
dónde provienen esos pensamientos, podría poner fin al escandaloso desfile del sexo imaginario desenfrenado. Si solo. Lo
que más la frustró fue el potencial desperdiciado . Mirando soñadoramente a su espalda mientras el Jefe Maestro
ejecutaba las órdenes que ella le dio, tampoco ayudó; de repente, se encontró a sí misma creando una manera no
sospechosa de hacerle quitarse la ropa.
' Podría encender el sistema de calefacción'. pensó, distraídamente.
Si solo estuviera usando ropa, eso es. El traje exo, una red sofis cada de sensores y neurotransmisores cosidos entre
capas y capas de materiales resistentes a las balas y gel hidrostá co, se enganchó a su cuerpo como una segunda piel. Era
lo suficientemente flexible para adaptarse a cada uno de sus movimientos y trazar los contornos de su cuerpo endurecido
por la batalla hasta el más mínimo detalle. Cortana no pudo evitar mirar a su apretado culo durante aproximadamente
una hora.
Y no me hagas empezar con la parte delantera, por favor.

'Lopis tenía razón, mi madre ene un gran ojo. ¿Cómo puede un hombre de su edad excitarme tanto? Él podría ser mi
padre. Pensó Cortana, molesta. Sacudió la cabeza, sabiendo que el problema no era la cercanía del Jefe Maestro a los
cincuenta. "No es él, eres increíblemente cachondo y él simplemente está aquí con go. Te estás tomando un descanso,
averiguando cosas, ¿recuerdas?
Y, sin embargo, ella todavía no había descubierto nada. Una gran can dad de trabajo la había desconcertado después de
haber estado de baja médica en los úl mos días, había tanto que hacer y considerar que Cortana literalmente no tenía
empo para pensar en una nueva estrategia para disfrutar de su pequeño experimento tanto como ella quería. . Tenía
que dormir, incluso si necesitaba pas llas para hacerlo.
xxxxx
Abajo en el piso de entrenamiento, John se movió rápidamente a través de un intrincado laberinto de obstáculos de luz
dura, un curso diseñado para emular una ciudad en ruinas. Sostenía un rifle de batalla modificado para disparar pulsos de
electricidad que la IA residente podía recolectar y explicar, sumergirse en un ejercicio de rastreo. Cuando tenía un arma
en la mano, se sen a como él mismo. Y como Cortana había decidido detener su misión secreta, decidió que no le
importaría mucho sobre ella o el tema hasta nuevo aviso. No era su trabajo, de todos modos. Había estado lidiando bien
con la decisión.
Hasta hoy, eso fue.
Estaban separados por varios metros y varias paredes, bien, pero él juraría que podía sen r sus ojos pegados a su espalda
como cuchillos. Su voz en su oído era tranquila y monótona, pero podía sen r un tono de fondo que lo estaba volviendo
loco y dolorosamente que ...

El Jefe Maestro disparó con precisión cinco obje vos en movimiento en el lapso de tres segundos y la iluminación en la
simulación cambió, pasando del anochecer sucio a las lámparas halógenas blancas normales. Todos los edificios
desmenuzados y los vehículos aplastados parpadearon de forma errá ca y borrosa, volviéndose ligeramente azules hasta
que la simulación se desvaneció y se quedó solo en el centro de la enorme sala.
"Y eso es suficiente para las calibraciones. Gracias, Jefe Maestro". Dijo Cortana, su voz sonaba un poco distraída.
"Tomamos un descanso de quince minutos y luego procedemos a probar la respuesta de la función de puntero bajo
tensión, ¿de acuerdo?"
"Sí, señora."
"Ve a tomar un café, come algo. Te lo ganaste".
Tan genéricamente educado.

John asin ó y se quitó la cabeza del proto po de prueba, un modelo no refinado (ahora cerca del diseño final) del casco
MJOLNIR Mark VII y lo puso a un lado, con cuidado de no pisar los cables. El disposi vo estaba conectado a una serie de
máquinas que lo seguían alrededor de un riel colgante, a través del techo. Cuando salió de la arena, Cortana resopló y se
echó sobre la silla, mirando vagamente el techo acolchado y blanco de la aislada cabina de control.
Un momento después, escuchó un solo golpe ligero en la puerta de vidrio espejado.
Ella vio a John a través del video externo, él sostenía una pequeña bandeja con dos tazas de café desechables y algo que
parecía un pastel. Él no pidió entrar, pero vamos. El gesto la sorprendió y la hizo sonrojarse, su corazón saltó de repente.
Cortana reorganizó su postura en la silla y presionó un botón en la consola, la puerta se abrió de inmediato.
Como ella sospechaba, la pasta era para ella junto con una de las tazas de café.
"Gracias, Jefe. Esto es ..." comenzó, mordiéndose la lengua antes de poder decir "esto es muy dulce de tu parte" . No
había nada dulce en este hombre, solo Dios sabía cuántas vidas había tomado solo con sus propias manos. Cómo
peligroso que realmente era. Cortana intentó reprimir una cálida sonrisa y vio que él estaba muy quieto, mirando
fijamente hacia delante: "Como eras, por favor. Estamos tomando un descanso".
Él asin ó y agarró la otra taza desechable, poniéndose cómodo contra la pared detrás de ella. Cortana mordió la pasta.
Fue tan bueno.
"¿Cómo está Frederic?" Preguntó, porque no sabía qué más decir.
"Ya debería estar de servicio". John respondió, rápidamente.
Cortana asin ó, murmurando. Ella sorbió su café. Para un rompehielos, era tan aburrido como ella podía pensar; conocía
perfectamente bien el estado médico de todos los espartanos involucrados en sus pruebas, por lo que la pregunta era
redundante. El Jefe Maestro era un hombre de tan pocas palabras que incluso el intento más tonto de comenzar una
conversación con él tenía grandes posibilidades de fracasar miserablemente. Y como no siguió hablando, Cortana
consideró que este intento fue un fracaso total.
"Bien. Hemos retrasado sus pruebas el empo suficiente, tendré que pasar una semana completa con él para compensar
el empo perdido". Ella suspiró, genuinamente preocupada. "Me alegra que Frederick se esté recuperando, por supuesto,
pero ya sabes a qué me refiero ... con el estado de la guerra, las demoras siempre son una moles a. Además, la variante
MJOLNIR que estoy probando con él requiere una atención especial y él está un buen sujeto de prueba ... "
Un gruñido bajo detrás de ella hizo que Cortana se girara, intrigada.
"¿Qué fue eso, jefe? No te escuché".

"No dije nada, señora".
No, él no lo dijo con palabras, pero cuando Cortana se detuvo por un momento para mirarlo a los ojos, ella vio moles a.
Parecía molesto. Como cien fica, Cortana consideró que ella era buena en la observación y este comportamiento no
pasaba por alto su cabeza: no era la primera vez que notaba la angus a de John cada vez que Frederick-104 estaba en la
misma habitación que ellos o cuando hablaba de ellos. él. Cada registro que tenía sobre el Equipo Azul mostraba que John
y Fred eran excelentes soldados e incluso mejores compañeros de combate, así que ...
Oh, pero esto no era una situación de combate, ¿verdad?

"Jefe maestro, ¿ ene algún po de pelea con Spartan-104, por casualidad?"
John frunció el ceño.

"¿Qué quieres decir?"
"Esto está fuera de los registros, por supuesto. Pero tengo la sensación de que algo no está bien entre ustedes dos.
¿Podría ser que haya tenido un desacuerdo úl mamente, o antes de ser transferido a esta instalación? Necesito saber ,
No quiero que sus problemas personales interfieran con la inves gación que estamos haciendo aquí ".
"Todo esta bien."

Ella enarcó una ceja. "No lo parece."
"¿Qué te hace decir eso?" La voz de John se volvió más fría.
"He notado que te pones tenso cuando él está cerca".

"Señora." John bajó la cabeza, sin romper el contacto visual con ella. "Fred es mi hermano".
"Los hermanos pueden ser muy compe vos". murmuró, pensando en Miranda.
"Somos compe vos cuando importa".

Cortana sin ó una repen na oleada de calor que crecía desde su estómago y hacia arriba. Fue solo un destello ante sus
ojos, pero vio muy claramente que los dos de estos magníficos especímenes la agarraban y la buscaban a entas
indiscriminadamente en un rincón sombrío, tal vez incluso tomando turnos sobre ella. Lo peor de todo es que le gustaba
lo que sen a. El calor en su estómago se convir ó rápidamente en una bola de disgusto y Cortana cerró los ojos,
avergonzada. Hormonas estúpidas. Esta no era ella. ¿Qué mierda real?
"Creo que el descanso ha terminado". Ella terminó diciendo, su voz sonaba estrangulada, pesada. "Ve y prepárate, por
favor".
xxxxx
John respiró profundamente aire fresco cuando la puerta corredera de la cabina se cerró detrás de él. Estaba entrenado
para soportar, sí, pero no estaba preparado para permanecer al lado de esta mujer durante tanto empo, cuando su
aroma experimentado de mujer en celo era tan intenso. Se había vuelto muy bueno al sen r la diferencia, úl mamente.
No tenía la menor idea de cómo se las arregló para mantenerse de pie con la espalda pegada a la pared todo el empo y
no acercarse a ella, enterrar su nariz en su pelo y cuello y ...
No creía que le gustaría su pequeño "experimento" hasta el punto de perder la idea de estar con ella de nuevo, incluso si
lo único que le importaba era su semilla. Este deseo se sen a tan extraño, tan apagado. Ahora estaba pensando como un
animal. ¿Qué diría la Dra. Halsey si supiera que él estaba fantaseando con follar a su hija sin sen do?
Gimiendo, sacudió la cabeza e intentó mirar el lado posi vo: al menos ahora estaba lejos de Cortana. No tenía que pensar
en sus suaves curvas y la cálida y jugosa opresión de su cuerpo. Tan firme y acogedor. Maldición. Ahora lo estaba
haciendo otra vez. El traje exo sonó y el repen no cambio en la temperatura de su cuerpo ac vó la función de
enfriamiento, era como una brisa fresca en toda su piel. Una ducha fría metafórica.
Volvió a ponerse el casco y levantó su arma, al mismo empo que lo rodeaba, un nuevo escenario de luz dura cobró vida.
Parecía el interior de un barco, aunque vacío y oscuro. Solo podía ver un tenue resplandor azulado, luces de emergencia,
y no había otro sonido aparte del bajo ruido de poder y maquinaria; un entorno con el que estaba muy familiarizado. Se
sin ó más cómodo al instante.
"Muy bien, jefe. Comenzaremos ahora con los escenarios de combate de alto estrés. Esta prueba durará como máximo
veinte minutos, no se distraiga y trate de sobrevivir hasta el final. La simulación comenzará en tres ... dos ... "
¿Alto estrés? Esto no parecía estresante en absoluto.

Cambió de opinión cuando escuchó el primer chillido agudo y escalofriante en la distancia.
xxxxx
Los la dos de su corazón se aceleraban y las lecturas de su cerebro eran claramente locas.
Cortana consideró por un momento si tal vez esta simulación no era demasiado extrema: una nave espacial a la deriva
infestada con formas de combate e infección por inundación. Necesitaba sacudir sus temas lo más posible para esta
prueba, y no había nada más aterrador que el parásito, que ella supiera. Ella había visto innumerables imágenes
espantosas y videos de lo que esa monstruosa enfermedad de la colmena podía hacer a formas de vida tanto humanas
como extraterrestres, por lo que se le ocurrió que sería un escenario de prueba perfecto. Y a juzgar por las estadís cas
fuera de la tabla del Jefe Maestro, ella lo logró.
Ella no estaba preocupada por un brote de PTSD, ya que era una regla que los espartanos nacieron del PTSD y que fueron
eliminados por sus efectos. Ella quería empujarlo.
... y tal vez para cas garlo también?
Cinco minutos después de la simulación, era hora de agregar algo más de presión. Trajo el archivo con el guión que
elaboró, pero después de releer las primeras oraciones, sin ó que era aburrido y poco interesante. Carecía de espíritu, de
intención. Era su propio trabajo y no le preocupaba e quetarlo como mediocre, siempre había sido muy crí ca.
¿Una pequeña improvisación, tal vez? Una sonrisa maliciosa subió por sus labios.
Cortana se puso el auricular y abrió un enlace de comunicación seguro para hablar en privado con el Jefe Maestro, luego
de deshabilitar todos los protocolos de grabación para video y audio. No habría rastro de los siguientes eventos en
absoluto. Un escalofrío calentó su sangre.
"Jefe, ¿copia?" preguntó ella, suavemente.

"Sí, señora." su respiración pesada y su voz gruñida la hicieron estremecerse.
Cortana se lamió los labios y comenzó:
"Ya tomé una decisión sobre nuestra misión privada".

"No se ofenda, señora, pero este no es el momento ..." comenzó.
"Oh, lo es. Es la oportunidad perfecta".
Se detuvo por un segundo, para recuperar el aliento.

"¿De Verdad?"
"Por supuesto. Apunta a tus seis."
Se dio la vuelta, rápido como una serpiente, y disparó a tres enemigos imaginarios. A par r de entonces, se movió
rápidamente hacia un área masiva y más formas de combate de Inundación aparecieron en su HUD. Cortana podía ver
todo lo que estaba viendo en monitores duales sobre la consola; uno mostraba el escenario recreado solo y el otro tenía
la pantalla frente a los ojos del Jefe, hasta ahora la aplicación de orientación estaba funcionando perfectamente. Ella hizo
una pequeña nota en su libreta. Comenzó a disparar de nuevo mientras esquivaba cajas y estacionaba vehículos,
usándolos como escudos para los monstruos que la mayoría de las veces saltaban hacia él.
"Estaba conduciendo este experimento bajo las suposiciones erróneas, como te dije antes". Cortana comenzó, hablando
perezosamente. "Vamos a descartar todos los pedidos e indicaciones anteriores, que incluyen el programa. No habrá un
nuevo programa, pero las cosas estarán mejor organizadas, con instrucciones más detalladas para usted; todas las
simulaciones que he ejecutado en el punto de cues ón Debería estar embarazada para la segunda de las seis sesiones
que he considerado, si todas las variables están establecidas. Por supuesto, se recomienda seguir adelante con todas las
sesiones para maximizar la eficiencia ".
Ella miró las pantallas duales con un creciente sen miento de admiración. Todavía estaba en todas partes, y aunque sus
palabras tuvieron un pequeño efecto en su enfoque, su obje vo y conciencia del medio ambiente nunca vacilaron.
"Entonces, ¿qué cambia, de todos modos?" preguntó el Jefe Maestro, tratando de prestar atención a ella y los
monstruosos bultos de biomasa infectada que se dirigían hacia él.
"Bueno, por un lado, los límites de empo variarán. Aún así, nada demasiado sospechoso, así que no te preocupes. Sin
embargo, en lugar de encuentros cronometrados, te contactaré siempre que sea necesario. Decidí no mejorar las
posibilidades con las drogas. , así que he puesto una aplicación en mi teclado que leerá mis signos vitales cada treinta
minutos y me dará una alerta cuando sea el momento adecuado para que lo intentemos ".
"Lo que significa que me convocarás cuando quieras". tradujo.
"Como dije, seré lo menos conspicuo posible".

"No suena conveniente".
Cortana frunció el ceño, confundida.
Para entonces, el Jefe Maestro había barrido toda el área, matando a todas las lecturas de enemigos en su HUD con total
eficacia. Cuando se despejó el lugar, se trasladó a la siguiente bahía, un espacio de carga con varios niveles. La fuente de
la infección, una lectura de biomasa mucho más grande que cualquier otra con la que había luchado hasta ese momento,
se mostraba en su pantalla como una mancha roja que brillaba levemente. Unos pocos niveles bajo cubierta, escondidos
cerca de los motores de la nave imaginaria. Decidió guardarlo para el final, había empo suficiente.
Corrió a través de algunas compuertas como la siguiente área cargada en su vista.
"¿No suena conveniente? ¿Por qué?"
"Tengo deberes". el jefe dijo claramente.

"¿Crees que no lo sé?" Gruñó, exasperada ahora. "Soy dueño de esos deberes".
"Quiero decir que es un gran riesgo para ambos". John entró en el área de carga y se agachó junto a una pila de cajas,
observando cómo una manada de formas de infección deambulaba unos metros por delante de él. Las criaturas no lo
detectaron. "No puedo estar de acuerdo con sus términos bajo estas circunstancias, señora".
¿Estaba él ... estaba rechazándola , o jugando duro para conseguirlo?

No, ella estaba bastante segura de que él la estaba rechazando. Cortana sin ó que le ardían las mejillas.
Ella no sabía cómo responder adecuadamente, esto estaba más allá de la improvisación.
Su voz se volvió fría: "Bueno, entonces; si sientes que es demasiado para ahora, Jefe Maestro, tal vez debería buscar un
nuevo compañero. Estoy seguro de que puedo encontrar a alguien, no eres el único al que yo. Hice una inves gación
sobre ".
Un músculo nervioso se contrajo en el cuello de John ante esas palabras.
"Pregúntale a Fred". Respondió, tan fresco como siempre. "Dijiste que era yo o él".
Una alarma sonó en la consola de Cortana. Su ritmo cardíaco se disparó de nuevo.

El Jefe Maestro salió de su escondite y abrió fuego contra las formas de infección, con un cierto enojo que no estaba allí
antes. Una vez que despejó el piso, saltó a un ascensor y subió todo el camino hasta el nivel más alto de la bodega de
carga simulada.
Su postura general fue un monumento a la agresión.
Y esa vista hizo que Cortana se apretara por dentro, le dolía el cuerpo de nuevo.
"De hecho lo hice, sí". ella comentó, distraída. "Spartan-104 es mi segunda opción".
"Muy bien. Fred es el segundo mejor después de todo, estoy seguro de que actuará en consecuencia ". John gruñó, no sin
intención.
Ella entrecerró los ojos, mientras la realización la golpeaba. 'Oh, John' .

Entonces, hubo una especie de pelea entre él y Frederick. Claramente, ninguno de los dos lo sabía, ya que Spartan-104
nunca estaba tan angus ado cuando estaba cerca del líder de su equipo ... pero ella no había considerado que John
estuviera realmente celoso de su hermano de esa manera. Esto fue celos, de acuerdo. Algo que ella pudiera usar en él.
Aunque debería haber sido una advertencia para ella. Una pequeña y débil voz en el fondo de su mente gritó algo acerca
de ser una perra ingrata , pero ella optó por ignorarlo:
"Spartan-104 fue un gran par do, solo lo decidí por debido a tu historial. ¿Quién no querría tener el hijo de un famoso
héroe de guerra, incluso si nadie lo averiguaría? Ahora veo cuál fue el El mayor error: me dejaron seducir por palabras
dis ntas de hechos concretos ". ella se apoyó en la consola, con una sonrisa feroz en sus labios. Su voz se volvió ronca. "Y
Spartan-104 seguro ene algunos datos muy buenos que explicar. Tengo muchos tes monios de eso".
"Multa." escupió, rápidamente.

"Entonces tu papel en mi experimento termina aquí". Ella dijo, medio enojada, medio curiosa. "Gracias por tu servicio, de
todos modos".
"Espero que sepas lo que estás haciendo".
La ira se disparó dentro de Cortana. Ella golpeó la consola de cristal con el talón de su mano.
Odiaba estar equivocada, pero odiaba que se le señalara más cuando estaba equivocada .
"¡Por supuesto que sí!" gritó ella, ahora furiosa. Molesto, frustrado. Desesperado. Esto estaba tan mal En lugar de
romperlo, la presión estaba a punto de romperla. "Ni siquiera podrías llevarme a un solo orgasmo las tres veces que
estuvimos juntos, ¿qué te hace pensar que te necesito?"
Se quedó inmóvil, solo y poderoso en el corazón de la bahía de carga simulada de la nave.

Luego, se dio la vuelta lentamente, la iridiscente visera naranja del primi vo casco de prueba apuntaba a las enormes
ventanas de la cabina donde estaba protegida. Un millón de pequeñas agujas de frío perforaron la piel de Cortana al ver
una ac tud tan amenazadora, sabía que iba demasiado lejos con esa úl ma pelea, pero ahora ...
John dejó caer el rifle y lentamente se quitó el casco, todavía mirando hacia la cabina. El escenario de luz dura se congeló
y se hizo borroso, disolviéndose al finalizar la simulación; Las dos tomas en frente de Cortana también se congelaron y
luego el ruido blanco llenó las pantallas, con una e queta de advertencia a través.
Él no podía verla, ¿verdad? Las ventanas eran espejos en el exterior.

"Jefe." dijo ella, tensamente.
Pero él no podía oírla ahora. El auricular era parte del casco y el casco estaba rado en el piso, John no estaba a la vista
porque se dirigía hacia la cabaña como un huracán. Él era tan rápido cuando lo quería, se dio cuenta. Rápido y eficaz
como un depredador. Demasiado tarde, Cortana se dio cuenta de que se olvidó de ac var las cerraduras de las puertas
después de que él se fue, antes ...
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El panel exterior estaba iluminado en verde cuando lo golpeó para acceder a la cabina.
De repente él estaba adentro, y ella casi gritó.
"¡Jefe Maestro! ¡Te lo advierto!" ella gruñó, un poco asustada pero en su mayor parte emocionada.
Solo había una forma de entrar o salir, y John la estaba bloqueando.
Cortana dejó de respirar durante unos segundos.
John se apartó de la puerta de espejo caminando lentamente, con sus ojos azules fijos en ella, fijándola a la consola. Ella
estaba de pie, frente a él. Ella no colocó la silla como un escudo entre ellos, por alguna razón.
Se acercó, el único indicio de amenaza estaba en su mirada profundamente molesta.
Hasta que el jefe se detuvo, casi tropezando con ella. Cortana tragó saliva.
"Se lo repe rás a la cara, señora". exigió, su voz severa.

"Oh por favor." ella resopló
Su proximidad no estaba ayudando. Su cálido aliento bastante cerca de su cara, la sombra de su colosal altura cayendo
sobre ella ... no, no estaba ayudando. Se estaba volviendo más caliente y más audaz, más enojada. La pequeña voz en su
cabeza estaba abrumada por otra voz, más fuerte y más hambrienta, que gritaba ENOJADO ENOJADO; sonaba como una
idea maravillosa -el pensamiento envió una descarga de adrenalina por sus venas-, pero este no era el momento de ser
tan estúpido. Esto podría salir terriblemente mal.
O podría ser lo mejor que nunca.
"No mas juegos." John declaró, con su temperamento a una pulgada de distancia de liberarse. "Habla ahora".
"No tengo nada que decir."
Respiró hondo y exhaló lentamente, casi gruñendo.
"Estás min endo."

"No enes idea…"
"Esto era tu el plan ", comenzó el jefe, inclinándose hacia delante para mirarla a los ojos." Arreglaste todo esto porque
querías que te diera un hijo. Yo , específicamente. De repente, devuelves todo y me dejas atascado en modo de espera sin
más órdenes. Ahora me provocas sin mo vo. Dime que hice mal ".
Cortana cerró los ojos con fuerza cuando él comenzó, pero ella los abrió después de que él terminara su breve y
elocuente discurso. Ella nunca lo escuchó decir tantas palabras juntas de una vez. Pobre cosa. Sus ojos se atrevieron a
subir y encontraron los suyos, se miraron el uno al otro por unos segundos de silencio, aislados del mundo.
"No hiciste nada malo". Ella susurró.
"Pensé que habías dicho que lo hice".
Apretó los puños, agarrando el borde de la consola hasta que sus nudillos se pusieron blancos. Ahí estaba, la vergüenza.
Ahora tenía que admi r lo que había estado negando desde el primer encuentro secreto que tuvieron.
"¡Todo es mi culpa!" Cortana suspiró. "¡Te di las instrucciones equivocadas!"
"Elaborar."
Ella gimió por lo bajo, torturada. "No hiciste nada malo. Hiciste lo que te dije que hiciéramos, hicimos un acuerdo tonto al
respecto ... pero tenía la esperanza de que en el momento en que las cosas fueran diferentes. Más intenso. Pensé que
"Con el empo, ambos llegaríamos a disfrutarlo independientemente de la misión y usted se olvidaría de la disciplina, tal
vez incluso sería más audaz e iría más allá de lo establecido".
"Quería, dijiste que no estaba permi do. Lo respeté".
Ella se sorprendió. Él quiso decir, cuando trató de besarla y ella se negó enfá camente.
Ella tenía razones para eso, sí, muy buenas razones. Razones propias.
"Hay muchas otras cosas además de los besos, John".
"Realmente no en endo ..."
"Quiero sexo, ¿estás feliz ahora? Quiero tener un hijo sin una relación, pero también quiero tener un buen sexo. Tengo
necesidades, al igual que todos los demás. Ahora todavía no estoy embarazada y me estoy avergonzando". antes de .
Esto es genial ".
Ella suspiró de nuevo, apartando la mirada esta vez.
Ahora estaba más tranquilo, todo debido a la intoxicante esencia de su miedo flotando en el aire mezclado con el olor de
su indomable lujuria. Lo sin ó, está bien. Y recordó el horario muy claramente: este fue el día más importante de su ciclo,
el día que pudo definir el éxito de su misión. Sus mejillas estaban enrojecidas y sudorosas, no sabía qué hacer con sus
manos, así que decidió mantenerlas pegadas a la consola.
¿Por qué no lo dijo ella? Fue tan simple.
Él no era del todo consciente del significado de "pies fríos", pero no parecía que Cortana se estuviera re rando debido a
un segundo pensamiento tampoco. Se avergonzó de admi r que no sabía cómo pedir lo que quería sin que fuera un gran
problema. Ahora le sonaba más lógico, pero aún así ...
"Y ustedes piensan que los espartanos somos discapacitados sociales". murmuró.
Cortana se mordió el labio inferior, ahora mirándolo de nuevo.

Y descubrió que él estaba mirando sus labios, la forma en que las puntas de sus dientes estaban tocando suavemente la
carne roja, manteniéndola apretada. Parecía que realmente quería intentarlo él mismo. Otra emoción la sacudió,
inconscientemente.
No. No hay besos. Por favor no.
Ella no quería besarlo, porque si lo besaba una vez y le gustaba, entonces querría besarlo un poco más. Y entonces ella
querría que la besara. Más tarde, ella no podría pasar el día sin un beso, o sin su compañía. O sin el sonido de su voz.
Y entonces ella no querría dejarlo ir.
Y ese NO era el plan.
Cortana sin ó que sus ojos se calentaban con lágrimas, pero mantuvo la compostura.
Se rindió después de una deliberación interna muy corta y embarazosa.
Sus manos tocaron con cautela la superficie cálida y rugosa del exo-traje sobre su pecho, y se inclinó para apoyar su
frente en su barbilla. Era fácil porque él había bajado la cabeza lo suficiente como para hablar con ella, por supuesto. La
proximidad provocó todo lo que era primordial y desatendido en ella y, de repente, Cortana se encontró acercándose,
pegando su cuerpo al suyo y frotando su mejilla en su mandíbula como un ga to cariñoso. Ella exhaló profundamente,
aliviada con su aceptación. Cuando sin ó sus manos agarrar su cintura y deslizarse hacia arriba y abajo de su cuerpo, supo
que él ya no estaba enojado.
"Si no estoy en forma, elija otro compañero y terminemos con esto". él dijo.
"No quiero otro compañero". Ella susurró, sus dedos ahora estaban buscando los sellos del exo-traje, quitarlo de él
parecía una gran idea. Soltó dos pes llos y decidió abrirlos todos, esto no podía esperar más. "No quiero a nadie más".
Ella abrió cuatro sellos más antes de que él agarrara sus muñecas, sin las marla.
"Entonces dime que quieres."

Cortana miró sus grandes y ásperas manos, tan cuidadosamente abrazando las de ella. Ella los quería en todas partes.
Literalmente en todas partes. Chico, su estado de ánimo podía oscilar de un modo u otro tan rápido que ya se sen a
mareada.
La próxima vez que lo miró, sus ojos se oscurecieron con la lujuria.
"Bueno, tú mismo lo dijiste una vez: no me elegí un espartano porque quería que me tomaran a la ligera. Así que llévame.
De cualquier forma que quieras, no te detengas. Muéstrame por qué crees que te elegí. "
"¿Está seguro de eso, señora?"
Ella tragó con fuerza otra vez, él soltó sus manos. Ella se enderezó, desafiante.
Y ella pulsó la llave de la cerradura de la puerta con el puño cerrado.

Pareció considerarlo por una fracción de momento ...
Entonces una sonrisa muy leve y diabólica curvó la comisura de su boca.
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Lo siguiente que supo después de cerrar con llave la puerta de la cabina era que no estaba lista para esto, pero lo deseaba
tanto que al final no importaba. La temperatura interior había aumentado bastante rápidamente a pesar de la ven lación,
la fuente de un calor tan intenso era su propio pulso acelerado y su carne hambrienta.
Cortana abrió la mayoría de los cierres frontales de su traje de exo, y John logró los que estaban en la parte posterior.
Liberarlo de esa jaula sofis cada fue como romper una presa, porque en el mero momento en que sin ó la parte superior
del traje colgando de sus caderas, el aire fresco tocando su piel pálida, agarró a la mujer que tenía delante y la sentó. La
superficie lisa de la consola. El disposi vo se desac vó en este contacto desconocido.
"No te detengas" , dijo ella. Palabras tan poderosas.
Ella trató de alcanzar los dos pes llos que le quedaban en la entrepierna, pero él apartó las manos.
"No." dijo, gruñendo bajo.
Cortana se quedó sin aliento, emocionada aunque un poco molesta. Esto fue inesperado.
"Quieres que yo...?" ella empezó.

"No." Dijo de nuevo, categóricamente. "Lo haré."
Ella sabía con certeza a qué se refería cuando agarró la bata de laboratorio y casi se la arrancó de los hombros, con una
mano apoyada en su cintura para mantenerla firme. Luego le raspó la camisa hasta que ella también se quitó, llevándose
la camiseta; sus pechos llenos y doloridos estaban completamente descubiertos a sus ojos ahora. Por supuesto, ella había
descartado el sujetador más temprano en la mañana. John la empujó para acostarse de espaldas sobre la consola,
mientras se abría camino a través de su vientre y entre sus pechos respirando ese delicioso aroma. Cuando llegó a su
cuello, se acomodó entre sus piernas y la mantuvo en su lugar agarrando sus caderas ... luego presionó sus labios debajo
de su oreja, haciendo que su corazón saltara de alegría. Esto fue cuando ella entendió que esta vez sería defini vamente
diferente ...
Cortana gimió por lo bajo, encantada. Tan emocionante

Pero ella todavía tenía sus pantalones puestos. Un pequeño detalle.
Ella se retorció un poco, tratando de alcanzar el dobladillo de sus pantalones y su ropa interior, tratando de jalarlos hacia
abajo sobre sus piernas, pero el Jefe Maestro volvió a tomar sus manos.
Su voz en la oreja hizo que su espina hormigueo: "No tan rápido".

"Pero..."
"No."
"Jefe, vamos ..."

"No."
Ella resopló y frunció el ceño un poco. "Bien, bien. Tú estás a cargo".
John movió sus brazos sobre su cabeza, agarrando ahora ambas muñecas en uno de sus puños significa vamente más
grandes. Su otra mano desapareció de la vista. Cortana se vio obligada a arquear la espalda para seguirla, apoyando sus
pechos directamente debajo de sus ojos calientes. Se sen a como si estuviera deslizándose por la consola, cuando la otra
mano del Jefe reapareció y se deshizo del resto de su ropa y simples zapatos de laboratorio, sin soltarla.
Ahora su piel sudorosa la pegaba a la superficie cristalina. Ella no sabía exactamente cuándo abrió los sellos restantes de
su traje, pero el golpe caliente de su virilidad erecto y listo contra su muslo interno la sobresaltó. Cortana se tomó un
momento para apreciar lo cerca que estaba de ella, cubriéndola con su peso.
Ella no podía dominarlo sicamente, pero él podía obligarla a hacer su voluntad, sin embargo, le gustaba sin siquiera
romper el sudor. Había algo profundamente emocionante acerca de eso, de estar a su entera merced.
Ella confiaba en él lo suficiente como para dejarlo hacer lo que él quisiera, ella lo entendió .
Si ella pudiera estar más mojada, la pequeña cabaña se inundaría. Ella había estado esperando algo como esto todo el
día.
"Úl ma oportunidad para volver." dijo, su pulgar frotando círculos en una de sus caderas.
"Quise decir lo que dije." Cortana jadeó. "Llévame como quieras ..."
Él aceptó eso como una respuesta suficientemente buena y antes de que ella pudiera terminar la oración, la punta de su
polla ya se estaba forzando entre los pliegues de su núcleo. Pero no fue tan gen l como ella esperaba: John la embis ó,
completamente, en un golpe que los hizo gemir a ambos. Estaba a punto de recuperarse de la sensación de escalofrío que
la hizo retroceder para dibujar un arco aún más pronunciado cuando él se re ró, y comenzó a golpearla rápido y fuerte.
El placer estalló en ella brutalmente, tomándola por sorpresa.
Ella no pudo evitar gritar.

