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ACTIVIDADES

Martha Weiss “Educación sexual infantil/juvenil”.

Hace 40 años atrás, la sexualidad era para el varón un debut obligado. Tenía que demostrar su
heterosexualidad, es decir, que era "macho", que podía conquistar sin importar la calidad de sus
encuentros, que tenía capacidad de dominio y control frente a sus pares. Para las chicas, en
cambio, había una especie de continente que se tenía que conservar virgen e intacto. Se ponían
lindas para entrar en el "mercado de cotización" y formalizar alguna relación sentimental o
encontrar un buen candidato que las mantenga. Como contraprestación, ofrecían ser amas de
casa y criadoras de hijos de por vida.
Todo cambió cuando sobrevino la guerra. La mujer salió de la casa y se encontró con una
sociedad que se movía diferente. En esa interacción fabricó proyectos personales, encontró
autonomía y empezó a dirigir su hogar desde otro lugar y bajo otros estímulos. Así, se fue
disociando al sexo de la inmediata posibilidad de embarazo y la reproducción, y logró liberarse.
La educación sexual por mucho tiempo fue un tema tabú, era impensado hablar sobre sexualidad
libremente en el ámbito educativo, esto se debía a las construcción errónea sobre el tema que
tenían las familias y la misma escuela en algunos casos.
En mi caso en particular solo se escuchaba que la sexualidad estaba destinada a la procreación,
nací en una familia Cristiana protestante.
Tradicionalmente,las temáticas referidas a la sexualidad no eran consideradas propias de los
aprendizajes de la infancia,sino de períodos más avanzados de la vida,como la pubertad o la
adolescencia.Durante mucho tiempo, las sociedades y las personas entendimos que hablar de
sexualidad era posible recién en el momento en que las niñas y los niños ya dejaban de serlo.Esto
era así,entre otros factores,porque el concepto de sexualidad estaba fuertemente unido al de
genitalidad. Desde esta mirada, la educación sexual en la escuela se daba preferentemente en la
Educación Secundaria —y en particular,durante las clases de Biología — y se priorizaban
algunos temas, como los cambios corporales en la pubertad o la reproducción humana.
Cuestiones vinculadas a la expresión de sentimientos y de afectos,la promoción de valores
relacionados conbel amor y la amistad y la reflexión sobre roles y funciones atribuidos a mujeres
y a varones no formaban parte de los contenidos vinculados a la educación sexual.
En la actualidad la sociedad atraviesa en la actualidad una ruptura de los guiones tradicionales y
la gente joven va armando los suyos. Las historias personales y el proyecto propio están en
primer plano, el de la pareja casi ha desaparecido y el familiar es un resabio. Rige el vivir el hoy
sin los padres como sostén o redes de contención. Se crece en una enorme soledad y con un
comportamiento que roza el egoísmo y lo especular.
Pasamos de estar ocultos del registro público a poner el cuerpo en el foco de atención. Importa
más la exhibición que el ejercicio de la sexualidad en sí mismo o su vivencia.
La autora dice que la escuela es uno de los escenarios donde los niños se van desarrollando y
construyendo su sexualidad ,por lo tanto no puede estar ajena a los procesos de construcción de
los sujetos que la atraviesan.La escuela debe acompañar y brindar las herramientas pertinentes
para que sea libre y consciente de su cuerpo y su sexualidad, sabiendo sus derechos ,a respetar y
ser respetado.
La escuela es uno de los ámbitos específicos para avanzar hacia la transformación de prácticas
culturales, fuertemente arraigadas, que profundizan las desigualdades y obstaculizan el desarrollo
integral y pleno de nuestros niños y niñas. Por ello, estas exigencias y responsabilidades suponen
un verdadero desafío: tenemos que trabajar con nosotras y nosotros mismos, con nuestros
propios prejuicios, sometiéndolos al más riguroso y sincero análisis. Así, como docentes y como
directivos, podremos guiar a los niños y las niñas en el abordaje de información científica
validada, para que puedan reflexionar sobre ella y ponerla en diálogo con sus prácticas cotidianas
en un marco de respeto mutuo. Es preciso que los chicos y las chicas se formen en un juego de
libre elección; que sean realmente capaces de discernir, de cuidarse, de cuidar al otro, para que
conozcan y ejerzan sus derechos, sean soberanos de sus cuerpos, y para que, fundamentalmente,
no se queden solos con su miedo, su incertidumbre, su curiosidad.
Estos temas deben ser tratados en un contexto de respeto, de tolerancia, donde primero se
escuche lo que el alumno/a tiene para decir. Hay quecrear un clima de confianza, eliminar los
juicios de valores ante las situaciones que se presentan; alentar la comunicación; no generar
diferencias ni forma de discriminación alguna. Todo esto contribuye a una mejor relación entre
docentes y estudiantes.

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