Su aliento caliente en sus pechos fue seguido por el abrasador toque de su lengua, y finalmente, su boca que envolvió
primero uno de los pezones y luego el otro, mientras seguía empujando sin piedad. Esa mano libre amasaba la carne
blanda ásperamente. Su cuerpo se retorció tratando de acomodarlo mejor, buscando el ángulo perfecto para disfrutar de
ella y de él. Aunque no se movía, sen a que no podía respirar.
Luchó contra el agarre sólido que el Jefe tenía en sus muñecas, pero fue inú l.
Ese solo sen miento hizo que su corazón la era más rápido e intensificara el placer. Ella podía sen rlo, él estaba
golpeando todos los lugares correctos. Más duro, más rápido, más profundo cada vez. Estaba tan llena y tan caliente, así
era exactamente como quería ser. Cómo quería ser tomada. Su mente se quedó en blanco, la sobredosis de sensaciones
se hizo cargo y ella dejó de preocuparse. Cada nervio de su cuerpo estaba repen namente conectado a su vagina, cada
cen metro de su piel cubierta de piel de gallina y feliz, tan feliz ...
Ella dejó de preocuparse por el protocolo y las reglas y rangos.
No había UNSC dentro de esa pequeña cabaña, solo una mujer normal experimentaba cómo se sen a tener sus cerebros
fuera de sí misma, y le encantó .
Sus gemidos se sincronizaron con sus empujes, y aunque ella ansiaba tocarlo y rascarse la piel, agarrar y morder y lamer y
apretar sus piernas alrededor de su cintura, su ins nto era más sabio y Cortana simplemente giró la cabeza hacia atrás,
exponiéndole la garganta. . John fue lo suficientemente rápido como para apoyarse en ella, haciéndola sen r la dureza de
su propio sico mientras se sumergía profundamente en ella, presionando cada punto sensible de la manera correcta. Él
besó su clavícula, y ella soltó un largo grito de agonía.
"Sí." Ella zumbaba, aplastada por su impresionante peso. "¡Sí Sí!"
Ella gritó cuando el Jefe le soltó las muñecas y agarró un puñado de su cabello.
El toque ardiente de sus labios estaba ahora en su garganta.

"¡Oh Dios!" gimió ella, casi sin aliento. No podía soportarlo más, tenía que correrse ahora o perder su mente para
siempre. "Por favor, jefe, solo ... no me deje así de nuevo, soy suya para hacer lo que le plazca. Lo necesito tanto ..."
Su voz se quebró en otra cascada de gemidos estrangulados cuando él se estrelló más contra ella, su figura siniestra se
cernía sobre ella como un demonio lujurioso. Esas palabras parecían marcar una diferencia para él.
"¿Mío para hacer lo que quiera?" John dijo, con frialdad.

Deseaba poder haber discu do con eso, pero era demasiado tarde para quejarse, de todos modos. El deseo de gritar y
dejar que el mundo escuchara sobre su placer creció.
"¡Por favor! ¡Soy ...!"
'¡Voy a correrme!' pensó, pero las palabras no llegaron a su boca.

La sensación estaba rodando desde las capas más profundas de su carne hacia la superficie, la tensión se acumulaba en
su vientre y temblaban, los músculos sudorosos. Comenzó con su núcleo, el puño de terciopelo de su interior se apretó
más que nunca alrededor de su polla. Fue doloroso y emocionante, sus caderas se movieron mientras explotaba, soltando
otro grito largo y fuerte. Una ola de calor la inundó, sus piernas comenzaron a temblar fuera de control; ella enterró sus
dedos en sus hombros, sus cortas uñas esculpiendo rastros rasgados a través de su piel.
Tal vez ella gritó su nombre, tal vez no lo hizo. No podía decir, ni siquiera podía respirar adecuadamente, estaba
abrumada.
Pero ella gritaba mucho, eso estaba claro.

No podía decir cuánto empo duró, solo se dio cuenta de lo que estaba sucediendo una vez que el calor retrocedió y cesó
la pulsante sensación dentro de sus entrañas. Todo lo que podía oír era el la do de su corazón en sus sienes. Cortana se
encontró sostenida entre dos poderosos brazos que descansaban sobre la consola, con la espalda arqueada con gracia
sobre tales brazos y su cabeza echada hacia atrás, sus ojos mirando hacia ninguna parte. Las piernas abiertas y
perezosamente colgando de sus caderas, sus propios brazos echados hacia atrás, sus dedos tocando la superficie fría y
espejada de las paredes de la cabina. Y él todavía estaba allí, encima de ella, esos ojos azules acerados ahora mirándola
con un toque de humor.
Pero ella no se sin ó avergonzada esta vez.
Entonces se dio cuenta de que no se había acabado a sí mismo. ¿Por qué?

¿A quién le importaba, de todos modos? El brillo posterior fue tan agradable que casi había olvidado cómo fueron las
consecuencias de una gran sesión de sexo, pero esto podría establecer un nuevo estándar en su sistema de medición, sin
duda. Ella logró dibujar una sonrisa mareada.
"Oh si." Ella ronroneó, riendo suavemente. "Eso fue tan bueno . Eso fue ..."
"Eso fue sólo un calentamiento, señora".

"¿Qué?"
El Jefe Maestro la dejó en la consola, un poco sin gracia. Cortana golpeó la parte de atrás de su cabeza contra el vidrio y
chilló cuando él salió de ella, bruscamente; fue demasiado rápido y demasiado repen no, su cuerpo todavía estaba muy
apretado por dentro y se sen a mal. Le dolió y, además, la hizo gotear de una manera no deseada. Ella frunció el ceño,
molesta.
"¿Qué estás haciendo?" Preguntó Cortana, confundida.

Él no respondió.
Él simplemente la agarró por las caderas y la lanzó sobre la superficie cristalina. Sus senos y mejillas presionaron el cristal,
su espalda se dobló hacia arriba en un arco elegante que la expuso a él. John trajo su silla y la llevó a arrodillarse en ella,
mejorando la altura de su trasero en el aire. Cortana pretendía protestar, un poco asustada, pero entonces ella entendió.
"Oh Dios." murmuró ella, tragando con fuerza. "Espera ... ¡Jefe, espera! ¡Yo solo ...!"
"Lo sé."
"¿Qué estás haciendo?" Ella rugió la pregunta esta vez.
"Voy a hacer lo que quiera, tal como dijiste".

Cortana se dio cuenta del tamaño del error que había come do.
Ninguno de sus estudios de comportamiento sugirió que el Jefe Maestro podría tener una racha de dominación como
esta. Era un hombre peligroso, cierto, pero en el fondo ella sabía que todos los perros eran tan peligrosos como estaban
entrenados para ser. Ella lo había elegido porque era un buen soldado, porque estaba dispuesto a seguir las órdenes, lo
que significaba que estaba a salvo . Ella confiaba en eso, confiaba en él, pero nunca imaginó que ...
Su corazón ahora estaba corriendo por puro miedo.

Ella se apoyó en los codos y lo miró, enojada.
"Oh, ya sé lo que es esto. ¿Tomar un poco de venganza respecto a la autoridad, ahora? ¿Siempre quise mostrarle a una
OC lo que es ser la perra?" Ella gruñó, sus ojos ardían. "¿O es porque soy una mujer? Haré que lo sepas, Jefe Maestro, me
someto a un oponente digno, no a ningún imbécil que piense que porque ene una polla es mejor que yo".
"No creo que sea mejor que usted, señora".

Su voz era tan tranquila que la ira y el miedo de Cortana flaquearon y desaparecieron.
Las manos de John descansaban a ambos lados de sus caderas, manteniéndola inmóvil.
Renunció a todo por la deliciosa sensación de su virilidad mientras regresaba dentro de ella, toda la tensión escapó de su
cuerpo y se convir ó en una masa suave de músculos que ansiaban más. Un suave gemido la acompañó mientras se
dejaba caer sobre la consola de nuevo, manteniendo sus caderas arriba lo más posible para disfrutar al máximo de lo que
iba a venir. Él gimió un poco cuando su carne se conectaba entre sí, completamente enterrada en sus profundidades
acogedoras.
Mucho mejor. La Jefa presionó sus muslos para que se cerraran, sin endo el espacio apretado alrededor de él, e
instantáneamente comenzó a establecer un ritmo creciente de empujes y fuertes movimientos contra las curvas
completas de su parte posterior. Estaba goteando otra vez, tan mojada y lista. Sin importar cuánto lo intentara, Cortana
pronto estaba jadeando otra vez, esta vez sus propias manos acariciando sus senos, su propio vientre, sus manos se
aferraron a su cintura y sus poderosos muslos.
Cada gemido era un suave suspiro de placer creciente, se sen a tan bien.
Ella podría quedarse todo el día con él así, si solo ...
Ojalá no fueran las personas que eran .
Ella se mordió el labio inferior, evitando un grito. No hay empo para tales pensamientos, las cosas se pusieron serias una
vez más. Él la estaba golpeando ahora, duro y rápido y rápidamente se salió de control como la úl ma vez. Estaba
rebotando hacia adelante con tanta fuerza que si no fuera por sus manos, probablemente se estrellaría contra la pared.
No era suficiente para él hacer que se agachara así, quería todo. Bien, ella estaba dispuesta a entregarse a él y también a
tomar todo lo que él tenía, esta vez ella lo haría correrse tan fuerte que lo dejaría temblando.
Otra sonrisa feroz se apoderó de sus labios.
Cortana se levantó un poco, con las palmas de las manos apoyadas en la consola, y rechinó mientras se empujaba. El Jefe
Maestro gimió de aprobación.
Luego miró hacia atrás por encima del hombro, sus ojos lujuriosos encontraron el suyo.
El pobre relámpago dentro de la cabina realmente hizo que sus ojos salvajes parecieran los de un demonio.
"Vamos, jefe. Te necesito". Susurró ella, entre respiraciones acaloradas.
Él la empujó tan fuerte que ella gritó y se rió al mismo empo, emocionada. Fue tan emocionante probarlo, burlarse de
los límites de su control. "¿Y si realmente se saliera de control?" Ella se preguntó. '¿Me haría daño?' Ella no quería
saber eso todavía, no hasta que estuviera segura de que podía manejarlo en tal estado. Tal vez él no tendría suficiente
con una cogida áspera para liberar la tensión, y ella no quería pensar en cosas peores en este momento, no cuando su
polla se deslizaba tan deliciosamente dentro y fuera de ella tan rápido y tan fuerte que sabía. Sería imposible para ella no
volver a correrse. Sus ojos se volvieron hacia atrás y literalmente se derri ó en sus manos cuando sus propios dedos se
posaron entre sus piernas y acariciaron el palpitante nudo de su clítoris.
Sus entrañas se apretaron en an cipación. Tan cerca, otra vez.
John gimió y se inclinó sobre ella, cubriendo su cuerpo frágil con su cuerpo, empujándola hacia abajo. Cortana se apoyó
en un codo mientras lo hacía, y agarró su muñeca para sujetarse y acompañar sus movimientos.
Sus respiraciones controladas pero contundentes en su oído eran probablemente la cosa más eró ca que jamás había
experimentado; Para no disminuir otras cosas sobre él, por supuesto.
"Hoy estás en la cima de tu fer lidad". Dijo, como si no fuera nada.
"¿Cómo lo sabes?." ella respondió rápidamente, su corazón la a dentro de su pecho tan rápido.
"Puedo olerlo en . Me ha estado volviendo loco todo el día".

Ella casi se ahoga. "¿Oh enserio?"
Cortana volvió la cabeza ligeramente, sus labios estaban tan cerca esta vez. Tan cerca .
"Usted no sabe las cosas que me hace, señora".
Eso era demasiado para ella. El siguiente escalofrío de placer envió a Cortana al límite y su mundo se sacudió de nuevo,
apretándolo tan fuerte y tan repen namente que el Jefe no pudo soportarlo más y dejarse llevar por ella. Él se hinchó y
estalló con ella, seducido por el calor apretado de su cuerpo. Él vació toda su semilla directamente a su matriz mientras
ella se retorcía y empujaba contra él, deseando poder ir aún más profundo. Su brazo libre rodeó su cintura para
sostenerla en un agarre posesivo hasta que ella dejó de luchar y se relajó.
Cortana no podía moverse. Todo lo que intentaba solo hacía que su carne sensible subiera de nuevo, enviando otra ola de
felicidad a su columna vertebral, por lo que decidió quedarse allí por un empo. Al menos, hasta que ella pudiera respirar
normalmente de nuevo, eso es.
Se sen a tan cálida, tan sudorosa, tan pesada y tan llena.

Tan lleno , tanto de él como de la felicidad. Esto fue puro éxtasis, esto fue ...
¡Esto estaba tan mal!
La realidad se estrelló contra ella increíblemente rápido, casi rándola por los pies. Recordó a John diciendo algo sobre el
riesgo, y esto era demasiado cerca. Mantener la puerta de la cabina de control cerrada durante tanto empo sin ninguna
ac vidad en el piso de entrenamiento fue más que sospechoso, fue ...
"Tenemos que salir de aquí." Ella jadeó, nosotros hablamos débil y superficialmente.
Él apoyó sus palabras con un gruñido, pero no hizo nada.
"Jefe, en serio, no podemos quedar atrapados aquí ..." ella miró a través de la consola de cristal hacia el piso, al espacio
entre la silla y sus pies, los segmentos sueltos de su traje descartado . Había un pequeño pero creciente charco de fluidos,
tanto de ella como de él. "Tenemos que limpiar la casa y salir, antes de que alguien nos eche de menos".
Una vez más, él no respondió. Ella se estremeció de alegría cuando sus ásperas manos recorrieron su vientre para cubrir
sus pechos, distraídamente. ¿Estaba él escuchando?
"Lo haré." El jefe decidió. "Te vistes y te vas".
Salió de ella lentamente esta vez, más cuidadoso. Se mordió los labios para aguantar y luego sonrió de nuevo, suspirando.
Entonces, la mujer luchó por darse la vuelta, pero él la ayudó a recostarse boca arriba, con las piernas cruzadas. John se
cernía sobre ella con el brazo extendido, con las manos apoyadas en cada lado de su cintura. Ella extendió sus piernas una
vez más y lo mantuvo un poco más cerca, mucho más cómodo con su presencia que nunca antes.
La mirada en sus ojos era algo suave, relajada. Este hombre se veía años más joven y de mejor humor, realmente cómodo
y sa sfecho. Cortana sonrió un poco y acarició sus antebrazos, distraída también.
"Encuéntrame en mi habitación esta noche, John. Podemos seguir ... discu endo los términos de nuestro acuerdo, si
quieres".
"¿Qué pasa con el protocolo?"

Ella resopló y sonrió.
"Trata de no quedar atrapado, entonces. No he terminado con go todavía".
CONTINUARÁ
Xx oh mi, esto fue demasiado. Demasiado maldito Fui totalmente por la borda, espero que hayan disfrutado tanto como lo
hicieron ellos, porque este capítulo tardó una eternidad en completarse y estoy realmente agotado. Para ser honesto, me
diver mucho escribiendo esta parte, y hay más por venir, también algunos dramas y momentos sensuales. Cortana quiere
a su bebé más que nunca, ¡y ha desatado a una bes a insaciable! Bwahahaha Reunirse y ver la próxima vez, todavía hay
algunas sorpresas más para mostrarles a todos. Pero lo más importante, deja tus pensamientos sobre el episodio de hoy,
creo que me gané algunas opiniones, ¿verdad?
Por otra parte, no se comprueba si hay errores o gramá ca. Estoy feliz de haberlo terminado.
Hola hola ¡Bien bien bien! Parece que el capítulo anterior dejó algunos corazones colgando, ¿eh? Bueno, ya sabes lo que
dicen: ¡si no enes al menos 18 años, GTFO de esta historia! Lo digo en serio. Hoy tenemos otro episodio de * wink wink *
muy cargado, así que, ¡disfruten y dejen saber lo que piensan! A la historia no le quedan más de 4-5 capítulos, así que
quédate conmigo hasta el final ... porque podría sorprenderte. Por favor, deje una palabra antes de que se vaya, mis
amores;)
PARTE V
Cortana miró su pálido rostro en el espejo y suspiró.
Nerviosa, trató de alisar su cabello desordenado (con poco provecho) e ignorar el hecho de que había estado desnuda
durante más de seis horas, tratando de dormir y fallando miserablemente, solo para terminar llamando a su habitación
una vez más.
Así, desafiando todo sen do común y cautela.

No mencionó lo imprudente e inconveniente que era esto, ya sabían el riesgo.
La segunda vez que el Jefe Maestro golpeó el panel para cerrar la puerta detrás de sí mismo, ella lo atacó como a un
animal. Sin palabras y feroz, casi fuera de control. Él no tardó en responder y trató de sa sfacer sus necesidades agresivas
dándole exactamente lo que ella quería, tal como ella lo quería.
Y fue tan bueno. Tan jodidamente bueno .

Cortana se apartó de las profundidades de ese caluroso sueño y le abofeteó un poco las mejillas, no avergonzada, sino
simplemente aturdida. ¿Cómo diablos bajó de ser una cien fica de empo completo, absolutamente a empo completo,
a una simple hembra humana sin espacio en su cerebro para otra cosa que pasar el día de rodillas, follar una y otra vez?
¿otra vez? No importa cuántas veces haya pensado que era ridículo, no cambió nada. A ella le gustó esto. Ella lo quería
mal, quería estar llena de él y quería sen r su fuerza abrumadora sobre ella misma.
Y obedeció, con esa desconcertante, pequeña y casi molesta sonrisa en sus labios.
Tuvo la tentación de reportarse enferma por el día y volver a la cama con él. Muy tentado de hecho. Cama, escritorio,
piso, fregadero, silla, pared, donde él quisiera. Cortana no tenía miedo de admi r que ella le habría dejado llevarla a
donde quisiera, en cualquier forma que él considerara conveniente. Una emoción corrió por sus venas y ella suspiró
profundamente, regalando la imagen del espejo de su cara cansada, aunque encantada, con una sonrisa lujuriosa.
"Piso es". ella murmuró, y se rió entre dientes.
xxxxx
Después de otras dos rondas muy exitosas, ella consideró que tenía suficiente. Se sen a cálida y pegajosa,
completamente llena. Su mente estaba un poco confusa. Su cuerpo estaba flácido e incluso tratando de levantar sus
brazos o mover sus manos para trazar cicatrices en su piel parecía una tarea pesada e imposible.
El problema era que estaba duro otra vez. Corrección: había estado duro por un empo, incluso después de que le dio
dos buenas cargas para sa sfacer sus necesidades. Cortana se sin ó un poco avergonzada de pensar que nunca se le
ocurrió que follarla una vez tal vez no fuera suficiente para él, ya que estaba tan concentrada en sus propios deseos.
Pero, de nuevo, ¿por qué debería importarle lo que el Jefe Maestro quería?
Porque se sen a como un terrible desperdicio despedirlo con algo tan duro.
Como no estaban corriendo en el reloj ahora, John no le preguntó si ella quería que se fuera (después de todo, eran sus
cuartos), pero parecía que necesitaba algún comentario o una palabra de ella para estar completamente tranquilo. .
Cortana realmente no sabía qué decir; en el calor del momento, descubrió que su boca era capaz de decir palabras
bastante impactantes, pero ahora, en el silencioso resplandor de otra sesión increíble, prefería no decir nada. La charla de
almohadas requería otro nivel de in midad, uno que no compar an. El silencio de su respiración era algo incómodo, más
aún si recordaba que no tenían nada en común más que sus ambiciones. Deshacer el protocolo profesional podría o no
haber sido un error. Fue di cil decidir.
Aun así, no pudo evitar mirar esa exigente erección que yacía tan cerca de sus dedos.
Bueno, había al menos una cosa que ella pensaba que podía hacer por él.
"¿Que hora es?" Preguntó Cortana, perezosamente.
"Oh, cuatro y quince". Él respondió, de inmediato.

Sus cejas se alzaron sorprendidas. Lo han estado haciendo durante más de una hora y, sin embargo, se sen a mucho
menos.
"Todavía es temprano." Ella decidió, envolviendo sus cálidos dedos cuidadosamente alrededor de su eje.
"Señora..."
De repente se puso rígido y su voz tenía un tono familiar de advertencia, Cortana entendió por qué. Parece que no le
gustaba que ella lo agarrara así, por alguna razón. Tal vez él no sabía que también podría ser diver do, ella sospechaba
que era una posibilidad dado su historial. Una sonrisa diabólica se deslizó por sus labios y ella levantó la vista, para
encontrar sus afilados ojos casi brillando en la habitación con poca luz.
"Relájate. No te haré daño". Ella resopló, diver da. "Como si pudiera las marte sicamente, eso es. Acuéstate de
espaldas por mí, Jefe". John dudó, por lo que ella insis ó: "Con a en mí, va a ser diver do".
"¿Qué vas a hacer?"

Esta vez sus cejas se alzaron con sarcás ca incredulidad.
"¿Cómo se ve? Ya he terminado la noche, pero obviamente no. Vamos a trabajar en eso y te ayudaremos a descansar ...
¿qué dices?"
El Jefe Maestro no dijo nada, de hecho. Él solo la miró fijamente, como si no entendiera a dónde iba. Vamos, se debe
haber masturbado en otro momento, ¿verdad? Seguro que sabía cómo darle una buena cogida (era bueno en eso,
muchas gracias, tenía un gran ins nto en ese departamento), por lo que sus intenciones no deberían ser tan oscuras para
él. Ningún individuo masculino de ninguna especie adoró la idea de dejar sus genitales en una posición tan vulnerable,
pero el ser humano era diferente. Cortana no pudo evitar pensar en él como un animal acorralado, no se siente cómoda
con ella manejándolo de esa manera ...
Cuanto más pasaban en silencio, mirándose el uno al otro, más incómodo se volvía.
"Por lo que parece, diría que nadie te hizo una paja". ella murmuro
"No." dijo, simplemente.

"Nunca, de verdad?" Cortana se sorprendió de nuevo, pero no debería haberlo hecho.
Ella colocó la mano libre sobre su pecho y empujó, para hacerlo men r sobre su espalda.
John se rindió y se acomodó. "Parece inú l".

"Por supuesto, porque ¿por qué alguien querría tener sexo por diversión, verdad?" ella rió, finalmente aflojándose; Tal
vez ella pudiera mostrarle lo que se estaba perdiendo. Cortana cambió su peso hasta que estuvo acostada boca abajo,
entre sus piernas, sus pies juguetonamente en el aire y los antebrazos descansando sobre sus poderosos muslos. Su mano
nunca dejó de agarrar su polla. "Para el registro, se supone que el sexo es diver do para todos los involucrados, así que
realmente me gustaría saber si enes ideas diver das por tu cuenta".
El Jefe Maestro gruñó algo que sonaba como 'diversión' en voz baja, y trató de relajarse, con los ojos mirando el techo
oscuro. Cortana notó la tensión que corría bajo su piel, tensando cada músculo de su cuerpo, y sin ó una repen na
euforia. Ella encontró esta posición temporal de control tan excitante como la perspec va de ser controlada y tomada por
él, tan emocionante como cada vez que se dejaba llevar y solo era un juguete débil en sus manos. Saber que podía
esperar gobernar sobre él, incluso si era por un breve momento, hacía que su interior se estremeciera y su corazón se
acelerara.
Ella usó su mano libre para frotar suavemente el lado derecho de su pecho y abdomen, hasta la cadera y la parte superior
del muslo, y luego nuevamente hacia arriba, varias veces. Después de unos dulces y relajantes movimientos, comenzó a
mover la otra mano, frotando lentamente la suave longitud de su virilidad.
"Relájate y solo trata de disfrutar. Déjame hacer el trabajo". Susurró, su voz suave como la seda en la habitación oscura.
Un suspiro profundo y profundo fue todo lo que implicó la aceptación que dio.
Tal vez si ella seguía hablando ...

"¿Saben, cuando dicen que las mujeres son complicadas? Necesitamos algo más que una paliza sin sen do para estar
sa sfechos o sen rnos bien durante el sexo, eso es cierto. Los hombres son más simples cuando se trata de eso; solo hace
falta que una mujer dé lo suficiente. atención a tus penes y puedes llamarlo una noche. Quiero decir, el po correcto de
atención ". dijo, una sonrisa engreída se curvó en sus labios mientras sus atenciones se hicieron más audaces. "La verdad
es que ni siquiera es todo el pene . Solo debes concentrarte en ciertas áreas en el momento adecuado".
Dejó que su mano errante descansara justo sobre su cadera y desvió su atención en la mitad superior de su polla,
apretando y torciendo su puño un poco más rápido ahora. John exhaló todo el aire retenido en sus pulmones con un
gruñido estrangulado, lo que significaba que ella lo estaba haciendo bien. Nunca bajó de la mitad inferior, aunque en
ocasiones el pulgar le hacía cosquillas y se frotaba la cabeza sin engullirla nunca con la mano apretada. Ella siguió
haciendo eso por unos minutos más, prestando atención al ritmo creciente de su respiración.
"Un poco a la vez". dijo ella, sonriendo. "Hasta que sepas que es hora de ir más profundo".
Cortana con nuó apretando y frotando arriba y abajo, más rápido ahora, y acercó sus labios a la cabeza ya brillante de su
polla. Ella no lo tocó, solo dejó que su cálido aliento creara la ilusión. Evidentemente, John intentó contener un gemido
muy impropio de él, pero fracasó estrepitosamente, el impotente sonido de su voz hizo que el hormigueo entre sus
piernas se volviera más hambriento. Su propio corazón comenzó a la r con más fuerza dentro de su pecho, animándola a
ir más allá de lo que originalmente había querido.
Era tan malditamente excitante verlo así, todos tensos y agarrando los bordes del delgado colchón con esas manos
grandes y trituradoras de huesos. John estaba tratando de no moverse, pero parecía que no podía soportarlo más.
"Se trata de quién está a cargo". su voz era ronca ahora. "Los hombres quieren creer que se han ganado algo cuando las
mujeres quieren probar sus pollas, pero es todo el camino. Ahora eres la presa. Sin defensas, a la deriva a su merced".
Mientras seguía retorciendo el puño, ahora más apretado, Cortana se rindió y apretó la lengua contra la cabeza hinchada,
saboreando la precuela de almizcle hasta el gran final. La cabeza de John se alzó y la apuñaló con una mirada torturada,
quizás confundida. Ella hizo contacto visual de inmediato y se atrevió a darle una lamida lenta y aún más torturadora,
desafiante. Una, dos, tres vueltas.
Sus caderas se abrocharon por simple ins nto, ni siquiera era su intención.
"Señora ..." comenzó, sabiendo que de todos modos era inú l.

"Ahora es el momento". ella gimió, sin endo que los fluidos corporales, tanto los suyos como los suyos, goteaban la dulce
grieta entre los labios de su coño, sobre las sábanas. En lugar de prestar atención a la dolorosa necesidad al mismo
empo que le complacía, Cortana decidió usar ambas manos sobre él. "Esto es cuando te termino."
Condujo el miembro tenso dentro de su boca y lo recibió en el calor más suave, presionando y sacudiendo su lengua
directamente debajo del borde rugoso de la cabeza. El Jefe Maestro no podía creer lo que veía, mientras miraba cómo sus
labios se cerraban a su alrededor y sen a la presión enloquecedora de sus manos y su lengua, cómo chupaba su carne y
...
Y cómo mantuvo su mirada excitada, de color azul brillante fija en su rostro.

Escuchó a Fred hablar de algo llamado 'ojos de mierda', pero esto ...
Esto era más como un look de 'maneja tu vida sin esfuerzo'. Y de hecho se sen a como si se estuviera volviendo loco;
perder el control fue una sensación tan abrumadora que borró todos sus sen dos hasta que se volvió algo doloroso de
soportar. Una caída libre, si tuviera que encontrar otra sensación emocionante con la que comparara este sen miento. Sí.
Sí, eso fue todo. Que cae. El nudo se apretó profundamente dentro de su estómago, el repen no manan al de agujas
calientes que pellizcaban su columna vertebral, la desesperada necesidad de agarrarla por el pelo y empujar su polla
cruda por su garganta, como ...
"Creo que estoy ..." comenzó y se quedó dormido.
En el mero momento en que la punta de su lengua acarició aproximadamente la parte superior de su virilidad, ese
pequeño orificio desde el cual la semilla debía fluir libremente, simplemente la perdió .
Cortana estaba prestando atención. Ella ya estaba familiarizada con los gestos y el lenguaje corporal que él u lizaba cada
vez que venía, y ella lo an cipó con gran sa sfacción. Era hora. Tan pronto como ella notó su intención de golpear sus
caderas hacia arriba, ella empujó su polla un poco más dentro de su boca y presionó su lengua debajo de la cabeza, luego
reubicó sus manos para acariciar con fuerza y más o menos la mitad inferior de su polla. Ella lo hizo sen r como si se
estuviera enterrando profundamente dentro de ella y la ilusión parecía ser completa, porque su espalda se arqueó hacia
arriba y casi de inmediato pudo saborear su semen.
La hizo estremecerse por dentro, verlo morir un poco así le daba tanto orgullo .
Uno, dos, tres ... contó unos siete chorros potentes, su boca se llenó rápidamente ya que no podía creer lo mucho que le
quedaba, incluso después de dos relaciones anteriores. Llegó en silencio, pero no pudo evitar la violencia inconsciente de
toda la liberación, que ella controló acariciando con fuerza varias veces más hasta que el oleaje retrocedió y él se relajó.
Cuando John se dejó caer de nuevo en la cama, ella lo sacó de su boca con gran cuidado, admirando su trabajo: la carne
ya se estaba volviendo suave en su agarre. Bueno muy bueno. Ya que no quería ensuciar las sábanas, bueno, no las
ensucie más de lo que ya estaban, para ser sincera, Cortana se es ró para agarrar la toalla húmeda que había estado
usando para limpiarse, y escupió. eso.
Fue mucho, desde luego. Casi inhumanamente abundante.
'Un desperdicio.' pensó, de repente molesta. 'Debería haber estado dentro de mí, no descartado de esta manera'.
Ella suspiró y se sentó apoyando su trasero desnudo sobre sus talones, a su lado. John no se movía.
Se tomó un momento para observar la magnífica vista de su cuerpo macizo, endurecido por la batalla, brillante con una
fina capa de sudor, su aliento disminuyendo constantemente y la mirada en blanco y casi perdida de sus ojos. Intentó no
resoplar, pero en realidad fue un poco gracioso. Ella nunca lo había visto así antes.
Ahora estaba segura de que John se sen a tan flojo y pesado como lo hacía hace un rato.
No sin cierto esfuerzo, el Jefe Maestro giró la cabeza y la miró. No le iba a decir nada de su mente porque claramente no
estaba en él para hacer comentarios por su propia inicia va, Cortana ya lo sabía. Pero parecía que quería decir algo ...
"De nada." Ella dijo, con una cálida sonrisa.
Sin respuesta. Después de un breve momento, ella notó que él estaba mirando sus labios.
Sí, defini vamente estaba mirando sus labios, el anhelo en sus ojos no era fácil de ocultar.
Cortana sin ó que su corazón palpitaba con fuerza cuando una repen na descarga de adrenalina la inundó, sus mejillas
se sonrojaron pero las luces débiles lo ocultaron. No no no. Nop . Suficiente cruce de líneas para esta noche, no había
necesidad de romper más reglas, y ciertamente no había necesidad de romper esa regla en par cular.
Se dejó caer en la cama junto a él, apoyando la cabeza en su brazo, y miró el techo. El Jefe Maestro no intentó tocarla esta
vez y él ciertamente no se movió, simplemente min eron uno al lado del otro respirando el mismo aire y pensando sus
propios pensamientos por un empo. El corazón de Cortana estaba lo suficientemente tranquilo para que ella le
preguntara:
"¿Te diver ste?"
"Fue ... interesante". John respondió, después de una breve vacilación.
"Bueno." Ella no pudo contener su orgullo, una vez más. "Muy bien."
"Me pregunto..."
"¿Sí?" Cortana giró la cabeza para mirar su rostro, interesada.
Dudó de nuevo, buscando las palabras adecuadas. Podía ver la lucha interior por toda su cara, el resplandor se había
desvanecido bastante rápido para él. Eso fue interesante. Ella hizo una nota mental para hacer una pequeña inves gación
sobre el asunto, más tarde.
"¿Cuánto empo podremos mantener esto antes de que alguien se dé cuenta?"

Sabía un poco de decepción en el fondo de su garganta y tragó saliva.
Por supuesto. Ella debería haber pensado en eso ella misma.

"Déjamelo a mí." Cortana dijo, confiada. "Es mi idea, y te prome que tu carrera no se vería perjudicada, ¿verdad? Se
supone que debo cuidarte . Y lo haré. Ahora creo que es hora de que vuelvas".
xxxxx
UNA SEMANA DESPUÉS

Las puertas dobles se par eron a la mitad y se abrieron de lado con un siseo bajo ante los ojos del Jefe, y allí estaba esa
mujer .
Ella tenía esta capacidad única de sobresalir sin esfuerzo, o tal vez fue su culpa ser tan recep vo a su presencia. Cortana
tenía su cara oculta detrás de una tableta, leyendo, y una taza de café en la otra mano. Ella no se fijó en él, pero el resto
del personal civil que compar a el tranvía con ella miraba a los cuatro espartanos ves dos con trajes exo con el mismo
asombro que siempre. El Jefe Maestro asin ó, ellos sonrieron e hicieron espacio.
John sabía que si él y el resto del Equipo Azul entraban allí, el tranvía automá co de una sola cabina estaría atestado (y
peligrosamente sobrepeso) ... pero verla era más convincente que el sen do común. Decidió no esperar el próximo viaje.
Fred, Linda y Kelly los siguieron, sin hacer preguntas. Haciendo malabares con el poco espacio que le quedaba, Fred se
movió entre la gente hacia la parte de atrás y encontró un lugar al lado de Cortana, que estaba sentada en el banco
acolchado; Linda y Kelly se volvieron de espaldas a las paredes opuestas, perfectamente inmóviles. John se quedó frente
a la mul tud, sus ojos afilados miraban directamente a Fred a través de la superficie espejada de las puertas de la cabina.
Su boca se tensó en un gesto involuntario de desaprobación.
Fue un viaje de siete minutos, él podría tomarlo. Su estómago gruñó en protesta.

El tranvía hizo una parada rápida para intercambiar algunos pasajeros, cinco minutos más hasta el des no final. Ahora
había más espacio, pero Fred no abandonó su posición. Después de otros treinta segundos, John no pudo soportarlo más
y se movió hacia la parte trasera también y se paró en el lado izquierdo de Cortana, dándole a Fred una mirada
amenazadora.
El teniente comenzó a fruncir el ceño, cuando ...
"Oh, Jefe Maestro". Cortana dijo alegremente. "No te vi allí. Buenos días".
"Buenos días señora." El Jefe respondió, tan rápido y respetuoso como siempre.
La mujer miró a todos los demás y los saludó también, pero por alguna razón, Fred no se atrevió a responder de otra
manera que no fuera una leve sonrisa y un rápido asen miento. Esto complació inmensamente a John, y respiró hondo
mientras cruzaba los brazos, con los pies abiertos para resis r el ligero balanceo de la cabina en movimiento. El olor de la
mujer en sus orificios nasales y la visión del hombre menor comprendiendo su lugar le causaron una gran sa sfacción a
John, casi lo que sen a cada vez que se lograba una misión desafiante.
Por supuesto, hubo una pizca de culpa. No se suponía que él sin era lo mismo por Fred, eran hermanos de combate,
criados para estar uno para el otro sin importar qué, para ser leales y dejar de lado todas las diferencias por el bien del
UNSC. Pero no era solo Fred . El hecho de que no pudiera soportar la idea de que Cortana compar era su empo con
cualquier otro hombre, Spartan o no, se estaba convir endo en una verdadera moles a.
Esa mujer realmente no tenía idea del efecto que tenía sobre él, pensó John.
"¿Salir hoy?" Preguntó Cortana, todavía sonriendo. Ella sorbió su café.
"Recon en las afueras del complejo". Dijo, manteniéndolo profesional.

"El objeto, supongo." murmuró ella, decepcionada.
"Sí, señora."
Unas horas antes del amanecer, la inteligencia ar ficial de vigilancia atrapó un objeto desconocido que entraba en la
atmósfera del planeta; se asumió que era un barco naufragado, pero los restos eran demasiado pequeños para ser
comparados con cualquier nave alienígena o humana conocida. El objeto se incendió y se estrelló a pocos kilómetros de
los límites de la Base SHIELD. Dos drones de reconocimiento sobrevolaron la zona, sin embargo, no se detectaron signos
de vida. El jefe de seguridad de la base decidió enviar un equipo espartano para buscar y recuperar, si no destruir, el
objeto. A Cortana no le hizo gracia saber que el Equipo Azul fue designado para el trabajo.
Bueno, ella no tenía empo programado para ellos ese día, así que ...
"Ten cuidado, entonces." Ella dijo, de la nada.

"Gracias señora."
"Me refiero a ..." Cortana tartamudeó, nerviosa. "Los necesito a todos en una sola pieza, así que tengan cuidado".
El Jefe Maestro miró hacia abajo desde su colosal altura, tan cerca que la parte superior de su pantorrilla le tocó la rodilla.
Cortana se aclaró la garganta y cruzó las piernas en una postura más cerrada, sin romper el contacto visual con él. Hacía
mucho calor dentro de esa cabaña, de repente. Ella estaba sudando Sus bragas se sen an raras.
Oh, Cristo ... no otra vez.
'No puedo creerme'. Pensó Cortana, molesta. Ella fue la primera en apartar la mirada.
¡Ya había pasado una semana! ¡Habían estado follando a diario, varias veces al día, durante más de siete días! ¿Cómo
podría ella todavía estar tan caliente cuando él estaba cerca? Era cada vez más di cil concentrarse en el trabajo, incluso
para comprobar si estaba embarazada o no, todo lo que quería hacer era planificar la próxima vez que se encontrarían y
fantasear con lo que sucedería, dónde y cómo disfrutarían. a sí mismos al agotamiento. No le tomó mucho empo a sus
mejillas enrojecerse; ella eligió esconder su cara detrás de la tableta, por si acaso.
¿Qué le estaba haciendo este hombre, por el amor de Dios?
Pero Cortana sabía que era más sobre lo que se estaban haciendo entre ellos .
En este círculo vicioso de tentación y descubrimiento, ambos jugaban al gato y al ratón al mismo empo. Cuanto más se
empujaban, más se querían también. Cortana se sen a cada vez más dispuesta a someterse y quizás sin darse cuenta, se
estaba volviendo más intenso, quizás más rudo . De vez en cuando, algo era ligeramente diferente. Este nombre sin
nombre crecía cen metro a cen metro cada vez más cerca de la locura cada vez que estaban solos. No la había las mado
todavía, nada que ella pudiera considerar las mada sicamente, tal vez, pero no había garan as sobre el mañana o el día
después.
Ella se decía a sí misma que él estaba a salvo, y sin embargo lo dudaba.
Y tal vez estaba ansiosa por descubrir qué tan lejos iría esta pequeña farsa, qué tan profundo podían caer juntos en el
agujero del conejo, pero por otro lado ...
Ella ansiaba lo que no debería querer . Ella lo conocía tanto como el informe psicológico más detallado, pero no sabía
realmente lo que pensaba sobre sus viciosas escapadas sexuales. Estuvieron de acuerdo en que ella quería un bebé, pero
esto ...
'¿Qué significa esto para él? ¿Piensa siquiera en lo que está pasando?
Sin saberlo, ella decidió creer que a él no le importaba. El Jefe Maestro era solo un hombre en celo.
Ella lo miró de nuevo, erguida y orgullosa a su lado, y suspiró. Un hombre irresis ble en celo, oh, sí señor. John no era tan
guapo o alegre como el teniente, pero había algo mucho más atrac vo en él que aún no había descubierto. Él podría ser
disciplinado, sin embargo, posesivo y obs nado. Esas eran cualidades que nunca le gustaron en un hombre, pero todo era
diferente con él. Y fuera cual fuera su atrac vo secreto, no se podía encontrar bajo un microscopio.
Sin embargo, el informe médico que había estado leyendo en su tableta decía mucho sobre lo que estaba pasando dentro
de su cuerpo, ese era otro tema ...
El tranvía estaba a punto de detenerse de nuevo. La pantalla principal hizo estallar el texto CUBIERTA DE SPARTAN en
letras brillantes de color verde neón. Con otro suave silbido, los frenos redujeron la velocidad de la cabina hasta que cesó
todo movimiento y las puertas se volvieron a abrir.
Kelly fue la primera en salir, esta vez seguida por Linda. Fred se movió rápidamente, casi como si intentara evitar la mirada
de John, y finalmente el Jefe se dirigió a las puertas después de que Cortana se despidió bruscamente.
"Cuando regreses, Jefe Maestro, asegúrate de pasar por mi laboratorio". dijo, y ella se puso de pie cuando él se detuvo
antes de poner un pie fuera del tranvía. Volvió la cabeza, curioso; las pocas personas que quedaban en la cabina
retrocedieron, dejando un espacio vacío entre el espartano y la mujer. "Tengo los resultados de su úl ma sesión de
prueba y hay algunos temas que me gustaría discu r con usted. Creo que estará de licencia después de esta asignación,
¿es correcto?"
Como si ella no supiera. John asin ó una vez, diver do bajo su expresión en blanco.
"Sí, señora."
"Aún mejor. Tendremos mucho empo para supervisar los problemas".
Hubo un breve y estrecho silencio ...

"Suena diver do ". murmuró, dibujando para ella esa pequeña y molesta sonrisa. "No puedo esperar para volver".
John salió de la cabina, las puertas se cerraron y casi de inmediato hubo una ligera sensación de movimiento una vez más.
Su boca se secó pensando en la forma en que pronunciaba la palabra "diversión".

Oh, él era inteligente. No le tomó mucho empo ponerse al día y encontrar su propia manera de "diver rse" cuando
estaban juntos, Cortana rápidamente se sorprendió de sus ocurrencias. Estaba medio desconcertada y medio preocupada
por el po de bes a curiosa que dejó en su cama. ¿Qué estaba planeando ahora? Esa maldita sonrisa ... no solo su boca
reaccionó, ella sin ó que su estómago se tensaba y su corazón saltaba. Hable acerca de sus bragas cuando todo su cuerpo
volvió a caer en un ciclo interminable de hormonas frené cas y deseos febriles.
Y se iría todo el día. Una inexplicable tristeza la abrumó.
En ese momento, Cortana supo que no podría contarle los preocupantes niveles de testosterona que los técnicos
detectaron en su sangre, o el hecho de que su comportamiento ligeramente errá co había captado la atención de los
altos mandos. No importaba Ella estaría ocupada manteniendo las piernas abiertas para él, retorciéndose y gimiendo bajo
su poderoso peso una y otra vez, durante el empo que este arreglo condenado durara.
Y ella no tuvo ningún problema con eso.
xxxxx
El Jefe Maestro subió las escaleras para reunirse con el jefe de seguridad y recoger las órdenes. Mientras tanto, el Equipo
Azul se estaba poniendo blindado y listo para pasar el día resolviendo un desastre. Aunque no era una misión tan
emocionante y no esperaban ningún po de acción pesada, la promesa de ir a la superficie era buena para los espíritus.
Fred estaba zumbando bajo mientras revisaba el inventario de la misión, esperando su turno para ves rse con una
armadura; Kelly estaba cuidando las municiones y los suministros, y Linda estaba limpiando su SRS por undécima vez,
ignorando la charla.
"Sólo digo." Kelly comenzó, retomando la conversación anterior que estaba manteniendo con Fred. "No es como si
desapareciera sin un aviso. Chief es el primero en respaldar que nos mantenemos unidos o en cierta proximidad, siempre
listos para el combate y todo eso".
Fred hizo una mueca de dolor, realmente no quería ir allí.
"Sí me di cuenta." Dijo, dudoso.

"Demonios, ni siquiera estoy seguro de que los cuatro almorzamos juntos una vez la semana pasada".
El teniente le dio a Kelly una mirada entre la diversión y la moles a.
"Saben, todos tenemos derecho a hacer lo que queramos con nuestro empo libre. La úl ma vez que lo comprobé
éramos espartanos, no cuádruples combinados".
Kelly apretó los labios. "No te hagas el tonto, Fred".
"¿Dónde estás tratando de llegar, exactamente?" preguntó.

La mujer suspiró. "... no es mi lugar, lo sé. Pero tengo curiosidad por lo que hace John cuando se oscurece con nosotros. O
al menos dónde está durante ese empo. No me siento bien al no saber su paradero, me molesta."
"Bueno, tú eres la hermana mayor después de todo ..."

"¿Qué pasa si hay una emergencia y no podemos localizarlo? Incluso desconecta su e queta de iden ficación".
Fred estaba a punto de insis r en la idea de privacidad y autonomía, cuando Linda resopló y soltó una risa muy breve y
seca.
"Oh chico." murmuró ella, sacudiendo la cabeza.

Ese gesto llamó la atención de los otros dos. Linda era el miembro más independiente del Equipo Azul, un lobo solitario y
natural que prefería esperar y observar en lugar de unirse a la conversación. No era que no pudiera mantener una
conversación o que no hablaba mucho; Ella fue la que lanzó las bombas cuando llegó el momento. Esta colorida reacción
no debía tomarse a la ligera, de ninguna manera. Kelly se cruzó de brazos y Fred entrecerró los ojos, curioso.
"¿Qué pasa, linda?" preguntó el teniente.
La aludida Spartan apartó los ojos de su arma y miró a sus hermanos de combate con falsa incredulidad, frunciendo el
ceño un poco. Ellos no sospecharon nada. A ella le gustaba tener la ventaja de vez en cuando, ser un franco rador era
todo sobre observación y an cipación y ella era la reina indiscu ble.
"Actúa como si no supiera que John se ha estado reuniendo con la Dra. Halsey todo este empo".
Linda se refería a Cortana, por supuesto, era muy clara para todos.
"Bueno, sí. Todos lo hemos hecho". Kelly dijo, confundida. "Es por eso que nos mudamos a esta base".
"No, no, no ... se ha estado reuniendo en secreto con ella".
"Espera, espera ..." comenzó Fred, levantando las manos.
"¿Quieres decir que John ene una tarea clasificada con la Dra. Halsey?" Kelly insis ó, acercándose a Linda. "Porque eso
ene sen do. Quiero decir, eso explicaría por qué desaparece en cualquier hora al azar".
"O no. Debería estar en el horario diario, incluso si está clasificado".
Frustrado, el franco rador dejó caer el SRS para golpear el suelo con el extremo del arma, sosteniendo el cañón cerca de
su pecho. Ese gesto trajo silencio una vez más, y ella decidió que era hora de liberar la carga ú l:
"Por el amor de mierda, muchachos. Obviamente están golpeando".

Fred y Kelly se quedaron callados, solo parpadeando lentamente y tratando de procesar las palabras.
"Vamos, eso no es posible". dijo el teniente, débilmente.
"Pensé que lo sabías, Fred ... quiero decir, debes sen rlo ".
"¿Sen r que?"
Linda frunció el ceño de nuevo, esta vez con horror desilusionado.
"¿Ninguno de ustedes se dio cuenta, de verdad? Vamos. Todo está ahí. Primero que nada, su estado de ánimo. El jefe se
ha vuelto agresivo y protector con esa mujer. Territorial . Por supuesto, sigue siendo el líder de nuestro equipo y se
comporta con propiedad, es disciplinado como el mejor de nosotros después de todo, pero esto va más allá de cualquier
cosa que él pueda controlar: simplemente sale de él ". Ella explicó, mirando a la cara perpleja y herida de Kelly. "Segundo,
se está mostrando, muchachos, se está desempeñando por encima de todas las expecta vas y alejando a todos los rivales
posibles para establecerse como el macho alfa. ¿Cómo puedes no ver eso?"
Hubo otro incómodo silencio.
"Ha sido un poco ... territorial, sí". Fred comentó, pensa vo.
"Fred, por favor. Él te aplastó totalmente en el tranvía, hace una hora".

"Está bien, está bien", gruñó el teniente, incómodo. "Así que John está siendo un imbécil para mí frente a la Dra. Halsey
porque ahora es suya. Es bueno saberlo, así puedo mantenerme fuera de su camino en el futuro".
"Es un buen plan. Después de todo, enes que ocuparte de tu propio negocio".
Cuando Fred le dirigió una mirada escandalizada, Linda le guiñó un ojo con una sonrisa feroz. El sudor frío cubrió su
espalda cuando se dio cuenta de que el franco rador tenía un indicio de sus propias ac vidades lujuriosas con la pequeña
agente de ONI Veta Lopis. Esa relación tenía más posibilidades de conver rse en un problema que el con nuo asunto de
John con el cien fico líder y el jefe de toda la Base SHIELD. Veta era un agente, un peón en una gran cadena de mando, no
una mujer rica y poderosa que solo tenía que borrar un archivo para hacer desaparecer toda la evidencia. Pero, de nuevo,
¿John-117, el único, golpeando en secreto al civil mejor clasificado en la base? Eso fue ciertamente algo más.
Fred trató de reprimir una sonrisa burlona, le costaba creerlo. Era...
"Esto es malo." Kelly dijo después de un rato, hablando los pensamientos de Fred. "Es contra la regulación".
"Bueno no exactamente." Linda comentó. "El código de regulación prohíbe entablar relaciones román cas o sexuales con
miembros de la misma rama. Espartano en Spartan, eso es un no-no. Espartano-civil, tal vez. Agente de Spartan-ONI ..."
"Lo que Kelly está tratando de decir", Fred se apresuró a interrumpir. "es que no se supone que tengamos relaciones de
ese po. No es para eso que nos educaron y educamos, Linda. Algunos de nosotros comprendemos mejor cómo funciona
ese aspecto de la vida y sabemos cómo manejarlo. , pero john ... "
"Él no será capaz de manejar esto". Kelly añadió, poniéndose del lado de Fred.
La cara generalmente amistosa de Kelly era seria, pero Linda percibió lo dolida que estaba. Kelly fue el mejor amigo del
Jefe Maestro, el primer amigo que tuvo en el programa SPARTAN. Se querían mucho el uno al otro, sobrevivieron juntos al
campamento militar, soportaron la muerte de Sam y compar eron innumerables misiones. Kelly era la hermana mayor
del equipo, sí, pero ella era más la hermana de John que la de cualquier otro; después de estar tan cerca el uno del otro
durante tanto empo, Linda supo que Kelly se sen a un poco al lado de John.
Y dado que ella era la que mejor lo conocía, Kelly tenía razón.
Linda asin ó lentamente.

"Él ya no puede manejarlo. Apuesto a que ustedes cinco días después de dejar que Brass ya está en camino de evaluarlo".
Ella dijo, muerto en serio.
"Deberíamos decirle que tenga más cuidado". Esa fue la entrada de Fred.
"Deberíamos decirle que lo detenga, de una vez". Espetó Kelly, nerviosa.

"Demasiado tarde para nada de eso". Linda negó con la cabeza. "Sé cómo va a sonar esto, pero tengo la sensación de que
él ya está ... No sé, un poco" emparejado "con ella . Y sabes cómo funciona eso. No dejará que la Dra. Halsey Ve, no
importa qué ... "
xxxxx
Sin el conocimiento de Linda, Cortana estaba en ese mismo momento en sus habitaciones privadas, simplemente
abriendo un mensaje del jefe de la Sección III de la ONI. Fue un memo para hacerle saber que un especialista ya estaba en
camino a SHIELD Base, con la intención de realizar una evaluación psicológica de todos los ac vos SPARTAN-II. El informe
que había estado leyendo esa mañana sobre la salud del Jefe Maestro había sido la primera pista, pero fue demasiado
lenta para darse cuenta de que la información llegó después de que ONI le pusiera las manos encima.
Adjunto al mensaje había un archivo de iden ficación.
Cuando vio el nombre y la imagen en el archivo, Cortana golpeó la mesa con la garra de su mano, furiosa y aterrorizada.
"¡Tienes que estar bromeando!" pensó ella, asustada. "Él, de todas las personas? ¿Por qué él?"
CONTINUARÁ
Wohaaa! ¡Perdón por el retraso! Sé que este capítulo debería haber sido editado antes, pero he estado bastante
enganchado a un nuevo programa de televisión de HBO y con el apoyo de un demonio, sé que han aparecido algunas
nuevas ideas para esta historia * asesinatos en la trampa de conejitos antes de que puedan cometer Huevos * Nada
demasiado raro, lo prometo. Solo un poco más de drama para animar las cosas antes de las Grandes Revelaciones y el
Gran Final * risa malvada * Bien, ¿qué hay del episodio de hoy? Por favor, deje sus pensamientos y volvamos a
encontrarnos, muy probablemente en los primeros días del año recién nacido. ¡Que tengas una feliz navidad y un lindo
año nuevo! * abrazos a todos * Recuerda, ¡dime tu opinión sobre el episodio de hoy! :RE
PD: De nuevo, no se verifica la gramá ca y demás. Si hay errores, lo siento mucho y por favor, ¡intenta no matarme tanto!
Cuidate.
Lo siento chicos, empo de vacaciones. Ya sabes cómo es eso. Ahora ahora; Lo que traigo todos ustedes puede llegar a ser
como una pequeña sonrisa malvada * malvada *, simplemente jugar conmigo por un empo. PD: Si no has visto el mundo
de HBO en Westworld ... podrías comenzar ahora. Ahora mismo. Haz un maratón de fin de semana de ello. Es
absolutamente vale la pena. Además, sé un buen lector y deja tus pensamientos una vez que hayas terminado con el
capítulo de hoy, ¿de acuerdo? Sabes que las reseñas son la droga del escritor, nos hacen volver por más;)
PARTE VI
El Pelican maniobró con cuidado en la bahía de aterrizaje y finalmente se sentó sobre su peso, su puerta trasera se abrió
con un dramá co silbido de hidráulica.
Alineado en una exhibición de pura disciplina y fuerza, el Blue Team estaba completamente blindado y parado unos
metros detrás de Cortana cuando su bata blanca de laboratorio quedó atrapada por el viento agresivo de un escape de
presión y se sacudió violentamente. Incluso levantó la mano derecha para proteger sus ojos de las brillantes luces de la
aeronave, entrecerrando los ojos. La puerta de la bodega de carga tocó el concreto y los ocupantes comenzaron su
descenso, en un volumen compacto.
Desde el tulo en su iden ficación, "Cien fico líder y director ejecu vo" de SHIELD Base, Cortana se vio obligada a saludar
personalmente a todos los ac vos importantes que llegaban a la instalación, y la comisión a cargo de realizar las
evaluaciones psíquicas de sus espartanos designados no estaba La excepción. Sin embargo, era una comisión bastante
pequeña; Dos escoltas espartanos IV y diez civiles. Cortana pensó que solo tenía una buena razón para preocuparse por la
llegada de estas personas, hasta que comprendió por qué los nombres de las escoltas estaban redactados en la nota
informa va.
El Spartan IV, ves do con una armadura MJOLNIR GEN-2 negra personalizada, se detuvo a la distancia del brazo y asin ó,
luego procedió a quitarse el casco. No haría ninguna diferencia, ella había leído su nombre en la e queta de la armadura
y su alma ya había dejado atrás su cuerpo.
"Señora." Saludó, su voz profunda y cálida, fuerte. Sus ojos también eran bastante cálidos, pero astutos. Oscuro, pero
acogedor. "Qué bueno verte de nuevo."
"Bienvenido a SHIELD Base, Spartan Locke". Ella dijo, después de aclararse la garganta.
Oh si. Ella lo conocía bastante bien.
Spartan Jameson Locke, vein ocho años, ex agente de la ONI y ahora el nombre más popular en la SECCIÓN III en ese
momento. Inteligente, por encima de la media, diría Cortana, bien educado y encantador, también fue uno de los
nombres más populares en boca de muchas mujeres y hombres con los que Cortana había trabajado durante los úl mos
cuatro o cinco años. Por una razón, por supuesto: era un demonio guapo, coqueto cuando tenía la oportunidad, todo
profesional y profesional cuando tenía que ser. Su récord fue muy impresionante, algunos dirían sobresaliente para su
corta edad. La verdad es que fue sobresaliente incluso antes de conver rse en un espartano. A la gente le gustaba.
Incluso a ella le gustaba, una vez. Eso no terminó bien.

Ella no lo ha visto en ... ¿qué? ¿Dieciocho meses? Tal vez veinte?
Se estrecharon las manos y Cortana no pudo evitar observar cómo su enorme guante blindado envolvía sus dedos
haciéndolos casi desaparecer. Tragó saliva y se re ró, mirando hacia atrás al Pelican, al otro Spartan que venía (su
e queta de armadura leía 'Vale') y a la gente que recogía sus pertenencias y equipo.
"No sabía que ibas a venir". ella informo
Locke levantó un poco la barbilla, su expresión repen namente alerta.

"¿Eso va a ser un problema?" preguntó él, suavemente.
"No, en absoluto. Estás haciendo tu trabajo, yo haré el mío. No hay nada de qué preocuparme".
"Bien entonces, ¿cómo has estado?" volvió a su habitual, despreocupado yo.

Locke era el po de hombre lo suficientemente seguro como para burlarse de los rígidos límites del deber solemne sin
salirse completamente de la línea. Probablemente eso era lo que más le gustaba de él.
"Bueno." Su respuesta fue aguda, rápida. Ella no dijo el resto en voz alta. "Lo estoy haciendo tan bien que manipulé a tu
hombre enamorado de darme un bebé, ¿qué te parece?" Cortana se mordió el labio inferior, sin éndose molesta.
"Entonces, esta es la razón por la que la SECCIÓN III redacta tu nombre en los memos. ¿Porque estás cuidando a los civiles
ahora?"
Sus ojos se centraron en el anciano que estaba parado al lado de la acción con las manos en los bolsillos de sus
pantalones de ves r negros. Llevaba una camisa de ves r blanca y un chaleco negro, como un ejecu vo de una película
an gua. Este hombre anacrónico se quedó esperando, doblando ocasionalmente un pañuelo o revisando la hora con un
reloj mecánico an guo mientras el personal de la base se encargaba de todo. Parecía bastante inofensivo.
Cortana sabía por el hecho que él no era nada.
Laureate Behavioral Psychiatrist El Dr. Robert Ford podría parecer lo suficientemente viejo como para representar una
amenaza para nadie, pero esa era la forma en que quería que fuera.
"No puedo llamarlo niñera. La diversión nunca termina, lo creas o no". Locke se echó a reír, mirando también al anciano.
"¿Cómo es trabajar con el Jefe Maestro?"
"Sa sfactorio." Cortana salió de él, sonriendo un poco. "Muy sa sfactorio".
"El hombre hace honor a su nombre, ¿eh?"
"Más de lo que puedes imaginar." su sonrisa se volvió arrogante, así como la temperatura de su cuerpo.
"Es él, ¿verdad?"
Locke hizo un gesto con la cabeza, señalando detrás de ella. Cortana se dio la vuelta lo suficiente como para comprobar la
posición del Jefe Maestro en la bahía de aterrizaje. Cerca de cinco pies directamente detrás de ella, con las manos juntas
en la parte baja de su espalda y de pie, con los pies abiertos. Lo suficientemente cerca para escuchar todo lo que se decía.
Señor Todopoderoso, se veía magnífico. Un tán silencioso en verde oliva, listo.
Ella asin ó y se volvió hacia Locke, tragando saliva.

"¿Qué fue lo que lo regaló? ¿Fue el 117 en su e queta de armadura?"
El hombre volvió a reírse, diver do. "Tienes que encontrar un momento para presentarnos".
"Estoy seguro de que encontrarás el empo para hacerlo tú mismo, Jameson". ella dijo. De repente, se dio cuenta de la
presencia del Jefe Maestro, pero ese conocimiento de alguna manera alivió su mente preocupada. Se sen a más segura
delante de Locke ahora. "Estoy transfiriendo todas las especificaciones de sus alojamientos designados, horarios y claves
de seguridad. Estoy seguro de que no tendrá ningún problema con eso".
Locke accedió a la recepción de los archivos con un asen miento. Ella se perdió por un momento estudiando las fuertes
líneas de su hermoso y oscuro rostro. También era un espécimen magnífico, pero ella nunca lo habría considerado como
una candidata para su misión secreta. Sus días habían terminado, no importaba cuán cálidos los recuerdos la hicieran
sen r por dentro.
Recuerdos de largas y perezosas tardes pasadas acostadas en sábanas retorcidas, respirando pesadamente y
retorciéndose bajo su toque ...
Ella parpadeó rápido unas cuantas veces, quitando esas imágenes. El Dr. Ford se acercaba.
"Elizabeth".
Cortana se olvidó inmediatamente de Locke y miró los ojos descoloridos del anciano.
"Dr. Ford". dijo ella, forzando una sonrisa. "Bienvenido."
El hombre respondió con una sonrisa bastante desinteresada y tomó una de sus manos entre las suyas, correspondiendo
su saludo con unas suaves palmaditas en su piel. Era el po de gesto alegre que los abuelos reservaban solo para sus
nietos favoritos. Lo soportó todo con esa sonrisa rígida aún en sus labios.
"Mi querida Elizabeth". El Dr. Ford comenzó de nuevo. "Eres tan impresionante como tu madre, debo decir. ¿Cómo está
ella, por cierto? No la he visto en mucho empo".
Cortana sin ó que una fuerte ola de repulsión golpeaba profundamente dentro de su estómago, pero ella la domes có.
Algunas cosas de las que estaba segura sobre la Dra. Catherine Halsey y la más importante de ellas era que nunca la
entendería realmente ni a ella ni a sus mo vaciones. Sabía todo lo que había que saber sobre el programa SPARTAN II y la
par cipación de su madre en él, cuán profundas eran las raíces de su influencia y cuán torcidas habían resultado las
ramificaciones de sus teorías. Este hombre aparentemente inofensivo frente a ella también hizo su parte en el programa,
y ella lo entendió aún menos, pero eso fue hace mucho empo. Ella era demasiado joven.
Tal vez las cosas eran diferentes en aquel entonces, ¿quién lo sabría?
Mirando ahora al Dr. Ford, Cortana se dio cuenta más que nunca de que estaba en camino de conver rse en su propia
madre, y eso la aterrorizó.
"Ocupado como siempre." ella respondió.
"Ella tampoco te escribe, ¿en endo?"
"No más de lo necesario. Ya sabes cómo es ella".

"Desafortunadamente, yo sí". El hombre suspiró, sacudiendo la cabeza. Agarró la mano de Cortana con el agarre de un
viejo cuervo. "Pero te las has arreglado muy bien por tu cuenta. Recuerdo que cuando eras pequeña y andabas en el
laboratorio de tu madre. Mírate y lidera tu propia inves gación ahora".
Cortana se aclaró la garganta de nuevo. "En realidad es una subsidiaria del proyecto de mi madre".
'Como si no lo supieras todo al respecto'. pensó ella, molesta.

El Dr. Ford le dirigió una larga y silenciosa mirada. Luego le dio otra palmadita en el dorso de la mano.
"Deberíamos tener una comida juntos antes de ponernos a trabajar". decidió, luego se dirigió a Spartan Locke, y su
presencia se volvió relevante para Cortana nuevamente. "Lo tomas de aquí".
"Sí señor." El espartano estuvo de acuerdo, asin endo.

Cortana no se resis ó; El Dr. Ford la condujo hacia el corazón de la Base, y cuando se fue, sus ojos se desviaron hacia el
Equipo Azul y la escena que estaba dejando atrás. No le sorprendió darse cuenta de que, a pesar de que él permanecía
inmóvil en atención, el casco de John estaba ligeramente girado en su dirección general ... ella juraría que podía sen r sus
ardientes ojos azules en cada cen metro de su piel.
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Su verdadero nombre era Elizabeth .

El Jefe Maestro lo saboreó en su lengua por un momento, decidiendo que le gustaba más Cortana. Elizabeth era un
nombre demasiado dulce para alguien como ella, que podía ser estricto y salvaje. Le gustaba aún menos la tensión que
sen a en ella en los breves momentos en que Cortana estaba hablando con el recién llegado Spartan. La e queta de la
armadura decía "Locke" y él no lo conocía, lo suficientemente justo, no conocía a muchos espartanos, no conocía ninguna
de las IV si no fuera por el proyecto de pruebas de armadura de Cortana, pero mujer obviamente lo hizo.
Su lenguaje corporal dio señales controver das de que él no podía dejar de contestar.
Su inquietud la transpiró con la misma intensidad que la necesidad de follar.

Le preocupaba un poco, pero John no podía decir por qué. Por un momento se imaginó a su lado, manteniendo a Spartan
Locke a raya con una mirada intensa. Sin embargo, también por alguna razón más allá de su comprensión, el Jefe Maestro
estaba convencido de que Spartan Locke no sería tan fácil de someter como Fred, y esa certeza hacía que su sangre
corriera más rápido. Le hizo querer subir y retroceder.
Ella conocía a este hombre, y este hombre la hacía sen r mal.

Pero ella también conocía al Dr. Ford. Y eso hizo que John se sin era un poco mal.
Si la Dra. Halsey había sido una criatura parecida a Dios para él, el Dr. Ford era una especie de pesadilla parecida al Diablo.
En el exterior, Halsey y Ford parecían ser el mismo po de personas. Ambos eran los representantes más inteligentes y
más importantes de sus respec vos campos, pero dondequiera que la Dra. Halsey intentaba de alguna manera reparar los
diversos errores de su pasado, la Dra. Ford estaba más interesada en los resultados y las posibilidades, en explorar qué
men a más allá y más abajo. No tenía límites reales, solo secretos. Halsey y Ford habían estado lidiando con los límites de
la inmoralidad la mayor parte de sus vidas, pero al final fue el único a quien no le importó.
Se podría decir que lo único que los separaba, era la capacidad de sen rse culpable.
Y eso fue lo que los unió en primer lugar: la culpa.
John no sabía acerca de los delitos menores, pero sabía que la Dra. Halsey y el Dr. Ford habían estado muy cerca una vez.
Trabajaron juntos, cuando él era un niño. Le hicieron quién y qué era.
Ella lo había construido como una máquina de guerra y ese hombre lo educó para pensar como tal .
No tuvo que mirar a sus hermanos de combate para saber que todos estaban preocupados. Antes, cuando eran jóvenes,
siempre que el nombre del Dr. Ford se hablaba en una conversación, no significaba cosas buenas. Significaba que el Jefe
Méndez los 'trabajaría' hasta el agotamiento y, a veces, habría un cas go en forma de ejercicios de entrenamiento en
condiciones extremas, con decisiones di ciles que tomar. Surgieron malos recuerdos, la muerte de Sam es la más
prominente de todas.
John respiró profundamente para aclarar su mente, y siguió al grupo cuando se le dijo que lo hiciera.
SHIELD Base tenía dieciséis sujetos Spartan aprobados para pruebas de armadura, de los cuales cuatro eran Spartan II,
cuatro eran Spartan III y otros cuatro eran Spartan IV. Todos ellos fueron convocados a una reunión, dirigida por el propio
Dr. Ford, en la que se les explicó que la SECCIÓN III había ordenado que se realizaran una serie de pruebas no invasivas
durante tres etapas. Era obligatorio, nadie podía eludir los procedimientos.
John ya sabía de qué se trataba, él y el resto del Equipo Azul habían estado bajo las famosas pruebas de conducta en tres
etapas del Dr. Ford muchas veces. La primera etapa fue una compleja prueba de CI, diseñada para desafiar la mente de un
espartano y provocar la limitación de su entrenamiento tác co y estratégico. La segunda prueba fue bastante confusa,
consis ó en un cues onario con más de quinientas afirmaciones irrelevantes a las cuales los sujetos tenían que responder
verdadero o falso, pero el Jefe Maestro nunca entendió el propósito de dicha prueba. Declaraciones como "A veces mi
alma abandona mi cuerpo", "No me gusta cocinar", "Tengo miedo de volverme loca", "Oigo tan bien como otras personas
hacen", "Me encanta bailar", " Algunos de mis sueños son sobre temas sexuales ',' Guardo cosas que nunca uso ' o "No
le tengo miedo al agua" no parecía importante para el futuro de la humanidad.
Y la tercera y úl ma etapa fue una entrevista personal con el Dr. Ford.
Si tenía que ser honesto, John estaba un poco preocupado por la entrevista. Aunque el Dr. Ford siempre dijo que no había
respuestas correctas o incorrectas, tenía la sensación de que esto era una gran men ra. El Dr. Ford esperaba obtener algo
de sus súbditos, y sabía muy bien cómo trabajar en ellos para obtener lo que quería, desenterrar sus secretos y
pensamientos más profundos y oscuros.
Y John tenía un secreto que necesitaba mantener en la oscuridad. No por su propio bien, sino por el de ella .
El Jefe Maestro trató de ser prác co. Hizo lo que se esperaba de él y se concentró al máximo para superar la prueba de
coeficiente intelectual y responder con sinceridad ese largo cues onario. Le dieron dos días de descanso después de estas
pruebas, en preparación para la entrevista. El empo libre no lo ayudó a sen rse más a gusto y, por el momento, no le
permi an entrar a dormir crio, por lo que invir ó en entrenamiento sico, comió, hizo tareas de armería, leyó los nuevos
manuales y estudió videos. De viejos ejercicios, hasta que no pudo soportarlo más.
Quería ver a Cortana.

Quería sen rla cerca, saborear el dulce aroma de su piel.
Dios, él quería sujetarla a la pared más cercana y quitarla de su ropa , tan mal. Se preguntó por qué ella no lo había
convocado estos úl mos días, ¿estaba tratando de ser cuidadosa? Tal vez ella era. Sería imprudente reunirse cuando
ocurrían tantas cosas, cuando todos los espartanos eran sujetos de inves gación.
Tal vez si él pudiera verla, hablar con ella ...
Tal vez de esa manera él podría encontrar la fuerza para calmarse y esperar.
John dejó los aposentos de su equipo rápidamente y sin ser visto, como un fantasma.
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Desde la llegada del Dr. Ford y su equipo, Cortana había elegido aislarse en sus instalaciones para realizar un análisis del
objeto que Blue Team había recuperado de las afueras del complejo de la Base. Ella solía poner esas tareas en sus
ayudantes, es cierto, pero hizo un buen trabajo manteniendo su mente ocupada y lejos del Jefe Maestro ... también era lo
suficientemente aburrido como para mantener su ropa interior seca.
Tener la nariz enterrada en el trabajo también ayudó a mantenerla alejada de Spartan Locke.
El objeto en cues ón era una pequeña sección de una estructura, Covenant en origen, probablemente parte del casco
exterior de una pequeña nave. Era aproximadamente del tamaño de un Warthog y ocupaba la mayor parte del espacio
dentro del laboratorio de riesgo biológico sellado, pero estaba cómoda moviéndose, tomando muestras y notas. Este
pedazo de restos había estado a la deriva en el espacio durante largos siglos y finalmente se estrelló en su planeta. No era
radiac vo, lo cual era bueno, pero albergaba una gran variedad de residuos desconocidos que Cortana consideraba
impera vo analizar con propiedad.
Cuando su cabeza comenzó a girar, decidió tomarse un descanso.
Ella necesitaba comer algo. Cortana se puso su atuendo diario, una falda hasta la rodilla, una blusa blanca abotonada en
el frente, zapatos cómodos y su vieja bata blanca de laboratorio, y se sentó en el área recrea va más cercana con una taza
de café recién hecho, una barra nutri va y buena musica
Casi se ahoga con su café cuando vio a Spartan Locke al otro lado del parque interior. Llevaba un uniforme de reposo, que
para los espartanos consis a en casi los pantalones de BDU y las botas de entrenamiento sobre el exo-traje negro y
plateado que se suponía que debía usar debajo de su armadura MJOLNIR. Lo peor fue que cuando detectó su presencia,
el hombre sonrió y se acercó ...
"Oye." Saludó, sorprendido, agarrando una silla para sentarse más cerca. "No te he visto en días".
"He estado muy ocupado." Cortana se apresuró a tomar otro trago de café.
Él la miró en silencio por un momento, luego hizo una mueca. "Yo diría que tú tampoco has dormido mucho".
Ella había olvidado que él podía leerla como un maldito libro. Tal vez los círculos oscuros bajo sus ojos también fueron un
poco un regalo. Terminó su café y lo úl mo de su barra nutricional como una manera de poner fin a la conversación, o al
menos para darle la pista de que se fuera y dejarla en paz.
"Mi trabajo no se de ene porque ustedes están aquí". Ella dijo, después de tragar.
"Nunca lo hace, ¿verdad?" se rió entre dientes, diver do. "¿Te importa si te invito a otro café? Podrías usar una recarga".
"Estoy bien, me estaba yendo". ella se levantó.
Locke observó mientras recogía sus cosas, luego extendió un brazo en su dirección.
"Elizabeth, vamos. Es solo una taza de café". Sus ojos eran sinceros.
"Lo que quieras decir, solo dilo rápido". ella casi gruñó.
"¿Qué pasa?" Preguntó, con sinceridad. "Pensé que estábamos bien, me dijiste que estábamos bien la úl ma vez que te
vi. Ahora me evitas. Pensé que me fui a Génesis dejando a un amigo atrás, no a un ex herido".
"No puedo ser tu ex. A tu esposa no le gustaría eso".

Cortana agarró su libreta de datos y su taza con dedos crujientes. Ella estaba temblando Ella no quería mirarlo, él sabía
muchas cosas sobre ella. Cosas que no debería haberle dicho. La tensión sexual que una vez los unió todavía estaba allí y
era fuerte, intoxicante, pero ahora Cortana se sen a rechazada por ella. Lo peor eran los recuerdos, esas imágenes de su
piel pálida en contraste con sus músculos oscuros, de sus respiraciones combinadas, de sus dedos invadiéndola por todas
partes, sus labios trabajando magia que ella nunca soñó, la forma en que solía sorprenderla en lo más mínimo. Espera de
lugares e invítala a ser traviesa. Ella siempre decía que sí, porque estaba aburrida y la emoción aumentaba su autoes ma
y crea vidad. Él estaba es mulando y le gustaba más y más cada día.
Locke dio un paso atrás y dejó caer su brazo, su rostro serio pero gen l.
"Elizabeth, no te oculté nada."
No, él no lo ocultó. Ambos estaban muy conscientes de las consecuencias. Pero él estaba abierto y directo a Cortana
cuando le dijo que literalmente podía imaginarse follando a ella sin sen do, y que tenía la sensación de que ella estaba
pensando lo mismo. Era la primera vez que un hombre era tan directo con ella.
Fue todo por su culpa, ella pensó que sabía en lo que se estaba me endo, pero ...
"Lo sé. Y debería haber dicho que no. Me odio a mí mismo por no decir que no".
Pasó junto a él, pero no podía an cipar que Locke la agarraría y la acercaría más, encerrándola entre sus brazos. Intentó
defenderse, pero en el momento en que sus furiosos ojos encontraron los suyos, marrones y tranquilos, en control, se
quedó completamente inmóvil. Ella era el conejito atrapado bajo las patas del lobo grande y malo.
Ella no luchó, porque sabía que él no iba a hacerle daño.

"Lo siento si te di una impresión equivocada. Nunca dije que iba a dejar que Ellen estuviera con go. Todo fue temporal. Y
creo que lo aprovechamos al máximo, ¿no? Otro un poco menos solo ".
Su pulgar acarició su mejilla sonrojada, muy ligeramente.
Podía sen r su corazón la endo fuerte en sus orejas, sus rodillas temblando.
Una vez más, Locke la leyó como un libro abierto y tomó la invitación tácita de sus labios separados. Ella gimió apenas un
segundo después de que sus bocas se tocaran, y se rindió. Cortana permi ó el beso porque pensó que lo necesitaba, y
dejó caer la jarra de plás co y el cuaderno de datos para agarrar sus caderas. Presionarse más cerca de él, sin tener en
cuenta la integridad de los ar culos descartados. Entonces su lengua hizo una entrada y su buen juicio salió por la
ventana. Al igual que ella recordaba, cálido y suave, talentoso, intenso. Con la dosis perfecta de agresividad y fuerza. Un
beso que rompió la presa de todos sus recuerdos e inundó su mente con más imágenes de sexo que habían sido tan
buenas que no podían estar equivocadas, pero que lo eran. Su cuerpo lo deseaba tanto que la hizo sen r avergonzada.
Nunca estuvieron juntos, era verdad. Pero con él,no había estado tan sola y eso era algo por lo que había estado
agradecida.
Fue un buen besador . Lo mejor que ha tenido nunca. El hombre que la arruinó.
Locke trazó un perezoso rastro de besos desde su boca hasta su oreja, sus manos fueron por su espalda y la agarraron por
el culo en un gesto posesivo; él susurró:
"Sabía que todavía estaba allí. Regresa a mi habitación conmigo".
Algo en esa súplica la hizo salir del sueño feliz.
Él siguió dejando pequeños besos por toda su cara ruborizada y caliente, pero de alguna manera ella encontró la fuerza
para jalar sus manos hacia su pecho y alejarlo.
"No." dijo ella, bruscamente. "No, Jameson. Se acabó".
Lo bueno de él era que siempre había sido un caballero. Persiguió sin piedad lo que quería, pero podía dis nguir un "no"
defini vo de uno juguetón. Esta vez, Cortana decía que no y ella lo decía en serio. Se re ró. Dio varios pasos hacia atrás y
cubrió sus hinchados labios con una mano temblorosa.
"Tenía razón, entonces." Locke dijo, su voz firme y amable. "Lo siento, Elizabeth".
"Ya no importa". murmuró secamente y se alejó.

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Un nudo se apretó en su vientre y Cortana corrió hacia el baño general de ese nivel, de repente, el contenido de su
estómago quería salir por la misma abertura en la que habían entrado en su cuerpo. Solo podía ver al frente, buscando
ese letrero azul con los dibujos de dos muñecas.
Ella no lo vio detenerse en la esquina de la intersección, cuando ella pasó.
Ella no lo escuchó caminar varios pasos atrás, no se dio cuenta de que él había entrado al baño con ella. Cortana
simplemente se inclinó sobre el fregadero e hiperven ló, esperando que el vómito fluyera. Uno, dos, tres minutos. No
pasó nada, y ella solo cerró los ojos para calmarse. Su mano buscó el grifo, procedió a lavarse bien la cara con agua fría.
Mucho mejor.
Ella casi gritó cuando se levantó y captó su reflejo en el espejo.

"¡Jefe!" Ella gritó, llevándose una mano a su pecho.
Ninguno de ellos dijo una palabra por mucho empo. Sus mejillas se calentaron un poco.
"¿Cómo y cuánto empo has estado allí?" La cortana tartamudeaba.

"Lo suficiente como para decir que algo está mal".
"Estoy bien." Gruñó, y volvió a lavarse la cara.
Cuando terminó, Cortana cerró el grifo defini vamente y dio un paso lejos del fregadero, molesta. No se había movido ni
un poco. Ella notó que se estaba vis endo de la misma manera que Locke, los pantalones y botas de BDU sobre su traje
exo gris y verde oliva claro. El traje que rompió pieza por pieza una vez, no hace mucho. Sus mejillas estaban tan rojas
ahora, se sen a tan caliente.
"No te creo".
Ella suspiró y puso los ojos en blanco. "Haz lo que quieras."
El sonrió "Cuidado con lo que deseas."

Ella miró sus ojos en el espejo y se estremeció. El Jefe Maestro no parecía enojado, pero ella no tenía ganas de molestarlo
ahora. Y él tampoco era su amigo, así que ella no tenía que decirle nada si no quería.
"Me encontré con alguien que no quería ver. No me fue bien".
"Spartan Locke".
Ella abrió la boca para responder, pero vio a John alzar las cejas, en un gesto que le pidió cortésmente que no le min era.
Ella suspiró de nuevo y asin ó. No le tomó mucho empo conectar los puntos y averiguar por qué estaba allí,
probablemente la siguió desde el área recrea va o en algún lugar intermedio. Tal vez incluso la vio con Locke.
Cortana tragó saliva, avergonzada.
"Le enes miedo". John dijo, con calma.

"Me pone nervioso". Cortana lo corrigió, molesta.
"¿Que pasó?"
Ella vaciló. "... estuvimos juntos, hace un empo. Se acabó".

El Jefe Maestro no dijo nada.
"Tenía una esposa". ella resopló "Estaba aburrido y él tenía calor y estaba dispuesto. Dormimos juntos por unos meses,
nos gustamos mutuamente. O al menos, pensé que había empezado a verme como algo más que una aventura. Luego,
una noche después, Unos cuantos tragos estábamos jugando a este juego ... Terminé diciéndole que deseaba que no
estuviera casado, así que él se quedaría conmigo y me daría un hijo. Ese po de cosas se arruinaron todo, las cosas se
pusieron bastante raras entre nosotros y un día apareció diciendo que tenía órdenes de irse inmediatamente a un planeta
recién descubierto llamado Génesis. Se fue. Fin de la historia ".
John soportó en su silencio, sin mover un solo músculo, observándola a través de su reflejo en la superficie plateada.
"¿Por qué te estoy diciendo esto?" ella gruñó "No es como si te importara".
Y tampoco era que ella tuviera que jus ficarse ante él. ¿Por qué sen a que tenía que aclarar su relación con Jameson
Locke con este hombre? Su sangre corría salvaje y su presencia se sen a más abrumadora que nunca. Tal vez ella quería
que él estuviera celoso, que actuara sobre eso. La úl ma vez que tuvieron una discusión similar, las cosas salieron por la
borda y ella hizo un descubrimiento interesante. Cortana se estremeció al pensar en los eventos en la cabina de control.
Todo comenzó con un pequeño empujón .
Cerró los ojos, deleitándose con la sensación de hormigueo entre sus piernas.
"Todavía lo quieres." John gruñó, no diver do.
'Tienes toda la puta razón. ¿Cómo diablos puedes estar tan bien? pensó.
"No. Te lo dije, eso se acabó por completo".

El Jefe Maestro se inclinó y respiró profundamente, saboreando en la parte posterior de su garganta el olor de su sangre
despertada, sin endo en su propia piel el palpitante furioso de su pulso. Sus poderosas manos descansaban en los bordes
del fregadero, atrapándola entre su pecho y la porcelana. Estaba asediada por emociones que estaban más allá de su
control, emociones que comenzaron a dominar su camino antes de que él entrara al baño. No se dio cuenta de que su
presencia era combus ble ver endo en un fuego hambriento.
"No parece". Decidió, con otro gruñido bajo.
"Bueno, no estoy pensando en él en este momento". Cortana lo interrumpió, mirando sus ojos de demonio en el espejo.
"No es Jameson Locke a quien quiero".
Sus labios estaban separados y respiraba pesadamente.
El nte rojo en sus mejillas era casi una tentación demasiado ...
Estás en un lugar muy público, Cortana. No lo hagas Ford está buscando algo, lo sabes. Es por esto que vino. Si haces esto
y te atrapan, puedes despedirte de tu juguete favorito.
'Es mío mientras yo lo quiera'. ella respondió a sí misma. 'Lo necesito.'
"Estuvimos de acuerdo en que necesitabas un bebé, no otro corazón roto".
Se dio vuelta lentamente, levantando la cabeza para encontrar sus ojos en llamas. Tan cerca, tan caliente. Su boca se
sen a seca. Cortana se atrevió a lamer sus propios labios y no se perdió la forma en que siguió el gesto con su penetrante
mirada azul. Las yemas de sus dedos rozaron la dura superficie de su exo-traje, trazando una línea desde su abdomen
hasta su pecho.
"Despierta, Jefe". Ella le dijo, con voz ronca. "Te necesito."
Miró brevemente hacia la puerta abierta del área del baño y rápidamente evaluó la situación. No podía oír a nadie
acercarse. Todo claro por ahora. Ella comenzó a soltar los pes llos de la parte delantera de su traje de exo, pero él agarró
ambas manos y la mantuvo inmóvil, torciendo lentamente sus brazos detrás de su espalda, empujándola hacia su pecho.
Cortana sonrió y cerró los ojos, esperando que comenzara la diversión ...
Pero en cambio sin ó un toque de piel en la frente, el calor de su aliento en su cara.

Cuando volvió a mirar, Cortana encontró a este hombre muy alto inclinado sobre ella, con la frente apoyada en la de ella,
con los ojos bien abiertos y serios mirándola desde una distancia tan corta e in midante. Ella temblaba Era una visión
fascinante, pero ... ¿qué demonios ? Ella no se atrevió a mover un solo músculo.
"John ..." chilló ella, confundida.
"Abre los pes llos". Él ordenó. "Duele."

Ella no podía apartar los ojos de él.

Sus mejillas se sonrojaron de nuevo cuando comprendió: él estaba duro, y el traje exó co no tenía espacio para una
erección. Tan rápido como pudo, después de lidiar a ciegas con el cinturón y la cremallera de sus pantalones, rasgó las
cuatro tapas que abrían los sellos en el parche de la entrepierna y dejó que su miembro palpitante rebotara libremente.
Él gimió, cerrando los ojos. Sus narices se frotaron cuando John exhaló un suspiro de alivio.
Oh, Dios, ella podría haberlo besado. Su expresión de placer era tan ...
Sin mirar, no quería mirar a ninguna otra parte, Cortana lo manejó con caricias suaves hasta que sin ó que estaba más
que listo. La pulsación de su núcleo estaba alcanzando alturas insoportables también.
Ella lo necesitaba, más que nunca. "Jefe, solo ..."
"Permanecer." su voz era como un trueno, mientras le quitaba la bata de laboratorio y sus manos rápidas recorrían su
pecho, desenganchando uno por uno los botones de su blusa. Él no iba a quitarle la ropa esta vez, ella tenía que salir de
allí completamente ves da y presentable. Encantada, Cortana solo lo dejó hacer lo que él deseaba y en pocos segundos
sin ó el aire frío en sus pezones desnudos, sus dedos provocando la humedad entre sus piernas. Y el calor de su polla
abrasando la piel expuesta de su vientre.
Ella esperaba que él la sentara en el fregadero y le jodiera los sesos, pero John le dio la vuelta con un gesto lejos de ser
amable y luego la llevó de nuevo a uno de los puestos vacíos. Antes de que ella pudiera entender lo que estaba pasando,
de su boca escapó de un gemido hambriento cuando él entró en ella en un empujón rápido, único y profundo.
Fue entonces cuando comenzó la diversión .
Cortana logró cerrar la puerta del puesto y dejó escapar un fuerte gemido, el placer brotó de su piel y comenzó a
bombear sus caderas hacia ella, rápido y despiadado. Ella debe haberse puesto demasiado fuerte, porque él apretó su
enorme mano sobre su boca y gruñó algo en su oreja, como un animal.
Ella no podía respirar, así que le mordió los dedos lo más fuerte que pudo para que le soltara la cara. Él jadeó y su mano
cayó de su boca para agarrar su garganta, no suavemente pero tampoco de una manera desagradable. Mucho mejor, por
cierto. Cortana adoraba sen r los tensos músculos de su brazo rodeando su cintura, empujando contra sus senos y
manteniéndola sujeta en su regazo, su espalda sudorosa firmemente sujeta a su pecho duro como una roca. Ella lo dejó
dirigir, ella no tenía otra opción, así que la hizo sentarse sobre él y él controló sus movimientos como él quería. A veces él
la agarraba por las caderas y la mecía bruscamente hasta que ella estaba a punto de gritar; a veces se movía debajo de su
cuerpo y acariciaba sus pechos hasta el contenido de su propio corazón mientras su otra mano libre merodeaba inquieta
entre sus muslos, también tratando de hacerla gritar.
Y se las arregló para hacerla gemir y gemir contra su propia voluntad de quedarse callada.
Los mejores sen mientos, además de la exigente invasión de sus regiones inferiores, por supuesto, fueron su aliento
abrasador en su cuello, la caricia hambrienta de sus labios en su mandíbula y las puntas juguetonas en el lóbulo de su
oreja. Y sabía exactamente cómo y cuándo cambiar de uno a otro, como si pudiera leer sus pensamientos.
Esta era la cosa más loca que había hecho: rendirse a él en el lugar más desagradable de todos, un baño público y dejar
que la follara allí. Estaba casi desnuda y tendida indefensa en sus brazos, rebotando temerariamente en su regazo y
completamente entregada a su voluntad y misericordia.
Y el Jefe Maestro era un Dios misericordioso para ella, por ahora.
Cualquiera podía escuchar los ruidos extraños y entrar al área para ver qué estaba pasando. Cualquiera, de cualquier
rama o división. Ella lo sabía y él también lo sabía, estaba perfectamente claro para los dos, pero seguían persiguiéndose
sin dudarlo.
Todo se sen a tan sucio, tan mal .
Nada como las sensaciones que Locke le había dado en el pasado, esto era ...
Cortana gimió y se mordió el labio inferior, con los ojos cerrados y sin aliento. Él siguió empujando y golpeando debajo de
ella, su mano siguió invadiendo su espacio más personal mientras su polla conquistaba el resto. La verdad es que, para
empezar, no estaba diciendo nada que no fuera suyo, pero cada vez sen a lo mismo; Él estaba tomando de ella,
tomándola . Y ella no tenía ningún problema con eso, por supuesto, porque esto era lo que ella quería de él. Quería el
calor y la confianza y el abandono, quería ser suya hasta que su alma se agotara. El Jefe la golpeó con fuerza y ella gritó,
sin endo que el calor crecía dentro de su cuerpo, deleitándose con el delicioso escalofrío que la invadía y la fricción
placentera de sus cuerpos moviéndose juntos.
Así que ahí estaban. Este enorme hombre medio ves do, sentado en el inodoro, con los pies apoyados firmemente en el
suelo y la espalda apoyados contra la pared de azulejos, sujetando con fuerza a esta pequeña mujer casi desnuda que
rebota en su regazo ... sus piernas abiertas y enredadas en su ... incluso puso sus pies detrás de sus pantorrillas, y sus
brazos se es raron, las palmas de las manos apoyadas contra las paredes del establo para mantenerse erguida y estable
mientras él se abría camino hacia su orgasmo. Cortana se sen a tan caliente, tan sudorosa. Tan astuto
Tan facultado, de alguna manera.

Ella dejó caer la cabeza sobre su hombro y la soltó, sus respiraciones eran rápidas y poco profundas, sus caderas se
movían en sincronía con las de él. Necesitaban la liberación, rápida y sucia, no había empo que perder. Solo tenía eso en
mente.
Ella estaba tan cerca.
Ahí. Casi allí ...

Apenas logró decir algunas palabras: "John ... John, yo ... Oh, oh Dios, ¡Oh!"
Su interior implosionó, apretándose alrededor de su eje grueso en contracciones rítmicas, ola tras ola de placer salvaje.
Apretó los dientes, el deseo de gritar era tan intenso que tragarlo hacía que le dolieran las entrañas. Como si él hubiera
estado esperando su señal, el Jefe Maestro se enterró en sus profundidades una úl ma vez y agarró sus dos caderas,
rando de ella sobre su regazo. Él vino con ella, derramando la semilla de varios días de espera. No tenía por qué perder
una sola gota si no fuera por ella. Ella perdió el control de sus piernas, de sus brazos. Cortana se acercó una y otra vez a su
alrededor, por encima de él, hasta que su cuerpo se relajó y el calor que inundó su interior comenzó a gotear hasta el
suelo embaldosado, inhumanamente abundante como siempre.
Su mente estaba completamente en blanco. Nadie estaba en casa en este momento.

"Eres mío para hacer lo que quiera, ¿recuerdas?" John le susurró al oído, suavemente.
"Lo sé." ella estuvo de acuerdo, jadeando. 'Oh, Dios, lo sé'.
"Usted me eligió a mí, no a él. Tenga eso en mente, señora".

Cortana realmente no se detuvo a pensar en las implicaciones de sus palabras.
Ella permaneció allí por unos largos y felices minutos, con la cabeza apoyada en su hombro, con la nariz presionada
contra su oreja, disfrutando del silencio feliz. Más tarde, Cortana se dio cuenta de que su vientre estaba un poco caliente
y notó el peso de su mano grande justo encima de su ombligo. Estaba justo allí, sin presionar, con los dedos bien abiertos
y suavemente descansando sobre su piel sudorosa. Una nueva oleada de sen mientos se apoderó de ella mientras
trataba de ignorar la ternura del gesto, con cuánta delicadeza la sostenía.
Tan protector, tan pensa vo.

Tan estupido. Cortana frunció el ceño en silencio. John solo mantenía su cuerpo quieto y equilibrado para que no se
cayera, no tenía nada que ver con su útero o el niño que podría o no estar creciendo allí.
Hablando de que...
"Es hora de tomar otra prueba". Ella pensó, todavía distraída. Todavía no tenía síntomas, pero los síntomas del embarazo
no eran una regla. Algunas mujeres nunca tuvieron náuseas matu nas, y con toda la tecnología médica disponible,
ninguna mujer tuvo que lidiar con ese po de cosas de nuevo si no quería. Lo haré esta noche, después de que todos
estén fuera del trabajo.
Con un largo y pesado suspiro, Cortana desenredó sus piernas de las de la Jefa y apoyó los talones desnudos sobre sus
rodillas flexionadas. Gruñó algo ininteligible en su oído, lo suficientemente bajo como para hacer que sus entrañas se
estremecieran con una sensación fantasmal de placer, otra vez. Él colocó ambas manos sobre su vientre esta vez, los
pulgares frotaban suaves círculos sobre su piel. Su polla se deslizó fuera de ella y también el exceso de semen rico, por lo
que consideró que era hora de levantarse y ves rse. Si él lo permi a, eso era ...
"Hay algo importante que debes saber". ella dijo.
John gruñó y acarició su corto y sudoroso cabello con su nariz, oliéndola.

"Esto es importante, ¿no?" Suspiró, descuidadamente.
"Se trata de tu próxima entrevista con el Dr. Ford".

"Dr. Ford". espetó, ahora serio.
"Estoy seguro de que se conocen".
Cortana sacó un poco de papel higiénico y se limpió cuidadosamente, atrapó las bragas que no colgaban de uno de sus
tobillos y ró del pequeño trozo de tela a su posición normal, luego se puso de pie frente al Jefe Maestro. Se apoyó de
espaldas en la puerta cerrada del puesto mientras se enderezaba y se abotonaba la ropa de nuevo.
Fue entonces cuando John se dio cuenta de que su miembro estaba mostrando, cubierto con una combinación pegajosa
de sus fluidos corporales, y siguió su ejemplo usando papel higiénico también. Una vez que volvió a colocar el cinturón de
sus pantalones, respondió:
"Sí. El Dr. Ford realizó las evaluaciones y diseñó las pautas del adoctrinamiento de SPARTAN junto con la Dra. Halsey, su
madre. Estuve bajo su supervisión hasta poco después de mi primera comisión de servicio".
"Quiero que tengas cuidado".

John frunció el ceño. Cortana domes có su cabello salvaje y sudoroso con un gesto nervioso.
"¿Por qué?" preguntó el jefe.
No era como si él no supiera eso, ya.

La mujer respiró hondo, sin endo un escalofrío que tenía poco que ver con el placer.
"Porque él es mi padre y sé que está tramando algo, por eso".
CONTINUARÁ
DIOS MÍO. TAN MUCHAS BOMBAS.
Les dije que mantuvieran la mente abierta. La trama se complica, pero no voy a hacer que sea tan di cil de seguir -dije
que solo estaba jugando con esta historia-. Marque mis palabras, hay cosas grandes por venir y orgasmos más deliciosos
también, ¡pero cosas grandes por venir! Estén atentos y hablemos de los acontecimientos de hoy. ¿Quién quiere que John
se enfrente a Locke? ¿Quién quiere que Cortana supere sus muchos, muchos problemas? ¿Quién quiere ver qué pasa
después? Sé que sí * guiño guiño * para que sepas qué hacer. Deja tus drogas ... quiero decir, tus pensamientos! ¡Los amo
a todos!
PD: Si no te gusta la introducción de personajes de otros fandoms, culpa a Cor Tenebrae. Fue idea suya. Lo hizo sonar tan
irresis ble que no pude evitarlo. Él es el diablo, te lo digo!
Muy bien, estamos de vuelta! Eso no tomó tanto empo, ¿verdad? * tose * Bueno, el episodio de hoy será interesante, no
muy sexy -bien, quizás un poco, no puedo evitarlo- pero muy, muy interesante * risa malvada * Nos estamos acercando a
la conclusión poderosa y sexy De esta pequeña serie corta! Estén atentos, nos vemos al final!
PARTE VII
Cortana preguntó por su padre solo una vez, y la respuesta que recibió fue lo suficientemente insa sfactoria como para
no querer volver a escuchar sobre él. El hecho de que ella lo conociera durante años, incluso haber sido su estudiante
universitario durante un par de meses, poco importaba cuando su madre escupió el nombre por fin. A ella ya no le
gustaba el hombre hecho pedazos. Inevitablemente, Cortana se convir ó en una reconocida cien fica por derecho propio
y, a lo largo de los años, había par cipado en varios contratos que la obligaron a cruzarse con el Dr. Robert Ford o algunos
de sus subordinados, por lo que conoció bastante bien a su lado profesional. .
Por eso le aconsejó a John que tuviera cuidado durante su propia entrevista. Ford era un hombre inteligente. Era un
experto en leer personas y hacer conjeturas educadas. Y un sujeto de SPARTAN II que él mismo había modelado solo
desde la infancia era el obje vo más fácil que había, tan suscep ble a la manipulación psicológica ...
Y como ella era la directora de la Base SHIELD, Cortana tenía el derecho de permanecer de pie en la sala adyacente como
tes go, detrás del escudo de espejo de una sola dirección, cuando Ford llamó a John. El Teniente y los otros dos
miembros del Jefe Maestro El equipo ya había terminado con sus entrevistas y todas las entrevistas se habían realizado
de manera muy similar hasta ahora. Todo fue grabado para análisis posterior, por supuesto; Video, audio y todo po de
signos vitales por igual.
Sin embargo, la entrevista de John fue un evento ligeramente diferente.

Incapaz de hacer algo sin entregarse, Cortana se sentó en una silla solitaria detrás del escudo del espejo de una sola
dirección y solo escuchó, una tras otra, las preguntas que Ford le lanzó a John, y las respuestas cuidadosas que John dio.
Se le explicó al Spartan que había un problema importante con su unidad y él, como líder del equipo, podría ser
considerado responsable si la SECCIÓN III no llegaba al fondo. El Dr. Ford fue lo suficientemente cuidadoso como para no
iden ficar el problema directamente y la mayoría de sus preguntas no tenían relación alguna y eran inofensivas. Cortana
sabía que las respuestas en sí mismas no importaban, que la entonación, la elección de preferencias y las pequeñas
alteraciones en los signos vitales de John le darían a Ford todo lo que quería saber.
Entonces, el anciano sacó las fotos ...
Había sido una trampa, tal como ella sospechaba.

Cortana no podía hacer nada más que mirar con creciente preocupación, y confiar en el ingenio de John.
xxxxx
Había una lógica oculta en el interrogatorio, y todo el empo que John había sen do como si hubiera estado caminando
por un campo minado. El espartano sin ó que pisó dos o tres de estas minas metafóricas, pero trató de dar lo mejor de sí
mismo para responder de la manera más neutral que se le ocurrió. Todas ellas eran preguntas tontas sin contexto. Incluso
tuvo que poner algunas muestras de color en el orden que considerara más apropiado, y aún no sabía qué tenía que ver
con su condición de líder y figura de autoridad del Equipo Azul. Sus ojos eran perfectos, que él sabía.
Devolvió el panel de datos después de la tarea de muestras de color, y el Dr. Ford asin ó.
"Bueno." El anciano lo saludó, re rando el disposi vo. Hizo tapping en él unas cuantas veces y luego miró a John,
aparentemente contento. "La úl ma prueba que tengo para es mucho más simple, solo enes que sentarte y relajarte
..."
Los relámpagos de la habitación se volvieron de un azul claro, la oscuridad se rompió solo por el reflejo de un cuadrado
blanco que apareció en la pared justo enfrente del asiento del Jefe Maestro. Ni siquiera se inmutó, pero sus sen dos se
pusieron en alerta. Él no estaba esperando esto. No mucho después apareció la imagen de una bonita puesta de sol sobre
un campo de flores altas, redondas y amarillas, desconocidas para él, en lugar del cuadrado blanco.
"... y dime las primeras palabras que vienen a tu mente con cada imagen que te mostraré. Comienza ahora". Dr. Ford
agregó, luego de un breve silencio.
Esto era algo nuevo, un juego que nunca antes habían jugado. Sin embargo, John analizó la imagen con bastante rapidez.
"Paz. Tranquila. Libertad". Dijo, luego se calló.

El doctor asin ó una vez, la imagen cambió.
Era un perro Un perro de combate mejorado del UNSC regular, animales enormes criados especialmente para ayudar a
los espartanos en el combate terrestre o equipos médicos en operaciones de rescate. Recurso común, como un pelícano
o una compañía marina. El equipo azul tuvo más de unos pocos compañeros caninos en los úl mos años. Buenos
recuerdos de criaturas valientes y nobles.
Las palabras vinieron fáciles. "Amigo. Leal".

La siguiente imagen fue un Sangheili, pero no cualquier Sangheili. El mismo Árbitro, uno de los más grandes líderes de su
pueblo y un buen amigo de la UNSC. John no reaccionó mal a la imagen de un extraterrestre al que tenía un gran respeto,
por el contrario, la visión de la familiar armadura segmentada de oro lo relajó. Otro que era más fácil que respirar.
"Ally. Honorable".
"Muy bien." El Dr. Ford se aclaró la garganta. "Mantente enfocado".

El cambio sorprendió a John. La siguiente imagen era la de un buque de guerra de la UNSC en combate con una pequeña
flota de Covenant. La nave de la UNSC estaba perdiendo la lucha, por lo que se podía ver; la mitad de su casco había sido
volado o derre do, parecía bastante triste. Pero espera, ¿solo una nave contra una flota?
"Emboscada." John escupió. "Derrota."

Ford levantó la foto de una ciudad no especificada que estaba siendo acristalada en cenizas. No importaba dónde estaba,
o si la imagen era real o un montaje, John había visto suficientes lentes para saber qué sen r y pensar sobre esto.
"Venganza." Era lo único que podía decir esa vez.
Siguiente foto, después de su breve silencio. La misma escena acristalada, aumentada para mostrar el primer plano de un
cadáver. Podía decir que una mujer, con la piel chamuscada y los brazos ligeramente cerrados alrededor de una figura más
pequeña, ensangrentada y ennegrecida por las cenizas y el humo, igual que ella. A ninguno de ellos le quedaba ni pelo ni
ropa, solo una fina capa de polvo que cubriría gradualmente sus restos hasta que ya no fueran visibles. Despedido,
olvidado. Víc mas sin rostro. Los signos vitales del Jefe Maestro se dispararon esta vez, diciendo lo que su rostro no
mostraba. Su estómago se encogió dolorosamente, aunque había visto peores en su vida como soldado.
Algo sobre estos cadáveres en par cular lo angus aba.
"Damnificados." murmuró, entumecido. "Pérdida. Lamento."
Ford gruñó algo, la siguiente imagen no fue tan rápida como las otras.
Esta vez fue la imagen de un manzano que crece en la cima de una colina abandonada. El árbol estaba torcido y la mitad
estaba quemada y muerta, pero la otra mitad era verde con hojas sanas, y las ramas estaban cargadas de manzanas rojas.
Fruta grande y deliciosa, lista para ser recogida. La erra en las raíces del manzano también fue manchada con pequeñas
hojas verdes, hierba de bebé que un día, muy pronto, se propagaría rápidamente a través de la devastación. El estómago
de John se asentó, y él suspiró.
"Renacimiento. Vida". El Jefe Maestro dijo, con confianza. "Esperanza."
Algo que podría ser iden ficado como un barrio suburbano, lejos de una gran ciudad. Era una foto de panfleto de algún
pueblo privado, lo más probable es que todo pareciera demasiado bueno para ser verdad, desde la hermosa casa hasta la
hierba perfectamente verde y la cerca blanca, la familia feliz sonriendo para la cámara y el pequeño perro con Una
mancha marrón sobre su ojo izquierdo. Había visto anuncios como ese antes. Propaganda, en su mayoría.
Un concepto perdido hace mucho empo, pero la gente se aferraba a él por alguna razón.
"Falso." dijo, de repente. Eso fue todo.
"¿Nada más?" Preguntó Ford, despreocupadamente.

"Es men ra." repi ó el espartano.
"Las familias son men ras, ¿Uno-uno-siete?" El doctor parecía muy interesado.
"No, es solo que ..." John comenzó de nuevo, en duda. "Ese po de familia se ve falsa".
"Interesante." El viejo volvió a golpear su libreta. "Probemos otra ruta, entonces."
El espartano miró la pantalla una vez más y contuvo el aliento.
Era una foto de una mujer no iden ficada ves da de civil, un ves do azul de verano y un amplio sombrero de paja,
sentado a la orilla del océano. Pequeña, pero bastante curvilínea, con forma de corazón, cabello corto y oscuro peinado
en la barbilla y una sonrisa tan cálida como mil soles. Sus ojos eran azules y brillantes, su piel pálida y frágil. Ella era muy
bonita, está bien. Esta mujer le recordó a John a alguien más. Ella se veía bien, contenta. La sonrisa en sus hermosos
labios no parecía ensayada para la imagen y el sen miento natural de la composición general hizo que la voz del Jefe
Maestro se quebrara:
"Real." dijo, antes de que pudiera controlar su lengua. "Quiero decir, se ve natural".
"No ene que explicar sus elecciones de palabras, Uno-Uno-Siete. Solo hable".
"Sí señor."
La imagen de la mujer desconocida se prolongó por un empo, el empo suficiente para que la mente de John
superponga la cara de Cortana con la de ella durante un milisegundo. Parpadeó y se obligó a mantenerse enfocado.
Como sucedió antes con la imagen del acristalamiento, la imagen de la mujer se expandió para mostrar más de la playa y
las olas del océano, un poco de hierba alta en la arena y un camino hecho de rocas planas, una estructura de hormigón
distante con algunas ventanas y muy poco color. Era acogedor a pesar de ser claramente un diseño de casa de posguerra
estandarizado. La arena estaba salpicada de huellas de un animal y pequeños pies humanos, los pies de un niño. La mujer
todavía estaba sentada en la arena, mirando hacia el niño ahora.
La imagen se demoró nuevamente, ya que los signos vitales de John se relajaron significa vamente.
"Casa." Dijo, de nuevo, sin pensarlo. "Futuro. Posibilidades. Proteger".

"Bien, ahora el úl mo".
Esta nueva foto era algo que no le llevó mucho empo iden ficar.
"Sacrificio", dijo John, mirando la imagen de un casco de MJOLNIR sobre una rejilla metálica. El lugar parecía ser una base
estándar del UNSC o un corredor de la nave. El casco estaba salpicado de rojo y su visor estaba rajado en el costado.
Verde oliva y de un modelo bastante genérico, an guo, pero ...
El Jefe Maestro no pudo evitar tener un mal presen miento sobre lo que estaba viendo.
El Dr. Ford apagó la pantalla proyectada y las luces dentro de la habitación se encendieron de nuevo. John parpadeó por
su adormecimiento y se levantó de inmediato, alto y orgulloso frente a su mentor, como siempre hacía. Sen a una
especie de frío, su traje exorbitante sonaba bajo y una sensación cálida inundaba sus sen dos y su piel, por todo su
cuerpo. El anciano estaba trabajando en su libreta, parecía muy ocupado con los gráficos y estadís cas, análisis de
ejecución y demás; pero después de un rato, notó que su tema seguía allí, esperando.
"Eso fue todo, Uno-Uno-Siete. Ya puedes irte. Gracias".

"Dr. Ford. Señor." John saludó con el mayor respeto y se marchó.
El espartano no iba a preguntar cómo lo hizo. Ninguno de ellos preguntó.
xxxxx
En la otra habitación y sin que John lo supiera, Cortana se apretaba las manos con fuerza contra su boca, todo su cuerpo
temblaba y sus ojos estaban llenos de lágrimas que, por alguna razón, se negaban a rodar por sus mejillas.
¿La peor parte? No tenía idea de por qué se sen a una perra ingrata otra vez.
O por qué ella también quería llorar.

xxxxx
La imagen de la playa, la casa genérica de la posguerra y la mujer con el sombrero de paja permanecieron en los
pensamientos de John durante un rato más de lo que quería admi r. Tanto empo que no sin ó que estaba siendo
seguido. Eso podría haber sido un error fatal en cualquier otro caso de su vida, pero esto ...
"¡Jefe principal!" La fuerte voz de un hombre hizo eco en el pasillo, junto con pasos rápidos y pesados. "¿Un minuto por
favor?"
John se detuvo y se dio la vuelta. No le gustó lo que vio.
"Spartan Locke". dijo, y saludó cuando el otro lo hizo.
Era di cil recordar su lugar en la cadena de mando cuando todo lo que quería hacer era golpear a Locke en la cara hasta
que todo estuviera ensangrentado e hinchado, pero John lo logró. Había muchos parámetros implícitos que verificaba en
el fondo de su mente cada vez que medía a un oponente. No sabía que lo estaba haciendo, todo estaba impreso en su
comportamiento tan profundamente que realizó el análisis en piloto automá co y los resultados simplemente flotaron a
la superficie de su conciencia.
Por ejemplo, el hecho de que este hombre, compañero espartano pero un hombre menor, no actuó como si lo
reconociera como líder. Spartan Jameson Locke estaba a cargo de su propio equipo y, algunos podrían argumentar, una
estrella en ascenso con una leyenda propia; pero todo lo que John podía ver era un macho más bajo, más voluminoso y
quizás más fuerte que una vez, hace algún empo, puso sus manos sobre la hembra que lo había elegido como
compañero ahora. Tal vez él era lo suficientemente bueno y por eso Cortana optó por acostarse con él, pero su presencia
la molestaba ahora. John no le importaba Locke todavía era un hombre menor, como Fred y todos los demás.
Nada personal, por supuesto. Sólo la supervivencia del más apto.

La cosa era que Locke no miraba hacia abajo, ni siquiera un poco, cada vez que se producía contacto visual. No se alejó a
escondidas, ni se apartó para dejar pasar al Jefe Maestro. Él no desis ó en sus intentos de ver a Cortana o hablar con ella,
a pesar de que sus acciones claramente no fueron bien recibidas por ella.
No. Locke se puso en camino, obligando a John a permanecer en el medio del pasillo.
Y él estaba sonriendo.
"Maestro jefe, es un placer conocerlo por fin".
Locke le ofreció la mano alegremente. John respondió al saludo con suficiente presión para aplastar la mano del otro
hombre, pero se encontró emparejado en fuerza. Miró al otro Spartan a los ojos. Muy bien, había sido bien aumentado.
"Igualmente." El Jefe Maestro dijo, por cortesía.

"He estado tratando de dejarte sola por algún empo, quería presentarme".
"Se quien eres."
Locke parecía un poco sorprendida. "¿Tú lo haces?"

"Cualquiera que tenga vínculos con la SECCIÓN III ha oído hablar de usted".
"Espero que solo hayas escuchado las cosas buenas, entonces". Aunque John no respondió, la orgullosa sonrisa de Locke
no se desvaneció y agregó, luego de un breve silencio. "Admito que logré hacerme notar, sí. Pero no creo que hubiera
llegado tan lejos sin , Jefe Maestro. Ustedes son una inspiración para todos nosotros".
John levanto levemente una ceja, no realmente sorprendido.

No quería presumir de eso, pero era una especie de ru na que dondequiera que estuviera desplegado o estacionado, la
gente le dijera a él oa su equipo algo como esto. Que peleaban porque él los había inspirado. Que estaban agradecidos
por su servicio, por su dedicación al deber, por su ayuda o lo que sea. Le hizo sen rse bien dentro de los límites de su
humildad, eso era cierto; saber que estaba trabajando por un bien mayor y que la Humanidad pudo reconocer que
calentó su alma, pero cuando Locke lo dijo, sonó ...
Como la imagen de propaganda de la familia feliz con la casa perfecta cerca de piquetes.
"¿Puedo recuperar mi mano?" Locke preguntó, con una breve carcajada.

John lo dejó ir lentamente. No le gustaba este hombre. No le gustaba en absoluto.
Y sabía muy bien por qué.
"Jefe maestro, realmente no puedo decirle cuán influyente ..."

Pero el Jefe Maestro ya no estaba escuchando. Pensó en Cortana inmovilizada bajo el peso de este hombre, gimiendo su
nombre mientras la golpeaba con fuerza, tal como a ella le gustaba. Se la imaginó en todo po de posiciones, con sus
pesados pechos rebotando, su piel perfecta cubierta de sudor y marcas de mordidas, rasguños, el sudor de este hombre.
Ese punto dulce y caliente entre sus piernas, goteando e hinchado, ansioso por ser invadido. John apretó los dientes bajo
una cara perfectamente tranquila cuando tuvo visiones de esa increíble mujer desnuda y se inclinó sobre su escritorio,
gritando de placer, mientras este hombre inferior la tomaba.
Cuando se vació dentro de ella y llenó su vientre con su hijo .

Pero lo peor ... John la imaginó besándola , y casi lo pierde.
Tal vez lo perdió, porque la sonrisa de Locke se desvaneció gradualmente y se convir ó en un ceño fruncido.
"Jefe, ¿estás bien? Te ves ... anormalmente inmóvil".
"Tengo un horario, Spartan Locke".
Locke palideció y levantó las manos de inmediato. "Por supuesto, lo siento. ¿Rain-check?"
John asin ó cortésmente antes de volver a intercambiar saludos y se alejó, dejando al otro Spartan estupefacto con su
mano derecha medio levantada. Cuando salió de las instalaciones médicas, el Jefe Maestro se dispuso a asegurarse de
que Cortana entendiera para bien que ella era suya y que debía cuidarlo ahora. Que no había hecho una mala elección
cuando lo eligió para criarla un hijo.
Y él sabía cómo hacerlo justo.
xxxxx
Cortana no tenía la menor idea de por qué había aceptado una invitación a cenar con su padre, pero allí estaba de todos
modos. Correcto; sí. El anciano había dicho que deberían cenar en algún momento, tal vez esa era la razón. Ya no
importaba Tenía la esperanza de tomar vino hasta que estuviera lo suficientemente borracha como para soportar la
conversación del doctor sin querer darle un puñetazo en la cara, pero recordó que esa noche tenía que hacerse una
prueba de embarazo, así que es mejor que no beba. No había estado bebiendo nada desde que llegó a la Base SHIELD,
por lo que valía.
Pero ¿por qué en sus aposentos, por el amor de Dios? ¿Por qué no pensó en ningún otro lugar?
El Dr. Ford había estado hablando acerca de su úl mo logro por un empo. Intentó comer su pasta y prestar atención,
pero fue di cil. Era tan aburrido. A ella no le importaban sus pequeños experimentos, no aprobaba ninguno de ellos.
Así que decidió cambiar de tema:
"¿Por qué estás aquí?" El improperio no la sorprendió tanto como debería. "Quiero decir, la SECCIÓN III podría haber
enviado a cualquiera a hacer esto. Puedo entender sus preocupaciones, pero no veo una razón lógica para su
par cipación, específicamente".
El doctor interrumpió su disertación sobre lo que fuera y la miró.

"Estoy aquí por One-One-Seven, específicamente. Es uno de los míos".
Cortana suspiró.
"Sí, pero aún así ..."

"No puedo revelar los resultados de la evaluación". El Dr. Ford la interrumpió esta vez.
Ella le dio una sonrisa exasperada. "Eso no es lo que te pregunto. Quiero saber sobre tu mo vación personal para viajar
hasta aquí, dejando atrás el viejo y acogedor Reach y ese apartamento que es lo más cercano que puedes estar con mi
madre sin que tengas que hacerlo. Visítala. Tienes veinte años más que ella, y ella ya no es una jovencita. Ninguno de
ustedes va a la acción, la acción por lo general está dirigida a usted ".
"No sabía que estabas tan preocupado por mis viejos huesos".
"No soy." se aseguró de aclarar, antes de morder un tenedor lleno de pasta.
El doctor Ford sonrió sin mostrar los dientes y asin ó.
"Como dije, él es uno de los míos. One-One-Seven siempre ha sido un misterio para mí. Cómo y por qué su madre lo
escogió no se me escapa ... Sé que hay más que gené cas incluidas, pero ciertamente eligió lo correcto. ende a vigilar a
aquellos que muestran capacidades excelentes y él es un espécimen excelente ". El Dr. Ford comentó, removiendo el
contenido de su plato con un movimiento lento diseñado para parecer perezoso, sin importancia. Después de unos
segundos, se detuvo y levantó su mirada azul descolorida para encontrar los ojos de Cortana. "Puedo ver por qué te atrae
tanto".
"Es un buen sujeto de prueba, sí". Cortana comentó, distraída.
El anciano estudió su hermoso rostro con detalle, en voz baja.

"En efecto." Dijo, después de un momento. "El programa de tu madre hizo un buen número con él".
¿El programa de su madre? Cortana frunció el ceño.
¿Y qué hay de su programa de adoctrinamiento? En todo caso, el Dr. Ford fue el culpable de los "fallos de programación"
que los sujetos de SPARTAN II podrían estar mostrando ahora. Tal vez no le gustaban los focos, pero era un bastardo
orgulloso: no perdería la oportunidad de poner su nombre donde todos pudieran verlo.
"¿Qué estás hablando ahora?"
"Lo hizo dócil. Confiable, obediente. Aburrido. No muy bueno en términos de interacción social o e queta humana
básica, pero eficiente y determinado. Ya sabes, como un perro. No irá más allá de lo que está entrenado para hacer. Es
"Simplemente no encaja dentro de su cabeza, su completa falta de crea vidad lo convierte en el soldado perfecto. No
ene ins nto rebelde, no desea morder la mano que lo man ene vivo. Solo una inmensa dedicación para complacer a los
superiores y el compromiso con el sacrificio supremo". había recogido su copa de vino durante el discurso, hizo una pausa
para tomar un sorbo y probar la bebida antes de dejar caer la úl ma línea: "Todo lo que este esfuerzo de guerra ha
necesitado, un perro bien entrenado".
Cortana se quedó en silencio por un momento.

Sus pensamientos bailaban alrededor de una pequeña frase. 'Ya sabes, como un perro' .
Un perro bien entrenado . Sin ó un bulto pesado dentro de su estómago y su mano derecha se enderezó para darse un
masaje inconsciente debajo de la mesa.
"Y para mantener a un perro domes cado así, necesitas eliminar las distracciones". él con nuó.
"Entonces, ¿qué estás buscando, exactamente?"
Ford agitó una mano, fingiendo desinterés. "Irregularidades. Los informes médicos y de rendimiento sugieren que Blue
Team está actuando fuera del rango esperado de comportamiento predecible. El grupo está interrumpido. Eso no es
bueno para ellos".
"No he visto nada fuera de lo común". Ella señaló, rápidamente.

"One-One-Seven simplemente no puede ocultarlo, no de mí". Su sonrisa era aterradora. Dijo que ya sabía todo lo que
quería saber y que solo estaba jugando con ella. O tal vez evaluándola. "Él es la fuente de la interrupción, y me intriga,
porque nunca ha estado sexualmente ac vo antes ... bueno, al menos en este nivel inhumano".
De repente, el corazón de Cortana comenzó a acelerarse.
Casi podía sen r en su piel cómo se reducía el empo cuando sus ojos se encontraban con los de su padre.
"Usted ya sabe." murmuró ella, enojada. Ella no era estúpida.
"Lo descubrí hace un empo. Tienes todas las caracterís cas más prominentes y deseables de tu madre, Elizabeth, pero
también algunos de sus rasgos más sórdidos. Crees que eres más inteligente que todos los demás. Y crees que tener un
hijo de Spartan es una buena idea."
Intentó mantener la cara seria y se las arregló bien, a pesar de que estaba gritando por dentro. Incluso cuando ella no
quería, su cerebro ya estaba atravesando por las muchas maneras en que esto podía ir de lado y conver rse en un
desastre público. Ya había encontrado vein trés escenarios posibles cuando sus labios se movieron de nuevo:
"Estoy de acuerdo con los rasgos sórdidos parte. Mi madre pensó que teniendo tu niño Fue una buena idea ".
"Puede que no te agrade, Elizabeth, pero eso no me hace menos correcto".
"¿Cómo te enteraste? Fui tes go de la entrevista, no lo hiciste ..."

"¿Un aumento sin precedentes en sus niveles de testosterona, informes de entrenamiento con resultados extraños, una
ac tud vigilante y depredadora en mi presencia? One-One-Seven es todavía un mamífero suficiente para ser tomado por
sus ins ntos masculinos alfa. Ha sido Sexualmente ac vo durante las úl mas semanas. Intensamente ac vo. Conozco a
One-One-Seven lo suficientemente bien como para saber que preferiría mantener sus frustraciones para sí mismo antes
que ir en busca de compañía, por lo que tenía que ser alguien con la autoridad suficiente para seducirlo a que rompiera el
protocolo. Descarté fácilmente a todos los oficiales de mayor rango, no fue di cil deducir que podrías estar en el otro
extremo de la ecuación. No tuve que leer sus informes médicos, que, por cierto, están clasificados por algún mo vo. Para
él, todo lo que tenía que hacer para confirmar era traer un posible rival, dispararlo ", comentó Ford, serio e incisivo esta
vez.
'Locke'. Pensó Cortana, sin éndose acorralada.
El anciano respiró hondo, exhalando lentamente después, y luego con nuó:

"Tu madre vino a mí en busca de un hijo y me lo dijo directamente. No quería una relación, aunque estábamos trabajando
juntos en el mismo proyecto. Tampoco me necesitaba involucrada con el niño. Ella sabía que La pequeña Miranda no
quería quedarse con ella en Reach, así que pensó que podría usar a otro niño para mi gar la soledad que eventualmente
la superaría. Estás siguiendo los pasos de Catherine, Elizabeth, pero no eres tu madre ".
Ella no podía tomarlo por tonto, eso era cierto.
Cortana se inclinó sobre la mesa estrecha.

"Por supuesto que no soy mi madre". dijo ella, enojada. "Sé cómo elegir a mis compañeros".
"Bueno, te elegiste un perro bien entrenado, tengo que darte un poco de crédito por eso. La cosa es que este perro no te
amará porque no puede hacerlo". Ford frunció el ceño, él también estaba un poco molesto. "Eres una versión mucho
mejor de tu madre, Elizabeth, enes un corazón que realmente funciona a empo completo. Se merece algo mejor. No
deberías maltratarlo de esa manera, deshacerte de tus sen mientos tan fácilmente".
Se encontró sin palabras otra vez, pequeñas lágrimas impercep bles y cálidas rebosantes de sus ojos. Le vino a la mente
el recuerdo de él mirando la foto de la mujer sentada en la playa, y cómo su postura general se había relajado. Incluso si
no sabía, si no podía entender, John anhelaba algo así; el queria la paz
No era un perro, pero necesitaba un hogar .
Algo que ella no podía darle, ¿verdad? Tan tonto
"Tenemos un acuerdo bastante específico". Ella dijo, lentamente. "John ... el Jefe Maestro y yo acordamos mantener esto
hasta que quedara embarazada, no hay nada más entre nosotros que el sexo y un propósito definido. Él aceptó ser padre
de un hijo para mí, acepté mantener su carrera intacta y el Arreglo en secreto. Nadie tenía que saberlo ".
"Su acuerdo secreto está poniendo en peligro nuestras posibilidades de ganar la Guerra del Pacto".
"Eso no es cierto."
"No enes idea de las consecuencias que esto podría tener para él". Ford insis ó. Luego, después de un breve silencio, su
tono cambió de nuevo y agregó, suavemente: "Y yo tampoco, para ser honesto. Esta oportunidad es tan buena como
cualquiera para hacer una inves gación, ¿no cree?"
¿Esperar lo?
Cortana se levantó de la silla, lentamente, con la mandíbula colgando a medio camino del suelo.
"... ¿No estás aquí para detenerme, entonces?"

"No hay nada que lo detenga ahora, Elizabeth". El anciano fingió una pequeña sonrisa.
¿Así que los iba a conver r en otro de sus experimentos sociales? Claro, porque había mucho que aprender de los
misteriosos espartanos, por supuesto. Eran como un po diferente y desconocido de humanos, hechos por el hombre
como muchas otras especies y cosas. Eran sólo especímenes. Lo dijo muy bien, incluso ella seguía pensando en John de
esa manera sucia y deshonrosa. Ella lo había considerado como una cosa, como una máquina que solo exis a para
complacerla y darle lo que quería.
Estaba tan jodido. Ella no quería sen rse así, ¡ no era como ellos!
Cortana se sin ó enferma, muy enferma. Enfermo de vergüenza y con un retorcido sen do de la traición.
Se sen a como si hubiera traicionado a John, por alguna razón.

"La cena ha terminado, tengo trabajo que hacer". Ella lo interrumpió antes de que el Dr. Ford pudiera decir una palabra
más, agarró su abrigo y casi se escapó de sus aposentos. Tuvo que encerrarse en su laboratorio toda la noche, solo para
estar segura.
Ella necesitaba aclarar su cabeza, pensar con cuidado.
Su padre no se iba a ir pronto, eso ya estaba arreglado.

xxxxx
Eran casi las 3 AM hora estándar de la Tierra.
Con todo el estrés de ese día, Cortana se olvidó completamente de su prueba de embarazo. Ella tenía demasiado en su
mente. Había un trabajo importante que hacer, el procesamiento de muestras del artefacto que venía del espacio, para
asegurarse de que no llevara nada dañino para las personas de SHIELD Base. Ella tenía ayudantes, por supuesto, pero esto
era algo que tenía que hacer sola.
Cortana suspiró profundamente y se frotó los ojos inyectados en sangre mientras el café negro y caliente caía en otro
vaso de plás co, uno que terminaría a medio terminar y se sumaba a su creciente colección de vasos de plás co
esparcidos por el laboratorio de riesgo biológico. Ella no quería mirarse a sí misma en un espejo, seguro que parecía una
mierda. ¿A quién le importaba, de todos modos? Levantó el horario de John en su panel de datos y notó que ya no estaba
de guardia, pero su e queta de iden ficación mostraba que se estaba moviendo. Después de analizar el patrón por un
corto empo, ella entendió lo que estaba pasando.
"Él viene de esta manera". Ella observó, algo asustada.
¿Por qué le molestaba tanto ver que él se movía por su propia voluntad?
Corrió a su oficina y se alisó un poco el pelo y la ropa, maldiciendo por lo bajo. Dejando a su padre y sus aposentos con
tanta prisa, no se acordó de cambiarse ese lindo y corto ves do con un estampado de flores azules sobre un fondo negro.
Tenía la sensación de que el Jefe Maestro iba a encontrarse con ella.
¿Por qué más estaría vagando a las 3 AM en lugar de dormir para estar bien descansado para su próximo turno?
Cortana se apresuró a limpiar su escritorio, rando tazas de café medio llenas de líquido. Cerró correctamente todas las
incubadoras de muestras y procesó los úl mos datos, guardando las placas de Petri con los cul vos biológicos que había
estado estudiando. Lás ma que no tuvo empo de analizar esas pequeñas manchas amarillas, como el polen.
Tenía que asegurarse de que no fueran esporas de inundación, pero ...
Él golpeó la puerta de cristal y ella tragó un grito. Mala llamada, mala llamada. Estaba demasiado nerviosa, no ves a
adecuadamente, su oficina estaba tan abierta. Las rondas de seguridad eran cada cuarenta y cinco minutos, dejarlo entrar
era una mala idea ya que no tendría ningún problema en hacer desaparecer sus bragas.
Se dio cuenta de que había pulsado el control de la puerta antes de poder decirse que no debía hacerlo.
Maldita sea. Maldita sea maldita sea.
'Cortana, ¿qué diablos?' su mente consciente le gritó.
No había empo para discu r, él ya estaba dentro. Ella tuvo que sonreír para disimular su angus a.
¿Cómo podría ella mirar su cara otra vez, después de todo lo que había sucedido ese día? Ella sabía que tenía que hablar
con él tarde o temprano, intercambiar información sobre la entrevista y lo que acababa de enterarse de su padre, pero
Cortana sabía que este no era el momento para eso. Parecía sereno. Sus ojos, azul acero y depredadores como siempre,
parecían pacíficos.
"Jefe." ella lo saludó "¿Qué estás haciendo tan tarde, eh?"
"No pude dormir".

Respuesta directa, bien.
"Tengo mucho trabajo que hacer." Ella trató de jus ficarse, nerviosa. "Entonces, si no te importa, prefiero volver a eso.
Puedes verte afuera".
'Ir. Por favor, sólo vete. Obedece y vete ... haz lo que te digo.
—Sigues tratándolo como a un perro. Buen trabajo, Cortana. dijo su otro lado.
'¡Cállate! ¡No puedo dejarme llevar esta vez!

"No te importó mucho cuando te llevó a un baño y te dio algo".
Que te jodan Puedo controlarme a mí mismo.
"Spartan Locke llegó a mí más temprano hoy".

Cortana se congeló en el acto de darse la vuelta para escapar al laboratorio de riesgo biológico.
"¿Qué quieres decir con que te consiguió? ¿Qué dijo?" preguntó ella, preocupada.
"Nada relevante".
"¿Que dijo el?"
"No fue lo que dijo." Él miró hacia otro lado, presionando sus labios juntos.
Eso le llamó la atención más de lo que debería. Tanto sus palabras como su ac tud.
Ella olvidó que no debería estar tan cerca de este hombre y se acercó a él, con los ojos siempre en la cara. Parecía ...
molesto, tal vez? ¿Qué podría ser tan malo para afectarlo de tal manera?
"¿Qué pasó, jefe? Si no me lo dices, no puedo ayudarte".
"En realidad, no puedes ayudar. Tengo que resolver esto yo mismo".

"¿Qué quieres decir ahora?" La frustración se deslizó en su voz.
Respiró hondo, su ancho pecho y sus hombros parecían es rarse haciéndolo parecer aún más grande, más pesado. Ella
no dijo nada, solo esperó y no perdió la oportunidad de mirarlo bien . Dios mío, a ella le encantaba mirarlo y preguntarse
cómo se vería su hijo. Le tomó una eternidad lograr llegar al punto, algo que no era usual:
"No me gusta él".

"Bueno, a mí tampoco me gusta, lo dejamos claro el otro día. ¿Recuerdas?" La mirada que le dirigió le dijo que recordaba
bastante bien, cada segundo. La piel de Cortana se hizo más caliente. "Mire, jefe, si cree que no puedo ayudar, entonces
probablemente no pueda. Ahora, si puede ..."
"No me gusta saber que te tenía".
Ella contuvo la respiración por un segundo o dos, sorprendida.

"¿Por qué?" ella tenia que preguntar "Es historia an gua, dije. Ya no me ene".
'Jesús, ¿está celoso de verdad?' pensó.
"¿No era eso lo que querías, para desencadenar sus ins ntos masculinos para que pudiera follarte mejor?"
'¡Así no! ¡Esto no es un juego! ¡No estoy intentando encenderlo ahora mismo!
"Y tampoco me enes a mí, por lo que vale. Lo sabes, ¿verdad?" ella añadió.
Gran error. Ella no debería haber dicho eso.
Los ojos de John se oscurecieron de inmediato, su postura se volvió bastante agresiva: los puños apretados, los pies
ligeramente extendidos, los hombros rígidos. Oh, él estaba en algo. Cortana dio un paso atrás, aunque en realidad no le
tenía miedo ... no. Ella no podía creerse a sí misma. Ella se estaba emocionando.
"Tú eres mío". Gruñó, pero no era una amenaza. "Lo mío es hacer lo que quiera".
"Hasta que me quede embarazada, así es".

Él tragó fuerte, más duro que ella.
"Tu dijiste..."
Ella trató de mantener la cara seria. "Solo puedes joderme tan bien porque te lo permito. Lo consiento cada vez. Sí, quería
tener algo de buen sexo y sacar a un bebé, no tengo ningún compromiso, pero no puedes olvidar. que no me enes. El
UNSC te posee, y yo soy el UNSC ". Cortana respiró hondo. "Todo lo que digo cuando estás muy dentro de mí, llenándome
... eso no cuenta. No es real, John. Me comprometo a ser tuyo y solo tuyo mientras que este acuerdo se considera que
dura, pero no lo hago". te pertenece."
Ella lo vio. Oh, ella vio el dolor y la ira en sus ojos.
La las mó también, por supuesto Ella apretó los labios y trató de calmarse.
"Cortana ..." intentó moverse.

"Quedarse atrás." ordenó, cuando su trasero chocó con el borde de un escritorio.
Dio un gran paso adelante, ignorando su súplica.
"Cortana". Juan repi ó, con un gruñido.

Ella se dio cuenta de que esta era probablemente la primera vez que él abandonaba los trámites con ella. Él había sido
disciplinado y respetuoso incluso en sus momentos más sucios, manteniéndola siempre en esa posición superior
discu ble en la que ella todavía era la jefa, siempre la llamaba señora , pero esta vez usó su nombre.
Bueno, él no dijo 'Elizabeth', pero ...
Tal vez no estaba hablando con Elizabeth en este momento.

Tal vez ella no era Elizabeth Halsey cuando estaba con él. Solo era Cortana, una mujer a la que había ayudado a levantar
de las cenizas de un cien fico infeliz, siempre ocupado y estresado permanentemente. Una zorra en celo que presionó
sus botones hasta que no pudo soportarlo más. Una loba que quería ser domada y que necesitaba con urgencia un
maestro adecuado, un maestro que no aguantara su mierda.
Pero él nunca lo estaría, el Dr. Ford tenía razón en esto.
Domar. De confianza. Aburrido. El soldado perfecto.

Un perro bien entrenado .
Cortana apretó sus puños, molesta. John era mucho más que un perro entrenado. Ella podría probarlo, ¿no? No. No, todo
lo que haría a con nuación, si ella lo dejara acercarse, sería lo que ella esperaba de él. De confianza. Estaba casi segura de
que esta vez él no la sa sfaría completamente a menos que ella lo obligara a trabajar para ello. Ella tuvo que empujarlo,
sacarlo de la cáscara del soldado perfecto y el perro domes cado. Si ella quería probar que alguien estaba equivocado,
tenía que ser así.
Tuvo que desatarlo por completo, conver r a este hombre en una bes a en celo. Estaba enojado y estaba herido, y tal vez
esto era lo que se necesitaría para llevarlo al siguiente nivel. No tenía idea de cuándo había cambiado de opinión y había
decidido que iban a tener otra de sus sesiones más animadas allí mismo, pero estaba resuelta.
Ahora, ella también tenía que abandonar sus propias restricciones .
Su corazón dio un vuelco y se lamió los labios, preparándose para la acción.
"Mi nombre es Elizabeth Sarah Halsey". gritó ella, su culo apoyado contra la mesa del escritorio.
"Me gusta más Cortana". Gruñó, percibiendo su excitación.

Se acercó lo suficiente como para dejar caer su impresionante sombra sobre ella, para oler el perfume que ella había
elegido usar para esa estúpida cena. Ella también podía olerlo, un jabón estándar y un hombre enojado listo para saltar.
Combinación explosiva. Irresis ble.
"Ese no es mi nombre." ella insis ó.

"Es lo que eres para mí. Es en lo que estoy pensando ahora".
La mirada intensa en sus ojos azul acero añadió silenciosamente "Es a quien quiero follar sin sen do de la forma que
quiera". , y ella tragó muy fuerte, otra vez. Entonces Cortana notó que estaba mirando sus labios llenos y separados,
como tantas otras veces antes de esto. Pensó en ese úl mo encuentro en el baño, en la forma en que casi se resbaló y le
dio un sabor a su boca. Su corazón dio un vuelco, la endo cada vez más rápido. Se imaginó que se mordió el labio inferior
y gimió tan sexualmente, y sus bragas se sin eron extrañas de repente, el olor de eso lo hacía cada vez más incómodo.
Sus ojos oscuros brillaban de deseo, cada cen metro de su cuerpo gritaba por su toque.
Por el amor de Dios, ella quería que él usara sus labios y su lengua en todas partes.
"¿Qué soy para , entonces?" Ella no pudo evitar soltarse. "Pensé que los dos estábamos de acuerdo en que esto era solo
sexo. Y beneficios, por supuesto, pero sobre todo sexo".
Él no respondió, solo la acorraló entre el escritorio y su insuperable presencia. Sus manos fueron directamente a
detenerlo, descansando sobre su pecho en caso de que tuviera que empujarlo. Como ella podría, de todos modos.
Ella no tenía oportunidad, ni manera de resis rse.

"Juan." ella gimió, incapaz de hacer otra cosa que cerrar los ojos.
"Hueles como en casa". Susurró, frotando su nariz y frente en su mejilla.
Eso fue todo lo que tomó. Ella tragó un chillido, sus labios temblaron cuando su estómago se encogió y sus rodillas se
debilitaron. Se las arregló para recuperarse antes de que sus piernas se rindieran, pero nunca antes había estado tan
excitada. El sonido de su voz, la intoxicante proximidad de su enorme cuerpo, la promesa de un orgasmo que haría que
sus ojos se posaran en la parte posterior de su cráneo. Estaba empezando a creer que él era el único que podía darle todo
eso.
Así que ella se rindió. Porque era estúpida, en su mayoría.
"Lo siento, John". ella maulló "Lo siento mucho..."
El momento del primer contacto era algo que recordaría para siempre. Sus labios tocaron los suyos y ella sin ó el fuego
correr por su sangre. Sus rígidas manos de repente estaban agarrando su cintura, acercándola más. Este hombre no tenía
la menor idea de cómo besar, pero ella podía cubrir eso con ambas: simplemente dio el primer paso y tomó su boca,
chupándose el labio inferior hasta que él gruñó por lo bajo. John no tardó en aprender a hacerlo. Pronto él fue el que
siguió sus pasos, pero cuando sus lenguas se rozaron, él fue el que produjo un gemido de sorpresa.
El Jefe Maestro trató de alejarse, su respiración era tan irregular como la de ella, pero Cortana cerró sus manos en la nuca
y atacó hacia adelante, aplastando sus labios una vez más, chupando y mordiendo y saboreando una y otra vez. Sus
dedos luchaban entre sí tanto como sus bocas intentaban conquistarse entre sí, en cualquier forma que pareciera más
agradable.
Probablemente fue el peor besador de todos, pero ella lo disfrutó mucho. Había una clase de dulzura incomparable que
ella no pudo resis r.
"Lo siento." ella seguía diciendo, mientras sus enormes brazos le rodeaban la cintura y la levantaban.
Cortana con nuó susurrando esas palabras hasta que él rompió el beso y aplicó sus labios debajo de su barbilla, directo a
su garganta. Ella se echó a reír, tanto excitada como encantada. Dios, ella podría acostumbrarse a esto .
Una parte de ella quería acostumbrarse a esto ...
Su rastro de besos con la boca abierta y el juego de la lengua terminaron en el profundo escote de su ves do, justo entre
sus pechos turgentes levantados por el encaje negro de latón. Él enterró su nariz entre los dos mon culos suaves y cálidos
y respiró su aroma, sosteniéndola en el aire contra su propio cuerpo. Estaba peligrosamente cerca del techo, pero se
sen a mucho más alta.
Cortana echó la cabeza hacia atrás y cerró los ojos.
Sus dedos acariciaron la parte posterior del cuello del Jefe Maestro, y los pelos cortos en su cuero cabelludo.
"Fuck me, John". Ella susurró, entre respiraciones calientes y rápidas. "Fóllame como nunca lo hiciste antes".
Él sonrió contra su piel y besó el valle entre sus pechos.
"Sí, señora."
CONTINUARÁ
Bueno, un poco me gusta cómo salió la entrevista. Los dejaré a todos colgando de un hilo esta vez, soy malvado de esa
manera. Sí, tendrán una cogida gloriosa y reveladora en el próximo episodio, lo prometo. Locke es un poco molesto, ¿no es
así? ¿Y qué hay de papá retorcido, eh? Ese hombre me asusta. ¡SE BESARON! ¡SÍ, FINALMENTE! Espero que se hayan
diver do, el siguiente capítulo es el comienzo del arco final, así que permanezca atento y, por favor, dígame qué le parece
la actualización de hoy. Abróchate los cinturones de seguridad. ¡Mantente segura y sexy, marines! Los amo a todos.
PD: Muchas gracias Cor Tenebrae por la lectura beta. Estoy siempre agradecido nn
¡Hola, pequeños perver dos! No tan poco, espero. Sabes que si no enes al menos 18 años, deberías GTFO de esta
página, alma pura. Si todos somos mayores de 18 años, podemos con nuar, porque si recuerdo bien, la úl ma vez que
dejamos Cortana con una gran dama y ahora es hora de ponernos a trabajar. ¡Abróchate los cinturones de seguridad,
como siempre digo! Esto va a ser un viaje más duro, amigos ...

PARTE VIII
No podía creer que esas palabras hubieran salido de su boca.
'Fóllame como nunca lo hiciste antes'. , ella había dicho.

Ahora su corazón la a tan rápido que casi saltaba de su pecho, la sangre corría por todas partes debajo de su piel febril.
Esto fue. Esto tenía que ser lo que ella había estado esperando. Y sin siquiera saber que iba a suceder esa noche, Cortana
ya estaba preparada para ello.
Después de años de experimentación, llegó a la conclusión de que la ropa interior sexy aumentaba su confianza y la
forma en que disfrutaba del sexo. Lo que era un fas dio, porque la lencería era de hecho un lujo y, a raíz de Covenant
War, el encaje era un ar culo extremadamente di cil de conseguir. Como una mujer de cierta riqueza, podía gastar
algunos créditos adicionales aquí y allá, y no le importaba pagar los valores demasiado caros que algunos vendedores
ponen en esas piezas; poseerlos la hizo sen r casi tan buena como usarlos. Su preferencia era encaje negro o azul
vibrante, diseños hermosos y delicados con texturas inusuales y una can dad increíble de cuerdas delgadas que podrían
abrazar y apuntalar cada parte imaginable de su cuerpo.
Ninguno de sus compañeros se quejó, tenía un gusto excelente. Sin embargo, algunos sets que le gustaba mostrar de vez
en cuando y otros que guardaba para sí misma. Para una ocasión especial, tal vez. Era una realidad que el algodón era
cómodo y seguro, fácil de conseguir. Sencillo y aburrido, pero era bueno para la economía. Elizabeth Halsey usaba
algodón la mayor parte del empo porque tenía que enfocarse en cosas más importantes, su trabajo era clave para salvar
a la Humanidad y necesitaba dedicación.
Pero esta 'Cortana' que la Jefa Maestra había venido a revelar ... ella era especial .
A ella solo le importaba el placer, no tenía miedo de tener demasiado sexo o de irse de las manos. Si no se la supervisa,
todo lo que puede hacer es pensar en nuevas formas de atraer a John o desafiarlo para que tome la inicia va y la tome.
Necesitaba más y más, de él y de su toque. Era una forma rara de locura, el desarrollo de este alter ego increíblemente
sexual que solo exis a si este hombre lo provocaba, y no le costó mucho convocarla. Hacía que Cortana se sin era como
una diosa oscura traviesa, su poder sensual amplificado por la caricia del encaje negro en su piel suave y pálida y sus
dedos ásperos debajo de la falda de su ves do tonto.
Esa noche, ella optó por usar encaje para una cena con un padre al que despreciaba solo porque él no podía ver debajo
de su ves do, ver cuán atrevida se había vuelto. Pero a John se le permi ó ver, tocar y agarrar y lamer y morder, dividir y
conquistar. Esto era para él . La otra mujer, la oscura y sensual diosa, se había adelantado a Elizabeth y se había hecho
cargo del juego.
Todo lo que el cien fico podía hacer ahora era sentarse, relajarse ...
Y diver rse ella misma.

xxxxx
Cortana gimió cuando la dejó caer sentada sobre la superficie fría de una mesa de trabajo, más alta y más ancha que su
escritorio. Ella cayó tan fuerte que sus dientes hicieron ruido. Ella extendió las piernas para permi rle acercarse más y,
tan pronto como intentó tocar, la Jefa agarró ambas muñecas y las empujó hacia atrás.
"No." dijo él, con gravedad. "Yo te mostraré."

"¿Qué me vas a mostrar?" Ella preguntó, su aliento caliente y pesado.
Sin respuesta directa, solo una mirada intensa que envió un escalofrío de miedo por su espina dorsal.
No, no era miedo . Fue emocionante. Alegría. Deseo.

Tenía esa mirada de determinación que era tan diferente de su ac tud profesional. Tenía un toque de desa o, la
encantadora chispa de la rebelión. "Me ordenas todo el empo, ahora estoy a cargo". , dijo, y ella lo amó. Cortana dibujó
una sonrisa torcida y dejó que él guiara sus manos detrás de su espalda, ella agarró sus propias muñecas como señal de
promesa de que se quedaría. El aire dejó su pecho lentamente cuando sus manos corrieron por sus caderas y luego hasta
sus hombros, a entas sus pechos en el camino.
"Te mostraré por qué realmente me elegiste a mí y no a nadie más". el gruñó "Te daré lo que quieras. Todo eso".
Aproximadamente, el Jefe Maestro tomó las aletas de su bata blanca y se la bajó por los hombros hasta que pasó los
codos, luego procedió a deshacer el nudo que mantenía su pequeño ves do apretado alrededor de su cuerpo. Se quitó
las corbatas y extendió la tela, revelando la piel, las curvas y el encaje negro que había debajo ... se quedó quieto por un
minuto entero, solo devorando la vista con ojos hambrientos. Una intrincada telaraña cosida por manos expertas, medida
hasta la perfección de sus atributos sustanciales. Pasó la punta de sus dedos sobre las suaves telas, admirando cómo las
cuerdas finas y apretadas se clavaban suavemente en la piel de su cintura, haciendo que las curvas de sus caderas fueran
más pronunciadas y redondeadas. Más cuerdas abrazaban sus pechos, dejando muy poco a la imaginación.John frotó su
pulgar sobre uno de los duros pezones y su suspiro de placer lo hizo revivir violentamente.
Nunca había visto algo así antes, pero no podía decir que no le gustaba. Era inusual y hermoso. Delicado. John sin ó un
extraño impulso de destrozarlo todo con sus dedos, excitado de una manera que no podía explicar.
La quería desnuda y esta cosa estaba en camino.
Ella sin ó su interés y se inclinó hacia adelante, arqueando la espalda para empujar sus pechos sobre su pecho. Sus
piernas se apretaron alrededor de su cintura, uniendo sus cuerpos. Ella se atrevió a rozar sus labios con los de ella,
robando un rápido beso, colocando otro en su barbilla.
"De nada." Cortana se rió entre dientes, notando lo duro que se volvió contra su muslo. Llevaba su atuendo estándar de
descanso, pantalones gris oscuro y camiseta blanca con sus designaciones cosidas en las mangas y en el lado izquierdo del
arcón. Mucho más fácil de eliminar que el traje de combate listo para el combate. "¿Qué dijiste que me ibas a mostrar?"
Sin decir una palabra, la Jefa Maestra también se bajó el ves do y se ató los lazos alrededor de los brazos, junto con la
bata de laboratorio. Cortana se quedó sin aliento. Ella entendió muy tarde lo que estaba pasando ...
"Espera, ¿qué estás haciendo? No puedo mover mis brazos. Déjame ir".
Fue entonces cuando él agarró su cintura con ambas manos, enredando sus dedos gruesos en las cuerdas negras. Solo
tomó un rón rápido para romperlos y ver cómo la pequeña prenda se deshacía entre sus piernas abiertas.
Horrorizada, Cortana gritó: "¡Oye! ¡Eso es caro, no puedes ...!"
Su protesta se derri ó en un gemido estrangulado cuando John atacó su cuello, pellizcando y lamiendo y besando la piel
sensible hasta que ella dejó caer su cabeza hacia atrás. Podía sen r sus manos ásperas por todas partes. Se había vuelto
bastante ingenioso, y todo era culpa suya. Ella lo había dejado así, ella había sido la que lo alentaba, lo provocaba. Podía
tener una mente simple cuando se trataba de la obediencia y el deber, pero ciertamente no era claro cuando se trataba
de sexo. Sin cultos, tal vez, que compensó con curiosidad y determinación. Él era un experto en la guerra, su mente era lo
suficientemente peligrosa como para conver rse en un amante hábil si ella seguía presionando. Sus deseos eran el límite.
Sí, Cortana sabía que podía acostumbrarse a un amante entusiasta como él, en cualquier momento.
Otra emoción la sacudió, esta vez fueron sus dedos alcanzando el centro húmedo de su núcleo, desde atrás. Una mano
grande se extendió sobre su culo, la otra extendió los labios de su coño. Se sen a acalorada, agitada. Sus caderas se
doblaron involuntariamente; un suave gemido, su voz ronca zumbando en su oreja mientras su boca seguía cavando
debajo de su mandíbula.
Ella no podía tocarlo, y eso la estaba matando.
"Déjame ir." ella gimió "Por favor, John. Quiero sen rte, necesito ..."
"No he terminado con go todavía." él era agudo, al mando.

Ella se mordió el labio inferior, tratando de soportar las chispas que sus dedos frotaban en su clítoris y labios. Más duro,
más profundo, más fuerte . Temblando, Cortana hundió la cara en su pecho y comenzó a jadear repe damente, gimiendo
en una mezcla de placer y placer, tan madura y lista que el orgasmo la tomó completamente por sorpresa cuando llegó.
"¡Por favor!" Ella rogó, su voz amor guada por su camiseta. "¡Oh Dios, por favor!"
Todo su cuerpo se tensó contra su pecho, temblando y retorciéndose; ni siquiera podía gritar, solo cerrar los ojos tan
fuerte que dolía y sobrevivir oleada tras oleada de sensaciones de hormigueo vagando por su carne. Se las arregló para
hacer que ella viniera sin siquiera deslizar un dedo dentro de ella, no había necesidad de eso. Ella no podía decir que no
estaba impresionada. El empo pasó mientras su corazón y su respiración se desaceleraban, se encontró apoyada contra
su pecho y cojeando en sus manos, los dedos del Jefe Maestro acariciando suavemente la redondez de su culo y la suave
curva de su espalda. Había una extraña dulzura en la forma en que la sostenía.
Cortana suspiró, perdida en la dicha. ¿A quién le importaba si estaban en su laboratorio, de todos modos?
Ella no estaba en su sano juicio cuando preguntó:
"¿Qué quieres de mí, John?" Su voz salió como un gemido irregular.

De nuevo, no hay respuesta directa.
Él la asió por los hombros, sentándola recta. Cortana se estremeció al sen r la cálida mesa de acero que rozaba su vagina
inflamada y sensible. Oh cristo Ni siquiera quería pensar en la mancha, se sen a húmeda e incómoda, pero muy caliente.
Defini vamente no iban a parar allí, ¿verdad?
Examinó el acerado azul de su mirada, reconociendo una flagrante chispa de suficiencia.

En otras circunstancias, la habría enfadado.
En esta circunstancia, la hizo más caliente .
"Entonces, ¿esto es todo?" ella ar culó, desafiante, fingiendo no sen rse impresionada. "¿Ya terminaste?"
"No." Entrecerró los ojos, calculador. "Estoy empezando".
"Oh, así que enes un plan".
"Tengo empo . Y no vas a ninguna parte".

Cortana tragó saliva. Deseaba que él le soltara los brazos para poder meter sus manos dentro de sus pantalones y darle
una buena lección sobre cómo tratar a una dama. Ella apostó a que podía hacer que se derramara en menos de diez
segundos, a juzgar por la dureza de su erección. En lo más profundo de su mente, se imaginó tomando esa semilla en su
boca, acariciando su polla con su lengua, haciéndolo vulnerable y débil. Una parte de ella quería hacerle pagar por su
traicionero ataque, pero ella quería más para estar a su merced. Y ella sabía que a él le gustaba más así.
Su corazón palpitaba al darse cuenta: esa iba a ser una noche larga y larga.
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Había tomado cada gramo de sen do de la estrategia en su cuerpo para controlarse y no solo acostarla en la mesa de
trabajo y joderla más allá de la cordura. Estaba en el dolor. Tan duro y tan ansioso que la fricción de las telas en la cabeza
de su polla lo hizo estremecerse, pero también estaba tan enojado con ella que estaba decidido a no darle lo que más
quería hasta que estuviera sa sfecho primero. Y tenía curiosidad por muchas cosas.
"Tengo empo." El Jefe Maestro dijo, muerto en serio. "Y no vas a ninguna parte".
Sí, ella no iba a ninguna parte. Y él no iba a soltar sus brazos, todavía no. John bajó la cabeza y le besó la comisura de la
boca; ella reaccionó de inmediato devorando sus labios con pequeños gemidos desesperados entrelazados. El olor de su
excitación siguió llenando sus fosas nasales, minando un poco más su determinación con cada respiración.
Él tenía que concentrarse. Había cosas que quería hacer primero.

Cosas que quería hacerle a ella , más concretamente.
John era consciente de que en el departamento de besos no era el mejor, pero de todos modos le gustaba y siempre
había estado soñando con una caricia tan simple. Los destellos de las sábanas blancas y el sonido lejano de las gaviotas lo
atraparon con la guardia baja, ver endo una dosis descuidada de genuino cuidado en la forma en que probó su boca a
con nuación.
Salió de él cuando la realización lo golpeó de nuevo. No esta bien. Ahora no.

Ella todavía le dio dos, tres besos más suaves antes de alejarse.
La dulce y cálida sensación del momento fue aplastada cuando ella apretó sus piernas alrededor de su cintura otra vez,
frotando su entrepierna desnuda sobre la suya. El Jefe Maestro gimió, pero no completamente disgustado. Ellos iban a
llegar allí, eventualmente; sólo que ella le rogaría primero, sin embargo.
"Pensé que me ibas a joder." Cortana gimió.

"Voy a." él prome ó. "Simplemente no todavía."
Agarró un puñado de su cabello y ró de su cabeza hacia atrás, lo suficientemente áspera para hacerla gritar y reír al
mismo empo, y la puso de nuevo sobre la mesa. El aparato era lo suficientemente alto como para que él se agachara
cómodamente, pero él apostó a que sus pies no tocarían el suelo cuando era su turno. Los senos de Cortana se
levantaron, contenidos por la prenda negra y el pronunciado arco de su espalda, se inclinó hacia delante para apoyar su
peso también en ella, obligando a sus piernas a abrirse más. No le importaba ese latón negro, de lo que estuviera hecho.
Podría permanecer encendido por ahora. A pesar de que, John apretó sus caderas hasta que ambos tuvieron que apretar
los dientes, Cortana lo llamó por algo que no entendía.
Encontró el borde de encaje de sus medias de color canela y deslizó dos dedos debajo de cada una. Entonces, él miró su
rostro, y esperó.
Sus mejillas se enrojecieron de ira.
"No." Su voz era como un trueno.
John sonrió un poco.

"Juan, no". ella repi ó "Sólo quítatelos, no los rompas. Te lo advierto".
No hay permanencia o indicio de comprensión. Ella frunció el ceño profundamente.
Pero antes de que ella pudiera abrir la boca y gritar de nuevo, le arrancó las medias de las piernas y se quitó los zapatos
de tacón bajo por el camino. Cortana tragó un bramido enojado golpeando la superficie metálica con la parte posterior de
su cabeza, repe damente, mientras murmuraba todo po de insultos. 'Bastardo' e 'hijo de puta' y 'imbécil' fueron los
menos coloridos. Ella pareció calmarse cuando él se apoyó en ella nuevamente y la acarició muslos y caderas
completamente desnudos, aún más cuando le besó el cuello y la garganta.
"¿Sabes lo di cil que es conseguir ropa interior de buena calidad?" ella gruñó "Me gustaron esas medias, era mi par
favorito".
"Estaban en mi camino". él explicó.
"Por supuesto que no en endes, el UNSC te da todo lo que necesitas".

El Jefe Maestro gruñó algo contra su pecho y usó sus dientes para bajar el borde del latón, sacando un pecho y luego el
otro. Mucho mejor. Cortana suspiró profundamente cuando atrapó un pezón con la lengua y ella comenzó a gemir de
nuevo cuando él jorobó ligeramente en su entrepierna, al principio lentamente, pero cada vez más fuerte y más profunda
hasta que ella gritó y lo llamó hijo de puta de nuevo, luchando con El abrigo y el ves do que mantenían los brazos atados.
Tiempo de seguir adelante. John rompió el abrazo de sus piernas y se apartó, solo para agarrarla por las caderas y
voltearla sobre la mesa. Como sospechaba, sus pies descalzos colgaban a unos cen metros del suelo y su invitante
trasero estaba a la altura justa para que su polla la devastara de una vez por todas.
Él podría haberla follado tonta en ese momento, pero ...

Pero ella tenía que rogar . Sí, ella iba a rogarle esta vez.
John podía oír sus respiraciones trabajosas. Pensó que no era muy cómodo acostarse boca abajo así suspendido, aún
menos con los brazos detrás de la espalda, pero confiaba en que ella se rendiría pronto.
"Está bien, puedes dejarme ir ahora". ella se quejo

"Solo un poco más largo."
El Jefe Maestro dejó caer una rodilla frente a su magnífico culo, ambas manos agarrando suavemente la parte posterior
de sus muslos, justo debajo de las mejillas carnosas. Ella gimió de angus a cuando él usó sus pulgares para separarla,
revelando el punto dulce escondido, todo brillando con sus jugos, moviéndose ligeramente. Allá abajo, en el fondo de una
delicada hendidura, había un pequeño botón rosa. El olor . Fue el almizcle en su aroma lo que lo obligó a tocar, a frotar su
pulgar a través de esa hendidura y masajear el botón.
Le sorprendió un poco escucharla gritar y apretar sus muslos juntos.

Su reacción lo animó a seguir adelante. Frotó hasta que los jugos se derramaron más y más, las contracciones se
intensificaron. El olor se hizo más fuerte. La tentación se apoderó de él y, sin pensar mucho, John apretó la lengua con el
pulgar; esta vez fue recompensado con una serie de gemidos y escalofríos sorprendidos.
"Oh Dios mío." Ella suspiró, su aliento se detuvo de nuevo. "¿Dónde aprendiste eso?"
John no estaba escuchando. Usó ambos pulgares para separarla y se concentró en explorar los pliegues húmedos con su
boca. Cortana comenzó a luchar nuevamente, ella sin ó otro clímax entrante tan bien como él. Su cuerpo no podía dejar
de temblar contra su lengua. Tan cerca. Sabía que ella estaba cerca, podía sen rse la endo en respuesta y el deseo de
simplemente embes rla brutalmente casi lo cegó.
Pero tenía que mantener su mente en el juego, por lo que logró contener el impulso.
No fallaría, fue entrenado para resis r lo inimaginable. Él podía resis rse a ella.
¿Podría él, de verdad?

John se alejó momentos antes de su liberación. Unas vueltas más de su lengua y ella podría haber venido violentamente
sobre su boca, dándole un sabor más profundo de su deseo. Cuando comprendió que no iba a terminar con ella esta vez,
Cortana se retorció lo suficiente como para lanzarle una mirada asesina.
"¿Qué te pasó hoy?" preguntó ella, jadeando.
"¿Qué quieres decir?" se puso de pie lentamente, sus manos vagando por su culo para descansar en sus caderas.
"Nunca hiciste eso antes. Tu boca. Allí . Así".
"Realmente no estaba pensando en eso. Sólo quería hacerlo".
Su erección estaba alcanzando alturas insoportables de dolor, gritando por un poco de atención. Sin pensar, John apretó
sus caderas con fuerza contra su núcleo expuesto, su ropa era lo único que las separaba de un contacto completo y más
placentero. Ni siquiera le importó la mancha que dejó en la parte delantera de sus pantalones. Su mano izquierda se
movió por la misma mejilla y cuando él empujó y ella gimió desesperada, su pulgar encontró esa otra pequeña entrada, la
que nunca habían usado antes.
La cara de Cortana estaba enrojecida, con un precioso color rosa febril. Ella estaba respirando fuerte por la boca, pero
logró sonreír.
"Tú también quieres eso, ¿verdad?" Su voz se volvió ronca, seductora. "Mi mi, ¿no somos audaces hoy?"
John miró sus pantalones mojados con sus jugos y su polla hambrienta de bucear, pero se concentró en su pulgar
circundando esa área un poco más oscura, su ano. Ella gimió entre sus dientes cuando él presionó un poco.
"Eso no es donde está tu matriz". declaró, serio.
"No lo es. Pero también se siente bien".

El Jefe Maestro frunció el ceño, confundido.
"¿Puedes ponerlo ahí también?" Su pregunta era tan inocente que ella resopló.
Pero él no se sin ó ofendido por su risa, en todo caso solo lo hacía sen r más curioso. Él solo jadeó más fuerte,
ordenándole que respondiera. Cortana jadeó profundamente y se frunció los dedos.
"Sí, puedes ponerlo ahí también, a veces". ella suspiró. "Lo disfrutarás más de lo que jamás lo haría, eso es seguro. No lo
prefiero par cularmente, pero a veces ... a veces me puedo volver lo suficientemente loco como para desearlo ".
"Genial." Gruñó, repen namente molesto.
"¿Qué? No eres asqueroso, ¿verdad? Di cil de creer".

No volvió a hablar, su mente se nubló por otra visión de ella "volverse lo suficientemente loca como para quererlo" de
Spartan Locke. No podía preguntarse si él también la había tomado de esa manera (o cualquier otro hombre), pero sabía
que tendría que reclamar esa parte de su cuerpo si quería paz mental. El Jefe Maestro ignoró la súplica cuando Cortana le
preguntó qué estaba mal. En su lugar, agarró un buen agarre de la ropa que sujetaba sus brazos y se desabrochó la parte
delantera de los pantalones.
Ella zumbó de alegría cuando la longitud y el calor de su polla se posaron en la grieta entre sus nalgas, tan cerca de donde
ella más lo quería. Luego volvió a apretar sus caderas lentamente, deslizándose, frotándose, haciéndola quererlo más que
nunca. Cortana presionó su frente contra el frío metal de la mesa y se retorció, moviendo las caderas.
Ella gimió de nuevo, impotente.

"No estoy enojado". Dijo, después de un rato. "Simplemente no pertenece allí".
"No, no lo hace". Ella suspiró, ajena.
John guió la punta de su miembro palpitante contra la hendidura resbaladiza que había probado tan bien antes,
disfrutando el toque sa nado de su piel. Todavía no .
"Pertenece aquí". el respiro "Aquí es donde lo quieres".
"Sí, ahí mismo." Las palabras de Cortana no tenían sen do. "Justo ahí."
Aún no. Sólo un poco más.

Deslizó su polla hacia abajo para frotar su clítoris, proporcionando una es mulación electrizante para ambos. Se
estremeció y cerró los muslos juntos, la brecha entre ellos empapada con sus propios líquidos que goteaban. John casi lo
pierde, tan apretado y cálido, resbaladizo. No tan bueno como estar dentro de ella, pero si no tenía cuidado, podría estar
disparando todo a la nada debajo de la mesa. Su polla no sen ría la diferencia, pero estaría muy decepcionado consigo
mismo.
"¿Hmm que estás haciendo?" ella se quejó, frunciendo el ceño. "Ahí no es donde lo quiero".
El Jefe Maestro se inclinó todo el camino sobre ella, para susurrar en su oído:
"¿Y dónde lo quieres, de nuevo?"
"Dentro de mi." Cortana gimió, su cuerpo temblaba. "Quiero sen rte dentro."
Estaba asombrado de cuán pequeña, cuán indefensa se veía. Él le besó la mandíbula y le chupó el lóbulo de la oreja,
nunca dejó de deslizarse entre sus piernas. También fue una tortura para él, pero no podía simplemente darse por
vencido.
Ella respondió con un largo gemido, presionando sus muslos juntos aún más.
"Por favor." Ella susurró.

John gruñó. Sin ó que su polla se contraía, esa suave voz le hizo cosas extrañas.
"Por favor, John." ella gimió "Fuck me ya".
Ella trató de luchar y esta vez él agarró sus caderas con ambas manos, manteniéndola inmóvil.
"¡Oh, Dios, por favor! ¡No puedo soportarlo más!"
Él cesó su asalto, solo para quedarse quieto y mirarla gemir y temblar.
Ella se retorció para girar la cabeza y la mitad superior de su cuerpo, lo suficiente para mirarlo y besar la esquina de su
boca, su barbilla, su mandíbula. Sus dedos lograron agarrar un puñado de su camiseta y rar de su trasero aún más, ahora
estaba tratando de moler contra él.
"Te quiero dentro." Ella rogó, su voz una súplica de deseo. "Quiero a tu bebé, ¿recuerdas? Por favor, John. Te necesito. Sé
que quieres, me encanta la expresión de tu cara cuando te corras y llenas mi matriz con tu semilla".
Sopló todo el aire atrapado dentro de sus pulmones, como un animal.
Ella usó su lengua para trazar su temblorosa mandíbula.

"Lo prome ste, John." ella gimió "Prome ste criarme un hijo".
Cortana se mordió el cuello, suavemente, con amor.
Cerró los ojos, listo para rendirse. Entonces ella volvió a hablar:
"También prome ste follarme como nunca lo habías hecho antes. Quiero ambas cosas. Quiero tu polla y quiero a tu hijo.
¿No es esta una situación donde todos ganan, eh? Cualquier hombre sería inmensamente feliz. Puedes tenerlo. todos."
Suficiente. Oh, mierda, ya es suficiente.
Honestamente, estaba asombrado de cuánto empo había estado antes de rendirse.

Pero entonces, ella dijo las palabras mágicas ...
"Te lo ruego, John. No me dejes así, por favor. Te necesito tanto ..."
La voz de Cortana se quebró y falló. Ella estaba en su límite tan bien como él. A pesar del ángulo forzado y la posición
incómoda, logró capturar su boca y ella no tardó en responder al beso con un feliz gemido. Empujó una mano entre sus
muslos, en el frente, y colocó su polla donde ambos lo querían más; él se deslizó dentro tan fácilmente, y ella estaba tan
cálida y apretada, que tuvo que luchar con toda su voluntad para no explotar allí mismo. Ella también merecía su
liberación, ya había sido objeto de burlas.
Ella gritó en éxtasis, una hermosa sonrisa se apoderó de sus labios.
"¡Sí!" ella maulló "¡Sí, sí, sí! ¡Hmm!"
John se enderezó y agarró sus caderas, manteniendo sus piernas cerradas, y la golpeó rápida y fuerte, tal como sabía que
le gustaba. Sabiendo que él no duraría mucho, se es ró y le dio un poco de ayuda a su clítoris, quería que lo disfrutara
tanto como sabía que lo haría. Su coño se apretó casi de inmediato, pero no se corrió, todavía no.
Cortana gritó y apretó los dientes, su aliento estaba fuera de control.

"Sí, sí, eso es todo!" ella jadeó "¡Más duro! ¡Dámelo todo a mí!"
Oh, él se lo iba a dar, está bien. Su voz era casi tan poderosa como sus músculos internos apretados, ya estaba temblando
y preparándose para secarlo.
Sus gritos se convir eron en gritos de placer.
Y no podía importarle menos que atrajeran atención no deseada.
Tal vez le gustaría ver la mirada en el rostro de Spartan Locke, si los encontrara apareando así, como dos animales. Para
que él supiera con seguridad que Cortana había encontrado una mejor pareja, una digna, para darle el hijo que tanto
deseaba. Que él, el suboficial jefe maestro Spartan 117, había llegado a ser digno de ella. John sin ó como si el suelo se
hubiera movido bajo sus pies. Su cerebro se quedó en blanco. Todo lo que podía pensar era llenarla con su semilla y
criarla como una yegua en celo.
Y ella parecía tener una mentalidad similar ...
"JOHN, POR FAVOR!" Ella gritó, indefensa. "¡YA VOY!"
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La intensidad del orgasmo la sacudió tan profundamente que perdió su voz y la capacidad de respirar por un momento.
Oh tan glorioso Tan bueno. Mucho calor. No estaba segura de si era su cuerpo temblando o la mesa de acero
derri éndose, pero la habitación se estaba moviendo. Resulta que fueron sus ojos rodando hacia la parte posterior de su
cráneo, casi se desmayó por un segundo. Le tomó un empo recuperarse y dar sen do a lo que estaba sucediendo, pero
cuando logró escapar de ese calor agradable y la piel de gallina en su piel se suavizó, se aclaró el dolor de garganta y
habló:
"Eso fue ... Dios, creo que nunca vine tan duro antes. Con nadie. Nunca".
"Bueno." Gruñó, en algún lugar detrás de ella.

Cortana giró la cabeza para mirarlo, su rostro resplandecía de sudor.
"Lo digo en serio." ella murmuró a con nuación, un poco avergonzada. "Esto no es normal."
"Tú también me haces cosas extrañas".

La respuesta de John hizo que sus mejillas se sonrojaran, agregando más calor a su sangre ya hirviendo. Si no era
suficiente con lo mucho que ella lo deseaba, ahora estaban agregando una calidad sobrenatural a la situación y eso lo
hacía todo más extraño y más emocionante. Tragó saliva y trató de sonreír.
"Sí, recuerdo que dijiste eso".
Su camiseta estaba empapada en sudor, un hecho que hizo que Cortana se sin era un poco orgullosa.
Pero cuando ella volvió a encontrar sus ojos oscuros, bueno ...
"No hemos terminado". John susurró, casi un gruñido.
Cortana sonrió lujuriosamente, lamiéndose los labios.

Oh por supuesto. Él acababa de proporcionarle una abundante carga ú l, pero el buen soldado estaba listo para otro
despliegue. Lás ma que ella podría o no tener otros planes ahora. Cortana apretó sus cansados muslos y lo apretó desde
adentro, observando con sa sfacción cómo se torcía la esquina izquierda de su boca.
"Pensé tanto, nunca has terminado con una sola vez. ¿Me vas a desatar ahora?"
John dejó escapar un profundo suspiro y asin ó.

Ella sonrió más ampliamente y dejó caer su cabeza sobre la mesa, apoyando su mejilla pegajosa contra el frío metal. La
presión sobre sus brazos se aflojó. Tan pronto como ella recuperó la movilidad total y el control sobre su cuerpo, él dio un
paso atrás y se deslizó suavemente. Su carne ya estaba perdiendo el calor y la dureza de él, todos los ins ntos rugían
dentro de sus entrañas ordenándole que se acercara más a su pareja, para refugiarse en su fuerza y calor. Dejar que la
proteja, cuidarla, sembrarla de nuevo. Estaba tan mal necesitarlo de esa manera, de una manera tan ín ma e ín ma, pero
ella no pudo evitarlo.
Era un sen miento real, y ella sabía que no podría borrar.
El mero pensamiento hizo que su estómago se contrajera. Amarlo estaba mal.

'¿Quién dijo algo sobre el amor? Estamos jodiendo como conejos.
'Sí, sigues diciéndote eso a mismo'. La voz respondió, una respuesta sarcás ca.
Por el amor de mierda. Como hay futuro para nosotros, ya hemos pasado por esto antes. La etapa de prueba termina en
dos meses más, luego se va.
'¿Y qué vas a hacer cuando él se haya ido? Hmm?
Ella no quería pensar en eso. Ella estaría felizmente embarazada y trabajando en la siguiente etapa del proyecto MJOLNIR
para ese entonces, o eso esperaba. Cortana apretó los labios y giró su cuerpo para sentarse en la mesa, cruzando las
piernas desnudas en un acto de vergüenza residual. Ella lo miró, John estaba apoyado contra su escritorio, agarrando los
bordes de la mesa con ambas manos.
El dobladillo de su camiseta formaba una pequeña enda sostenida por su miembro todavía palpitante.
Ella descartó el resto de su ropa casi inú l y se quedó sentada desnuda, mirándolo. El silencio y el olor del sexo reciente
mezclado con el sudor los envolvió. Él no interrumpió sus pensamientos de ninguna manera, solo absorbió cada
cen metro de su belleza enrojecida hasta que terminó de organizar sus sen mientos preocupados.
Sí, sen mientos. ¿Por qué negarlo? Ella estaba enamorada
No era lo mismo que el amor real, profundo, impresionante y desgarrador, pero era un sen miento y tenía cierto peso.
Estaba enamorada de la idea de un hombre que conocía por los expedientes y la inves gación, no porque hubiera pasado
un empo de calidad real con él. Su madre estaba obsesionada con él, ¿por qué ella tampoco? Cortana lo había elegido, y
John le había dado todo lo que ella esperaba, y eso fue fantás co. Ella no lo amaba, estaba enamorada de los fuertes
ins ntos que él provocaba.
Cortana suspiró, aliviada.
Esta fue una respuesta válida, racional . Era mucho más fácil cuando las cosas tenían sen do.
'Multa. Es todo lo que vas a llegar, de todos modos. Dijo la otra voz, frustrada.
La expresión de su rostro cambió cuando Elizabeth y sus estúpidos sen mientos y su culpa se desvanecieron en la
presencia sensual de Cortana. Incluso John notó el cambio, porque sus hombros se tensaron visiblemente cuando ella
saltó de la mesa y caminó hacia él, balanceando sus caderas en una cadencia seductora.
Sus dedos rápidamente encontraron el dobladillo de su camiseta y lo levantaron, pero no agarró su polla de inmediato. Su
palma se posó sobre su abdomen, sin endo el calor y la piel resbaladiza, el músculo duro debajo. Se puso de pie,
alejándose del escritorio. Cortana le dio una señal y John rápidamente levantó la prenda por encima de su cabeza y se la
quitó. La tela húmeda se deslizó de sus dedos lentamente mientras sus manos recorrían su vientre y su pecho, sus
intensos ojos azules nunca dejaron su mirada hipno zada.
La conexión ins n va establecida entre sus mentes era más fuerte que nunca.
"¿No te sientes mandón ahora?" Ella susurró, sus labios flotando cerca de su pecho.
Él ya estaba inclinado hacia su cara. "Dale empo."
Ella se rió de nuevo, su corazón cálido y feliz.

El beso que siguió fue diferente. Ninguno de ellos pudo decir por qué, pero algo no era lo mismo que antes. La sostenía
amorosamente contra su cuerpo, bien protegido en su abrazo inquebrantable. Estaba felizmente perdida en su presencia
otra vez, ignorando la rabia con fuerza presionada un poco por encima de su vientre y la corriente caliente de semen
deslizándose por su muslo. Solo podía pensar en unirse con él.
"Acostarse." Cortana dijo, entre besos; sus dedos ahora estaban apretados contra la cintura de sus pantalones. "Aquí
mismo, en el suelo, sobre tu espalda. Es mi turno".
John la agarró con más fuerza y él volvió a atacarle el cuello.
Cortana no pudo contener un suave maullido. "John, vamos. Déjame hacer esto".
No protestó esta vez, simplemente se deshizo de la poca ropa que tenía a la izquierda y procedió a ejecutar su pedido. No
tardó en acostarse con él, encima, y entregarse a otra larga y emocionante ronda de besos, mordiscos y mordiscos, con
un lado de codiciosos, manos ásperas a entas y acariciando casi toda la longitud de su cuerpo. Antes de que pudiera
perder todo el control de nuevo, Cortana se sentó en su ingle y apretó un poco sus caderas, frotando sus cuerpos hasta
que ella no pudo más.
A pesar de los dolores de dolor que sen a en sus piernas, Cortana se levantó sobre él y guió su palpitante virilidad hacia
ella, tomándolo lentamente esta vez. Que vista. Una masa de músculos abultados y tensos temblando entre sus muslos,
el corazón de un buey la endo con fuerza justo debajo de sus palmas. Quería verlo a través, no era una men ra que
disfrutara al ver su rostro cada vez que él alcanzaba su máximo placer. Había algo absolutamente fascinante y vulnerable
en ese momento exacto, a ella le gustaba pensar que era el único momento en el empo en el que era su dueña. Antes
de que algún otro sen miento malo pudiera tomarla de nuevo, Cortana comenzó a mover sus caderas y cerró los ojos.
"Relájate." Ella susurró. "Relájate y déjame llevarte conmigo".

Un gemido tenso era todo lo que podía obtener de él.
No le costó mucho a John agarrarla por la cintura y guiarla, o que ella empezara a sen r la acumulación en el interior.
Echó la cabeza hacia atrás y gimió suavemente, jadeando, sus propias manos acariciando su cuerpo, sus pechos, sus
pezones rígidos; Frotando y acariciando y pellizcando ligeramente la carne. Su piel recubierta de piel de gallina de nuevo.
Sus manos se arrastraron hacia abajo y sus uñas rastrillaron su abdomen, sus caderas se movían al unísono.
"Me vas a dar un niño hermoso, estoy seguro". ella gimió

Ella no lo vio, pero él abrió los ojos y la miró fijamente.
Cortana volvió a agarrar sus pechos, manteniéndolos apretados mientras retorcía sus caderas como una loca, el ritmo de
su ataque se intensificaba a lo largo de la frecuencia de su respiración. Todo lo que John podía ver era a esta diosa
majestuosa montada en él, con gotas de sudor goteando por su vientre aún plano y entre sus pechos.
Sus gemidos se volvieron roncos y profundos, un sonido que disparó al animal una vez más en él.
No era suficiente que ella se sin era como un cálido guante de terciopelo a su alrededor, se sen a como la mejor maldita
cosa, incluso en sus oídos. Ella olía a paraíso. ¿Cómo podría un hombre no sucumbir a esto? No había manera de resis r.
John la quería para él solo, tenía que ser ella quien cargara a todos sus hijos. No importaba si estaba marcado para una
muerte prematura, ni siquiera importaba si iba a morir mañana ...
Ella llevó la vida . Ella llevó su legado, lo único que merecía sobrevivir.
La UNSC podría poseerlo, está bien; pero nunca serían dueños de este niño.
Le costó un gran esfuerzo soltar su cintura solo para poner una mano en su estómago, aunque ella no lo notó. Estaba alta
en dopamina de nuevo. Entendía lo que era tan diferente ahora, no había otra forma de decir que no fuera lo que su
ins nto estaba susurrando a través de sus sen dos aumentados ...
Pero él estaba seguro. Que estaba embarazada .
Tal vez por eso se sen a tan posesivo por ella. ¿Porque ella estaba embarazada?
Ningún niño ordinario: era suyo. Un orgullo como ningún otro invadió la mente del Jefe Maestro, casi ansiaba la
necesidad de sonreír y reír. O la mejor cosa que pudiera conseguir. Era un estado mental tan confuso, placer de cintura
para abajo y alegría de cintura para arriba. Tal vez debería decir algo. A ella le gustaría saber, ¿verdad?
Cortana gritó, rando de él a la realidad. Se incorporó con los codos, sentado en el suelo, haciendo un balance a la mujer
que saltaba en su regazo. Sus uñas llegaron a cavar con fuerza sobre sus hombros desnudos y resbaladizos, sus pechos
deslizándose hacia arriba y hacia abajo contra su pecho. La abrazó más cerca y empujó sus caderas más profundamente
colocando una mano en la parte baja de su espalda, guiándola de nuevo.
Ella estaba apretando rápido. Casi allí.

Cortana escondió su rostro en su cuello y lo mordió mientras venía, moviéndose por toda su polla.
John resis ó el dolor, aunque había algo bueno en eso, algo primordial que él encontraba atrac vo, y lo empujó unas
cuantas veces más antes de la úl ma bomba que la llenaba una vez más. Era irrelevante en este punto, pero saber que
una parte de él ya los había unido le hacía sen r adormecido.
Mantuvo sus cuerpos cerca y apretados cuando ella se aflojó encima de él, por fin. Agotada sería una palabra muy
apropiada. John se dejó caer al suelo y corrió sus ásperas manos hacia arriba y abajo por su espalda, lentamente,
calmando la respiración agitada de Cortana.
"Dios mío, John. Vas a ser mi muerte". murmuró ella, aturdida.
Él se rió ligeramente y colocó un beso perezoso en la parte superior de su cabeza.

"Lo siento, te mordí".
"No hay problema. Simplemente no hagas un hábito de eso".
Esta vez ella se rió y besó el punto mordido en su cuello.

Los ojos de John vagaron por el techo mientras la acariciaba sin cesar, de repente demasiado consciente del calor y la
suavidad de su estómago contra el suyo. Demasiado consciente de esa presencia etérea entre ellos. Fue una sensación
agradable, empoderando de alguna manera. Tal vez si se concentraba lo suficiente como para poder escuchar el corazón
microscópico, ya la endo dentro de ella?
Él debería decir algo.
Ella pensaría que sus productos químicos estaban fuera de balance, seguro. ¿Qué prueba tenía él?
"Me debes un nuevo par de medias y bragas de encaje". Cortana dijo, juguetonamente.
"Ponlo en mi cuenta".
"Puedes apostar que lo haré. Me gustaron esas bragas".

"También me gustaron".
"Y sin embargo, los destruiste sin piedad. Quiero decir, eso era extremadamente sexy, pero aún así ..."
Solo zumbaba, perdido en sus propios pensamientos.

Cortana logró levantar la mitad superior de su cuerpo (que crecía suavemente sobre las sensaciones que se mantenían
pulsando en la mitad inferior) y cruzó los brazos sobre su pecho, apoyando la barbilla sobre los brazos cruzados. John se
sin ó en libertad de juntar sus manos detrás de su cabeza para verla mejor, sus hermosos ojos estaban llenos de ...
Ella no estaba asustada por las cámaras o la gente que caminaba hacia ellas, eso era bueno.
Su elección final fue no decir nada, solo disfrutar el momento.

Y por unos minutos, lo hizo.
"¿Qué?" preguntó, después de un largo silencio de mirarse el uno al otro.
John hizo una mueca que significaba "nada", pero no la convenció.

"Juan..."
"Debería irme." Era lo único que podía ar cular.
Esas palabras la decepcionaron, era claramente visible en la luz que se desvanecía de su rostro después de que él lo
dijera, en el frío que rozaba su piel. Ella asin ó y volvió a aclararse la garganta, luego giró hacia un lado, cortando para
siempre la profunda conexión entre sus cuerpos. Se limpió a sí misma y las manchas en el suelo y la mesa de acero, luego
recogió toda su ropa interior desechada y espinosa. Se vis eron de nuevo sin enfrentarse hasta que llegó la hora de irse.
Se despidieron por el momento con otro beso.

Fue un buen beso, uno de esos besos que Elizabeth Halsey lamentaría profundamente.
Cortana lo disfrutó y sonrió a pesar de todos los hechos.

Cada uno se fue por caminos separados, en silencio. El Jefe Maestro tuvo que dormir bien, y Cortana tuvo la urgente
necesidad de remendar ciertos archivos de vigilancia antes del amanecer, para evitar un desastre mayor. Su trabajo en el
laboratorio tampoco se terminó, así que regresaría a esa "escena del crimen" sexy justo después. Ambos estaban
sa sfechos, sin duda, pero John se encontró teniendo pensamientos que no debería tener.
Como contemplar la posibilidad de una casita junto a una playa al azar y el sonido de las gaviotas por la ventana, por
ejemplo.
CONTINUARÁ
Está bien, está bien ... aficionado, esto fue demasiado. Estoy literalmente agotado xx Voy a necesitar mucho drama para
recuperarme, y la buena no cia es que ... ¡el drama está por llegar! * sonrisa malvada * me conoces, no puedo tener
cosas bonitas porque las quiero sangrientas y destrozadas eventualmente; y, amigos míos, acabas de ser invitado al arco
final de esta pequeña historia. La triste no cia es que las cosas serán menos complicadas a par r de ahora, pero en
realidad aquí hay una trama en juego y el subrayado es que esto necesita más especia, en caso de que todavía no
tengamos lo suficiente. Mantente atento y escribe una nota en algún lugar para comprar Kleenex ... no importa, es
probable que tengas una caja o dos de las que están por ahí * risita malvada *, pero mantenla a mano. Me refiero a más
cerca de lo habitual. Lo vas a necesitar. Oh olvídalo, ni siquiera sé por qué digo esto:P esta historia ya reúne suficientes
perver dos LOL. De todos modos, quédate y déjame saber lo que piensas, quiero todo sobre tus impresiones y teorías,
amigos. Siempre es bueno leerte :)
Mantente seguro y disfruta de la vida!
Hola chicos, estoy de vuelta! Sé que sé. Me he ido por un empo. He estado de vacaciones (woha, no tanto empo… fue
poco empo; visité los EE. UU., Fue un gran viaje y conocí a grandes amigos, la pasé de maravilla: 3) pero ahora el
espectáculo debe con nuar Y aquí viene, el DRAMA. El recordatorio sigue siendo válido: si no enes al menos 18, GTFO de
este fanfic. Hay miles de otras buenas historias que puedes elegir y que no son perjudiciales para tu mente. Les adver a
todos ustedes. Ahora ensuciémonos con el espectáculo de mierda que viene ... * risa malvada *
PARTE IX
El día del incidente comenzó sudoroso, arriesgado.
Como fue preferido por ella, en este punto. Cortana finalmente había logrado un estado mental de "Ya no doy un carajo"
que ella sabía que tarde o temprano irritaría a su padre. Ya no le importaba, ni el doctor Ford ni las preguntas de nadie
más. Preguntas sobre su paradero, por qué llegaba tarde al trabajo, por qué no podía volver a verla en los comedores
grandes a la hora del desayuno, el almuerzo o la cena, por qué de todas las personas estaba teniendo relaciones sexuales
con un espartano, etc. No era importante La gente se dio cuenta de las cosas, por supuesto. Pero ella era la civil de más
alto rango en la que Dios abandonó una pieza de roca muerta, era la Directora de la Base SHIELD; nadie podía llamarla
sobre su comportamiento sin presentar primero una queja formal ante el UNSC.
Lo cual tenía que aprobar antes de que el CSNU pudiera ver dicha queja, de todos modos.
El Jefe Maestro había perdido la voluntad de preocuparse por el secreto de lo que estaban haciendo mucho antes de que
lo hiciera Cortana. Estaba demasiado ocupado disfrutando de ella, apegándose a ella de maneras que él no era capaz de
entender. Ahora mas que nunca. Perder el rumbo de las direc vas de misión nunca se sin ó tan bueno, cien por ciento
posi vo en eso.
Y muchacho, estaban teniendo el empo de sus vidas.
"Necesito levantarme ahora, tengo una conferencia". Murmuró Cortana, débilmente. "Los niños han estado esperando
esto por semanas".
"No te voy a detener".
Pero, en cierto modo, lo era. Sabía muy bien que mientras sus manos estuvieran deambulando por su piel desnuda, no se
iría. Sabía que ella podría estar cansada y sa sfecha, pero ella siempre se apuntaría a otro viaje salvaje.
"John, por favor". Ella gimió de nuevo, impasible cuando él deslizó una rodilla entre sus piernas, mientras sen a la
longitud caliente de su virilidad frotando los labios doloridos pero hinchados de su punto dulce. Su respiración se detuvo
cuando sus labios descansaron sobre su cuello, su mano audaz vagó más abajo más allá de su ombligo. "Hmmm, sí. Me
gusta eso".
Muy pronto se encontró respirando con dificultad, con la espalda arqueada en una curva provoca va, su culo apoyado
contra sus caderas mientras él bombeaba en ella implacablemente. Acostado de lado a lado, su enorme cuerpo
sujetándola por detrás, John cerró los ojos y apretó la boca con más fuerza contra su piel. Su cabeza descansaba sobre sus
abultados bíceps, torcidos en un ángulo que no era muy cómodo, pero le permi a doblar su brazo hacia atrás y enterrar
sus dedos en su cabello sudoroso; Su cuello totalmente expuesto para que él lo devore. John mantuvo una de sus piernas
temblorosas en el aire, sosteniéndola con su rodilla doblada mientras se conducía en sus profundidades húmedas una y
otra vez. Estaba ocupada a entas y pellizcando sus pechos, y ocasionalmente rasguñándole las cos llas en un ataque de
placer, acompañada de un pequeño grito, prefería mantener su mano libre presionada con fuerza sobre su vientre.Tal vez
fue para agarrar sus caderas en la posición correcta, tal vez no tenía nada estrictamente sexual.
Estaba demasiado ocupado para decidirse al respecto, de todos modos.
El Jefe Maestro estaba pensando en este hecho cuando ella se puso rígida entre sus brazos y su coño se apretó a su
alrededor con un agarre vicioso y sa sfactorio; su aliento ahora estaba desgarrado pero alegre. Las manos de Cortana
estaban agarrando los dedos que él seguía rociando sobre su vientre, todo su cuerpo temblaba con intensa sa sfacción.
Era hora de darle a ella lo que quería. No tuvo que decir una palabra: John la cogió con más fuerza en ese momento,
convir endo sus gemidos en gritos ahogados mientras intentaba esconder su rostro en la almohada, y después de un
momento finalmente se hundió en ella hasta donde pudo ir y Entregó lo úl mo de su simiente, como fue su deseo. No se
habría atrevido a hacer nada diferente, a pesar de que ya no tenía sen do.
Cortana era una muñeca de trapo rota, desnuda, sudorosa, pegajosa y floja entre sus brazos. Le tomó un empo hasta
que ella pudiera moverse o pronunciar una palabra adecuada. John esperó pacientemente a que ella bajara de su nube
de felicidad mientras acariciaba su parte inferior del vientre con un gesto distraído. Salió de sus pensamientos errantes
cuando ella le tocó la mejilla y la mandíbula, raspando el rastrojo rasposo que pronto cuidaría.
"No puedes salirte con la tuya cada vez, ¿sabes?" ella suspiró.
"Hasta ahora la evidencia dice que puedo".
Ella se rió suavemente.

Estaba conversador y de buen humor. A ella le gustó, le encantó esa pequeña sonrisa diabólica y sus pequeños y
engreídos comentarios, un verdadero logro para un hombre que sabía que no era un gran conversador por naturaleza.
Cortana se movió entre sus brazos, no lo detuvo cuando el Jefe Maestro tomó sus dos pechos con sus enormes y
cicatrizadas manos y le besó el cuello una úl ma vez. La sensación de que su virilidad se desvanecía la hizo gemir de
nuevo, contra su voluntad. Dios, ¿por qué tenía que ir a trabajar? ¿No podría ella quedarse en la cama con él todo el día?
No creía que ninguno de los dos pudiera seguir follando por el momento, pero solo quería estar con él así, cerca, cálido y
seguro. Maldita sea maldita sea.
"Está bien, realmente tengo que irme, no quiero decepcionar a los niños. Y tú también deberías estar en otra parte, en
algún lugar que no esté cerca de los cuarteles civiles. ¿Entendido?"
"Sí, señora."
Ella tenía que levantarse. Tal vez si ella simplemente se arrastró fuera de la cama, deslizándose lejos de él ...
Ella eligió darse la vuelta y enfrentarse a él, para encontrar esos acerados ojos azules y besarlo.
"Me gusta cuando me llamas señora". Ella se rió, contra sus labios. Sus gruesos brazos se cerraron alrededor de su cintura
como una trampa para osos, presionando sus pechos hinchados en su pecho. Se sin ó tan bien. Cortana lo besó
profundamente esta vez y él hizo todo lo posible por seguir. Sin embargo, no es lo mejor que ha tenido en ese
departamento, pero lo suficientemente sa sfactorio. "Puedes usar la ducha después de que termine, si quieres".
"Bueno."
"Bien."
Cortana lo miró a los ojos por un momento más. Él sostuvo su mirada, serio.
Las palabras salieron de su boca antes de que pudiera detenerlas: "Esté a salvo. Me pondré en contacto con usted
siempre que pueda".
John no respondió esta vez. Cortana tragó saliva y se maldijo en su mente. ¿Por qué ella diría algo así? Muy incómodo. Su
estómago se encogió, se sin ó mareada de repente. Para romper ese momento de incomodidad, terminó dándole un
úl mo y rápido beso, luego se apartó de él, de la cama y del peligroso enredo de sen mientos que empezaba a
desgarrarla.
Llegó al pequeño baño, solo para cerrar la puerta detrás de ella y sentarse en el inodoro para tranquilizarla.
La habitación parecía oscilar de lado a lado, como el péndulo de un reloj de abuelo. Santa mierda. Su estómago se
quejaba más que nunca. Sin ó un sabor ácido en la parte posterior de la garganta, pero no vomitó. Agarrando el borde
del fregadero cuando escuchó a John moverse por la habitación, Cortana se levantó y se lavó la cara con agua fría,
cerrando los ojos hasta que desaparecieron las náuseas.
La duda la invadió. La habían abandonado tan imprudentemente al calor del momento que no volvió a pensar en las
pruebas programadas que debería haber realizado para seguir el progreso de su experimento. Sin ó sus pechos más
pesados y sus pezones más sensibles, ahora que lo pensaba. Luego se dio cuenta, con plena conciencia, de que también
había estado tomando bocadillos entre las comidas programadas, un comportamiento bastante impropio de ella. Su
corazón saltó y corrió.
¿Podría ser? ¿Estaba embarazada, por fin?
Un ro de alegría calentó sus entrañas mientras una lenta sonrisa subía por sus labios.
"Finalmente." Cortana murmuró, y ella agarró un recipiente estéril vacío de debajo del fregadero. Tendría que esperar,
ella ya estaba atrasada. Ella recogió algo de orina en el recipiente y cerró la tapa en su lugar. Su excitada mirada azul
observó el líquido amarillo, con la esperanza de llenar su pecho como el calor del verano.
' Esta noche'. Ella pensó, y suspiró. 'Esta noche, lo sabré seguro.'
xxxxx
El laboratorio principal de inves gación y desarrollo de SHIELD Base estaba tripulado principalmente por seis cien ficos y
cuatro asistentes que ya estaban ocupados en sus tareas cuando apareció Cortana, doce minutos tarde al trabajo. Nadie
mencionó el hecho, pero nueve personas la saludaron después de que ella misma se anunciara, dejó caer una bandeja
con tazas de café para todos en la mesa más cercana y se apresuró a salir. Los niños y dos maestros ya la estaban
esperando en la estación de tranvía.
Una de las ayudantes, una Beverly Hudson, no la saludó porque no le prestaba ninguna atención. Sus implantes de audio
se encendieron y pasaron por los minutos finales de la Obertura de 1812 de Tchaikovsky lo suficientemente fuerte como
para aislarla de los alrededores, algo que solía hacer con demasiada frecuencia para disgusto de todos. Ella nunca
escuchó a Cortana. Por lo tanto, nunca vio a su pareja, un po rubio diver do llamado Colin, quien la invitó a salir un par
de veces y se acercó a darle un café.
También le gustaba hacer eso demasiado a menudo, apareciendo sin previo aviso ...
Estaba manipulando con cuidado un tubo de vidrio tan grueso como el brazo de una persona, que contenía un fragmento
del objeto extraño que los espartanos habían traído de la superficie. Ella había aislado tal fragmento para determinar la
naturaleza del residuo biológico que se le atribuye, una formación peculiar que se asemejaba a un montón de percebes
púrpuras. Este residuo se había encontrado escondido en lo profundo de una grieta del objeto, y se consideró no
peligroso después de una exploración preliminar. La asistente de laboratorio estaba moviendo el tubo de la mesa de
muestreo a un estante de almacenamiento seguro cuando su compañero sonriente apareció de la nada y empujó una
taza de café frente a su cara, tomándola por completo por sorpresa.
"Aquí, este es tuyo". Su sonrisa era tan brillante como el sol.
Ella gritó y dio un paso atrás.
El contenedor se deslizó de sus dedos y se estrelló entre sus pies justo cuando la obertura terminó dentro de sus oídos
con una campanilla de fuego de cañón.
El vidrio roto salpicó el piso en todas direcciones.
Beverly gritó horrorizada, Colin jadeó junto con ella e ins n vamente dejó caer la taza de café. El líquido cayó sobre la
muestra que, milagrosamente, no había sido dañada a pesar del impacto violento hasta el momento. Ahora, el elemento
extraño estaba empapado en café caliente con la dosis perfecta de azúcar.
Además, dos de los pequeños "percebes" habían comenzado a exudar algo ...
"¡Colin, maldito idiota!" La niña gritó, furiosa.
"Oh, Bev ... lo siento mucho!" fue todo lo que pudo decir, abrumado.
No se atrevió a culparla, Cortana la había llamado por usar sus implantes en el trabajo demasiadas veces para que ya no
fuera tan diver do. Sin embargo, la niña fue lo suficientemente rápida como para arrancar de la pared más cercana un kit
de contención de emergencia y colocarlo en el piso sobre la muestra ahora contaminada. Presionó un botón con el pulgar
y la ventosa del disposi vo creó un vacío alrededor del elemento extraño, sellándolo dentro.
"¿Que es todo ese ruido?" Uno de los cien ficos vino del otro lado del laboratorio, seguido de otros dos.
"Un contenedor se rompió". Beverly explicó, tan calmadamente como pudo, mirando a Colin con una racha de furia en
sus ojos. Se sen a tan avergonzada. "Está bien, lo tengo. No hay daño".
"¿Hay alguien herido?"
"No, señor. Estamos bien". Colin dijo, confundido.
"¿Hubo algún derrame peligroso?" Preguntó la pequeña y rubia de pelo rubio. Ella era la madre de Colin, la razón por la
cual alguien tan torpe como él, simplemente con un tulo en microbiología, estaba trabajando en ese equipo. "¿Qué
había en ese tubo?"
"Solo una muestra inerte, la contuve con éxito a empo. Todo está bien, lo limpiaré de inmediato". Reclamado Beverly.
"... está bien, muchachos. Solo tengan más cuidado la próxima vez". Dijo el primer cien fico, suspirando.
"Sí señor." Tanto Colin como Beverly respondieron al unísono.

Cuando los cien ficos se fueron, él agarró un kit de limpieza y se arrodilló junto a la niña, ayudándola en silencio a
recoger los pedazos de vidrio afilados que los rodeaban. Ambos llevaban guantes, pero sus caras no estaban cubiertas, no
usaban trajes de riesgo biológico de ningún po, excepto sus abrigos y zapatos de goma. No había necesidad de ellos. El
objeto ya había sido despejado.
No notaron las esporas de las extraterrestres protuberancias, o que estos organismos microscópicos ya se habían
dispersado por el aire del laboratorio, y entraban a través de sus fosas nasales con cada respiración.
La amenaza no se pudo rastrear a las alarmas de riesgo biológico en esta etapa.

Apenas intercambiaron miradas mientras limpiaban el desorden. Miradas preocupadas y enojadas.
El desastre llevaría aproximadamente cuarenta minutos, y otras dos horas y media más para que todo el Infierno se
desatara. Pero así es como empezó todo: con una fanfarria de disparos de cañones y derrames de líquido caliente.
De la misma manera estaba des nado a acabar.

xxxxx
John era un hombre muy paciente, o al menos siempre pensó que lo era. No era paciente como rasgo personal, pero
como soldado profesional estaba dispuesto a quedarse hasta que las probabilidades estuvieran a su favor o hasta que se
le ordenara mudarse.
Lo que pasa es que había descubierto que su paciencia se agotó muy delgada cuando Spartan Locke estaba cerca. Cada
músculo debajo de la piel del Jefe estaba en alerta y listo para lanzar un puñetazo desde que regresó de sus dos horas
diarias de entrenamiento. Cuando vio al otro Spartan sonriendo encantados a todos y regocijándose con sus anécdotas
no clasificadas de la ONI, el lado más primi vo de su ins nto masculino fue incendiado.
Tal vez fue porque Locke estaba justo a su lado? Quien sabe.
Ni siquiera podía desayunar en paz. ¿Por qué Fred hizo que este po se sentara con ellos?
Aunque Kelly había llamado a John por no estar más cerca del Equipo Azul, ella y Linda se perdieron en su propia
conversación sobre su próxima licencia y cuántos días había perdido el primero al segundo en una apuesta. Fred estaba
conversando con Locke, una conversación regular que el Jefe Maestro quiso evitar si pudiera. En realidad, nadie le estaba
preocupando, lo que defini vamente era un punto a favor.
En cualquier caso, todo lo que John tenía que hacer para sen rse mucho mejor al instante era respirar profundamente y
pensar en Cortana. Y su bebé creciendo dentro de ella . Una sonrisa microscópica ró de las comisuras de sus labios
mientras tomaba un sorbo de su taza de café. Otra respiración profunda. El sonido de la risa sexy de Cortana en sus oídos.
Tomó algunos bocados más de su desayuno, disfrutándolo aunque no estaba sabroso en absoluto. Pensó en la suavidad
de su piel, el pequeño cuerpo de su cuerpo, la mirada azul brillante en sus ojos. Sus labios. Su sonrisa. La forma en que lo
sostenía a veces. Hecho, había encontrado su lugar Zen otra vez, como diría Linda.
Él había jodido ganado. Ella era suya, absolutamente suya. Tan profunda y tan plenamente que ella llevó a su hijo. No
había mayor triunfo para John que saber que incluso si Spartan Locke la tenía antes de que pudiera, ahora Cortana le
pertenecía en cuerpo y alma. Si no fuera un secreto que pudiera poner en peligro su carrera, lo diría con orgullo y con la
mayor confianza.
Pero ella no iba a estar cerca la mayor parte del día, John lo sabía.
Le angus aba cuando estaban separados .
Intentó engañarse para no preocuparse demasiado pensando en el trabajo, su tarea del día sería supervisar la descarga
de suministros de los barcos que actualmente atracaban en el puerto espacial. Se le había designado comandante de una
tripulación y se le habían dado varias ac vidades para hacer un seguimiento, que él realizó en su mente. El Jefe Maestro
terminó su comida de la mañana en silencio y se apartó de la mesa, recogiendo su basura.
Locke le dirigió una mirada y una sonrisa cuando John pasó. John solo asin ó.
Desechó la bandeja de desayuno vacía en la bolsa de aire del depósito de basura y procedió a armar su armadura. Su
mente aún vagaba por ese pequeño lugar zen, donde su pareja y su hijo por nacer exis an en armonía sagrada. Pronto se
olvidó por completo de Spartan Locke.
Decir que estaba distraído habría sido una subes mación masiva .
El Jefe Maestro estaba tan sumido en sus propios pensamientos que ni siquiera escuchó los chillidos de pánico que venían
del pasillo, ni reconoció a la desesperada mul tud que irrumpió en el comedor gritando, llorando y disparando. No al
principio. No fue hasta que fue demasiado tarde y se encontró a solo unos pies de distancia de un ser apestoso, hinchado,
morado, con demasiados brazos (o tentáculos) y una voz tan áspera que ya no era humana.
El chillido agudo de la criatura atravesó el velo de su conciencia y lo sacó de su lugar idílico. El miedo corrió por su espina
dorsal, paralizándolo.
John no tardó más en reconocer que la monstruosidad que cargaba contra él fue alguna vez una persona, un compañero
militar o una mujer, deformada y absorbida por la en dad conocida como el Diluvio. ¿Cómo? ¿Cuando? No importaba, las
respuestas no llegarían. El comedor detrás de él fue revolucionado por órdenes gritadas con voces exigentes, civiles y no
civiles que lloraban por sus vidas y más formas de combate alienígenas que venían de todos los demás corredores.
El monstruo se lanzó hacia adelante, lanzando sus tentáculos al Jefe Maestro.
Rápido como un rayo, John desenfundó su cuchillo de combate y cortó los tentáculos, luego pateó a la criatura en su
pecho tan fuerte que voló cincuenta pies hasta que se estrelló contra un panel de vidrio, rompiéndolo. El pánico se
extendió más, hubo más gritos y más llantos. Siguieron llegando más personas y monstruos. El brote de la infección debe
haber estado en algún lugar de los cuarteles cien ficos o laboratorios.
Una bala sin rumbo rozó su mejilla y John se agachó antes de que más fuego automá co pudiera atraparlo. Rodó por el
suelo, cruzando un rastro de sangre pegajosa y un líquido amarillo como pus.
Dos formas de combate y más de una docena de formas de infección corrieron junto a él y saltaron sobre un pequeño
grupo de infantes de marina y civiles, atacándolos, destrozándolos en pedazos, asimilándolos en su mundo. Fue entonces
cuando se dispararon las alarmas y la luz en el interior del comedor cambió de natural a ámbar, las torretas de defensa
ocultas se conectaron para agregar otra capa de disparo a la etapa ya ruidosa.
Ahora todo era gritos, gruñidos, disparos y sirenas a todo volumen. El corazón de John se aceleró como nunca antes,
bombeando adrenalina a cada rincón de su cuerpo.
Le llevó más de lo normal volver a ponerse de pie y encontrar el orden y la concordancia con lo que se suponía que debía
hacer a con nuación. Los gritos y chillidos trajeron muchos recuerdos horribles, de amigos y batallas perdidas por el
parásito, de mundos devorados y esclavizados en la biomasa omnipresente. No le gustaba perder, pero pelear y perder
ante esta en dad implacable eran dos de las peores experiencias que podía recordar. No fue un error ni un pecado decir
que el Jefe Maestro, quizás el espartano más famoso de todos los empos, estaba aterrorizado por el Diluvio. Sabía que
había muy pocas formas de poner fin a semejante calamidad, y la mayoría de ellas involucraban disposi vos nucleares y
la destrucción de planetas enteros.
' Cortana'. Pensó, aunque intentaba evitarlo. 'Tengo que encontrarla.'
Su miedo se mul plicó exponencialmente. Sabía que ella estaba varios niveles debajo de él, profundamente en las
entrañas de la base. No solo, cierto, sino vulnerable. Tal vez ella estaba a salvo, aún lejos de la infección, con todas las
oportunidades para encontrar un lugar donde esconderse y esperarlo.
Alguien le agarró el hombro por detrás.

John reaccionó de nuevo tan rápido que la hoja de su cuchillo grande habría terminado enterrado en el cuello de Spartan
Locke si no hubiera sido tan rápido y le hubiera bloqueado el brazo.
"¡Jefe principal!" Locke ladró, respirando con dificultad.
Fred, Linda, Kelly y algunos otros espartanos formaban un pequeño círculo alrededor de ellos, dando la espalda al centro
mientras sostenían sus cuchillos de combate para protegerse. Eran una barrera efec va, repeliendo todas las formas de
combate e infección que intentaban devorarlos. Ver a sus hermanos y hermanas en brazos tan confiados hizo que John se
sin era en control de su cuerpo otra vez, lavando rápidamente el miedo paralizante.
"Debemos re rarnos, hay demasiados!" dijo Fred, su voz como un trueno. "¡Necesitamos conseguir nuestras armaduras y
armas!"
Y tenía razón. Irónicamente, el Diluvio ya había inundado el comedor, manchado pisos y paredes con sangre humana y
todo po de secreciones propias, mató y asimiló a casi todas las personas que entraron corriendo solo unos minutos
antes. Los espartanos, algunos infantes de marina y un grupo de civiles y cien ficos aterrorizados fueron los únicos que
quedaron con vida, pero todos ellos fueron severamente no subequipados, indefensos; a tal ritmo, sus posibilidades de
supervivencia eran nulas. Su mejor oportunidad fue irse y proponer un buen plan.
¿Quién hubiera pensado que algo así iba a pasar?

Y tan violentos, tan feroces. John no estaba seguro de si alguna vez había visto al Diluvio actuando brutalmente de esa
manera, casi sin pensar. Como un enjambre de pirañas, arrasando a cualquier criatura viva en su camino. No había nada
calculado ni estratégico sobre la forma en que se estaba propagando la infección, hasta ahora, no hay un patrón por
descubrir.
Lo que era extraño, porque detrás de cada brote de Inundación siempre había un Gravemind en control de él.
"Jefe", insis ó Locke, persiguiendo a Fred. "¿Vienes con nosotros?"

Una cosa de la que John estaba seguro, era hora de luchar para salir de ese lío y llegar a la cubierta espartana. Necesitaba
conseguir su armadura y sus armas. Luego tuvo que averiguar cómo localizar a Cortana y asegurarse de que ella y su bebé
estuvieran bien, luego tuvo que concentrarse en salvarlos a todos.
Sí, eso sonaba como un plan, está bien.
"Lidera el camino". Dijo el Jefe Maestro, alejándose de la masacre en curso. "Tenemos que contactar a los barcos de
suministro y hacer que despeguen de inmediato. Esta infección no puede llegar a los barcos".
"Maldita sea verdad". De acuerdo Kelly. "Linda y yo nos encargaremos de eso. ¡Vamos!"
Justo cuando el grupo estaba a punto de huir de la escena, todas las luces se apagaron.
xxxxx
Una cuarta parte de la tripulación estacionaria de SHIELD Base era personal no cien fico, en su mayoría esposos, esposas
e hijos de los cien ficos y militares que vivían permanentemente en la base. El no- el personal cien fico tenía sus propias
responsabilidades, como trabajar para mantener la base autosostenible. Al igual que había varios niveles de viviendas y
áreas de recreación, había un nivel completo de instalaciones dedicado a la educación de dichos niños, desde guarderías
hasta escuelas primarias y secundarias, incluso la universidad a través de las aulas directas de Waypoint. Como parte de
un programa de inmersión desarrollado por Cortana para acercar a los jóvenes a la ciencia y abrirles opciones de carrera,
organizó conferencias y visitas de laboratorio de vez en cuando. Esta vez, ella estaba liderando a un grupo de vein séis
niños de once años a través de las instalaciones laberín cas de la agricultura, un nivel por encima del reactor principal y
las bahías de almacenamiento militar. La clase fue todo sobre horarios de siembra, cul vo, cosecha y reciclaje y sistemas
automa zados relacionados que ponen los alimentos en las mesas de todos.
Los niños, más niñas que niños, estaban entusiasmados al principio, pero su interés disminuyó hasta el punto de que
obviamente estaban aburridos cuando llegaron al otro extremo de los parches de maíz. Nadie se quejó, les gustaba la
señorita Halsey y estaban de acuerdo con saltarse la clase por un día. Visitar un lado de su base de operaciones que
estaba reservado solo para personal autorizado fue una aventura en sí misma.
Sin embargo, después de cinco horas de caminar por el pasto, frijoles de soya, maíz, trigo, varios árboles frutales,
humedad, calor al que no estaban acostumbrados, almacenes de granos, estaciones de bombeo y reciclaje de agua y un
breve almuerzo en los principales muelles de cul vo, ella Pensé que estaban cansados.
Cortana aconsejó a los niños que se vis eran cómodamente para la gira, y ella también. Ella eligió un top negro,
pantalones y botas cargo grises oscuros y su bata de laboratorio. Al igual que los niños, ella llevaba una mochila negra
estándar con suministros y su libreta de datos asegurada dentro de los pliegues internos de su bata de laboratorio.
Después de varias escaleras y pasarelas que conducían a un atrio muy por encima del campo recientemente arado,
Cortana sacó su libreta de datos y accedió a la IA de la granja. En la úl ma parada del día, pudo ver el carril distante de la
línea de tranvía desde donde estaba parada.
"Está bien, niños". Ella dijo, dirigiéndose a la pequeña mul tud. Cortana se frotó el sudor de la cara con un brazo y sonrió.
"Te mostraré algunas máquinas muy rudas que nos ayudan a vivir aquí como en cualquier otro planeta dentro de las
Colonias".
De repente interesados, los niños se acercaron a los pasamanos cuando una gran máquina debajo de ellos cobró vida.
Enormes lámparas conectadas alrededor de la cabina principal iluminaban la totalidad del campo, como una gran
variedad de ojos de insecto. Era un mamut común hasta que varios brazos robó cos se desplegaron de su cuerpo
principal y se extendieron por el campo, a unos trescientos pies de ancho de lado a lado. Tenía un tanque de agua en la
parte superior y muchos compar mentos más pequeños e quetados con diferentes colores y señales de advertencia.
Cuando la máquina estuvo lista para funcionar, uno de los niños disparó un dedo hacia ella y gritó que parecía una gran
araña verde.
Los dos maestros le devolvieron la sonrisa a Cortana, uno de ellos le dio un pulgar hacia arriba.
Cortana estuvo de acuerdo con una risita. El po de vehículo parecía una araña, sí.
"Este mamut modificado se llama estación de cul vo". Ella explicó, mientras pulsaba los botones en la aplicación de
control remoto de su plataforma de datos. "Por lo general, nuestra AI principal en el campo de la agricultura es la tarea de
mantener a todas las estaciones funcionando y estudiar los procesos correctos de arado, siembra, riego y cosecha en
todos los campos que hemos visto hasta ahora. Esta máquina por sí sola puede ocuparse de un campo tan grande por sí
solo durante todo el año, con la ayuda de las lámparas UV y las duchas automá cas que ve allí, pero el hecho de que
puedan manejarse por sí mismos no significa que este equipo no nos necesite, cuidamos las máquinas. Nos aseguramos
siempre están en condiciones de funcionar y realizar actualizaciones cuando se aprueban nuevas tecnologías ".
Los niños empezaron a hablar entre ellos, emocionados. Cortana se sin ó aliviada.
Tocó el botón verde e quetado START CYCLE S022DF10082558 en la aplicación y el motor de la máquina aceleró con un
sonido atronador cuando las cabezas de siembra se acercaron al suelo. El enorme vehículo avanzó y entró en el campo,
cuando los sensores recogieron suelo fér l, las cabezas comenzaron a apuñalar el suelo a gran velocidad, depositando
semillas con precisión matemá ca. Los niños crecieron aún más entusiastas, algunos de ellos grabaron la escena con sus
almohadillas.
Pero después de unos segundos de trabajo normal, la estación de cul vo se detuvo bruscamente, y tanto el motor del
vehículo como las luces UV sobre el campo se apagaron.
Uno de los maestros se quedó sin aliento y la mayoría de los niños gritaron, asustados, y de repente se encontraron en
una oscuridad que solo se había roto por el débil resplandor de las pantallas de sus almohadillas. Cortana sin ó que su
corazón caía sobre su estómago. Mierda. Los cortes de energía no eran normales en SHIELD Base, además, era muy
probable que la mayoría de estos niños nunca hubieran experimentado algo así en sus vidas cortas. La iluminación de
emergencia tardó un empo desagradable mucho empo en conectarse, pero finalmente lo hizo, otorgándole al búnker
subterráneo un brillo azul muy claro. Fue suficiente para ver correctamente pero no es lo mismo que la imitación de la luz
del día en la Tierra con la que han estado trabajando durante las úl mas horas. Además, el silencio se había vuelto más
profundo y ominoso, un silencio como el de la muerte. Cortana buscó respuestas en su libreta, pero descubrió que ya no
estaba en contacto con la IA principal de la agricultura. De hecho,ella tampoco tenía acceso a la intranet de la base.
Ella cruzó algunas miradas con los maestros, entendiendo en silencio que ellos también habían sido cortados.
Era como si todas las conexiones hubieran sido interrumpidas, junto con la electricidad.
Una niña preocupada ró del abrigo de Cortana. "Mi almohadilla no funciona, señorita Halsey".
"Debemos estar experimentando algún po de falla de conec vidad, cariño". Intentó explicárselo, a toda prisa. Colocando
suavemente una mano en la espalda de la niña, Cortana la condujo hacia el resto del grupo. "Por favor, quédate con tus
compañeros y maestros, arreglaré esto muy rápido". Luego, levantó la voz para hablar con los dos adultos: "Escuchen, voy
a encontrar una terminal, debería haber una en la planta baja junto al almacén de la estación de cul vo. No sé qué
ocurrió. Lo siento. "
"Está bien, señorita Halsey. Vaya, los mantendremos envueltos". respondió la señorita Hakinbo.
El otro maestro, el Sr. Shinozuka, ya estaba trabajando para aliviar el miedo de los niños. Cortana asin ó con aprecio y
corrió hacia el ascensor de servicio. Usó la anulación manual para descender los sesenta pies que la separaban del suelo y
saltó de la cabaña al almacén.
Estaba más oscuro allí abajo; Las luces de emergencia eran muy tenues.
Una ráfaga de frío hizo que su piel brotara de piel de gallina. Tratando de no molestar el silencio opresivo, Cortana corrió
de nuevo hacia el otro lado del almacén y encontró lo que estaba buscando, armarios pegados a la pared de concreto.
Rápidamente encontró uno que estaba pintado con diferentes colores y presionó su pulgar contra la almohadilla de
escaneo que estaba al lado. El panel limpió su iden ficación y se abrió la esco lla del armario, revelando una pantalla y
un panel tác l que se desplegó hacia ella, saliendo de la cavidad. Como Directora de SHIELD Base, tenía acceso a cada
sistema, a cada terminal, a cada AI, a cada almohadilla de datos y al puerto de comunicación que quería ver, un hecho
que solo un puñado de personas que no vivían allí lo sabían. Solo tuvo que usar su anulación maestra para reclamar la
posesión de todos los nervios y extensiones electrónicas de las instalaciones, incluida la de los espartanos.MJOLNIRs si es
necesario.
El terminal tenía una conexión de red a erra y faltaban aproximadamente cinco horas de suministro de batería. Con su
palabra clave, Cortana accedió a las funciones del sistema elemental y descubrió que la IA de la agricultura estaba
desconectada, un hecho extremadamente preocupante por sí mismo. El apagón ahora tenía sen do, considerando todas
las cosas. Ningún AI para inspeccionarlo no significaba que la subestación eléctrica en línea no derivara electricidad del
reactor. El noventa y cinco por ciento de las instalaciones que funcionaban en ese nivel probablemente también habían
cesado sus operaciones, incluidos todos los sistemas de ven lación y el tranvía. Cortana se estremeció.
¿Qué podría causar un fallo tan grave en un sistema que obligue a una AI completa a cerrarse y no solo a reiniciar?
"Bien. Vamos a pedir ayuda, entonces." Decidió, en voz alta, sabiendo que no podía hacer que los niños caminaran varias
millas a través de la oscuridad en busca de un conjunto de escaleras para volver a los niveles superiores. "A ende la
llamada, cualquiera".
Primero envió una solicitud de llamada a sus laboratorios, pero la pantalla respondió inmediatamente con un tono de
línea ocupado. Alguien estaba haciendo o recibiendo una llamada. A lo lejos, en la oscuridad de los campos de cul vo,
algo metálico cayó desde una altura muy alta y se estrelló en el suelo, haciendo un ruido aterrador. Los niños gritaron de
miedo, poniéndola aún más nerviosa que la raqueta distante. Cortana reaccionó a un disparo de adrenalina y accedió
impetuosamente al subsistema de vigilancia de los laboratorios, accediendo a las cámaras.
Estaba enojada y asustada, y quería ver quién demonios estaba usando la línea mientras trataba de alcanzarlos. Uno por
uno, una serie de ocho videos se conectaron ante sus ojos, solo para mostrarle una escena macabra ...
Cortana retrocedió un paso, inconscientemente, y se tapó la boca con ambas manos.
Desde cinco ángulos diferentes, dis nguió salpicaduras masivas de sangre por todas las paredes y equipos; Piscinas rojas
y pegajosas aquí y allá en el suelo, varios restos de ropa y algunos miembros humanos amputados , pálidos como
fantasmas contra el carmín profundo y vibrante de la sangre. Por unos minutos, no pudo dis nguir lo que estaba viendo.
Su estómago no se mantuvo por mucho empo, se dejó caer sobre sus manos y rodillas y vomitó sobre la erra recién
arada. Nunca había sido alguien que se sin era incómoda o rechazara la visión de sangre o cuerpos destrozados, era parte
de su trabajo, pero tal escena la repugnaba tan profundamente que no podía soportarlo.
Intentó concentrarse en respirar y calmar sus nervios. Después de un empo, funcionó.
Cortana logró ponerse de pie, temblando, y se obligó a analizar la alimentación.
¿Estaba SHIELD Base bajo ataque? Parecía así.

¿Extranjeros o rebeldes? Ella no vio residuos de armas de plasma, ni proyec les de ningún po. Tenía que ser
extraterrestres. Los rebeldes humanos no necesitaban hacer un lío tan sangriento para probar sus puntos. La tribu
alienígena de los Jiralhanae, por otro lado, les gustaba desmembrar y comerse a sus presas humanas. El UNSC los había
subes mado durante años y había pagado un precio por ello, los Brutes eran unos hijos de puta inteligentes y audaces.
' ¿Cómo lograron encontrar este lugar?' pensó ella, en shock.
Ahora tenía más sen do que la IA se desconectara. No había Inteligentes AIs en SHIELD Base, y los tontos que tenían
estaban programados para desconectarse y defenderse como un erizo de mar si la integridad de sus sistemas estaba
amenazada. También fue posible cerrar una IA manualmente, directamente desde el núcleo de información.
Tal vez el núcleo de información ya no existe. Sin ó que su estómago se apretaba de nuevo.
"Oh, mierda." Cortana murmuró, todavía paralizada. "No puedo decirles esto a los niños".
Lo primero que le vino a la mente fueron los espartanos, principalmente John. Deseaba que él estuviera vivo y bien, tal
vez luchando con todo su corazón y fuerza, pero ileso. Tal vez ella podría enviarle un mensaje ...
"Señorita Halsey?" Llegó el grito de arriba, una voz de hombre. Sr. Shinozuka.
"¡Estoy bien! ¡Encontré la terminal!" ella gritó de nuevo, tratando de no ceder su pánico.
"¿Que hacemos ahora?"

"... Todavía estoy trabajando en ello, por favor, espera!" Su respuesta fue aguda y directa.
En teoría, ella estaba segura de qué hacer a con nuación; Era el protocolo estándar. Sabía que necesitaba armas y sabía
dónde encontrarlas, pero también sabía que su deber era proteger a los niños a toda costa. Tenía que esconderlos, y ya
sabía dónde hacer eso. Tenía que alcanzar a los espartanos, oa cualquiera, sin ser atrapada por los invasores, y hacerles
saber que estaban allí. Entonces, tuvo que esperar órdenes o esfuerzos de rescate. Parecía fácil, en teoría. En la prác ca, y
aunque se consideraba una mujer valiente, estaba asustada y no estaba segura de por dónde empezar.
El ins nto de supervivencia superó el miedo lentamente. La voz de John dentro de su cabeza hizo todo el truco:
' Llevarlos a un lugar seguro. Consigue las armas. Contáctame.'
Ella asin ó, reconociendo una orden que nadie le había dado.
La poderosa mente de Cortana se enfocó de inmediato, estaba trabajando a toda velocidad para idear un plan cuando
algo más la distraía. El video de la terminal de emergencia volvió a la vida, una forma desconocida se estaba arrastrando
lentamente a través del piso del laboratorio. Se acercó y vio una extraña criatura de color púrpura que se parecía a un
calamar golpeado caminando sobre sus tentáculos, no más grande que un gato de la casa ... la cosa se detuvo en uno de
los charcos de sangre y comenzó a alimentarse de ella, a entas Mano con sus tentáculos. Otro pequeño monstruo, este
con rayas verdes en su cuerpo de color morado, vino a alimentarse de la sangre también.
Sin ó la necesidad de vomitar de nuevo, pero logró evitarlo a empo.
No podria ser No no no…

Se forma una infección por inundación. De una clase y forma que nunca antes había visto. Algo no estaba bien con
respecto a ellos, estos eran mucho más pequeños de lo habitual y de un color diferente, todos los tentáculos tenían
puntas de plumas y pequeños ganchos disfrazados. Tal vez fue una cepa diferente del Flood, más an gua o más nueva,
¿qué otra explicación tuvo ella?
Al parecer, las criaturas no eran menos agresivas y virulentas de lo habitual.

¿Pero de donde vinieron? ¿Cómo llegaron tan lejos a la instalación, tan rápido?
Cortana dejó de respirar por unos segundos, tratando de no sucumbir al pánico de nuevo.
"Oh Dios." Las palabras cayeron de sus temblorosos y secos labios. "Deben haber estado dormidos dentro del objeto ..."
CONTINUARÁ
Oh mi oh my oh my oh myyyy! D8 OMFG! Sé que sé. Suena un poco tonto, más tonto que el comienzo de tu película de
zombies promedio, ¡pero esta es la maldita Inundación de la que estamos hablando aquí! ¡Esta será una batalla muy
importante, tanto sica como emocional para John y Cortana por igual! Manténgase atento a más gore y pánico y miedo
por venir, ¡esto es! ¡Este es el momento que hemos estado esperando! El camino hacia el final de esta historia, más fuerte
que nunca! ¡Te veo el mes que viene! * Regala toneladas de besos de buena suerte * ¡No olvides hablarme y decirme lo
que piensas! Me encanta escuchar tus teorías: 3

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26/12/2018 https://translate.googleusercontent.

El hecho de que nunca se conocieron antes tenía perfecto sen do.

Ella se veía impecable también, incluso disfrazada de civil.

Sus palabras parecieron alimentar su determinación. Fue un poco aterrador.

"¿Algo en tu mente, Jefe?"

"Yo llamo tonterías".

El Jefe Maestro suspiró, un poco molesto. Bien, bien.

"Tengo que tomar una decisión y me ha estado molestando, eso es todo".

" Por que yo?" Le había preguntado, un poco incómodo.

No era como si no pudiera rechazar su oferta, ¿verdad?

"Sí, señora." ambos dijeron al unísono, y se mantuvieron en pie.

El Suboﬁcial Maestro SPARTAN-117 fue designado como líder del equipo.

Sin embargo, no podía esperar para obtener respuestas de Cortana.

"¿Qué signiﬁca esto, señora?" Preguntó bruscamente, confundido.

John frunció el ceño, aún más confundido.

El Jefe Maestro levantó una mano, cortándola.

"En otras palabras, me quieres dormir con go ".

Su ropa y su cabello estaban arruinados. Le picaban los ojos.

Y a ella le gustaban sus pequeños lujos, eso también era cierto.

Paz, por unos minutos.

Cortana accidentalmente dejó caer el jabón y maldijo en voz baja.

Cortana tragó un gemido, echando la cabeza hacia atrás. Tal ejemplar.

Esto era tan ridículo. E inmoral.

Hasta que se realizó la veriﬁcación diaria de la realidad, justo a empo:

Se sen a bien. Se sen a tan bien, tan bien.

Cortana lo miró a la cara y sonrió. No se encuentra ropa interior.

En un movimiento apresurado, el Jefe Maestro se inclinó hacia ella, apuntando a su cara.

El Jefe Maestro hizo una pequeña mueca. "Puedo olerlo en ".

"Por supuesto." Gruñó, después de unos segundos. "¿Listo?"

Tenía la intención de mantenerlo tranquilo, pero era demasiado di cil de soportar.

Ella debería haberlo mantenido en silencio.

Cortana estaba furiosa. ¿Hecho?

John todavía no se movía, aunque su respiración casi había vuelto a la normalidad.

"Solo un minuto." Jadeó, todavía sin mirar hacia arriba.

Espera, ¿fue ...? ¿Se sin ó presionado por el horario?

Cortana se perdió en sus pensamientos cuando comenzó a separarse de él.

La mujer le dirigió una mirada curiosa por encima del hombro.

Levantó la barbilla, orgulloso.

TOMARME CUANDO ME NECESITE

"Señora." gruñó, aclarando su garganta.

El obje vo primario no se ha cumplido todavía.

Esto no era lo que ella quería.

¡Ridículo, no había ningún apego entre ellos!

"Tu madre seguro que ene buen ojo".

Lopis sonrió con suspicacia. "Entre otras cosas."

Cortana hizo una mueca. "Agente Lopis ..."

Así Cortana siguió adelante:

Cortana reprimió la expresión impaciente.

"Supongo que sí, ¿eh?" Ella dijo, al ﬁnal.

Cortana dibujó una sonrisa demasiado suave en sus labios.

Cortana asin ó. "Lo digo en serio. Sígame".

"¿Hueles eso?" Kelly murmuró, distraídamente.

John solo gruñó algo.

Estaban vivos. ¡Estaban vivos!

"¡Estamos bien!" El teniente respondió. "¡Podríamos necesitar ayuda!"

"Estarán bien". El jefe juró, enojado. "En mi marca!"

"Señora." Saludó con respeto. "Querías verme."

"¿Cuánto empo permanecerá bajo atención médica?"

Parecía que su silencio y su mirada en blanco la estaban angus ando.

Y no me hagas empezar con la parte delantera, por favor.

loco y dolorosamente que ...

Tan genéricamente educado.

"¿Qué fue eso, jefe? No te escuché".